de Inuyasha - Por su culpa [Naraku&Kikyô]

Título: Por su culpa
Fandom: InuYasha
Tipo: Drabble
Pareja: Naraku & Kikyô
Resumen: Todo era por su maldita culpa...
Notas: Ya saben de sobra que yo amo a Kikyô (y recientemente descubrí que ella se ve bien con todos... Hasta con Miroku♥), así que ya saben, cosas lol's escritas acá de ella son puntos de vista de Naraku, el hanyôu villano más hot y con la mente retorcida más incurable de la serie.

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Por su culpa​

Vestido en un elegante kimono púrpura con detalles negros y dorados, Naraku soltó sus cabellos al aire y el viento fresco del anochecer los golpeó. Bailaban con tanta gracia en la negrura del cielo, que hasta el más pequeño e insignificante de los seres en aquella tierra manchada de desgracias y sangre tendría envidia. Tan oscuros como el carbón, contrastaban perfectamente con su tez pálida y sus orbes carmines, los cuales observaban con recelo la forma en la que los aldeanos, tan llenos de tristeza y respeto, se acercaban a la tumba de aquella sacerdotisa muerta y dejaban flores frescas y recién cortadas sobre aquel montículo de tierra infértil.

Frunció el seño, disgustado ante la persistencia de aquellos seres humanos en recordar a esa mujer tan problemática. ¿Acaso no comprendían que no tenía caso hacerle compañía a la cripta? Kikyô no oiría sus rezos, ni olería el aroma de las flores, mucho menos se levantaría de entre los muertos a dar gracias por el constante cuidado que se le otorgaba a la tumba, ¡ella era cenizas ahora!

Rió ante el recuerdo tan bizarro que cruzó su mente por tan sólo un instante. La imagen tan suculenta de la sacerdotisa cayendo herida al suelo, desangrándose rápidamente y tornándose pálida y más pálida con el pasar de los segundos… Pero sin duda, lo que arrancó la más auténtica mueca de maldad fue el recordar la sensación del palpitar de la Shikon no Tama llena de odio, oscureciéndose bajo el sufrimiento de su guardiana.

Sin embargo, el gusto duró poco al caer en cuenta de que a pesar del plan que había ideado, Kikyô terminó llevándose aquello tan valioso y que él quería, consigo a la muerte.

Todo por su culpa.

En ese mismo instante, sintió que raramente, deseaba devolverla a la vida sólo para matarla otra vez, sólo que de forma más cruel. ¡Y es que esa mujer lo había arruinado todo!; sentía que aún estando muerta, Kikyô lo vencía una y otra vez con el sólo hecho de haberle arrebatado la perla de las manos y en sus propias narices.

Maldita fuera…

Entonces sintió que su superioridad decaía, y ya no experimentó aquel poder de némesis que era suyo por naturaleza.

Todo por culpa de ella y sus malditas buenas acciones…