Long-fic Pokeliga

Buenas, les dejo el capítulo de algo que me dio ganas de escribir. De antemano les digo que los capítulos no tienen una continuación real entre sí, siempre habla de personajes distintos aunque sí hay cosas que podrían no entender si no leyeron los capítulos anteriores. SIN EMBARGO, si es la primera vez que vas a leer este fic y te encuentras con muchos capítulos por leer, puedes leer el último y ya si te interesa te lees los anteriores y sino lo dejás en el olvido. Es un fic que espero que sea rápido, con mucha acción, aventura y romance. Acepto críticas y comentarios constructivos.

Posiblemente encuentren similitudes con otros juegos al leer este fic.​

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Capítulo 1: Laxa, la luz de la liga.​

Laxa no dejó de correr a toda velocidad. Saltaba de piedra en piedra. Giraba en cada rincón que encontraba. Disparaba chispas siempre que podía en contra de sus perseguidores.

XXXX: ¡Oigan, la encontré!

Una explosión a su lado la hizo saltar y por instinto se cubrió con un escudo de electricidad. Los pedazos de roca la golpearon pero el daño fue mínimo. Siguió corriendo sin parar.

Una sombra se proyectó sobre ella y se hizo a un lado con toda la habilidad que pudo pero la gran masa viscosa que cayó del cielo la empapó con veneno hasta los talones. Siguió adelante mientras tosía.

Se encontró una Sylveon a medio camino hasta su base y supo que estaba en problemas. Le sonrió mientras sus grandes ojos brillaban y disparó una esfera de potente energía lunar. El orbe la golpeó con fuerza y Laxa tuvo que moverse a un costado para poder escapar. No tenía más aire. Estaba perdida.

En lo más recóndito de la jungla que estaba atravesando ella sabía que estaba cerca. No debía hacer más que correr y llegaría a su base donde sus compañeros la esperaban. Sin embargo, sus esperanzas se acabaron cuando lo encontró.

Gallade era enorme. Su mirada fría y sádica no tenía comparación. Laxa no tenía nada que hacer. Lo enfrentó.

Lanzó una chispa que envolvió al luchador y lo dejó pegado al piso. ¡Era su oportunidad! Dio media vuelta y empezó a correr. No pudo dar ni dos pasos. Con su fuerza estiró sus cuchillas, la traja hacia sí y el pokémon psíquico descargó una cuchillada. La destrozó.

Laxa quedó tirada en el frío suelo de la jungla mientras veía con tristeza al equipo rival organizarse para destrozar su base. Había fallado. Y no era la primera vez.


El simulador dejó de funcionar y cada pokémon abandonó la sala para volver a integrarse en los pasillos de la academia. Laxa era una Luxray joven que hacía poco formaba parte de la liga. Ella había llegado allí con muchas promesas, su fuerza era inmensa, sus habilidades precisas y destructivas pero no había logrado adaptarse al ritmo vertiginoso del simulador.

XXXX: ¿Sabías que tu belleza se compara con el mismísimo Sol?

Jolteal era una de las únicas cosas buenas de la academia desde que había ingresado. Era un Jolteon que no la dejaba en paz. La acosaba todo el tiempo. Era molesto, irritante, machista y mujeriego pero rayos que sabía cómo hacerla sentir bien luego de una pésima jornada de simulador.

Jolteal era uno de los que más la había apoyado y que más le había enseñado. A diferencia de ella, él sabía lo que hacía. Era rápido, preciso y letal con sus rayos. Las pocas veces que su equipo había podido ganar era porque él había arrastrado con el peso de todos hacia la victoria.

Laxa: No estoy teniendo suerte con mi posicionamiento.

Jolteal: No es suerte, sólo todavía no te acostumbras. Ya te saldrá, Laxa, no te desesperes. Vamos a comer, ¿sí?

La Luxray asintió. Juntos gatearon hasta el comedor. Hacia allí se cruzaron con Galius, el Gallade que le había dado el golpe final en el simulador. El luchador les sonrió con sorna y pasó antes que ellos. Detrás de él se arrastró Mac, el Muk que la había emboscado. También pasó la Sylveon con andar felino y superior, un Emboar y una Vaporeon que fue la única que los saludó con cortesía, posiblemente se debía a Jolteal, él siempre atraía a las chicas.

Ese equipo rival les había tocado infinidad de veces y siempre perdían contra ellos. Luchaban demasiado bien juntos y Galius no tenía comparación en la lucha.

Jolteal se encargó de quitar esos pensamientos de su cabeza recalcando (y exagerando) cada una de las virtudes de la Luxray. A ella le gustaba eso aunque a veces terminara indigestándola un poco. Al llegar a la mesa vieron a sus tres compañeros de equipo sentados, tristes y enojados, sin probar bocado.

Jolteal: ¡Ey, muchachos! ¿Por qué esas caras largas?

XXXX: ¿Y todavía preguntas?

Gin Tile era un Sceptile muy peleador. Siempre se quejaba de todo y no contaba con las habilidades suficientes como para respaldar sus quejas.

Gin Tile: ¡Por culpa de esta cachorra nos vencieron otra vez!

Jolteal: Oye, oye, hablas mucho para ser que no te vi ayudar en nada al equipo en toda la contienda.

El pokémon de hierba se pasó su lengua de reptil por la comisura de los labios con nerviosismo. Una Audino triste habló en su defensa.

Auna: Es cierto, todos combatimos mal pero Laxa tiene problemas graves de posicionamiento.

Laxa dejó caer su cabeza y el piso de repente se veía muy atractivo. Todos notaban su falta de organización.

Jolteal: ¡Y ella lo sabe! ¡Está tratando de corregirlo! Ya dejen de presionarla o les va a pesar.

Un Meowstic se iba a meter en la conversación pero decidió callar tras la amenaza del Jolteon. Un silencio tremendo se gestó entre los cinco.

Gin Tile: Si así son las cosas, Jolteal, voy a abandonar el grupo. Te agradezco por invitarme pero necesito sumar puntos para tener trabajo en un gremio algún día. De esta forma me demoraré una eternidad.

El Sceptile abandonó la mesa con sus verduras en la mano y el Meowstic lo siguió por detrás a gran velocidad para ponerse a su ritmo.

La Audino no se movió. Sólo observó fijamente a Jolteal.

Auna: ¿Y bien?

Jolteal le dio un empujón suave a Laxa para que dejara de mirar al suelo y se sentara con ellos a la pequeña mesa de piedra vacía salvo por el plato de la curadora.

Jolteal: No sé. Tendremos que conseguir otros dos compañeros. Mientras tanto podemos hacer simulador de equipos de tres.

Auna: Es buena idea. Quizá de esa forma aprende más deprisa.

Laxa: Lo siento.

Estaba sintiéndose fatal. No podía ser tan inútil y entorpecer el camino de los demás.

Auna: Oye, tranquila. Estas cosas suceden. Sólo con práctica vas a mejorar. ¿Por qué no se relajan?

La Audino susurró una suave melodía mientras de su cuerpo emergían auras de colores psicodélicos. Jolteal entró en éxtasis inmediatamente, desarmando todo su cuerpo sobre sobre la mesa y babeando. Laxa oyó la canción un momento y luego se dejó atrapar por las palpables ondas sonoras curativas y vigorizantes de Auna.

Jolteal: Oh, Auna, eres magnífica. ¿Te dije que tu belleza se compara con la del mismísimo sol?


De repente la melodía es interrumpida por la voz en off de Porygon Z, el operador del simulador. Dos equipos estaban a punto de enfrentarse. Jolteal mordisqueo nervioso a Laxa.

Laxa: ¡Auch! ¡Jol!

Jolteal: Disculpa, pero vamos, ¡viendo algunos combates también aprendes!

Auna: Jolteal tiene razón. Vayan, les llevaré algo para comer.

Jolteal despegó como un bólido y Laxa trató de seguirle el paso con mucha dificultad.

La sala de simulación era un espacio muy amplio. Los pokémon se metían en una sala cerrada y ahí entraban en un trance hipnótico que los llevaba a otra dimensión. Ahí luchaban. Ahí trataban de destruir la base del otro equipo. Ahí demostraban que estaban listos para pertenecer a un gremio de batallas que era, por decirlo de alguna manera, lo mejor de la vida para cualquier pokémon. Las grandes ondas psíquicas de los pokémon que mantenían la sala de simulación permitían que los que estuvieran dentro de la habitación observaran el desempeño de los grupos en aquel lugar alterado de su imaginación.

El sitio recreado variaba entre diversos paisajes, de distintos tipos y algunos daban ventajas o desventajas a los participantes, por eso se buscaba que los equipos tuvieran tipos variados. Laxa había tenido que combatir en un terreno de bosque y con árboles y rocas para esconderse se le había complicado posicionarse. No quería ni pensar lo que sería de ella en un terreno nevado como en el que estaban luchando esos equipos, a la intemperie y con superficies resbaladizas.

Como fuera, esas Mamoswine y Glaceon se llevaban todos los chillidos de los espectadores. La Mamoswine era una reina en el combate cuerpo a cuerpo, podía lanzarse en embestida contra todo el equipo rival y sostener una lucha contra ellos a puro colmillo. Claro, hasta que la Glaceon llegaba y hacía llover flechas de hielo sobre el equipo de la Mamoswine obligándolos a retirarse. Laxa no podía ni soñar luchar como ellos, eran muy estratégicos, tenían mucho valor y entendían perfectamente donde pararse y a dónde atacar. El terreno no era más que un leve impedimento, ni siquiera los pokémon voladores se complicaban con el aguanieve que arreciaba.

Jolteal: Mira a la Lopunny.

Loparina era una de las favoritas de todos. Estaba en el equipo de la Mamoswine. Sus técnicas consistían en una combinación de ataques de Rapidez con Agilidad y una excelente técnica de Relevo. Disparaba estrellas de energía pura a tus rivales, saltaba hacia ellos, los volvía a golpear con más estrellas y relevaba con Mamoswine o con una Clefable también de su equipo. A pesar de que se la veía en serios aprietos por el terreno patinoso jamás se arrojaba a luchar sin antes entender bien que podía entrar, hacer todo el daño posible y salir sin más que algunos rasguños.

Laxa: Ella es genial. Yo jamás tendría esa agilidad.

Jolteal: No la necesitas. Tú luchas a distancia, como yo. Necesitas precisión más que otra cosa.

Laxa: Tengo buena precisión.

Jolteal: Lo sé, pero tienes que jugar más con tu equipo. Tienes que confiar más en Auna o en quien sea que tengas a tu lado. Auna puede curarte y aliviarte, si la vez cerca no dudes en desplegar tu daño con confianza. Y si me ves cerca a mí, combinemos. Tus técnicas de control son muy útiles y mi daño destruirá a cualquiera que se te acerque. Pero si estás sola… no te arriesgues. Ve segura, no te confíes sólo en tu daño porque a veces las artimañas de tu rival pueden llevarte a cometer un error.

Entonces fue cuando vieron que Loparina se lanzó otra vez con un aluvión de agilidad directo a la Glaceon, con mil estrellas de rapidez preparadas contra ella. Antes de que pudiera llegar, un gigantesco Empoleon usó Aqua Jet contra ella, embistiéndola y parándola en seco. Atontada, Loparina descargó todas sus estrellas sobre él pero el pokémon de acero se cubría con una férrea protección. Glaceon no dudó en actuar ni bien sintió la protección de su compañero. Preparó una enorme bola de energía helada y la disparó sin piedad contra Loparina. La Lopunny terminó completamente congelada. La destrozaron entre todos. El equipo de Mamoswine tuvo que retirarse para reagruparse en su base.

Jolteal: Una lástima. Le tenía fe a Loparina.

Laxa sintió en ese momento muchísima afinidad por Jolteal y, agitando su cola, apoyó su enorme cabeza sobre la pequeña y puntiaguda de su compañero.

Laxa: Gracias, Jol.

El Jolteon restregó su cabeza con cariño contra la de la Luxray.

Auna: A ver, par de Luvdisc, déjenme un espacio que aquí viene la curadora.

La Audino se metió entre los dos ganándose una buena cantidad de estática en el cuerpo y riendo por las cosquillas.

Jolteal: ¡Auna! ¡Era mi momento con Laxa!

Auna: Siempre es tu momento con alguien y te olvidas de tu asistente favorita.

Jolteal: ¡Ah, claro que no, Auna! ¡Sabes que siempre tienes un lugar en alfileteado corazón!

Auna le metió una manzana en la boca para que hiciera silencio. El grupo de la Mamoswine parecía estar a punto de hacer una jugada a todo o nada.