One-shot de Pokémon - Pokémon: La llamada. Mala suerte, mala experiencia.

Hola... Básicamente ésta historia no tiene nada que ver con la línea de tiempo original del anime. Es una historia paralela por así decirlo. Esto es muy cliché en el anime, pero creo que aquí habrá algo que creo que lo hará un poquito original, sólo espero que les guste. Pero para ser honestos, no sé si también es cliché lo que haré en ésta historia.

Advertencia: OoC presente.

Género: Romance/ Terror.

(Universo alterno)

Esa noche del tifón, Ash y yo nos encontrábamos corriendo a esa mansión que casualmente se encontraba en nuestro camino. El viento soplaba muy fuerte, los pokémon se escondían donde podían, los árboles se inclinaban mucho debido a la fuerza del viento.

Finalmente habíamos llegado a la residencia y desde afuera se podía apreciar que sus luces estaban apagadas, yo estaba muy agitada de tanto correr, podía observar que Ash estaba de igual manera. Mi compañero golpeó la puerta con un poco de desesperación, mientras pedía ayuda con el tono de voz elevado; si el tifón nos agarraba no la contaríamos más. Volvió a golpear la puerta, pero nadie abrió.

— ¡Ash, ¿qué haremos? El tifón pronto estará acá! —le hablaba con mucho miedo y con lágrimas en mis ojos. Cuando me estaba a punto de contestar, la puerta se abrió. En ese momento nos alegramos, ya que alguien escuchó el pedido de auxilio, pero esa alegría desapareció al ver que no había nadie del otro lado.

—No nos queda de otra, entremos. —me dijo mientras me agarraba de la mano, para luego llevarme adentro de la casa, supongo que me agarró debido la ausencia total de luz. Su mirada en ese momento era muy determinada, pero mira que bien lo conozco que en el fondo sí tenía miedo, ese sentimiento se podía ver atreves de sus hermosos ojos color chocolate.

—Tendremos que pasar la noche aquí, ya que afuera es muy peligroso. —me dijo con un tono de preocupación. Yo asentí, él tenía razón, aunque era de sospechar que la puerta se haya abierto sola.

—Pero… la puerta… —estaba por hablar, pero él me interrumpió.

—No pienses en ello… —me dijo, para cerrar la puerta y empezar a buscar el interruptor de la luz. Estábamos en la entrada y salida de la mansión, buscando por sus paredes laterales… luego de buscar por unos pocos minutos encontramos el botón de la luz, para luego encenderlo. Las luces se prendieron, y pudimos ver que todo estaba en mal estado. Ash me soltó y me preguntó.

— ¿Estás bien?

—Sí… Pero tengo miedo… El tifón… la puerta… —pero mi interrumpió.

—Tranquila, yo estoy aquí… —me dijo, para luego abrazarme. En ese momento sentí un confort. El chico que me gustaba desde niña me estaba abrasando, sin duda era como un sueño hecho realidad… Un trueno se escuchó muy cerca, si bien cuando era niña mi madre me dijo que no tenía que tenerles miedo, ya que ese ruido era debido a que dios estaba corriendo los muebles, eso fue cuando era niña. Pero ahora, que sé que es peligroso, me da mucho miedo. Cuando escuché esa onda sonora, me aferré al torso de Ash con mucha fuerza.

— ¡Rayos! ¿Por qué tuvimos que dejar todos nuestros pokémon con el profesor Oak? Que mala suerte, y para completarla, el tifón salió de la nada y encontramos una casa embrujada. —dijo Ash. Cuando escuché su última palabra, un escalofrío recorrió todo mi cuerpo, empecé a temblar y pregunté.

— ¿Embrujada?

—Lo siento, pensé en voz alta. —me habló. Yo estaba muy asustada. Pero Ash me volvió hablar—. Vamos a ver que hay en la mansión, sé que es de mala educación, pero veremos si hay algo con que cubrirnos, está haciendo frio. —me propuso, a lo que yo asentí, me separé de él y le tomé la mano, para luego poner rumbo hacia ninguna parte dentro del perímetro de la casa.

Caminábamos por esos pasillos larguísimos e interminables. Cada minuto que pasábamos en esa casa, y con el simple hecho de saber que no podíamos salir, era horrible. Caminamos hasta que encontramos una puerta, entramos a esa habitación… estaba en mal estado, con telarañas y más.

Ash empezó a revisar los cajones del mueble que estaba allí. Yo, estaba detrás de él. Me sentía una inútil sin poder ayudarlo de alguna manera.

—Encontré un par de linternas y andan. —exclamó Ash, sin ninguna expresión.

—Genial. —dije aliviada, era una buena herramienta, ya que si pasaba el tifón en su parte más fuerte y nos llegamos a quedar sin luz… eso era bastante bueno, punto a nuestro favor. Seguimos buscando, pero no encontramos nada más en esa habitación. Salimos, y fuimos hasta la siguiente habitación, que se encontraba a varios metros.

Todo, absolutamente todo estaba deteriorado, todo en mal estado. Desde afuera parecía muy lujosa, parecía un hotel de cinco estrellas… todo era muy raro. Pero gracias a Ash estaba muy aliviada, pero aún tenía miedo.

En ese cuarto había muebles y demás cosas de una habitación normal, pero al igual que la otra, todo estaba feíto.

— ¡No puede ser, las camas están sin cobijas! —dije un poco alterada, en verdad hacia frio.

—Tranquila, aún queda muchas habitaciones por buscar. —Ash me tranquilizó, y luego me dedicó una cálida sonrisa.

Un Trueno volvió a caer, muy cerca, el sonido me asustó mucho y así que volví a aferrarme de él. Mis ojos volvieron a lagrimear, mi corazón se aceleraba; eso era debido a dos cosas, el miedo y el amor; esas dos emociones juntas. De alguna manera me gustaba estar abrazada a Ash, pero por otro lado los truenos me daban mucho miedo, creo que estaban en tregua esos sentimientos.

—Tranquila Serena, ya va a pasar. —me comentó, para luego sobarme la cabeza.

Entre lágrimas y sollozos le decía—, ¡no me sueltes nunca!

—No lo haré… —me dijo para luego tomarme la mano y dirigirnos a otras habitaciones.

Seguimos buscando unas horas más. El viento se escuchaba soplar; rayos caían y con cada uno era una oportunidad para aferrarme a Ash; no es que lo haga apropósito, sino que en verdad me dan miedo... Revisamos en diversas habitaciones, pero lo único que encontrábamos era polvo, tela de arañas, y siempre todo en mal estado; sin duda parecía estar embrujada. Pero nunca encontramos unas cobijas.

Un relámpago cayó muy cerca de la casa… eso causó un apagón—. ¡¡Kyaaaa!! —un grito de desesperación mío se escuchó, para luego aferrarme con mucha fuerza a Ash.

—Tranquila Serena, al parecer cayó muy cerca y eso habrá jodido la instalación eléctrica. —me dijo, y luego prendió la linterna y yo lo imité. Estaba muy atormentada, tenía mucho miedo. Pero en ese momento me sentía muy protegida… gracias a Ash.

—Ash…

— ¿Qué? —me preguntó…

— ¿Cómo es que no tienes miedo? —le pregunté asustada, aún que sabía lo que me iba a responder.

—Sí que tengo miedo… pero no ganaríamos nada si lo demuestro. —él fue muy sincero…

Se escuchó un ruido proveniente de alguna habitación… yo me asusté más de lo normal, ya que éramos los únicos en la mansión. En ese momento nos encontrábamos en una especie de living o algo por el estilo.

— ¡Ash… ¿escuchaste eso?! —le pregunté, mientras me aferraba a su brazo derecho. Estaba aterrada.

—Sí… parece que no estamos solos. —me dijo. Luego escuchamos diversos ruidos… se oía como platos se rompían, se cerraban puertas, se corrían cosas y más.

— ¡Ash, tengo miedo, quiero salir de aquí, vámonos por favor! —le insistí, mientras lagrimas caían de mis ojos, y me aferraba más fuerte.

—No, el tifón está muy fuerte, y salimos pondremos en peligro nuestras vidas… En cambio, puede que estos sucesos, lo que estamos escuchando, lo estén causando pokémon tipo fantasmas. —me dijo. Estábamos contra la espada y la pared, no podíamos hacer mucho.

—Serena, estás temblando… supongo que es por el miedo y el frío. —me dijo, para luego sacarse su chaqueta azul y cubrirme con ella… yo le agradecí. Era un momento muy emotivo, me gustaba que se preocupase por mí. Cuando terminó de cubrirme con su abrigo, sentí un calor, podría hasta decir que el frio había desaparecido por completo, y me olvidé de los ruidos misteriosos.

—Pero tú te enfermarás si me das tu chaqueta, también debes de tener frio. —le dije inocentemente.

—Tranquila, me importa más tu bien estar. —me dijo con una cálida sonrisa… yo le volví agradecer, y luego volvió hablar—. Volvamos a la puerta de entrada. —sugirió Ash, y pusimos rumbo, retomando los pasillos largos e interminables y yo sin soltarle su mano; sin luces y con sólo dos linternas. El viento soplaba cada vez más fuerte, con cada rayo que caían o se formaban en el cielo, podíamos ver todo debido a la luz que emitía éste, aunque sea por unos breves segundos. Llegó un punto del pasillo en el que empezamos a escuchar pasos que se acercaban; Ash me abrazó, para luego apuntar con su linterna a ambos lados de los pasillos, y yo lo imité, pero no había nada.

—Ash… ¿qué fueron esos pasos? —le pregunté muy exasperada, mi corazón latía a mil por hora. Cuando me abrazó, apoye mi cabeza en su torso; pude sentir que su corazón estaba igual manera, él compartía mí mismo sentimiento; el miedo.

—No lo sé… —me dijo sin soltarme. Nuestras linternas se apagaron, yo estaba más asustada ahora que no había luz. Se escuchó otro trueno, acompañado de la energía que hace visible todo lo que nos rodea, por esas casualidades, nosotros estábamos aun mirando para el lado del pasillo donde provenían los pasos y cuando la luz vino por unos instante, pudimos observar a lo lejos del pasillo, una especie de persona; vestida de camisón blanco deteriorado, con pelo negro que llegaba hasta las rodillas, estaba descalza, uñas largas. Daba mucho miedo. Pero era curioso, la posición de su cuerpo indicaba que estaba de frente a nosotros, pero su pelo esta todo para delante: parecía una “película” de terror.

— ¡¿Que demonios?! —dijo Ash, yo estaba más que aterrorizada, lágrimas volvieron hacerse presentes en mi rostro. No podía creer lo que estaba viviendo.

La tormenta estaba en su máximo punto, era muy arriesgado salir.

Cuando la luz emitente del rayo desapareció, todo quedó oscuro; un “ah-ah”, entrecortado y largo se escuchaba. Estábamos muy asustados. Un trueno se escuchó y la luz se hizo presente, yo estaba encogida en el pecho de Ash debido al miedo que tenía.

—Está más cerca… —escuche que habló mi amigo. Mis ojos se abrieron completamente. Yo quise mirar, pero de una manera arrebatada, Ash comenzó a correr al lado opuesto sin soltarme.

— ¡Ash, no me sueltes! —grité desesperada con los parpados abajo.

— ¡Nunca lo haría! —me contestó.

Corrimos y corrimos por el pasillo. Pero llegó un momento en el que Ash paró en seco. Yo me sorprendí por esa acción repentina. Fui abriendo los ojos lentamente. Él estaba anonadado, mirando hacia delante. Yo también miré. Esa “niña” estaba parada a diez metros del pasillo.

— ¡Kiah! —grité con desesperación y miedo. Ash rápidamente se dio la vuelta y empezó a correr para el otro lado, mientras corría, golpeó su linterna contra la pared y volvió andar.

Yo estaba muerta de miedo… pero me sentía un poco aliviada de que Ash estuviera conmigo. Sin duda era la persona con la cual uno podía confiar.

Seguimos corriendo, yo miré para atrás, pero no estaba. Nos metimos en una habitación para luego meternos en un armario que estaba allí. Dentro del armario todo estaba oscuro, si no fuera por las linternas…

Pasó un minuto hasta que empezamos a escuchar el mismo sonido proveniente de esa chica. Lentamente fui mirando hacia atrás junto con Ash, y, ella estaba allí, justo detrás de nosotros dentro del armario, con una cara endemoniada que decía; “los mataré”.

Mis ojos se pusieron lagrimosos, mi corazón se aceleró, y un grito de terror mío se hizo presente. Cuando grité, Ash me agarró, me corrió, ya que esa cosa me quería agarrar, debido a que yo grité. Cuando me empujó, caí contra la puerta del armario y ésta se abrió. Yo no fui su víctima gracias a Ash, él me salvó. Esa cosa sujetó a mi amigo de infancia de las piernas, se lo quería llevas hacía la oscuridad; él se agarró de la puerta del armario, para que no lo arrastrase, yo le sujeté la mano y lo empuje hacia mí, pero era casi imposible. En ese transcurso la linterna se me cayó al suelo y empezó andar, apuntando a esa cosa y aclarando la oscuridad del armario. Esa “niña” dio un grito que aterraba a cualquiera, para posteriormente empezar a desaparecer, cuando estaba a punto de desvanecerse, le dio un rasguño a Ash, el golpe de mano abierta iba hacia su cara, pero él puso su brazo derecho; haciéndole una herida, que no obstante empezó a correar sangre. Luego de eso desapareció por completo.

— ¡Ash, ¿estás bien?! —le pregunte muy preocupada.

—Sí, no te preocupes. —me dijo mientras se agarraba el brazo, y jadeaba un poco. Yo saqué mi pañuelo y le envolví el brazo con esa prenda, para que dejara de perder sangre. Él me agradeció y después de eso agarramos las linternas, me tomó de la mano por las dudas y volvimos a la puerta de entrada y salida.

Cuando llegamos, Ash se sentó al lado de la puerta y me dijo que me siente junto a él. Yo me sonroje un poco, pero me di cuenta que no era el momento indicado para esas cosas; estábamos viviendo una situación muy desagradable.

—Ash…

— ¿Qué sucede?...

—Tengo mucho miedo… de que vuelva aparecer esa cosa nuevamente. —le dije, temblando por la susodicha palabra, el miedo. El tifón estaba muy fuerte, no podíamos salir, estábamos acorralados por esa cosa.

—Tranquila… a ti no te pasará nada. Yo… te protegeré, —me dijo, y nuevamente esa sensación de confort recorrió mi cuerpo. Posteriormente me abrazó y me dijo; —sin importar nada.

—Yo, yo quiero que tú estés bien… yo no quiero que te pase algo a ti. No podría soportar que algo malo te suceda, porque yo… te quiero. —le dije inocente e inconscientemente… aunque era la verdad, creo que era algo innecesario en ese momento. Cuando me di cuenta de lo que dije, me sonroje. Él me miró, y me dio una sonrisa y me dijo.

—Ahora con más razón no puedo dejar que nada malo te pase… Si salimos sanos y salvos de ésta, hablaremos seriamente acerca de esto.

Me volví a sonrojar, pero también noté que él también estaba ruborizado, pero levemente.

Pasó el tiempo hasta que ambos nos quedamos dormidos… al día siguiente, cuando desperté; ambos estábamos al costado de un árbol, yo aún tenía su chaqueta, él aún dormía, pero pasados unos segundos él despertó.

—Hola Serena… —me dijo con una sonrisa, luego me dijo algo que me desconcertó—. Tuve un sueño muy extraño… —luego comenzó a narrar su “sueño”. Cuando me contaba, era algo que no podía creer, eso no había sido un sueño y si fue uno ya también lo soñé.

—A mí me pasó lo mismo, pero creo que no era un sueño. —le dije para luego apuntarle a su brazo, mostrándole que todavía tenía la venda que le puse. Él se desconcertó.

—Entonces… haber. —dijo. Luego se subió un poco el pantalón de la parte de abajo, dejando visible su tobillo, y ahí estaba, tenía las marcas de los dedos, que alguien lo agarró con fuerza.

—Entonces… todo fue verdad. Sí, hasta tienes puesta mi chaqueta. —dijo mirando los alrededores, creo que estaba buscando la mansión en la cual vivimos ese feo momento… pero no estaba. Sin duda estaba todo lo que recordábamos, algunas rocas grandes en diversos lugares, el lago con el muelle; que no eran tan grandes. Pero la casa esa no estaba… Era un misterio.

Decidimos guardarlo en secreto, ya que nadie creería algo tan irracional, sí, irracional para el que no haya vivido esa mala experiencia. Después de eso, hablamos seriamente tal y como él me lo dijo, y quedamos como… novios. Él se me confesó, me dijo que sentía algo hacia mí, yo hice lo mismo y así quedamos… Y esa es nuestra historia de una mala experiencia…

FIN.

Espero les guste, si es así, espero sus comentarios, haber que les pareció.