Pokémon: El Lado Oscuro de las Leyendas

¿Qué tal mis fieles lectores? (Fieles, siii claaaro xD) esta vez les vengo con otro de mis ficazos, realmente me gusta escribir mucho en el género acción/épica y esta no es una excepción esta vez les traigo a un personaje peculiar, no, NO ES ASH. A diferencia de muchos, prefiero escribir sobre otros personajes que en mi opinión dejaron mucho que desear en el anime, videojuegos, entre otros claro, no digo que escribir historias de Ash sea malo, todo lo contrario, al ser el protagonista del anime lo normal es que se le vea mucho por los fics xD Simplemente quiero darle variedad a mis historias y ver que tan lejos puedo llegar sin usar lo típico, ya escribiré sobre Ash, algún día (No muy lejano… e_e)

Bien será mejor que comencemos ya.


Pokémon: El Lado Oscuro de las Leyendas

Prólogo​

En las Tierras de la Región Sinnoh, existen bibliotecas repletas de libros con diferentes historias, a menudo son ignoradas por entrenadores novatos, yo también lo hice, puesto que lo que, normalmente queremos hacer los entrenadores recién empezados, siempre que iniciamos un viaje es salir a las calles a conocer el mundo, retar miles de entrenadores, vivir millones de batallas y experiencias al lado de las maravillosas criaturas llamadas Pokémon, todo esto para convertirnos en los mejores entrenadores que haya conocido la humanidad.

Mi mayor satisfacción es ayudar a entrenadores inexpertos y ver como estos crecen con sus Pokémon, Leer también forma parte de mi vida muchas historias que leí, eran sobre viajeros que alguna vez pisaron la Región y vencieron al Alto Mando, nunca imaginé que terminaría siendo uno de ellos, Es como ser siempre el malo de la película, aquel que hará todo lo que este a su alcance para evitar que se cumplan los deseos de los entrenadores, pero tiene su lado bueno, también me siento como el ultimo Guardián y una especie de prueba viviente que comprobara si los individuos son dignos de vérselas cara a cara con el combate que determinará su destino como Entrenador.

Como les decía, pienso que las bibliotecas son lugares sagrados en donde se resguarda el verdadero poder de la Humanidad, El Conocimiento.

Existen Libros de este lugar, que no han sido leídos por nadie, y no es porque hayan sido recién publicados, es porque tienen años de antigüedad y se cree que están escritos en un idioma indescifrable, uno de esos libros se titula:

“Pensamientos Engendrados por los Primeros”

Puede que te parezca aburrido y absurdo, pero lo que significa para mí y para la Región este libro, sólo se los puedo revelar a través de mi propia historia.

 

¿Qué tal lectores? Hoy les traigo la El episodio de estreno del fic si, lo considero estreno porque es el primer Episodio –w- . Sé que tengo abandonado aquél fic de Yu-Gi-Oh!, pero necesito tiempo para retomar las ideas que tenía, puesto que siempre las anoto en un documento de Word, pero formatee porque estropee el ordenador XD y no tenía pendrive o dispositivo para almacenar mis fics(todavía no consigo uno)


Basta de Chachara, Comencemos.


Episodio 01: El Valle de Los Sueños


Recuerdo esos días en que era tan solo un niño, fueron muy pocos pero siempre los atesoro y los considero parte de los mejores momentos de mi vida ya que mi infancia murió de una forma muy rápida para la que nunca pude estar preparado, el hermoso día soleado hacía que mi rostro se llenara de una gran alegría, cada día era uno al lado de ellos, de mi familia y mis amigos tanto Pokémon como las personas.


Mi padre, llamado Zeus, fue considerado por mí un ídolo y una persona a la que siempre quise igualar en todos los aspectos, su destreza en las batallas y su gran habilidad para engañar a su oponente lo hacían ser uno de los mejores entrenadores que conocí, Mi madre llamada Alicia, siempre me ayudo, dio de comer, ayudó en todo lo que pudo y más importante, me enseñó todo el amor que podía darme un ser querido, a pesar de todo siempre estar dispuesto a perdonar por mucho daño que nos hayamos hecho entre nosotros mismos.


Aunque todo, por muy duradero que parezca ser, no duró por mucho tiempo…


Era en aquellos días yo solo tenía doce años, una tarde de verano, en la que yo estaba jugando con Bronzor que hoy en día es uno de mis mejores amigos, era un valle oscuro dentro del bosque puesto que no podíamos saber si era de día o de noche, junto a mí se encontraba mi mejor amiga, Anís que tenía la misma edad que yo. El colegio había terminado y al fin era mi oportunidad de decirle lo que sentía por ella en ese entonces.


— Delos, ven acá te enseñaré un lugar maravilloso. — Me hacía señas con las manos como para que me acercase.


Comencé a sentir las gotas de la lluvia caer sobre mí, odiaba mojar mi ropa así que me quedé parado ahí. Se podía escuchar como las gotas chocaban con las hojas de los arboles. Anís se impaciento puesto que me quede observando la lluvia caerme encima, así que se devolvió para tomar mi mano y llevarme con ella.


— Es sólo lluvia, no entiendo porque te paras ahí como si te hubieran paralizado — agregó mientras me jalaba la mano.

— ¡Odio mojar mi ropa! — Le contesté mientras era llevado.


Ella sonrió ante mí disgusto girando su cuerpo mientras caminaba en reversa para responderme.


— Eres tan idiota — Alargando la palabra tan


Debido a que no estaba viendo por donde iba Anís tropezó con la rama de uno de los árboles y cayó al suelo, como sostenía mi mano la fuerza de la caída hizo que me jalara de tal modo que caí sobre ella.


— El burro hablando de de orejas, o en este caso, la burra — Sonreí al caer sobre ella, posterior a eso le di un pequeño golpe con mi dedo índice que reforzaba con mi pulgar.


La miré a los ojos y vi que en lugar de estar apenada o molesta consigo misma por haber fallado así, sonreía causándole gracia el haber caído así. Me sonroje por unos segundos, esperaba un insulto o alguna clase de excusa habituales, decidí levantarme y extender mi mano para ayudarle a levantarse, ésta aceptó y se levanto.


— Vamos, aún no hemos llegado ¡Tonto!

— Si no hubieras perdido el tiempo en esa caída quizás ya estuviéramos allí


Ella solo corrió entre risas, no iba a llegar a ningún lado si no la seguía, corrí lo más rápido que pude para alcanzarle, pero era demasiado rápida y resistente, aflojé el paso susurrando para mí mismo.


— Esto es humillante


La vi parada a unos metros de distancia, por lo que corrí una vez pude recuperarme para encontrarme con ella. Estaba parada y enfrente de ella se encontraba un árbol, pero esta zona del bosque era distinta, en comparación a todo lo que habíamos visto Bronzor y yo ya que aquí estaba más soleado que el resto del sitio, el lugar donde se encontraba Anís estaba repleto de girasoles y el césped era más brillante.


— ¿Qué es este lugar? — Le pregunte sorprendido por las diferencias que encontré

— Este, es “El Valle de los Sueños” — Contestó mi pregunta, aunque quede con dudas.

— Nunca había escuchado nada sobre este lugar

— Es por eso que sigues siendo idiota — Seguía mofándose de mí — Este lugar lo nombré yo, grandísimo bobo

— ¿Y porque un nombre tan ridículo? — Le pregunté

— Lo hice en honor al libro que me he encontrado aquí mismo — Mostraba el libro con una de sus manos mientras lo señalaba con el dedo índice de la otra.

— ¿Un libro? ¿Y lo leíste? — Le pregunte de inmediato

— Noooo, me lo comí — Respondió de una manera sarcástica, puesto que luego de pensarlo, lo que pregunte fue una estupidez — Si los leyeras, quizás dejaras de ser tan estúpido.


Decidí ponerle fin a la discusión quedándome callado ya que creí que serían suficientes por un día, a pesar de que la mitad del día nos la pasábamos insultándonos no dejábamos de ser amigos, era una rara forma de amistad. Extrañamente era la persona con quien me sentía más cómodo.


— Deberías estar agradecido, eres el primero a quien traigo acá.

— Oye, en este sitio no llueve.

— ¿Ves? Es donde me refugio cuando peleo con mis padres — detalló haciendo que prestara más atención al sitio donde estaba parado, luego surgió la duda.

— Y ¿Por qué me trajiste aquí? —No sabía que quería lograr llevándome a ese sitio, pero era muy especial para ella.

— Bueno… este… yo… tu… eh….— Comenzó a tartamudear

— Sigo esperando una respuesta convincente — Me cruce de brazos y comencé a zapatear la hierba.

— ¡No es fácil decirlo! — Me gritó mostrando su inseguridad

— ¿Quieres expresarlo de otra manera? — Pregunté intentando facilitarle las cosas, aún sin saber la menuda sorpresa que me llevaría

— ¡Sí! — Exclamó un poco más aliviada


Para mi sorpresa caminó hacia mí, acercando su rostro cada vez más al lado izquierdo de mi mejilla logrando darme un beso, un calor infernal se apoderó de mi cuerpo el cual hizo que correspondiera de otra forma. Pero debía asegurarme que no estuviera malinterpretando las cosas, el sol me estaba matando, pero lejos escuchaba las gotas caer en las hojas de los arboles.


— ¿Esto es lo que creo que es? — No quería equivocarme, quedaría como un completo idiota, aunque ella siempre me lo otorgo como sobrenombre yo siempre quise demostrar que se equivocaba.

— Sí, siempre te he querido en secreto.

— ¿Me creerías si te digo que también lo hice?


Ella asintió con la cabeza, quien diría que pasaría así…


— En realidad te quería regalar este libro, puesto que ya lo leí me gustaría que tu lo tuvieras

— Que detalle, lo leeré cuando regrese a casa.


El sonrojo era mutuo, no sabíamos que decirnos, pero sin darnos cuenta dejamos un silencio que disfrutamos observando cómo caía el sol, curiosamente este era el único lugar donde el sol podía verse desde donde aparecía hasta donde se ocultaba. Anís colocó su cabeza en mi hombro mientras observábamos el atardecer.

Cuando el sol cayó ambos volvimos a nuestros hogares, caminamos hasta la salida del bosque y nos separamos, estaba muy feliz por lo que había pasado en ese intervalo de tiempo, no podía esperar para llegar a mi casa para leer el libro que acababa de obtener de manos de Anís.