One-shot Pierrot Senka

Tema en 'Vocaloid' iniciado por Furukawa Haruka, 15 Diciembre 2016.

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    Furukawa Haruka

    Furukawa Haruka Iniciado

    Virgo
    Miembro desde:
    15 Diciembre 2016
    Mensajes:
    3
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    Pierrot Senka
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Tragedia
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    3130
    Todo el mundo adora los circos, llenos de magia, con sus colores, sus risas y sus secretos, pero detrás de toda esa magia no siempre hay hermosos recuerdos, en especial para la gente que trabaja en estos lugares. Un día como cualquier otro del verano, a llegado a Londres antiguo un famoso circo ambulante, el mismo circo que partió de allí unos años antes, con su magia y sus famosos pierrot, que sacan las carcajadas de la gente que va por la calle con sus máscaras sonrientes y sus trucos de equilibrio y malabares... Pero en medio de esa multitud llena de niños y adultos con sonrisas, una sola cara esta llena de lágrimas... Este circo la última vez que estuvo en esta ciudad guardo en las sombras una historia que apenas estaba comenzando a florecer, y ahora que ha vuelto, la historia ha comenzando a florecer de nuevo, en medio del dolor más hermoso que se pueda recordar...

    Emilia era una chica de una familia adinerada, y cuyos padre era muy estrictos, por lo que ella siempre había estado sola, nunca había podido conseguir un amigo, siempre... siempre encerrada en su casa como una princesa en lo más alto de una torre, y para cuando el circo llegó a la ciudad, cerca de esa temporada en la que todo el mundo era feliz y se divertía, ella solo guardaba su dolor aumentado por la soledad, en lo más profundo de su corazón mientras miraba a través de la ventana de su habitación. En ese momento su padre la llama a su oficina, la cual se encuentra en esa enorme mansión y en la cual pasa más tiempo que en cualquier otro lugar, al llegar a la oficina de su padre este le dijo que tenía que casarse con una persona a la que ni siquiera conocía, un matrimonio arreglado con el hijo de un conocido de su padre; ante sus padre, Emilia con su cara tratando de ocultar el dolor que sentía, simplemente acepta lo dicho por él pero antes de irse de la habitación, mientras su padre ve los papeles que estaban sobre su escritorio, Emilia, toma valor para decirle a su padre un deseo, para pedirle por primera vez un simple deseo que quiere cumplir. Después de respirar profundo, Emilia acomoda su postura y se dirige a su padre con el tono más respetuoso que puede:

    -Padre, el circo ha llegado a la ciudad, y por primera vez en mucho tiempo quiero pedirte que me dejes ir a verlo.

    -¿El circo?... Tu sola no puedes ir...-dijo el padre de Emilia con tono severo sin siquiera apartar la vista de los papeles que leía.

    -Por eso quisiera que me llevarás a verlo padre, que fueras conmigo. Hace mucho tiempo que no salimos juntos, desde que era niña. -dijo Emilia, con un tono algo triste e insistente pero aun respetuoso.

    -No tengo tiempo. Aun podremos salir cuando te lleve a conocer a tu esposo - dijo el señor con la misma severidad de antes.

    -Pero padre...-dijo Emilia, mientras agarraba sus manos que estaban temblando y trataba de evitar que sus lagrimas salieran.

    -He dicho que no Emilia, ahora puedes irte, ve a tu habitación. -dijo el levantando la mirada, y dirigiendola seria y fríamente hacia Emilia.

    -Sí padre, perdóneme.

    Emilia da una pequeña reverencia a su padre y sale de la habitación. Al cerrar la puerta, se da la vuelta y se queda de pie allí, mirando al piso; levanta la mirada y ve hacia la ventana, fuera de ella está la calle y todos los niños riendo. Emilia se sentía en otro lugar, como que el mundo detrás de esa ventana fuera inalcanzable para ella. Emilia comenzó a correr por los pasillos y sin que nadie la viera salió de la mansión, cosa que nunca había hecho y corrió hasta salir de las calles de la ciudad y no se detuvo hasta cuando estuvo frente a un árbol en la cima de una pequeña colina, entre un montón de pasto verde; por primera vez había escapado de casa de ese modo, no se había percatado hasta que se encontró frente al árbol y después de mirar a todos lados, se dio cuenta de que no había nadie. Se sentó a los pies del árbol y al mirar el paisaje, hermoso pero solitario comenzó a llorar a los pies del árbol dejando salir todo el dolor que llevaba dentro, entonces desde atrás del árbol salió un chico, que llevaba una máscara exactamente igual a la que usaban los pierrot del circo; Emilia lo miró sorprendida y entonces el chico rápidamente sacó una pelota gigante y se paró encima de ella manteniendo el equilibrio, mientras Emilia aun con lagrimas en los ojos los miraba sorprendida; entonces el chico parece pisar mal y se cae de la pelota, la cual sale volando y le cae encima, dejando salir una risa de Emilia.

    El chico se levanta y toma la pelota, la arroja por los aires y hace otro par de trucos para hacer sonreír a Emilia, después de un rato, Emilia reacciona y se apresura a volver a casa, despidiéndose del pierrot quien la ve alejarse y la despide con la mano. Mientras corre de vuelta a casa Emilia piensa que ya nunca volverá a ver a aquel pierrot, o que esa quizás sería la primera y última vez que lo viera. Al llegar a su casa la recibió inmediatamente su padre, completamente enojado por eso, y antes de que Emilia pudiese decir algo este levanta la mano y le da una bofetada, Emilia no hace nada ante eso, y aguanta de nuevo su dolor dentro de ella misma, mientras su padre furioso la manda a ir a su habitación. Al día siguiente su padre llega a la habitación de Emilia y le dice que se arregle para ir a conocer a su prometido, en ese momento Emilia se encontraba viendo por la ventana a los niños que jugaban por la calle y no escuchó a su padre, el cual enojado vuelve a llamarla y a repetir lo mismo, Emilia reacciona ante la voz enojada de su padre y responde, después de eso su padre se va de la habitación y dos sirvientas entran para ayudar a Emilia a vestirse.

    Al salir de la casa, Emilia y su padre se dirigen al carruaje que está detenido al otro lado de la calle, y que en medio de esta hay un montón de personas, y en el centro de estas personas hay un pierrot en un monociclo, malabareando pelotas para entretener a la multitud reunida alrededor de él. Al pasar entre la multitud, Emilia se detiene para ver el pequeño número que está montando el pierrot, e inmediatamente no tardó en darse cuenta que era el mismo pierrot que había visto el día de ayer, la máscara era la misma lo único que cambiaba era la ropa. Emilia lo miró y rápidamente la tristeza inundó su corazón de nuevo y su mirada era triste, aunque estaba sonriendo sus ojos eran tristes al ver la pequeña obra del pierrot; las lágrimas comenzaron a salir silenciosamente, y el público estaba tan concentrado en el acto que no se percataron de esas lágrimas silenciosas que llenaban los azules ojos y corrían por las mejillas de joven y hermosa dama de cabellos dorados, que estaba entre el público, pero aunque nadie más podía notarlo, el actor que se encontraba frente a ella, a través de esa colorida máscara sonriente pudo darse cuenta de cada una de esas lágrimas. En ese momento solo ellos dos lo sabían, solo ellos se daban cuenta, la joven de quien provenían esas lágrimas y el actor que estaba frente a ella y cuyo trabajo era hacerla reír. En ese la atención de Emilia estaba en el acto, y había olvidado por qué estaba en ese momento allí, pero le fue recordado por la padre de su mano, la cual se posó en su hombro y la hizo entrar en la situación, ella no estaba para ver al pierrot, no para cumplir sus deseos, estaba en camino a cumplir los deseos de su padre.

    Emilia cerró los ojos, su cara evidenció rápidamente la tristeza que sentía mientras seguía de pie allí, y su padre la miraba con gran severidad. En ese momento el pierrot se había detenido justo en el centro de su escenario imaginario que estaba cercado por las personas que miraban el acto; mientras por detrás de toda la multitud dos chicos murmuraban entre ellos, entonces uno de ellos tomó una piedra. Emilia abrió los ojos , dió una última mirada al pierrot quien estaba detenido allí y comenzó a caminar junto con su padre, mirando hacia el piso en silencio, entonces se escuchó un ruido el cual consiguió que ella se detuviera volteara repentinamente para encontrarse con que el pierrot se encontraba ahora en el piso y en el piso había gotas de sangre que provenían de su cabeza; los chicos que había estado murmurando atrás, le habían lanzado la piedra que habían agarrado del suelo y le habían dado en la cabeza al joven pierrot derribandolo y hiriendolo en la cabeza. Todo el público lo miraba preocupado, un niño del público que se encontraba en los brazos de su madre, al ver al payaso en el piso estuvo a punto de comenzar a llorar, pero entonces el chico se levanta haciendo como si se tambaleara y caminando de espaldas y dando unas vueltas llegá hasta el niño para calmarlo y hacerle reír, haciendo que en el lugar donde está su herida aparezcan rosas. Mientras Emilia lo mira preocupada, en ese momento el padre de Emilia se da cuenta de lo que ni Emilia sabía hasta ese momento, su hija comenzaba a enamorarse de ese payaso del circo.

    Después de eso Emilia y su padre se van, para encontrarse con el prometido de Emilia, el cual se encontraba justamente en el circo, al cual pertenecía el pierrot. En ese momento justamente también venía llegando el mismo joven payaso. Mientras su padre y el joven prometido de Emilia conversaban, Emilia vio al pierrot, y aprovechando el descuido de su padre se escabulló entre la gente y siguió al pierrot hacia la parte de atrás de la carpa del circo; lugar en el cual estaban las cajas con los instrumentos del circo, y donde, sentado sobre una de estas se encontraba el pierrot al que ella venía siguiendo y el cual tenía en el lugar donde le habían pegado la piedra, dos tiras cruzadas para hacer una cruz, la cual aunque cumplía con su trabajo, también era cómica. Emilia lo ve y rápidamente se acerca a él con lágrimas en los ojos, mientras este permanece en silencio y la ve; al estar frente a él, con lágrimas en los ojos Emilia le dice:

    -Puedo ver tu dolor detrás de esas mentiras - mientras desviaba su mirada.

    -Ni una sola vez te he mentido - dijo el pierrot mientras con sus dos manos apuntaba a la sonrisa en su máscara, y estas también parecían formar una sonrisa, como diciendo <<Sonríe...>>.

    Esas palabras entristecieron aún más a Emilia, la cual no se dio cuenta que, escondido detrás de una de las enormes cajas del circo, su padre la veía junto con ese pierrot, y en su cara se evidenciaba el odio que sentía y lo molesto que estaba. Ese pierrot se estaba metiendo en el camino de sus planes, y desde que el circo llegó a la ciudad su hija ya no era tan obediente como antes, así que el señor había rápidamente atribuido la culpa al pierrot que solo quería cumplir con su trabajo. Emilia sin saber nada rápidamente volvió junto con su padre, el cual antes de que ella se diera cuenta había vuelto junto con el prometido de ella y la estaba esperando sentado entre el público, pero el señor no mencionó nada del tema, no solo porque estuviese el prometido de la chica presente o porque estuviesen en público, sino que el ya había hecho los arreglos para deshacerse de ese pierrot que estaba arruinando sus planes e interviniendo con su hija. El padre de Emilia, antes de que ella se fuera de donde estaba el pierrot, fue con uno de los trabajadores del circo, y les pagó para que sabotearan el acto del pierrot y causarán que muriera, haciéndolo pasar por un accidente.

    Mientras Emilia veía el acto sin sospechar nada el señor seguía sentado, esperando ansiosamente la intervención que causaría el fin de sus problemas, y que él pudiese volver a tener el control sobre su hija plenamente. Entonces por fin entró en escena el joven pierrot y comenzó a subir las escaleras hasta llegar a la plataforma; su acto sería cruzar la cuerda floja a esa gran altura montado sobre su monociclo; la cuerda había sido medio cortada, para que se rompiera con el peso del chico. El payaso subía la escalera con su máscara sonriente, sin saber lo que sucedía, o la secuencia de hechos que convertirían dentro de poco ese montón de ojos llenos de asombro y nervios en ojos aterrorizados, sin percatarse que en medio de esa multitud que lo miraba expectante, había una mirada maliciosa y llena de odio que esperaba con ansias el cruel desenlace del cual se había encargado de organizar; al igual que entre la multitud había una mirada triste y preocupada, que lo miraba con una sonrisa y asombro al mismo tiempo. El pierrot llegó a la plataforma, se montó en su monociclo y agarró la vara que tenía para ayudarle a mantener el equilibrio y comenzó a andar sobre la cuerda, la cual, cuando iba a la mitad, se rompió dejándolo caer, y desenfrenado así los gritos de terror de la multitud que lo veía todo, mientras esa mirada que esperaba esto con ansias cambiaba a estar complacida, y Emilia rápidamente sintió un golpe de emociones que no podía describir con seguridad: Terror, dolor, miedo, cariño, tristeza, entre otras.

    El payaso no podía entender qué sucedía, no estaba asimilando los hechos, y de un momento a otro se encontraba en el aire, cayendo desde lo alto hacia el suelo rodeado de gritos de horror y el ruido de la gente que comenzaba a correr hacia afuera para no verlo tocar el piso; en medio de la caída presenció lo que se llama "ver tu vida pasar frente a tus ojos", se vió a sí mismo cuando era pequeño en las mismas calles de esta ciudad, solo llorando sin que nadie se detuviese a prestarle atención; pero estos recuerdo se alternaban entre lo que estaba pasando, simultáneamente cada uno. En alguna parte de la caída la máscara se separó se salió y calló libremente lejos de él. Al verlo caer y mientras todo el mundo corría asustado lejos del lugar, Emilia se levantó de su asiento e ignorando los gritos de su padre para que volviera junto a él, corrió hacia el escenario tan rápido que la cinta que aguantaba su cabello se soltó dejándolo libre, mientras ella pasaba entre la multitud hacia el escenario, dejando atrás a su padre. Paso al lado de la máscara del pierrot la cual estaba en el piso destruida, hasta llegar junto al chico que estaba bajo esa máscara. La cara que hasta el mismo había olvidado le era tan conocida: En el pasado unos años atrás, la última vez que salió con su padre y se separó de él, vio a este mismo niño llorando solo en medio de la calle siendo completamente ignorado y ella fue la única que fue hasta él para calmarlo.

    El joven payaso, mientras sangraba, reconoció rápidamente la cara que había ido en su auxilio; a la chica que lo tenía entre sus brazos, no como la de la chica que había hecho reír bajo el árbol, si no como la chica que muchos años atrás cuando estaba solo en medio de esa calle había sido la única que le prestó atención y lo había consolado. Incluso aquella vez bajo el árbol la reconoció y también la consoló. Emilia al ver su cara no pudo evitar sorprenderse al ver en ella una sonrisa dirigida a ella, y con los ojos cerrados el joven dijo: "Hola, otra vez viniste..." En ese momento sintió unas gotas caer en su cara, y al abrir los ojos se encontró con la cara de la chica que estaba llorando sobre él, y cuyas cálidas lágrimas caían sobre su cara. Eso lo sorprendió y lo hizo darse cuenta de la situación, pero antes eso solo pudo decir: <<Sonríe>> antes de el también comenzar a llorar. Esa chica que estaba llorando por él, como le hubiese haber tenido la fuerza para decirle: "Tranquila, estoy bien. Pues tu me ayudaste a encontrar ese rostro que olvide tras la máscara..." en ese momento Emilia lo abrazó y él solo podía decir en su mente: "Tranquila, estoy bien. Tú llegaste con tu magia a iluminar a este mentiroso pierrot... y ahora puedo descansar..." mientras pensaba esto, sus ojos estaban llenos de lágrimas, y entonces lentamente los cerró. El pierrot murió en los brazos de la joven que lo consoló, no sólo una vez sino dos. Mientras Emilia solo pudo llorar desconsoladamente en medio de ese escenario vacío hasta que llegó la policía y toda la gente a la que habían llamado, para encontrar al chico en sus brazos.

    Después de una investigación se enteraron de todo y el padre de la joven fue arrestado, el compromiso no se llevó a cabo. El joven pierrot no tenía familia y los del circo no hicieron nada, así que Emilia hizo lo posible para que enterraran al pierrot justo en donde ellos se habían vuelto a ver, bajo el árbol en la colina. Emilia vivió un poco más pero después enfermo gravemente, y antes de morir fue a donde estaba enterrado el pierrot, y colocó justo encima de la tumba un monociclo, el mismo que el había tenido solo que arreglado y como nuevo junto con un lazo, después de eso al siguiente día Emilia murió, pero en su cara había una sonrisa, por primera vez en todo ese tiempo. Y la otra familia junto con la gente del pueblo enterraron a Emilia junto con el pierrot bajo el árbol, recordando todos aquel extraño romance entre un pierrot de un pequeño circo nómada, y la chica adinerada de la ciudad que vivió encerrada en su casa, una hermosa pareja, bien dispareja que ahora solo pueden estar juntos en el cielo. Un tragedia muy lamentable... pero al mismo tiempo no...

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    Fin.
     
    Última edición: 15 Diciembre 2016
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    Nicolás Pink

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    En lo personal no es mi genero como le dijo a todos cada ves que leo algo que sale de fantasia xD necesito mas accion y combates si no me termino aburriendo, aunque por otro lado esta bien escrito eso te lo reconozco, a lo mejor hay algun tipo de error pero yo no me di cuenta.

    En pocas palabras la historia en si no me gusto ya que no me gusta el genero pero me gusto como esta escrita :D
     
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