Microrrelato Pesadilla

Pesadilla​

Siento el latir de mi corazón, mis sentimientos se agudizan cada segundo, se que él esta atrás de mi, observa como corro del terror que le tengo.

—No importa donde estés, siempre seré tu sombra... —sólo escucho en la inmensa oscuridad aquella voz tan horrible. El miedo se apodera de mí, me falta el aire, mi vista se nubla, muchas cosas pasan por mi mente y me dejo caer sobre mis rodillas, siento mucho frío, el miedo ya está controlando mi ser, la impotencia que siento al saber cómo termina esa pesadilla comienzo a llorar.
Siento una brisa y algo liquido en mis pies, con terror miro que es, me quedo pasmada ante ver ese liquido rojo carmesí en mis manos y mi reflejo en el, pero me horroriza más el verme lastimada en ese liquido, mis ojos lloran sangre, mis manos laceradas y mi vista perdida, ¿en eso terminare?

—¡No! —Algo dentro de mí dice que siga, que corra, que grite. Por más que lo hago, nadie me escucha esto es lo peor de la vida. Un horrible hedor llega a mí y esto significa que él está más cerca de lo que creí.
Me intento levantar pero unas sombras salen del suelo y me toman de mis pies, me toman con fuerza cada movimiento que hago me lastimó, son como espinas clavándose más y más, a lo lejos una pequeña luz aparece, jamás odie tanto la luz como este día. Pude ver su rostro, era un humano o eso parecía, está lleno de cicatrices unas siguen sangrando, sus ojos negros como la oscuridad que se encontraba a mi alrededor, de su frente veo que le sale un ojo más y esté se dispone a mirar a todos lados y al final se enfoca en mi, su piel clara como la nieve, una sonrisa retorcida en la cual veo sus dientes putrefactos y puedo sentir como saborea mi dolor, quedo atónita al ver que de sus costados salen una brazos que llegan a donde estoy, estos me toman del cuello y me acercan a él. Trato de salir de su agarré, pero sólo me lastimó más. Siento miedo tanto que él lo nota.

—No sirve de nada que quieras hacerte la valiente, siento tu miedo y eso me alimenta, hermosa.

—¡Suéltame escoria! —Sólo veo su sonrisa retorcida se me acerca poco a poco hasta quedar a unos centímetros de mi oído y susurra.

—Yo soy tu pesadilla... Jamás despertaras.