He aquí un pequeño escrito que desarrollé tras una pesadilla que tuve, he de allí el título. A ver qué tal. Pesadilla Siempre había sido suya. Desde que había visto la luz por primera vez en su vida, la atención de su hermana mayor siempre había sido suya. En casa era suya, en la escuela era suya, en la calle era suya, en el parque era suya. Incluso su hermana la prefería por encima de sus amigas. Era suya las venticuatro horas, los siete días de la semana. Y esa maravilla no habría terminado de no ser por aquel animalito que su prima les había regalado a ambas. Un gato colo café con leche y ojos verdes de siete meses de vida. Una mascota para las dos. Un ser que su hermana amaba más que otra cosa y que ella aborrecía con toda su existencia, porque desde que el felino había llegado a sus vidas, la anhelada atención había sido alejada de ella y había sido dada al gato. En aquel instante, las dos se hallaban en la azotea de su casa, su hermana tenía al animal entre sus brazos, cobijándolo con cariño y ella no podía dejar de fruncir el ceño con desaprobación. Dejó de mirar el cuadro que los dos mostraban y enfocó su visión en el recipiente lleno de agua en el que su madre solía dejar ropa para que se remojara. No había tocado al gato ni una vez, no lo había acariciado, no lo había tomado en brazos. Era hora de hacerlo por lo menos una vez en la vida, ¿no? Se lo pidió a su hermana y ella, feliz de compartirlo, se lo entregó. Miró con expresión impávida aquella pequeña criatura con poco tiempo de vida, mucho menos tiempo que ella incluso. Se encaminó al recipiente y sin siquiera pensarlo dos veces, sin importarle los reclamos de su hermana, ni las heridas que seguro le ocasionaría el felino, lo sumergió en el agua, dispuesta ahogarlo. Escuchó los gritos incrédulos de su pariente, sintió las filosas uñas del gato clavarse en su piel, rasgándola, vio el desesperado retorcerse del que era su regalo al intentar salir del agua y respirar, vio su propia sangre combinarse con el agua, tiñéndola de rojo. Era consciente de todo, mas no le prestó atención a nada. Un poco más y tendría el cadáver de aquel ser que le había quitado lo más preciado para ella. Un poco más y todo volvería a la normalidad. Abrió los ojos, sobresaltada, irguiéndose con brusquedad de su cama para quedar sentada. Respiró agitadamente al tiempo que parpadeaba varias veces. Miró a su alrededor y se descubrió en su habitación, la que compartía con su hermana. Miró la cama pararlela a la suya, donde su familiar descansaba, teniendo al pequeño gato durmiente sobre sus piernas. Se acostó nuevamente en la cama. Un sueño. No había sido más que un sueño. Giró sobre su propio eje y le dio la espalda a su hermana. Un sueño que se había convertido en pesadilla en el momento en que no vio morir entre sus manos al gato. Obviamente que después le di un enfoque más mío, pero en general esta era la idea. Hasta otra.
jejejejeje asesina... no te gustan los gatos? pues a mi, ni me gustan ni me disgustan, alli estan, si me das a escoger, prefiero los perros :P en cuanto a la historia... pero que chiquita mas posesiva... si es así con la hermana... imagínate lo que será con el novio juuuuuu pobresilla, despertar y ver que el méndigo gato sigue vivo :D sabes algo curioso que acabo de notar? ambas tenemos una historia que lleva el mismo título....
Definitivamente soy tu fan, tu forma de escribir es fluida y muy entretenida, a tal grado de que el lector se sumerja y viaje junto con ella. Tu pequeño relato me recordó al maestro Edgar Allan Poe, por lo que hizo que más me gustara. Espero que escribas más de este tipo, que por lo visto, los haces muy bien. Algo que tenemos en común es que yo también tengo uno con el mismo nombre.
Permíteme discernir con lo que dijeron arriba... bueno, no sentí mal la narrativa, pero siento algunas partes que pueden tener más fluidez. Fue un buen relato, lograste mostrar las emociones y la frase del cierre fue excelente para darle el sentido deseado al relato. Por ahí ten cuidado, pusiste "auga" en lugar de "agua". Nos vemos.