Persecución

Persecución

Hola! Este es mi segundo fic, así que, por favor, no esperen perfección y no sean muy duros
con sus críticas, si son tan amables ^^

Bree Harrington caminaba a paso ligero. No sentía temor, pero sí una cierta inquietud.
Se sentía observada, y esa sensación la incomodaba.
Se daba la vuelta cada poco tiempo. Aceleraba cada vez más su paso,
hasta que llegó un momento en que estaba corriendo, sin apenas darse cuenta.
Se dio de nuevo la vuelta. Otra vez la misma sensación. Le pareció ver una silueta detrás
suya vestida totalmente de negro. La invadió el pánico.
Desde que había salido de su casa para ir a la biblioteca, le había parecido en casi todo el
trayecto que alguien la seguía. Se había desviado varias veces por calles y plazas, pero la
sensación de que la perseguían no desaparecía. Ahora no le preocupaba perderse por las
calles de Washington (ciudad a la que acababa de mudarse), sino simplemente deshacerse
de su perseguidor.
Acabó en una calle oscura, en la que no había estado nunca, sin un alma en la calle, a pesar
de ser tan solo las seis y media de la tarde.
Volvió a vislumbrar la sombra que la perseguía más cerca que la última vez. Buscó con la
mirada un lugar donde esconderse. Únicamente vio un portal abierto, de un antiguo cine
abandonado. Las ventanas estaban semi tapiadas y la puerta estaba entreabierta. No se lo
pensó dos veces y entró, corriendo como alma que lleva el Diablo. Todo estaba lleno de polvo,
que hacía que cada paso que Bree daba dejara huellas. Las paredes estaban empapeladas con
pósters polvorientos y desgarrados de estrenos de películas muy antiguas.
Decidió entrar a la sala número nueve. La puerta estaba atrancada. Tuvo que hacer empleo de
toda su fuerza y empujar con el hombro para que, al final, se abriera con un chirrido. Corrió por
entre las filas de butacas rotas y polvorientas, y se escondió al fondo de la sala. Esperó cinco minutos.
Luego otros diez. Nada. Se levantó, lentamente, y alcanzó a ver una figura negra, recortada contra el
fondo blanquecino -este fondo, producido por los haces de luz que entraban por entre las tablas que
tapaban las ventanas, corroídas por los años-.
La silueta se desvaneció, sin darle tiempo siquiera de pestañear. Se quedó inmóvil y luego echó a correr
hacia su casa. ¿Había sido producto de su imaginación?