El Cetro Dorado

Tema en 'Fanfics abandonados sobre Libros' iniciado por DarrenWalker, 26 Mayo 2013.

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    DarrenWalker

    DarrenWalker Iniciado

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    4
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    Escritor
    Título:
    El Cetro Dorado
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Acción/Épica
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    5242
    PROLOGO
    <Monte Olimpo, 15 de mayo>

    Todos los dioses, diosas y criaturas menores se paseaban por las calles de bronce y mármol junto con los pórticos de columnas, los balcones de oro y los braceros de fuego griego verde, los comerciantes de ambrosía y los vendedores de armas, las ninfas modelando en los árboles y las náyades coquetas dando vueltas en los estanques, los sátiros deleitando con su música a los transeúntes y los dioses menores pululando los templos y palacios.

    La vida parecía transcurrir monótonamente en la ciudad eterna, sin advertir la importante reunión que los Dioses Olímpicos iban a llevar a cabo en el gran templo de Zeus.

    Y en medio de aquel tumulto en las calles un figura mayor, pero poderosa, caminaba con tranquilidad rumbo al hogar de su hermano vistiendo una clásica camisa hawaiana celeste con estampados de hojas blancas y unas bermudas caquis, cuando de repente alguien se le acerca por detrás tratando de camuflarse en la multitud para sorprenderlo, cosa que parecía dar resultado pues su víctima no parecía advertir nada, hasta que finalmente a punto de caerle encima este se da la vuelta apuntando sus llamativos ojos verdes encima.

    -Qué crees que estás haciendo, Ares?!- le interrogó al Dios de la guerra.

    -Solo paseaba, je je- rió mientras se ajustaba el cuello de su chaqueta de motociclista negra cínicamente.

    Poseidón se mofó.

    -Quien se pasea por las calles con espada en mano- le dijo sarcásticamente señalando la arma en mano que llevaba y que minutos antes balanceaba sobre su cabeza.

    -Esto… solo bromeaba- se excuso.

    -Tus bromas no son graciosas- le respondió el dios del mar. –Mi hermano te llamó a ti también?!- le preguntó.

    Recobrando la compostura, ambos se tornaron serios.

    -Que querrá ahora- Poseidón volvió a decir. –El solsticio de invierno finalizo-

    Ares se rascó la cabeza, como si tratara de articular algunas palabras cosa sorprendente para alguien que prefiere acuchillar antes de hablar.

    -Tal vez a tu hermano le patina el coco- se burló.

    Poseidón frunció el cejo cuando de repente sintió un golpe de calor súbito, al lado de ambos una columna llameante se encendió y luego de un segundo de ella apareció una mujer joven y mayor vistiendo un chaleco de tela café similar al que usan los profesores destacados en las universidades, sobre una blusa gris y unos pantalones caquis.

    -Atenea…- balbucearon ambos.

    La diosa de la sabiduría y la guerra se acomodó un mechón de su cabello rubio suelto detrás de su oreja ante la reacción indiferente de sus colegas.

    -Aunque me molesta que insultes a mi padre… Tienes razón- afirmó para sorpresa de Poseidón.

    -Bromeas?!- ingirió él.

    -Ahora vez que a veces tengo la razón- Hades se alabó.

    -Cállate- Atenea le dijo.

    Ares comenzó a reírse tontamente para la molestia de ella e indiferencia de él.

    -Bueno, supongo que pronto lo sabremos- añadió Poseidón.

    Los dos dioses comenzaron a caminar rumbo al templo de Zeus, dejando a atrás a la diosa quien no dejaba de rascarse la barbilla pensativamente y mientras ellos le recordaban que no la esperarían ella no dejaba de tener un mal presentimiento.

    <El gran salón de los olímpicos. 2 horas después>

    En el gran salón circular donde yacían los tronos de los olímpicos, sus dueños ocupaban sus respectivos lugares junto a la enorme mesa circular invocada para la ocasión.

    Y mientras esperaban la aparición de la deidad más importante, los olímpicos se entretenían… Ares jugaba con su cuchillo picando alrededor de sus dedos, Apolo balbuceaban rimas incomprensibles y luego anotaba aquellas que podían serle útiles para la ocasión, Afrodita presumía sus encantos ante Deméter y Perséfone, incluso Hades quien había sido llamado también… en su pequeño trono de huesos y humo negro un poco más bajo que el resto no parecía demasiado aburrido, probablemente porque hasta para él era sorpresa el hecho de haber podido salir del inframundo por tercera vez en un año, lo cual le causaba más intrigas a Atenea.

    -Oye deja de pensar tanto que ya casi puedo oler como se quema tu cabello- le dijo afrodita.

    -Tal vez tú deberías usar tu cabeza de vez en cuando Afrodita- le dijo Artemisa en defensa de su compañera.

    La diosa del amor se defendió argumentando que las chicas que piensan mucho se arrugan, cosa que causó aún más indiferencia en ambas quienes se acercaron para compartir opiniones.

    -Te preocupa algo- le pregunto.

    Atenea dio una mirada alrededor de la mesa, todos los olímpicos lucían despreocupados pero ella sentía como si hubiese olvidado algo… algo muy importante.

    -Artemisa, tu sabes qué día es hoy?!- le preguntó.

    Ella ladeo su cabeza como si la pregunta le pareciera tonta, cosa rara en ella.

    -22 de diciembre, por qué?!-

    -No me refiero al día- ella dijo. –Sino que se recuerda hoy-

    Artemisa se quedó pensativa por un momento, y comenzó a actuar de la misma forma que ella, de repente el mismo extraño presentimiento comenzó a molestarla.

    Antes de que pudiera armar el rompecabezas aparecieron las dos figuras principales del día, en medio de una estruendosa nube de tormenta, los reyes del Olimpo: Zeus y Hera.

    Todos los demás dioses se levantaron de sus tronos y les rindieron la debida reverencia, Zeus alzo su mano en saludo con bastante seriedad… lucía molesto, los demás Olímpicos notaban que había algo en su actitud que había cambiado, parecía mucho más serio y amenazador que de costumbre, a su lado Hera mantenía la cabeza baja como si lo hubiese ofendido o algo así esperando a ser castigada.

    Atenea abrió los ojos sorprendida, no por el cambio de actitud de su padre, sino porque finalmente había recordado esa ocasión que parecía haber olvidado rápidamente comenzó a sentirse muy avergonzada de sí misma así como Hera, Poseidón y Apolo, ya que tenían una muy buena razón para lucir así.

    -Supongo que muchos de ustedes se “preguntan” por qué los he llamado- Zeus dijo.

    Poseidón trato de ocultar su rostro con su mano, así como Apolo ambos estaban actuando igual que Hera, pronto los demás dioses comenzaron a actuar de la misma forma menos Atenea, Afrodita, Minera y Hestia. Mientras que Hades viendo la expresión derrotada y avergonzada de sus hermanos dioses solo alcanzo a reír sarcásticamente.

    Atenea pensó y supuso que sus compañeras (Y Hades) también intuyeron lo que iba a pasar. Y todos oyeron lo que su padre celestial iba a decir…
    …Es hora del cumplir juramento…


    CAPÍTULO UNO: Una hiena voladora interrumpe mi noche
    <31 de mayo. 6 meses después de la gigantomaquia>
    El reloj marcaba las 7 de la noche y Percy iba a llegar tarde.

    Su habitación era un caos y en medio de ese caos estaba su esmoquin y sus zapatos, si no los encontraba y se arreglaba pronto en vano habría sobrevivido a la gigantomaquia porque su novia lo mataría, por suerte ella aún no había llegado, puesto que su madre y Paul no le daban aviso y porque además no sentía su ansia asesina cerca… no era común que Percy se prestara para eventos de gala muy seguido así que se podía pasar por alto, pero en esta ocasión podría ser imperdonable.

    Y mientras se ajustaba los botones de la camisa alguien toco a la puerta.

    -Percy, ya estás listo- dijo Paul

    -Aun no, Por qué?!- pregunto. -¡¿Annabeth ya llegó?!- exclamo asustado.

    Paul se rio y respondió negativamente.

    El corazón casi le dio una vuelta a Percy mientras se arreglaba el abrigo.

    ¡¿Cuál es la razón de todo esto?!.

    La Secundaria Goodie donde estudiaba iba a celebrar un nuevo baile de graduación, aunque no estaba interesado su nuevo padrastro Paul Blofis, lo convenció para que asistiera y se relajara un poco, seguramente porque todos en su escuela comenzaban a verlo como una especie de bicho raro dada su poca vida social en la escuela (y tenían razón), y para ese baile había que ir con pareja y a Annabeth no le pareció mala idea, después de todo lo que habían pasado a ambos les vendría bien pasar un buen rato.

    Finalmente después de atarse el moño de corbata blanco salió de su habitación a la sala, donde su madre estaba esperándolo

    -Oooh Percy! Te ves adorable- le dijo nada más voltearse a verlo. –Paul trae la cámara!- le ordeno a su nuevo esposo y su profesor mientras este apenas tuvo tiempo de alabarlo por su buen gusto.

    -Si tú lo dices mamá- le respondió sintiéndose algo incómodo por los arrullos que ella le hacía sobre los hombros.

    Entonces su madre le dedico una larga y cariñosa mirada por unos momentos… que luego se volvieron más incomodos.

    -Tengo algo en la cara?!-

    Unas lagrimillas aparecieron en sus ojos y Percy comenzó a preocuparse.

    -Lo siento hijo…- le dijo. -…Es que, siento que hemos perdido tanto tiempo-

    Percy sabía a qué se refería, había estado 9 meses desaparecido en acción en el campamento romano, para luego embarcarse en una expedición suicida juntos a otros 5 amigos y su novia, que casi no viven para contarlo, descender al “infierno”, evitar una guerra y luchar en otra, además de tomar una decisión que casi acaba con la vida como la conocemos, pero según Annabeth ahora deberían poder gozar de algo de paz para variar puesto que ya no quedan enemigos, pero en el mundo de la mitología nada es seguro…

    -…Ahora que lo pienso, ya debería haber llegado- pensó.

    Como si leyeran su mente el sonido del timbre de la puerta lo despertó.

    Sally le sonrío pícaramente y fue a abrir la puerta.

    Desde que tuvo aquel encuentro con Afrodita la diosa del amor en su limosina en medio del desierto hace 3 años, Percy creyó que algo más bello en toda su vida… hasta que su novia entró por la puerta de su casa, Annabeth lucía un vestido de terciopelo color turquesa una pieza que iba desde su hombro derecho hasta las rodillas, además un chal corto del mismo color pero más claro que el vestido, unos tacones grises claros aptos para caminar, con el cabello parcialmente alaciado depositado a un costado sobre su hombro izquierdo.

    -No puedo creer que Rachel me convenciera a usar esto- decía ella apenada mientras entraba a la sala. –Parezco un tubo de neón gigantesco-

    Le pregunto a Percy como lucía, pero este parecía como hipnotizado y Annabeth supuso que esto es lo que Rachel esperaba que sucediera.

    -Percy…- volvió a llamarle. Al fijarse en el detenidamente vio como un pequeño hilo de baba empezaba a salir de la comisura de sus labios.

    Fue como volver al pasado… -Percy!- exclamo chasqueando los dedos frente a su rostro.

    Saliendo del trance el chico se enjuago la boca avergonzado mientras su novia suspiraba, ¡hasta se había maquillado! Lo apropiado para salir pero no demasiado para llamar la atención, Era increíble… se veía como un millón de dracmas de oro, entonces ambos voltearon a un rincón de la sala donde Sally y Paul, ya arreglado como profesor y con la cámara en mano, estaban de pie disfrutando del momento.

    -Debí comprar una videocámara- Paul se lamentaba.

    -Creo que olvidas algo hija- le hablo alguien detrás de nosotros.

    Un hombre mayor al que Percy reconoció de inmediato vistiendo su chaqueta de fieltro con parches de cuero en los codos, no llevaba su gorra de aviador pero esos ojos saltones cubiertos con gruesos anteojos le delataban.

    -Sr. Chase!- Percy balbuceó sorprendido.

    Levanto amistosamente su mano a modo de saludo y dio un paso para entrar.

    -Es un placer conocerlo- señalo Paul. –Sally y Percy me hablaron mucho de Ud-

    El Sr. Chase halagado de inmediato le pregunto si no le habíamos contado de sus gustos, Paul dejo en evidencia de que no lo hicimos y tuvimos una pequeña introducción de 5 minutos acerca de su trabajo como historiador militar, constructor de maquetas, coleccionista de aviones y antigüedades militares (en especial aviones), seguidamente le toco a Paul de presentarse y al final parecía que ambos se llevaban bien.

    -Estaba de visita en Nueva york dando una conferencia en la universidad estatal sobre el comienzo de las fuerzas aéreas norteamericanas y sus primeros aviones, cuando se enteró de nuestros planes decidió que ya era hora de conocerte- explico Annabeth.

    Percy comenzó a sentirse un algo nervioso luego de oír esto.

    -Percy Jackson… recuerdo cuando tú y tus amigos vinieron hace 3 años a mi casa pidiéndome ayuda para salvar a mi hija- me dijo. -Y al verlos juntos ahora sé que mi hija eligió a la persona correcta-

    Percy se separó de Annabeth y se acercó hacia su padre.

    -Annabeth es inteligente y una gran chica- señalo Sally. –Siempre será parte de nuestra familia- dijo Paul.

    El Sr. Chase sonrío con algo de emoción y luego se dirigió a su hija.

    -Lo entiendo hija, pero espero que no olvides que tienes a un padre te quiere mucho y siempre estará orgulloso de ti sin importar el camino que elijas-

    Annabeth se separó de Percy y camino apresuradamente a abrazar a su padre muy emocionado. –Gracias papá-

    -Y Percy…- se dirigió a él. -…cuida mucho de mi tesoro-

    Percy solo asintió.

    Sally les señalo que no importaba y trato juntarlos para las fotos.

    -Luces preciosa- susurró él con tranquilidad mientras posaba para la foto.

    Flash!

    -Gracias, aunque no es mi estilo- señalo ella con algo de disconformidad.

    Flash!

    -Pero eso no significa que no puedes lucir aún mejor que Afrodita- recalcó Percy provocando que ella se ruborizará un poco, aunque él no lo notó.

    Flash!

    Después de que Sally se conformara con la gran cantidad de fotos tomadas finalmente estaban listos para irse, Paul se despidió de ella con un beso recibiendo la promesa de que una deliciosa cena los estaría esperando, el trio subió al Prius del profesor y salieron rumbo al baile.

    <1 hora de tráfico después. En el salón de la secundaria Goode>
    Un montón de chicos y chicas bien vestidos se agolpaban en masa por la entrada de doble puerta de la enorme cancha de baloncesto acomodada para la ocasión, Paul entonces se separó de los chicos diciendo que debía reunirse con los demás profesores para controlar a los estudiantes, recordándoles que era un baile de graduación así que debían divertirse, Percy decidió que podían esperar un poco para evitar la muchedumbre de la entrada aunque a Annabeth no le hubiera importado que su vestido se estirara un poco tal vez así podría caminar un poco mejor, en el salón luego de registrarse en la mesa de entrada y ya en medio de la cancha.

    De repente un par de compañeros se acercaron.

    -Hola Percy- le saludo un muchacho alto de cabello y ojos castaños de aspecto robusto y gallardo pero presuntuoso así su traje de chaleco azul oscuro y corbata rojo claro.

    -Hola Sean- le respondió sin mucho ánimo.

    -Pero mira quien ha venido con el chico “llamas a mí”- le dijo el acompañante del muchacho alto. Pelinegro y ojiazul con un aspecto delgado y larguirucho con un desgastado traje gris y camisa celeste pero no más alto que su amigo anteriormente mencionado.

    Annabeth no le prestó mucho a atención, pero le intrigó un poco el apodo que utilizaron al referirse a él, aunque ya tenía algunas sospechas.

    -Chico llamas a mí?!- les interrogó.

    Entonces los muchachos le explicaron que hace dos años Percy fue visto atacando a una de las porristas luego de haber incendiado el salón de música, Annabeth lo recordó… fue cuando él y ella iban a tener “esa cita”.

    -Supongo que no lo hizo con intención- le defendió.

    Ambos chicos suspiraron. –Eso lo decidió el consejo escolar y la dirección- respondió el castaño alto.

    -Aunque de no haber mediado el Sr. Blofis en su situación ahora mismo estaría asistiendo a este baile-

    Percy aprovechando su oportunidad de contraatacar la injuria verbal le recordó a su compañero…

    -Por cierto Sean, ¿No te gradúas este año?- le preguntó Percy.

    El muchacho puso una mala cara, como si Percy hubiera dado en el clavo,

    -De no ser por tu padrastro lo haría- se excusó. –Además a quien le importa la tonta literatura, deberían eliminar esa materia es una pérdida de tiempo-

    -Muy gracioso Jackson!- dijo su amigo pelinegro en su defensa. –Y quien es tu pareja de baile… ¿Tú hermana?- se burló.

    Ambos rieron, pero Percy y Annabeth se miraron como si fueran dos cómplices.

    -Soy su novia- ella declaró.

    A ambos se les desencajo la mandíbula de la sorpresa y volvieron a examinarla de pies a cabeza.

    -Bromeas?!- dijo el primero.

    -Hablas en serio?!- contesto el segundo.

    Percy y Annabeth se tomaron de la mano como prueba, ante la incredulidad de ambos, quienes les costaba creer que, según ellos: un bomboncito como ella podía salir con alguien como Jackson hasta intentaron cortejarla con algunos piropos, pero ella les convenció de que no llegarían a entenderla tanto como lo había hecho Percy, por suerte no decidieron interrogarlo por la misteriosos 9 meses que anduvo desaparecido gracias al gran sentido de persuasión que su padrastro utilizó con ellos y la dirección de su escuela, al final decidieron dejarlos solos por lo que decidieron seguir con la fiesta…

    Pronto todos se acomodaron en las sillas para ver el acto de graduación que no duro demasiado, Paul estaba entre los maestros que felicitaban a los recién graduados con sus diplomas, y mientras los chicos desfilaban ante unos padres, ambos comenzaron a hablar.

    -Por cierto, como te va en la escuela- le pregunto.

    -Nada especial…- dijo Annabeth. -…Saqué diez con un proyecto de arquitectura virtual en 2 y 3 dimensiones, mi maestro dice que soy el próximo Frank Ghery-

    Percy solo alcanzó a decir un “Vaya”, y le dijo que él también se graduaría el año que viene… si los dioses se lo permiten, Annabeth le recordó que con todo el tiempo que estuvo fuera tiene suerte de no repetir el año, el afirmó que tuvo “suerte”, si por suerte llamas a recibir un curso intensivo de un mes por parte de su padrastro para rendir un examen de recuperación con el 80% de la nota requerida para pasar de grado entonces sí, tenía MUUUUCHA suerte.

    Por lo menos Annabeth tenía un futuro a la vista, por otro lado Percy no tenía ni idea de lo que quería ser, por el momento se conformaba con vivir lo suficiente para ser adulto, algo que creía improbable… pero luego de sobrevivir una batalla épica en nueva york, caer en el mismo infierno y una guerra librada en el corazón de Grecia podía darse el lujo de soñar… con un mañana, Annabeth le tomo de la mano sacándolo de su ensoñación, y Percy sabía que por el momento eso era lo único que necesitaba.

    Después del acto… ambos tomaron unos refrescos, cuando una de las chicas aun vestida con su traje de ceremonia y su birrete les apunta con su cámara.

    -Digan whisky?!-

    Annabeth y Percy se miraron mutuamente como si esperaran la aprobación de otro, sonriendo ambos al final y posando para la foto, pero la chica de cara pecosa y cabello anaranjado se extraña al ver como Annabeth se suelta el pelo amarrado en su costado dejándolo suelto sobre en su espalda y Percy se desarregla el cabello con su mano, la chica les pregunto que estaban haciendo y ellos le contestaron que querían verse como realmente son: dos chicos de 17 años disfrutando de una fiesta.

    Finalmente llegó la hora de la pieza principal y todo el mundo se dirigió al centro de la cancha salón y por órdenes del DJ los chicos tomaron a las chicas de su mano y cintura respectivamente y se deslizaron por la pista con pasos suaves y cuidadosos, Annabeth y Percy se lo tomaban con calma meditando acerca de las cosas.

    -Has mejorado- dijo ella. –Lo haces mejor que Westover-

    Percy sonrió recordando aquella ocasión hace cuatro años cuando ambos junto con su recién resucitada amiga Thalia iban a ayudar a Groover con dos nuevos semidioses en la academia del mismo nombre, salvo la parte en la que fue secuestrado por una mantícora todo salió muy bien.

    -Paul me recomendó unas cuantas clases-

    -Otra faceta nueva del Sr. Blofis que conozco- dijo ella.

    -Por no decir menos- le contestó al ritmo del compás de baile.

    -Pronto comenzará el verano, otra vez- ella volvió a decir.

    Al cambio de ritmo ambos se separaron permaneciendo sujetados de las manos para luego volver a encontrarse cerca.

    -Es cierto que Clarisse y Chris ya oficializaron su relación-

    Esta vez fue el turno de la hija de Athena de reír.

    -Al menos eso es lo que Chris afirma, ya conoces a Clarisse- explico dando un paso adelante al cambio el ritmo de la música. –Es probable que este sea el último año que viva en el campamento-

    Percy trataba de imaginarse a la gigantesca hija de Ares compartiendo un departamento en el Bronx con su novio trabajando de día y haciendo los quehaceres de noche, pero bueno este verano cumplía 18 así que era normal que al fin siguiera su camino, lo que le llevaba a pensar en sí mismo nuevamente… y en su novia también claro, pronto ambos también cumplirían 18 por lo que ya serían mayores de edad la secundaria termina empieza la preparatoria, luego la universidad…

    -Percy!- exclamo Annabeth al ver su mirada pensativa.

    El hijo de Poseidón se disculpó con ella por pensar demasiado, cosa que resulto graciosa para su novia que no pudo evitar reír… y a la luz plateada de los reflectores mezclados con la luz de la luna que se filtraba por la ventana superior del salón su rostro parecía brillar como la nieve en una mañana soleada de invierno o el reflejo cristalino de un rio en un día de verano… y pensó que Annabeth no podía lucir más hermosa, así que cuando la pieza finalizo el acabo su baile con un beso mientras una lluvia de globos rojos y azules caían sobre la gente con un impreso que decía “Felicidades graduados de 2012” y que ella correspondió adecuadamente.

    <1 hora después>
    La fiesta había terminado y Paul debía terminar unos quehaceres del baile antes de poder regresar todos juntos a casa, por lo que decidimos caminar un rato cerca del mirador Rockefeller hasta que terminamos frente a la estatua dorada con forma griega elevada sobre un pedestal sobre la fuente de agua saltarina Annabeth y Percy se sentaron en un banco frente y de espaldas a la misma para descansar, Paul los buscaría dentro de un rato así que tenían tiempo para los dos, habría sido grandioso para Percy… de no ser porqué apenas llegar comenzó a sentir algo extraño, como si una brisa gélida y susurrante la acariciaba la nuca de forma peligrosa, trato de ignorarla y concentrase más en su momento a solas.

    -Mira esa estatua- le señalo. –Pensé que casi todas las esculturas de Nueva York fueron activadas cuando defendimos el Empire State-

    -Tal vez esta no estaba encantada- respondió Annabeth.

    -Entonces se podría decir que tuvo suerte- rio.

    -Percy… es solo una estatua-

    Percy debería haberse sentido un poco avergonzado, pero en cambio se sentía preocupado… esa sensación de brisa en su nuca no se iba es más, parecía hacerse más intensa, vio sobre su hombro, pero no había nada más que la fuente, la estatua y el enorme Edificio Rockefeller.

    -Por cierto, me encontré con Grover en el Central Park de sorpresa-

    Annabeth se emocionó rápidamente, era natural pues no habíamos visto a nuestro amigo sátiro en mucho tiempo… para distraer su atención le comentó que unas ninfas le contaron lo que escucharon de unas náyades a quienes les comentaron unas lechuzas que la Athena Partenos, deslumbraba en medio del patio principal del templo de Atenea en el Olimpo y que su brillante y mágica luz llenaba de vida todo el lado oeste del monte Olimpo que era el sitio en donde se ubicaba el templo de su madre, provocándole un gran sonrojo en su rostro… y no era para menos ya que desde que recupero la famosa estatua de Athena, el mayor orgullo de grecia, se había convertido en una celebridad para su cabaña, el campamento, y toda ser mitológico, todos sus hermanos y hermanas (en especial Malcolm) no dejaban de lanzarle cumplidos por su gran inteligencia, su perspicaz audacia y su increíble valor al superar las pruebas ¡y con un tobillo roto!.

    De repente ella se sintió halagada y comenzó a balbucear muchas palabras sin parar respecto a aquellos momentos difíciles que vivió aunque guardando algo de pena por el triste de su captora, el hoyo en la habitación, el abismo de arañas, Aracne… pero su voz parecía silenciarse, hasta que solo veía sus labios moverse.

    Percy…

    Oyó susurrar a la brisa gélida que soplaba en su nuca, y le preocupó aún más que esta supiera su nombre… lo cual que con el tiempo aprendió a tomar como una mala señal.

    Percy… Jackson…

    Audible claramente como una voz siseante y suave como la de una serpiente, Percy comenzó a buscar con la mirada de dónde provenía pero no parecía haber nada enfrente a los lados ni detrás.

    Percy Jackson… El elegido!.

    La suave brisa gélida que venía de su nuca ahora le soplaba desde arriba… Annabeth al ver que este ya no le prestaba atención intento llamar su atención cuando de repente sintió un ventarrón que agito el chal turquesa que llevaba puesto hasta desprenderlo de sus hombros.

    Ambos se vieron a los ojos y luego vieron hacia arriba para percatarse de una enorme y larga figura peluda al parecer, caía sobre ellos justo a tiempo para escapar de un salto al frente mientras el banco y el borde de la fuente de aguas saltarinas explotando bajo el peso de algo que aterrizaba, chorros de agua y algunos pedacitos de escombros salpicaron encima de sus elegantes ropas volteando la cabeza para ver a una enorme criatura con cuerpo de pantera y cabeza de cuervo de brillantes ojos rojos y un pico muy agudo cubierto totalmente de plumas con alas y una cola de serpiente.

    -Oooh… Demonios!- balbuceó Percy.

    El Hipogrifo respondió a su expresión con un potente y feroz graznido de ave.
    <continuara…>


     
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    anasilviagabriel

    anasilviagabriel Iniciado

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    Me encanta el capitulo!! Como puedo leer el segundo capitulo??
     
  3.  
    Kiyumie

    Kiyumie 【 O F F . 】

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    Fácil, cuando lo publiquen vuelve a este mismo link y lo verás.

    (Tapatalk♥)
     

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