«Cuéntame tus penas», dices, pero tu mirada pide que no diga nada, porque vivir fuera de la realidad es tu felicidad.
A veces la realidad es muy difícil y dura como para querer vivir en ella y es bien cierto, lo que se dice que es preferible ser un tonto feliz que alguien muy listo o sabio e infeliz. Aunque a veces es cierto, que cerrar los ojos a la realidad es algo hipócrita y duro para las personas que realmente lo pasan mal, pero bueno, ojos que no ven, corazón que no siente. Tu nanorrelato ha sabido expresar mucho en pocas palabras y me ha hecho pensar en estas cosas y quizás en más. Está bastante bien sintetizado, es simple, pero interesante, me parece bello. Seguiré leyendo cositas tuyas. ¡Un saludo!
Que triste escuchar esas palabras pero ver el rostro de esa persona y leer en éste que lo le cuentes. Es como si a esa persona no le interesara escuchar las penas de esa persona y lo más triste es que esa persona sabe que se siente mal, que desea contarle algo, aun así, pide a gritos que no lo haga porque quiere ser ignorante y desea continuar sin preocupaciones y al final, quien sale perjudicado es la persona tienen que tragarse su amargura sola.