Pasillo (1º piso)

Su ceño se arrugó con más y más intensidad a medida que la oía, siquiera logró suavizarlo el tacto suave de Balaam. Su postura, los puños comprimidos, el rostro nervioso y los ademanes. Joder, ¿la tomaba como estúpida?

Era obvio que estaba mintiendo.

Sin embargo, ¿quién era ella para entrometerse aún más? No era su estilo insistir, jamás lo había sido y, en sí, había sido extraño que le preguntara en un primer momento. El tren había pasado, lo había hecho, y aún así... Apretó los labios cuando Violet dejó de tocarla y pretendió desviar la conversación.

—Matemáticas, en nuestro caso —dijo, buscando su mano con un cuidado desmedido, y envolvió sus dedos, no su muñeca—. ¿A qué clase vas, Balaam-san? Puedo hacerte compañía, le quedan unos pocos minutos al receso. Además, si tus sensores están fallando preferiría que no andes sola.

Viéndolo en retrospectiva, prácticamente la había arrastrado allí dentro. ¿Lo hacía por Violet o por su deuda inmensa con aquella chica por la cual no había hecho nada? A saber.

Mientras caminaban por el pasillo, se aferró con un poco más de fuerza a su mano y bajó la voz para que sólo ella le escuchara.

—Balaam-san, puedo parecer una entrometida pero te aseguro que no lo soy; al menos, no del tipo que tú temes. —Echó un vistazo alrededor, comprobando que no había nadie cerca, y prosiguió—. Si te ocurre algo similar otra vez, puedes contármelo. No haré nada que te ponga en peligro, lo prometo. Soy ridículamente discreta, quizá demasiado.

Se permitió entonar lo último con cierto tono de ironía y sonrió sin gracia, regulando sus respiraciones; iban algo erráticas.

¿Habría sido un solo estudiante o varios? ¿Mujeres? ¿Hombres? ¿De tercero? Eran los más proclives a enterarse de la condición de Violet tan rápido. Decidió mantener una conversación informal para distraer a la chica mientras, por debajo, recababa información.

—Me habías comentado que te transferiste aquí por tu madre, ¿verdad? —Le sonrió, su voz denotaba la suavidad usual—. ¿Ella vino aquí?

Era esa clase de persona, después de todo, aunque no siempre le viniera en gracia admitirlo. Quisiera o no, la sangre Middel latía y era sumamente poderosa en sus venas. Sembraban, cosechaban, avanzaban y no perdonaban. Puede que fuera por Violet o puede que fuera por ella misma, pero de algo estaba segura.

No dejaría el asunto estar.

 

Sonrió, asintiendo ligeramente. ¿Conque le gustaban las matemáticas?

—A mí no me desagradan, aunque disfruto más de otras asignaturas, como literatura o química. De cualquier forma, pocas cosas le ganan a la satisfacción de aprender a hacer esos ejercicios que en un primer momento lucían tan inentendibles y, además, es un idioma universal.

Vaya, la 3-1. Iba con Joey. Bueno, más tarde podría preguntarle si sabía algo al respecto, si había presenciado algo en el aula. Violet parecía ser amiga de aquel muchacho alto, el moreno, ¿verdad? El que hablaba con Jez en la biblioteca. ¿Debería contactarlo?

No le había dado la impresión de ser una persona muy comunicativa.

Se dejó guiar, realmente, no acostumbraba ceder esa clase de poder pero el tacto de Violet era suave y consideró importante no sobreprotegerla. Estaba ahí, después de todo, por si algo le ocurría.

—Oh, ¿de dónde vienes? Yo nací aquí, mi padre también, aunque toda mi familia es neerlandesa. Casi podríamos parecer una pequeña secta de lejía.

Bromeaba, pero era malditamente preciso. Su mamá sí era holandesa de cepa, se había criado allá hasta que conoció a Vandor Middel en un viaje de verano y... ¿se habían enamorado, suponía? Quién sabe.

No era que evitara hablar de su madre adrede pero ciertamente cada vez parecía resultarle más y más difícil, como si fragmentos de memoria la fueran abandonando día a día y aquella mujer, lento pero inevitable, se fuera convirtiendo en una extraña. Un perfecto desconocido.

Murmuró un suave "¿hmm?" cuando oyó a la muchacha llamando su nombre; no se le había pasado por alto la omisión de honoríficos, pero tampoco le brindó importancia. El semblante de Bleke se suavizó considerablemente y utilizó ambas manos para darle un apretón cariñoso a Violet.

—Por supuesto, Balaam-san. ¿No te lo había dicho? Eres más que bienvenida a unirte con nosotras. Las chicas estarán encantadas de conocerte. —Retomó la caminata con calma y le sonrió—. ¿Qué es lo que más te gusta leer?

 

Fue asintiendo con calma ante la información que la muchacha le brindaba, y la sombra de una sonrisa danzó en sus labios al recibir aquella última porción. Natsu.

—¿Es, de casualidad, el muchacho que estaba contigo en la biblioteca? Parecía estar interesado en el club también, y... ¿conocía a Jez? Estaban hablando, al menos —divagó, empleando un tono de voz ligeramente distraído mientras observaba a Balaam por el rabillo del ojo—. A mí... Me gusta mucho la literatura expresionista, quizá. Nunca pude terminar de conectar con el romanticismo y corrientes similares. Ah, aunque he leído bastantes novelas juveniles, el año pasado, sobre todo. Vaya, fueron unos meses que cambiaba de libro cada semana, una locura.

Soltó una risa suave mientras subían por las escaleras, camino al segundo piso.

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podés postear directamente en el pasillo del tercer piso, if u wanna, que igual y tienen que llegar ahí (?

 

Emily Hodges

Me rasqué la mejilla, aún algo avergonzada pero al menos más tranquila. No se lo había tomado mal, ¿verdad? Quizás solo yo era la tonta que le daba demasiada importancia a esos detalles.

Me puse de pie de un salto, sonriente.

—¡Está bien! Le pondré especial esfuerzo pero... —miré a Kohaku con una expresión bromista, aunque con algo de vergüenza por lo que iba a decir de todos modos—. ¡Nada de ponerle cosas raras a los brownies o algo así! ¡Que lo he visto en series!

No parecía del tipo de persona que se lo fuese a tomar mal pero... mejor cambiar de tema antes de comprobarlo. Tan emocionada por la idea de hacer algo estaba que ni le di mucha cuenta al hecho de que los agarré a ambos de la mano para llevarlos fuera del aula, hacia el pasillo.

>>¡Pues empecemos por este mismo piso! —comencé a decir, sonriente, mientras los iba guiando por el mismo, sin soltar el agarre—. Aquí están las clases de primero, cómo podéis ver. También tenemos el conocido club de cocina y... la enfermería, lo único nuevo es aquello: la sala de arte. No sé si habrá alguien ahora~ Sé que Akaisa-senpai es miembro pero... poco más.

Los llevé después hacia las escaleras.

>>Bueno, no había mucho, ¡pero hay más pisos! ¿Queréis subir o bajar~?

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Siguen en los baños los pendejos *sips tea*

Gigi Blanche <3

 

Se le escapó una auténtica carcajada divertida ante el comentario de Hodges sobre los brownies, echó la cabeza hacia atrás y se llevó una mano al estómago. Luego negó, más tranquilo, y no hizo nada respecto a los movimientos de Emily. Al menos se contuvo de molestarla, por si le había tomado la mano sin darse cuenta de las posibles implicaciones.

Lo cual era muy probable.

Prestó atención a todo lo que la morena les enseñaba con tanto entusiasmo; sí que se emocionaba por las más pequeñas cosas, ¿verdad? Bueno, Anna estaba igual que ella. Al final acabó reparando más en ellas que en las instalaciones, y se sonrió al advertirlo. Eran similares.

—Me da bastante lo mismo, diría —analizó, ante la posibilidad de subir o bajar—. ¿An-chan?

Anna se golpeteó la barbilla, pensativa.

—¿Qué clubes había hoy activos? Podemos darnos una vuelta por alguno~

 

Emily Hodges

—Uhm~

Los dejé libres al fin para llevarme una mano hacia el mentón, pensativa.

>>Está el club de lectura, pero no creo que les agrade que nos metamos solo a ver —reí ligeramente, sabiendo lo sensible que era Kashya a los ruidos en la biblioteca—. Y creo que el club de baloncesto. ¡Podríamos ir a ese! ¿Qué os parece? El gimnasio está abajo~

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stop being so cute idk?????

 

Emily Hodges

Apreté de manera incosciente el agarre de mi maletín a escucharla decir aquello, sintiendo como las mejillas se me sonrojaban ligeramente al recordar lo que había acabado haciendo ayer.

No... pasaba nada, ¿verdad? Era algo que también hacían los amigos.

La seguí por las escaleras y escuché la pregunta con una ligera sonrisa. Al menos podría distraerme un poco respondiendo a eso, ¿verdad?

—Hm, conseguí no caerme, eso ya es un logro en sí mismo, ¿no crees? —comenté con una ligera risilla—. ¿Y tú?

Y aun le hice aquella pregunta, no esperé a que respondiese antes de volver a hablar.

>>Anna, esto... esta mañana mi hermano me dijo que no iba a tener clases... —sin atreverme a mirarla extendí una pequeña caja hacia ella, sonrojada—. Y ya le había hecho al almuerzo. ¿T-te lo querrías comer tú?

A veces me sorprendía la capacidad que tenía para mentir. Ni lo había hecho aquella mañana improvisando ni había preparado solo uno pero... bueno, poco a poco.

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¿Pero como puedes haber hecho un post tan perfecto para poder soltar mi gayness? Gigi Blanche

 

No se había percatado ni un instante de los nervios o el sonrojo de Emily, distraída como era para esas cosas. La mayor parte del tiempo mantuvo su vista en el camino que hacían por las escaleras, camino a la planta baja.

Prácticamente había ya empezado a reírse para responderle cuando Hodges volvió a captar su atención. La vio de reojo, curiosa, y se detuvo para girarse hacia ella en cuanto vio el bento que le estaba extendiendo. El color le subió al rostro sin tregua. Por suerte Emily estaba, de por sí, lo suficientemente avergonzada como para evitar mirarla.

¿Un almuerzo? ¿Para ella? Venga, ¿acaso alguien, alguna vez, le había regalado un almuerzo? Le creyó la excusa de su hermano, no tenía razones para dudar y, de cualquier forma, estaba demasiado sorprendida como para repasar sus palabras.

La vergüenza le dio paso a la alegría con una velocidad casi arrolladora, pero fue una alegría casi contenida. Los ojos le chispearon, emocionados, el rosado se llenó de vida y pudo jurar que el mundo a su alrededor estalló en colores por un breve instante.

Fue un suspiro, una brisa de primavera.

Pero fue tan hermoso.

—¡Claro! —accedió, aceptando el bento con movimientos delicados, y le sonrió ampliamente—. ¡Muchas gracias, Emi-chan! Seguro está delicioso~

Bajó la cajita de madera a la altura de su regazo y la sostuvo allí con ambas manos. Era un simple almuerzo pero sentía que llevaba algo tan, tan precioso con ella, lo suficiente para defenderlo con uñas y dientes si, no sé, algún bravucón intentaba robárselo.

Gracias, Emily.

—Bueno, entonces sólo me compro un juguito y ya estamos. ¿Tú quieres algo?

 

Al final luego de haberle dicho a las chicas del club la cuestión de Jez había tenido que subir casi corriendo, porque se le había hecho increíblemente tarde. Al entrar ya la tutora estaba presente y tuvo que entrar con una tensión que casi le arrancó el aire de los pulmones. De verdad que esa mujer le ponía los nervios de punta.

Estaba por bajar directamente a la cafetería cuando recordó que la tarde anterior había quedado de almorzar con la kohai de primero interesada en el club, así que bajó entonces por las escaleras hasta llegar al pasillo de los de primero.

Se recostó en la pared frente a las puertas de las aulas, para que la chica pudiera verla al salir porque se había olvidado de preguntarle cuál era su clase.


Luego de mandarle el mensaje a Altan se había quedado sola en la clase. Vio salir a las chicas del club de lectura, a la cabrona de Hiradaira, a Aika y el resto. Estuvo por detener a la chica, pero realmente le parecía mejor que estuviera lejos de ella un rato, que se calmara con sus amigas.

Podría hablarle a la salida o el lunes sin problema.

¿Debía ir a buscar a Hiroki de nuevo? No estaba segura realmente, además había descuidado un poco a Watanabe y esa no era tampoco la gracia y... en el fondo realmente quería ver a la chica. Quería saber que era su amiga todavía, aunque ni siquiera tenía idea de si la chica había visto todo el espectáculo de la mañana.

De verdad deseaba que no.

Tomó sus cosas sin mucha prisa, para salir sin pararse a escuchar la conversación que ocurría afuera, y se encaminó a la primera planta. Vio a Laila allí y le dedicó una sonrisa tímida antes de asomarse a la clase de Nagi.

—¿Watanabe-chan? —Llamó con voz suave.

De todas maneras podría enviarle un mensaje a Hiroki, ¿no? Para que supiera dónde estaba en caso de que quisiera algo. Ya lo haría después.

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Holi uwu Mori

 

Le dedicó una amplia sonrisa a la muchacha en cuanto la vio salir y acercarse a ella.

—¡Lista —respondió, enérgica—. Esta vez sí traje almuerzo, así que podemos ir directamente a cualquier sitio... ¿Qué te parece el patio norte, aprovechando que hace buen clima? Es de lo más lindo~

Había comenzado a caminar mientras hablaba, sin demasiada prisa, porque bueno independientemente tendrían que bajar así decidieran comer en la cafetería o en el patio.

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Puedes arrastrar a la niña y postear en el patio o responder aquí si lo sientes mejor y luego yo las tiro en el patio, como gustes uwu

Estaba todavía asomada a la puerta cuando pasó Yukie, saludándola, y dio un pequeño respingo. Dios, Yukie, ¿había visto? No parecía. Soltó el aire de los pulmones con algo de fuerza.

—Buenos días, Inuoe-san —respondió.

Apenas nos segundos después Nagi se levantó a su encuentro, la pregunta que le hizo le vino algo en gracia y se permitió una risa suave mientras negaba con la cabeza.

—Vine a buscarte para que almorcemos juntas~ ¿Te parece? Podemos ir a la cafetería, al patio o quedarnos aquí en el pasillo —dijo mientras le daba espacio para salir de la clase—. Tú decides.

Le dedicó una sonrisa cálida, de esas que sabía colocarse especialmente para ella y Hiroki.

Era una maestra para hacer la vista gorda.

Si Nagi no reaccionaba o no preguntaba, ella ni en joda iba a hablarle de lo que había pasado en la mañana. Aunque... había otras cosas que debía contarle, ¿no?

 

Asintió con la cabeza en cuanto la castaña le dijo de almorzar allí y se sentó a su lado después de que ella lo hiciera, con la espalda apoyada en la pared. Esculcó entre sus cosas para sacar su propio bento mientras estaba en eso, Watanabe soltó la pregunta de con quien había almorzado el día anterior y algo de color le subió al rostro por mero reflejo no tanto por recordar que había almorzado con Usui, sino por el hecho de que había acabado llorando como una cría.

Antes de que respondiera, Nagi le contó que ella había almorzado con Aika, Emily y otras personas. ¿Un chico que la conocía a ella? ¿Altan? Lo dudaba muchísimo y de todas formas la chica aclaró la duda de inmediato.

—¡Ah, Koizumi-kun! —atajó entonces—. Fuimos compañeros de clase en la escuela media, luego en primero lo enviaron a otro instituto junto a uno de nuestros senpai. Espero que no te haya causado problemas, a veces es muy enérgico y eso.

Destapó el bento, llevándose algo de arroz a la boca antes de responder a su primera pregunta.

>>Sobre el almuerzo de ayer... Estuve con Usui-senpai.

¿Bueno y eso de Usui-senpai?

 

Satoko Shichimiya

Llegar tarde a clases se había vuelto, en el transcurso de tan solo cinco días, algo tan común en mí que la profesora ni se inmutó cuando me vio entrar de aquella manera apresurada. No me lo tomé como una ofensa, a decir verdad, porque estaba demasiado contenta y bueno... ¡tenía motivos para ello!

Las clases transcurrieron con normalidad, aunque ciertamente me apenó no seguir con las pruebas hasta la semana siguiente. ¡Me lo pasaba tan bien ahí fuera! Estar sentada atendiendo en comparación era tan aburrido...

¡Pero bueno! Al final la campana sonó y salí con cierta emoción al pasillo. ¿Decidiría el chico almorzar con nosotras? Igual a Yukie no le hacía tanta ilusión, ahora que lo pensaba... ¡pero hey! Seguro que le gustaba el pequeño lagarto.

—Buenas, Yukie~ ¡Claro! ¿Dónde quieres ir?

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Bruno TDF aquí 'tamos si quieres que Satoko le acaricie el dragón a Bergren uwuwuw

 

Ni le había dado tiempo a decirle nada a Watanabe de que quizás Hiroki se apareciera y mucho menos a contarle las cosas apropiadamente cuando el chico llegó con ellas. Iba a saludarlo cuando apoyó el bento sobre su cabeza y cerró los ojos por reflejo, antes de que se le iluminaran con la ilusión casi infantil que ya comenzaba a ser costumbre ante sus gestos o su simple compañía.

No había comido demasiado de su propio bento de todas maneras, así que lo dejó a un lado, tapándolo con un movimiento casi torpe para luego tomar el que él le había traído, desenvolverlo y comenzar a comer de nuevo.
Se detuvo un par de bocados después, sacó de entre sus cosas el almuerzo que le había preparado y se lo extendió, sonriéndole de vuelta.

Bueno, ya qué, ¿no? Ese gesto recíproco hablaba prácticamente por sí mismo.

Perdona, Nagi, cuando lo negué todavía no lo tenía claro. ​

No era capaz de ver que estaba enamorada como una absoluta idiota.

—Venga. —Con un movimiento de cabeza señaló el espacio a su izquierda que evidentemente no estaba ocupado por la castaña—. Siéntate conmigo.

Además estaba realizada a pesar de lo de la mañana, si algo le llenaba el corazón era saber que estaba allí con la que debía haberse convertido en su mejor amiga sin siquiera saberlo y el torpe al que quería por sobre todas las cosas.
No importaba nada más, ¿cierto? En tanto los tuviese a ambos no importaba lo que pasara a su alrededor.

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me to me: ya deja de ser tan culo inquieto y deja de postear en gakkou todo el puto día
also me: que le responda al niño dicen

also chale mi soft Shio ;n;