Pasillo (3º piso)

Contenido oculto: full hell vibes

Puede que fuera tonto para muchas cosas o que sencillamente me gustara jugar el papel, cosa de no andar luego con reclamos encima y mierdas así. En la ignorancia estaba la felicidad, decían, y si los demás te creían con menos de media neurona funcional ¿qué iban a esperar? Vivir libre de expectativas ajenas era, si me preguntaban, de las jugadas que mejor me habían salido. Bueno, no que lo hubiera planeado a pulso, pero así se dio y planeaba aprovecharlo al máximo.

Que éramos imbéciles y qué sé yo, y luego ahí íbamos.

Consiguiendo lo que nos saliera de los cojones.​

Cuestión que no era tan tonto como parecía, así que advertí sin complicaciones la forma en que el tatuado de aquí prácticamente le sacaba radiografía a las señoritas que pasaban. ¿Lo juzgué? Claro que no, venga, si acaso se me ocurrió pensarlo como un espejo. Algo distorsionado, manchado quizá, pero espejo en fin.

La forma en que pronunció mi nombre me orilló a entornar la mirada apenas, sin desdibujar la sonrisa, aunque empezara a preguntarme de qué mierda iba este cabrón. Vamos, parecía estar saboreándolo como una puta paleta de helado, y está bien que tenía nombre de Lord inglés pero no le había facilitado precisamente la información de calidad.

Si se ponía así con Joey, pues qué haría con el resto.

Luego soltó que no le molestaría si el otro se moría y alcé las cejas, entre divertido y burlón. Podría haberme mordido la lengua pero no tenía ninguna maestría en empatía, decencia o control de impulsos, así que removí los pies y paseé la mirada por el pasillo un instante.

—Eh~ —Solté el aire en una expresión distraída y lo observé de soslayo—. Pero bueno, ¿te cagó una novia o algo?

Que si me iba haciendo una idea correcta del tío este, lo menos que debía tener eran relaciones formales. Pero vaya, por la gracia colaba. Luego omitió mi primera pregunta y saltó a la información aburrida, esa que había solicitado de puro relleno, pero me apetecía montarme el teatro así que imposté una atención estúpida en mi semblante. Sabía que era exagerado adrede, cosa que me obligó a ensanchar la sonrisa tras relajar el gesto, y su invitación por la puta cara me arrancó una chispa de sorpresa.

Carraspeé ligeramente la garganta, preguntándome para qué cojones este cabrón podía llegar a desear mi compañía de entre toda la gente, pero acabé por encogerme de hombros y echarle un vistazo a sus bolsillos.

Como si era un maricón el imbécil.

—A ver, a ver, ¿y qué es lo que tienes~? —murmuré, bajando el tono un par de octavas.

No iba a negar ofertas caídas del cielo.

 

Contenido oculto: relleno con rola cuz that's who i am

I'm powerless to do anything.
Drain away my light, like a leaking battery.
.
So I'll carry the lie.
We're real men 'till we die.
.
Now I'm stuck on one day
for the rest of my life

You know it's your blood that I bleed.
Tell me that there's someway that I'll get through the night.​

Habían cosas que a uno le pasaban por estúpido o cabezón directamente, muchas de las mierdas que me pasaban era por eso si debíamos ser honestos y ya no era una sorpresa para nadie. Debía haberme quedado sin jugar a los quemados, obviamente, también debí volver a colocarme el vendaje que me había enseñado Minami a ajustarme, pero de decisiones de mierda vivía el hombre, genio o no, y allí estábamos.

Al final era culpa mía, ni modo.

Entré al edificio con mis pasos de viejo, me detuve junto a la expendedora del pasillo y respiré con pesadez una, dos, tres veces y me acabé lo que me quedaba de la botella de agua antes de dejarla caer en la papelera de turno. Me compré una segunda botella y aunque no se me apetecía, bueno, nada iba a lograr si estaba a un paso del black out.

Me quedé allí un par de minutos, regulando mi respiración, y finalmente enderecé los pasos al ascensor para subir a la enfermería. Ya allí entré como si fuese mi casa y con las pintas de gato de la calle de siempre, sin dejar ver que cargaba una puta galaxia en el costado. Me acerqué a la cristalera, busqué algún medicamento que tan siquiera me regresara el dolor al marco de lo tolerable y escarbé entre las cosas hasta dar con lo que necesitaba para volver a vendar el desastre, darle soporte.

Según Minami era una fisura, no estaba rota del todo, pero joder qué puta mierda. El cabrón de Sugino obviamente hacía las cosas en grande o se iba a casa.

Hecho eso me senté otro par de minutos, bebí algo más de agua y vi a Kurosawa aparecerse para limpiarse el par de raspones. No se detuvo a mirarme, tampoco dijo nada y me dio por pensar que la estúpida tenía un cacao mental con la cuestión de Anna, porque así era. No que me interesara en realidad.

Nunca me había interesado lo suficiente, ¿o sí? De no ser que el peligro fuese palpable, real como la sangre.

Nada nuevo bajo el sol.

Me levanté de la camilla en la que me había sentado un rato después, ni idea de cuánto en realidad, y salí de la enfermería para terminar la misión que había pretendido llevar a cabo al meterme al edificio.

Un poco por descarte lo más probable era que estuviese en la azotea, es decir, con la de veces que habíamos estado allí en medio de diferentes tipos de desastre, de forma que de nuevo volví al ascensor para tan siquiera ahorrarme las escaleras de dos pisos. Ya las de la azotea pues ni modo.

Me metí a mi clase antes, cosa de sacar el móvil para hacer el intento de llamarla si por alguna razón no estaba arriba y entonces sí enderecé los pasos hacia la azotea. Subía a velocidad de caracol y estaba por empujar la puerta cuando me llegaron voces, reconocí la de Anna al vuelo y también la de Amber para la gracia.

En fin, al menos no estaba sola y el mocoso no era mala persona o al menos eso me pareció.

La mano que estaba por empujar la puerta se había quedado a medio camino y había pescado algo de la conversación al vuelo, justo lo de los cara de crío, y se me ocurrió pensar que a Dunn le iba a dar un paro respiratorio si se enteraba que el otro sabía de… Bueno, la cagada de su vida.

Las sombras que poseía, amplificadas por el fuego.

Y eso que ni tenía el resto de la bronca, la de los Jackals, las armas y las manos ligeras, porque seguro ya de plano hacía un hueco y se enterraba el imbécil. Aún así era improbable que hiciera una bronca por ello, al menos eso me parecía a mí, pero bueno, en cualquier caso era mejor que dejara la boca cerrada bajo amenaza si hacía falta porque si Anna se daba cuenta se iba a la mierda otra vez.

De la manera que fuese, no tenía cabida allí o eso sentí, y tampoco me correspondía seguir escuchando conversaciones ajenas, pero aún así me negué a irme a secas así que bajé algunos escalones y me senté en uno que estaba a medio camino entre estar arriba o casi abajo en el pasillo. La costilla me lanzó una punzada directo al cerebro, tomé aire despacio y me acomodé cerca de la pared para poder reposar la espalda.

Así tan siquiera cuando bajaran podría ver a Anna, que a final de cuentas era lo único que me interesaba realmente, el resto me era indiferente.

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Me tomó un chingo de días? yes
Tiene peso argumental? who knows
Al me poseyó el alma? also yes

Gigi Blanche just for the record de que el pendejo quedó ahí como el watch dog que ha sido desde que entró al rol *c va rodando*

 

Y ahí se iba mi fuente de entretenimiento de aquella mañana, como quién no quería la cosa. Había que ver nada más, había empezado el día rodeada de chicos y había acabado subiendo las escaleras hacia el tercer piso bastante sola. Cosas de la vida, suponía, tampoco me iba a poner a lloriquear por ello como si no estuviese acostumbrada o algo por el estilo.

Si tenía que ser sincera, un poco me estaban picando los dedos por irme a la azotea y fumarme otro cigarro, que por mucho que lo intentase disimular la ansiedad seguía ahí presente, jodiéndome con ganas. ¿Qué se suponía que iba a hacer con Aiden? Era solo cuestión de tiempo que Joey lo viese, y conociéndolo como lo conocía no iba a ser un tema que dejase pasar fácilmente. ¿Iba a ser capaz de seguir guardándome el secreto y mentirle tan descaradamente a la cara? Seguramente no.

¿Estaba preparada para contárselo, aun así? De nuevo, seguramente no.

Asomé la cabeza por la puerta de nuestra aula, pero no parecía que hubiese nada ni nadie interesante en la misma, así que decidí quedarme en el pasillo. Por desgracia, no parecía que quedase mucho para que la campana tocase, así que no tenía mucho sentido salir a nada, y quizás mejor me guardaba el tabaco para el receso y ya. Tampoco tenía nada con lo que entretenerme, porque aun no me dignaba a coger el móvil que de repuesto que me había llegado "casualmente", pero al menos ver a la gente pasar no era tan aburrido... especialmente cuando sabías información de la gente que hiciese el proceso más entretenido~

Refugiarse en los dramas ajenos para distraer la mente no era un mal cope mechanism, right?

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Don't mind me, relleno porque me aburro (?)

 

En buena medida podría haberme ofendido con la risa que casi me escupió en la cara; de ser otro tipo de persona, quería decir, o si me pillaba de mal humor o lo que fuera. No me consideraba alguien sensible pero vamos, todos teníamos nuestros días. De la forma que fuera, entre las vendas que llevaba encima, el color de su ojo, el humor con el cual lo había encontrado y su sonrisa al decirme su nombre, pensé que podría reírse hasta de mi cabello, mi cara o la mierda que fuera que no iba a ofenderme. Tampoco consideraba haber hecho nada especial, pero si conversar un rato le había quitado algo de peso de encima me quedaba a seguir entrevistándolo hasta que tocara el receso.

Bueno, o quizá me ganaba el instinto de responsabilidad, pero la intención estaba.

La canción me pegó un susto y todo, pero su risa desvió mi atención por reflejo y no tardé nada en relajar el gesto. Decidí tragarme la sonrisa maternal y toda la mierda porque tampoco pretendía tratar como a un crío a un chico mayor que yo, y el asunto sólo corrió. Si acaso fingí un poquito de molestia por la mera gracia y no tardó nada en disolverse, aunque antes de ello sí solté una tontería.

—Having fun, baby?

Fue una tontería, sí, pero en cierta forma sentí su cuota de verdad y no sé, me hizo feliz de una forma diferente. Al final sí se me coló la mierda maternal y bueno, nada que hacerle.

Supuse que no iba a esforzarse por desmentir las acusaciones punk, así que me limité a seguir sus movimientos con la sonrisa divertida pegada al rostro. Qué va, había sido una mocosa cuando me juntaba con mis amigos para pasar el rato y sentirnos los putos reyes de la colina o algo. Me daba que el asunto de Arata era más serio que andar en patineta y pillar algunas papitas de la tienda sin pagar, en especial cuando dijo aquello con los ojos pegados a la lata. Pero bueno, tampoco me correspondía husmear.

Luego empezamos a subir y estiró el brazo para mostrarme su primer tatuaje. La cabecita de un ave asomaba por el borde de la chaqueta e imaginé que el resto estaría debajo, aunque la mayor duda vino de por qué su primer tatuaje había sido un pájaro tan cute y pequeñito. Y que Dios bendijera los documentales que se zampaba Danny, que me ayudaron a conectar neuronas entre eso y el apodo que me había dado en la fiesta. Honeyguide, ¿verdad? Esos pequeñajos se llamaban honeyguides y... eran los que colaboraban con los hombres para buscar miel, ¿verdad? Como en ese documental con los tíos de... ¿Mozambique? Bueno, por ahí. Los tíos reproducían un sonido específico y los pajarillos aparecían, guiándolos hacia la miel. Una cosa de lo más extraña.

Como fuera, asentí brevemente en lo que me respondía, se me escapó una risa nasal cuando usó la tontería de los homies y seguí detallando el tatuaje hasta que retiró el brazo. Dijo que era un viaje de idea, básicamente, y deslicé la mirada hacia los rastros de tinta que asomaban en su cuello y que, bueno, eran los únicos visibles con el uniforme. Me pregunté realmente cuántos tendría.

—Eso dicen, sí —concedí, dándole un sorbo al zumo, y lo miré en lo que seguíamos subiendo al recibir su pregunta—. ¿Yo? En Sydney acompañé a algunos amigos a tatuarse, sí, estábamos todos medio idiotas y ya sabes, lo hizo uno, lo quisieron hacer todos. Hombre, ¿qué se habían hecho? Como... unas olas, encima de la clavícula. —Alcancé la zona con la punta de los dedos porque sí y luego bajé el brazo—. Parecía el logo que te toparías en cualquier marca de sneakers o de tablas de surf. Muy original.

Ya íbamos alcanzado el tercer piso y mi aula estaba de primera, así que fui aminorando el paso.

—Pero yo no me hice nada, ni idea. Igual ya sabía que nos veníamos a Japón y qué sé yo, tampoco me parecía tan importante o tan cool. —O quizá hubiera querido arrancarme de todo para que doliera menos, vete a saber—. Así que no, no tengo tatuajes. Pero hey, estoy abierta a sugerencias de un experto~

Si lo pensaba rápido, quizá prefiriera alguna mierda más classy. Me fui para el lado de mamá, su sangre francesa y el estilo que siempre había tenido. Los vestidos sobrios, los sombreros amplios y los stilettos, aunque también estaba el costado de la campiña francesa, del cottagecore. Ni idea, quizá una mezcla de ambas me vendría bien. Algo vintage, en definitiva, medio urbano, medio rural, aunque mucha importancia tampoco tenía.

Además eran costosas, ¿verdad? Las mierdas esas.

Llegamos a la puerta de mi aula, pues, así que lo adelanté apenas para detenerme frente a él. A un costado suyo había un cesto de basura y por la pura gracia intenté atinarle desde donde estaba y lo conseguí, botando el cartón del zumo. La tontería me arrancó una risa breve y mira, entre eso y mi desempeño en los quemados ni idea, quizás estaba descubriendo un talento oculto. Regresé los ojos a los suyos y le sonreí.

—Bueno, espero que no te duermas en clase~ Y ya sabes, me gusta malcriar gente así que si un día te apetece comida casera aquí me encuentras.

Realmente no cargaba ninguna segunda intención la oferta, sólo lo invité porque me apetecía y, ni idea, ¿me caía bien? No me parecía una mala persona y tampoco iba a negar que me emocionaba bastante la idea de estar haciendo amigos en el Sakura. No que llevara todos esos años sola, pero me había concentrado tanto en mis obligaciones que descuidé por completo a las personas que había conocido y ahora quería hacerlo mejor.

—Gracias por dejarte entrevistar, it was nice. —Solté una risa breve y no creí que hubiera la suficiente confianza para alguno de los gestos cariñosos que solía permitirme con Maze, así que me limité a caminar en reversa con las manos entrelazadas a la espalda—. Suerte, cielo.

No quise imprimirle mayor seriedad así que lo dije bien casual, pero vaya, de veras le deseaba suerte con la mierda que fuera que estuviera atravesando.

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estuve cien años para escribir este post y terminé bien pinche frustrada, así que espero haya quedado worth chale

no quería cerrar el período sin responderte porque la niña quería extenderle la invitación fOrMal así que ahí jue *c va y c mata*

 

—Uhm, no sé... ¿por qué no? —respondí, simplemente, encogiéndome de hombros.

Preferí no darle más vueltas a ese asunto, pues para empezar realmente no era mío a tratar y para continuar porque... bueno, seguramente se daría cuenta a lo que me refería cuando conociese a Ri en persona, porque ya sabía que la chica no se iba a guardar ningún comentario que le apeteciese soltar. Luego comenzó a enumerar la lista de gente que había conocido desde que había llegado al Sakura y, venga, impresiva era cuanto menos.

>>Ya conoces a más gente que yo —comenté, con una ligera risa divertida, y a pesar de las palabras no hubo realmente nada de molestia o tristeza en mi voz.

Era lo que era, al fin y al cabo, no tenía mucho tiempo para relacionarme con los demás y, francamente, tampoco era algo que me quitase el sueño. Estaba bien de esa manera, con la compañía ocasional de Ri y algún que otro compañero de vez en cuando que cumpliese la cuota. No me molestaba la compañía, pero tampoco era algo que buscase activamente, y de esa misma idea iba a surgir la respuesta a su siguiente pregunta.

>>No sé, no tengo mucho tiempo para pensar en esas cosas, la verdad —contesté, con la calma usual, mientras nos encaminábamos hacia el pasillo de tercero—. ¿Y tú? ¿Le has echado el ojo a alguna de las que has mencionado? ¿O a alguien con quién no te has atrevido a hablar, quizás?

Mientras íbamos hacia nuestra clase, me di cuenta de que la pelirroja con la que compartíamos aula entraba a la misma y, prácticamente instantes después, lo hacía una rubia que parecía haber estado esperando cerca de la puerta. Quizás hubiese sido imaginación mía, pero parecía que esta última había rodado los ojos antes de emprender la marcha. Ni idea, igual no era nada de mi incumbencia.

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Si no te da tiempo a responder está bien uwu

 

Contenido oculto: holy cow me cayó esta rola de MIS FOURTEEN

me voy de la vida bye

Digamos que si ella hubiese reaccionado de mala forma a mi risa me lo tenía merecido, aún así la tontería no había cargado ninguna mala intención. En cualquier otra circunstancia podría haberme descojonado buscando, no sé, tocar un poco los huevos, pero ahora no fue ese el motivo, genuinamente solo me había hecho gracia.

—Bastante —respondí en automático a su pregunta de si me estaba divirtiendo.

¿Que si le noté la vena maternal? Quizás, no me molestó demasiado tampoco, sabía que había gente que no controlaba esas mierdas y ya, conocía un par, quizás un poco había llegado a aprovecharme de ello en algún punto también. De la mera existencia de personas capaces de hacer algo por otros, así fuera un rechazado de mi clase.

Igual no iba a soltarle todo el speech ahí del por qué del tatuaje, en sí tampoco debía ser muy raro si uno se fijaba que lo que llevaba encima era prácticamente un zoológico. En su momento solo quise grabarme eso encima, el nombre que me había dado Yako junto a una función, así como había bautizado a otro par del resto de idiotas y de alguna forma me alegraba, sobre todo ahora. Llevar una parte del loco de Kurosawa en la piel y tener otro nombre, ser otra cosa.

Una vez regresé la mano a mi espacio me pareció notar que detallaba la tinta que me asomaba por el cuello y supuse que le picó un poco la curiosidad por saber realmente cuántos tatuajes tenía encima. Era la duda que tenía una buena cantidad de gente cuando me veían las primeras veces, aunque para ese punto de la vida ya consideraba todo una sola masa de dibujos.

Me respondió la tontería de turno y alcé un poco las cejas al escuchar que había acompañado a unos amigos suyos a tatuarse pero ella no lo había hecho. Al escuchar lo que se habían hecho se me aflojó una risa baja, cosa de nada, sobre todo por su comparación con un logo y no sé, me ayudó bastante a imaginarme la cuestión. La miré de soslayo cuando soltó lo de que estaba abierta a sugerencias y se me ocurrió que solo por hacer el tonto podía llevarla donde Myska, donde había llevado a Sonnen, que era la que llevaba tatuándome un par de años y no me sacaba un riñón en el proceso.

—Lo tendré presente~ —respondí con la diversión impresa en la voz.

Al llegar a la puerta de su clase me adelantó para plantarse frente a mí, le atinó al cesto de basura ya de paso y después regresó a mis ojos. Reflejé su sonrisa pues porque no podía hacer la mayor cosa, aunque debió notárseme en la cara que no esperaba su... invitación o lo que fuera. Comida casera, había dicho la idiota, y me pregunté si se podía imaginar lo que eso significaba para un imbécil que vivía de comida de instantánea prácticamente. Mamá no tenía tiempo de cocinar, si acaso podía dejarles a los enanos algo de arroz hecho y yo, bueno, era una patata para la cocina. Me ponías a hervir agua y se me quemaba.

Solté el aire por la nariz, aflojé los gestos a conciencia y asentí con la cabeza bastante despacio, casi resignado. No era idiota, es decir, no del todo así que entendía que no había segundas intenciones en invitación ni nada y la verdad en ese momento me dio igual. No que me mortificara, pero era consciente de que no conectaba con las personas, que era puro aire, y quizás era a voluntad, tal vez lo hacía porque era más sencillo vivir de esa manera.

Porque ya se me había muerto un amigo.

Porque dudaría cero segundos en matar a mi propio padre.​

—Gracias por mis diez minutos de fama —atajé dándole el último trago al té, me sirvió para camuflar la risa y la seguí con la vista—. Suerte, linda. No te rompas un diente con el caramelo.

Fue lo último que añadí antes de tirar la lata al cesto y dirigirme a mi clase. ¿Que si había visto a Alisha en el pasillo? Desde el inicio, pero las peleas de gatas y esas mierdas me la traían bastante floja si debía ser honesto, además Pierce no la había visto o pasó de ella, lo que fuese, así que no sería yo ningún instigador.

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first of all IM SPEED porque no podía no reaccionar a esto, dios mío mi corason de poio sintiendo cositas. Ya te dije por wa, pero i just loved el post ;; y esta pinche interacción que no sé qué vergas hizo con Arata but thank u sooo much, la adoré de principio a fin hold my ships locas ups

wE ALL ARE SEE THROUGH, JUST LIKE GLASS AND WE CAN SHATTER JUST AS FAST

 

Después de despedirme de Nagi, subí a mi aula sin mayor problema y no mucho después sonó la campana anunciando el inicio de las clases. No estaba siendo el mejor día en cuanto a tiempo atmosférico, y si bien seguía teniendo aquella pequeña espina de preocupación por Anna, en general no estaba siendo un día tan malo como para que me afectase demasiado. Por lo tanto, pude atender a las clases como siempre y la hora del receso llegó como siempre.

Al salir del aula me asomé a la clase de Kashya, comprobando que efectivamente Annie había acabado por no aparecer, por lo que la opción más acertada sería coger el bento de su casillero y guardarlo en el club de cocina para que no se desperdiciase hasta que acabasen las clases... ¡y mañana lo volvería a intentar! Ya había quedado bastante claro que podía ser muy pesada cuando se trataba del bienestar de los demás, ¿o no?

Pero antes de todo eso y de realmente almorzar, tenía otra pequeña cosa que quería hacer, y por ello subí al piso de tercero como... bueno, ¿como hacía casi todos los días? En aquella ocasión no sabía exactamente a qué clase tenía que ir, pero tuve la suficiente suerte de asomarme a la puerta de 3-1 y distinguir la cabellera rojiza de Sasha relativamente pronto. ¡Qué bien!

—¿Pierce-senpai? —llamé desde el marco de la puerta, intentando no llamar demasiado la atención del resto de alumnos—. ¿P-puedo robarte unos segundos del receso?

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Gigi Blanche holi <3 planeo que esto sea super cortito, porque además sé que estás muy ocupada y todo, pero si aun así no te apetece contestarme o lo que sea me dices and it's alright <3

 

¿Había visto a Welsh en el pasillo? Pues claro. Para bien o para mal, uno acababa identificando a las personas que no le resultaban indiferentes. Podían ser amigos que ansiabas ver o, bueno, algo similar a la mierda de cuando dejé las galletas en el casillero de Maze y tuve el ligero instinto de comprobar que Joey no andaba cerca. De la forma que fuera, no le di importancia y seguí a lo mío como si nada. Tampoco noté que rodó los ojos y el resto del rollo.

Ya en el aula, Joey se apareció al mismo tiempo que sonaba la campana. Venía muy tranquilo con las manos en los bolsillos y me saludó a la pasada. Lo ignoré, claro, y le quité toda relevancia porque siquiera se me ocurrió pensar que el cabrón sólo se estaba regocijando en su maldad de turno. ¿A veces la ignorancia era una virtud? Esperaba que sí, vaya.

Las clases no tuvieron nada extraño, publicaron las notas y vi que habíamos aprobado así que me relajé. Nada que fuera a alardear con nadie, pero claro que me generaba una cuota de satisfacción personal haber sacado un diez. Era parte de toda mi jodida estructura, desde los cimientos, las paredes y sus interconexiones. Perseguía el éxito donde me interesaba conseguirlo, y al hacerlo sólo reafirmaba que todo aquello que había construido servía.

Mi idea era almorzar en mi asiento, la verdad. Luego de tantas horas quieta, la pierna se había enfriado y no me apetecía moverme mucho. No contaba, claro, con que Emily apareciera en la puerta buscándome a mí. Fue evidente al conectar con sus ojos, así que pateé a un lado lo que acababa de pensar y si la pierna me molestó, pues no lo mostré de ninguna manera. Le dediqué una sonrisa cálida y asentí, animada, cuando me preguntó si podía robarme tiempo.

—Sure~ —Crucé los brazos bajo el pecho y apoyé el hombro en el marco de la puerta—. ¿En qué te puedo ayudar, cielo?

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holis uwuwuwu

 

La muchacha no puso ninguna pega a mi petición, o eso pude asumir al ver que se acercaba a mi posición después de dedicarme una sonrisa, y por mi parte decidí apartarme un poco de la puerta para no ir a incordiar más de lo necesario. Me balanceé un poco sobre mis talones mientras esperaba, bastante nerviosa no íbamos a mentirnos, pero por suerte logré pararme en seco cuando Sasha llegó para apoyarse en el marco de la puerta.

Le sonreí, con una pizca de emoción entre todo el nerviosismo, y me puse a rebuscar en mi maletín hasta dar con lo que le había traído. Le extendí entonces un par de bolsitas de plástico decoradas son bastantes colorines y cada una con un animal diferente dibujado en la parte delantera.

—Son las mascarillas de las que te hablé el otro día, senpai —informé, buscando su mirada con un aire algo tímido—. Compré un par demás y pensé que quizás te gustaría probarlas... —en un impulso algo repentino, acabé por coger su mano con la mía libre y dejé las mascarillas sobre la misma, algo más decidida—. ¡Quédatelas! Aun si no quieres probártelas, no pasa nada.

Llevé después ambas manos a mi espalda, evitando así la posibilidad de que quisiese devolverme el repentino regalo o algo, y aguardé un par de segundos en silencio solo porque la curiosidad por saber su reacción me podía sobre cualquier otra cosa. Fue una cosa super breve, eso sí, porque de repente recordé los partidos de quemados del día anterior y un chispazo de preocupación me cruzó el rostro.

>>Ah, senpai, ¿cómo te encuentras? Estuve viendo vuestro partido y también como ibas a hablarle a la profesora al final... ¿Te lastimaste jugando?

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Why, hello pretty uwu

 

No tenía dificultad para hablar con medio mundo, eso se sabía bien, de ahí que pudiera liarme con Akaisa un día y al otro estar preparándole almuercitos caseros a Sasha. Era mi naturaleza simplemente, no lo razonaba demasiado y vivía con ello, de allí que me acercara a esta muchacha como si nada.

Igual se veía interesante, es decir, no que yo fuese especialmente prejuicioso, pero mejor que darle el tour a un japonés de cajón sí que se veía.

—Abby será entonces —atajé ampliando apenas la sonrisa.

Asintió y la vi desviar la mirada a mis manos, al almuerzo imaginé. No que fuese yo una mente maestra, pero me dio por pensar que era por el fact de que era comida casera. Regresó a mis ojos, se puso cara de angelito y la tontería estuvo a nada de aflojarme una risa.

Que preguntara por lo de los baños me hizo encogerme de hombros en lo que la veía pillar sus cosas, aproveché para intercambiar yo las mías de mano y no pensé mucho en la respuesta.

—A little bit fancier, that's all.

Comencé a seguir sus pasos cuando se puso en marcha, si se hubiese puesto el auricular me habría dado igual, pero ni que fuese yo adivino o algo así. Me buscó por encima de su hombro cuando alcanzó la puerta y preguntó por mi nombre.

—Puedes decirme Maze. De hecho si me dices David o Mason es posible que no crea que me hablas a mí —contesté saliendo al pasillo, repasando el espacio con la vista—. Bueno, el hermoso pasillo de tercero ya lo conoces. Baños, club de... ¿Fotografía era? Ah, sí. Oficina de la dire y salida a la azotea. El día no está bonito, pero a veces almorzar arriba no es mala opción.

En el pasillo noté a Sasha con Emily, así que alcé la mano libre para saludarlas a la pasada. Le dediqué una sonrisa un poquito más amplia a Sasha, antes de regresar la atención de mi neurona a Abby. Le indiqué las escaleras con un movimiento de cabeza y di un par de pasos en esa dirección.

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Gigi Blanche te iba a quotear pero del móvil me cuesta un poco de un tema al otro uwu te lo puedes arrastrar a donde quieras y yo adapto mi poderesísimo tour con el husbando juju

Also tenía que saludar a Sa-chan? Yes

 

No tenía la menor idea qué podía llegar a necesitar Emily de mí, ¿ayuda con alguna tarea, quizá? Hombre, no que tuviera la cara de empollona pero en los años que llevaba allí una a veces se labraba tal o cual fama, y con cara o no lo cierto es que seguía teniendo buenas calificaciones. Pillé su nerviosismo, dicho sea de paso, y así supiera que tenía un par de amigos por aquí se lo atribuí a haberse aventado de cabeza a nuestro pasillo. Qué va, ni que estuviera al tanto de cuán habituada estaba a sus senpai.

De la forma que fuera lo dejé correr obviamente, seguro me cortaba una mano antes de molestarla con algo que, estaba claro, un poco le costaba. Aguardé tranquila hasta que me extendió unas bolsitas y las acepté en automático, aunque fruncí el ceño. La neurona no me dio para recordar la charla sobre las mascarillas hasta que ella las mencionó. Parpadeé, algo sorprendida, pero no tardé nada en relajar el gesto. Una sonrisa de lo más amplia se extendió por mi rostro y estuve a punto de contestarle cuando noté a Maze saludándonos.

—Cierto, las mascarillas —dije, alzando la mano para regresarle el saludo al muchacho y luego enfoqué mi atención en Emily—. Joder, ¿te acordaste de traerme un par? You're super sweet, hon.

Lo dije con toda la honestidad de la que un ser humano podía ser capaz. Ya estaba visto que me ponía como crío en Navidad recibiendo cosas y esa, claramente, no iba a ser la excepción. Volví a repasar las bolsitas y se me aflojó una risa suave, porque llevaban diferentes animalitos y eran de lo más tiernos.

—Claro que las voy a probar, me quedé con la curiosidad desde que me las mencionaste, sólo que no tuve tiempo de pasar. Luego te cuento qué tal~

Igual no tardó nada en cambiar de tema, trayendo a colación el espectáculo de ayer. Se le notó la preocupación en la cara a la pobre niña, y sólo por eso me esforcé a un ciento diez por ciento para suprimir cualquier rastro de hastío al recordar el partido.

—I'm fine~ Le dije a Yoshida-sensei si podía retirarme porque iba tarde al trabajo y la pierna me molestaba un poquito, así que no quería correr. Pero no fue nada, sólo una cosa del momento. ¿A ti cómo te fue en tu partido, linda?

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sigo respondiendo mañana porque pOR FIN me dio sueño así que tengo que aprovechar we *belu, 23 años, cinco horas sin poder mimir*

 

Lo dicho, había esperado pacientemente a la reacción de la chica, y si bien me había planteado un buen número de posibilidades sobre la misma, lo cierto es que la que se acabó presentándose no había sido una de ellas. Es decir, en algunos había esperado que le gustase el detalle, pero no hasta el punto de halagarme por ello, ¡y sonando tan sincera con sus palabras!

Me avergonzó bastante, no iba a mentir al respecto y tampoco tenía manera alguna de disimularlo teniendo en cuenta el sonrojo que me asoló las mejillas. La repentina timidez no me dio para decirle nada y simplemente asentí con la cabeza un par de veces a su pregunta de sí me había acordado, aunque a decir verdad tampoco me resultó nada que mereciese la pena recalcar.

Solo era sentido común para mí.

Cuestión de que con todo aquello, no me di mucha cuenta del saludo de Sasha hacia Maze, así como tampoco me di cuenta de la presencia del mismo en general y ya. Quizás fuese para mejor, tampoco quería que el chico me viese así como estaba, y si me salvaba de otro posible ataque de vergüenza mejor que mejor. Por suerte, cuando movimos el tema hacia los partidos de quemados, la preocupación logró ser más fuerte que cualquier otro sentimiento y pude volver a prestarle atención a la chica de una manera decente.

Asentí un par de veces con la cabeza a su explicación, notando una oleada de alivio cayéndome encima por sus palabras, y no pude esconder la sonrisa que se me plantó por el mismo sentimiento. No tenía motivo para no creerla y estaba siendo lo suficientemente convincente para hacerlo, así que ni idea tenía de que no había sido solo una cosa puntual del día de ayer. De nuevo, quizás fuese para mejor teniendo en cuenta que me preocupaba por nada y que con eso quizás podía asustarla o algo por el estilo.

—¿A mí? Oh, me eliminaron a la primera así que no tengo mucho que contar... —respondí, rascándome la mejilla con el dedo índice—. Pero no me quejo, porque tuve gimnasia aquella mañana y estaba un poco cansada.

Solté una risilla al decir aquello último, ya que al menos podía encontrar algo bueno dentro de lo malo, y le eché un vistazo rápido al pasillo después de ello.

>>¡Bueno! Solo te buscaba por eso, senpai, así que no te quito más tiempo de tu comida. ¡Que te aproveche! —exclamé, haciendo una reverencia al final.

Claramente, esperé otro par de segundos en mi lugar después de despedirme, en caso de que ella sí tuviese algo más que decirme o también quisiese despedirse antes de irme. ¡Sería muy maleducado de mi parte hacerlo de otra manera!

 

Si antes no había reaccionado de ninguna forma particular al notar sus nervios, menos que menos iba a hacerlo habiéndose convertido en un tomate andante. Pobrecilla, debía ser una puta ladilla tener que lidiar con ese tipo de reacciones pero mira, se esforzaba y creía que eso era lo más importante de todo. Tampoco se lo diría ahora, claro, que tampoco era tonta, se daría cuenta por qué lo traía a colación y seguro le empeoraba la vergüenza. Quizás en otro momento, cuando se sintiera más tranquila.

Por la misma razón intenté disimular la ternura estúpida que me causaba, dicho sea de paso, y creí hacerlo bastante bien... esperaba. Dijo que le habían eliminado a la primera y que había tenido P.E. a la mañana, a lo que solté el aire en una especie de bufido y rodé los ojos. No era molestia dirigida a ella, claro.

—Sí, yo tuve a la tarde. Fue una ladilla, ¿no crees? Deberían cancelar P.E. los días de pruebas físicas. Pero bueno, supongo que ya acabaron así que ni modo.

De repente me di cuenta que habían sido mis últimas pruebas físicas de la vida, que para fin de año me estaba graduando de la puta escuela y no tenía ni puñetera idea qué hacer de ahí en adelante. Kinda shitty, si me preguntaban, pero tuve que dejarlo correr porque ¿qué sentido tenía echarle esas mierdas a Emily? O a nadie en absoluto.

Noté que ya planeaba irse, y seguí pensando que era super bonito de su parte haber venido hasta aquí sólo para darme las mascarillas. Le sonreí y agité suavemente la mano, a ver cuándo preparaba algo para invitarla a comer.

—Gracias otra vez, linda. Nos vemos~

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en condiciones normales sa-chan la habría invitado absolutamente a comer right now pero ando con poco tiempo así que mejor otro día, bebita <33 thank u por la sorpresita i lov u uwuwuwuw

 

Podía ser media nerviosa y tal, pero también era verdad que pecaba de confianzuda, era precisamente eso lo que me había dado problemas apenas llegar a Japón porque no entendía bien los límites de las otras personas. Pretendía que todo el mundo me aceptara, que recibieran mi cariño y cuidado sin problema, pero al parecer eso era pedir mucho. Había acabado acostumbrándome a contenerme, pero bastaba un empujón y me iba de cabeza, alguien me ofrecía el brazo y yo le pescaba hasta el hombro.

Su respuesta, la forma en que bajó el tono y tal solo me sirvió para seguir aflojando resistencia, si es que quedaban algunas y ni siquiera me tensé cuando se hizo con mi brazo. Que sí, acababa de conocer al chico, pero no iba a negar que peores cosas se habían visto y ya de plano peores había hecho, además no era ninguna loca del espacio y me le colgaba a la gente bastante fácil.

Ni modo, no se me podía pedir tanto.

Tampoco me incomodó el rato de la caminata que sucedió en silencio, porque lo introvertida nadie me lo quitaba, y me dediqué a observar el cielo a través de las ventanas. De verdad esperaba que las nubes terminaran de dispersarse con el pasar de las horas.

Su voz me hizo regresar su atención a él, asentí con la cabeza a su pregunta y regresé la vista al frente, pensándome una respuesta porque la verdad eso de elegir un libro favorito era como escoger una canción preferida. De una semana a la otra la cosa podía cambiar, un poco lo mismo pasaba con los libros.

—East of the Sun and West of the Moon —respondí después de un rato—. Es una colección de cuentos nórdicos y tal, son muy bonitos. Algunas ediciones traen ilustraciones preciosas.

Que sí, podría haber soltado ahí una novela y lo que quieras, pero me gustaban los cuentos de hadas, ¿qué problema había con ello?

Seguimos avanzando sin prisa real, porque qué caso tenía apurarse para subir a clase si todavía quedaba un tiempo, y fue hasta que íbamos a medio camino de las escaleras al tercer piso que se me encendió la bombilla y busqué sus ojos para hablarle.

—Ah, no te pregunté. ¿A cuál clase te asignaron? No estaría mal que fuésemos compañeros.

 

La subida fue de lo más tranquila, y aunque no me considerase a mí mismo un introvertido, lo cierto era que no me disgustó en absoluto que así fuese. Aun así no pude evitar querer hacerle aunque fuese una pregunta y sacarle algo más de conversación, no fuese a pensarse que no quería seguir hablando con ella o algo. Se tomó su tiempo para responderme, y yo esperé pacientemente a que tomase su decisión.

Asentí con la cabeza cuando finalmente contestó, con una sonrisa suave, y esperé a que me explicase de manera más concreta de que se trataba el libro en cuestión porque, a decir verdad, no me sonaba de nada. Y podía no conocerla más que de unos minutos, pero la respuesta no me soprendió ni un poquito.

—No estaría nada mal, de hecho —fue lo primero que dije tras escuchar su nueva pregunta, pero no le respondí realmente hasta que llegamos al pasillo donde estaban las clases—. Me han asignado a la 3-3, pero si me permites... —interrumpí cualquier posible comentario por su parte con mis palabras y me separé finalmente de su brazo, nuevamente con cierto aire teatral—. Entraré a mi aula y me quedaré mirando a la puerta, esperando verte entrar. Si no lo haces, me decepcionaré mucho, pero prometo que iré a buscarte después~

Hice una nueva reverencia, nada muy exagerado tampoco, y me dirigí hacia el aula que me correspondía con tranquilidad.

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Sowwy, ando un poco cansadita pero no quería dejarte colgada. Muchas gracias por haber roleado conmigo y haberme permitido acostumbrarme un poquito más con este pendejo, baby <3

 

La respuesta de Ri fue un poco de manual, siendo honestos, me dio por pensarlo pero tampoco le otorgué mucha importancia. No me dio la sensación de que fuera un tema prohibido para ella, de esos que te afectan un huevo y medio, así que decidí dejarlo correr. Tampoco iba a andar pinchando justo donde le dolía un poco a dos minutos de habernos reencontrado, ¡me podía faltar tacto pero no tanto!

Regresé la mirada a ella cuando mencionó lo de Yoshida-sensei, soltando una risa breve. Cierto, ese sargento. Qué va, probablemente no fuera capaz de amedrentarme los ánimos nunca, pero sí que tenía pinta de ser algo brava.

—Kinda scary, yes, but hey! Estuvo divertido, hubieron un par de espectáculos. Una niña de segundo prácticamente le rompió la cara a un pobre infeliz y unas chicas de tercero parecía que se querían matar o algo. —Que ahora que lo pensaba, ¿una de ellas no había sido precisamente Alisha? Vaya, vaya—. Ow, ¿estuviste enferma, Ri? Pobrecilla~ ¡Y no pude cuidarte!

Lo decía en serio, oye, que si me dejaban seguro me habría instalado en su piso para hacerle mimitos y comprarle mucho caldo de pollo. Mira, quizás y hasta intentaba prepararlo yo misma, aunque no me haría cargo de las consecuencias o de cómo quedara la cocina.

Accedió a mi invitación de inmediato, su emoción se me contagió y sonreí amplio, dándole un apretón en su mano. En lo que hablaba el ascensor acabó por abrirse y salimos al pasillo de tercero, donde eché un vistazo bastante porque sí. Sin embargo, un tío castaño pasó a nuestro lado y parpadeé, olisqueando el aroma a colonia que dejó en el aire.

—Ri-chan~ —Su saludo sólo fue eso, un vistazo de reojo y una sonrisa suave, y no aguardó a nada para entrar en la 3-1.

Lo observé de pies a cabeza, qué va, si estaba para comérselo, y la neurona me dio por asociarlo con lo que Riamu acababa de decirme. Decidí no picarla mucho, al menos no de momento, sólo entorné la mirada y le sonreí antes de regresar al mood habitual.

—Sip, quiero conocer a tus amigos ¡y ya te llevaré al sótano! Por más creepy que suene. —La había arrastrado hasta la 3-2 y ahí solté su mano, tomándome un momento para repasar su rostro y sonreírle antes de dejarle un beso en la mejilla—. Y esperaré esa anécdota con ansias, también~

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do we have a date??? yES WE DO also no me contuve we

aquí cierro con Abby uwu

 

Escuché los sucesos que Abby me empezó a contar del día de las pruebas bien atenta, abriendo los ojos por la impresión cuando dijo que alguien casi acaba con la cara partida. A ver, había visto algún que otro conflicto ya en la academia, pero no me imaginaba que alguno pudiese llegar hasta ese punto. La verdad es que la chica había logrado despertar mi vena de chismosa, cosa que tampoco era especialmente difícil, pero imaginaba que ella no sabría identificarme a las personas del drama así que tocaba aguantarse.

Un poco de gracia me habría hecho de saber que, de hecho, conocía a la chica del pelotazo y a una de las otras dos que se querían matar.

—En unas semanas puedo fingir que me he enfermado de nuevo, que se me da muy bien, y así puedes venir a cuidarme~ —propuse sin dudarlo ni un segundo, solo con un leve tono de diversión al hablar.

Ella estaba más que invitada a mi casa en cualquier momento, eso era obvio, pero tampoco iría a rechazar la posibilidad de que viniese a mimarme si se me presentaba... o la preparaba de antemano. Que igual con toda la emoción no había dicho nada, pero Abby estaba más que linda ahora y, con todo, ni siquiera yo iría a desestimar a una chica bonita cuidándome.

Luego el ascensor llegó finalmente a su objetivo, y casi como si lo hubiese invocado de alguna manera, Kou pasó justo en ese instante por delante de nosotras en el pasillo. Me saludó con la suavidad de siempre y yo le correspondí con una sonrisa sedosa, levantando la mano que tenía libre para devolverle el saludo a la pasada. Eh, con la tontería llevábamos más de una semana sin vernos y ahora que me había dado cuenta, no me gustaba nada que fuese el caso.

Esperaba que me hubiese echado de menos~

Si Abby sospechó algo del rollo que me llevaba con Kou, no tenía manera de saberlo, porque la chica no pronunció palabra al respecto. De por sí no me extrañaría si dudaba, porque la tensión se podía haber notado, pero seguíamos sin pegar ni con cola... y menos de buenas a primeras con las apariencias tan dispares que teníamos. Lo que sí hizo fue llevarme hasta la purta de la 3-2, la que supuse que sería su clase, mientras me respondía al último comentario.

Recibí el beso que me dejó con una nueva sonrisa tonta y solo atiné a asentir con la cabeza antes de despedirme de ella, dirigiéndome hacia mi aula inmediatamente después. Definitivamente, lo último que había esperado aquella mañana era encontrarme con una de mis amigas de pequeña, ¡pero la vida estaba llena de sorpresas! Hacía mucho que no se me presentaba un receso tan interesante, ya de paso, qué emoción~

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DISCULPEN YO TENÍA QUE RESPONDERLE A MI AMANTE *chillido*

y cerrar decentemente antes de la cita, of coursie u//u