Drabble Pasado.

Categoría: Drabble.

Palabras: 301.

Obra: Bleach.

Personajes: Abarai Renji.

Nota importante: Ni "Bleach" ni sus personajes me pertenecen, éste es un FanFic de mí autoría pero lo publicó sin ánimos de lucrar ningún derecho de autor que tenga Tite Kubo respecto a sus proyectos, historias, personajes, etcétera.

Resumen: Los recuerdos de un sufrimiento presente.

Notas del autor: Demasiado dramático, para lo que escribo normalmente, espero haberlo hecho bien. Las críticas constructivas son totalmente bienvenidas.

Pasado.
Lo único que tenía ahora: Ese recuerdo nostálgico del pasado donde todos los lazos, los sentimientos, los sollozos, las sensaciones, todo, pudo ser salvado pero no lo fue.

Esta vez él ni siquiera tiene el derecho de combatir, porque el renunció antes de que la guerra empezara. Antes de que ella lo llegara a querer más de lo suficiente.

Cada vez que piensa en todo lo que pudo ser salvado y hoy está perdido, lo que su vida sería sí él hubiera sido más valiente, más fuerte, su corazón se estremece y siente un dolor que lo rompe desde lo más profundo del alma.

En este momento él la mira de lejos, porque es lo correcto. Siempre lo fue. Ser su amigo es más de lo que podía pedir, pero al pensar que podría haber sido algo más, las lágrimas comienzan a fluir por sus mejillas como las gotas de lluvia por las paredes viejas de la Sociedad de Almas.

Porque él se sacrificó para que ella fuera feliz, tuviera lo mejor o al menos eso ve cuando ella abraza a Ichigo, porque en ese presente doloroso era el turno de Ichigo, de velar por ella, como todo un héroe, mientras Renji desde las sombras también lo hacía.

Lo que más le dolía era que él jamás dejaría de amarla, ni de cuidarla. Él supo su destino y lo aceptó en el momento que ella cruzó la puerta de la Academia con Byakuya. Su papel era el de ser “lo que ella necesitará y le permitiera ser”. Y él lo haría con gusto, porque la quería. Y eso nunca va a cambiar.

Eran pensamientos, palabras y momentos perdidos en la eternidad, en las sombras y en el silencio, atesorados en el herido corazón de un guerrero que nunca perdió la esperanza.