Taitō Parque Ueno [Parque]

Parque público ubicado al noreste de la ciudad, en el barrio de Taitō. Fue donado en 1924 por el emperador Taisho. Es el punto de celebración más concurrido para disfrutar del hanami en primavera. Fue erigido sobre lo que alguna vez fue el Kan’ei-ji, un templo budista fundado en 1625 en la “puerta de demonios”, la dirección desfavorable (acorde al feng shui) al noreste del Castillo Edo. Estaba asociado de forma cercana con el Shogunato Tokugawa y fue destruido durante la Guerra Boshin (1868-1869). Actualmente tan sólo quedan algunos recuerdos de su antiguo esplendor, como la pagoda de cinco pisos o el santuario de Ueno Tōshō-gū.

Posee gran cantidad de establecimientos de interés cultural, religioso y artístico, además del estanque Shinobazu. En su interior fueron plantados más de mil árboles de cerezo, los cuales están mayoritariamente concentrados en el camino hacia el museo nacional y alrededor del estanque Shinobazu. Uno de ellos, el más grande de todos, se ubica en el punto más alto del parque y de él pende una hamaca rústica, hecha con sogas y un tablón de madera. Multitud de historias corren en torno a ella.

Es un parque muy grande y, por dicha razón, los lugareños lo han dividido en zonas informales:

• El estanque (incluye el templo Benten-do al centro del estanque)
• La zona de museos
• La zona de entretenimiento (incluye el zoológico y la Sala de Conciertos Sōgakudō)
• El Santuario de Ueno Tōshō-gū
• La colina (donde se ubica el cerezo gigante)

Barrio de Tokio: Taitō

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Contenido oculto

Welcome, welcome! So now, esta se la puede considerar la primera sala especial del rol. ¿Y qué son? Easy, son las salas divididas en diferentes zonas. El thread es el mismo pero, a la hora de rolear, deberán postear especificando en qué zona se encuentran. Para quienes participan en SS, es lo mismo que hacemos ahí.

Otra particularidad de estas salas es que, al haber diferentes zonas, cada una conlleva una breve descripción que de antemano no aparece aquí, en el primer post, para no llenarlo de información. Por ello, al rolear y dirigirse a una de las zonas haré mi GM duty y se las introduciré. Estas presentaciones serán linkeadas en este post.

Las únicas excepciones a lo anteriormente mencionado son el Santuario de Ueno Tōshō-gū y el zoológico de Ueno, que de ser utilizados recibirán su propio thread y se dejará aquí el link de conexión.

 

[Estanque]

Vacaciones, dulces vacaciones~

Lo cierto era que, a pesar de haberle prometido a Arata que no me pasaría la semana entera durmiendo, sí que había estado bastante tranquila durante la misma. Mis padres desconocían el concepto de vacaciones familiares así que, como todos los años, me tocaba pasar las mismas en soledad. Estaba bien, de todos modos, porque me la había pasado jugando videojuegos hasta la hora que me apeteciese y, por la noche, saliendo de fiesta en las mismas condiciones.

Al final, la pobre Alethea no había conseguido ningún otro día libre para ir al festival que hoy, y yo ya había subido un día con los chicos, así que no tuve mayor problema en aceptar que viniese acompañada por otra persona que se lo había pedido. De todas formas, había venido a visitarme al apartamento un par de veces y, en teoría, esa noche no iba a pasarme por el templo.

Claramente, falté a mi palabra y estaba ahí, aunque sería más correcto decir que mi objetivo había sido el parque desde el principio. Se suponía que había quedado ahí con Hitoshi para aprovechar mi última noche de libertad, y la salida estaba organizada para bien entrada la noche, pero pensé en aprovechar el viaje y quedarme a ver los fuegos artificiales antes de irnos. La cuestión era que me había acabado aburriendo tanto en casa que vine mucho antes y no tenía gran cosa que hacer.

Así pues, había acabado sentada en un banco cualquier, liándome un cigarro, y cuando terminé de hacerlo y me lo llevé a los labios para encenderlo, también me levanté del asiento para comenzar a caminar por el lugar. Ah, había un estanque bastante bonito por ese parque, si no recordaba mal...

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Traigo a esta pendeja también, porque sí (?) Y por aquí su outfit~

 

El estanque Shinobazu ornamenta el sudeste del parque Ueno con su belleza y dimensiones. Es un gran cuerpo de agua dividido en tres áreas: el estanque de los lotos, el estanque de los barcos y el estanque de los cormoranes.

El estanque de los lotos recibe su nombre debido a que dichas flores recubren su superficie por completo en verano, lo mismo con la abundancia de cormoranes en su área. En el estanque de los barcos se encuentran los barcos, góndolas y bicicletas acuáticas que pueden alquilarse para recorrer el parque, apreciar los cerezos e incluso, por qué no, visualizar los shows de fuegos artificiales que se realizan en multitud de ocasiones.

En el centro del estanque se encuentra la isla Benten, hogar del templo Benten-do; este es un pequeño templo budista con forma octagonal dedicado a uno de los shichifukujin: la deidad Benten, diosa de la riqueza, la fortuna, la música y el conocimiento. Se puede acceder a él desde el estanque de los barcos, alquilando algún medio de transporte. También hay viajes programados de ida y de regreso a la isla.

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[Colina]

El estanque era bonito, eso no había manera de negarlo, y por ello mismo acabé quedándome algo más de lo necesario por la zona del mismo, embelesada por la estampa. Estaba segura de que el festival estaría a reventar de personas, especialmente siendo aquella la última noche, pero el parque no se estaba quedando atrás en absoluto. Había gente paseando por todos lados, y con lo bonitos que se veían los fuegos artificiales desde una de las barcas, el estanque era de las zonas más concurridas.

Logré hacerme un hueco entre toda la gente, sin embargo, y me quedé observando los barcos que iban pasando por el agua mientras le daba caldas profundas al cigarro. Quizás fumar hierba delante de tanta gente no era la idea más brillante que había tenido en los últimos días, pero a decir verdad, tampoco era algo que me hubiese preocupado demasiado nunca. ¿Qué era lo peor que me podía pasar? ¿Que me pusiesen una multa? Vaya problema.

Después de un buen rato decidí irme de ahí, pues realmente no tenía mucho sentido quedarme viendo como estúpida familias o parejas felices disfrutando de su tiempo juntos y pensar en lo difícil que era para mí conseguir algo tan simple como aquello. ¿Qué bien me haría torturarme de aquella manera, en definitiva? Ninguno.

Así pues, las últimas caladas las di ya paseando por el parque, todo tras soltar un suspiro pesado que dejase atrás todos aquellos pensamientos negativos y me permitiese seguir con la actitud liviana de siempre. Lo apagué a medio camino, tirando la colilla a una papelera, y seguí caminando hasta que di con un cerezo enorme, dándome cuenta de que había llegado a la colina más alta del parque.

Ah, bueno, me vendría bien para descansar las piernas~

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Gabi, ¿planeas descubrir tú sola todo el sitio?
...maybe

 

Contenido oculto

El parque se encontraba abarrotado, cierto era, debido a la Golden Week y el festival transcurriendo en el santuario. La gente se había reunido en cada hueco posible para caminar, visitar las instalaciones o echar una manta sobre el césped, desplegar lo preparado y comer bajo los cerezos danzantes. Desde el estanque hasta el zoológico y la zona de los museos, no cabía un alma. Excepto la colina.

Quizá fuera porque allí el viento corría más fuerte o porque la iluminación era escasa, el caso era que la muchedumbre, bastante de repente, había desaparecido. Riamu avanzó hacia el cerezo más grande del parque, aquel del cual pendía una hamaca, y se dio cuenta que la vista de la ciudad era, cuanto menos, excepcional. Incluso la algarabía había sido trasladada a un segundo plano. En aquel instante, en aquella pequeña porción de Tokyo, sólo se respiraba paz y silencio.

Tal así que probablemente se sorprendió al notar la silueta de una niña, sentada en la hamaca. ¿Había estado ahí siempre? ¿Por qué no la había visto? Permanecía silente y con la cabeza gacha, ambas manos aferradas a las sogas y apenas la punta de los dedos acariciando el césped. Iba descalza, portaba un vestido liviano y todo en ella parecía una gota de luz, un reflejo pálido de la luna. Cabello, piel, ropa.

¿Qué hacía una niña allí, sola? ¿Estaría perdida? ¿Habría algún adulto buscándola?

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*happy belu noises porque alguien desbloqueó la colina*

Bueno Gabi, ya sabes, puedes hacerle caso a mi npc n°32832 o puedes seguir recorriendo el parque, as u want uwu

 

[Colina]

No me percaté del silencio que se fue creando según iba subiendo hasta que alcancé el punto más alto de la colina, donde de repente me envolvió un silencio de lo más profundo, que nada tenía que ver con el alboroto que me había rodeado hacía apenas unos minutos. Parecía que no mucha gente tenía el interés de subir ahí, fuese por el motivo que fuese, y en realidad era una pena, porque la ciudad se veía preciosa desde ese punto.

Me paré en seco al alcanzar la cima, admirando la estampa con una mezcla de sentimientos de lo más curiosa, algo así como fascinación, pero también mucha paz y tranquilidad. Era curioso, porque a pesar de todo el tiempo que pasaba sola en casa, nunca llegaba a sentir algo parecido a la tranquilidad, pues siempre intentaba llenar el espacio vacío y el silencio con algo, lo que fuese, cualquier cosa que me evitase pensar demasiado.

Me quedé tan ensimismada en la imagen y mis ideas que, a decir verdad, me costó un poco darme cuenta de que no estaba tan sola como creía. Paseé un poco la vista a mi alrededor, para intentar despejarme, cuando noté la presencia de una niña en el columpio que había colgado del árbol. Miré hacia todos lados, con el ceño fruncido, en caso de que también me hubiese pasado desapercibida la presencia de sus padres o algo por le estilo, pero no fue el caso.

Contrario a lo que pudiera parecer, lo cierto era que los niños me agradaban bastante y, especialmente, no podía quedarme de brazos cruzados cuando uno podía estar perdido o... vete a saber qué, en mitad de la noche y en un sitio tan perdido como este. Así que me acerqué a ella, por supuesto, y me agaché a un lado del columpio para mirarla desde abajo con una sonrisa.

—Buenas noches, pequeña~ ¿Cómo es que hay una niña tan bonita por aquí tan sola?

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¿No rolear con Belu así sean NPC? Sacrilegio

 

No había forma de saber si la niña había visto o no a Riamu desde antes. Uno creería que sí, que cualquiera en sus correctas facultades notaría una nueva presencia irrumpiendo en medio del silencio, pero no había forma de comprobarlo. Cuando Riamu se acercó, la niña permaneció con la cabeza gacha otro par de segundos; y cuando se irguió, lo hizo con una lentitud extraña. Como si sus movimientos fluyeran únicamente junto al ritmo del viento.

Era una niña de facciones dulces, aunque algo inexpresivas. Su rostro era tan pálido que parecía reflejar una luz que cargaba dentro, similar al destello de la luna, y en sus ojos... En sus ojos poco había. Aún así, al separar los labios frunció ligeramente el ceño. Blanco, todo en ella era blanco, pero no como se esperaría de una niña pequeña.

Era un blanco sucio, grisáceo.

—¿Lo has pensado? —murmuró, su voz apenas un hilo—. La cantidad de nombres que recibe la luna. ¿Cuál se supone que sea el correcto? ¿Con cuál bajaría si la llamáramos?

 

[Colina]

No tenía idea si la niña me había escuchado de antemano o no, a decir verdad, pero tampoco era yo el tipo de persona para darle mucha importancia a ese hecho. Cualquiera hubiese asumido que sí, que con el silencio que reinaba y la aparente soledad del sitio hasta que yo llegué, era prácticamente imposible que la chiquilla no se hubiese percatado de mi presencia. Viendo, sin embargo, que no pareció inmutarse hasta que estuve a su lado, pensé que quizás estuvo demasiado sumida en sus pensamientos o que no tenía interés en hacerme caso a menso que fuese estrictamente necesario, decisión de la que tampoco la hubiese culpado.

Al final no le quedó más remedio que levantar la cabeza para mirarme, pues casi que había invadido su espacio personal con la tontería, y seguí sus movimientos con la mirada, ladeando ligeramente la cabeza en el proceso. Se veía como una niña un poco... ¿extraña? No en el mal sentido, eso sí, pero había algo curioso en su forme de moverse y en su blanco sucio.

—¿Tantos tienes? Yo solo le conozco uno~ —respondí, con una liviandad absurda teniendo en cuenta la conversación que estábamos teniendo.

Me dejé caer sobre el césped entonces, a un lado del columpio como estaba, y miré hacia el cielo con aire pensativo, haciendo una mueca con los labios en lo que tarareé un ritmo al azar durante un par de segundos.

>>¡Luna! ¿No quieres bajar a hacernos compañía? —exclamé, llevando las manos a ambos lados de mi boca para imitar un megáfono, y volví la vista hacia la chica después de unos segundos en silencio—. Pues parece que con ese no. ¿Quieres intentarlo tú con otro? Quizás tengas más suerte que yo~

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Belu: usando a la hija y siendo bien mística
Riri, en su putísima salsa: una niña, so cute, voy a comportarme como una too
(?

 

La niña no presentó cambios de expresión evidentes tras oír a Riamu, si acaso asintió quedo para responder a su primera pregunta. Conocía muchísimos nombres para la luna, claro que sí; después de todo, prácticamente cada cultura y religión se había encargado de bautizarla. La luna había hechizado a la humanidad desde tiempos inmemorables y ella, bueno, ¿por qué ella iba a ser la excepción? Mantuvo sus ojos de humo posados en el rostro de Riamu, mientras rumiaba en silencio.

¿A ella también le interesaría la luna?

Siguió sus movimientos sin moverse realmente, por el rabillo más que otra cosa. La vio tomar asiento en el césped, a su lado, y su melodía alcanzó los oídos de la niña sin retraso alguno. Pensó que sonaba bonito y, en lo que duraba, se meció apenas un par de centímetros en la hamaca; lo suficiente para que sus pies acariciaran las briznas en un péndulo tímido.

Su repentina exclamación la pilló desprevenida, aunque no se reflejó en su cuerpo. Lo que sí, Riamu logró que la niña volcara su atención en ella y no en la luna. Volteó el rostro sin prisa, el cabello blanco se deslizó sobre uno de sus hombros y removió los labios antes de hablar.

—Tsukuyomi —murmuró, el tono quedo de antes.

Prácticamente le estaba pidiendo que la llamara por ella.

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se pensaron que la iba a dejar morir, eh (????

 

[Colina]

La niña no parecía inmutarse demasiado con nada, lo que desde luego estaba empezando a causarme bastante curiosidad. Al menos vi cómo se balanceaba en el columpio mientras yo me sentaba en el césped, o cómo logré llamar su atención con la tontería que me clavé de literalmente llamar a la luna. No sabía nada de ella, pero iba a tomarme aquella atención como una victoria personal aun así.

Alcé un poquito las cejas cuando escuché su voz, y fue realmente una fortuna que estuviésemos sola y ahí no hubiese bullicio alguno, porque habló tan bajito que de no ser el caso, no la habría escuchado ni de coña. Pero lo hice, por suerte, y mi sonrisa se ensanchó un poquito más gracias a ello. No hacía falta ser ningún genio para entender que me estaba pidiendo que lo hiciese por ella y, bueno, no iba a negarle nada a una niña tan bonita.

—¡Tsukuyomi! —grité hacia el cielo una vez más, repitiendo el proceso que había hecho apenas unos segundos antes—. ¿Uhmmm?

Me quedé mirando hacia arriba después del llamamiento, bajando las manos hasta dar con mis piernas, y aproveché el momento de espera para rebuscar en los calcetines altos que había decidido llevar aquella noche. Saqué una pequeña bolsita de ahí y bajé la mirada para buscar en ella, sacando un caramelo de color blanquecino de su interior. antes de devolver la bolsa a su sitio.

>>Anda, mira —murmuré, echándome encima una expresión de sorpresa al girarme hacia ella con el caramelo alzado entre mis dedos—. Creo que ha funcionado~ ¿La quieres? —ofrecí, dejando el bombón caer sobre la palma de mi mano mientras le extendía la misma.

 

La niña mantuvo su vista pegada al perfil de Riamu cuando exclamó hacia el cielo, fueron un par de segundos hasta que la imitó y alzó el rostro. La luna seguía allí, vigilándolas con suma atención. ¿Realmente esperaba que... hiciera algo? ¿Que se moviera, cambiara de color o alguna cosa similar? Era un misterio.

El caso era que la niña parecía tener, cuanto menos, una conexión fuerte con la luna; lo suficiente para mantenerla abstraída en su silueta, su destello pálido y, si uno lo estiraba demasiado, lo suficiente para reflejar algunas de sus características. De la forma que fuera, esto le permitió a Riamu hacerse con el dulce sin que la niña notara sus movimientos. Sólo reaccionó ante su voz, cuando ésta tuvo claras intenciones de captar su atención. La niña bajó el rostro, lo volvió hacia la chica y reparó en el caramelo entre ambas. ¿Sabía que no había forma posible para que ese dulce proviniera de la luna? ¿Se daba cuenta que sólo lo había traído Riamu encima? Era difícil definirlo.

La niña removió los labios, como si las palabras no salieran, y acabó por sellarlos. Despegó una de sus manos de las sogas, entonces, y la extendió hasta tomar el caramelo entre la punta de dos de sus dedos. Lo analizó lento, lo miró y lo miró hasta que desvió los ojos a Riamu.

—¿Es para mí?

 

[Colina]

Si la chiquilla había notado toda mi movida de antemano era algo que no podía saber, pero honestamente tampoco era algo que me preocupase. No dejaba de ser una niña, ¿verdad? Y dudaba mucho que fuese a decir nada al respecto de mi pequeña ilusión, porque a los niños le encantaban ese tipo de cosas, incluso cuando sabían que no era de verdad.

Así pues, seguí sus movimientos con la mirada y esperé pacientemente a que reaccionase a la pequeña sorpresa que le había dado, recogiendo la mano cuando se hizo con el caramelo y dedicándole una sonrisa suave cuando por fin recibí su mirada, asintiendo con la cabeza en un movimiento lento.

—Claro, todo tuyo~ —confirmé, y le indiqué que se lo podía comer con un gesto de cabeza.

Volví a llevar después la vista hacia el frente, admirando el panorama que no dejaba de perder su encanto en absoluto, y recogí las rodillas contra mi pecho, soltando un suspiro ligero. Cuando miré a la chica de nuevo, lo hice girando la cabeza apenas lo suficiente para verla y apoyando la mejilla en las mismas rodillas.

>>¿Y cómo te llamas, bonita?

 

A la niña le tomó otro par de segundos procesar la respuesta de Riamu, devolver la vista al caramelo y finalmente cerrar el puño en torno a él, aceptando que el dulce ahora le pertenecía. Su mano volvió a la cuerda del columpio, sólo que era un agarre flojo ya que no quería soltar su caramelo, y se mantuvo en silencio observando también el paisaje. Una canción rumiaba en su mente, pero no sabía cómo ponerle voz.

Cuando Riamu le preguntó por su nombre, detalló el horizonte urbano un par de segundos más y entreabrió los labios aún perdida allí, en las luces distantes.

—¿Mi nombre? —murmuró, como traído de un sueño, y finalmente volteó a mirar a Riamu. Al hacerlo, ladeó apenas la cabeza—. ¿Cuál es el tuyo?

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perdón por la tardanza, cielito aksnaks como ya sabes i was STRUGGLIN

 

[Colina]

Aunque le costó lo suyo, la niña finalmente aceptó de verdad el caramelo que le di, y pude ver apenas de reojo como se agarraba de la cuerda del columpio con mucho más cuidado al tener el dulce en la mano en cuestión. Se me hizo un gesto de lo más tierno, no iba a mentir al respecto, y le ternura se me tuvo que ver reflejada en la pequeña sonrisa que se me plasmó en los labios.

Fue cosa de nada, de todas formas, y recuperé la compostura cuando ya centré de nuevo la atención en ella y le pregunté por su nombre. Antes de contestarme, sin embargo, ella me devolvió la pregunta y no pude evitar soltar una risa ligera, divertida. Bueno, pero por qué tanto misterio, ¿eh~? Igual era una niña, no pretendía darle más importancia al asunto del que debería tener, pues lo normal era que no se fiase de una desconocida, ¿o no?

—¡Tienes razón, no me he presentado! Qué maleducada~ —comenté, sin perder la chispa de broma aun cuando casi parecía estar haciéndolo más para mí misma que otra cosa—. Mi nombre es Riamu, encantada~ ¿Qué te parece? ¿Es un nombre bonito o no te gusta mucho?

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it's okay, i know <3

 

La niña asintió tras recibir el nombre de Riamu, casi como si estuviera almacenándolo en algún rincón de su memoria. Luego parpadeó, se la quedó mirando y volvió a asentir.

—Es bonito, sí. ¿Qué significa?

Sin embargo, apenas pronunciar aquellas palabras fue que un haz de luz captó la atención de ambas. Recorrió el cielo, seguido por varios similares, y acabaron estallando en un enorme espectáculo de colores silencioso. Duró un par de minutos, permeando el mundo alrededor de un tono casi mágico, y cuando la noche volvió a la normalidad... Riamu notó que la niña ya no estaba. En su lugar, la hamaca yacía vacía, meciéndose suavemente y sobre la madera había un llavero. Era metálico, ya algo viejo y poseía la forma de una luna creciente. Estaba frío al tacto. Al darle la vuelta, Riamu pudo encontrar una inscripción tallada de forma bastante rústica al dorso, en caracteres occidentales.

Luna.

 

[Zona de museos]

Quise contestarle a la niña en cuanto formuló la pregunta, pero un haz de luz comenzó a brillar en el cielo y acabó por llamar nuestra atención, dejándome con la palabra en la boca. No creía que me respuesta le hubiese sido muy satisfactoria, sin embargo, porque hasta donde yo sabía, mis padres solo habían usado la pronunciación japonesa de la palabra "realm" para mi nombre y, en sí, no creía que tuviese un significado en japonés. Claro que si lo juntabas todo, de alguna manera mi nombre completo era algo así como "reino de sueños", pero no creía que fuese una traducción completamente acertada.

Por suerte, los fuegos artificiales fueron lo suficientemente llamativos como para que la chica no dijese nada más al respecto, y yo tampoco tuve mayor problema en distraerme con los colores que iban apareciendo en el cielo. No hicieron nada de ruido, detalle que me sorprendió bastante teniendo en cuenta que otros años casi los podía escuchar desde mi casa, y pensé que fue bastante bonito que lo tuviesen en cuenta, porque los animales lo pasaban realmente mal con esas explosiones.

Fueron un par de minutos silenciosos y realmente preciosos, y cuando acabaron, me giré hacia el columpio con claras intenciones de preguntarle a la chica qué le había parecido el espectáculo. Grande fue mi sorpresa al ver que la niña había desaparecido, vete a saber cómo y cuando para lograr bajar toda la colina sin yo verla, pero afortunadamente distinguí el llavero que había dejado en la madera, a pesar de lo confusa que me encontraba por la situación.

Alcé el llavero entre mis dedos, observándolo con detalle a la luz de la luna, y sonreí ligeramente al distinguir de lo que se trataba y la palabra que había tallada en el dorso. No hacía falta que la entendiese para saber lo que significaba, al fin y al cabo. Me levanté del césped, pues, y saqué mis llaves para colgar el llavero mientras bajaba de nuevo hacia la zona principal del parque. Y en eso estaba cuando sonó mi móvil, al que respondí cuando terminé de guardar las llaves de vuelta en mi bolsillo.

—Ri, ¿dónde estás? ¿No ibas a ir al festival? —la voz de Hitoshi sonó algo preocupada al otro lado de la línea y, sinceramente, me hizo un poco de gracia.

—Cambio de planes —contesté, sin más—. ¿Por?

—Quería... sorprenderte, y que viésemos los fuegos artificiales juntos, ¿sabes?

—¿Eh~? Qué lindo, Hito-kun~ —exclamé, sin poder esconder el ligero tono burlón de mi voz—. ¿Estás en el festival, entonces?

—Sí, sí. ¿Y tú?

—Ah, me pregunto~

Le colgué justo después, sin darle oportunidad a recriminarme por nada, y eché una vistazo alrededor mientras devolvía el teléfono a su sitio, dándome cuenta que había alcanzado otra zona del parque. No sabría decir porqué me burlaba tanto de él cuando sus detalles eran tan bonitos y era obvio que me apreciaba, pero desde luego no iba a ser aquella la noche en la que descubriría la respuesta a esa pregunta. Tampoco podía evitarlo, si me lo pasaba tan bien a su costa~

 

Riamu bajó de la colina y siguió recorriendo el parque por sus caminos de losa rodeados de árboles y vegetación. Había mucha gente, tal así que conforme avanzaba la noche la cantidad parecía reafirmarse. De esta manera alcanzó una zona donde el parque se extendía y le abría paso a varios edificios dispuestos en torno a un paseo central, decorado con lámparas, una fuente de agua y una glorieta. La mayoría de las construcciones eran de gran tamaño y sus nombres se leían claramente incluso a la distancia, todos con sus puertas abiertas e iluminados en su totalidad. Era la zona de los museos y, con ocasión del festival, estaban haciendo un horario especial para recibir a los transeúntes.

Museos disponibles:

• El Museo Nacional de Tokio
• El Museo Nacional de Ciencias de Japón
• El Museo Nacional de Arte Occidental
• El Museo de Arte Metropolitano de Tokio
• El Museo Shitamachi

Contenido oculto

Se puede acceder a cualquier museo que sea del interés, además son reales así que de interesarles pueden googlear qué tiene cada uno.

De ingresar a alguno, bastaría con que en la especificación de sus posts pongan algo like "Zona de museos (Museo Shitamachi)".

 

Colina

En cuestión de unos pocos minutos, básicamente cada quien tomó su camino y ya. Rei se despidió, ahora que sabía dónde buscar a Anna, y los hermanos de Arata prefirieron seguir recorriendo el festival. Pensé que ojalá se animaran a comprar algo en el puesto de amuletos. Sus personalidades vislumbraban luego de pasar un rato juntos, así que mantuve la sonrisa y despedí a Izumi, a Sei también, así fuera más retraído.

—El gusto fue mío~

La gente había comenzado a dispersarse lentamente, aclarando el panorama. Me detuve en los ojos de Arata y luego repasé el espacio con la vista, pensativo. No tenía un plan concreto, después de todo era de mis primeras veces en ese santuario, pero el parque lo conocía un poco mejor y recordé el cerezo enorme que se regía en lo alto de la colina. Me recordó al árbol que había en el centro del patio norte, ese alrededor del cual Chiasa había girado una vez.

Le sonreí a Arata, bajé la vista a sus pies y comencé a caminar sin más. Al menos se había traído calzado cómodo. No hablé mucho durante el recorrido, así como a veces se me soltaba la lengua, otras parecía abstraerme en un mundo paralelo, un mundo propio donde el resto de personas perdían consistencia. Saliendo del festival, sin embargo, busqué su rostro para volver a sonreírle.

—Espero que tengas estado físico, Akkun~

La colina tampoco era tan alta, pero por molestarlo. La concentración de gente se disipó un poco de repente, las luces del parque también fueron desapareciendo y, para cuando llegamos al pie del árbol, sobre nosotros sólo se derramaba la luz de luna. Observé el cielo, observé el columpio viejo y apoyé una mano en la corteza del cerezo. Detallé la inmensa cantidad de flores. Volví a sonreír, cerrando los ojos un instante, y solté el aire suavemente en lo que miraba a Arata. Una brisa dulce se deslizó desde el estanque.

—¿Te importa si toco una canción?

Eh, Chiasa.

Me gustaría presentarte a alguien.​

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doble post furioso porque no me importa nada

ah, pensaste que lo de sasha era la única wholesomeness que había planeado???

 

Colina

Le eché un último vistazo a la dirección en que mis hermanos se habían ido, fue casi un reflejo, los dos habían aprendido a andar solos desde muy pequeños y sabía que no necesitaban realmente que nadie los vigilara. Eran prudentes de por sí, confiaba más en ellos que en mi propia capacidad de contener mi culo del desastre que era básicamente ninguna. El caso es que todo el mundo acabó yendo por su lado sin mucho problema, en general la multitud también comenzó a disiparse.

Recibí los ojos del enano y me quedé esperando por su decisión, nuestro nido era el Hibiya pero yo también conocía un poco mejor el Ueno entre los festivales y el hecho de que Hikkun había vivido en Taito toda su puta vida. Me sonrió, bajó la vista y echó a andar sin decir una palabra, no sé por qué el gesto me recordó un huevo y medio a Hikari, también a Cayden, y como era usual con ese par también terminé por seguirlo en silencio.

Hablaba como puta cotorra, pero de vez en cuando tenía la decencia de entender que los culos introvertidos con los que me juntaban solo se metían en su mundo y tampoco había mucho objetivo en sacarlos de allí. Con todo ya saliendo buscó mi rostro para decir la tontería de turno y me arrancó una sonrisa divertida.

—¿Me estás retando acaso, cara de bebé? —pregunté por la pura gracia.

Como fuese cuando llegamos lo único que nos acompañaba ya era la luz de la luna, seguí los movimientos de Ko sin disimularlo demasiado, su vista se paseó del cielo al columpio y lo vi acariciar el cerezo y así no fuese ninguna mente maestra algo fue distinto. No veía los famosos hilos de Sonnen y la mariposita, las conexiones del mundo no me perseguían, pero varias corrientes de aire discretas soplaron de una dirección completamente distinta... y no eran el aire de Ko.

Arrugué la nariz porque de repente sentí ganas de estornudar, de hecho tuve que rascarme con el dorso de la mano y acababa de bajar el brazo cuando Ko me miró otra vez. La brisa dulce que nos alcanzó desde el estanque me hizo relajar los hombros, eso y la pregunta del chiquillo que me hizo dedicarle una sonrisa bastante sosegada mientras me acomodaba para sentarme usando el tronco para apoyar la espalda.

—Adelante. Ya comenzaba a preguntarme si esa guitarra era solo para impresionar chicas o algo.

Contenido oculto

am i gonna die with this wholesomeness? most likely and i fucking love it

flashbacks al día en el patio norte cuando lloré un río damn

 

Contenido oculto: hold my softness

Colina

No poseía intenciones de prolongar la broma, de modo que me limité a soltar una risilla con su respuesta y seguir camino. Lo había soltado porque me apeteció y ya, con la despreocupación que el viento sopla de aquí para allá. Quizá fuera una de las mierdas más naturales del elemento.

Con el mismo concepto, no estaba enteramente seguro si quería aún abrir la boca o no. Mi idea original había sido recorrer el festival, ver los fuegos artificiales y encontrar un lugar tranquilo para cantarle solo, a lo sumo con Rei. El público no me molestaba. El caso era que habíamos acabado con más gente de la prevista y con la misma fuerza relativa que me impulsó a equipararlo con un niño que cree en Navidad, ahora me di cuenta que quizá le correspondiera saberlo. Quizá fuera lo correcto.

Sólo quizás.

Su comentario sobre las chicas me arrancó otra risa baja y me fui quitando el estuche de la espalda en lo que él se acomodaba contra el tronco del árbol. ¿Cuántos hilos encontraría Haru en este cerezo? Dios, tenían que ser miles y miles, imposibles de cuantificar. Los suficientes para agobiar a cualquiera. La brisa volvió a soplar, arrancando unos pocos pétalos de la copa, y alcancé a detener uno con la punta de los dedos.

—Bueno, espero que te guste —murmuré hacia ambos, cerré los ojos y me acerqué el pétalo a los labios antes de soltarlo.

Me acomodé en el columpio, ya que Arata no lo había ocupado, y luego de probar un poco las cuerdas y que estuvieran correctamente afinadas, sólo tomé aire y empecé. Siempre se trataba de eso, ¿verdad? De tener el suficiente aire en los pulmones.

Canté en voz baja, como si el resto del mundo se hubiera evaporado. Como si fuera una nana de medianoche para ahuyentar a los fantasmas. No era una canción que a ella le hubiera gustado especialmente, pero resultaba que a mí sí y me apetecía mostrársela. La letra era... complicada, cuanto menos, pero tenía partes poderosas. Hablaba de cargas, de pérdidas y desconocimiento. Hablaba de lo que puede quedar tras una tormenta, de los bosquejos en los que a veces nos convertimos. Ser es relativo, es el aire que circula de aquí a allá y está en constante movimiento. Nunca somos el mismo de ayer ni seremos el mismo de hoy.

¿No ves que soy un desastre?​

Aún así, dejaré de huir.

Ahora imagina mi futuro maldito con una maldición.​

No llores entre las grietas de los sueños.

Son recuerdos que exploro porque ya no encajo en ninguna otra parte.​

Deseo ser más fuerte que nadie más.

Y los recuerdos que persigo no dejan lugar donde esconderse.​

El mundo lo espera en silencio.

Hace mucho olvidé ya qué expresión se supone que tenga.​

Así que, por favor, respóndeme.

Ah, es como un monstruo.
​

Aceptaré este dolor que no va a desaparecer.​

Cuando el silencio volvió a instaurarse fue como si me hubieran arrancado de una dimensión totalmente diferente. Abrí los ojos poco a poco, sintiendo una paz absurda, y me descomprimí los pulmones en un suspiro por demás relajado. Deslicé la mirada hacia Arata, entonces, me tomé un momento y le sonreí. Fue sólo eso, una sonrisa genuina. Un poco triste, quizá, incluso melancólica. Puede que al final acabara sonriendo así toda la vida y estaba bien, no había necesidad de tapar el dolor. Sólo importaba aceptarlo.

Mientras más cerca del corazón se lo llevara, los recuerdos menos poder tendrían para dañarte.

—Se está muy bien aquí arriba, ¿verdad? Es como si... pudiéramos detener el tiempo.

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lets cry together

no one cares but hace tiempo ya decidí que este cñor sea la voz oficial de Kohaku para cantar y me hace tanto bien al alma que es estúpido (?