Papá Harley [Cookieshipping]

Tema en 'Fanfics Abandonados Pokémon' iniciado por Mr Fey, 9 Julio 2011.

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    Mr Fey

    Mr Fey Usuario popular

    Sagitario
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    Título:
    Papá Harley [Cookieshipping]
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Comedia Romántica
    Total de capítulos:
    2
     
    Palabras:
    2967
    Papá Harley

    Resumen: ¿Papá? ¡Ni en sueños! Tenía dieciocho años y él sólo quería divertirse, comprar ropa cara durante su año sabático y lograr que todas en Ciudad Portual se murieran de envidia; Todo eso, lejos los concursos pokémon pero sobre todo, lejos de la señorita Tent y compañía. ¡Harley ni sus peores pesadillas, aceptaría ser padre! Entonces… ¿Cómo es que ahora tenía un niño en brazos? ¡Maldito Celebi!
    Pareja: Harley/May [Cookieshipping]
    Tipo: Long-fic. [A lo mucho diez capítulos]
    Disclaimer: Los personajes y Pokemon no me pertenecen.
    Dedicatoria: Especialmente dedicado a Plushy, que yo sé que ella quiere que escriba un long-fic. Y además, será la encargada de hostigarme hasta que termine el fanfic xD. A Liese y a Lilith, que disfrutan mucho esta pareja también.
    Advertencia: Un poquito de Ooc en Harley, =S Siento que no lo manejo precisamente bien.

    ¡Bienvenido a otro fanfic de la Serpiente!
    Capítulo I

    Hasta los niños viajan en el tiempo

    Todavía creía que toda esa mala suerte había sido mera coincidencia, sí, eso era. Ningún mal presagio se había avecinado por haberse levantando mucho más tarde de lo normal, impidiendo ganar ese extravagante traje de Kanto en una subasta del mercado en la ciudad. ¡Por supuesto que no! Ni tampoco, que gracias a ese hecho, su humor jovial había cambiado a uno de mujer histérica; se mordió el labio escuchando suspirar a una señora de mediana edad, le mostró la lengua en una rabieta, ¡viejas acosadoras!

    —¡Muy buenas estuvieran, ancianas! —les gritó, situando su mano izquierda en la cadera al instante que comenzaba a caminar, con su habitual meneo; las mencionadas susurraron ofendidas mientras seguían su camino por los puestos, alegando que los jóvenes de ese tiempo eran unos maleducados.

    El coordinador suspiró derrotado, observando sus zapatos blancos, el tacón ya estaba algo gastado; sonrió contento por tener la oportunidad de ir a una tienda exclusiva para comprarlos, sí, esa mala suerte sólo era un presagio de un cambio monetario.

    Ahora gastaría en zapatos, no en traje. Prefirió llamarlo trueque. A pesar de su mala mañana y el humor negro que todavía no se le bajaba, verdaderamente era feliz; ¡Joder, tenía dieciocho años! ¡Recién cumpliditos! Su amorosa madre lo había sorprendido con un apartamento amueblado en una zona cercana al puerto la ciudad, algo que agradecida mucho, pues le gustaba el mar. Ya se imaginaba las fiestas exclusivas en las que sería el anfitrión más querido y lo mejor, su madre lo había dejado vivir ahí.

    ­—Es que mi mami sabe lo que es bueno —se dijo observando unos lentes de aviador color azul la estantería de una tienda departamental. El centro de Ciudad Portual estaba atestado de personas yendo de aquí a allá, sin embargo cada uno de ellos disfrutaba la cultura y el turismo que profesaba su amada capital.

    Probándose diferentes estilos de lentes, reflexionó acerca de su vida; esa nostalgia siempre volvía a él en momentos indefinidos; después del Festival de Kanto, había decidido retirarse de los concursos, no es que fuera a dejarlos, eran su pasión. No obstante la curiosidad de ver a las personas entrar a la universidad y salir del estereotipo de entrenadores, coordinadores o cualquier carrera que tuviera la palabra pokémon integrada, lo había motivado; una de sus vecinas, con un doctorado en el chisme, le mencionó que existía una escuela de modas en la ciudad, recién abierta por un grupo de inversionistas interesados en el diseño y bellas artes.

    No vio la necesidad de no intentarlo, sabía que tenía el talento suficiente y además, el mundo reclamaba más estilo, más atrevimiento, extravagancia y él poseía todo eso; por ello, mañana iría a sacar ficha, su mamá apoyó la decisión sin ningún problema, decía que entre más supiera su hijo, se defendería más fácil de ese mundo lleno de arribistas.

    —¡Me da esos, combinan con mi playerita! —pidió y el vendedor le entregó los lentes de aviador en rosa; los colocó frente a sus ojos y siguió su andar a la playa.

    Era sábado y Harley disfrutaba enormemente ir al mar después de una borrachera de viernes; el agua fría lo traía a la realidad en un instante. Se emocionó al sentir la arena apretar sus zapatos blancos y los quitó inmediatamente de sus pies, no quería dañarlos más de lo que ya estaban, ¡podía pasar vergüenza si así fuera! ; suspiró sentándose en la arena; definitivamente los concursos seguirían en su vida, pero antes, quería terminar ese proyecto de estudios superiores, eso lo llevaría a realizar una ambición mucho más grande.

    —¡Pero que feliz soy! —gritó recostándose por completo en la arena, y es que tenía razón: era rico, bello, con estilo y un brillante futuro por delante; nada ni nadie, podía arruinar ese momento de poderío que sentía ni siquiera ese punzante dolor de cabeza por la ebriedad.

    Las palmeras, celosas de la alegría del coordinador, en una mágica escena, lanzaron cada una sus cocos al suelo. El agua lejos de ellos, provocaba diminutas olas que terminaban perdiéndose por completo a la orilla de la playa, muy cerca de los pies de Harley, quién comenzaba a dormitar arrullándose con los rayos del sol.

    No muy lejos de ahí, un gritillo se escuchó y después, el sonido de algo pesado al caer al suelo. Él lo ignoró, adquiriendo una posición de perfil, para acomodarse mejor en la arena.

    —Esas mamás deberían de cuidar mejor a sus hijos —susurró enfadado, tratando de conciliar el sueño; una siestecita en la playa no era mala idea.

    Oyó un tímido sollozo y suaves pasos acercándose lentamente hacia su dirección. Aquello ya no le gustaba nada, ¡él no era una niñera! Sí el niño se había caído, ¡para eso existían las madres! Se cubrió el rostro con el sombrero fedora en color blanco que traía puesto, al menos tenía la esperanza de que el infante tuviera claro que no debía acercarse a desconocidos.

    El caminar se hacía más constante y cercano; Harley tragó saliva al sentir como se detenían los pasos justo detrás de su espalda. Una mano delicada cogió uno de los mechones de su cabello violeta, jalándolo fuertemente y para su mala suerte, el niño lloró aún más fuerte.

    Se soltó como pudo del agarre y se incorporó hasta quedar de pie. ¡Condenado Chamaco! Hizo algunos ejercicios de respiración si siquiera ver al pequeño frente a él.

    —Los niños no tienen la culpa, los niños no tienen la culpa —se repetía pero el chillido no le dejaba concentrarse; se quitó los lentes, lanzándolos lejos y, abriendo los ojos, observó a la personita llorona.

    Harley sabía que en el mundo coexistían eventos que nunca lograrían explicarse, cómo el hecho de que las mujeres se pusieran tal cual perras en celo cuando hubiese rebajas o que su madre le quitara todas las tarjetas de crédito por comprar cosas que, según ella, no eran de un jovencito educado; también, que había cosas que el dinero no podía comprar.

    ¡Eso superaba todo! Sus ojos azules, amplios por la sorpresa, no se permitían quitar la vista de la criatura frente a él. ¡Debería de ser un sueño bizarro!

    Se agachó hasta quedar hincado, no le importó mucho que por lo corto del short rosa, sus rodillas se rasparan por la arena o qué, por una ráfaga de viento su sombrero importado volara logrando desaparecer entre la ciudad.

    ¡Ese niño era idéntico a él!

    ¡Osea, hello! Pensó; examinando al menor. El mocoso no decía nada pero seguía sollozando con sus manitas fuertemente presionando sus parpados cerrados. Harley no entendía como debería actuar, seguramente era una coincidencia. Inmediatamente sus ojos aguamarina lo examinaron; no tenía más de cinco años, el cabello de un morado como el suyo propio permanecía alborotado, aunque, a diferencia de él, el del pequeño no alcanzaba a llegarle ni siquiera al final del cuello. Tampoco era ondulado, lo tenía lacio y alborotado. Difícilmente era eso lo que tenía a Harley en shock.

    —¿Quién te hizo ese traje? —preguntó sin dejar de mirarlo. Es que, esa vestimenta lo ponía mal; vestía un traje manga larga completo de color gris oscuro, a los ojos de la gente parecía normal, pero Harley vivía en un nivel mucho más alto de lo normal. Era un traje de Banette. Analizó el sombrero que cubría la mayor parte de la melena violeta, era detallado y las orejas largas poseían el ángulo exacto del pokémon; al igual que los picos que sobresalían del mismo color oscuro. Podía jurar que si lo volteaba vería la cola amarilla de forma esponjosa.

    Lo extraño no era el traje, si no el hecho de era su diseño. Llevaba trabajando desde hace días en el y otros modelos, era un extra para tener más oportunidad de entrar a la universidad; jamás se lo enseñó a alguien, ¿cómo era que ese niño llorón lo poseía?

    —¿Hm? Lo hiciste tú —respondió extendiendo el brazo y señalándolo con el dedo índice, abrió los ojos, provocando en Harley casi un paro cardiaco. ¡Tenía los ojos azules! El pequeño, extrañado, lo abrazó con fuerza—, ¡Papá, puedo explicarlo, no se lo digas a mamá!

    Harley creyó perder en un minuto diez años de su vida. ¡¿Papá?! ¡Ni en sueños! Tenía dieciocho años y él sólo quería divertirse, comprar ropa cara durante su año sabático y lograr que todas en Ciudad Portual se murieran de envidia; Todo eso, lejos de los concursos pokémon. ¿Cómo diablos podría ser un padre?

    —Haber mi amor, creo que te estás confundiendo —mencionó, apartando al nene de su regazo. Él verdaderamente creía que comenzaba a sentir un mareo, demasiadas emociones por un día—; me he de parecer a tu padre, pero no lo soy. Mejor dime quien es tu madre para llevarte con ella.

    —¡Tú eres mi papi! —gritó, juntando las cejas en una expresión de enfado. El coordinador no sabía por qué, pero ese semblante le recordó a May— mira esto:

    La mala suerte de ese día debería estarse potenciando últimamente. El pequeño le entregó una nota, él la tomó en sus manos, observándola.

    La extendió, iniciando la lectura: “Mi vida, ¡hoy iremos de compras! Prepara todo, tu amado y querido papá, Harley”.

    No sabía si sentarse a llorar o salir corriendo. Las manos le temblaban y la expresión perpleja en su rostro seguramente era un poema, ¡que ironía que sus anti fans no estuvieran ahí para presenciarlo! ¡Puta madre, era su bendita letra!

    Harley volvió su vista al pequeño, que sonreía con esa sonrisita de diablo que él conocía bastante bien, esa que utilizaba cada vez que ganaba un asalto a su madre.

    —Vamos divo, esto es sólo un malentendido—trataba de persuadirse—; ¿Cómo te llamas?

    —¡Haku! —sonrió aún más al responder, su voz era suave y delicada, los zapatitos grises resonaron en la arena cuando dio un salto de alegría.

    Prefirió volver a sentarse, definitivamente necesitaría de un masaje después de esto. Se estudió a si mismo, su piel era más pálida de lo normal; sacudió la cabeza, tenía que estar tranquilo y no desesperarse, lo último podía no dar tan buenos resultados.

    —Haku, ¿cómo es que llegaste aquí? —cuestionó, más calmado. ¡Hasta el nombre! Harley siempre se dijo que cuando tuviera un niño, se llamaría Haku porque sería un niño amado, consentido y querido por su padre.

    —Celebi me trajo — susurró, bajando la cabeza en un semblante de vergüenza—, sé que tú me dijiste que no debía utilizar a Celebi para viajar en el tiempo, pero… ¡Prometo arreglarlo! —terminó, mirándolo fijamente con los ojos azules amenazando con lagrimear.

    Harley sintió ternura, angustia y miedo al mismo tiempo. ¡Eso era demasiado! Haku era su hijo, no había duda. El nombre, el estilo, el porte, la ropa todo era estilo Harley. ¿Ahora que iba a hacer?

    —¿Dónde está, Celebi? —interrogó, si Haku venia del futuro era mejor regresarlo a su época, ¡él no se encargaría de su propio hijo! Que lo hiciera su versión madura.

    —No sé.

    Eso era algo que Harley anotaría para mostrarlo a su primogénito en el futuro. Nunca debía perder de vista a esa jodida hada. ¡Maldito Celebi!

    Nadie diría jamás que el coordinador más extravagante de Ciudad Portual no gozaba de corazón alguno más que para sí mismo; pues ahora caminaba rumbo a su recién adquirido departamento con un niño vestido en forma de Banette en brazos. Haku abrazaba a su padre con mucho cariño, besando de vez en cuando la mejilla de su familiar; Harley sólo quería llegar al sillón de su sala y pensar que todavía podría salvarse de un ataque cardiaco.

    ¿Cómo es que ahora tenía un niño en brazos? ¡Mierda!

    —Papi, ¿estás enojado conmigo? —demandó, escondiendo el rostro en el cuello de su joven padre. Harley suspiró, el niño no tenía la culpa de estar ahí.

    Ok, si la tenía.

    —No mi amor, no lo estoy. Descuida, solucionaremos esto ¿sí? Mejor cuéntame, ¿qué se siente ver a tu papi en la flor de su juventud? —dijo con la voz calmada, no quería asustarlo, o más bien, no deseaba escuchar ese molesto llanto inundar sus oídos.

    —Eres muy guapo, ¡te amo, papá! —aseguró, obsequiándole otro beso más en la mejilla.

    La gente volteaba a verlos, haciéndose preguntas extrañas entre ellos; Harley conocía esas palabrerías, ¡viejas chismosas! Cubrió el rostro del niño con el gorro y lo acercó mucho más a su pecho, ocultándolo por completo.

    Agradeció a su madre que su apartamento estuviera ubicado cercano al ferry y al puerto, desde ahí todos los lugares le quedaban a una distancia prudente. Además, era zona exclusiva que le costó millones para poder construir. ¡Su mami era lo máximo! Más contento con ese pensamiento, ignoró todos los cuchicheos de las personas y finalmente llegó a su ansiado hogar.

    —Haku, este es el hogar de papá. ¿No es hermoso, cariño?

    El niño, emocionado por conocer nuevos lugares, fijó sus ojos azules con intensidad en el nuevo apartamento. Era completamente hecho de madera, en una forma rectangular, bástate parecido a una cabaña; el ambiente era acogedor y Harley entró con él en brazos.

    La sala era lo suficientemente grande para dos personas; el piso de madera contrastaba perfectamente con la alfombra en tonos dorados y blancos. Haku miró entusiasmado la televisión, tal vez ahí podían pasar la caricatura que tanto le gustaba.

    Había muchos cuadros de papá en la sala y si no se equivocaba, las puertas que permanecían cerradas eran la de la cocina, el baño y la recamara.

    —¡Es muy bonito! —alegó, aplaudiendo con simpatía. El extravagante coordinador lo situó en el único sillón blanco de la sala. Le encantaba ese mueble, era cómodo para dormir; su madre poseía un gusto exquisito, aunque el apartamento no fuese grande, era suficiente para un soltero como él y claro, el patio de atrás era lo bastante grande para una fiesta y ni qué decir de la playa. ¡Excelente!

    —Te voy a preparar leche, cuando vuelva hablaremos de cómo es que estás aquí, y hallaremos una manera de encontrar a Celebi —articuló, dirigiéndose a la cocina.

    Con cuatro años de edad, Haku pensó que viajar en el tiempo era divertido; ahora necesitaba una excusa.

    ¿Qué podría decirle a papá?

    ___________________________

    ¡Capitulo, terminado!

    Fey M. Ryddle
    ¡Juro que soy una maldita serpiente…!
     
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  2.  
    Plushy

    Plushy PokéWriter Usuario VIP Comentarista destacado

    Acuario
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    Este es definitivamente uno de los fics más originales que he visto en cuanto al manejo de un personaje, creo que nadie en su sano juicio (ni yo en mis delirios) se imaginaria a Harley de papá. Todos sueñan con los alegres y aventureos hijos de Ash e <inserte chica> o en su defecto a las criaturas risueñas de May y Drew. Harley de padre no creo que pinte ni el más escalofriantes pesadillas de muchos fans y ahora abierta esta posibilidad yo me pinto un sueño MARAVILLOSO.

    Yo no veo ooc, de hecho lo manejas mejor que yo xD la narración impecable como siempre, cuando estoy tan embobada en la lectura en lo último que me fijo es que si faltó una coma o no, esa labor ya la hará otro.

    Ese niño es un amor, esperemos que más adelante podamos ver más de su personalidad para ver si salió fashion igual que su papi... o si por el contrario sale más como la madre.

    Esa parte me mató de la risa xDDD

    Conti conti... digo, estaré esperando con muchas ansias la continuación, ahora a persuadir gente para que lo lea.

    Y Fey, si no terminas este fic, no se cuando, no se como... iré por ti y te matare :D
     
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  3.  
    ElyHaruKaa

    ElyHaruKaa Entusiasta

    Piscis
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    Harley papá??
    Definitivamente estubo de maravilla jajaja.. de impacto y de risa jejeje.

    Digo lo mísmo, ahi me reí bastante!!

    Ojos azules... ya me imagino quien es la mami, vino del futuro, gran historia y lo mejor de todo es que habrá continuacion, espero leerlo lo mas pronto posible ^^

    Cuidate mucho
     
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  4.  
    Nami Roronoa

    Nami Roronoa The Gif Queen Game Master

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    Te dije que me pasaria y aqui me tienes!!
    SIp, este es un fic super original y ya el titulo de por si llama la atencion. Llevaba tiempo sin leer un Cookieshipping, si bien soy contestshipper es una pareja mas que interesante de leer y hacia tiempo que no me reia tanto xD No puedo esperar a que Haku le diga quien es su madre...
    ¿OoC? Si hubo, no lo note, Harley estuvo muy IC a mi parecer... creo que manejo la situacion como solo Harley lo haria, con humor, la forma de Harley de tomarse la vida xD Pero me gusto el "Como se ve tu papa en la flor de su juventud?" XD me mato de risa esa parte, entre muchas otras...
    Me rei mucho, gracias por tan genial capitulo!! Y primero de varios mas espero, estare atenta a la conti!!
    Besitos
    Rocio
     
  5.  
    Sere

    Sere Silent

    Libra
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    Buen día, amiga... primeramente una doble disculpa por tardar tanto en comentar y otra más por que cuando lo leí por primera vez me mataba de la risa y no podía controlarme para escribir un comentario decente, sin más que decir al respecto pasaré a tu fan fic.

    Me encanta la forma en qué utilizaste a Harley en esta historia; porque tomaste sus gestos exagerados, su lenguaje, su actitud egocentrica, su amor por el estilo, la ropa y el atrevimiento para reunirlos en una cómica historia. Por cierto, felicidades por lograr que fuera cómica; dado que si mal no recuerdo esa era una de tus metas a lograr en un escrito desde "5 pasos para conquistar a Paul". Lo único que podría considerarse un poquito de OoC de Harley podría ser lo centrado y organizado que se está convirtiendo al decidir priorizar sus actividades y dirigirse inclusive a la Universidas, pero no me importa igual amo tu fic xD.

    La forma en qué reaccionan los personajes secundarias por alguna razón me recuerda mucho a como lo hacen en mi Estado xD, creo que Harley se ha mudado a México ^^, me encanta la idea...

    Ahora algunos detalles de tu historia, sé que soy culpable de ellos, por lo que simplemente los subrayo U^^:
    Creo que su madre podría querer deshacerse de él al comprarle un apartamento y apoyarlo a estudiar diseño y bellas artes a la universidad. Inclusive gasto mucho en ello =O, xD.
    Interesante el énfasis de las necesidades de Harley, considerando que previamente lo ha puesto en práctica al ser atrevido con esas viejitas xD
    Me imaginó esa forma tan exagerada de realizar las cosas y me da risa xD. Eso sin contar que manteniéndose en esa postura tomó una cara de sorpresa al descubrir a ese pequeñín tan idéntico a él.
    Jajaja, no puedo evitarlo…esa parte me mata de la risa cada vez que la leo xD.
    Padre irresponsable xD, claro que a sus dieciocho años tampoco es que esperaba que fuese responsable.

    Bien después de destacar las partes graciosas y morir de risa por tercera vez xD, agradezco por la historia y te doy a saber que estaré chin...insistiendo en que termines la historia vía msn.

    Hasta pronto ^^.
     
  6.  
    Mr Fey

    Mr Fey Usuario popular

    Sagitario
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    Papá Harley [Cookieshipping]
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    Apuesto a que Plushy quiere matarme y adorarme en este momento, tener sentimientos encontraros es gracioso xD. Lamento haber tardado exactamente 11 dias para escribir la continuación, y he tarado mucho más para tratar de publicar la de el Juego del Ifrit, ¡Joder, no me terminan de convencer! Pero aquí estoy, llegando tarde y todo, pero bueno, soy una persona que tienes demasiados problemas emocionales.
    Soy una maldita bipolar, quizás. Responderé comentarios, y si si, casi me siento decepcionada al no saber si Lilith leyó este fic o no.

    Plushy: He amanecido con un humor tan agrio, adhiriéndole que mi Ojo xD está jodidamente rojo, creo que debería cuidarlo más ahora. ¡Magistral! Eso prueba que mi mente está perturbada, sólo yo sería capaz de escribir a Harley en esta situación. Aunque si lo tomamos en cuenta, la idea no es la más original del mundo; si, si, ya me hartaron los hios de Ash y todos los demás, los de Harley son más interesantes jajaja. Tus amenazas son órdenes para mí, este capítulo es tuyo completamente Plushy, gracias por esperar, enserio.
    ElyHaruka: Leerás más de mí, cada año bisiesto pero peor es nada. Me alegra de que te hayas reído, eso quiere decir que estoy mejorando mis escritos de humor.

    Nami: En espera de otra cita de mi doctor favorito, me gusta verlo sufrir jajaja. Gracias por leer y comentar, me encanta que te gustara Harley, él es un irresponsable total sólo quiere disfrutar de la vida, verlo jugar con un niño será tan divertido.
    Suiren: LOOL, no má we, siempre nos escapan los errores, los corregiré, xD porque no recuerdo haberlo hecho ya. La verdad yo también pienso que la mamá de Harley quiere deshacerse de él y lo creo justo, es hora de que el chico se independice.
    Como siempre, pido perdón por los errores ortográficos, falta de acentos y dedazos. Juro solemnemente que hemos revisado el escrito mi beta y yo; parecer ser, que no importa cuanto lo hagamos, siempre sale a la luz alguno.

    Sin más los dejo con el capítulo, muchas gracias por sus comentarios. Tengo un gran placer por hacer complicada la vida de mis personajes, que eso me recuerda que he dejado de hacérsela horrorosa a Paul.

    Papá Harley

    Capitulo II

    Las cosas suelen cambiar, ¡Qué complicado es!

    Un minuto, sólo sesenta malditos segundos. El vaso de leche había caído al suelo, naturalmente, rompiéndose; Harley no tenía interés alguno en levantarlo, lo único que podía importarle ahora, es el hecho que ese chiquillo no estaba en el sillón, no se encontraba sentado en el jodido mueble.

    ¿Cómo era eso posible? Hizo nuevamente los acostumbrados ejercicios de relajación, después de tantos fracasos contra May, aprendió que mantener la mente en calma ayudaba mucho para idear planes. Contempló la sala con exquisita sensatez, no podía haber ido muy lejos.

    Gracias a mi madre por haberme comprado una casa de un solo piso —agradeció, divisando una abertura en la puerta que encaminaba a su cuarto. Así que estás, pensó.

    Admitía que se preocupó, pero en una mínima cantidad. ¿Qué tan lejos podía ir? Después de esa pregunta, se rió de sí mismo, podía apostar que su yo del futuro se preguntó exactamente eso cuando no encontraba a su hijo. Suspiró, complacido porque el niño no caminara tan lejos de casa. Él, definitivamente no saldría a la calle a dar un espectáculo buscando a un infante.

    —Cariño, ¿dónde estás? preguntó en voz ligeramente alta y con una entonación alegre, no quería asustar al pequeño o hacerlo sentir inseguro. —, ¿te gusta jugar a las escondidas con papá? —volvió a interrogar, quizás la respuesta seria afirmativa, al menos a él le gustaban mucho ese tipo de juegos. Casi se sintió estúpido.

    Nunca puso total interés en observar su cuarto, sin embargo; decidió mirarlo con astucia, nunca le gustó mucho la madera, pero el estilo playero que otorgaba al lugar era adecuado. Siempre admiró el buen gusto de su madre en ese aspecto, en que las personas deben elegir los hogares en comparación con el ambiente cercano. Tampoco era una habitación muy grande, lo ideal para un soltero.

    La cama era matrimonial, él la hubiera elegido más grande pero a las cosas gratis jamás se le discutía nada. Para combinar perfectamente con el suelo, había elegido tonos dorados y naranjas para la decoración; los cuadros donde aparecía y enmarcados en coloración anaranjada, embellecían su hogar. Justamente, en el armario de caoba—de una textura divina—, se escuchaba una risita poco audible y Harley conocía al portador de esa voz aguda.

    —¿Dónde puede estar Haku? —dudó para hacerle creer a al pequeño que no había escuchado su voz, los niños solían ser tan ingenuos a esa edad—¿estará debajo de la cama? —una risita más y el coordinador se llevó la mano a la boca para contener la risa, acercándose silenciosamente a la perilla del closet. La risa infantil cesó.

    —Me dijeron hace tiempo que había un horrible Gengar en este armario, hasta ya me está dando frio… ¡Sal Haku, no quiero que robe tu alma!

    Nadie dijo que su manera de divertirse no sería retorcida. No pasaron muchos segundos para sentir un pequeño bulto estar fuertemente adherido a su pierna derecha, llorando desconsoladamente.

    ¡Bravo Harley!, ahora tienes un gran problema, sólo tú puedes lograr tanto se regañó mentalmente, si ese niño hubiese sido May, en definitiva estuviera riendo y burlándose dignamente de ella, pero era su familiar. ¡Su querido hijo! Y comenzaba a hipar.

    —¡Fuera Gengar, o te capturaré! —gritó y Haku lo abrazó más, cerrando los ojos con ahínco. Suspiró, al menos ahora sólo sollozaba.

    —¿Ya se fue? —preguntó el menor, sintiéndose protegido en los brazos de su padre. Harley asintió mientras se sentaba en el borde de la cama y acomodara al niño en sus piernas, hasta dejarlo sentado.

    Los ojos azules temerosos conmovieron al coordinador. Fijó su vista en la única ventana de la habitación para comprar que ya había anochecido, se había pasado todo el día en el mercado y la tarde en entre la playa y su camino a casa; sucedieron muchas cosas ese día, seguía pensando que todo eso sucedió por haberse levantado tarde, ¡nunca lo hacía!

    —Claro, si papi se encargó de que se fuera —respondió, dedicándole la mejor de sus sonrisas cálidas, esa que provocaba un semblante tranquilo en su rostro al momento que sus ojos permanecían escondidos tras los párpados.

    —¡Papá es genial! —la gran sonrisa que adornó el rostro de su hijo y las redondas mejillas siendo sonrojadas, trajeron como consecuencia un calorcito en el pecho del joven, tal vez no era tan malo tenerlo ahí, con él. Volvió a su mente lo que lo estaba atormentando.

    —¿Cómo llegaste aquí, enano? —cuestionó con suavidad, el niño volteó a verlo con el sombrero de banette siendo acariciado por sus manos. Sus ojitos mantenían algunos restos de lágrimas, pero observaba a su padre con alegría.

    —Celebi me trajo —dijo, gateó con cuidado y Harley lo ayudó, hasta que el infante estuvo en la cama. Haku se puso de pie, riendo al verse a sí mismo manteniendo el equilibrio. El mayor pensó que el niño no quería decirle —, ya puedo saltar papá, pero con un pie no —continuó, evidentemente, saltando en la cama; y tal cual dijo, al iniciar un salto en un pie, terminó perdiendo el equilibro y cayendo sobre el colchón.

    Harley creyó que Haku lloraría, pero no lo hizo.

    —Harion no llora, dice que podremos lograrlo si nos esforzamos —mencionó, poniéndose en pie. La azulada mirada estaba humedad, dispuesta a llorar en cualquier momento más sin embargo, Haku mantenía sus delgadas cejas en un gesto de molestia y los labios apretados. Él no quería llorar.

    El extravagante muchacho de Ciudad Portual, meditó lo que dijo su hijo. Sospechaba que Harion era solo un amigo, más su instinto le gritaba que su deducción podía considerarse errónea.

    —¿Quién es Harion?

    —Mi hermano gemelo.

    Se recostó en la cama con los ojos abiertos por la sorpresa. Puede incluso que la sangre dejó de circular por su cuerpo en algún momento, Harley ya no sabía que pensar. ¡Puta madre, tenía dos hijos! No era uno, sino dos, un par, gemelos, idénticos. Las manos blancas cubrieron sus ojos enseguida y un gritillo de inmensa felicidad salió de su boca.
    Comenzó a reír; su sueño era ese, dos dulces gemelos y por el nombre, sabía que también era un hermoso niño. Sujetó a Haku con sus manos y lo abrazó, quedando sobre su pecho.

    —¿Y cómo es Harion? —se oía emocionado con los ojos azules brillantes. Sin embargo ahora Haku estaba más preocupado por buscar su gorro en algún lado de su padre, él notó eso y le alcanzó la prenda a su hijo.

    Haku sonrió feliz, con su gorro puesto.

    —¡Es muy travieso! Mamá no deja de perseguirlo por todos lados, y tú también —compartió, alzando la voz—; toca el violín, me gusta escucharlo antes de dormir… —dijo, bostezando y recargando su rostro contra el pecho de Harley.

    Entonces, el coordinador entró en razón. ¡Joder! Él no guardaba el tiempo en una casa de muñecas para que no saliera jamás, debía buscar a Celebi y regresar a su pequeño a su época. Se podía ver a si mismo retorciéndose en algún lugar al no encontrar al pequeño; deseaba hacerle muchas preguntas, incluidas de su futura esposa.

    ¡Ni que fuera a casarse con May! Lo más sano era dejar de preguntar y actuar. Miró a su pequeño dormitar.

    —Pero mientras estés aquí, papi se encargará de comprarte ropa y de que nada te falte —le sorprendió la suavidad en su voz, la paternidad le estaba afectando; más no pudo evitar sonreír orgulloso de su pequeño.

    Harley se durmió en esa posición, abrazando protectoramente a su querido hijo.
    Se arrepintió, exactamente a las siete de la mañana. Haku aplaudía mientras gritaba la palabra papá con una potencia extraordinaria, y Harley se preguntó cuántos años tendría el niño.

    —¿Cuántos años tienes?

    También añoraba preguntarle el por qué diablos lo despertaba tan temprano. Ni siquiera planeaba ir al mercado, ¡Merecía dormir más!, dejó al niño en el suelo y se dio cuenta que era muy pequeño, podía afirmar que no media más de un metro.
    Antes de responder, Haku extendió la mano derecha, doblando el pulgar y en voz clara y fuerte, dijo su edad:

    —Cuatro,¿por qué?

    —Porque papá quiere saber.

    —¿Por qué?

    —Porque todos los padres saben la edad de sus hijos.

    —¿Por qué?

    Harley pidió a Dios que no permitiera que los niños fueran tan preguntones. Recordó que hoy era el día en que sacaría ficha para la universidad, miró a su hijo que seguía esperando una contestación. Necesitaba bañarse y el niño también.

    —Papi quiere presumir que su hijo ya es grande —dijo y el niño sonrió, repitiendo que su padre era genial mientras daba saltitos de gozo—, pero—prosiguió, cargándolo—. Papá quiere bañarse, ¿te bañas conmigo?

    —¡Sí! Además, ya puedo quitarme la ropa solo—mencionó, inflando el pecho en orgullo.

    —¡Muy bien Haku!

    El baño había sido excelente. Su adorado tormento disfrutó de las burbujas de la bañera, preguntándole a Harley el cómo se hacían las burbujas, y por qué el agua a veces era fría, Harley creyó que en cualquier momento gritaría de frustración. ¡Los niños quieren saber todo!

    El verdadero problema fue después, cuando terminó de secar a Haku. Él se vistió antes, dejando al niño jugando un poco más en las burbujas y con el agua en un nivel más bajo.

    —También puedo cambiarme solo, papá. ¿Y mi ropa?

    Esa maldita palabra. ¡Ropa! El coordinador pasó una mano por su rostro en signo de preocupación, el niño podría enfermarse si lo dejaba desnudo, además que, el hecho de sacarlo sin ropa a la calle no era muy alentador. ¿Qué debía hacer?

    Los contactos Harley, los contactos. Se dijo, con rapidez, cogió el teléfono sobre el buró de madera de la sala, Haku permanecía sentado en el sillón, con la toalla rosa cubriendo su cuerpo.

    —¡Querida! ¿Cómo estás? —Preguntó, al escuchar a su amiga contestar al otro lado del teléfono—, tráeme inmediatamente un conjunto para un niño de cuatro años, perra —pidió, amenazante. No estaba de humor para platicar con una zorra como esa—y cariño, que sea de temporada, please.

    Colgó. Al instante, el timbre sonó. Adoraba cuando las personas que le debían favores actuaban con rapidez, caminó moviendo las caderas directamente a la puerta.

    —¡Good Morning! —saludó al muchacho, le quitó la bolsa de las manos y cerró la puerta en su nariz. Sacó el traje y lo analizó.

    Una playera blanca con líneas azules en horizontal y el short del mismo color que el atractivo de la prenda.

    —No está mal…

    Le entregó la ropa al pequeño y Haku frunció el ceño.

    —No lo quiero.

    — ¿Perdón?

    —¡No lo quiero! ¡No lo quiero! ¡No lo quiero! ¡No lo quiero! —chillaba tirando al suelo la ropa mientras cruzaba los brazos, enfadado. Miraba a su padre con un semblante de indignación, que Harley casi se sintió culpable.

    Berrinche.

    Nunca se imaginó presenciar una rabieta de un mocoso, suspiró al ver a Haku patear el short, bueno, a él tampoco le gustaba mucho el trajecito. Su hijo en definitiva, tenía buen gusto.

    —Muy bien, papá te comprará un buen traje, pero tienes que salir vestido a la calle. ¿O prefieres salir desnudo? —¡eso era todo! Si ese niño era un digno descendiente suyo, escogería lo correcto.

    —Pero yo elegiré mi ropita —accedió, mirando con algo parecido al asco las prendas en el suelo. Harley sonrió, su pequeñito era todo un divo.

    Ahora fue el padre el ofendido, ¿qué se creía su hijo?, si él tenía un gusto fantástico para la ropa, era obvio que él debería elegir su ropa.

    —Papi tiene buen gusto, ¿no quieres que elija algo para ti?

    —¡No!, quiero que mi mami me vea más guapo que a papi —retó, competitivo.

    —Pero mami no está aquí, amor.

    Error.

    Grave error y Harley lo entendió, cuando los ojos de su hijo comenzaron a humedecerse. Haku apretó los labios, había soñado con su mamá y por un momento pensó que estaba ahí, con él, con papi.

    Lloró. No tuvo idea del tiempo o de cuando su padre lo cogió en brazos, sólo lloraba. Extrañaba su mamá, a su hermano, a su peluche y a los niños del preescolar.

    Haku sollozó tanto esa mañana, que terminó dormido en los brazos de un cansado Harley, que también quería llorar por no haber podido calmarlo, era muy difícil criar un niño al no saber nada sobre ellos.

    Lo vistió, procurando no despertarlo y finalmente salió del apartamento, directo a la tienda.
    Por primera vez, Harley se asustó. Fue consciente de que Haku era muy pequeño para darse cuenta de todos sus actos y llegaría un momento, en que querrá a su madre, y él debía darle respuestas.

    ¿En qué momento su vida se complicó?

    Suspiró, viendo cómo su hijo abría los ojos, soñoliento. Le limpió las lágrimas y lo besó en la frente.

    —Ya estamos en la tienda, ¿quieres elegir tu ropa? —la ternura en su voz pareció calmar a Haku, ya que sonrió.

    —Quiero que papá la elija.

    Escondió la cabeza en el hombro de su padre, oliendo el perfume que también le recordaba a mamá.

    —Querida, ¿podrías darme ese traje de ahí?

    Escuchó la voz de papi, Haku pensó que era algo distinto a la de su otro papá. En el momento que Harley lo bajó al suelo, golpeó al mismo con la mano extendida y luego la otra.
    Se divertía.

    —Mi amor, ¿te gusta este?

    Alzó la vista y miró lo indicado; los ojos azules, antes llorosos, se abrieron en satisfacción. Un overol beige con una playera azul.

    —gorro.

    Extendió las manitas y al instante, fue dueño de una boina inglesa del mismo tono que su traje. Harley sonrió, ayudándolo a vestirse.

    —Entonces, ¿acompañas a papá a la escuela?

    —¿Todavía vas a la escuela?¡Estás grandote! —curioso, cuestionó.

    Harley juntó las cejas en una expresión de enfadado, ¡tenía dieciocho años! Dio gracias de que estuvieran ya en la calle y no en la tienda. ¡Podía escuchar la risa de esa mujer en sus pensamientos!

    —Papá irá a la universidad, es una escuela para grandes —explicó, caminando con más lentitud.

    Haku nunca soltó la mano de su padre en todo el trayecto y Harley no hizo nada para que lo hiciera.

    _________________________________

    ¡Capitulo, terminado!

    Fey M. Ryddle

    ¡Juro que soy una maldita serpiente…!
     
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  7.  
    Plushy

    Plushy PokéWriter Usuario VIP Comentarista destacado

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    Awww ese niño es un amor, tal y como lo describes "un divo" igualito al papá, pero es muy posible que también haya sacado lo caprichoso de la madre :P

    Lo que sí es que en este capítulo yo si sentí a Harley como que demasiado cariñoso, pienso que él es del tipo de personas que se desesperaría oyendo a un niño llorar e intentaría callarlo por la fuerza y al ver que no el resulta se pondría a llorar también, siendo que el niño termina consolando al papá (y ahora que lo pienso eso hubiera sido FTW)

    Lo del gemelo lo hace más interesante, me pica la curiosidad por saber como será ese chamaquito (aunque seguro ese sí se parece más a la mamá u.u)

    No me desespero, tardate lo que te tengas que tardar, total yo luego ni ando por acá o hay semanas enteras que me desaparezco y ahora con la escuela peor, lo importante es que la historia quede bien y que tampoco te hartes de ella, gózala como tus lectores gozamos de leerla.
     
  8.  
    Sere

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    Saludos

    Harley recién comienza a cuidar a su hijo y ya se vuelve loco, además le ha tomado bastante cariño, no nos olvidemos de que hasta ahora ha hecho llorar mucho al pequeño Haku. No me imagino como puede lidiar con tantos hijos en el futuro, he de creer que este debe haber desarrollado una paciencia infinita o que May le ayude a conservar la calma.

    La parte en qué Haku pregunto "¿por qué?" repetidamente me encantó y sólo queda añadir, ¿por qué lo hiciste?, ¿por qué?... jajaja, bien no preguntaré eso.

    Es extraño, creo que ffl a veces nos odia, hay algunos detalles que recuerdo habías editado y no se cambiaron TT.TT, sé que se oponen a tu lado oscuro.. y pues los colocaré juntos:

    Quiero leer que hará después *-*, de seguro Harley se volverá loco pronto entre la universidad y su hijo, eso sin importar sus contactos y los favores que habrá de consumirse su pequeño hijo xD.
     
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