Palpita el corazón muerto

Palpita el corazón muerto
removiendo el alma en pena,
reviviendo cada vena
con un ritmo un tanto incierto,
adentro de un cuerpo yerto
de amor no correspondido,
se aceleran los latidos
al sentir, ya, tu presencia.
Cura sola, con su esencia,
mis anhelos malheridos.

Te veo, estoy abatido,
quiero olvidar el pasado,
pero lo vengo arrastrando
desde mi anterior nido.
Llevo el corazón partido
por una afrenta pasada,
mi carne viene tapada
de llagas por un mal amor.
Tal vez ya parezco mejor,
mas mi alma no esta curada.

No me quites la mirada,
no me quites la sonrisa.
Tampoco la suave brisa
de tu voz arrebolada,
que en tu garganta, colgada,
juega siempre con el viento,
apenas halla el momento
se suelta en forma de risa,
como una suave caricia
que sosiega mis lamentos.

Remueves en mis cimientos
las más profundas pasiones,
despiertas en mí las canciones
de más bellos sentimientos.
Sin embargo, me arrepiento,
no tengo la valentía.
Tanto amor nublaría
mi noción de la realidad
y aferrado con terquedad
tu alma perseguiría.

Ya veo en la lejanía
asomarse la desgracia,
alejarse la fragancia
de tu bella lozanía,
todo por la fechoría,
la locura delirante
de quererte a cada instante
a mi lado, siempre mío,
de quererte hasta el hastío,
hasta que el amor no aguante.​