Se miró al espejo y vio sus ojos ásperos y opacos, con la mirada perdida en un horizonte más allá de sí mismo y se sintió vacío. Sin miedo, pero sin nada a qué temerle; sin ganas ni nada por qué tenerlas; sin odio ni amor, pero sin nada que odiar o amar. La luz estaba estática, como suspendida en el aire y el silencio le rompía el oído de a poco, dulcemente. Pensó en ser uno con el aire, en recostarse y ser una sola cosa en medio de esa nada. Pensó en fluir entre las cosas, en moverse entre lo inmóvil. Pensó en huir de todo eso y no volver jamás, pero entonces una voz, un terremoto entre tanta calma, lejos, casi al lado de la puerta, pero tan lejos, lo trajo de vuelta, lo puso en su sitio. Comenzó a moverse, a recorrer la casa tanteando cada esquina con la mirada perdida y entonces, al final del pasillo, reconoció apenas el rostro que lo esperaba y lo abrazó. Todo parecía tan falso. Era nada más que un pajarito entumido que resbalaba en la realidad, en el tiempo, era lo que siempre temió llegar a ser.
Todo y a la vez nada. Engaño y verdad. Sueños y realidad. Dejar de ser y ser. Muerte y vida. Sí que es compleja su existencia xD.