Pólvora Que me refriegue el rostro Empalagosa muerte próxima Chasquido de dolor, que me retobó en azufre Pronto no hallará huellas del crimen Pronto no hallara crimen con huellas Como simples susurros al oído Me deseó el anhelado letargo ¡Dulce almíbar! ¿pidiendo que me esfume, cual pagana hoja del castaño infinito Saboreando un vaivén eterno de una caída incesante? ¡Dulce almíbar! ¿Sosteniendo la hoz de la parca Señalándome con bravura Amenazándome la muerte Ofreciéndome letargo Sugiriéndome el sueño? Dormir regocijándome en tus recuerdos Los míos no se posan sobre ninguna rivera Los míos ya no sonríen Los míos ya no lloran ¡Dulce almíbar! Caleidoscopios humedecidos, Melancólicos, Vagabundos, indecisos, Los más hermosos que he visto Se cerraron de súbito cuando estornudó la hoz Desató residuos de mi alma Derramó con pesar el polvo Perdigones Que acallaron mis palabras Que enmudecieron mis sueños Pero a ti, amor En ti, mi vida Contigo, musa infinita de mis deseos Se escribe tu nombre con la pólvora La que rebanó los espasmos de mi vida.