One-shot Orgullo [BTOOOM!]

Tema en 'Mesa de Fanfics' iniciado por Zireael, 15 Mayo 2019.

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    Zireael

    Zireael Equipo administrativo Comentarista empedernido

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    Título:
    Orgullo [BTOOOM!]
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Drama
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    1541
    Se me fue la mano, qué decir.
    Es como la versión desde el punto de vista de Kat y Rach de esto tan bonito que escribió Reual Nathan Onyrian: Suerte.
    Volví a tomar prestado a tu italiano, estimado.
    Menciones a Morgan (GigiBlanche) y Aisha (Tarsis).
    Los protagonistas de tremendo angst: Liza White y The Pacman.

    De nuevo, gracias por ser todos parte de esto. No sé cómo le tomé tanto afecto a todos sus personajes tan rápido.
    No tengo idea de cuándo voy a superar esto. (?)





    Orgullo





    Los gritos hacían eco en la cueva, haciendo vibrar sus paredes, atravesando a Aisha y Morgan, que apenas eran capaces de mantenerse en pie.
    El gas de las últimas bombas fallidas de sus contrincantes se estaba disipando, dejando ver las desdibujadas siluetas de Katrina y Rachel, combinadas como una sola figura… lo que quedaba de ellas al menos.
    El grito desgarrador que había seguido al tarareo de una nana y que hacía vibrar la cueva provenía de la mayor, aferrada con sus últimas fuerzas al cuerpo de Rachel.

    A través del humo, a la orilla de la desembocadura, Morgan O'Connor prácticamente pudo ver una silueta corpulenta, con la vista clavada en ambas chicas.
    Juraría que aquello era producto del delirio que el dolor y la adrenalina le producían.

    Estuvo por arrojar la última bomba que acabaría con Katrina Akaisa, como ella misma había pedido, pero la mirada de genuina angustia que recibió de sus ojos heterocromos, en medio del agua enrojecida con sangre propia y ajena, la detuvo. La detuvo y la obligó a observar lo que ella y su compañera habían causado.

    Escuchó la risa ahogada mezclada con llanto que surgió de ella. La muchacha indomable de hace un momento había desaparecido, las salvajes llamaradas que desprendía sin siquiera tener que detonar una bomba se habían extinguido, porque su motivo para salir de la isla había muerto en sus brazos. Era una fogata apagada y no se escuchaba más que el repiqueteo de la madera quemada, dañada, muerta. Y por un momento, Morgan se vio a sí misma sujetando el cuerpo de Ronnie. El dolor le atravesó el pecho de lado a lado, haciéndola retroceder unos pasos.

    ¿Cómo la había llamado la chiquilla? Hermana.


    —Vamos, Kat, levántate, déjame. Puedes levantarte y arrojar las bombas que te quedan, puedes vencerlas y salir de aquí.

    La niña, en una sola pieza, observaba a la que se había convertido en su hermana mayor, desde la orilla en que había estado Alexander, brindándoles su fuerza.
    Las lágrimas le empapaban el rostro.



    El estómago le dio un vuelco y al voltear a ver a Aisha, notó como esta también observaba aquella escena de pesadilla sujetando sus siguientes bombas, incrédula.

    Lo siguiente pareció ocurrir en cámara lenta. Un último chispazo, eso fue todo lo que vio en los ojos convulsos de Katrina, que amenazaban con desatar un huracán sobre ellas y… hubiera preferido eso que lo que tuvo que presenciar después.

    La chica de cabello teñido tomó la esfera que había dejado reposando sobre el pecho de la niña y sin apartar la vista de ellas, la activó.


    —¡No, Kat, para! ¡Kat, detente! —Los gritos de súplica de Rachel no llegarían a ella por más que lo intentara.


    Su hermana se había fracturado, esta vez irremediablemente. La isla había hecho estragos en su ya frágil psique y ahora era como si la hubiese poseído, aquel maldito pedazo de tierra perdido en el océano hablaba a través de ella.



    Lanzó la bomba hacia un lado, que impactó con una roca contigua y explotó inmediatamente, liberando las lenguas de fuego bajo la mirada de Aisha y Morgan; que vieron la última sonrisa salvaje de Katrina, con los dientes manchados de sangre, antes desaparecer entre las llamas. Sus gritos hicieron vibrar la cueva una vez más.
    La mente de la joven de ojos grisáceos fue rayada violentamente por la idea de que así era cómo había muerto el italiano y sintió unas terribles náuseas.

    Las ganadoras de aquel maldito juego no tardaron en ser anestesiadas y sacadas de allí, sin siquiera permitirles procesar lo que acaba de ocurrir.


    —Vamos, cariño. —La mayor llamó la atención de Rachel, que permanecía a la orilla de la desembocadura, hecha un ovillo, sollozando.


    La chiquilla alzó la mirada despacio, solo para topar con una Katrina diferente a la que había conocido, pero aún así supo que era ella. La mirada heterocroma, la sonrisa cálida, las manos delgadas, cubiertas de cicatrices… era su Kat, aunque ahora tenía el pelo rubio como ella.

    Se levantó a tropezones y le dio un empujón, con el rostro deformado por el llanto.


    —¡Eres una idiota! —chilló, presa de su dolor—. Por qué… por qué no… debiste dejarme, ¡debiste dejarme! Creí que… que no podías, pero... si tan solo arrojabas las bombas...


    Katrina la envolvió en sus brazos y aunque se resistió, pronto acabó aceptando aquella muestra de afecto, que la hacía sentir en casa.


    —Dije que iría contigo hasta el final —murmuró mientras le acariciaba el cabello—. Vamos, Alex nos espera.


    Tomó su delgada mano, sosteniéndola con fuerza y la guió a través de la desembocadura, hasta salir de aquella espantosa cueva donde habían dado la vida.

    El pañuelo rojo que había unido sus manos no era más que cenizas.

    Más allá, observó una silueta que le resultó familiar. Reconoció al gran hombre rubio que las recibía de espaldas, distraído con alguien más.
    Katrina no reconoció al joven que estaba frente a él, un muchacho mayor que ella que sostenía un cigarrillo entre los labios, pero supo que era quien se había sacrificado con tal de que aquellas dos chicas sobrevivieran. Notó que reparó en ellas.
    Se llevó un dedo a los labios, indicándole que guardara silencio, aún así la sonrisa que le adornó el rostro alertó a Alexander de lo que ocurría a sus espaldas; lo vio tensarse.

    La chica de mirada dispar soltó la mano de la menor y le dio un suave empujón. Rachel emprendió desesperada carrera, con las lágrimas resbalándole por las mejillas.


    —¡Papá! —La voz le salió como un sonido ahogado.


    Al hombre se le cayeron las cartas de las manos, desperdigándose a su alrededor, y antes de poder reaccionar se vio envuelto entre los brazos de la niña y su cabellera rubia.

    Katrina abrió los ojos, incrédula, al ver cómo las lágrimas surgían sin permiso de los ojos del grandulón mientras se aferraba con fuerza al delgado cuerpo que se había avalanzado sobre él.
    Sonrío con genuina ternura, entrelazando las manos tras la espalda, sin separar la vista de ellos. Los ojos se le empañaron.

    Estaban en casa… pero habían fallado.


    —Tanto tiempo, grandulón. —Fue lo único que pudo decir sin romper en llanto.


    Cuando él levantó la vista para topar con la mirada de la mayor, aquella impertinente que lo había sacado de quicio tantas veces, aquel remedo de mujer, aquel huracán… supo que ella había peleado hasta el final, que había intentando quemar con su fuego a sus contrincantes y que había dado su vida intentando proteger a la niña que tenía entre los brazos, con las últimas de sus fuerzas e, incapaz de seguir peleando, había acabado con su vida a su manera.

    Realmente parecía su hija, ¿no? Sobre todo con el cabello rubio rodeándole el rostro.

    Estiró la mano hacia ella y, tomándola por sorpresa, la arrastró al abrazo, presionando a ambas con fuerza, como si temiera que se esfumaran.

    Las disculpas de Rachel fueron calladas por un arrullo, porque ya nada de eso era importante.

    El cristal que cubría los ojos heterocromos de Katrina por fin cedió y su silencioso llanto tomó fuerza. Se le oía sollozar, murmurando lo que parecía ser una disculpa incomprensible, y por primera vez recibió la calidez de la figura paterna que tanto había anhelado.
    Ahora fue Alexander quien las meció entre sus brazos, en silencio.


    —Estoy orgulloso de ustedes, niñas —murmuró mientras observaba al italiano alejarse, luego de haberse guardado las cartas en el bolsillo.


    La carcajada que escuchó provenir de él le arrancó una sonrisa.

    Katrina lo observó irse por encima del hombro de Alex y el cabello de Rach. Otra risa ahogada se le escapó de la garganta.


    —Gracias por acompañarlo, galán. —La frase se formó en sus labios, insonora, mientras observaba al muchacho alejarse, exhalando el humo de su cigarrillo.


    Se aferró a su pequeña familia y cerró los ojos con fuerza.

    Recordó a Alex, yendo detrás de Rachel evitando que se sacrificara y luego compartiendo una última comida con ellas, lo recordó caminando hacia su muerte.
    Pensó en Rach, arrojando con fuerza sus bombas, buscando defenderla, en su último esfuerzo para llegar a sus brazos.
    En su memoria apareció su adorada madre, sonriéndole, esa que le había enseñado cómo cuidar a quienes amaba.

    Las lágrimas volvieron a llenarle los ojos y apoyó el rostro en la cabeza de Rachel.

    Ella también estaba orgullosa de su familia.

    Una vez más, entonó la nana de su madre. Era su regalo para ellos, ahora que iban a estar juntos para siempre.
     
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    Tarsis

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    MRK. Me hiciste llorar. LITERALMENTE se me salieron las lágrimas. Cuando a Alex se le caen las cartas no pude soportarlo más.

    De verdad que hermosa experiencia para comenzar roles, la capacidad que tenemos de meternos en la mente de los personajes y darles un desarrollo tan magnífico como hicieron ustedes tres. De verdad me ha encantado cada letra de este escrito.
     
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    Gigi Blanche

    Gigi Blanche Equipo administrativo Game Master

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    yo también estoy llorando c': encima la música no ayuda na de na c':

    antes de cualquier cosa, sólo quiero decir que usaste a Morgan a la perfección <3 De verdad me habría gustado rolear una última vez en la cueva, porque esa escena que se dio frente a sus ojos... era imposible que no pensara en Ronnie, que no se viera ahí con ella, y eso la destrozara como nunca nada antes. Hice lo mejor que pude en el hospital, pero con la anestesia y todo weno, se complicaba (??

    ya de por sí, el FF de Nathan me había roto el cora, y ahora leerlo desde la perspectiva de Kat... me encantó cuando le sonrió a Andrea y le indicó que guardara silencio, pero Alex igual lo notó y se le cayeron las cartas y Rach lo llamó "papá" y todos se abrazaron mientras Andrea se alejaba a reencontrarse con su familia y y y c': i fuckin can't. Realmente es el broche de oro, el mejor final para el final que hubo. Es triste, muy triste, pero también me da tranquilidad.

    nu sé, pensé que ya se me había pasado la pinshi tristeza de ayer pero acá estamos c':

    gracias por escribir esto, es precioso <3
     
    Última edición: 15 Mayo 2019
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    La verdad... Yo después de leer esto no puedo pedir más. Al finalizar la lectura lo sentí como el final de un buen libro que me hizo llorar muchas veces (demasiadas) pero que de alguna u otra forma me dejan una sensación de paz al final. Como que así está todo bien, no necesito más. Que mis hermosas niñas han muerto, sí, pero están con Alexander ahora, con su nuevo padre. Que se tienen los tres de nuevo, cosa que no habría podido suceder si siguiesen con vida. Y aunque el canon del rol acabase con su muerte nosotros, todos nosotros, somos los que escribimos juntos la historia de nuestros personajes. Y con esa misma libertad pudimos sobreescribir el verdadero final que quisimos darles a todos ellos, porque es lo que se merecían. Ser felices al fin después de tanta desgracia y tanto sufrimiento.

    Se siente como si el fic de Reual me hubiese puesto una curita en la herida y tú lo reforzases con una venda (?) No sé, me hizo muy feliz xD

    Me gustó mucho, ya matizando un poco en la historia, esa imagen que recreaste en la cueva, cuando Rach murió en los brazos de Katrina. Cómo su espíritu pasó a rogarle en la distancia que la soltase, que viviese, que aún podía hacerlo por las dos. Lo sentí como si yo misma lo hubiese puesto en labios de Rachel. Pero a mi parecer la escena que más se me va a quedar marcada fue cuando Kat apareció ahí, con ella, de nuevo con su hermoso cabello rubio (amo el simbolismo que siento que refleja esto asdfghj), animándola a apurarse, para encontrarse con Alex. Se me derritió el corazón, así como lo hizo leer de nuevo el reencuentro desde la perspectiva de las niñas. Esa imagen final fue tan hermosa, tan perfecta, que mis ganas de escribir algo más de ellos se esfumaron por sí solas. Porque de verdad que no quiero tocar nada más, adoro cada palabra que habéis construido de ese final y es perfecto para mí (Eso sí, de los AUs softs no se va a librar nadie).

    Y... Well, llegados a este punto me pongo a pensar en lo impredecible que son los roles, y eso me hace amarlos aún más. Quiero decir... hubo un momento en el que iba a dejar que Alexander matase a Rachel en la cascada, cuando Katrina no soportaba su comportamiento y ellas ni siquiera se trataban. No sé, no era capaz de sentirme muy a gusto con el personaje, como a veces pasa. Que creas a x pero que si no se dan las situaciones adecuadas no eres capaz de exprimirlo como querías al 100%. Así que dije: meh, me quito del camino y que estos dos den el verdadero espectáculo, sus personajes tendrán un desarrollo mucho mejor. Pero luego llegó el combate en el edificio médico, el cambio que provocó en todos (gracias Insane, porque sin darte cuenta tú provocaste todas las relaciones posteriores xD) y absolutamente todos dieron un vuelco increíble. Andrea, Morgan, Alexander, Katrina... Cuando roleé el regreso de Rachel me dije que lo suyo sería abrazar a Alexander, que era con el único que había tenido un trato medianamente amable. Pero ese día me dije: ¿y por qué no? Y se abalanzó a Katrina, por ver qué pasaba.

    ¿Que qué pasaba? Wow...

    Gurl, sin vosotros jamás le habría cogido el cariño que le tomé a todo esto. De verdad que os agradezco un montón al calabazo y a ti por decidir hacer equipo así randomente, porque salió una historia hermosa sin siquiera planearla. Y míranos ahora, nuestro debut juntos y el rol y sus personajes se nos quedarán guardados en un lugar especial. Al menos, para mí. Tanto la familia como el otro bando, a quienes leí continuamente y también les tomé afecto. Gracias a todos por tantos fanfics y sus trasfondos que nos hicieron conectar aún más con nuestros niños si cabe. Y bueno, me alegra ver que este rol será el comienzo de muchos más que vendrán en adelante <3
     
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