Blood+ [One Shot] Y llegará el momento

Aclaraciones: No he visto el anime completamente. Intenté hace unos años pero no pasé del capítulo tres, así que creo que fue obra del karma, por lo cual no me hago responsable de Ooc: miren que los dados fueron traicioneros.

Tiene un gran spoiler del final del anime, leer bajo su responsabilidad. Me leí el manga de a rápido, igual saco sólo referencias del capítulo 20. POR LO TANTO NO SE CONFUNDAN MUCHO: usé parte de ambos universos (por eso aparecen las niñas pese a que meta cosas del manga). También le di un sólo guiño a "Adagio" (manga de Haji y Saya en Rusia).

PERDONEN LO SIMPLE, JAJAJAJA.

Palabras: 1,713 (sin contar notas ni título)

Hecho obligatorio: Descúbrelo (?)

Tipo: One-Shot

Para: Actividad de "Anime de terror"

Y LLEGARÁ EL MOMENTO​

Haji mira a Kai sin inmutarse, siente la presión ejercida en la parte superior de su camisa y ni así piensa en algo más allá de lo que está por venir. Quiere decir tantas cosas en tan poco tiempo que puede fácilmente distinguir ese aguijonazo de impotencia extenderse desde su pecho a todo su ser.

Entonces, cuando Miyagusuku calla sin dejar de apretar la quijada para reprimir su propio enfado, sabe que ha llegado el momento. Liberándose con parsimonia del agarre, Haji gira levemente para mirar a la chica que yace de rodillas en el suelo.

—Siempre te he amado, Saya —inicia él—. Desde que te conocí y me sonreíste, lo dejé todo. Era un sirviente, pero llenaste mis días de soledad con esperanza…

Camina, bajo la mirada del otro chico, siguiendo con ese doloroso discurso que le sabe a un 'hasta luego' demasiado largo. Se arrodilla junto a ella y deja que se desahogue, procede a tomar la espada de entre sus manos antes de mirarla nuevamente.

—Vive...

Haji desea poder tener más tiempo del que se le otorga para decir todo aquello que por tantos siglos guardó en lo más profundo de sí con la intención de cumplir su promesa, pero viéndola ahora: con las ropas desgarradas, tan herida, tan débil… es que se decide a hacer algo más en esta vida. A ser eso que se negó.

—Vive… —repite él y la escucha jadear, la toma de la mano sin apartar la mirada de aquellos ojos repletos de lágrimas reprimidas—. Vive, por favor. Vive por hoy y por mañana, ya no tienes que seguir peleando de esta forma.

Saya solloza pues sabe que todo esto no es más que una formalidad para tapar aquello inevitable, pese a esto acepta las caricias que su caballero le da y las lágrimas comienzan a derramarse con crueldad.

—Quiero vivir —Otonashi muerde el interior de su mejilla, porque lo desea. Demonios que sí.

Ella quiere vivir mas no sabe cuánto se le permite, entiende que su tiempo está llegando a su fin con cada segundo transcurrido pero no puede evitar sentir esa molestia de desear, de anhelar, que Haji no la suelte ni ahora ni nunca. Así que se deja guiar entre las caricias que el quiróptero le da antes de besarlo.

Sin embargo aquella noche no sólo Diva 'cae', sino que Haji 'perece' junto a Amshel. Un mes después Saya debe volver a su sueño, dejándole a Kai el rol de padre para con las pequeñas niñas, y todo parece seguir su curso. Por primera vez en un largo tiempo Miyagusuku no puede evitar llorar.

Es quizá por esta razón que, cuando vuelve a despertar, Saya aún siente ese amargo sabor de boca ante la pérdida de sus antiguos amigos. Sale de su lugar de reposo y encuentra, con su pecho retorciéndose un poco, los restos de una flor cubiertos por un vidrio. Una especie de cápsula pequeña que tiene una nota escrita.

Hay un dolor palpitante en su cabeza cuando trata de recordar a quién tiene parecido esa desprolija letra mas termina por sonreír con tristeza al, con sus algo borrosas memorias, comprobar que fue Kai.

"Él está aquí"​

Inhala, exhala y no puede evitar sentir ese pequeñísimo temblor en sus manos.

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Han pasado treinta años, para ella más como un suspiro cansado después de una larga siesta, pero los cambios son muchos y notables. Las hijas de su hermana están crecidas, hermosas e inteligentes, unidas como Diva una vez deseó que fuesen ellas; con amores y futuros planes.

La sonrisa se le amarga un poco. Es quizá este el aspecto negativo de todo: Saya sigue igual de joven que siempre mientras, la que una vez fue su familia, se encuentra con la vida en cada parte de su cuerpo. Con los años y sus dolores, con las arrugas y sus anécdotas.

No están deteriorados pero sí que han cambiado.

Se ven en sus ademanes, en su forma de hablar. En los lugares vacíos y los nuevos rostros, en las casas, en la música, en la comida.

Kai la ve desde lejos y Saya siente que algo en su interior se retuerce, porque su 'hermano' le mira con algo de nostalgia y alegría mas no dice nada. Sabe el efecto que tendrían sus palabras en verdad y quiere evitar más corazones rotos.

Ella asiente desde lejos, porque sabe que esa ya no es su vida. No por ahora.

Velará por las hijas de Diva y por cada uno de los ahí presentes, los amará incluso más que en el pasado pero no regresará: dentro de toda aquella unión su lugar, si bien no se vio jamás remplazado, sí sufrió cambios. No encaja más. Es una pieza de un rompecabezas que busca su lugar en grandes tableros.

Entre sus manos se encuentra la cápsula con la flor y sonríe, por primera vez en los pocos días que lleva despierta, ya que allá afuera hay un quiróptero que debe encontrar. Regresa su mirada a Kai unos minutos para después asentir.

'Volveré cuando mi corazón termine de juntar todas sus piezas'​

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Es en uno de sus viajes que Saya encuentra a Riku.

Con el cabello más largo pero igual de alegre que siempre. Lloran, platican toda la mañana y parte del medio día, con el sabor amargo en sus bocas de relatar una historia que ya no sienten suya. Saya le cuenta cómo tuvo que dejar a los demás sin haberles dicho siquiera el haber despertado, para ir en búsqueda de su tonto caballero rompe promesas.

Riku ríe. Le cuenta la situación actual de Red Shield y los quirópteros que aún permanecen entre las sombras; le muestra todas las tiendas, que puede en ese tiempo juntas, antes de colapsar en una cafetería.

A vista de todos sólo parecen dos chiquillas pasándola bien, pero Saya aún no puede tragar la culpa de la edad eterna de Riku aún cuando ella sólo le sonríe, diciéndole más con la mirada que con las palabras que de su boca salen; se abrazan una última vez, prometiendo volverse a ver.

'Trae a ese idiota caballero contigo y vamos donde Kai algún día'​

Riku, con sus eternos catorce años, se despide antes de ir con David, quien la espera con una sonrisa cansada del otro lado del pavimento, para ir a encontrar a Julia y su hijo. Con un movimiento corto de mano, Saya se retira más tranquila y feliz.

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Otonashi inhala el aire una vez más. Abraza la cápsula entre sus manos y mira la puesta de sol.

Hace seis años ella despertó y viajó, quería vivir del redescubrimiento mientras investigaba el paradero de Haji. Disfrutó de comidas, historias, películas, vestuarios. Se maravilló con paisajes y tecnologías. Añoró sus antiguas vivencias, amigos y familia. Y deseó, vaya que sí, poder verlo una vez más.

Ahora levanta la cápsula, acariciándola con afecto. Piensa un momento en cómo se sintieron los labios de su quiróptero hacía treinta y seis años, cierra los ojos y comienza a cantar. Modulando su voz lo necesario para darle vida a un cántico suave, apretujando más la cápsula, disfrutando. Sin embargo sus acciones se detienen cuando, al abrir los ojos, su mirada choca con otra de iris azulada.

Dejando caer la cápsula al suelo, Saya se para para ir a donde los brazos del individuo se abren para recibirla, como si de entre ese cálido lugar ella jamás se hubiese apartado.

—He venido sólo a reclamar el que hayas roto tu promesa —solloza la chica.

—'Tienes que vivir, los pecados se expían sólo si se vive' —parafrasea Haji sonriéndole—. He estado toma mi vida obedeciéndote, Saya —apretuja a la chica—. Permíteme servirte ahora como algo más allá de tu caballero.

Saya, retirándose un poco, ríe con las lágrimas aún recorriendo sus mejillas.

—Déjame decir, gran y tonto caballero, que te daré la bendición de obedecerme una vez sólo con una condición.

—¿Y cuál sería esa? —Haji baja un poco su rostro hasta rozar con ternura su frente con la de la mujer.

—Vive a mi lado como mi pareja, Haji, vive conmigo para expiar juntos nuestros pecados.

Sin esperar respuesta, Otonashi lo besa. Haji, después de tanto tiempo, gruñe ante la muestra de afecto deseando un poco más.

Toma a la chica de la nuca para profundizar la acción, disfrutando, saboreando, redescubriendo todo aquello que un principio pensó perdido. Con sus memorias nubladas por el golpe de adrenalina, ambos se pierden un poco en su mundo.

Retirándose para respirar, Haji no puede evitar pensar en Rusia y los eventos en torno a Zar Nicholas II. En cómo, gracias al tiempo, él entendió mucho más de su sentir para con ella. Inhala, exhala y abraza más a Saya contra su cuerpo, se impregna de su dulce aroma y no puede evitar sentirse bien.

Porque, ese 'es mía’ que solía gruñirle a Kai hacía ya tiempo, por fin se vuelve realidad.

Saya sólo se deja hacer, disfrutando de aquello por lo que tanto esperó.

Con una cápsula de vidrio rota y con vestigios de flor llevados por el viento, los quirópteros desaparecieron del lugar.

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Kai mentiría si dijera que no extraña un poco a su padre. George solía alegrar la vida de todos pese a la ausencia de Saya.

'Ella volverá… y aunque yo no esté más por aquí, quiero que mi hija se sienta como en casa'

Por eso él se encargó, después de su muerte, de mantener el lugar tan apegado al original. Tanto para Saya como para él.

Tocando la vieja madera con algo de nostalgia, el hombre suspira cansado. En unas pocas horas vendría Riku, por eso mismo se extraña cuando el golpetear de la puerta se da unos minutos después.

Negando ante la extrañeza de la acción, Kai fue a abrir.

—He vuelto* —dice Saya, inclinándose levemente. Haji a su lado sólo sonríe en son de saludo.

—Bienvenidos* —susurra el hombre con el corazón golpeando furiosamente su pecho.

'Y llegará, Kai, el momento donde mis hijos puedan volver a sonreír'​

Cierto, piensa Miyagusuku mientras abrazaba a los recién llegados, George tenía razón: había llegado el momento de reunir a la familia una vez más para comenzar a sanar.

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---------NOTAS FINALES----------------

*Usualmente se utiliza mucho el :mire abajo: cuando llegas a casa (?)

-Tadaima (he vuelto)

- Irasshaimase (bievenido)​