Self-insert [One-shot] Exámenes

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Okey, so esto es lo que ocurre cuando te estresas con Selectividad y piensas que te vendría muy bien la ayuda de cierta personita que admiras y que seguro te facilitaría mucho las cosas.

Y bueno.

@GalladeLucario por favor, no me odies (?) Siento si hice ooc o qué sé yo, ya te dije que me daba vergüenza xDDDD

En fin, espero que lo disfrutéis aun así /u\

PD: Me inventé casi todo porque yo no sé como se da Selectividad aun vale (?)

Título: Exámenes
Personajes: Gabi [Amane] & David [GalladeLucario]. Mención a los roleros.
Palabras: 808
Summary: "Habían pasado ya varios días desde que David se encontraba en Granada, habiendo ido a la ciudad con el simple objetivo de ayudar a su amiga a estudiar para los exámenes que se le aproximaban."
Advertencias: esto es shit, último aviso antes de que te arrepientas (?)

Exámenes​

Habían pasado ya varios días desde que David se encontraba en Granada, habiendo ido a la ciudad con el simple objetivo de ayudar a su amiga a estudiar para los exámenes que se le aproximaban.

—Entonces… ¿la traducción sería así? —preguntó la chica, enseñándole el papel al otro.

El chico examinó minuciosamente el pequeño texto y tras unos pocos segundos asintió sonriendo.

—Sí, está genial —confirmó, provocando que la sonrisa se contagiara al rostro de Gabi por igual.

Así habían estado desde la llegada del joven, estudiando, practicando y repasando casi en la totalidad del día. Y aunque él estaba convencido de que conseguiría la nota que quería, ella seguía insistiendo en que necesitaba más práctica y más ayuda. David no podía negarse a brindársela.

>>¿Nos tomamos un descanso? Ya casi es hora de cenar —propuso, poniéndose en pie para desentumecer un poco su cuerpo.

—¡Vale! —aceptó la chica, estirándose antes de seguir sus pasos.

* * *

Así siguieron los días, sin el menor descanso para ninguno, hasta que el día del primer examen llegó.

Gabi estaba nerviosa, muy nerviosa. Aunque se lo sabía todo casi a la perfección, aunque había estado practicando y estudiando sin para durante tantos días… no estaba nada segura. Su cuerpo temblaba por los nervios y no se atrevía a dar el paso hasta entrar en la sala de examinación.

—Está bien, Gabi… lo harás bien… no pasa nada… —intentó tranquilizarse mientras respiraba hondo, pero de poco servía en aquellos momentos.

Cogió su móvil, mirando los mensajes por última vez. Sus chat estaban llenos de mensajes de ánimo y buena fortuna. Sus amigos del foro, sus compañeros de clase, sus mejor amiga… pero el más importante, el único que volvió a abrir para sentirse segura, fue el del chico que la había estado ayudando durante tanto tiempo.

“Gabichuela, vas a sacar la mejor nota en esos exámenes porque has recibido la mejor ayuda del mundo. ¿O no confías en tito David?”

Confiaba, claro que confiaba. Confiaba muchísimo más de lo que el chico podría imaginarse.

Sea como fuere, tras leer ese mensaje se sintió con energías renovadas para entrar y afrontar aquella prueba.

O al menos intentarlo…

* * *

—No quiero saberlo… no quiero saberlo

—¡Venga ya, Gabi! Llevas toda la semana nerviosa contando los días hasta las notas, ¿y ahora no quieres saberlo?

—Sí…

La pareja se encontraba delante de la institución en la que Gabi recibiría los resultados de sus exámenes. Sin embargo, se había quedado paralizada delante de la puerta y no quería avanzar ni un paso más.

—¡Pues voy yo a por ellos! —sentenció el chico, entrando al edificio y dejándola atrás con ello.

—¡No! ¡Espera! —acabó diciendo, siguiéndolo con rapidez.

* * *

—Bueno, ¿y qué?

La joven llevaba ya unos 5 minutos mirando el papel con expresión asombrada. El chico había temido acercarse por si acaso.

Entonces, ella levantó la cabeza, mostrando sus ojos empapados en lágrimas. Pero no, no eran lágrimas de tristeza, así lo demostraba la enorme sonrisa que decoraba sus labios.

—¡Lo he conseguido! ¡Tengo la nota suficiente!

Y se lanzó a sus brazos, incapaz de controlar la felicidad que en ese mismo sentía. Al final, tanto trabajo duro había dado sus frutos

—Te lo dije.

* * *

El paso siguiente fue hacerse una foto para poder compartirla con sus amigos y así supiesen que todo había salido bien. No faltaron las felicitaciones y enhorabuenas.

Sin embargo, tras aquel día de felicidad en el que, por cierto, los dos amigos celebraron yendo a cenar a un restaurante de comida rápido, venía otro de tristeza. Y es que David ya debía partir de nuevo a su ciudad para seguir con sus responsabilidades.

A la mañana siguiente, ambos se encontraban en la estación de tren.

—Por cierto, Gabi —le dijo el chico antes de despedirse oficialmente—. Tengo algo para ti.

—¿Para mí?

—Sí. Como todos estábamos seguros de que conseguirías pasarte Selectividad, conseguimos comprarte un regalo para felicitarte —explicó, extendiendo segundos después un pequeño paquete envuelto.

—¿En serio? ¡No hacía falta! —respondió la chica, repentinamente sonrojada por el enorme detalle que sus amigos habían tenido.

Sin embargo, aceptó el regalo. Lo abrió, emocionada, y al ver lo que contenía, no pudo evitar soltar un grito de alegría, impresionada.

>>P-pero… ¿c-cómo?

—Con bastante esfuerzo, espero que lo disfrutes mucho —respondió, sonriendo ante la efusividad de la joven.

Sabía que regalarle el álbum de WINGS sería una buena opción, a pesar del trabajo que costó encontrarlo.

—Sois los mejores, os amo.

—Y nosotros a ti, Gabi.

Poco después, vino la despedida. Ambos se abrazaron y aunque no quisieron mostrarlo, estaban dolidos. Aquellos días habían sido mucho mejores de lo esperado y volver a la rutina parecía en aquel momento una tarea muy difícil.

—Nos volveremos a ver, Gabichuela.

—¡Más te vale que así sea!