Oficina de la directora

Tema en 'Tercera planta' iniciado por Yugen, 9 Abril 2020.

  1.  
    Yugen

    Yugen D e p r e s s e d | m e s s

    Piscis
    Miembro desde:
    25 Mayo 2013
    Mensajes:
    5,616
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    La oficina de la directora es un espacio amplio donde, por razones desconocidas, posee un estilo decorativo primordialmente occidental. Transmite seriedad, sofisticación y modernidad.

    Suele estar cerrada.


    [​IMG]

    Conecta: Pasillo
     
    • Fangirl Fangirl x 3
  2.  
    Gigi Blanche

    Gigi Blanche Equipo administrativo Game Master

    Piscis
    Miembro desde:
    1 Abril 2019
    Mensajes:
    6,925
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    [​IMG]

    Mierda, esos tres pisos casi le arrancaban la vida del cuerpo. Por alguna razón había pensado que la oficina de la directora estaba en el primer piso, aunque llevara ya tres putos años en esa academia. ¡¿Qué hacía tan alto?! ¿Esa señora quería morir de neumonía o insuficiencia cardíaca? ¡Por Dios!

    Se detuvo frente a la puerta, bufando, y giró el pomo sin más. ¿Lo había reflexionado? No. ¿Tenía un plan? Claro que no. A lo sumo, su mejor excusa sería reírse y soltar un "¡pensé que era el baño!" mientras se volvía corriendo a la pista. Bueno, improvisaría y ya. Tampoco es como si alguna vez se le hubiera dado muy bien pensar, ¿no?

    —¿Buenas, buenas? —tanteó, asomando la cabeza por la puerta—. ¿Alguien en casa~?


    En serio, ¿quién lo mandaba a hacer estas cosas? Tendría que tener unas palabras muy serias con su amigo, el irreverente. Muy, pero que muy serias.
     
    • Fangirl Fangirl x 2
    • Me gusta Me gusta x 1
    • Gracioso Gracioso x 1
  3.  
    Yugen

    Yugen D e p r e s s e d | m e s s

    Piscis
    Miembro desde:
    25 Mayo 2013
    Mensajes:
    5,616
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Nada más girar el picaporte de la puerta esta se abrió sin mayores dificultades. No estaba cerrada con llave y Joey pronto sintió un inmenso alivio recorrer su cuerpo cuando vio que tampoco estaba ocupada.

    Joder.

    La luz de la mañana se colaba intensa por cada pequeño rincón a través de los amplios ventanales de la pared frontal. Solo el silencio respondió su llamado. Un silencio pesado tan solo perturbado por el sonido de las voces procedentes del patio.

    Estando la puerta abierta, sin embargo, la directora no debía haber ido muy lejos.

    Más valía darse prisa.

    Bien, ¿dónde podría encontrarse la maldita llave?

    • Inspeccionar escritorio
    • Inspeccionar ventanas
    • Inspeccionar armario
    • Inspeccionar jarrones
    • Dejar de buscar
    Bueno, esto es bien simple. Deberás elegir una opción de las que te di y yo te diré que hay o encuentras en esa zona. Asimismo algunas zonas de búsqueda tienen subzonas de búsqueda dónde mirar. De momento tienes tiempo. ¡Suerte! <3

     
    • Fangirl Fangirl x 4
  4.  
    Gigi Blanche

    Gigi Blanche Equipo administrativo Game Master

    Piscis
    Miembro desde:
    1 Abril 2019
    Mensajes:
    6,925
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    [​IMG]

    Soltó el aire que había estado conteniendo sin notarlo al confirmar que nadie había allí. Se deslizó dentro casi como un ninja y sacó la cabeza hacia el pasillo una última vez antes de entornar la puerta, lo suficiente para que se viera cerrada desde afuera pero sin aislar los sonidos. Se giró en redondo hacia la habitación, brazos en jarra.

    —Llavecita, llavecita, ¿dónde estarás~?

    Arrancó por lo más obvio: el escritorio. Esperaba que, no sé, la vieja guardara una única llave en su oficina o algo así, porque no podía llevarse un llavero entero que pareciera sonajero y tampoco sabría diferenciar la de la azotea. En fin, ya se había encomendado a la santa patrona de... los desastres. ¿Debería rezarle a Lilith? Se sonrió.

    Eh, no sonaba como una mala idea.
     
    • Zukulemtho Zukulemtho x 2
    • Me gusta Me gusta x 1
    • Fangirl Fangirl x 1
  5.  
    Yugen

    Yugen D e p r e s s e d | m e s s

    Piscis
    Miembro desde:
    25 Mayo 2013
    Mensajes:
    5,616
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    El escritorio era de madera maciza, bastante robusto. La silla que lo presidía cubría parte de la luz que entraba por la ventana y la sombra incidía de forma directa sobre una pila de papeles sin real importancia para Joey. Sobre el escritorio se hallaba una placa con el nombre de la directora y un teléfono fijo. Por la parte interior había un cajón que desentonaba del resto. Parecía alguna clase de caja fuerte, metálica, cerrada con una combinación numérica de cuatro dígitos.

    Por más que intentara forzarlo parecía tarea imposible.

    Mierda.

    ¿Ahora iba a tener que buscar una combinación? ¿Alguna fecha tal vez?

    • Inspeccionar cuadros de la pared
    • Inspeccionar ventanas
    • Inspeccionar armario
    • Inspeccionar jarrones
    • Dejar de buscar
     
    • Me gusta Me gusta x 1
    • Fangirl Fangirl x 1
    • Reflexivo Reflexivo x 1
    • Impaktado Impaktado x 1
  6.  
    Gigi Blanche

    Gigi Blanche Equipo administrativo Game Master

    Piscis
    Miembro desde:
    1 Abril 2019
    Mensajes:
    6,925
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    [​IMG]

    Una mezcla de ansiedad y adrenalina comenzó a correrle por las venas cuando encontró ese cajón extraño. ¡Uff, se sentía un agente secreto! ¿Qué encontraría allí adentro? ¿Lingotes de oro? ¿Joyas? ¿Cartas secretas de un amante? ¡¿La fórmula ultra secreta de la Coca Cola?!

    Bueno, estaba desvariando. Probablemente fueran cosas aburridas de vieja, como, fotografías, papeles y... llaves. Sí, llaves. Había ido a buscar una llave.

    Se irguió, viendo en todas direcciones. ¿Qué mierda podía ser la combinación? Había probado 6969 pero le había tirado error. ¡Qué gente aburrida! Decidió probar suerte en el armario. ¿Quizá encontrara algo personal que le diera una pista?
     
    Última edición: 25 Julio 2020
    • Gracioso Gracioso x 3
    • Me gusta Me gusta x 1
  7.  
    Yugen

    Yugen D e p r e s s e d | m e s s

    Piscis
    Miembro desde:
    25 Mayo 2013
    Mensajes:
    5,616
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    El armario no presentó problemas para abrirse. Pero parecía... un archivador. Contenía informes con datos y calificaciones de todos los alumnos del centro. Quizás pudiera aprovechar el momento y amañar algunas calificaciones pero eso le haría perder algo de tiempo con el que no contaba. ¡Céntrate Joey!

    Los archivos estaban ordenados por orden alfabético, archivados por cajones con la inscripción del aula correspondiente.

    Alguien debía tener un claro trastorno obsesivo compulsivo o simplemente ser muy perfeccionista y metódico.

    Todos, absolutamente todos los alumnos del centro estaban allí. Los archivos contenían datos como color de cabello, estatura, peso, color de ojos, nacionalidad ect. En un rincón algo apartado, sin embargo, llamaba la atención un archivador algo más oscuro, al parecer ajado por el paso del tiempo. Dentro se encontraba la fotografía de una jovencita de unos quince años en blanco y negro. Junto a la misma podía leerse:

    Mizuki Harusugawa
    Estado: Fallecida
    20 de Diciembre de 1964.
    No había nada más reseñable.
    • Inspeccionar cuadros de la pared
    • Inspeccionar ventanas
    • Inspeccionar jarrones
    • Inspeccionar ordenador
    • Dejar de buscar
     
    • Impaktado Impaktado x 5
  8.  
    Gigi Blanche

    Gigi Blanche Equipo administrativo Game Master

    Piscis
    Miembro desde:
    1 Abril 2019
    Mensajes:
    6,925
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    [​IMG]

    Oh, Dios, ¡la tentación! ¡Dulce y cruel tentación! Tuvo que recurrir a todo lo que no había dentro de sí para no ponerse a curiosear entre los archivos del alumnado; bueno, de las chicas. Ese armario era una mina de oro en bruto. Soltó un dramático suspiro y siguió buscando. Ah, esta debía ser una prueba del Todopoderoso o algo así, ¡y era su deber pasarla! Por Ali-chan, Katty-chan y sus propios planes malvados.

    Las cosas tomaron un giro algo... perturbador cuando encontró el archivo de una chica muerta. Mierda, ¿sería una conocida de la directora? Eh, ni siquiera recordaba su apellido. No serviría para ser agente secreto.

    1964. ¿Estaría tan perturbada para usar esa fecha? Creepy, sin duda, ¡pero hey! No era quién para juzgar a las personas. Decidió seguir buscando, sin embargo, y ya luego probaría un par de combinaciones. Sí, sí, confiaba mucho en su memoria. Se fue a fijarse detrás de los cuadros colgados en la pared, porque en las películas, cuando hacían eso, solían aparecer más cajas fuertes, o papelitos enganchados en el marco, o dinero, y cosas así.

    Y, de repente, la idea de encontrar dinero no le pareció para nada desagradable.

    este pendejo se distrae como un cachorro con mosca, deberían haber enviado a alguien más(?)
     
    • Gracioso Gracioso x 3
    • Me gusta Me gusta x 1
  9.  
    Yugen

    Yugen D e p r e s s e d | m e s s

    Piscis
    Miembro desde:
    25 Mayo 2013
    Mensajes:
    5,616
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Tras los cuadros no había... nada. Pero frente a ellos sí. Eran retratos de los distintos directores y algunas fotografías de la academia. Parecían no seguir ningún orden cronológico claro.

    En la primera de ellas podía verse el edificio principal de la academia siendo construído. El cerezo que presidía el patio norte estaba allí, por lo tanto el rumor de que el viejo cerezo ya se encontraba en los terrenos antes de la edificación del centro había pasado de hipótesis a certeza. La fotografía estaba datada en el 2 de febrero del año 1952.


    En la esquina opuesta se encontraba el retrato de una niña pequeña, sonriente, junto a un hombre algo mayor de rostro severo y apariencia adusta. Joey pudo reconocerla porque acababa de ver su fotografía. Era Mizuki Harusugawa, la chica fallecida del archivador. Era unos años menor, mas conservaba una vibra alegre que parecía querer escapar del marco. Esta fotografía estaba fechada en agosto de 1958. Bajo la misma alguien había escrito con tinta, cariñosamente, el apodo "Mizu-chan".

    El resto de fotografías eran meramente retratos de otros directores, irrelevantes para las pesquisas de Whickham.

    Demasiadas fechas... ¿serviría alguna de ellas?
    • Inspeccionar ventanas
    • Inspeccionar jarrones
    • Inspeccionar ordenador
    • Dejar de buscar
     
    • Reflexivo Reflexivo x 3
    • Fangirl Fangirl x 1
  10.  
    Gigi Blanche

    Gigi Blanche Equipo administrativo Game Master

    Piscis
    Miembro desde:
    1 Abril 2019
    Mensajes:
    6,925
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    [​IMG]

    Bueno, bueno, ¡ya eran demasiadas fechas para su memoria de trabajo!

    ... ¿por qué sabía esas cosas pero luego le iba mal en los exámenes? Agh, debía estar bien idiota. Se volvió al cajón-caja fuerte y decidió probar las combinaciones que había encontrado por ahí hasta el momento. 1964, 1952, 1958... Si ninguna de ellas funcionaba, bueno, podría probar suerte buscando en el ordenador.
     
    • Fangirl Fangirl x 2
    • Me gusta Me gusta x 1
    • Gracioso Gracioso x 1
  11.  
    Yugen

    Yugen D e p r e s s e d | m e s s

    Piscis
    Miembro desde:
    25 Mayo 2013
    Mensajes:
    5,616
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Ninguna de esas combinaciones dio frutos.

    De modo que Joey se dirigió al ordenador. Solo tuvo que mover un poco el ratón para que la pantalla se prendiese. La directora parecía haber estado trabajando con él hasta hacía poco.

    Sin embargo, solo un mensaje saltó en la pantalla.

    Password: _____________

    Abajo, en una hoja de cuaderno alguien había escrito: Contraseña del ordenador: Alguien muy importante.

    ¿Quizás la directora empezaba a tener demencia senil...?

    • Inspeccionar ventanas
    • Inspeccionar jarrones
    • Dejar de buscar
     
    • Gracioso Gracioso x 4
  12.  
    Gigi Blanche

    Gigi Blanche Equipo administrativo Game Master

    Piscis
    Miembro desde:
    1 Abril 2019
    Mensajes:
    6,925
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    [​IMG]

    Se rascó la nuca, algo nervioso, y comenzó a zapatear el suelo con el pie. ¿No se estaba tardando mucho? Paró la oreja mientras encendía la pc, temiendo oír pasos o algo así. Dios, tendría que salir petado. Tendría que haber venido con alguien que le hiciera de campana o algo.

    En serio, iba a hablar muy seriamente con su amigo.

    Bueno, ¿alguien importante? Sería la niña de las fotografías, quizá. Empezó a probar combinaciones: Mizu-chan, Mizuki, Mizuki Harusu... ¿cómo mierda era? Tuvo que ir a fijarse de vuelta. Bueno, Mizuki Harusugawa. ¿Sería una hermana de la directora? ¿Tan vieja era la vieja?
     
    Última edición: 25 Julio 2020
    • Gracioso Gracioso x 3
    • Me gusta Me gusta x 1
  13.  
    Yugen

    Yugen D e p r e s s e d | m e s s

    Piscis
    Miembro desde:
    25 Mayo 2013
    Mensajes:
    5,616
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    ¡Mizu-chan! ¡Esa era!

    Finalmente Joey logró ingresar en el escritorio del PC. Había algunas carpetas probablemente a rebosar de papeleo académico y demás cosas tediosas y poco interesantes. Entre ellas había dos aplicaciones que llamaban la atención.

    Una decía cámaras y parecía ser justo eso. Un vistazo a las pantallas de las zonas video-vigiladas de la academia. Los pasillos, las aulas, el propio patio. Desde ese panel de control tenía la opción de apagarlas. ¿Lo haría Joey...?

    La otra carpeta reseñable era una cuyo nombre era Archivo. Contenía todo tipo de documentos de fechas diversas... pero uno de ellos parecía un certificado de nacimiento. Hablaba del nacimiento de dos gemelas, Shizuku y Mizuki Harusugawa. Estaba fechado en el año 1950.

    ¿La directora había tenido una hermana gemela? ¿Y qué carajos hacía allí un certificado de nacimiento?

    En ese momento la puerta que Joey había dejado entreabierta se abrió con un ligero, apenas perceptible chirrido. Pero fue suficiente para alertar a Whickham.

    Estaba muerto. Muerto, muertísimo y enterrado.

    —¿Qué estás haciendo aquí?—inquirió una voz.

    Joder. Joder. Si no estaba muerto probablemente Katrina iba a matarlo.

    Sin embargo, no sonaba como la voz de una anciana, ni siquiera como la voz de un adulto. Era una voz suave, casi monótona, queda. En ella no podía detallarse ninguna emoción. Era plana, vacía de cualquier sentimiento reconocible.

    Cuando Joey se volvió en su dirección se encontró a una joven delgada de facciones delicadas y armoniosas. Su cabello oscuro estaba recogido en dos simples coletas y sus ojos morados lo miraban de forma fija y analítica.

    Gk7eiiZ.jpg

    No parecía una amenaza. De hecho se veía bastante poco intimidante aunque algo en ella resultaba extraño... ominoso.

    —¿Lo estás buscando?—fue su única pregunta y apoyándose de espaldas cerró por completo la puerta de la oficina.

    • Hablar con la chica
    • Inspeccionar ventanas
    • Inspeccionar jarrones
    • Dejar de buscar
     
    • Impaktado Impaktado x 4
    • Fangirl Fangirl x 1
  14.  
    Gigi Blanche

    Gigi Blanche Equipo administrativo Game Master

    Piscis
    Miembro desde:
    1 Abril 2019
    Mensajes:
    6,925
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    [​IMG]

    Oh, vaya, pero si eran las cámaras de la Academia. Joey le echó un vistazo a las diferentes pantallas y se sonrió, apreciando el pequeño botón que les ordenaría detenerse. No le servía de nada ahora mismo, pero teniendo la contraseña de la computadora... Bueno, era información de calidad. Que justo cayera en las manos de alguien como él sonaba a una broma macabra del diablo.

    Luego confirmó que Mizu-chan era hermana de la vieja y- espera. Su cabeza se alzó hacia la puerta como un resorte y estuvo seguro que todo el color desapareció de su rostro. ¡Se había distraído! ¡No había escuchado nada! Adiós, mundo cruel. Adiós, planes malvados. Lo lamento, Ali-chan, ¡te he fallado!

    Pero no era la vieja, sino una jovencita de cabello morado con coletas y ojos bastante bonitos. El alma le volvió al cuerpo y se corrió el flequillo desordenado de la frente, carraspeando la garganta. Compostura, Joey, no es más que una bella damisela.

    —Oh, buenos días... —Dejó la oración en el aire al no saber su nombre y se acomodó sobre el escritorio, de brazos cruzados, como pancho por su casa—. ¿Qué estás haciendo tú aquí~?

    Bueno, era una respuesta lamentable pero lo que mejor le salía era alivianar la voz y colocar sonrisa de galán. Y era justo lo que había hecho.

    "¿Lo estás buscando?"

    Joey parpadeó y arrugó el ceño, confundido. Esa chica no parecía tener todas las ganas del mundo de salir corriendo y delatarlo, quizá... ¿quizás estuviera allí con intenciones similares? ¿Serían partners in crime o algo así?

    —Esa es una pregunta muy amplia, ¿no lo crees, linda? —Liberó un suspiro casi dramático y clavó su mirada oscura en ella, mientras una sonrisa floja y ligeramente divertida revoloteaba en sus labios—. ¿Tú estás buscando algo aquí? Quizá pueda ayudarte~
     
    • Fangirl Fangirl x 4
    • Me gusta Me gusta x 1
  15.  
    Yugen

    Yugen D e p r e s s e d | m e s s

    Piscis
    Miembro desde:
    25 Mayo 2013
    Mensajes:
    5,616
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    La joven no pareció ni por un instante encandilada por los aparentes encantos de galán de Joey. El chico y su hormonal cuerpo adolescente parecía ser la menor de sus preocupaciones.

    —Mi Grimorio—respondió como si nada. ¿Su qué...?—. Es una copia del Manuscrito de Múnich del siglo XV. Demonología y nigromancia.

    Hablaba con sutileza, sosegada, y su voz corría calma para estar hablando de lo que parecía ser algo bastante macabro. O inquietante como mínimo. Un Grimorio era una libro de encantamientos, rituales y demás prácticas ocultistas muy usado en la Edad Media.

    ¿Por qué estaba buscando algo así? ¿Quién mierda era esa chica extraña?

    Se apartó de la puerta pasando al lado de Joey y empezó a abrir y cerrar cajones con cuidado. Tampoco parecía muy partidaria de ser atrapada allí, era consciente de estar quebrantando las reglas. Se suponía que debía estar en el patio asistiendo como había estado a las pruebas de actitud física de Yoshida-sensei. Sus movimientos, sin embargo, eran gráciles y silenciosos y tenía algo de místicos como los de un gato.

    >>Kanade-sensei me lo confiscó porque su mente mundana está demasiado absorbida por esta realidad corrupta—explicó y rodeó el escritorio, inclinándose ligeramente frente al cajón de metal. Sus dedos ágiles con uñas pintadas de negro colocaron una combinación. 1950. Se escuchó un click y el cajón se abrió sin impedimentos. ¿Sabía la combinación? ¿Pero cuántas veces se había colado ahí?

    Con una leve, apenas perceptible sonrisa en su rostro sacó del cajón un grueso volumen de tapas oscuras. En el centro del mismo se hallaba un pentagrama dorado y el rostro de lo que parecía ser Baphomet, uno de los guardianes del averno. Dejó el libro sobre el escritorio y rodeando la mesa se aproximó a los cuadros de la pared observándolos uno por uno, como si fuese aquella la primera vez que los veía.

    Todo indicaba que no.

    Parecía conocerse la oficina de la Directora como la palma de su mano y probablemente no era lo único que conocía de ese lugar.

    —Esta escuela está maldita ¿lo sabías?—sentenció sin mirar a Joey—. Mizuki Harusugawa, la gemela de la directora se suicidó lanzándose desde la azotea. Por eso decidieron poner una alambrada, para disuadir a otros suicidas que desearan seguir sus pasos al más allá.

    >>Dicen que unas semanas antes de su supuesto suicidio, Harusugawa-san y un grupo de amigas habían estado jugando al hyakumonogatari kaidankai en el edificio antiguo. Un tipo de ritual con velas para invocar espíritus—rodeó la mesa deslizando los dedos de la mano derecha sobre la misma. Sus ojos, por un momento, parecieron brillar en las sombras del despacho—. Se colocan cien velas en una habitación y una vez encendidas se apagan las luces. Los participantes se sientan en círculo alrededor de las velas y cada uno cuenta una historia de terror. Cuando acaba, apaga una vela. Poco a poco la habitación queda totalmente a oscuras y cuando se apaga la última, habrá un participante más que no estaba antes en la habitación.

    Su voz tenía un tinto extraño más no macabro que lograba abstraer, resultaba simplemente cautivadora por alguna razón.

    Ella era Iguchi Rika. La presidenta del club de ocultismo.

    En ese momento se oyó claramente un sonido bastante particular por el pasillo. Uno que podía helar la sangre en las venas.

    Rika se volteó con rapidez.

    Mierda.

    Pasos.

    Y se acercaban de forma inexorable.

    La joven se acercó rápidamente a Joey y le extendió el libro. Su Grimorio.

    —Toma lo que sea que hayas venido a buscar y escóndete, rápido. Yo me encargo del resto.

    El cajón estaba abierto y dentro brillaba un manojo de relucientes llaves. Allí estaba, el Santo Grial de los delincuentes juveniles o de cualquier alumno rebelde que quisiera pasarse por el arco del triunfo las normas impuestas por el Consejo.

    La llave maestra de la Academia.

    Ahora Joey solo tenía que tomarla y salir corriendo de allí. O tamarla y hacer caso a las palabras de Rika y esconderse. No había mucho tiempo para pensar y estaban en juego demasiadas cosas. En esa ocasión no podía ser otra persona que la directora.

    ¿Qué haría Joey?

    • Tomar las llaves y salir corriendo.
    • Tomar las llaves y esconderse detrás del escritorio y dejarle lo demás a Rika.
    • Nada.
    La decisión que tomarás ahora es crucial. Te recomiendo pensarla bien porque como la Directora os pille es un Dead End gg (?)
     
    • Fangirl Fangirl x 2
    • Impaktado Impaktado x 2
    • Me gusta Me gusta x 1
  16.  
    Gigi Blanche

    Gigi Blanche Equipo administrativo Game Master

    Piscis
    Miembro desde:
    1 Abril 2019
    Mensajes:
    6,925
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    [​IMG]

    Mierda, las cosas habían tomado un giro ciertamente... inesperado. La chica misteriosa permaneció inmutable y, por si no echara ya unas vibras extrañas, se puso a hablar de grimorios, demonios, ¿necromancia? ¿O era nigromancia? ¿Serían lo mismo? Quién sabe. Joey se había congelado por unos segundos escuchándola porque no lograba creerse lo que oía. ¿Estaría chalada? Parecía. Lo parecía, y mucho.

    Pero bueno, le había abierto el bendito cajón. Estuvo a punto de soltar un comentario al respecto y agradecerle cuando arrugó el ceño y casi dio un paso hacia atrás, sorprendido, al detallar la tapa de aquel puto libro. ¿Podía ser más creepy? Lo dudaba. Para colmo, se puso a hablar de maldiciones, suicidios y no sé qué mierda más.

    Le había echado un vistazo al interior del cajón mientras narraba su historia, y había sonreído victorioso al divisar un manojo de llaves cuando alzó la vista hacia la chica de repente.

    —¿Cien velas? ¿Quién tiene ganas y dinero para prender cien putas velas?

    ¿Eso era lo que más le había llamado la atención? ¿En serio, Joey? Como sea. El sonido de los pasos en el pasillo lo alertaron sobremanera y se metió las llaves dentro del bolsillo con un impulso casi sobrenatural. Para cuando quiso acordar, había brincado hasta el otro lado de la habitación y apenas si escuchó lo que la niña rarita le dijo. Se despidió con una sonrisa tensa, de labios apretados, antes de desaparecerse petado por el pasillo. Bueno, sólo esperaba que la loca no... le echara un maleficio... o algo así. No sería capaz, ¿verdad? Esas cosas no existían.

    ¿... verdad?
    La primera opción, claramente, no confío en la loca(?)
     
    • Gracioso Gracioso x 3
    • Me gusta Me gusta x 1
    • Adorable Adorable x 1
  17.  
    Yugen

    Yugen D e p r e s s e d | m e s s

    Piscis
    Miembro desde:
    25 Mayo 2013
    Mensajes:
    5,616
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Rika ni siquiera se inmutó cuando lo vio correr despavorido fuera de la oficina. Debió haber confiado en ella. Esa probablemente hubiese sido la opción correcta.

    Se inclinó sobre el cajón y volvió a cerrarlo tal y como estaba antes y al ver la pantalla del ordenador prendido volvió a dejarla en suspensión. Menudo ladrón de pacotilla estaba hecho. Si iba a colarse en la oficina de la directora al menos debía hacerlo bien.

    Le hubiese salvado el culo.

    ¿Nadie le había dicho nunca a Whickham que no había que juzgar un libro por su portada?

    Joey no pudo llegar demasiado lejos... porque se encontró de frente con la directora. Sus ojos enmarcados por visibles arrugas mostraron una mueca de absoluta sorpresa al verlo no solo correr por los pasillos como alma que lleva el diablo—cosa que por otra parte estaba prohibida— si no salir corriendo de su propia oficina.

    De su propia oficina.

    —¿Qué está haciendo aquí señor Whickham?

    ... Ah, mierda.

    DEAD END
    Igual le voy a salvar el culo a Joey porque me cae bien xD

    Pero es la última (?)

    La tensión podría haberse cortado fácilmente con un cuchillo. El tiempo se había detenido, paralizado, ni siquiera las voces del patio parecían poder alcanzarlos allí. En una repentina burbuja de estupor gélida que lo encapsulaba del resto del mundo. Nada ni nadie podía salvarlo ahora.

    Lo expulsarían y su triste vida de delincuente escolar se acabaría con eso
    .

    Estaba muerto.

    Estaba jodidísimo.

    Katrina iba a cortarle las bolas.

    Desde el interior de la oficina emergió Rika. Su presencia tenía algo de místico, extraño. Ni siquiera parecía hacer ruido al andar.

    —¿Iguchi-san?—cuestionó la anciana con estupor—. ¿Usted también?

    Disculpe Directora—la voz estoica de Iguchi se impuso sobre el silencio generalizado cortando la tensión de raíz. Con pasos calmos caminó hasta detenerse junto a Joey y se inclinó de forma solemne—. Astarte se coló en su despacho por error. Este chico y yo solo tratábamos de recuperarlo.

    ¿Astarte...?

    Los ojos cansados de la directora se abrieron en un parpadeo ligero tras el cristal de sus gafas de lectura. Astarte era la mascota del club de ocultismo. Un gato negro que solía acompañar a Rika como si fuese su sombra. Era un animal tan o más críptico que la propia presidenta del club.

    —Oh...—la anciana pareció necesitar unos segundos para procesar sus palabras. Pero lenta, muy lentamente, sus ojos volvieron a cerrarse y sonrió. Una sonrisa de comprensión, casi dulce. Cabeceó—. Entiendo, sí. Dejé la puerta abierta después de todo.

    Tenían suerte de que la directora no tuviera muchas luces.

    Después de todo Rika era mucho más inteligente de lo que su aparente actitud inquietante refería. Las normas del Sakura Gakkuen no negaban ni permitían la inclusión de mascotas en los clubes. Era un claro vacío legal.

    Y estaba dispuesta a aprovecharlo.

    —Tenga más cuidado la próxima, por favor.

    —Por supuesto.

    —Muy buenos días señor Whickham.

    Y sin decir nada más, de forma silenciosa, caminó hasta su oficina y cerró la puerta a su espalda. Probablemente no encontraría nada que evidenciase que habían estado rebuscando entre sus cosas. Iguchi había cuidado, meticulosa como era, de borrar todo rastro. Era una anciana senil de cualquier forma no haría muchas preguntas.

    Una vez el peligro pasó y las voces volvieron a alzarse desde el patio como si el tiempo hubiese vuelto a fluir para Joey, le dirigió a Whickham una mirada de soslayo.

    No le tenía ningún tipo de estima.

    —Deberías juzgar menos a las personas, W-i-c-k-h-a-m k-u-n~—fue todo lo que soltó como si nada y con su Grimorio apretado contra su espalda abandonó el pasillo.

    Era muy astuta para ser solo una friki rara ¿no?

    Joey parecía haberse salvado de milagro. Al menos podía sentir el peso de las llaves en su bolsillo.
     
    • Fangirl Fangirl x 2
    • Gracioso Gracioso x 2
    • Impaktado Impaktado x 1
  18.  
    Gigi Blanche

    Gigi Blanche Equipo administrativo Game Master

    Piscis
    Miembro desde:
    1 Abril 2019
    Mensajes:
    6,925
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    [​IMG]

    Estuvo bastante seguro, luego de la probada de la hecatombe, que cuando oyó la voz quebradiza de la directora llamando a su nombre se le congelaron los huevos en medio de la garganta. Un escalofrío helado le bañó la espalda y ya estaba dispuesto a poner en marcha sus dotes actorales, si es que tenía algunos, cuando la chica rara emergió de la oficina. Su intervención fue un milagro del cielo y Joey simplemente observó el intercambio, preguntándose si todo aquello estaba pasando en verdad o ya estaba muerto y sólo se encontraba en el infierno, imaginando diferentes salvaciones que jamás ocurrirían. Le siguió la corriente con el rollo del gato con una naturalidad increíble, soltando risas de vez en cuando y asintiendo ante los comentarios de la directora; como si no hubiera visto la vida pasar ante sus ojos, vamos.

    Al final, cuando la directora desapareció dentro de la oficina y se supo solo junto a la chica, soltó un profundo suspiro de alivio y se echó el cabello hacia atrás de un manotazo. Seguía nervioso. Para colmo, aquella tipa tenía un temple de jodido acero y eso... le ponía los pelos de punta. De cierta forma le recordaba un poco a Bleke, pero esto era... ¿diferente? No sabía exactamente cómo.

    De cualquier forma, ¿por qué mierda lo había ayudado? La había abandonado a su suerte, había intentado salvarse solo el culo. Seguramente habría mil y un alternativas mucho más razonables por delante, pero era Joey Wickham y pensaba con las pelotas.

    Una sonrisa divertida le decoró los labios y, antes de que la chica desapareciera, exclamó con la suficiente fuerza para que la oyera:

    —¡El placer es mío, preciosa!

    Risueño, como si no hubiera estado al borde de la muerte, palpó las llaves en su bolsillo y se encaminó hacia el patio. ¡Ah! ¡Tenía grandes noticias para Ali-chan y Katty-chan!
     
    • Gracioso Gracioso x 4
    • Me gusta Me gusta x 1
  19.  
    Gigi Blanche

    Gigi Blanche Equipo administrativo Game Master

    Piscis
    Miembro desde:
    1 Abril 2019
    Mensajes:
    6,925
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Anna dark mode 2.png

    El tío ese me escoltó hasta la oficina de la directora como si fuera un jodido superhéroe o un criminal buscado en veintisiete estados, no había punto medio. Los estudiantes me miraban como lo segundo, por cierto, aunque me daba bastante igual. Fuera templanza u orgullo, fortaleza o vanidad, mantuve la frente bien alta hasta que el profesor me despachó dentro de la habitación y cerró la puerta detrás de mí. Le eché un vistazo a la habitación y a la señora sentada tras el escritorio.

    Se veía... ¿amable? Al menos no parecía una bruja. Estaba escribiendo algo en unos papeles y un par de segundos de silencio después, se bajó los lentes al cuello y me sonrió.

    —¿Cómo te llamas, pequeña?

    Eh, ¿ahora era una niña de primaria? Qué puta gracia.

    —Hiradaira —solté, en tono neutral, sin despegar los pies de donde estaba parada—. Hiradaira, Anna.

    —¿Eres de primero?

    Arrugué el ceño brevemente.

    —No, segundo.

    —¡Oh! Perdona, perdona, es que te vi tan pequeñita y menudita. —Pero no lo suficiente para no estampar a un senpai contra la ventana, ¿verdad?—. Ven, toma asiento.

    Obedecí sin chistar ni dudar, me moví con la liviandad de un jodido fantasma hasta acomodarme en una de las sillas frente a su escritorio. El ángulo de luz había cambiado y ahora el halo a su alrededor resultaba más brillante y cegador. Me recordó por un breve instante a la imagen de puta autoridad y superioridad que siempre había tenido Kakeru sentado a su trono, con la ventana del club a la espalda.

    —Bueno, Hiradaira-chan. ¿Qué ocurrió ahí afuera?

    Desvié la mirada, mis uñas habían empezado a picarse entre sí sobre mi regazo. Su tono era comprensivo, dulce, incluso maternal, y eso sólo me crispó aún más los nervios.

    —Nada —murmuré—, fue un arrebato.

    —¿Tienes alguna clase de problema con ese muchacho?

    No logré contener la mueca sin gracia que me atravesó el semblante. Me tensó los labios antes de curvar una sola comisura y meneé la cabeza, regresando la vista a ella con la espalda relajada.

    —Fuera de la escuela —resolví—. Nada que deba preocuparle, señora.

    —Hiradaira-chan, los problemas de afuera se convierten en un problema mío cuando consiguen atravesar las paredes de la escuela. Estoy segura que lo entiendes.

    Las uñas siguieron picando, encontraron una irregularidad y engancharon, y engancharon, y engancharon.

    —No volverá a ocurrir —prometí.

    Me miró como si fuera un niño asegurando que no volvería a robar caramelos del frasco y contuve el impulso de bufar. Me sentía jodidamente encerrada, acorralada. Quería irme a la mierda.

    El hijo de puta me la había jugado otra vez.

    La directora me miró con insistencia un rato más, hasta que se convenció de que no volvería a abrir la boca y suspiró suavemente, regresándose los lentes al puente de la nariz. Clickeó algo y se enfocó en la computadora a su lado. El brillo azulado se reflejó en los cristales de las gafas.

    —Tendré que sancionarte, Hiradaira-chan, has violado el reglamento escolar, al fin y al cabo. Conoces cómo funciona aquí el sistema de sanciones, ¿verdad? —Asentí y siguió tecleando, concentrada en su tarea pero sin perder la suavidad de su semblante—. De todos modos no creo que represente un problema mayor, ¿no? Confío en que no volverá a ocurrir.

    Me regaló una sonrisa. Creo que intentó ser realmente cálida, qué sé yo, en el momento sólo se me revolvió en el estómago y lo dejé pasar con la cara de poker que llevaba encima desde que entré ahí.

    Las uñas seguían buscando, picando, enganchando.

    —¿Esto afecta en algo a mi beca? —solté bastante de golpe, era una mierda que me rayaba el cerebro desde que el profesor me atrapó en el pasillo y ya no pude contenerme.

    La directora me miró por encima de sus gafas junto a un "¿hmm?" algo confundido y arrugó el ceño, regresando a la pantalla del ordenador.

    —¿Beca? —murmuró, concentrada en su tarea, tecleando a una velocidad algo triste, la verdad, digna de su edad—. Hiradaira-chan, tú no estás becada.

    Por primera vez en todo el rato demostré algo remotamente genuino. Fruncí el ceño como ella y me incliné hasta apoyar los antebrazos en la mesa.

    —Sí lo estoy.

    Ante mi insistencia detuvo su tarea para verme directamente. Llevaba una sonrisa confundida plantada en el rostro.

    —Hiradaira-chan, eres una estudiante regular aquí, ¿de dónde has sacado esas ideas? Si Hiradaira-san es uno de los benefactores más generosos de nuestra querida institución.

    ¿Uno?

    Chispazo.

    —¿Se refiere a Jun?

    La sonrisa de la directora se amplió, absolutamente ajena a la situación.

    —Claro. ¿No es tu tío?

    Me removí inquieta, como si el asiento me quemara, y me incorporé bastante de golpe. La directora me observó confundida y estuvo a punto de abrir la boca, cuando la interrumpí.

    —¿Eso es todo? —farfullé, apremiante.

    —Eh, sí. Ya puedes volver a... clase.

    Al menos tuve la decencia de no cerrar con un portazo. Eché la espalda contra la pared, la cabeza acompañó el movimiento látigo y el impacto dolió un poco. Tensé la mandíbula, respirando con pesadez, y estampé el pie en el suelo con fuerza. Hizo eco en los pasillos.

    ¿Qué mierda?

    Mamá me había dicho que estaba becada.

    ¿En serio había podido entrar al Sakura gracias al dinero podrido de esos hijos de puta?

    ¿En serio?

    ¿Qué? ¿Eso me convertía en otra niña pija?

    —Me cago en la puta madre.

     
    • Ganador Ganador x 2
    • Fangirl Fangirl x 1

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso