—Que pequeño tan despreciable...—. Sus ojos rosa pálido se clavaron en él con verdadero odio, aunque sus hermosas facciones intentaran reflejar indiferencia. Era él quien tenía todo lo que ella deseaba. Amor, cariño, un hogar y una familia a la que regresar. A ellas los años se habían encargado de arrancarle todo aquello que apreciaba, atada a un monstruo de por vida. ¿Por qué ella era la única que sufría? Él... él tampoco tendría lo que deseaba. Kaname se mantuvo allí, en silencio, viendo pasar frente a sus ojos a la mujer más hermosa que jamás había visto. La princesa sangre pura Shizuka. Parpadeó sorprendido... su mirada destilaba auténtico odio, pero bajo todo eso, él podía sentir su dolor. Es el precio a pagar por nacer Sangre Pura.
Shizuka no quedó loca de gratis. u-u Verás, según Matsuri, ella estuvo encerrada en esa jaula durante toda su vida, porque al parecer, los Hio tenían fama de ser todos... bueno, locos. Ver en Kaname la felicidad, —la libertad— que ella jamás podría tener, ciertamente la deslocó un poco más. Pero en sí, ella también fue una victima. Precioso, Gene.
Aún no he llegado a esa parte, tendré que leerlo. Pero, de verdad que expreso justo así cuando dijo eso al ver a Kaname. :l
Es hermoso. La verdad es que la mezcla entre la maldad de Shizuka y la ternura que me produce lo de querer ser feliz y no poder, es maravillosa. Otra vez has logrado conmoverme con uno de tus escritos. Aquí si bien, en mi opinión, hubiese quedado mejor algún tipo de interacción más directa con la criatura que esperaba arrebatarle la vida. Las frases finales perfectas, son lo tuyo. He visto un fallito por ahí, nada grave, un dedazo: Sería "ella". Nada más que añadir, espero seguir leyendo cosas tuyas, Tarsis. ¡Un saludo! :)