Mitología Griega Nunca más sin ti [¡Agosto te desafía!]

Tema en 'Otros Fanfiction' iniciado por Brunchi, 26 Agosto 2017.

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    Brunchi

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    Escritora
    Título:
    Nunca más sin ti [¡Agosto te desafía!]
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    650
    Una chica creyente de toda la mitología griega, de unos 25 años, inteligente y curiosa, estaba caminando pensativa por Francia.

    —No sé que hacer...—murmura.

    En la época ambiental que era rodea, era la fría, la nieve caía por sus hombros. Mira el cielo, y cierra los ojos al ver lo que parecía una estrella fugaz.

    —Desearía conocer la mitología griega por mí misma —murmura.

    La estrella fugaz desaparece, más ella abre sus ojos, y suspira desilusionada al no verse rodeada por Grecia.

    Se vuelve a su casa, con el mismo sentimiento en ella, intenta entrar en calor por la nieve que cayó en ella, y suavemente su cuerpo se acomoda a su cama. Poco a poco cayendo a la inconsciencia, al sueño.

    La noche iba pasando, mas el día se iba apareciendo, llegando la luz del sol, y los ruidos a ella. Empezando a despertarla, al abrir los ojos, se asustó y sorprendió al notar que no estaba en su pieza sino que en Grecia.

    Al despertarse fue consciente de que alguien la observaba y este alguien era, nada mas ni nada menos el Dios de los viajeros, Hermes.

    —¡Oh! Al fin despertaste dulce dama —exclama aliviado Hermes.

    Ella lo mira extrañada, como también maravillada.

    —Eres... Hermes, ¿acaso estoy soñando? —pregunta ella.

    Hermes sonríe, le ofrece la mano, para levantarla del banco. Acepta, aun sorprendida.

    —No estás soñando dulce dama, esto es lo deseaste a la estrella fugaz, ¿o no es así? —dice Hermes.

    Ella empieza a sentir una emoción increible crecer en su corazón.

    —Es lo que pedí, pero parecía que aquella estrella fugaz no me había escuchado... —contesta.

    Hermes le incita a caminar con él, guiandola por Grecia.

    Van caminando hasta llegar a una montañas con muchas piedras a su alrededor, atraviesan el río mas cercano donde se observaba una fuente donde que se abreva, donde esaban poblados de divinidades.
    Ella asombrada va a comentar algo pero una joven de larga cabellera, que parecía proteger campo mientras sembraba hortalizas, la observa.

    —Hola, Dulce hace tiempo que te esperábamos —dice la joven Diosa.

    La joven siente que si se pellizca despierta, pero prefiere quedarse a ver que mas conoce.

    —U-usted es Deméter, ¿verdad? —pregunta la chica.

    Deméter le sonríe y asiente.

    —Estás en lo cierto, Dulce, me alegra que aun me recuerdes —contesta amable la Diosa.

    Hermes empieza a empujar a la joven.

    —Disculpad Demetér pero ya sabes que alguien no estará feliz sino llegamos a tiempo —dice Hermes.

    Demetér asiente, y ríe armoniosamente.

    —Espero y que no la marees. Ten buen recorrido Dulce —comenta la Diosa despidiéndose.

    La joven sonríe, y sigue con el recorrido.

    Van llegando a la cumbre de las montañas y relámpagos se empiezan a dibujar en el cielo. Más luego un hombre, aparece tras uno de ellos.

    —Mi pequeña Dulce... me alegra que al fin hayas regresado —dice el hombre, abrazándola.

    Ella se sorprende, y por reacción retrocede.

    —¿Z-zeus...? Dios del rayo y el trueno, de las lluvias, ¿Eres tú? —Tartamudea un poco.

    El hombre asiente, y le agarra la mano.

    —Me alegra que hayas decidido volver... —dice Zeus, acariciando la mano de la joven con delicadeza.

    Ella al mirarlo a los ojos, un clic se logra escuchar y retumbar en ella, mas de repente montones de recuerdos asaltan su memoria, tambaleándose.

    Zeus y Hermes lo ven venir, por lo que Zeus la atrapa antes de que caiga.

    —Tranquila, ya no dejaré que nadie te lastime, ni nos separe —dice Zeus abrazándola.

    Había sido que Dulce era la comprometida pérdida de Zeus, y por algún conflicto de celos la actual esposa había ocasionado que ella se olvidase de todos,-o eso creía-, dejándola lejos de Grecia.

    Dulce al ser consciente que había vuelto junto a su amado, y entender lo que estaba sucediendo, abraza a Zeus.

    —Nunca más sin ti —murmura abrazándolo y soltando lágrimas de felicidad.

    —Nunca mas... mi bella Dulce —contesta Zeus.
     
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