One-shot Not Alone [Mimily] [Pokémon Rol]

Tema en 'Mesa de Fanfics' iniciado por Yugen, 9 Marzo 2019.

  1.  
    Yugen

    Yugen D e p r e s s e d | m e s s

    Piscis
    Miembro desde:
    25 Mayo 2013
    Mensajes:
    5,616
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Título:
    Not Alone [Mimily] [Pokémon Rol]
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Amistad
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    2368
    ¡Feliz cumple Gabichuela preciosa! <33 Sí, sí... ya sé que no es hoy exactamente, pero es que yo te tenía que hacer un regalo por narices.

    ¿Y qué mejor que un Mimily bien soft, como para puke rainbows? Pues eso. No tiene mucha historia, es Mimi aprendiendo más de Emily or something like that (?) Espero que te guste, son las seis de la mañana y mi cerebro está frito<3

    Ojalá algo así pase en el rol porque es que son mu' gays

    Amane




    —¿Estás segura de que quieres hacer esto?

    —Sí.

    Mimi apretó más su mano. Sus dedos se aferraron a los suyos con firmeza. No era un momento fácil.

    —Tú lo dijiste. Ahora no tengo que venir sola. No tengo que enfrentarlo sola... ¿verdad?

    >>No pude... despedirme—murmuró entonces—. Nunca he podido hacerlo... Tampoco pude ir a visitarlos. Hace que me sienta una hija y hermana horrible...

    Allí estaban ellas, en el cementerio de Ciudad Lienzo, una fría tarde de Septiembre. El ocaso había caído hacía rato y el cielo estaba cubierto de un hermoso y cálido ocre. Color que compartían las hojas muertas dispersas por el suelo.

    Mimi la miró con seriedad.
    Determinación brillaba en el fondo de sus pupilas.

    Tiró de su mano y la obligó a mirarla.

    —No digas eso. No lo eres.

    >>Emily yo sé lo duro que es esto. Por eso no pienses que el solo hecho de no haber venido antes te convierte en una mala persona. Aún no puedes aceptar que ya no estén. No te culpo por eso. Tampoco te culpes tú.

    Emily sintió su corazón apretarse ante sus palabras. ¿Debería creerla? Esa inseguridad y ese miedo seguían allí. Desde siempre. Aferrándose a su cuerpo y paralizando sus piernas como si le hubiesen lanzado una Onda Trueno. Pero ahora no estaba sola. Asió con más fuerza la mano de su compañera.

    Ahora estaba ella allí.

    A su lado.


    Se detuvieron frente a la tumba. Era evidente que el tiempo no había pasado en balde... y que hacía muchísimo que nadie se acercaba por allí. Las hojas muertas de los árboles se dispersaban a los pies de aquella cruz, del mármol blanco pulido, formando una especie de suelo de hojas rojas y amarillas.

    Un cuadro pintado con los colores del otoño.

    El sentimiento nostálgico pesaba en el corazón de ambas con fuerza. Quizás era el significado propio de ese lugar, el hecho de que era un cementerio o el hecho de que allí se encontraban enterradas personas importantes para Emily. Pero Mimi también se sentía desolada. La brisa gélida hizo que Emily se refugiase aún en su chaqueta, sintiendo ese mismo frío en sus huesos.

    Se sentía extraña de alguna manera. Era la primera vez que estaba allí después de tanto. Frente a la tumba de su padre y su hermano. La primera vez que los tenía frente a frente desde el accidente de avión en el que ambos perdieron la vida.

    Vaciló. Y sintió como Mimi, a su lado, apretaba su mano y le infundía ánimos, recordándole en silencio que ahora no estaba sola.

    Que ella no tenía la culpa de nada.

    —Hola papá. Hola Fred.

    Sus palabras fueron trémulas, temerosas. No sabía qué decir. No sabía qué hacer. Solo sabía que necesitaba eso... que llevaba mucho tiempo tratando de reunir el coraje para visitar sus tumbas.

    >>Es... la primera vez que vengo después de lo que pasó. Así que no sé bien que decir—murmuró y dejó escapar una risita nerviosa. Sus ojos, a medida que se acrecentaba la presión en su pecho, solo se llenaron de lágrimas—. Lo... siento mucho. Siento mucho no haber venido antes. Siento mucho no haber podido despedirme. Siento haber sido una mala hija y una mala hermana... L-lo siento... lo siento mucho...

    Mimi la abrazó por la espalda. Emily ocultó el rostro entre las manos y rompió a llorar en ese momento. Todo se desbordó en una catarata de intensos sentimientos en cuestión de segundos. El dique se desbordó como si haber enfrentado algo que tanto llevaba evitando la hiciese darse cuenta de su realidad. Una realidad en la que estaba sola. Todo el dolor que guardaba dentro y que trataba de ocultar con sonrisas falsas. Todo el sufrimiento por una pérdida de tales magnitudes. Toda la angustia por absolutamente todo—desde la muerte de su padre y hermano y los problemas de acohol de su madre hasta el secuestro de Justice—, se desbordó.

    Mimi la abrazó con fuerza, conteniéndola, recordándole de nuevo que no estaba sola, mientras sentía como sus propios ojos se empañaban.

    Y Emily sollozó de forma desgarradora, gritando en mitad de aquel desierto cementerio mientras la brisa arrastraba las hojas.

    ***

    Introdujo las llaves en la cerradura. Se oyó un 'click' y la puerta se abrió con un ligero chirrido.

    —Pasa.

    Mimi echó un vistazo cauteloso al interior del pasillo.

    —C-con permiso...

    —No hay nadie.

    —No es educado entrar sin avisar.

    Emily dejó escapar una risita. Tomó la mano de Mimi y la animó a adentrarse en el parqué que cubría la entrada. El aire olía ligeramente a humedad.

    —Aquí es cuando vengo a veces cuando no me encuentro a mí misma—le explicó—. Mi antigua casa.

    Aquel pequeño adosado en el centro de Ciudad Lienzo. Una casa deshabitada que no estaba a la venta pero que aún seguía ahí... como perdida en el tiempo. Una espacio anacrónico plagado de memorias, que siempre ocuparía un lugar importante en el corazón de Hodges.

    Después de abandonar el cementerio y con la noche casi encima habían acabado en aquel lugar. "Aún quiero enseñarte algo" le había dicho Emily. "Quiero mostrarte más de mí"

    Mimi no lo entendió en un principio. Pero no tuvo reparos en acompañarla.

    —Pasé media vida aquí. Con papá y Fred... estas paredes están llenas de recuerdos.

    Acarició suavemente la pintura de la pared del hall.

    No era una casa demasiado grande y en lo absoluto se asemejaba a la mansión de Mimi, pero para la joven tenía cierto encanto. A pesar del tiempo, del frío y el polvo que invadía cada rincón se sentía el calor del hogar. El increíble peso de los recuerdos.

    Era reconformortante de alguna forma.

    Conmovida por los sentimientos que le trasmitía la casa en la que Emily pasó su infancia, Mimi echó un vistazo a cada habitación. La cocina, el salón, incluso el baño. Emily le explicó que en la mudanza apenas habían dejado nada y que por eso estaba todo tan vacío. Apenas quedaban muebles. Y tampoco había luz eléctrica ni agua corriente.

    Finalmente, abrió una puerta al final del pasillo después de subir las escaleras. Un polvillo fino flotaba en el aire elevándose por los últimos rayos de sol que se colaban por las ventanas. Era un cuarto pequeño, recogido, con un escritorio vacío, una estantería y una cama pulcramente arreglada.

    —Este era el cuarto que compartía con Alice.

    La voz de Emily sonó casi añorante y nostálgica. Pero estaba sonriendo levemente. Allí solo había una cama... ¿quizás se habían llevado la otra en la mudanza?

    Mimi se acercó a la estantería y tomó una foto enmarcada de la misma. Pasó la mano por encima y la limpió, apartando el polvo acumulado. Y tres pares de ojos le devolvieron una sonrisa deslumbrante.

    Eran un chico alto, joven, de chispeantes ojos morados. Una chica pequeña, bastante menuda, que sonreía con ilusión y una joven de cabello negro, de amables ojos violetas, que sonreía a la cámara mientras hacía el signo de la victoria con los dedos de una mano.

    La reconoció enseguida.

    Emily Hodges.

    —Alice, Fred y yo en el parque de atracciones de Ciudad Óleo— le informó Emily muy cerca de su oreja. Mimi se sobresaltó ligeramente y la miró. Hodges tomó la foto de sus manos y la observó con nostalgia, con emoción, pero sin dejar de sonreír—. Fue un día muy divertido... Papá nos compró dulces a los tres. Compartimos un helado en la noria. Es una de las últimas fotos que tengo con él.

    Se instauró un pequeño silencio en el cuarto. Emily parecía estar preguntándose por qué no se habían llevado esa foto en la mudanza.

    —Tienes sus ojos—habló entonces la Honda. Y sonrió levemente, con cierta tristeza—. Tu hermano y tú.

    —¿Verdad? Todos nos parecemos un poco—rio Emily—. Aunque Alice se parece más a mi madre.

    Dejó el cuadro sobre la mesita de noche y se sentó en la cama. Pasó la mano sobre la colcha. Se habían llevado la de Alice pero la suya permanecía allí.

    Para siempre.

    —Mimi... sé que este lugar esta lleno de polvo por el paso del tiempo pero...—murmuró— ¿te quedarías conmigo aquí esta noche?

    La joven se paralizó ligeramente. Sus mejillas se colorearon de un ligero carmín. Pasar la noche en una casa abandonada no era su idea perfecta de un fin de semana. Pero pasar la noche en la casa abandonada de Emily, junto con ella... quizás si lo fuese.

    Se sentó a su lado en la cama.

    —He dormido a la interperie en un banco—dijo—. S-supongo que puedo soportar un poco de polvo.

    A Emily parecieron hacerle inmensamente feliz aquellas palabras. Pero no la abrazó. Se sentía cansada. Y el aluvión de sentimientos que le trasmitía aquella casa cada vez que la visitava solo drenaba aún más sus fuerzas. Quería cerrar los ojos, turmbarse en la cama y sentirse una niña otra vez.

    Apoyó la cabeza en su hombro.

    —Gracias por hoy—susurró.

    —Tonta... no tienes que darme las gracias por nada.

    Emily abrió los ojos fijándolos en algún punto perdido de la habitación.

    —Pero sin ti... no podría haber hablado con papá y Fred. Seguiría siendo una cobarde intentando huir de sus problemas. Sin ser capaz de afrontarlos.

    >>Me alegra que conozcas un poco más de mí.

    Ese era el problema principal en su relación. Eran amigas, pero apenas sabían nada la una de la otra. Todo en realidad había empezado de esa forma. Mimi le había hablado de su vida, de su pasado, de sus aspiraciones y sueños... y Emily había hecho lo mismo.

    Mimi apoyó su cabeza sobre la suya. Le ardían las mejillas, pero la intimidad de aquel gesto la hacía inmensamente feliz

    —... Me alegra saber más de ti.

    Hubo un breve silencio. Un silencio roto tan solo por sus leves respiraciones, por la calidez de sus cuerpos. De alguna forma eran tan diferentes y parecidas a la vez... pero a aquellas alturas ninguna podía concebir su vida sin la otra.

    —Ya no me siento sola—habló Emily entonces. Su voz fue poco menos que un murmullo— No me siento así desde hace mucho tiempo.

    >>Pero volver a este lugar me llena de añoranza y nostalgia... qué masoquista soy ¿eh?

    Mimi sonrió con los ojos cerrados. Vaya que sí.

    —Lo eres—convino—. Tremendamente masoquista. Una de las personas más masoquistas que conozco... Pero no creo que sea algo malo. Tienes toda tu vida en este lugar. Aunque ya apenas quede nada... los recuerdos permanecen.

    —Mmh...

    Emily cerró los ojos y se dejó caer en la cama. Sin más. La llamó con un "Ven~" y Mimi se tumbó a su lado—quizás era la situación que la hacía olvidar tanto la vergüenza como el orgullo, pero no titubeó—; ambas encarándose en silencio. Las mejillas de Mimi ligeramente enrojecidas, mientras en los ojos de ambas brillaba algo que ninguna sabría explicar con claridad.

    Quizás cariño. Quizás algo más.

    La situación era extraña de todas maneras... pero ambas se sentían más cómodas que nunca. Emily se sentía liberada después de haberse sincerado sobre sus sentimientos. Como si se hubiese quitado un enorme peso de los hombros que llevaba años arrastrando.

    Mirando los ojos azules de Mimi, le sonrió.

    —Debo de presentarte a mamá y a Alice—le dijo acercando una mano a su mejilla para apartarle un mechón del rostro. Lo llevó tras su oreja—. Tienes que conocerlas. ¿Quieres que cenemos con ellas el domingo?

    Mimi enrojeció aún más.

    —¿Ah?—bufó— S-si lo dices de esa forma suena como si fueras a presentarle a una pareja formal o algo así...

    Emily dejó escapar otra risita.

    —Lo tomaré como un sí.

    Se acercó más a ella hundiendo el rostro en su cuello y Mimi le besó la cabeza. No podía negar lo estúpidamente feliz que se sentía.

    —Duerme ya—le dijo.

    —Tú también.

    —Yo no voy a dormir. Solo me aseguraré de que tú si duermas.

    —Ah~ ¿Vas a vigilarme~?

    —¿Algo así?

    —¿Eh?

    Una nueva risa rompió el silencio por parte de Emily. Más vibrante y genuina. Alegre de verdad.

    —Podríamos vivir aquí. ¿Te imaginas? Traer nuestras cosas y compartir piso.
    Sería bonito. Estar juntas todos los días y no tener que depender del Centro. Solo habría que hacer algo de limpieza... no creo que a mi madre le importe. Podríamos trabajar a medio tiempo para pagar la luz y el agua. ¡Y podríamos seguir viajando juntas pero teniendo un lugar al que regresar!

    Guardó silencio entonces. Sus propias mejillas se encendieron.

    >>...Como... si fuéramos una pareja formal...

    Miró a Mimi con cierta timidez y se sorprendió al verla dormida. ¿Tan cansada estaba? Pero enseguida sonrió otra vez.

    —Ibas a vigilar que durmiera, decías... —se inclinó y le dio un beso en la frente. Tomó las manta y se la echó por encima a ambas, acurrucándose bajo estas y su cuerpo—. Buenas noches Mimi.

    Cuando Emily cerró los ojos Mimi los entreabrió y la miró. La luz de la luna se colaba ya por la ventana.

    "Si descubre lo feliz que me ha hecho esa propuesta creo que moriría de la vergüenza. Debo verme ridícula... Oh Arceus..."

    Hundió el rostro en su cabello. Quizás tratando de ocultar su propia vergüenza. Ambas deseando en silencio que la otra no pudiese oír el acelerado latido de su corazón.

    "Buenas noches Em"

    Desde que se tenían la una a la otra, ninguna de las dos se sentía sola.
     
    • Adorable Adorable x 2
    • Ganador Ganador x 1
    • Fangirl Fangirl x 1
  2.  
    Amane

    Amane Equipo administrativo Comentarista destacado fifteen k. gakkouer

    Piscis
    Miembro desde:
    10 Julio 2013
    Mensajes:
    15,842
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Es una pena que esto no sea 100% canon y Emily sí haya visitado la tumba de su padre y hermano, porque podría ser algo bonito de ver en el rol. De todas formas, algo como esto podría ocurrir en el rol aun así, no sé, Emily enseñándole ese sitio tan especial a Mimi y contándole un poco de su historia, que ella sabe la de todos pero nadie sabe la suya (?)

    El caso, este fanfic me parece muy adorable, porque bueno, tiene su momento angst y triste, pero en general es muy soft y muy íntimo, son ellas dos disfrutando de un momento juntas, solas y conociéndose mejor, como dices.

    La segunda parte sigue siendo muy tierna, como van a la casa y a pesar de que está desolada y vacía, se encuentran cómodas y lo sienten como un espacio cálido porque están juntas y eso es muy bonito.

    Y el final, durmiendo juntas y pensando en vivir las dos. Eso sería muy guay, tipo compañeras de piso en la facultad en un AU, sería divertido uwu

    Pues eso, muy bonito escrito y siento haberte comentado hasta ahora, entre una cosa y otra, ya sabes, pero muchísimas gracias por este regalo, me hizo mucha ilusión recibirlo <3
     
    • Fangirl Fangirl x 1
Cargando...

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso