Nosotros… La sangre escurría manchando el cuello de mi blusa, gran parte de mis hombros y pecho; aquel rojo carmín había hecho un recorrido por mi cuerpo. Las lágrimas caían por mis mejillas, te vi acercarte; eras el vivo retrato del horror. Tú brazo manchado y herido, aquellos hermosos ojos recuperaron su color; no tenías la culpa, fui yo la idiota que pensó en poder ayudarte aún sabiendo que podrías lastimarme. Cerré los ojos. —¡Kagome-sama! —El houshi estaba alterado. Dejé las flores que estaba pensando en cortar cuando lo escuché, giré sobre mis pies y él se acercaba cada vez más. Tenía miedo, en su rostro podía vérsele claramente. —¿Qué ha sucedido? —Susurré, tan suave y bajo que apenas puede escucharme a mí misma. —Él… —cada jadeo era más fuerte que el anterior—. La aldea, él…, él atacó la aldea. —apenas podía recuperar el aire perdido. —¿Quién Miroku-sama? —Algo no me sabía bien, muchas personas podían atacarla pero ellos podían defenderla. Había algo más aquí, él no hubiera venido por mí si no fuera algo realmente grave. —InuYasha. —las pocas flores que había alcanzado a recolectar y el canasto cayeron de mis manos tan rápidamente que no pude reaccionar. —Despertó pero muy diferente y de un momento a otro sus ojos se tornaron rojos. Sin más preámbulos corrí en dirección a la aldea. Miroku y su velocidad me acompañaron, aunque sabía que él quería llegar más rápido. Te agachaste a mi lado y de las manos me tomaste. Sango sollozaba y Shippo golpeaba un pedazo casi quemado de madera, sin embargo yo me negaba a abrir los ojos pues sabía que lo único que vería sería tu dolor en aquellos hermosos ojos ámbares que tanto amo. —¡Para, detente InuYasha! —sollocé nuevamente mientras observaba como otra cabaña caía hecha trizas frente a mí. La aldea destruida casi en su totalidad. Él, el amor de mi vida, completamente cegado por el odio y yo sólo gritando un alto que sabía que sería ignorado. Sango estaba lastimada y el houshi inconsciente. Shippo estaba tratando de ayudar a mi amiga y Kirara gruñía protegiendo a mis amigos. —¡Vete, lárgate de aquí Kagome! Sus gruñidos eran repetidos. ¿Es que él no había entendido que no deseaba alejarme de él?; rojizo, sus ojos volvieron a ese tono. Con él se perdieron todas las capacidades para razonar. Dí un paso en falso y resbalé. Las llamas en la aldea incrementaron y mi escudo desapareció. Él atacó y un sabor a metal quemado invadió mi boca. Escupí un liquido rojo carmín y tu reaccionaste horrorizado. Sentí sus lágrimas resbalar por mi rostro. Quise consolarte pero no podía, finalmente abrí los ojos. —N-no fue tu culpa —le dije lo más dulce posible que pude sonar—, la ira te había cegado. —intenté sonar burlona, un acto idiota. Una sonrisa de lado se formó en la comisura de mis labios: ¿Qué importaba ahora decirle la verdad? De todos modos ya no sería jamás un nosotros. La sola idea me hizo nuevamente sollozar. —“Te amo” —Susurré antes de que mi corazón dejara de palpitar.
¡Ay, Fer, te pasaste de trágica! Pobrecilla, sabía que en algún momento pasaría algo así... E Inuyasha que apenas reacciona, ahora se va a quedar con la culpa los años que le queden de vida. Tu escrito me dejó un dulce sabor amargo (vaya ironía, ¿cierto). Me gustó mucho, en pocas palabras. Por cierto, queridísima, a veces les pones acento a palabras que, en ese caso, no les corresponden (como tú y dí). Y te saltaste una que otra comita. Fuera de eso, impecable.
Hola Fer, bueno me pasaba por tu ficha y me encantó, te quedó esplendido, pero se te pasó un poco la mano con la tragedia, me perdí en algunos momentos pero me gustó sobremanera, pobre y maldito InuYasha, que hermoso el final y que linda confesión, eso si me hubiera gustado que InuYasha le dijera lo mismo en cuanto cerrara por completo los ojos, bueno a decir verdad no noté el más mínimo error ortográfico , eso me pasa seguido en tus fics, eres muy buena en eso, tu narración me gustó y si la amentaras la nada y ménos sería perfecta, me enamoré del escrito. Adiós.
¿Que se pasó de trágica?, a mí me gustan los InuKags así, trágicos y con muerte *risa malévola* Digo, no todo puede ser color de rosas ¿verdad? Me encantó, Fernandha, estuvo bastante ameno y bien narrado, yo hasta me puse nerviosa cuando la golpeó, ¡wow! la mató... Ningún error, esperado tratándose de ti, narración pulcra y.. Y... Dios, aún no me saco de la cabeza la imagen de Kagome muertecita muertecita... Saludos.
¡Hola Fernandha! Wow, fue muy trágico y muy bello. Te quedó espectacular, tienes una muy buena narración y descripición :) Los pequeños errores ya te los marcaron, y más allá de esos no hay nada que agregar. De verdad que eres buena escribiendo eh :D Me gustó mucho el escrito, fue muy entretenido. Me voy yendo, saludos amiga!
Horrible, Fer. ¿Cómo pudiste hacer que la matara? ¡Es demasiado fatídico y funesto! Morir a manos de tu amado...realmente traumante. Supiste utilizar a la perfección esa característica demoníaca de Inuyasha, y como siempre le sacaste el mayor provecho. Ha sido un placer leerte corazón. Ya nuestra adorada Miss Love, te hizo las observaciones. :*
hola fer como estas espero que bien wau... que de sorprendida con el final ralmente me encanto en finc fue muy distinto de lo usual se me parese un poco a un episodio donde inuyasha huele el aroma de la sangre de kagome en sus garras y me encanto en finc por que me lo recordo,ademas me encanto que kagome le digera que lo amaba cuando esta apunto de morir aunque me ubiese gustado que inu le dijese lo mismo y ella lo escuchara y murieran sonrriendo te felizito te quedo muy bueno este finc