Long-fic de Naruto - Noches [Neji/Hinata/Naruto]

Título: Noches

Sumary: Cuatro noches bastaron para comprender que le sería imposible volverlo a ver. Primera noche: La abrigaba entre sus brazos, la cobijaba en su pecho, la dejaba soñar. Neji sonrió, percatándose de los ojos preocupados de Sakura tras la puerta, mirando a la heredera buscar su propio calor.

Advertencias: Post-Guerra/PosibleOoC/LeveNejiHina/InsinuacionesNaruHina.

Cantidad de palabras: 669/Cortesía de Magic Word en complot con Microsoft para hacernos creer que de verdad hay esa cantidad de palabras en el capítulo.

Disclaimer: Naruto no me pertenece, todo registro legal y de derechos son de su autor Kishimoto. La lirica le pertenece a Vistlip, canción Yoru.

Primera Noche

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"Antes de que te alejes de mí,

Quiero que tomes mis palabras completamente en serio

¿Lo entenderás?

No puedo ir más allá de esta noche

Déjame gritar

que te amo de verdad"

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La pálida luz de la Luna se mezclaba con las sombras vagas e indefinidas de la habitación donde ahora ella reposaba con cautela. El cuarto menguante era la fase lunar presente en esa noche donde los pensamientos sobre el pasado llenaban el lugar.

Cuando despertó y miró las pálidas paredes carentes de colores brillantes Hinata comprendió que tendría que acostumbrarse a ver aquél color blanco sobre ella, similar a su propia sombra de la muerte, pues despertaba sobre una cama de hospital.

El centro médico de Konoha según recordaba, era su ubicación en este momento. Había accedido a ir a una rápida revisión por la tarde ante la insistencia de su hermana pero la joven alumna de Tsunade le había pedido quedarse por culpa de un aparente resfriado. No era nada de gravedad, pero la de ojos esmeraldas terminó convenciéndola de observarla por una noche.

Y ahí estaban ellas, inmersas en la vista nocturna, aguardando en silencio el momento en que la de cabello rosa diera una nueva ronda. —Sakura-san…— Murmuró Hinata con pesadez. La oscuridad, tan melancólica, tragaba cada pequeño esfuerzo de su ser. —Estoy bien.

—Descansa. —Profirió dulcemente, musitando una pequeña sonrisa al notar a la joven heredera mirarla con timidez. Las comisuras de sus labios se alzaron escasas, tratando de corresponder su benevolencia, pero se sintió incapaz de seguir adelante con su teatro. Sakura la observó preocupada. —Has estado muy mal todo este tiempo, apenas has logrado recuperarte. —Musitó con calma, ahogando su tono para tratar de no molestarla demasiado.

Sus ojos cansados brillaron tenuemente y Hinata fue capaz de reconocer el pesar.

Le revisó la frente, una última vez. Las pequeñas caricias sobre su rostro fueron como un consuelo agridulce, difícil de interpretar, pues la miraba como si cuidara de alguien realmente enfermo. No solo físicamente sino también con dolor emocional. Ella le prestaba más atención últimamente y era capaz de imaginarse la razón.

La ninja médico fue comprobando su fiebre, alistándose mientras tanto para marcharse. —Lamento dejarte. —Exclamó mientras se alejaba. —Prometo que solo serán unos minutos…

—No tiene por qué preocuparse, Sakura-san.

—Yo la cuidaré. —Mencionó una voz gruesa que solo la pelinegra fue capaz de entender. Neji Hyuuga, dispuesto sobre la cabecera de la cama de hospital miraba con seriedad a Haruno, quién se sorprendió por unos segundos antes de retroceder más.

—Estaré bien. —Aseguró la heredera. Y sus ojos se encontraron con los blancos y serenos del castaño, concediendo su atención. — ¿Verdad?

La joven sonrió tristemente antes de atravesar la puerta. —Eso es bueno, realmente bueno.

Hinata asintió sin verla retirarse, extrañada por su voz melancólica y su mirada llena de pesar.

—Neji-niisan.

— ¿Sí, Hinata-sama?

—Prométeme que no te irás.

La brisa que llegó del invierno fue cargada de nostalgia, colándose silenciosamente a su habitación por la ventana. Su cuerpo estaba caliente, y sus mejillas manchadas con tinte rojo; la sábana que cubría su cuerpo le resultaba insuficiente para el frío que aminoraba su conciencia.

Su primo prefirió el silencio. Hinata no quiso agregar más.

Aquella persona continuó meciéndola con la ligereza y el cariño que emitían las manos masculinas sobre su cabeza, al andar libres por los negros hilos de su cabello, llenando el anhelo que solo él podría apaciguar.

La abrigaba entre sus brazos, la cobijaba en su pecho, la dejaba soñar.

En silencio, él tomó sus manos, con su tacto caliente tan contrario a la nieve que cae.

—Es muy cálida.

Y la dejó ir…

Entre frases vacías hay juramentos que son fáciles de destruir, y sus palabras, se volvieron ligeras, incapaces de cumplir. Esa noche Hinata pidió que le fuera devuelto el cariño de antaño y se dejó llevar, pues esa persona estaba de vuelta por una noche para escuchar sobre todos aquellos sentimientos de los que jamás se atrevió a hablar, sin entender que el tiempo se agotaba junto a los pensamientos que deseaba volver realidad.

Neji sonrió, percatándose de los ojos preocupados de Sakura tras la puerta, mirando a la heredera buscar su propio calor.

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N/Kou: Me estoy poniendo al día con todas las historias que tengo en fanfiction net y acá no. Son cuatro capítulos y está terminado, subiré cada dos días.