Drabble Noche de cine [Niza | Pokémon Rol]

Nikolah se cruzó de brazos frente al televisor, frunciendo el ceño con intensidad, sin añadir nada más. Liza, sosteniendo el bol de palomitas, se dejó caer en el sofá con tranquilidad.

Se llevó una de ellas a la boca, canturreando una canción para sí misma.

—¿Has terminado ya? —preguntó tras unos segundos, sin alzar la mirada en ningún momento. Nikolah, indignado, decidió acabar aquel pacto de silencio al ver que no estaba funcionando.

—¡Déjame ver esa película! —exclamó, con notoria molestia en la voz.

—Niko, la última vez que vimos algo de este estilo fue un anuncio en la televisión sobre un Herdier al que se olvidaban darle de comer —suspiró, ladeando la cabeza mientras le observaba—. Y necesitaste más de un paquete de pañuelos porque no podías dejar de llorar.

El chico sintió sus mejillas enrojecer con fuerza y bufó sin poder evitarlo, desviando la mirada. Mierda, no tenía un buen historial, a decir verdad. Pero Liza quería ver aquella noche una película triste y él estaba harto de que le impidiese verla a su lado, solo porque luego no podía dejar de darle vueltas. Ya no era solo el hecho de querer hacer más cosas con ella, ¡era su orgullo el que estaba en juego!

¡Nilolah Cruz podía ver una película triste de principio a fin!

—Dame una oportunidad —dijo entonces, resuelto, dejándose caer a su lado sin dejar de cruzar los brazos—. Te prometo que lo conseguiré.

La castaña arrugó la nariz, exasperada, pero decidió ceder al fin al comprobar la hora. No iba a quedarse sin ver la película por su estúpido berrinche.

—Como quieras —se encogió de hombros y pulsó el inicio de la película, mientras tomaba otro puñado de palomitas.

***
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Sorbió por la nariz con disimulo, apretando los ojos para evitar que las lágrimas dejasen de salir a borbotones. Mantuvo su cuerpo recto, procurando que sus espasmos producto del llanto no fuesen perceptibles para la joven apoyada en su hombro. Él podía conseguirlo, demonios. Claro que podía.

Oh no. No, no, no. Ese chico le había hecho galletas a su amigo antes de despedirse. Se acabó, era demasiado.

—...N-No estaba preparado para esto —gimió, entre sollozos ahogados, admitiendo así su derrota. Pero ante su sorpresa, Liza alzó la mirada, sus labios dibujando una tierna sonrisa.

—Lo sé, cielo —susurró en su oído antes de abrazarle, dejando que se desahogase en su hombro mientras acariciaba su cabello con ternura—. Lo sé.

Alcanzó el mando de la televisión y pulsó el botón, cambiando de película a una mucho más alegre. La joven había dejado preparada dicha opción, consciente de lo que sucedería a continuación.

—¿Quieres que vaya a por helado?

Nikolah nego con la cabeza, su respiración calmándose lentamente, abrazándose a ella mientras ocultaba su rostro enrojecido con vergüenza.

—¿Quieres que me quede?

Él asintió. Y la joven, enternecida, no tardó en depositar un beso sobre su cabellera, acurrucándose a su lado.

"No era necesario hacer todo ese esfuerzo para pasar un rato conmigo, bobo."