No te olvides de olvidarme ( Xxxholic)

Capítulo único
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En un principio sólo había oscuridad, pero Watanuki no se detuvo ante nada. Sus pies lo guiaron hacia una cálida luz, y está, terminó por ser una hermosa tienda de deseos.

"¿Pero como sabía que era una tienda de deseos?"

La pregunta sonó una y otra vez en su cabeza sin encontrar respuesta aparente. Quizá fuese suerte, supuso él.

Pero la palabra "suerte" no encajaba muy bien en su vocabulario. "Destino" sonaba mucho mejor.

— ¿Hola?— dijo entrando por una ancha puerta color vino en la entrada.— ¿Hay alguien ahí? — siguió caminando pero no vio a nadie. La tienda estaba vacía.

Completamente e inevitablemente vacía.

Fue por pura curiosidad que se adentró más en la tienda hasta llegar a su parte trasera, y además de ver a una exquisita Luna que antes no estaba allí,vío también una silueta de mujer en contraste a tamaña melancolía.

Su corazón dío un vuelco.

— Así que has venido, Watanuki.— La silueta dijo extasiada. Watanuki no entendió porque parecía tan aliviada o del porque que su alegría le ocasionase algo de dolor.

— ¿ Quién eres? — preguntó arreglando sus gafas y acercándose más a la hermosa silueta. No hizo falta que preguntase como ella lo conocía, porque en el fondo Watanuki ya lo sabía.

— Lo siento, pero eso no puedo decirte. — explicó observándole con sus salvajes ojos rojos. — Eso fue algo que decidiste por libre y espontánea voluntad. — dío una larga calada en su pipa antes de continuar — El camino que escogiste ya no se puede volver a cambiar.

Watanuki asintió con la cabeza mientras la escuchaba. Su voz era hermosa mientras que su largo pelo revoloteaba con descuido sobre su azul Yukata lleno de mariposas. Por un momento, él pensó que eran reales.

— Hermosa noche.— dijo con tranquilidad haciendo que su compañera sonriera más.

— Haz crecido tanto...— suspira algo nostálgica. — Ahora eres aburrido, ya no puedo molestarte como antes. — cruza los brazos dejando a un lado su pipa.

— ¡¿A-ABURRIDo?! — Reacciona más afectado de lo que piensa que estaría.

— ¡Juju! Creo que me engañe.— ella se tapa la boca con una sonrisita maliciosa. — Aún sigues siendo el Watanuki de siempre. — se acerca más a él y Watanuki aparta la mirada. Él aun no puede creer que reaccione de esa forma delante de una desconocida.

Y eso hace que aumente su curiosidad hacia ella. Entonces, la mujer dándose cuenta de ello cambia de tema a propósito.

— ¿Y bien? ¿Que te preocupa?— pregunta alejándose. — No me digas que has peleado otra vez con tú esposo.— Deduce juguetona.

— ¡¿Como sabes sobre eso?!— Chilla de sopetón.

— Soy lista.— responde en un abrir y cerrar de ojos. — Si miras en el diccionario real de la academia Japonesa verás; Que listo es alguien ingenioso, astuto, que tiene habilidad para afrontar y resolver problemas.

— ¿Siempre llevas eso encima?— él la observa sin saber de donde había sacado aquel diccionario.

— ¡Jojojo! Tú esposo se pondrá muy triste al ver que coqueteas conmigo.— y para contrastar su hipótesis permite que su Yukata se abra un poco para que él vea una infinitesima parte de sus curvas, lo que hace que Watanuki se sonroje.

— Yuuko san tú....— Deja escapar un nombre que jamas pensó conocer, lo que hace que la pelinegra lo miré con desconfianza.— Lo siento.— Dice rápidamente como si decir tal nombre no le fuese permitido.

Su corazón se encoje al pensar en ello con detenimiento.

— Ahora entiendo...— Ella habla después de un largo rato en silencio. — Estás aqui porque sabes la verdad, ¿estoy en lo cierto?— Dice enseñandole un pequeño huevo en la palma de su mano. Watanuki lo observa boquiabierto sin decir palabra.

— Si, lo sé.— Responde mirándola a los ojos.

— Así que supongo que debes saber a quien pertenece este huevo y donde está, pero, por extraño que suene en ese exacto momento no te acuerdas de ello, y tampoco de como llegaste aquí. ¿ Sigo estando en lo cierto?— Watanuki asiente otra vez incómodo. Intenta acordarse pero nada le viene en mente. Está todo en blanco.— No te esfuerzes demasiado en acordarte de algo que ya no te pertenece. — la mano derecha de la pelinegra alcanza la cabeza de Watanuki y descansa perezosamente allí.— El pago una vez hecho no puede deshacerse. Una vez que pierdes algo, esta perdido para siempre.

Ella sonríe antes de besarle cálidamente la frente con amabilidad, y aunque nunca llorase, su silencio valía mucho más que mares de lágrimas.

Watanuki tampoco lloró. Quizá por el hecho que no la conociese o....quién sabe.

—¿ Esto es un sueño,verdad?— pregunta después de ver la mano de ella alejarse de su pelo.

Manos frías...

— No, no es del todo un sueño.— dice pícara.— Pero tampoco es real.

— ¿Porque estoy aquí entonces?— pregunta sin saber que decir.

— ¿No te lo dije? Estás loquito por mis huesos.—hace que el huevo desaparezca de sus manos mientras se levanta con ironía. Era una broma, aunque Watanuki estuviese rojo como una amapola.— Que divertido eres ¡Wa-ta-nu-ki-kun!

—¡ Venga ya! D-Deja de molestarme. — Se levanta también siguiendola hacia dentro. Algo muy dentro suyo desea pasar más rato con ella, pero, sabe que no puede. — ¿Te veré otra vez?— Pregunta al ver como se detiene delante suyo.

No se gira para mirarlo.

— No creo que lo hagas.— responde.— Porque es así como lo deseaste.— Con rapidez se gira y lo alcanza en un largo abrazo. Pero eso a Watanuki no le afecta del mismo modo que lo hizo a ella. — Tú deseo acaba de ser concedido, Watanuki. Estoy muy orgullosa de ti.

Lentamente la tienda empieza a mancharse de negro, y la mujer que lo abraza también. No, no se están manchando sino que desapareciendo.

— ¡Espera!— gritó confuso sin entender que pasaba.— ¡Puedo ayudarte!

— No, ya hiciste lo suficiente.— ella garantizó con una sonrisa más bien triste.— Y Watanuki, no te olvides de olvidarme.

Después de estas ultimas palabras Watanuki se despertó del largo sueño. Maru y Moro estaban de su lado y Mokona también.

— ¿Es un hermoso día, verdad?— dijo soñoliento aunque apenas viese los rayos de sol reflejarsse en la ventana. Se sentía bien después de un largo tiempo.

— Sip, watanuki. Hace un dia hermoso. — Mokona asiente, aunque supiese que el cielo estaba de un color nublado por la constante lluvia de diciembre.

Maru y Moro asintieron en conjunto mientras tarareaban "Amo" con voces cantarinas. Y así, haciendo que la falta de Yuuko-san pasase desapercibida.

.......
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El deseo que él pidió y que ahora se olvidó, estará perdido para siempre.

Pero, al menos tuvo la fuerza suficiente para desear olvidarla por si mismo sin la ayuda de alguien más.Porque aceptó olvidarla con una única condición: que ella pudiera reencarnarse.

Y por lo visto, su cariño,amor y paciencia fue el precio justo. ¿Así que porque no decirlo?

Valió la pena conservar esos sentimientos por tanto tiempo para que el cambio fuese equivalente.

Sólo es una lástima que el Watanuki de ahora no fuese capaz de vislumbrar su propio milagro....