de Inuyasha - No me dejes [Song-Fic]

No me dejes [Song-Fic]

Dime ¿porque lloras?​

De felicidad.
Y ¿porque te ahogas?
Por la soledad.​

Los cabellos plateados ondeaban con el viento, su expresión serena se mantenía y no dejaba florar sentimiento que diera alguna pista de lo que pasaba por su cabeza. La chica que lo acompañaba lo miraba con el ceño fruncido, ¿Cómo se comportaba así en ese momento? ¡Ah! claro, hablábamos del “Señor de hielo” –bufó molesta- sólo él lograba mantener esa expresión hasta en los momentos más duros, incluso cuando le acaba de confesar que le quedaba poco de vida. Este último pensamiento la hace bajar la cabeza tristemente.

Di ¿porque me tomas​

Fuerte así, mis manos
Y tus pensamientos
Te van llevando?​

Acaricia con sus delicados dedos aquella palma varonil, se encontraba fría, en pleno verano. Suspira, entrelazando los dedos con los de su acompañante que miraba el paisaje, un hermoso atardecer, que se apreciaba desde esa banca en el parque.

Yo te quiero tanto.​

Y ¿porque será?
Loco testarudo,
No lo dudes mas.​

-¿Por qué estás aquí?- Cuestiona de repente fijando sus orbes dorados en ella.

-¿Qué?- Dice confundida.

-¿Por qué estás aquí, a mi lado?- Observa detalladamente cada una de las expresiones de la chica de cabello azabache. Sus ojos color chocolate se cierran unos momentos y el viento sopla un poco moviendo los largos cabellos de ambos, los vuelve a abrir mostrando en ellos un brillo especial, algo... mágico.​

Aunque en el futuro​

Haya un muro enorme
Yo no tengo miedo
Quiero enamorarme.​

-Porque quiero- Responde unos segundos después. –Quiero estar a tu lado– Aprieta su mano –Como siempre lo he estado- Completa sonriente.

-Kagome- Murmura apreciando la silueta de la chica. -¿Quieres estar conmigo aún sabiendo que...?- Pregunta en un susurro viendo las manos entrelazadas.

No me ames​

Porque pienses
Que parezco diferente.
Tu no piensas que es lo justo
Ver pasar el tiempo juntos​

–Sesshômaru- Llama, levantando con un dedo la cara del ojidorado, logrando que la vea directo a los ojos. –Déjame permanecer a tu lado- Desvía su mirada al horizonte y observa los colores que se forman con cierta nostalgia.

No me ames​

Que comprendo
La mentira que seria​

Los ojos dorados que regularmente se encontraban inexpresivos, ahora mostraban una pizca de confusión ¿Por qué insistía en quedarse con el hasta el final?, ¿No le importaba?, ¿Y Por qué no quería dejarla ir? Miraba embelesado como el viento jugaba con los cabellos azabaches, tal vez, solo tal vez, Kagome era el ángel que necesitaba en su vida.

Si tu amor no merezco​

No me ames
Mas quédate otro día​

Se sintió observada, volteó y se encontró con unos ojos dorados, con los que fueron su perdición. Nunca supo cuando pasó, cuando se quiso dar cuenta estaba perdidamente enamorada del que fue su amigo de infancia. Lo conocía como la palma de su mano. Y ahora que un maldito cáncer lo quería a apartar de su lado, ella estaría ahí, sujetando su mano y brindándole todo su amor.

No me ames, porque estoy perdido​

Porque cambie el mundo
Porque es el destino.
Porque no se puede, somos un espejo
Y tu así serias
Lo que yo de mi reflejo.​

-No quiero arrastrarte conmigo, Kagome- Comenta dolido.

Sonríe tiernamente. Su otra mano va a parar a la mejilla del peliplateado donde la acaricia suavemente. -¿Cuántas veces voy a tener que repetirlo, Sesshômaru?-

No me ames​

Para estar muriendo
Dentro de una guerra
Llena de arrepentimientos.​

-Lo suficiente como para que te haga cambiar de opinión- Cierra los ojos y pone su mano encima de la de la chica. Una pequeña pero sincera sonrisa se forma en su rostro.

Ríe divertida. Si era así tendría que repetírselo todos los días.

No me ames​

Para estar en tierra
Quiero alzar el vuelo
Con tu gran amor
Por el azul del cielo.​

-Vámonos- Se levanta justo cuando terminaba el espectáculo de luces dando paso a la oscuridad de la noche. Jala al chico con ella invitándolo a pararse.

-¿A dónde?- Pregunta curioso, con ella nunca se sabía.

-La noche es joven- Responde con una enigmática sonrisa.

No se que decirte.​

Esa es la verdad.
Si la gente quiere
Sabe lastimar.​

Momentos después paseaban por un pequeño sendero rodeado de hermosas flores de cerezo a la luz de la luna, aquel astro que se parecía tanto a su querido peliplateado. Tomados de la mano, caminaban sin prisa, relajados, sólo disfrutando de la compañía del otro; la brisa nocturna agitaba las ramas de los árboles desprendiendo algunas de las flores, juntas jugaban con los cabellos de los jóvenes.

-Aquí pasábamos las tardes cuando éramos niños ¿Recuerdas?-

- ¡Sessho, vamos al lago! – No quiero – Vamos, porfa – Que no – Eres un aburrido cara de hielo - ... - ... – Está bien, vamos, pero no me pongas esa cara - ¡Sí! –

Tu y yo partiremos​

Ellos no se mueven
Pero en este cielo
Sola no me dejes.​

Las risas infantiles estaban en su cabeza, recuerdos, experiencias que compartieron, algunas alegres y otras no tanto. Se detiene y lo abraza. - ¿Por qué tiene que ser así? - Hunde la cabeza en su pecho.

-No lo sé, pequeña- Menciona mientras corresponde el abrazo. Pone una mano en la espalda y la otra la acomoda entre los cabellos azabaches iniciando un suave movimiento. – No lo sé– Termina en un susurro y la atrae más a su cuerpo.

No me dejes, no me dejes,​

No me escuches
Si te digo "No me ames".
No me dejes, no desarmes,
Mi corazón con ese "No me ames".​

Lágrimas escapaban de sus ojos color chocolate mojando el atuendo del peliplateado. Con la vista nublada por el llanto sube hasta encontrarse con los ojos dorados de él. Ambos se pierden en la mirada del otro sin ser de verdad conscientes del hecho; poco a poco la distancia entre los dos se hace más escasa mientras cerraban los ojos. Terminan el recorrido uniéndose en un dulce beso esperado durante años por los dos. Se separan y en sus labios se asoma una pequeña sonrisa, corren de la mano hacia la salida del lugar dejando recuerdos en el camino.

No me ames, te lo ruego​

Mi amargura déjame.
Sabes bien, que no puedo
Que es inútil
Que siempre te amare.​

El sol entraba por entre las cortinas que ondeaban por el viento en aquella habitación. La joven miraba extasiada la cabellera plateada, la luz de la mañana le daba un toque angelical al rostro de su amado. Respiraba tranquilo y su semblante se mantenía sereno -Como si no pasara nada.- Murmura con amargura.

-Te amo– Dice en un susurro mientras se entrega de nuevo al mundo de los sueños.

No me ames​

Pues te haré sufrir
Con este corazón que
Se lleno de mil inviernos.​

Despertó a tiempo para escuchar el murmullo de la chica a su lado. En su rostro se asoma una diminuta sonrisa mientras retira el mechón de cabello azabache que interrumpía su vista del rostro su Kagome –Que bien sonaba eso– Piensa. Sus dedos delineaban la silueta de la chica que ahora estaba en su lado, la chica que al final le había enseñado lo que es amar, la que traspaso la barrera de hielo y logró entrar en su corazón.

-Gracias- Murmura, se acerca lentamente y le roba un beso que fue torpemente correspondido entre sueños. –Te amo, Kagome– Cierra sus ojos y suspira cansado, se recuesta nuevamente al lado de la pelinegra. Ya era hora.

No me ames​

Para así olvidarte
De tus días grises
Quiero que me ames
Solo por amarme.​

La chica de cabello azabache despierta lentamente, sus ojos se abren pero permanece en la misma posición viendo el rostro sereno del hombre a su lado -forma una triste sonrisa- tan lleno de paz.

Sesshômaru…

No me ames​

Tu y yo volaremos
Uno con el otro
Y seguiremos siempre juntos.​

El sol en todo su esplendor y ella ahí con ropa negra en medio de un hermoso campo, un campo de paz. Mira con detenimiento las flores, rosas blancas, eran sus favoritas, muy parecidas a él.

-Seis años- Se arrodilla y deposita las rosas en frente de una roca finamente tallada, una lápida, la tumba de su amado. Unos minutos después siente una presencia detrás de ella. – Pensé que esperarías en el auto - Menciona.

-No me gusta esperar- Contesta simplemente mientras se pone a su lado.

Ella mira al recién llegado, cabello plateado y largo, ojos de un color dorado, la misma imagen de Sesshomaru... pero en el cuerpo de un niño de cinco años.

Este amor es como el sol que sale​

Tras de la tormenta
Como dos cometas
En la misma estela.​

Se quedan unos minutos más mirando la tumba, ella, con la nostalgia reflejada en sus ojos y él, con la tristeza en su interior de no conocerlo, no haber podido conocer a su padre.

-Vamos, Sesshy- Se levanta y empieza a caminar. El niño se queda mirando la rosa que mantenía en sus manos, se acerca y la coloca junto a las demás. Corre detrás de Kagome y cuando la alcanza toma su mano fuertemente. Ambos sonríen cuando el viento con algunas flores de cerezo mueve suavemente sus cabellos.

No me ames​

No me ames
No me ames​

En una pequeña colina cercana había un gran árbol, lleno de flores de cerezo mecidas por el viento. Una figura blanca se encontraba apoyada en el tronco, en sus manos una pequeña flor sobresalía. – Llévala a ella – Murmura cuando una pequeña brisa la aleja de sus manos.

- Siempre estaré con ustedes - Dice mientras empieza a caminar hacia las dos figuras en el horizonte donde la más grande observaba una pequeña flor con una tierna sonrisa. Mensaje captado.

===========================​

Por mas que lo edite sigue con esos espacios, me saco la rabia u.ú

Bueno, en fin, este es mi más reciente fic.
Para el concurso de Song-Fics de la Serie Inuyasha. Tercer lugar *o*

 

Re: No me dejes [Song-Fic]

Muchas gracias por sus comentarios.

Me alegra que les gustara.

Pero agradeceria que no hagan Spam, ya borraron unos post hace días por eso.

¡Sayonara!