No hay más que ahora [Torneo]

Tema en 'Relatos' iniciado por Cygnus, 9 Julio 2013.

  1.  
    Cygnus

    Cygnus Maestre Usuario VIP Comentarista destacado

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    Título:
    No hay más que ahora [Torneo]
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Tragedia
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    2489
    No se me ocurrió demasiado, espero no haber forzado la idea.


    ___


    —Es lo que me aconsejan mis amistades —le dijo él—. Que te deje, que no debo estar contigo. Yo no creo que estén tan equivocadas, después de todo.
    —¿Qué quieres decir con eso? —le replicó la joven, espantada.
    —Yo no quiero hacerlo, es decir, yo no deseo abandonarte. A veces te confundes demasiado, pero yo te amo. Simplemente, creo que esto no está avanzando en la dirección correcta y yo me siento bastante desafortunado de tener que vivir situaciones que no ameritan este amor. No sé, todo es tan confuso. Y con lo que me dicen los demás, ese temor incierto se acrecenta.

    Ella respingó, tenía las lágrimas casi escurriéndose, pero discretamente se pasaba el dorso de la mano por su rostro para amenazarlas con limpiarlas en caso de que quisieran salir.

    —Estás equivocado, Danny. Nada es como lo piensas. Estás muy aferrado a lo que tus amigas dicen...
    —Probablemente, Margarita —contestó, con el espasmo del enfado en la garganta.
    —¿Por qué insistes tanto en que te fui infiel con Alberto? ¿Qué pruebas tienes de ello? Sólo es lo que tú imaginas... y es realmente falso.
    —¿Y entonces qué motivos tenías de ir a verlo? ¡Dime! ¿Acaso yo estoy aquí pintado?
    —No, no lo estás. Danny, tú sabes que tú eres el único hombre para mí. Mis ojos existen para contemplarte y mi corazón para amarte.
    —Y entonces Alberto, ¿qué? Yo sé que sigues sintiendo algo por él. Ya me lo has dicho antes, me lo has insinuado accidentalmente. Has dicho que no lo olvidas del todo. Sabes que me molesta el simple hecho de que él te mande mensajes, aunque no se los respondas. Algo me hace pensar que aún continúas suspirando por él.
    —Ya te lo dije, estás muy equivocado —dijo ella, seria—. ¿Por qué estaría confundida? Realmente estoy enamorada de ti, no existe ninguna otra opción a la que gire la vista mi corazón. Es tuyo, te lo he entregado. Ya te dije que estoy de acuerdo con tu plan de que nos fuguemos juntos. Mi madre nunca sabrá que me he ido contigo, no te conoce. Y estamos en pie con ese plan. No hay nada que temer, amado Danny. Estoy contigo.

    Él la miró con un toque de desprecio. Sí, estaba con él, y ambos se amaban, ¿pero por qué las cosas tenían que ser de esa manera? Él odiaba tener esa clase de estorbos en su camino. Alberto, un ex-novio del año pasado de su pareja, continuaba en el camino. No tenía ninguna clase de dudas que el idiota ese quería regresar con su pareja a como diera lugar. Hacía no mucho tiempo que había descubierto en el teléfono celular de su novia el mensaje “Somos el uno para el otro, Margarita. Por favor regresa, no puedo existir sin ti, y aunque te mientas, nadie te amará como yo”, enviado por el mismo miserable número telefónico del sujeto en cuestión.
    Danny apretó la mandíbula y la miró displiscente. A pesar de que la amaba profundamente, había demasiadas cosas que le molestaban, le incomodaban profundamente.

    —Él te sigue amando. Y tú lo sigues complaciendo en verlo.
    —Ésa es una gran mentira, él ya no me ama. Han pasado por lo menos nueve meses desde que yo terminé con esa relación, ¡y fui yo quien le puso el alto! ¡No quería seguir con un sujeto que no me daba el suficiente interés y cariño! El cual lo encontré en ti...
    —¿Y entonces qué significaba aquel mensaje que yo te mostré de tu teléfono? Te comprobé en aquella ocasión que el idiota sigue soñando contigo...
    —No le digas idiota —respondió Margarita, con un toque de amargura—. Si bien es parte del pasado, ya no quiere nada conmigo. Ese mensaje me lo mandó hace cinco meses. En serio, él ya lo superó y sólo desea mi amistad.
    —¡Amistad que me molesta que le otorgues, mujer! —exclamó encolerizado Danny—. No me gusta estarle dando vueltas al asunto. Aquí estoy yo, ¿no es así? ¿Y no te doy el suficiente amor como para que estés todavía compartiendo tu tiempo con él?

    Los bellos ojos verdes de la joven se posaron en su amado con suavidad, y trató de responder con calma.

    —Me lo das. Me das todo el amor que yo pude haber pedido. Pero con él no estoy compartiendo mi tiempo. Sólo lo vi hoy, tenía unas cosas de su vida que contarme, Danny. Nada malo, en serio.
    —Me ha dicho Elena que eso es un evidente mal signo. Y yo... yo no me muestro completamente seguro. Vamos, ¿no entiendes que me hiere? —preguntó Danny, muy molesto—. Me hiere que lo veas.
    —¡Es porque en todo le haces caso a Elena! Es tu consejera —replicó Margarita, con un sobrio sabor áspero en la garganta—. No me escuchas a mí, Danny, ¡a tu novia! Prefieres escucharla a ella, a que te suelte todo el veneno que puede contener su boca y su lengua. No es justo. Te he dicho ya varias veces que Alberto sólo necesitaba decirme algunas cosas. Sí, fuimos a pasear al parque pero te lo dije desde antes. Dimos una vuelta, me contó sobre sus nuevos estudios, cambió de universidad y se siente inadaptado en clases. Todo eso, Danny. En serio, no tienes por qué preocuparte. ¡Yo no lo veo todo el tiempo! Y las veces que desee verme, ¿por qué negarle el favor? Él no tiene más amigos... y no veo razón por la cual mostrarme grosera y decirle que no, negarle mi compañía.

    Danny se mordió el labio con ira contenida.

    —¿Y yo no soy suficiente razón acaso, mujer? Te he dicho mil veces que no lo veas. Él ya no está en tu relación, ahora soy yo tu novio en turno y, francamente, me incomoda que trates de conservar relación con ambos. Vas a tener que decidirte, y lo vas a hacer ya. ¿Él o yo?

    Margarita lo vio con tintes de decepción.

    —No es justo, Danny, no es justo. Es mi vida y realmente debo hacer lo que yo desee con ella, mientras no afecte nuestra relación. Y en ningún momento te he sido infiel ni he contemplado la mínima posibilidad de serlo. Alberto no es más que un amigo ya, un amigo lejano, por cierto, dado que nunca nos vemos ni nos hablamos. Hasta ahora.
    —¿Y sabes lo que me dijo Elena? Que si la mujer sigue viendo a su ex-novio es porque aún desea algo con él, que no lo puede superar. Supongo, entonces, que yo no soy razón suficiente o ejerzo la suficiente influencia como para que lo olvides. Mejor dime que mi amor es insuficiente y vete con él, mujer.
    —Elena... Elena te dice eso para que me dejes y ella se vaya contigo —masculló Margarita, ya con lágrimas en los ojos que no apetecía contener—. Y no te das cuenta, ¿crees que a mí no me hiere que tengas una admiradora? Pero lo que he deseado es alimentar nuestra relación, amarte sólo a ti y sentirme amada por tus palabras, por tus besos, por tus detalles, que lo son todo para mí. No deberías tirar todo por la borda.

    Hizo una pausa en la que hubo un breve momento silencioso e incómodo, y para romperlo suspiró pesadamente, luego continuó.

    —Danny, yo no voy a dejar de ver a Alberto. No le hablo por mi cuenta, pero no tengo por qué abandonarlo si él requiere mi ayuda o mi presencia. Ya te lo he dicho, no tiene amigos y yo soy la única con la que cuenta. No sé si él ya lo haya superado o no, eso es cierto, pero por lo menos te puedo asegurar que yo ya olvidé todas las cosas que pasamos juntos, que ahora sólo estoy contigo, que tú eres mi presente, ¿no te das cuenta? Amor, no hay más que ahora.

    —Si no hay más que ahora... entonces no lo acepto. Estás aferrada en echar a perder nuestra relación metiendo a ese tipo a modo de cuña entre nosotros. No lo puedes dejar en paz. Y no vuelvas a meter a Elena en esto.
    —Si tú eres el que la metiendo, Danny, al decir que ella te aconseja...
    —¡Sí! Me aconseja, por ser amiga mía. Le cuento las cosas que me ocurren, dado que a ti no te puedo decir nada porque enseguida te da por llorar, una desgracia. Le cuento cosas y por supuesto que me aconseja, porque se lo permito. Y no lo hace por ser mi admiradora, lo hace porque me tiene aprecio y sabe que no me conviene estar en una relación a medias tintas. ¿Nueve meses, dices? ¡Hace nueve meses que lo dejaste y sigues pensando en él! Y de no ser así... ¿te das cuenta que sólo le estás dando ilusiones? Puedo apostarte cualquier cosa a que él todavía sigue enamorado de ti, por eso te ve, por eso gusta de hablarte. Y tú dándole alas, viéndolo a solas, ¡un día te va a robar un beso, y entonces me conocerás furioso, como nunca me has visto!

    Margarita sollozó.

    —Estás tan equivocado —dijo ella, y una lágrima resbaló por su mejilla—. No sé qué más quieres de mí. ¿Privarme de la libertad? ¿Gobernar mi vida? ¿Hacerme tu esclava? Ya no puedo tener amigos. Sea el pasado que sea con Alberto, él no puede ser mi amigo porque tú eres como mi señor y amo. Tú decides con quién me veo y con quién no. No te basta todo el amor que te doy.

    Danny apretó los puños, estaba encolerizado de verdad. No podía creer que, bajo su perspectiva, su novia no fuera capaz de dejar al sujeto que a él incomodaba, por sus caprichos. Estaba harto de la situación.

    —Entonces no vamos a continuar así —dijo él, con amargura—. Porque tú no eres capaz de separar las cosas. Me tienes harto con tu Alberto, al que he tenido que soportar todo el tiempo que llevo contigo a pesar de que han pasado nueve largos meses. Él debería ser parte del pasado, ¡es más! Él nunca debió existir. Así de simple.
    —Danny, él es parte del pasado, como dices. Tú eres mi presente, mi todo —replicó ella por última vez—. Date cuenta de lo que quieres perder gracias a tus creencias y a tu amiguita Elena.
    —¡Y a tu amiguito Alberto! ¡Al que seguro le debes todo! —gritó Danny furioso, y luego agregó—. ¡Márchate, márchate de aquí! Ya pensaré lo que voy a resolver de esta situación, mientras tanto largo de mi casa. ¡Fuera!

    Ella sólo asintió, no dijo más. Bajó la cabeza, se frotó las manos levemente, dejo que escurrieran las lágrimas y mordió sus labios con ácida convicción. Sentía frío, pero no podía hacer nada para remediarlo. Las lágrimas brotaban una tras otra y seguían el camino impuesto por la anterior.
    Dio media vuelta y no quiso devolver la mirada a su amado.
    Quizá las cosas se arreglarían más noche. No era raro que después de un altercado él la llamara antes de las doce, cuando iban a dormir, para tratar de hacer las paces. Era una rutina casi, sólo que esta vez él había ido más allá. Básicamente había dicho que no le importaba su decisión de seguir a su lado o no.

    Caminó despacio Margarita hacia la salida, por el porche de la casa, y se detuvo en la banqueta a ver la luz de la luna, por si acaso ella le tenía alguna respuesta. Su novio ya no era el de antes, se había dejado influenciar demasiado por su amiguita del alma, Elena, y sus consejos nefastos para terminar la relación. Además, ese hombre le daba demasiada importancia al pasado que conservaba ella misma. Anduvo con Alberto, y gracias a eso, Danny se ponía histérico cada vez que escuchaba ese simple nombre.

    —A veces desearía nunca haber conocido a Alberto —murmuró Margarita hacia la nada—. Sólo así, Danny me amaría como soy, sin ningún obstáculo. Pero le importa demasiado mi pasado, le afecta de sobremanera. Es capaz de dejarme ir, sólo porque estuve con otro hombre antes que él, y porque aún le conservo algo de cariño desinteresado, como persona.

    —¡Ya vete! —le gritó Danny desde la puerta de su casa, apurándola para que cruzara la calle y abandonara cualquier ángulo visible desde su ventana.

    Tales palabras fueron pedradas para el corazón de la bella y sensible joven.
    Cruzó la calle cabizbaja, sin voltear a ningún lado, con la premisa de ser una mejor novia y tratar de borrar el pasado de alguna manera. Tenía que dejar de ver a Alberto, tenía que complacer a Danny, tenía que pasear sólo con él, tenía que abandonar a cualquier amigo, tenía que... tenía que...

    Entre meditaciones, un automóvil arrolló sus ideas y su humanidad.

    El chirrido de las llantas fue demasiado tardío. Un impacto sordo se escuchó a través de tres cuadras, una lámina delantera doblada y un cuerpo femenino desfallecido a tres metros del accidente.

    La puerta del auto se abrió de golpe, brotando de ella un rostro pasmado y boquiabierto. No era más que una humilde mujer la que conducía el auto desafortunado. Hacía señas, gestos y ademanes, sin que pudiera brotar palabra alguna de su boca.
    La gente se asomó al instante; surgieron mil cabezas de mil ventanas. Expresiones de asombro y de horror no se hicieron esperar entre los curiosos espectadores que, ajenos a la situación, no bajaban a ayudar a la desgraciada jovencita.

    —Yo... yo.. yo... —sólo atinaba a repetir la humilde mujer, cubriéndose la boca con la temblorosa mano derecha.

    Danny desde la puerta, se desorbitaba los ojos, y la quijada le caía por lo bajo.
    ¡Su Margarita!
    Los pies los tenía atornillados al piso, las rodillas le temblaban y amenazaban con derrumbarlo. No era siquiera capaz de correr al lado de su joven novia.

    El cuerpo desfallecido presentaba contorsiones grotescas. Un hilo de sangre comenzó a salir de su cabeza, y otro le siguió. Los espasmos de su estómago, demasiado violentos, comenzaban a disminuir a medida que los curiosos, al fin, se acercaban a la triste escena. Para cuando todos hubieron llegado al lugar, la joven Margarita había cesado de respirar por completo.

    Danny no podía creer que lo último que le había dicho a su novia era que se largara de su casa. Ni siquiera acertaba a ir a ayudar a la accidentada. Estaba inmóvil, paralizado en la puerta.
    Ya podía estar feliz de dejar de vivir en el pasado.


    ___

    Bueno, eso es todo. Creo que se entiende la idea, la inclusión de la premisa "no hay más que ahora" se hace evidente en el momento en que Danny perdió todo gracias a su insistencia en el pasado, sin darse cuenta que tenía un tesoro en las manos que dejó ir gracias a su necedad, despidiéndola con las palabras más crudas de su repertorio.

    Saludos!
     
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  2.  
    Keilani

    Keilani Usuario popular Comentarista empedernido

    Libra
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    Odie como peleaban por terceros una y otra vez en tu historia, creo que el final fue sorpresivo cofnoleíelgénerocof así que me tomó desprevenida el final, es porque ella se sabía inocente y él... bueno, no lo culpo de ser celoso, pero sí de insistir en que dejara de hablar con su amigo.

    Me gusta la narración, no vi faltas ortográficas, aunque tampoco creo verlas a la una de la mañana xD, y solo añadir que a manera personal los personajes me desesperaron en su discusión, al final sentí que aquello era relleno para que esto alcanzara las palabras requeridas en un one-shot, pero quizás sea cosa mía.

    El comentario de la frase lo encuentro acertado para la juez (?) y bueno, no sé que más decir... tengo sueño (?) loool... sí e.e, bueno, buen trabajo y te ha quedado bien para haberlo hecho con una frase cliché. Lol.. sí, todas las frases me decían cliché en todas partes xD.
     
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  3.  
    Robin

    Robin Iniciado

    Géminis
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    Realmente nunca sé por dónde comenzar, pero como dicen por ahí, es recomendable hacerlo por el principio.

    Empecemos con lo superficial, en un inicio lo que llama la atención es el nombre del fic; pero con una pelea desde el comienzo te quedas con la duda de "qué sucedió antes?" por lo que no le encuentras sentido y tratas de ligar las escenas y los diálogos para entender en dónde tiene cabida el título, al principio me abrumó tantos celos, quizá porque la situación que marcaste es más real de lo que se imagina, ¡porque pasa!, y qué decir en estos tiempos con tantas "amiguitas" y "amiguitos" brotando por todas partes.

    La narrativa es agradable, no necesitaste tantas descripciones entre los diálogos para darnos una idea de lo que la pobre Margarita sentía: impotencia. Y como ya le había dicho por aparte, ¡Usa guiones largos!, tal vez crea que no es la gran cosa, pero para mi sí, últimamente se ve en muchos fics donde los escritores no los usan y lo peor del caso: no saben como usarlos al igual que sus reglas. Usted hizo todo de manera acogedora con su estilo, al principio me frustró la personalidad pasiva de la chica, y la terquedad del muchacho, pero eso es bueno, significa que el autor hace bien su trabajo.

    Nada que decir de la ortografía, no se preocupe que no le invalidaremos el fic (xD), no encontré nada porque estaba más atenta en saber que sucedería después, a medida que avanza la pelea el lector se adentra más y más en la lectura. No requirió de tanta descripción ambiental porque no era necesario, el accidente me angustió, sentí el remordimiento de Danny y estoy segura que la culpabilidad es algo que en la vida se la pasará, es más, me había olvidado del título —que fue lo que me llamó la atención hasta que lo mencionó en sus notas— con el sentimiento de zozobra que me abrumó.

    El final fue un poco previsto por el género de "tragedia", aunque al principio pensé que Margarita se suicidaría o que Danny la encontraría colgada en una bañera, al final murió pero no como yo creía.

    Punto a favor: Redacción/narrativa, coherencia escenas reales.

    Puntos en contra: Un poco forzado los diálogos en medio de la pelea, sólo en algunos que son extensos con exceso de dramatismo e "indignación" por parte del chico. Fuera de eso, nada.

    Interesante y bien redactado, lo fundamental para un buen escrito. ¿Dónde le doy +10?
     
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  4.  
    Estrella Solitaria

    Estrella Solitaria Lady star

    Acuario
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    Escritora
    Hola, me gusto la historia ya que es muy apegado a la realidad de algunas parejas de hoy en día, muchos celos por parte de Danny debido a su inseguridad, y miedo a que ella le fuera infiel con su ex en cierta parte tenía razón al reclamarle sin embargo se dejo llevar por los comentarios de personas externas a la relación lo que enseña que no hay que juzgar la situación sin haberlo comprobado y debió confiar más en Margarita como su pareja. Por parte de ella me parece que al no querer lastimar a ambos finalmente se lastimo a ella misma, pero la actitud de Danny al sacarla de su casa fue lamentable y llena de emociones. El final fue muy sorpresivo aunque explica perfectamente el nombre de la historia. Me conmovió mucho, la ortografía perfecta al igual que la narrativa y no me molestaron los diálogos largos, entendí e imaginé mejor la situación gracias a eso.


    Saludos!!
     
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  5.  
    Arleet

    Arleet Fanático

    Aries
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    Me da lástima ver como algunas parejas se desmoronan por lo celos y esas pequeñas reuniones con gente del pasado. Como un simple nombre puede hacer que alguno de ellos dos termine enojado y con ganas de pelear, como ese sentimiento traicionero puede hacer surgir las peores caras de cada uno.

    Me gustó el como narraste. El simple hecho de que comenzarás por la pelea y no por lo que la ocasionó, generó en mi intriga y curiosidad. Deseaba saber porque ellos se habían peleado, qué había hecho surgir una discusión de tal magnitud.

    Hubo una parte en especial:


    Esa parte sonó un tanto rara. Siento que el nombre ahí quedó de más, o quizás debiste haberlo puesto de una forma distinta. Aunque quisiera aclarar, no fue un impedimento para que comprendiera sino el simple hecho de que, a mi parecer, sonó un poco raro.

    Me gustó el final. Genera lástima por la chica y odio por él. Ella no merecía morir, y estoy segura de que si él no la hubiera echado seguiría viva. Él la corrió, no le interesó sus sentimientos ni lo que le podría pasar al caminar del modo en que ella lo hacía: perdida en sus pensamientos.

    Quizás, él obtuvo lo que más deseaba:

    Seguir adelante, dejando el pasado atrás.
     
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