Verso Libre No era sangre, sino poesía

El mundo finalmente había ganado.
Con los deshechos de tu alma
se hizo un trofeo y lo ubicó en la zona
más lejana de la estantería.

Pero todavía te quedaba algo.
Y el mundo lo quería también.
Él siempre lo quiere todo.
Todo.
Todo.
Todo.
Todo.
Hasta no quedar nada.

El primer golpe fue el más doloroso.
Casi dejaste de existir.
Entonces vino otro después.
Y otro.
Y otro.
Apenas podías respirar.
El mundo se regocijaba en ello.
Otro golpe más se escuchó.

Además del alma te quería
corromper el cuerpo.
Tu único hogar.

La herida fue kilométrica,
pero más grande ha sido tu sonrisa.
El mundo no lo entendió.

Él había ganado. ¿Así que por qué
la risa?

Porqué tú ya no tenías nada que perder.

Él te golpeó más fuerte.
La sangre empezó a fluir.

Hiciste del liquido carmesí tinta para
escribir.

El mundo te miró con desconcierto.
Tu también le miraste a él.

Entonces preguntó por la sangre.
¿Qué sangre? Respondiste.

Aquello era poesía.