One-shot Nightmare | FF:CS

Tema en 'Mesa de Fanfics' iniciado por Yugen, 24 Septiembre 2022.

  1.  
    Yugen

    Yugen D e p r e s s e d | m e s s

    Piscis
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    Escritora
    Título:
    Nightmare | FF:CS
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Drama
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    2112
    Título: Nightmare
    Fandom: Final Fantasy: Crimson Sky
    Personajes: Aura Goldenflare y Fauna Van'Chamat.
    Summary: Se miró las manos temblorosas y con un gemido de angustia ocultó el rostro entre ellas. Lo peor era que incluso después de todo, no tenía una respuesta a esa pregunta.
    Notas: Yuri. Subtext y no correspondido, pero shuri a fin de cuentas :D (?)


    Holi Suzaku-kun uvu


    Oscuridad.

    Eso es todo lo que pudo ver al abrir los ojos. Una oscuridad insondable. Un aire frío le reptaba la piel y le calaba hasta los huesos.

    Trató de moverse pero se dio cuenta de que no podía hacerlo. Sus manos tras su espalda estabas atadas y ella estaba de rodillas, en algún lugar que no podía identificar. Pero sabía que no había naturaleza en los alrededores. La tierra estaba seca. Desprovista de vida.


    No era un suelo natural.

    En el ambiente pesaba una sensación ominosa y extraña. Era como estar ante un peligro inminente. Como la sensación que tendría una presa ante un depredador.

    Así se sentía ella misma.

    Vulnerable. Indefensa.

    —Creo que esto te queda bien ¿no crees?


    Su voz cruzó el silencio como una flecha helada. Hizo eco en las paredes cerradas y reverbó sobre su cuerpo como una suerte de espejo.

    Fauna separó los labios y volvió a cerrarlos. Reconocería esa voz en cualquier parte.


    Esa voz fría, vacía. Pero no era el vacío ni la frialdad que había tenido la propia en algún momento, era la que tendría alguien que se sentía y se sabía superior. Había en ella también cierto tono condescendiente.

    Y entendió porque sentía esa pesadez en el cuello.

    —¿Por qué... haces esto?

    El perfecto rostro de Aura hizo una mueca de aburrimiento.

    —Fauna... estoy cansada de que no entiendas nada ¿sabes?—replicó—. Es sencillo. Tú me sirves de guía, para mis propósitos y yo soy tu amiga. ¿No es eso lo que quieres?

    —Tu amistad falsa y vacía no vale nada para mí.

    Le siguió el silencio. Captó movimiento y después la luz regresó. Aura le había quitado la venda de los ojos.

    Y pudo verla, allí frente a ella. Con sus gélidos ojos azules y su cabello pelirrojo rodeada de una ominosa aura de magnificencia. Era como estar en presencia de un dios.

    Un
    dios vengativo y tiránico.

    —Ah, esa expresión—dijo al descubrir sus ojos—. Me recuerda a los mismos ojos vacíos que tenías antes. Déjame decirte, querida... que te queda muy bien.


    Un sentimiento de desprecio le escaló por la garganta.

    —Eres detestable.

    —Nada más lejos de la realidad. La detestable aquí no soy yo. Lo detestable aquí es todo lo que está mal en este mundo.

    >>Pero descuida, soy una mujer de palabra. Siempre que me sirvas, tus amigos no sufrirán ningún daño. Te aseguro que te cuidaré bien.

    Cuidarla. Como si fuera una mascota. Como si careciese de humanidad. ¿Qué era ella a ojos de Aura? ¿Una herramienta? ¿Un animal? ¿Una esclava? ¿Las tres juntas?

    Apretó los labios.

    Reconocía ese lugar. Era esa sala. Lejos del mundo, de toda naturaleza y de la luz del sol. Era la que fue su prisión por tres largos e interminables años.

    —No te mentí cuando te dije que me resultabas interesante. Lo eres Fauna. Eres una pieza clave en mis planes.

    Fauna contuvo la respiración cuando el filo del estoque le rozó el cuello, justo por encima del collar. Ese mismo estoque que sesgó tantas vidas.

    —Compréndelo. Lastimarte era necesario para sacar todo tu potencial. Pero ahora que lo tienes, ya no hace falta.


    Su pragmatismo, cinismo y creencia de que el fin justificaba los medios resultaba pasmosa. Fauna no lo creería si no hubiera sido testigo antes.

    Lentamente, de forma casi metódica, deslizó el estoque por su piel, sin dañarla, y se detuvo antes de llegar a su pecho.

    —Vamos a pasar mucho tiempo juntas así que, ¿qué te parece si empezamos por conocernos un poco mejor?

    La aúrea
    agachó el rostro, su mirada ensombrecida. Aura soltó una risa sin gracia por la nariz, una especie de bufido y envainó su estoque. Claramente no veía en esa situación la misma gravedad que su contraparte.

    —¿No? Bueno, como quieras—se encogió ligeramente de hombros siempre recta e inamovible—. Solo estaba intentando ser amable.

    Amable.

    Ella ni siquiera conocía el significado real de esa palabra.

    —Yo... confié en ti. Pero todo lo que has dicho han sido mentiras. Todo lo que has hecho ha sido causar daño.

    En ese momento acercó la mano a uno de sus cuernos y lo rodeó con los dedos, con fuerza. Fauna se tensó bruscamente.

    —No lo entiendes—su voz fue una clara advertencia, no admitía réplicas—. Eran una amenaza. Todo lo que son, todo lo que representan. No puedo permitirme fallos.


    Calum.

    Había tanto que Fauna desconocía de su plan. ¿Qué pretendía realmente? ¿Por qué quería que le ayudase a identificar a los sempiternos? ¿Era necesario generar tanto dolor y caos? ¿No había otra forma?

    No le tenía miedo sin embargo. Era un sentimiento distinto. Tristeza, pesar. Resentimiento. Aún la miraba como alguien querido pero también como alguien que hizo pedazos toda confianza.

    Por mucho que intentara no podía odiarla. Y de forma paradójica se odiaba a sí misma por ello.

    Aura aflojó el agarre y deslizó los dedos de una forma extrañamente gentil, dulce. Un calor ajeno le reptó a la aúrea por la piel y tensó los labios con inquietud, estremeciéndose bajo su tacto.

    —Detesto a los monstruos pero nunca te detestaría a ti ¿sabes?

    ¿Eso no implicaba que ella era también un monstruo? ¿Era por sus cuernos? ¿Esos cuernos retorcidos que ella misma le había puesto y que nunca le había pedido tener?

    —¿Crees... que eso me hace feliz?

    Aura casi rodó los ojos.

    —No estoy aquí para hacerte feliz. Ese no es mi papel.

    ¿Cuál era entonces?


    Fauna lo desconocía. Nunca le había contado lo que pretendía, solo le había dicho que la usó. Que todo el tiempo fue solo una herramienta. Sabía de sobra que no era alguien confiable...

    Y sin embargo.

    >>Pero ahora que estás aquí somos amigas ¿no?


    Fauna sacudió la cabeza.

    —No. Los amigos no se usan ni se manipulan. Tú y yo no somos nada.

    Eso decía pero parecía estar intentando convencerse a sí misma. Ya no solo porque Aura parecía haber encontrado un entretenimiento en los cuernos que ella misma le puso—sus cuernos no eran solo hueso como podía suponerse, eran apéndices sintientes sensibles. Y como tal sentían. Con una facilidad ridícula—, si no porque una parte de sí misma, profundamente ingenua, quería creerla.

    La eleana
    apartó la mano como si repentinamente hubiera perdido todo interés.

    >>Te sientes traicionada porque te engañé, pero apenas nos conocíamos—dijo y sonó aburrida. Hastiada—. No me malinterpretes, hice lo que tenía que hacer... pero jamás lo hubiera logrado si no fuera por cierto detalle añadido.

    —El amor es un sentimiento muy extraño ¿no crees? Tan extraño como innecesario. Una prisión autoimpuesta.

    Fauna tardó unos segundos en recobrar el aliento. ¿Amor? Ese sentimiento era incomprensible para alguien como Aura en cualquiera de sus formas.

    —¿Qué sabrás tú sobre eso?

    —Oh, sé muchas cosas—Aura cruzó un brazo bajo el pecho y apoyó el codo del opuesto sobre este, los dedos en el mentón—. Llevo mucho tiempo observando a los humanos en sus patéticas vidas mundanas. Además, lo veo en ti todo el tiempo.

    Fauna abrió sobremanera los ojos, impactada. Su voz fue poco más que un soplo.

    —¿Qué...?

    —¿No crees que es momento de que dejes de negarlo? Verás, a mí no me importa. Pero si lo haces, todo esto será mucho más fácil para ambas.

    Extrañamente se sintió como recibir una puñalada. Le desgarró en dos el alma. Durante instantes suspendidos en el tiempo simplemente la miró tratando de hacer funcionar su cerebro.

    El labio inferior le tembló.

    —Yo no... yo no te amo.

    Aura rió—una risa sumamente sarcástica— y volvió a apoyar el estoque contra su cuello. La respiración se le cortó a la aúrea en la garganta.

    —Es encantador verte negándolo con tanta obcecación, en serio. Pero solo te estás engañando a ti misma.

    Se acercó más a ella, lo suficiente para poder hablarle al oído. Como si lo hiciera a propósito solo porque sabía el efecto que tenía en la aúrea—y claramente así era—volvió a atrapar uno de sus cuernos entre sus dedos. Fauna cerró los ojos y apretó los labios, pero el sonido, ahogado, escapó de todos modos.

    >>La forma en la que recorriste cielo y tierra para rescatarme cuando Keijo me llevó—enunció—. Como creíste sin dudarlo cuando acusé a tu hermana de tu secuestro y te volví en contra de tu propia raza. Como sufriste cuando Keijo dijo que también me torturaban. O como te quebraste, como si tu mundo careciese de sentido cuando te revelé la verdad.


    Las imágenes pasaron rápidamente por su mente, como las visiones de los sempiternos. Recordaba cada uno de esos momentos y todo lo que significaron.

    Pero... siempre había creído que era lo normal. Aura había sido muy importante para ella. La había querido, por supuesto. Aún la quería. ¿No era eso lo típico cuando alguien te importaba? ¿Había más detrás?

    >>Deberías haber visto como te brillaban los ojos y lo feliz que parecías cuando creíste haberme rescatado en el Templo de Zénit—prosiguió Aura ajena a su debate interno—. O lo mucho que dudaste, en realidad, en aceptar o no mi mano cuando te lo propuse.

    Fauna abrió los ojos con dificultad, su respiración turbulenta. Goldenflare esbozó una cínica sonrisa.

    >>Tú mejor que nadie lo sabes, Fauna. Al fin y al cabo, la luz puede ser más letal que la oscuridad. Un sentimiento tan idealizado, convertido en una cárcel.

    En ese momento procedió a alejarse pero se detuvo y le habló girando la cabeza en su dirección, por encima del hombro.

    >>Me miras como si quisieras matarme. Pero dime: si tuvieras la oportunidad y la posibilidad... ¿crees de verdad que lo harías?

    Fauna despertó agitada.


    Solo... había sido un sueño. Una pesadilla. A su alrededor la habitación permanecía silenciosa en la oscuridad de la noche. Una luz tenue se colaba por la ventana, iluminando apenas, pero lo suficiente para reconocer que estaba en la posada.

    Se miró las manos temblorosas y con un gemido de angustia ocultó el rostro entre ellas.

    Lo peor era que incluso después de todo, no tenía una respuesta a esa pregunta.

    • Si se diese el caso en el que Fauna tuviese la posibilidad de acabar con Aura dudo mucho que lo hiciese. No porque la ame, que a fin de cuentas es algo que prefiero dejar en el aire incluso si Aura lo insinúa en este fic, si no porque la quiere a secas. Es alguien que aprecia a pesar de todo y me cuesta mucho ver a Fauna eliminando a alguien que quiere.
    • Si se viera en la tesitura su actitud sería un poco como la de Mark con Kalef. Lo haría porque sabe que no hay otra opción, que solo causa daño y que es por un bien mayor. Pero la destrozaría por dentro.
    • En algún punto Fauna aún confía en que Aura puede redimirse. No es tanto confianza, en realidad, como esperanza. Porque es consciente de que si esto no ocurre, al final el resultado es ese: Tener que eliminarla.
    • Aura en este fic es una representación de sus propios miedos y dudas. Por eso esto es y no es un Faura al mismo tiempo, porque no es una interacción con la propia Aura, si no consigo misma y sus pensamientos más profundos.
    • El tema de los cuernos sensibles lo saqué de un personaje de Genshin, como no, Ganyu. Es un gag recurrente en el fandom uvu (?)
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    Ahora está pendejada es canon-

     
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    Bruno TDF

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    Hoy decidí retomar mi viejo hábito de leer, comentar y aprender de las historias de los demás, que es algo que por suerte sigo disfrutando de la misma manera que lo hacía en mis primeros años en el foro. Como buen rolero que soy, quise empezar por la Mesa de Fanfics y, bueno, no me pude resistir a volver a leer algo tuyo.

    Como siempre, amé lo que escribiste. Es una narracción sencilla, de frases y párrafos breves, pero en muchas ocasiones construiste de forma excelente la tensión que se respiraba en el ambiente tenso y oscuro que compartían Fauna y Aura. Ahora que llegué al final de la historia, la venda en sus ojos y la tierra seca bien podrían ser interpretadas como metáforas de lo que sucede en su fuero interno: la venda representando ceguera ante la cruda realidad, y la tierra sin vida haciendo alusión al vacío que siente por dentro tras ser traicionada.

    Desconozco casi todo del rol de Final Fantasy, pero creo que tu fic fue un lindo primer acercamiento a estos dos personajes y la historia previa y actual que seguramente tuvieron en el rol. O sea, sólo percibí nociones generales, pero las justas para comprender toda la escena y las interacciones entre ambas, incluidas las tensiones yurísticas. Los diálogos me parecieron muy buenos, rebosan de personalidad.

    No hay mucho más por decir, salvo que si hay otro fic tuyo, ahí estaré.

    Abrazo grande <3
     
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