One-shot Nice to meet you, I guess. [Pokémon Rol Championship] [Mimi x Alpha]

Tema en 'Mesa de Fanfics' iniciado por Yugen, 4 Agosto 2018.

  1.  
    Yugen

    Yugen D e p r e s s e d | m e s s

    Piscis
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    Título:
    Nice to meet you, I guess. [Pokémon Rol Championship] [Mimi x Alpha]
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    3468
    Estoy on fire, al parecer (?)
    Y con un BAKASHIPPING. AAAAAAA
    Esta es una idea que me encantaría llevar al rol, pero no podrá ser porque los Honda viven en Sinnoh y ñeh.

    Pero bueno, decidí escribirla. Básicamente son Mimi y Alpha como novios formales, y Mimi lleva a Alpha a Sinnoh para que lo conozca su padre... pero las cosas no salen como cabría esperar porque estamos hablando de la familia de Mimi.

    El título es una shit.

    Advertencias: Ninguna en principio. Angst, porque insisto... esto es un fic de Kurone. Pero no mucho (?)

    ******

    La noche había caído hacia rato y un manto flamígero de estrellas iluminaba la estampa nocturna, presidida por una luna menguante.

    Ajena a la calma de la noche, la cabeza de Mimi era una tormenta enfurecida de sentimientos contradictorios. Si regresar a Sinnoh no le supusiera ya una carga significativa a sus nervios, el hecho de que su padre— el poderoso y magnificente Moura Honda fuera a conocer a su novio— no ayudaba demasiado a su tarea de calmarse.

    Era consciente de que Alpha no era bienvenido en la mansión Honda. De que tanto Delia como Matt lo miraban como si fuera una piedra molesta en el zapato. Con superioridad y un aire tan elitista que Mimi había deseado borrarles de la cara a tortazos.

    "Qué irritante. Ni siquiera debería haber vuelto en primer lugar"

    Cuando Alpha le había dicho hacía algunas semanas en Galeia que quería conocer a su padre, su sorpresa fue significativa.

    —¿Quieres conocer a mi padre? ¿Estás loco? ¿Acaso te caíste de la cuna al nacer?

    —Bueno, digo... estoy saliendo con su hija, ¿no?

    —¡S-sí, pero...!

    Mimi se mordió el labio inferior. Ciertamente no podía luchar contra esa lógica. Sabía que tarde o temprano Moura debía saberlo. Saber que había rechazado a todos los herederos de grandes multinacionales para acabar saliendo con un humilde chico de Johto que, en apariencia, no destacaba excesivamente por su inteligencia.

    A Moura no iba a gustarle en lo más mínimo.

    A nadie en la mansión Honda iba a gustarle en lo más mínimo.

    Pertenecían a mundos diametralmente opuestos. Alpha sería para ellos alguien sin valor, prescindible, incapaz de competir con la grandeza y el poder del que hacían alarde.

    Y aunque el joven parecía haber pasado por alto esto durante la llegada a la mansión aquella tarde, Mimi sí lo había notado.

    La enfurecía. El hecho de pensar que eran mejores que Alpha por estar en un estrato mayor en el escalafón social. La enfurecía pensar que ella había sido como ellos hacía tiempo.

    —Vas a conocer a mi padre, así que por favor compórtate— le dijo aquella noche, mientras le ayudaba con el nudo de la corbata de su traje.

    Ambos se habían vestido de forma elegante y refinada para la ocasión. Mimi llevaba un vestido de seda rojo y el cabello recogido en una sola coleta alta, y Alpha Incluso se había tomado la molestia de peinar sus cabellos, despejando su frente. Se sentía ridículo vestido de esa forma, pero había sido idea suya. Y Mimi se lo recordó.

    >>No comas como si el mundo fuera a acabarse— le intruyó entonces—. Mírale todo el tiempo a los ojos. Si estrechas su mano hazlo con constancia y firmeza. Y sobretodo, sobretodo, no hagas ninguna estupidez.

    Alpha se llevó la mano a la nuca.

    —¿Por quién me tomas?— dijo— Seré todo un caballero delante de Papi Honda.

    Mimi, molesta, apretó el nudo de la corbata aún más. ¿Papi Honda? Ese ridículo apodo ya entraba en la lista de cosas que la enojaban.

    —Ni. Se. te ocurra. Llamarle así.

    La cena de gala en la que Moura Honda haría acto de presencia se celebraría a las diez en el salón. Alpha había podido comprobar, en su escaso tiempo en aquella enorme casa, que el padre de Mimi parecía ser un tipo realmente ocupado. No había salido a recibirlos a su llegada— y pudo notar como la mano que Mimi le daba se apretaba contra la suya y parecía temblar. Al mirarle al rostro comprobó que una tenue sombra cubría sus ojos—. Aunque no sabía su aspecto exacto, lo imaginaba un tipo alto e imponente, pero las únicas personas que salieron a recibirlos fue un ejército de sirvientes— como él los denominó— y Delia y Matt, con los que Mimi cruzó palabras por simple cortesía.

    Delia era una mujer de mediana edad, de melena castaña y ojos rojizos, ciertamente exhuberante. Pero en su expresión había una mueca de desprecio constante, como si todo le diese asco. Matt, en cambio, era un chico rubio de ojos verdes, que sonreía burlonamente mientras mantenía las manos en los bolsillos de su carísimo traje de marca. Si Alpha tuviera que describirlos con una sola palabra esa sería "villanos". Realmente se veían como los malos de alguna película.

    —Oh Mimiko, querida... bienvenida de vuelta— saludó Delia. La mujer portaba una estola de pelo sobre sus hombros a pesar de que la temperatura debía rondar los treinta grados. Miró a Alpha de arriba a abajo—. Y veo que vienes acompañada. ¿Cómo se llama, este... tu amigo?

    Y sonrió. Pero no era una sonrisa cordial y amable. Era forzada, tan falsa como ella misma en persona. Mimi le devolvió la sonrisa.

    —No es mi " amigo". Es mi novio.

    —Soy Alpha— se presentó él, enérgico—. El número uno. Oiga, ¿puedo preguntarle que es ese bicho muerto que tiene encima?

    Delia enarcó una ceja. Matt, por el contrario, rió. Y Mimi... Mimi miró a Alpha horrorizada por un momento. Esa osadía tan suya le produjo sentimientos contradictorios. Probablemente ni siquiera él fuera del todo consciente de ello.

    —Este " bicho" muerto es una estola de piel auténtica— corrigió la mujer. Pero por su expresión, parecía molesta—. Mentecato insolente. Tienes suerte de que mi marido te diera el beneplácito siendo un pordiosero. Yo nunca te hubiera dejado entrar.

    >>Vámonos Matt.

    Giró sobre sus talones e ingresó en la casa. Matt se volteó un momento para mirar a Mimi.

    —Vas de mal en peor, Mii-chan. ¿Novio? ¿En serio?

    Mimi apretó la mandíbula, los puños. Pareció tremendamente furiosa. Su rabia era tal que había empezado a temblar.

    ***

    El salón era un entorno exuberante que destilaba poder por todas partes. Se hallaba presidido por una mesa maciza, sobre la que reposaban todo tipo de exquisitos platos, cocinados por manos de chef expertos. Alpha no tuvo demasiado tiempo en disfrutar de la vista, sintiendo su estómago rugir con la voracidad de un Pyroar, porque allí, sentado en el extremo de la mesa, acompañado de un enorme Luxray shiny se hallaba Moura.

    El excelentísimo Moura Honda en persona. Mimi se mordió el labio inferior cuando lo vio mientras descendía las escaleras. Su corazón palpitaba con fuerza, mas no de alegría... era una marcha funesta, macabra.

    Verlo después de tanto tiempo, en persona... se sentía extraño. El padre ausente al que siempre había admirado.

    —Padre, lamento la demora— se disculpó una vez alcanzó el final de la escaleras. Esas escaleras de mármol blanco cubiertas por una alfombra roja que separaba la planta baja de las dependencias superiores—. Fue mi culpa.

    Mintió.

    —No te preocupes, Mimiko. Aún es pronto. Delia y Matt no bajarán a cenar, así que disfrutaremos solos de esta velada.

    Tomaron asiento de forma casi ceremonial. Mimi no hizo ruido al arrastrar la silla, pero Alpha no pudo evitarlo.

    —¿Delia y Matt no vendrán a cenar?— no pudo esconder su sorpresa—. Ah, vaya. ¿Y qué les pasa, les resultó indigesta su enorme pedantería?

    Moura se rascó una ceja. Era un gesto que solía hacer cuando se sentía molesto.

    —Mimiko por favor.

    Alpha, mientras tanto, se mantenía un poco ajeno a toda aquella conversación. Observaba la comida, aquellos platos tan deliciosos y exquisitos, aquella carne jugosa, cocinada tan maravillosamente que parecía brillar con luz propia.

    ¡Era carne shiny!

    —Alpha, ¿verdad?

    Aquello lo tomó ligeramente por sorpresa. Se volteó.

    —¿Eh? Sí señor.

    Mimi lo miró desde el otro lado de la mesa. Moura cruzó los dedos y apoyó la barbilla sobre sus manos. Sus acerados ojos azules lo estudiaban con atención.

    —Ya veo.

    Era un hombre alto, vestido de traje, rubio y de ojos fríos como un mar de hielo. Mimi tenía los ojos azules también, pero era un azul más vivo, más intenso. Los ojos de Moura casi parecían... muertos. Aunque puede que solo estuviera cansado.

    >>Cuéntame Alpha, ¿hay algo más que tengas pensado hacer con tu vida, a parte de recorrer el mundo como un vagabundo, persiguiendo pokémon?

    Mimi clavó en él sus ojos azules.

    —Padre.

    —Oh pues... no realmente— Alpha lo pensó un momento. Se llavó la mano bajo el mentón y entonces cruzó miradas con la joven Honda—. ¿Quizás casarme con su hija?

    ¿¡Eh!?

    El corazón de Mimi dio un vuelco en su pecho. Sorprendida, se sobresaltó en su silla. Su rostro no tardó el volverse tan rojo como las manzanas que adornaban los postres.

    "¿Q-qué estás diciendo tan repentinamente, idiota...?"

    Moura cerró los ojos y se rascó la ceja derecha.

    —Entiendo. De modo que un díscolo como tú, sin ningún tipo de poder adquisitivo ni futuro alguno, desea casarse con la hija de un magnate de los negocios.

    >>Eso no te deja en buen lugar, ¿no te parece?

    Mimi apretó los labios. Luchó por mantenerse en su sitio, por mantener la compostura, pero no pudo evitar incorporarse de un salto de la mesa.

    —Padre, no me gusta lo que insinúas— le dijo—. ¡El amor que Alpha me procesa es genuino, no hay ningún interés tras él!

    Y así lo había sido siempre. Alpha era un chico inocente, obsesionado con los combates... pero no era ningún busca-fortunas. Incluso si procedía de un origen humilde o si a veces no era la persona más inteligente... Mimi lo quería por quien era. Con sus virtudes y sus defectos. Y sabía que era igual con él.

    Pero Moura no lo veía de la misma forma.

    —¿No?— inquirió— ¿Pero acaso no salió ya con Destiny, la hija de Toku Inashu?

    Aquello fue un golpe bajo para Mimi, contundente e inevitable como un golpe aéreo. Su expresión se ensombreció.

    —S-sí, pero...

    —Basta ya. Esto es ridículo. No puedo aprobar esta relación. No apruebo la locura que estás cometiendo, igual que no apruebo el hecho de que te rehúses a volver a casa.

    —¡No necesito que lo apru—!

    Repentinamente, se escuchó un golpe sobre la mesa. Un golpe contundente y seco que hizo vibrar los platos.

    Alpha.

    Con la mirada ensombrecida había sido el culpable. Podía tolerar que lo llamaran idiota, que lo miraran por encima del hombro, incluso que se rieran de él... pero estaban cuestionando un tema que él sabía cierto. La veracidad de sus sentimientos por Mimi. ¿Moura realmente pensaba que salía con su hija por su dinero? ¡Pero si aquello era lo que menos le había importado siempre!

    Si era rica o pobre o si vivía bajo un puente y tenía que recoger agua de lluvia para sobrevivir le resultaba indiferente. No era su dinero lo que buscaba. Nunca había sido su dinero.

    —Sé que soy un idiota, pero eso que dices es una gilipollez— empezó con un tono frío, contenido. Los ojos de Mimi se abrieron sobremanera al escucharle hablar—. ¿Por el dinero? Me da igual tu dinero. Puedes decir lo que quieras, pero realmente quiero a tu hija, incluso si a veces puede ser realmente molesta y se enoja por todo con facilidad. Ella es violenta como un Machoke, descarada, hace lo que quiere cuando le de la gana y no sabe aceptar la derrota pero es una buena persona. Y yo la quiero por eso. Porque aprendí a quererla así.

    >>Yo no puedo dejarla sola, ¿puedes decir tú lo mismo, viejo?

    Dejarla sola... Mimi le había hablado hacía tiempo de ese mismo tema. De lo mucho que aborrecía el hecho de que su padre siempre estuviese fuera, trabajando, de que no pudieran pasar tiempo juntos y de que la hubiera cubierto de bienes materiales para coartar aquel error. Ese tonto... la estaba defendiendo.

    Mimi no podía creerlo.

    —A-Alpha...— musitó, con los ojos llorosos por el aluvión de sentimientos que la embargaron.

    Moura, en cambio, no parecía conmovido. Se levantó de la mesa como hiciera Mimi y señaló a Alpha con el índice. Aquel gesto que ella tanto solía imitar.

    —¡Seguridad, sacad a este impresentable de mi casa!

    Se desató una hecatombe. Los guardaespaldas personales de Honda se abalanzaron contra Alpha, que apenas tuvo tiempo de reaccionar. Llevó su mano a su cinturón, buscando la pokéball de su Charizard... pero comprendió que sería inútil. No tuvo tiempo de hacerlo.

    Cuando quiso darse cuenta había sido empujado fuera de la mansión, arrojado a los jardines como un perro.
    No se sentía mal, se sentía seguro de haber hecho lo correcto. Había dicho lo que pensaba, rehusándose a doblegarse ante las acusaciones infundadas de Moura.

    —Gah...

    Se pasó la mano por el cabello, despeinándolo.

    Estaba satisfecho por dentro. Pero frustrado en el exterior.

    Matt se hallaba en la puerta, jugando con una pokéball en sus manos. La lanzaba al aire y volvía a atraparla otra vez. Aquel juego tan tonto le parecía sumamente entretenido.

    —No perteneces a este lugar— le dijo entonces, sin mirarlo—. Deja en paz a Mii-chan y lárgate.

    ¿"Mii-chan?" ¿Qué le pasaba a ese tío? ¿No sabía que Mimi odiaba ese apodo?

    Alpha frunció el ceño.

    —Prefiero aplastarte— sentenció, tomando la pokéball de Flame y agrandándola en su mano. Sus ojos brillaban, eléctricos.—¿Sabes pelear, verdad? A lo mejor puedes hacerlo una cuarta parte de bien de lo que lo hace tu "hermana".

    Podría pagar con él su frustración. Con Moura, con él mismo y con todos los pijos ricos en general. Que Moura lo hubiera echado de casa no rompería su relación con Mimi.

    Pero Matt se rió. Se echó la mano a la cara y empezó a reír de forma estruendosa. Maniática.

    —¡Qué idiota!— se carcajeó—. Te crees muy genial, ¿verdad? ¡Así sois todos los pobres ignorantes! ¿Piensas que puedes vencerme?

    Dejó de reír. Y lo miró con una chispa burlona en sus ojos verdes.

    >>No voy a combatir contigo, no quiero contagiarme con tu mediocridad.

    Y antes de que Alpha pudiera responder, Matt ya había entrado en la casa.

    El salón, mientras tanto, había caído en un profundo silencio. Un silencio hosco y sepulcral que no hacía más que extenderse. Ya nadie tenía ganas de cenar.

    La rabia volvió a apoderarse de Mimi. Sentía los ojos llorosos, aguados, así que apretó los labios, los puños, mientras trataba de luchar contra la furia que se gestaba en su interior. Miraba hacia abajo, pues era incapaz de cruzar la vista con Moura.

    "Padre".

    ¿Cómo podía acusar a Alpha sin conocerlo? Solo porque era diferente, de origen humilde, solo porque no tenía nada que ver con su mundo. Lo detestaba. Alpha era una buena, maravillosa persona... tal y como era. Siendo él mismo, sin fingirlo, sin necesidad de plastificar sus emociones. Como ellos hacían.

    Alpha era real. Genuino.

    Nunca debió decirle como actúar.

    —Menudo espectáculo dantesco, Mimiko.

    Aquella fue la gota que colmó el vaso. Nunca lo había dicho abiertamente, porque su padre era la única persona que le quedaba en su familia. Delia no era su madre, Matt no era su hermano y Miria era demasiado pequeña para entender lo que sucedía. Su mundo estaba podrido hasta la médula. Quizás la intención de su padre fuese protegerla, pero no aguantó el peso de la decepción. Eran ya demasiadas desilusiones juntas.

    Demasiada presión para una sola persona. Se sintió sola, desamparada... y actuó en consecuencia.

    — Te odio— le espetó con un tono amargo, frío como el hielo—. Realmente te detesto, papá.

    Antes de que nadie pudiera detenerla Mimi se dio la vuelta y echó a correr escaleras arriba.

    —¡Señorita Honda!

    —Déjala, Marie. Necesita tiempo para asumir la idea. Retira los platos, por favor.

    Marie, una de las sirvientas que habían atestiguado aquel fatal desenlace, asintió con cautela.

    —E-enseguida, señor.

    Pero su corazón se sentía inquieto.

    ***

    —Parece que volvió a salir mal, negro— dijo Alpha, acariciando el hocico de Charizard—. La vida de ricos sigue sin ser para mí.

    Caminaba en silencio por las calles aledañas de la mansión. Ciudad Jubileo debía bullir de vida, pero siendo aquellas las afueras no había mucha gente paseando a aquellas horas de la noche.

    ¿Realmente había hecho lo correcto? ¿Hubiera sido mejor si se hubiera callado? Quizás era porque pasaba mucho tiempo con Mimi... pero tenía ganas de patear algo y desquitarse.

    Y repentinamente, una voz.

    —¡Alpha!

    Una voz en la noche y el sonido de rápidas pisadas.

    —¿Eh?

    Alpha se volvió en ese momento, y un Luxray que reconoció como Raiden saltó por encima de él, colocándose delante e impidiéndole la marcha. Mimi, con su usual peinado y el vestido de seda roto a la altura de las rodillas, se hallaba sobre su lomo, mirándole con sus fieros ojos azules.

    Mimiko Honda.

    —¿Qué haces aquí?— fue lo único que atinó a preguntarle— ¡El viejo se pondrá hecho un Seviper si te ve!

    —¡Me importa un cuerno de Tauros!— replicó ella— Ya no me importa mi padre. Ya no me importan los Honda. Si debo renunciar a ti, prefiero renunciar a mi apellido, a mis posesiones, a todo lo que alguna vez pensé que me importaba. Todo es mentira, Alpha. No quiero seguir con este circo elitista. Ya no más.

    Francamente se sentía cansada. Galeia la había ayudado a madurar, a cambiar, y darse cuenta de todo lo que estaba mal en su vida. Había sido la niña de papá de un padre que siempre estaba ausente.

    >>Quiero irme lejos. No me importa si a Johto o Galeia. Quiero despegarme de mis raíces. Quiero madurar y estar contigo. Quiero... tomar tu apellido, ¿sabes?

    Alpha la miró sin comprender.

    —¿Si tomaras mi apellido no serías mi hermana?

    Mimi sacudió la cabeza.

    —No, tonto— su ceño se frunció ligeramente, pero pronto suavizó el gesto— Lo que te estoy diciendo es que... —sus mejillas se tornaron rojas, evitó su mirada— q-quiero casarme contigo. Quiero ser tu esposa.

    Alpha tardó unos instantes en terminar de entenderlo del todo. Mimi acababa de decirle que quería casarse con él. Entonces... ¿era verdad? ¿Realmente iban a casarse?

    —Mimi Xenodis no suena muy bien, ¿eh?

    —No me importa.

    Sus pasos los habían llevado al Centro Pokémon de Ciudad Jubileo. Lejos de la mansión, lejos de su familia y de aquel nefasto encuentro. Se hallaban en la oscuridad de la habitación, sentados sobre la cama, uno junto al otro. Por la ventana se veían las luces de la ciudad.

    Alpha aún se sentía un poco aturdido... pero estaba feliz por como se había resuelto todo, al menos en parte. Pero a Matt iba a terminar dándole una paliza con sus pokémon.

    —¿De verdad vas a renunciar a todo?

    Mimi no respondió enseguida. Renunciar... nunca se le había dado bien. No era buena perdedora.

    —Alpha... creo que hay un momento en la vida en la que tienes que elegir tus prioridades, lo que es realmente importante para ti— respondió al poco—. Entonces te das cuenta de que eso que atesoras es todo lo que necesitas.

    Apoyó la cabeza contra su hombro y cerró los ojos. En medio de aquel pequeño sueño, mientras él le acariciaba el cabello, logró al fin relajarse.

    Había tomado la decisión correcta. Amaba a Alpha, no le importaba nada más que eso. Quisiera su padre o no, o creyera lo que creyera, ella sabía que sus sentimientos eran genuinos, que él la amaba por quien era... suponer cualquier otra cosa sin saber nada era más que ridículo.

    >>No mi importa si no puedo casarme con un vestido blanco que llegue hasta el suelo— dijo— No me importa tener un anillo de oro y diamantes. No será la boda de mis sueños... pero tú eres el príncipe con el que siempre soñé.

    >>Y eso... es suficiente para mí.

    Compartieron en beso bajo la luz de la luna que se colaba por la ventana. Y en ese momento, él también comprendió el significado tan profundo que tenían sus palabras.

    Guardó silencio por un momento. Y mientras le acariciaba el cabello, una idea se formó repentinamente en su mente. Novios, boda, lo siguiente era...

    —¿Y... cuantos hijos vamos a tener?

    El rojo del rostro de Mimi rivalizó con su vestido.

    —¿¡Eh!? ¿Q-q-qué dices tan repentinamente, estúpido?

    Mejor era dar un paso cada vez.

    Y después de esto bum, Mimi quedó embarazada de gemelos (?)
     
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    Oh god, qué tensión y qué intensito y qué cute todo xDD Cuantas emociones de golpe. Vaya, solo con ver de qué trata ya te haces una idea de cómo se puede desarrollar todo, pero aún así una lo vive leyéndolo como si estuviese en ese mismo salón, donde definitivamente la tensión podía cortarse con un cuchillo.

    Así que nos encontramos en un momento complicado del bakashipping, donde el ingenuo de Alpha quiero visitar al gran Moura Honda para que le de el beneplácito para la relación con su hija. Me pareció bastante tierno que se viese tan convencido de que todo saldría bien, sabiendo de quién se trata la persona a la que van a visitar. Resulta muy cómico cómo Mimi le va prohibiendo prácticamente hasta respirar (?) porque sabe que, aunque no es consciente de ello, Alpha puede echar todo al traste con sus buenas intenciones. Pero es que el chico le da el toque cómico a un fic lleno de tensión y angustia como este, y es de agradecer porque hace todo más ameno, de alguna forma u otra. Vaya, a mí me gusta el angst, así que lo hubiese disfrutado igual (?)

    Pobre Mimi, he estado sufriendo mientras la leía. Sin duda nadie desearía estar en un hogar como ese, si es que se le puede llamar hogar. Cuando aparecieron Matt y Delia, esta última con esa falsa sonrisa en sus labios, sí, yo también quise borrársela de la cara a golpes; Mimi como modelo de vida (??) Pero oh god, lo que me pude reír con el comentario de Alpha xDDD Fue como: dude, ya la has cagado, pa' casa (?) Pero agh, Matt. Agh. Otro que tal baila. Ya le tenía en baja estima por lo que leí de Mimi en el rol, pero es que aquí acabé cogiéndole un asco... xD Le quería dar mil ganadores a Alpha por cómo se le encaró, y que guardase la compostura cuando pasó de él como de la mierda. Lo mismo cuando se encaró a Moura, en ese momento fue como: OMG, VIEJA YA NO ME IMPORTA NADA, GO ON (?) Fue muy lindo de leer lo que se quieren, cómo demuestra que su amor es puro y no busca ningún beneficio como muchos otros han intentado hacer anteriormente.

    No salió como se esperaba (bueno, seamos sinceros, esperaban que saliese mal (?), pero al menos la experiencia le sirvió a Mimi para darse cuenta de todo lo que había cambiado durante su viaje. Que ya no le importaban sus riquezas ni su fama, y que incluso llegó al punto de rechazarlo todo, incluso el apellido del que se siente tan orgullosa, solo para estar con Alpha. Amo el desarrollo que le has dado a tu personaje todo este tiempo, aprovecho para decirlo <3

    Amé la historia, y dado que dejaste el encuentro con el magnate para el final, no te despegas de ella ni un segundo solo por ver cómo se liará todo xD Creo que ya te lo dije en su momento, pero siempre amé tu forma de escribir. Desde que llegaste al rol admiré cómo destacabas por tu narración, por cómo describes, narras y manejas a tus personajes. Junto a Bruno, érais mis modelos a seguir, y lo seguís siendo <3 Supongo que he llegado a aprender un montón indirectamente gracias a vosotros, y a todos los roleros, por supuesto.

    En cuanto a fallos, te señalo un par de ellos que son más de tipeo que de otra cosa, nada grave.

    Esa mayúscula ahí, ya know (?)

    Sobretodo es una prenda de vestir; sería sobre todo. Yo también tenía problemas con eso xD

    Y en este caso sería un. Cosas que al revisarlo pueden pasarse porque la extensión es amplia y es normal, pero yo te lo señalo igual.

    Y eso sería todo, querida Nuah que ya no es Nuah. Siempre estaré encantada de seguir leyendo cosicas tuyas, así que sigue así :D

    ¡Nos vemos!
     
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