One-shot de Naruto - Niño

Resumen:
Las pesadillas son algo común en los niños pequeños, aún más si han vivido tanto horror como lo es una guerra. Aviso: Este drabble participa del reto: "Palabra al Azar", del Foro: "La Aldea Oculta Entre Las Hojas". Este es mi primer fic, no lo he podido desarrollar mucho ya que debe ser un drabble. Advertencia: Aburrido...


Declaimer: Naruto NO me pertenece.

Advertencia: Este Drabble participa en el reto: ''Palabra al Azar'', del foro: ''La Aldea Oculta Entre Las Hojas''.

Palabra Asignada: Tritón.

Personaje: Izuna Uchiha.

Niño



No sabía cuanto tiempo había estado allí parado, observando aquellas imágenes, representadas en aquel muro de roca.

Al inicio la pintura se veía algo borrosa, de colores opacos y desgastados por la humedad.

Pero ahora esos colores habían tomado un brillo intenso y sorprendente, que crecía cada vez más, dándole a aquellas espectrales y diabólicas imágenes un aspecto terrorífico.

Ojos demoniacos, de una salvaje y aterradora vida, lo contemplaban fijamente desde mil direcciones, donde ninguno había sido antes visible, y brillaban con un cárdeno resplandor.

Instintivamente dio un pazo atrás, seguido por otro y otro, olvidando la oscura laguna detrás de si.

Cuando sintió el agua helada en contacto con sus tibios pies despertó de su ensoñación (léase letargo).

Un repentino agarre en su pierna seguido por un tirón provocó que perdiera su equilibrio, precipitándolo hacia abajo.

Su rostro impactó con el duro suelo rompiendo su tabique nasal en el proceso. La sangre manchó sus finos labios de carmesí mientras seguía un camino trazado por la gravedad hacia su mandíbula, impactando en forma de pequeñas gotas en el suelo.

El agarre en su pierna se fortaleció y empezó a arrastrarlo hacia las profundidades, causando que varias de las diminutas piedras de la orilla se le incrustaran, dejando hematomas y diminutas heridas que adornaban su pálida y tersa piel.

Ignorando el dolor luchó por liberarse, pero todos sus intentos resultaron inútiles ante la fuerza de aquel ser que lo lastimaba sin motivo aparente.

Intentó aferrarse a algo pero no había nada más que el viscoso suelo. Aun así, enterró sus uñas en la superficie, resistiendo todo lo que podía.

Un intenso dolor en sus pequeños dedos le advirtió que sus uñas comenzaban a desprenderse.

Gritó con todas su fuerzas cuando no pudo mantener más su agarre, pero nadie fue en su ayuda.

Aguantó la respiración mientras desaparecía en las profundidades de aquella oscura laguna.

Ya en el agua, el chico (con mucho esfuerzo), pudo ver a su atacante, con su cola de pez balanceándose hacia adelante y hacia atrás rítmica-mente, mientras sus grandes manos aprisionaban su pequeña pierna, un tritón.

Invadido de terror pataleó más fuerte, intentando huir de alguna forma, moviendo sus manos en un intento de salir a flote.

Sintió como si sus pulmones quemaran, su vista empezó a volverse borrosa. Forcejeó un poco más hasta que perdió sus fuerzas, sus pulmones se llenaron de agua y lentamente todo se volvió oscuro.
...

Sus ojos se abrieron y corrió de inmediato, perdiéndose en el oscuro pasillo, tropezando con los objetos a su paso.

Abrió rápidamente la puerta corrediza de la habitación de su hermano mayor. Vio como este despertó exaltado por el ruido y luego lo miró confuso.

Dando un pequeño salto, Izuna se metió entre las cobijas de su hermano y se hizo un ovillo al lado de este.

Madara estaba curioso por el inusual comportamiento del pequeño, pero no preguntó. Simplemente lo abrazó mientras las lágrimas cristalinas humedecían su ropa.

Eran niños después de todo.