Nada es para siempre

Hola!!
soy nueva en esto de la escritura..espero que les guste
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Yo era muy feliz, siempre sonreía, todo era color de rosa para mí, me sentía completa, tenia todo lo que se podía pedir tanto amor como bienes materiales. Hasta que un día todo cambio… ahí aprendí que nada es para siempre.

Era un doce de octubre, veníamos de pasar un fin de semana en la casa de mis primos del campo, yo iba con los auriculares puestos escuchando música, mi papa conducía el auto, mi mama y mi hermanita dormían.
Del sentido contrario iba un camión. En ese momento yo sentí que todo ocurría en cámara lenta, el choque, la explosión, el fuego, los gritos de desesperación y miedo.
Cuando crees que estas al borde de la muerte, ves como tu vida pasa frente a tus ojos, es como si se alejara cada vez más de ti y no pudieras hacer nada.
Cuando Salí del shock alcance a ver a mis padres tirados envueltos en sangre y mi hermana estaba tirada boca bajo, luego todo se volvió negro.

Al despertar, me encontraba en una habitación blanca con algunos muebles, quise levantarme pero me dolía todo el cuerpo, como pude levanté un poco la cabeza y me encontré con una mujer vestida de blanco parada frente a mí.
— ¿Dónde estoy? ¿Mis padres? ¿Mi hermana? — me desespere y ahí todo vino a mi cabeza a gran velocidad, la enfermera decía cosas que yo no entendía, estaba apartada, en otro mundo… lo recode “el choque”. Cuando me di cuenta lágrimas salían de mis ojos— ¿Dónde están?... quiero verlos.

— Yo…veras… tu familia… este…— balbuceo con cierto nerviosismo la mujer, acercándose a la cama donde me encontraba— Ellos ya no están, tu fuiste la única que sobrevivió al accidente, estuviste una semana sin despertar, yo… lo siento.

— No— no quería creerlo, no podía ser verdad— dígame que no es verdad…no por favor—dije con un hilo de voz, ahogándome en un llanto que se hacia cada vez mas grande. Pude sentir la impotencia de la enfermera, me abrazo sin poder hacer mas.
Así pasaron los segundos, que se volvieron minutos, lloraba a mares en los brazos de una mujer desconocida. ¿Cómo paso? ¿Por qué a mi me tuvo que pasar esto? ¿Por qué ahora que todo iba tan bien? ¿Por que tiene que ser así? ¿Por que la vida se va en un momento, en un instante?
Luego de varios minutos la llamaron y ella se fue. Ahí quede sola, destrozada, en medio de la habitación, llorando en silencio.
Llegaron casi todos mis parientes, todos tenían miradas tristes, otros lloraban, todos me abrazaban, me decían cosas, más yo no prestaba atención, estaba ida, alejada del mundo. Paso el tiempo, y todos se fueron a sus casas.
Yo me fui a la de mis abuelos, supe que de a partir de ese momento viviría con ellos.
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hasta aqui.. por favor comenten y diganme que opinan...

 

Hola!!
Traigo la continuación... espero que sea de su agrado ^-^
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Pasaron semanas, y ya no era la misma de antes, mis sonrisas cambiaron por lágrimas llenas de dolor, vacio y soledad, perdí peso, estaba pálida, no comía, no dormía, era como un zombi. Me la pasaba encerrada llorando, no me importaban los días que pasaban, total parecían todos iguales… tristes, largos y grises. Para mí la vida no tenia sentido, estaba aislada de todos.

Mi vida se volvió tan deprimente desde ese día, y ahí estaba en el baño mirándome al espejo, que mal me veía, ni con maquillaje disimulaba, antes me hubiera preocupado por eso, pero, ya eran tan diferentes las cosas, tan rápido había cambio todo. Tenía tantas ganas de llorar en ese momento y realmente no quería ir al colegio. Así es ya habían terminaron las clases, las vacaciones y otro nuevo año comenzó. Ya pasaron casi 6 meses desde lo ocurrido.

Salí del baño y baje las escaleras ahí estaba mi abuela, que me ofreció el desayuno, no tenia hambre pero que mas daba.
—¿Quieres que te lleve a la escuela hija?—pregunto mi abuelo, entrando a la cocina y sentándose en la mesa.

—No abuelo gracias, voy sola—respondí con frialdad, pude notar que, aunque mi abuela estaba de espaldas sirviendo el café, secaba algunas lagrimas de su rostro y mi abuelo bajaba la mirada, no quería que ellos estén así por mi culpa, no quería que sufran también.
Yo sabía que aunque todos los iban a extrañar mucho, estaban superándolo de a poco, la muerte de mis padres y mi hermana. ¿Por qué yo no lo conseguía?
Todavía los extraño, los necesito aquí conmigo para abrazarlos, mas entendía que Dios los llamo para estar allí, a su lado. Pero sentía una gran soledad en mí.
Y sin darme cuenta ya había llegado a la escuela, al entrar había mucha gente, todos amontonados, ya que había padres, alumnos, docentes, etc., cuando entre a mi salón busque el asiento mas apartado y ahí me quede.
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Las clases me parecieron larguísimas, toco el timbre de salida, y yo espere a que todos salgan, me mantuve así, parada esperando. Hasta que el único chico que estaba ahí, me miro y pregunto por que no salía, le dije que saldría ultima que todos, le pregunte por que no salía el, me respondió que pesaba hacer lo mismo que yo, salir ultimo.

—¿Por qué tienes esa cara tan triste?—dijo con curiosidad.

—Yo…-no entiendo por que le respondí, pero, creo que necesitaba desahogarme—mis padres fallecieron hace poco.

—Que pequeño es el mundo—dijo con una sonrisa triste, no entendí a que se refería—mi madre también falleció, ya han pasado 4 meses—explico.
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Eso es todo por hoy! :)
espero que les guste hasta la proxima!

 

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¡Hola a todos! Traigo la continuación…

Pido disculpas por el retraso…

Las clases me parecieron larguísimas, toco el timbre de salida, y yo espere a que todos salgan, me mantuve así, parada esperando. Hasta que el único chico que estaba ahí, me miro y pregunto por que no salía, le dije que saldría ultima que todos, le pregunte por que no salía el, me respondió que pesaba hacer lo mismo que yo, salir ultimo.

— ¿Por qué tienes esa cara tan triste?—dijo con curiosidad.

—Yo…-no entiendo por que le respondí, pero, creo que necesitaba desahogarme—mis padres fallecieron hace poco.

—Que pequeño es el mundo—dijo con una sonrisa triste, no entendí a que se refería—mi madre también falleció, ya han pasado 4 meses—explico.
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— ¿C-como puedes sonreír después de la perdida de un ser amado? — dije con dolor en cada palabra.
— ¿De que me sirve llorar? ¿Acaso eso serviría de algo? — Pregunto el bajando la mirada— Yo no puedo llorar, debo ser fuerte…— dijo mas para el que para mi— se lo prometí a mi madre, le prometí que cuidaría de mi hermano menor, que saldría adelante…

Flash Back…

—hijo mío debes ser fuerte, cuida de tu hermano, y por favor perdóname… perdóname por dejar que esta enfermedad me venza, por dejarlos solos en esta vida, por no poder verlos crecer…—dijo una mujer de piel blanca como la nieve, de cabellos negros azabaches y ojos verdes—prométeme que lucharas y saldrás adelante, cuida de tu hermano y apóyense mutuamente, estén juntos y sean felices… prométeme que sonreirás.
—Mama… —dijo un chico alto, de piel bronceada, cabellos castaños y los mismos ojos verdes que la mujer que se encontraba en la camilla— yo…te lo prometo, seré fuerte por ti mama —dijo con la voz rota, inclinándose mas hacia la camilla para ser acariciado por su madre, quien cada vez estaba mas débil —te lo prometo—susurro con lagrimas en los ojos el a su madre, mientras ella iba aflojando el agarre de manos y cerrando los ojos lentamente con una débil y pequeña sonrisa en su rostro…

Fin del Flash Back

Yo me quede mirándolo fijamente, mientras mis ojos se humedecían y lagrimas recorrían mis mejillas, sin darme cuenta rompí la distancia que nos separaba y lo abrace, lo abrace muy fuerte, hundiendo mi cara en su cuello. El correspondió a mi abrazo, desahogándose. Así nos mantuvimos un largo tiempo, era reconfortante para ambos, nos acabábamos de conocer, mas nosotros sentíamos una confianza inimaginable… era como si nos conociéramos de toda la vida.

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Eso es todo por hoy… y nuevamente pido disculpa por mi atrazo!

 

Yo me quede mirándolo fijamente, mientras mis ojos se humedecían y lagrimas recorrían mis mejillas, sin darme cuenta rompí la distancia que nos separaba y lo abrace, lo abrace muy fuerte, hundiendo mi cara en su cuello. El correspondió a mi abrazo, desahogándose. Así nos mantuvimos un largo tiempo, era reconfortante para ambos, nos acabábamos de conocer, mas nosotros sentíamos una confianza inimaginable… era como si nos conociéramos de toda la vida.

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Luego de varios minutos nos separamos, sin alargar demasiado la distancia, lentamente hasta mirarnos a los ojos. Pude notar que los tenía todavía cristalinos.

—Tengo que irme — dije suavemente sin dejar mirarlo a los ojos — adiós…—

—Adiós…—dijo y, otra vez esa sonrisa tan bonita que el poseía. Sin embargo, ahora parecía distinta, con más intensidad, con un brillo especial en los ojos. Y con desgana empecé a caminar de manera lenta teniéndolo a el a mi lado.

—Etto.… ¿No quieres que te acompañe a casa? — balbuceo, mirando sus pies y jugando con sus manos. No pude evitar esbozar una pequeña sonrisa que, obviamente el, no alcanzo a ver—So-solo si quieres, si no quieres yo lo entendería—pronuncio cada vez mas nervioso y sonrojado.

—De acuerdo— dije con mi tono de voz habitualmente igual, aunque en el fondo me moría de felicidad, por primera vez en muchísimo tiempo estaba feliz.

El camino fue silencioso, pero agradable, no fue ese silencio incomodo en el que nunca sabes que decir, sino que fue un silencio muy ameno, caminamos por las calles acompañados de una hermosa brisa.
Al pasar por una pequeña plazoleta pude divisar muchos niños riendo y jugando con grandes sonrisas en sus pequeños e infantiles rostros. Y no pude evitar sentir nostalgia al recordar la veces que de pequeña mi padre me solía traer aquí a jugar. El me miro descifrando mi nostalgia, me sonrió y me tomo de la mano, empezamos a correr hacia un par de columpios mas alejados de los demás, aun con las manos entrelazadas.

—Sube a uno de los columpios—me dijo soltando mi mano, yo hice caso y me senté en uno, el, caminó, pasando por mi lado y posicionándose detrás de mí.

— ¿Q-Que haces? —pregunte yo, sorprendida al sentir sus manos en mi espalda impulsándome hacia delante.

— Tu solo disfruta del momento y los columpios —dijo con una sonrisa impulsándome con un poco mas de velocidad haciendo que valla mas alto.

— ¿Eh? yo no... —trate de negarme pero, seria en vano ya que el no pensaba escucharme así que resignada me deje ser columpiada...
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Eso es todo por ahora!
Hasta la próxima!