El Origen de los Guardianes My Happyness, my Light

No sé cuando comenzó a suceder, pero ella, me parecía distinta, sus ojos, siempre tan vivaces, tan llenos de luz, su sonrisa, traviesa, linda, nerviosa, su forma de desplazarse por el viento con tal delicadeza como si danzara. Norte y los demás lo notaron algo comenzaba a surgir, de pronto se ve me veía aún más feliz; tuvieron gran complicidad para que ocurriera, debí sospecharlo por la forma de reír del conejo y ese corazón de arena en la cabeza de Meme en tantas ocasiones, pero ¿por qué evitarlo?, quería que ocurriera.

Bastó una sola ocasión para que me convenciera que mi lugar era con ella, les contaré.

Era frío distinto, como de muerte y soledad, yacía en la guarida de Pitch, no era fuerte como antes, pero si un embustero, me tomó por sorpresa fingiendo ser un niño en apuros, no sé como lo había hecho, creo que de la forma en la alguna vez controló la arena de Sandny, ahora controlaba mi hielo. Me estremecía entre las fauces de su escondite temiendo, llorando, mi propia esencia iba en mi contra y también la de los otros guardianes, tenía pesadillas despierto, tenia recuerdos trágicos, tenía terror, me abrazaba inútilmente sintiendo frío y nada mas, apunto de perderme en el abismo.

—¡Jack!—alguien me nombraba entre las sombras y su voz era luz— ¡Jack! —insistía sin que yo pudiera responderle.

Un revoloteo cercano a mi me percató de su presencia, era el hada de los dientes, estaba allí por mí, sentí como me arrastró fuera de la jaula mientras sollozaba.

—Jack…respóndeme… ¿estás bien?—me estrechó hasta ella, protectoramente —debí traer una de mis haditas pero no resisten estar aquí, ¡Jack!—mi respiración lenta, mi mirada perdida.

Tomó los recuerdos que yacían en mis dientes y los activo, con una vana esperanza, pero nada sucedió solo percibía tinieblas, una lagrima resbaló en su mejilla y cayó sobre mí.

—Jack, vuelve, los guardianes te necesitan, los niños necesitan…—sollozaba mientras me apretaba en sus brazos—Jack…

Una frase surgió de pronto, mi centro era felicidad, pero me di cuenta que hasta ese momento nada me hacía a mi feliz, pero dijo algo que lo cambió.

—Jack yo te quiero, desde vi tus recuerdos, pensé en que podía ser lo que te hacía ser quien eras, tan alegre, tan energético, tan entusiasta, te vi varias veces, yo te vi siempre y con amor.

Diciendo esto me beso, fue sutil, breve, pero en mi, fue un despertar, se desvanecía toda oscuridad, me invadía el asombro, la belleza de tantos sueños, la grandeza de tantos recuerdos, la esperanza de estar los dos y la alegría de estaba ocurriendo.

Hoy con el viento en mi rostro, con mis compañeros guardianes y soy feliz pues se que debo estar a su lado, ¿Qué como lo sé?, La luna me lo dijo y ella nunca se equivoca.

​