Monstruo

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Hecho para el concurso "Drabbles Clamp" Espero que les guste :3​

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Nick: Catherine Western
Fandom: Sakura Card Captor
Titulo: Monstruo

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Monstruo​

Los miro de reojo mientras acomodaba su gorra y se ponía los lentes de sol. Cuando ellos se alejaban un poco se levanto del asiento que ocupaba en aquella concurrida plaza.

Caminó más rápido al ver que los perdía de vista. Giró en la siguiente esquina y se metió en la misma heladería que ellos. Contemplo los gustos y pidió uno de vainilla para no desentonar, mientras se quedaba sentado en la barra. Los observaba a través del espejo incrustado en la pared mientras comía su helado. La vio a ella reír con las mejillas arreboladas y a él sonreír tímidamente.

Gruño interiormente clavando su vista en él… pudo haber estado así horas y horas, pero él lo miró. Lo escudriño con la mirada durante un largo minuto, viendo desde su vestimenta negra hasta sus orbes marrones y llenas de odio. En sus ojos se podía ver que lo había descubierto, sabía quién era.

Articulo un: “cállate mocoso”, mientras terminaba de comer su helado. El otro sólo le lanzo una mirada asesina, odiaba totalmente el apodo con el que le había hablado.

Observó como él se giraba hacía su compañera con una hermosa sonrisa en sus labios. Se contuvo de darle un puñetazo cuando vio que alargaba un brazo hacía ella y acariciaba su rostro con lentitud, como deseando que ése sonrojo tan habitual en ella no se fuera.

Cuando vio que se acercaba a ella con una lentitud infinita, su corazón golpeo con fuerza dentro de su pecho ¿acaso pensaba…? Tardó un poco en reaccionar, y cuando lo hizo estuvo a punto de mandarlo a la China de una sola patada.

Sus ojos se abrieron de golpe cuando vio la escena, ¡ese mocoso estaba besándola! ¡A la única chica que en verdad le importaba! Ahí, perdió todo el control sobre su cuerpo. Su vista se volvió roja en un segundo, y sólo atino a agarrarlo de la camisa y tirarlo al suelo. El gorro que protegía su cabeza cayó. Se sentó sobre él, apretando su pecho e impidiendo que el aire entrara a sus pulmones. Alzo un puño y justo cuando le iba a pegar, la oyó gritar.

—¡Touya! ¡Suéltalo! ¿Qué no ves que le haces daño?— Y sintió unos pequeños golpes en su cabeza. La miró con esos ojos duros que a cualquiera haría salir corriendo, y sonrió cuando vio un escalofrió recorrer su columna.
—Monstruo ¿es qué acaso ya no puedo proteger a mi hermana?
—¡No me digas monstruo!— gritó la castaña atinándole una fuerte patada en la pierna.

Su cara se volvió presa del dolor, y su cuerpo se encorvó. El dolor fue suficiente como para que el castaño pudiera salir de la prisión que le había impuesto, completamente adolorido.

Tomo a su acompañante y salió corriendo de ahí, al mismo tiempo que él se paraba y los perseguía. Sabía que lo que hacía estaba mal, pero no podía evitarlo. Aunque sabía que su hermana estaba creciendo, no deseaba alejar al monstruo de su vida.