Miss Paranoia

Tema en 'Relatos' iniciado por Fénix Kazeblade, 27 Junio 2014.

  1.  
    Fénix Kazeblade

    Fénix Kazeblade Creador de mundos Comentarista destacado

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    Escritor
    Título:
    Miss Paranoia
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Comedia
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    1177
    Esta es una historia hecha para la actividad Cuentos comicos. Espero la disfruten.

    Muy lentamente se le veía descender observando que el arnés sujeto a su cintura resistiera un poco más hasta que su descenso estuviera completo, era bastante riesgoso, una mínima gota de sudor podría actividad alguna alarma oculta, por lo que buscaba controlar cada movimiento, si era posible cada glándula de cuerpo para evitar hasta la más microscópica señal de su paradero.

    —Son las diez de la noche, en esta ocasión existe poca actividad dentro del domicilio, sospecho que ningún embarque saldrá esta noche, pero seguiré vigilando. Janette, dime que tu vez algo—dijo la chica de pelo corto y castaño colgando de cabeza.

    —Veo a una chica demente y paranoica colgada de los tenderos de mi mamá, vigilando a los vecinos como una lunática, ¿eso cuenta?—dijo la chica de lentes con aburrimiento en su voz desde la habitación del segundo piso de la casa.

    —Esto es algo serio Fer…—se justificaba la chica.

    Se escuchó un siseo en el viento como un latigazo que segundos después terminaba golpeando el pilar de aluminio que estaba sostenido, Fernanda miraba como el lazo que sostenía en arnés se salía disparado por los cielos antes de caer al piso en grito ahogado mientras era cubierta con una sábana que ondeaba en el viento lentamente hacia ella.

    —Jan…

    —Ya voy, ya voy…—respondió con desgane.

    Janette había bajado rápidamente aunque sin mucho entusiasmo de la habitación de su mejor amiga, sin embargo le había tomado más tiempo llegar afuera a causa, había tenido que despistar a la madre de Fernanda sin tener que decir “señora voy por su hija porque está entre los tenderos enredada en la ropa que acaba de lavar, por espiar a los vecinos”, eso no sonaría nada bien. Salió hacia el patio y miro extrañada que ella ya no estaba ahí, se disponía a entrar de nuevo a la casa pero algo ocurrió.

    —¡Un fantasma!¡Corre!, ¡Corre! —se escuchaba que exclamaban un montón de niños doblando la calle.

    Fue lógico al girar en la esquina, ver a una destartalada sabana viviente correr hacia la casa del vecino, portando las mismas deportivas que esa desquiciada compañera de ella.

    Jan corrió tras ella, al ver que se disponía a entrar en la casa de su vecino, mientras lo hacía, intentó recordar cómo había comenzado todo esto.

    Ellas dos se habían quedado de ver en su casa, habían recopilado varias películas habían preparado palomitas, algunas sodas, helado, una típica noche de chicas, al menos para chicas como ellas. Jan había pedido permiso para quedarse a dormir en casa de Fernanda a sus padres, era una noche tranquila. Bueno, hasta que aquel hombre de barba cerrada, fornido y de ceño fruncido que se había mudado salió de su casa sigilosamente para dar dinero a algunos hombres en medio de la noche mientras partían luego de unos minutos en varios camiones.

    Cientos de posibilidades pudieron haber surgido, pero la viva imaginación, demasiado para la salud de Janette, de su amiga había extremado hasta lo peor.

    —¡Es un traficante!

    Así es como en ese momento tenía que correr tras ella esperando que no cometiera una locura, tal y como lo había hecho tantas veces.

    Cuando llegó frente a la casa del vecino, vio como la puerta se entrecerraba. Fer ya estaba dentro. Se apresuró a pasar y guiada por ruidos de un forcejeo llegó a la sala, casi caía de espaldas cuando vio la escena que se daba allí.

    Fernanda asustada empuñaba algo entre sus manos apuntando a aquel hombre, él yacía en el piso con las manos en actitud defensiva, observándola sobre los trozos rotos de una mesa de centro y un croissant de chocolate, embarrado en la mejilla.

    —¿L-la conoces?—dijo el chico alternando la mirada entre la dos chicas.

    —Fer, ¡¿qué estás haciendo?!—exclamó Janette asustada.

    —Lo descubrí, ¡Lo descubrí!, en esa caja debe de haber algo que lo compruebe, estoy segura—repetía la chica— no negaras que estabas por entregarla justo esta noche ¿no?

    —Pues si…pero…

    —¡Silencio!, te he vigilado desde siempre, cada uno de tus movimientos, desde mi casa pude ver como hiciste ampliar el ala derecha seguramente como una bodega, todos los días gente viene y recoge mercancía a la media noche y otros más en la madrugada vienen y descargan más aquí, ¿¡Por qué a esa hora!?...

    —Yo…

    —¡Silencio!, solo lo haría, una persona que trama algo malo.

    —Espera, espera, ¿puedes ver toda mi casa desde la tuya?

    Ella sonrió superior, pensó que al fin confesaría.

    —¿Mi sala?

    —Siempre estás viendo noticias, supongo que vigilas si están detrás de ti…

    —Emm, ¿mi cocina?

    —Nunca he visto que hagas nada dentro de ella, supongo que comes fuera…

    —¿Mi baño?

    Las dos abrieron los ojos como platos y un ligero rubor apareció en sus mejillas.

    —Y-yo soy la que hago las preguntas aquí—recriminó Fernanda amenazando con lo que lo llevaba en las manos.

    —Ok…voy de acuerdo, ¿pero por qué todo esto?

    —¡Eres un traficante! —exclamó con el mismo dramatismo de una telenovela la chica.

    Janette sin darse cuenta tarareaba una de esas típicas melodías de tensión que se escuchan en este tipo de programas cuando se hace una revelación. El hombre la volteó a ver extrañado.

    —Lo siento…—dijo la chica desviando la mirada.

    —Yo no soy un traficante, ¿¡que les ocurre!? —dijo un alterado.

    —No puedes engañarme, este símbolo de la caja—señalo— lo busque en internet es el símbolo del ejército, ¿Qué haces con algo del ejército en tu casa?.

    Mientras hablaba fue hacia la caja y metió la mano, sacó una caja de cartón más pequeña.

    —¡No te muevas!, veré que hay en esta caja.

    —No creo que quieras hacerlo—dijo el tipo con sorprendente calma alzando una ceja.

    —Claro que sí, ¿Qué les envías?, ¿drogas, esteroides o acaso les robas las armas a ellos?

    Con esta expresión, rompió la caja y apuradamente sacó su contenido al exterior, parecía reír triunfal, segura que lo había atrapado.

    —¡Aja!, ¡Trusas de algodón talla 32 “el capitán américa”!


    Epilogo:

    —¿Entonces con lo que te estaba apuntando era una etiquetadora?—preguntó Janette.

    —Si, compre la casa para poder usar el espacio, también como una empresa de envíos como los tenía en otra ciudad, manejamos todo tipo de cosas, claro, contrario a lo que creyó tu amiga, todo legal.

    Janette sintió un poco de pena ajena y sonrió nerviosa.

    —Je…si, ella.

    —¿Siempre ha sido de la misma manera?

    —Oh si siempre, ahora que lo recuerdo, habíamos estado viendo una película de un chico que se queda en casa y…—en ese momento se dio cuenta del trasfondo de todo, se sintió tonta por no darse cuenta antes—…se percataba que su vecino podía ser alguien peligroso y terminaba descubriendo que era cierto..

    —Ya veo, entonces hay que cuidar que termina viendo si es así de sugestionable.

    En ese momento se escucha un grito a lo lejos, es Fernanda.

    —No es nada, creo que está viendo una película de zombis con su hermano…hay no...
     
    Última edición: 8 Septiembre 2016
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  2.  
    Shani

    Shani Maestre Comentarista empedernido Usuario VIP

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    Jajajaja, Fenix, eso sí fue gracioso. Cumpliste con la consigna de la actividad y desarrollaste muy bien el argumento, aunque el tema no es de lo más original.

    Las andanzas de Fernanda resultan muy divertidas, y la pobre amiga que tiene que soportar sus locuras, por no hablar del vecino víctima de Fernanda xD

    Tienes errores de ortografía algo importantes como: "Janette, dime que tu vez algo" en ese caso debería ir ves, que viene del verbo ver. Ese, entre otros errores.

    En fin, pasé un momento divertido al leer la historia y me has hecho reír: Mi puntuación: 4/5

    Saludos. :)
     
  3.  
    Knight

    Knight Usuario VIP Comentarista Top

    Libra
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    Lamento muchísimo pasarme a calificar después de tanto tiempo, de verdad lo siento muchísimo.

    Pudiste aplicar muy bien el argumento que se te dio, es mas lo seguiste al pie de la letra, me sacaste una buena risa cuando se descubrió el tipo de "mercancía" que estaba manejando.
    Y el tipo de personalidades que manejaste, la ortografía estuvo bien, aunque siempre se te pasan algunos detallitos, no sé si habrá sido la emoción del momento xD.

    Mi puntuación: 3/5

    ¡Gracias por participar, y de nuevo disculpa la terrible demora!
     
    Última edición: 7 Noviembre 2014
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