James Ella logra llegar antes que mí, y yo con la adrenalina me lancé en el aire y caí acostado en el suelo al frente de la puerta de entrada, junto con los demás. Detrás todavía venía corriendo el chico tímido, bueno, ni tan tímido al verlo desenvolverse un poco. Todos estaban extasiados por la corrida, y se encargaban de respirar, sin embargo, el hielo seguía chocando contra el suelo y al quebrarse los trozos volaban y algunos de ellos nos daban. —¿Acaso no tiene llaves? —le pregunté al Agente, y en tono de broma le dije. —Ojalá no se hayan quedado dentro del coche.
Laurent No me sorprendió demasiado darme cuenta que me había quedado en último lugar; todos habían llegado sanos y salvos a resguardarse bajo el techo... menos yo. Normalmente no me habría preocupado dicho asunto, de no ser porque esta vez lo que estaba en juego era mi vida; no demasiado valiosa, pero no tenía aún intención de perderla. De vez en cuando miraba hacia arriba, tratando de mirar los pedazos de granizo caer uno tras otro: Era un espectáculo interesante, sin lugar a dudas, pero como me quedase un segundo más allí afuera, me iba a morir sin lugar a dudas. No quería hacerle compañía al auto de Tony, eso seguro. [3/4]
Laurent Y allí estaban ya todos: El chico serpentino de los cigarillos, el cojo, la payasa, la "indecente"... y la otra. Si sobrevivía debería pensar en algún apodo para ella, o simplemente esperar a que alguien más se lo ponga y copiárselo; sí, eso sonaba más fácil. Por supuesto, un apodo diferente a Dulzura. O no, puede que incluso fuese un buen apodo. Sería cuanto menos interesante ver la reacción de aquella chica si le llamase así, a escasos centímetros de su rostro, sonriendo... Sí, eso haría. Claro que, para poder llevar a cabo todo aquello, primero tenía que salir vivo de ésta. Eso era lo esencial: Debía sobrevivir por los apodos... ...Y por el encendedor. Ese bendito encendedor. Yo ya tenía uno, era cierto, y era mucho más resistente y durable que el del chico, pero ¡ey! Nunca puedes tener suficientes encendedores. Incluso podría incinerar un encendedor usando otro encendedor. ¡Brillante idea! ¿Cómo no se me había ocurrido antes? Aunque, como todas mis otras brillantes ideas... ...debían esperar a que los pedazos de hielo dejasen de rodearme por montones. Y que no me partiesen el cráneo, también. [4/4]
