Colección Miscélanea de recuerdos.

Tema en 'Fanfics Abandonados Pokémon' iniciado por Gold, 7 Junio 2018.

  1.  
    Gold

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    Miscélanea de recuerdos.
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    Para todas las edades
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    Drama
    Total de capítulos:
    7
     
    Palabras:
    255
    Como bien dice el título, esta colección de Drabbles y OS son una miscelánea de diferentes temas. Varios de los escritos que publicaré aquí son viejos, demasiado, de 8 años para atrás cuando aun era un novicio escribiendo. Por lo que si ven cualquier error, es normal, mas haganmelo saber.

    Esto será una mezcla de lo viejo (escritos que venían acumulando polvo en mi PC y ahora ahora, muchos ven la luz y otros tantos ya habían pisado la zona). Con lo nuevo (nuevos escritos que haré con mi nivel actual).

    Nada tiene relación entre sí, aunque a veces pueda parecer. Sólo unos cuantos Drabbles y OS si acaso estarán levemente interconectados pero no es una generalidad.
    Espero sea de su agrado.

    Sky Master​
    Impasible a los efectos de tus congéneres, tú o gran rey de los cielos, que con tu magnificencia y gran poder puedes detener a los grandes titanes de la tierra y el océano y a la vez eres tan codiciado como mismísimo oro por los humanos que están celosos de tu gran maestría.

    Tu única debilidad es un sueño eterno del que tan sólo despiertas para poder calmar la furia de los titanes que están a tu cargo. Luego desapareces en una estela de luz, dejando en incógnita tu paradero, que tan sólo has de revelar a los entrenadores dignos de ti.

    Por eso eres digno de llamarte el maestro de los cielos, el señor de los aires: Rayquaza, el gran dragón esmeralda de Hoenn.
     
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    Miscélanea de recuerdos.
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    Género:
    Drama
    Total de capítulos:
    7
     
    Palabras:
    620
    Mascota.​



    Era algo especial tener una mascota, ese pequeño ser que no te discriminaba, al que le agradabas como era tu forma de ser, ese pequeño animal que te alegraba las mañanas, y te consolaba cuando estabas llorando.

    ¿Por qué no todos los hogares pueden ser así?

    Cuando me compraste del criadero del Snubull, sentí que yo era especial. Cada mañana te alegras al verme y yo hacía lo mismo, incluso cuando ibas creciendo ahí estaba yo para consolarte.

    Por esa razón me negué a evolucionar, quería que tuvieras siempre un compañero adorable para tus tardes. Aunque inexplicablemente poco a poco me ibas aparatando, cuidar de mí se te hacía un fastidio, preferías estar en la computadora, o besuqueándote con ese muchacho que tanto te desagradaba, ¿Cómo era su nombre?, ah sí, Paoul.

    Incluso si yo llegaba durante esos momentos y él me pateaba, tu contribuías a eso, diciendo: “Lárgate Snub, nos molestas”.

    Pero no me importaba, ya que durante el resto del día confiaba que volverías a ser tú, sin embargo, tú mirada ahora frívola para conmigo.

    ¿Dónde quedo esa niña de años antes?

    Un día, la puerta de tu casa estaba abierta, me sentía extasiado al poder conocer el mundo exterior, pues mis paseos diarios se habían cambiando para una vez al año.

    Salí disparado como un cohete, viendo extasiado a todas las personas, pokémon y cosas que me rodeaban.

    Inconscientemente, me fui alejando cada vez más de tu casa, hasta que me di cuenta de que estaba perdido.

    Vagué por días tratando de encontrar el camino de vuelta pero, siempre terminaba por perderme aún más.

    En una de esas, un carro que iba a toda velocidad me arrolló, quedando mis patas traseras inservibles y mi ojo izquierdo ciego.

    Como pude me arrastré a un profundo callejón, sintiendo mis fuerzas desfallecer, después de todo hace casi dos meses que no como un alimento “completo”, pues todo lo que engullía siempre eran pequeños pedazos.

    ¿Nunca te importé?

    Durante los meses que estuve perdido nunca vi un cartel de “se busca”. ¿Sólo era un objeto para ti?

    Mis ojos se cerraban, mi respiración se hacía más lenta y entrecortada, mis ojos derramaban pequeñas lágrimas de dolor y tristeza, la gente que pasaba por aquel sombrío lugar contribuía para mi sufrimiento, me lanzaban piedras, palos, vidrios.

    —¡Snub!-Escuché a una voz pronunciar mi nombre, abrí mis ojos como pude, pensando que eras tú, pero en tu lugar me encuentro con tu primo: Lucas.

    —¿Qué te hizo Dawn? Mira como estas.-La dulzura de sus palabras me alegró un poco, traté de ladrar pero no pude, sólo lamí sus manos, en signo de agradecimiento.

    Él empezó a llorar al verme en ese estado, moriría dentro de poco, me dio un abrazo como pudo, pues mi pequeño cuerpo estaba ensangrentado y todo adolorido por el choque anterior, al poco tiempo el cielo empezó a llover, extraño si notamos la falta de nubes.

    El chico se quedó a mi lado hasta que ya no pude abrir los ojos.

    [...]​

    Lucas recogió el pequeño cuerpo inerte del perro de su prima, con mucha delicadeza lo puso en una caja que llevaba: era de sus tenis nuevos, pero al menos quería que el Snubull tuviera un pequeño ataúd.

    Miró al cielo, siendo empapado por las tibias gotas de lluvia, estaba seguro que por no traer gabardina ni nada que le cubriese se enfermaría, pero era más grande el sentimiento de permanecer con el cadáver.

    —Dawn… nunca lo apreciaste como debiste-Dijo alzando la mirada, siendo testigo de cómo las gotas de agua tomaban más fuerza—Sin embargo… él nunca te odió. Es más, te quiso como nadie en este mundo.
     
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  3.  
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    Drama
    Total de capítulos:
    7
     
    Palabras:
    880
    Alterado​

    Los laboratorios estaban llenos, las luces apagadas y los espectadores emocionados. Por primera vez, en más de diecisiete años podrían manejar genéticamente el ADN de un Pokémon. El elegido era la máquina de matar perfecta de la era prehistórica, ahora su fósil se encontraba en sus manos, la mesa metálica donde se encontraba extrajo unas pequeñas pinzas para tomarlo. Una vez hecho, lo transportó hacía un tanque de líquido verdoso, dónde, los científicos esperaban pacientemente. Finalmente, tras teclear unos cuantos códigos, checar la estabilidad y preparar todo lo necesario para controlar a la nueva criatura. El fósil comenzó a brillar y a tomar forma, y tras unas cuantas horas de espera, Genesect apareció.

    Ciertamente al estar mucho tiempo inactivo, el cuerpo del Pokémon estaba algo deteriorado. Ghechis presintió esto y por ende ordenó que sacaran a la nueva criatura y la sometieran a algunos “cambios”. No hubo necesitad de tranquilizantes o anestesia, pues el Pokémon aún estaba algo aturdido por su renacimiento, así que procedieron a insertarle unas cuantas partes metálicas, asegurándose de soldarlas al cuerpo del fósil para cubrir su tierna piel. Su cañón, ya desgatado y deteriorado por el tiempo también sufrió modificaciones, lo cubrieron de aleaciones metálicas e hicieron que fuera compatible con diversos tipos de “discos”.
    Una vez terminado el proceso, Ghechis dio la orden de que todos se retiraran, no sin antes sellar la cámara del laboratorio para que Genesect no tratara de escapar al ver su nuevo entorno.

    El cazador absoluto abrió lentamente sus parpados intactos, viendo que no estaba en su entorno natural. Incluso se sentía más pesado, aunque eso no afectaba su equilibrio para nada; sacudió su cabeza para quitarse aquel molesto mareo de hace unos cuantos momentos. No podía permitirse ese momento de debilidad, tenía que ir buscar a sus presas, tenía que conservar tu titulo de cazador fiero y eficaz. Con la mejoría de su cañón procedió a destruir el lugar donde lo tenían preso. Sin embargo algo llamó su atención.
    El que decía que los Pokémon no pensaban, estaba totalmente equivocado. Genesect caminó hacía la única vitrina que no había destruido: Ahí dentro había uno igual a él.

    Su especie no era muy social, de hecho, se evitaba a toda costa, no solían cazar en grupo y si uno se encontraba con otro; tratarían de destruirse.
    El líder del equipo plasma había aprovechado la oportunidad de sacarle un poco de su ADN para hacer clones exactos. No se iba a conformar sólo con uno si podía tener un ejército de ellos, obviamente, no midió las consecuencias.

    El Genesect original procedió a acabar con uno de sus experimentos, dejando sólo un rastro de líquido verde a su paso.

    Las alarmas no se hicieron esperar, alertando a todos los científicos que su mayor logro había escapado, no obstante, varios soldados tan sólo se quedaron en sus lugares viendo como la criatura destruía todo a su paso. Para Ghechis, eso significa un acontecimiento inesperado, él planeaba liberar a su ejército de Genesect para que acabaran con los entrenadores humanos y así facilitaría que la recolección de los Pokémon fuera mucho más sencilla. Aunque no se molestó, ni gritó. Tan sólo mostró en su rostro una sonrisa siniestra; aquello sólo era el comienzo.

    Genesect se vio atrapado en aquella jungla de concreto, aunque la confusión le duró poco. Sus instintos se adaptaron rápidamente al entorno; en poco tiempo había reinado la ciudad. Varios cuerpos ensangrentados adornaban el panorama. Nadie podía dominarlo.

    Ghechis vio lo que su creación, por lo que decidió liberar a sus demás experimentos, con sólo el detalle de que a estos les habían implando un dispositivo de mando cual juguetes electrónicos. Así sería más fácil controlarlos y evitar que se mataran.

    El rebelde vio venir a un ejército de los de su especia hacía él. Podía ser un Pokémon que tal vez sólo pensara en matar para mantener su dominio; pero hasta a él le extrañaba que ver a varios Genesect en un grupo numeroso. No perdió tiempo, nadie, ni siquiera esos humanos, le quitarían el titulo de la mejor máquina asesina. Tenía que ganar, aunque eso implicara entrar a su propio juego.

    El líder el equipo plasma sonrió al ver sus acciones, su plan estaba saliendo bastante bien, ¿Qué importaba que uno de ellos hubiera despertado antes de implantarle el chip? Tenía cien más. Frunció el ceño al escuchar las alarmas del la base.

    —Es inteligente—Pensó, luego volteó la vista hacía la puerta de su oficina, encontrándose con el rebelde.— Vaya, eres especial, tienes una inteligencia mayor al de las tus congéneres.

    El bicho tan solo lanzó un gruñido.

    —Lástima que no eres tan listo—Al terminar la frase, varios científicos le habían implantado el chip por la fuerza al rebelde.— Ya no eres la máquina perfecta, bienvenido a la revolución.

    Ghechis se acercó al Pokémon sin protección alguna, confiándose ciegamente en el dispositivo que en él implantó. Genesect no desaprovechó la oportunidad, clavándole una de sus afiladas garras. Después procedió a liberarse del agarre, quitando a su vez el chip que le habían implantado.

    Mató al resto de los científicos y se fue de la base. El reinado de Genesect aún no acababa, al contrario, acababa de comenzar.​
     
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    7
     
    Palabras:
    591
    El único Songfic que verán en esta colección. Fue a mediados del 2011 que lo hice.

    Fatal Tragedy, Tragedia Fatal.​


    Era de noche, las dos de la madrugada para ser más precisos, yo había llegado tras un arduo día de trabajo, mi cansado cuerpo sólo pedía descanso. Más sin embargo me sentía diferente, aunque termine restándole importancia a eso antes de caer completamente dormido.

    No se completo ni una hora de mi preciado sueño, cuando escuche algunos llantos provenientes de la casa de al lado, eran insoportables por lo que decidí salir a ver qué pasaba.

    Cerré la puerta con llave y me encamine hacia mi patio para escuchar mejor de donde provenían tan molestos llantos, para mí sorpresa provenían del patio vecino donde un hombre de aspecto mayor, cabellos plateados, gorra roja que le tapaba casi toda la cara, pantalón de mezclilla y botas para lodo, era el quién causaba todo el alboroto.

    Al verme parado allí a pocos metros de él, se seco las lágrimas y erguió la espalda, mirándome fijamente a los ojos.

    De nueva cuenta agacho la cabeza girándola para la casa que tenía enfrente, susurró algo casi inaudible pero del cual yo sólo rescaté una frase que fue: “¿Conociste alguna vez a la persona que fue asesinada aquí?”

    Sonreí al escuchar aquellas palabras, al parecer aún se acordaban de aquel asesinato. Lo recuerdo bien, era digno de una película de terror, algo que merecía ser filmado por los astros del cine, lástima que no pudo ser así. Nunca atraparon al asesino y nunca se supo como el porqué la mato, sólo se supo que dejo una nota, con sus exactas palabras “No tenía esperanza de vivir”. Los policías dicen que el asesino ya no tiene paz en su mente por matar tan cruelmente a una jovencita pero ¿Cómo afirman eso? ¡Ja! Los asesinos fueron hechos para eso, matar sin compasión alguna y sin remordimiento alguno.

    El hombre seguía observando la casa derramando algunas lágrimas en el acto, con mucha sutileza le pregunté “¿Qué es usted de la persona que murió aquí?”.

    Él me respondió “Yo era el padre de Jasmine”.

    Él se fue, no sin antes decirme que “Pronto encontraría la verdad sobre aquel asesinato”.

    ¿Encontrar la verdad, él? ¡Ni siquiera los mejores policías pudieron!, ¡Como me daba risa aquello!

    Olvidé por completo mi cansancio, subí a mi auto y me dirigí al cementerio donde yacía el cuerpo mutilado y en descomposición de la víctima de hace tres años.

    Cuando llegué me dispuse a caminar entre la tierra fría y mohosa del cementerio, hasta llegar a su tumba que se encontraba adornada por un fino ángel de mármol y donde claramente se podía leer “ De 1887 a 1910 , aquí yace muerta Jasmine , amada hija fallecida a sus veintitrés años de edad”.

    Si bien su muerte significo una caída para la empresa de su padre por no disponer de una heredera, también un gran escándalo en la televisión pues su madre demandaba constantemente en entrevistas que hicieran todo lo posible para hallar al asesino, su resultado; fracaso.

    No se tomaron el tiempo necesario para investigar más a fondo, no sospecharon que el asesino estaba a la vuelta de la esquina, nunca supieron la verdadera razón de tales acciones por las que fue motivado.

    Y sobre todo nunca supieron que ¡Yo, Silver Giovanni fue el causante de todo!

    Inconscientemente una sonrisa macabra se poso en mi rostro al pensar aquello, que ingenua es la gente en estos días.

     
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    Maze

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    Aries
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    Ya leí los dos primeros. El de Quetzalcoatl fue bastante gracioso con ese tono pomposo muy ad hoc con una bestia mística. Y el segundo... vales verga. Vales pinche verga y valgo más verga yo por no ver venir la puñalada. Fue cruel con el pobre perrito y ahora me siento mal por todos los perritos muertos del mundo, y lo peor es que muere al final y la última reflexión lo hace un poco más sad. Pero fuera de eso me gustó.

    Luego comento el resto.
     
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    Gold

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    Drama
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    Palabras:
    359
    Torero

    Entraste a la arena. Miles de personas gritan y se emocionan, pero desgraciadamente todas esas aclamaciones no son para ti. Son para aquella persona que vino a matarte, como lo suponías, tú sólo eres un cruel entretenimiento.
    Aquel sujeto pone una capa roja frente tuyo, sabes muy bien que no es color rojo lo que te altera, sino la actitud arrogante del sujeto que se dice llamar “torero”. Tratas de cornearlo, en vano, y él trata de enterrarte un sable, también falla. Vuelve a ondear su capa, esperando tu siguiente ataque, obviamente quieres demostrarle que no estás para juegos, por lo que sucumbes ante tus instintos. De nueva cuenta fallas, pero esta vez el sable impacta en tu piel, perforándola. Sientes el dolor, como fluye la sangre, oyes como lo ovacionan, incluso le lanzan rosas. No te rendirías sin pelear, pues si aquellos patéticos humanos querían entretenimiento, tú se los darías. Les demostrarías que no deben jugar contigo; un Tauros.

    Rascas incesantemente el suelo con tu pesuña, aquella es la señal de que volverás al ataque. El “torero” se da cuenta, y antes de que logres completar tu ataque vuelve a herirte; está vez son dos espadas las que te encaja. Flanqueas un segundo, tus sentidos te fallan, pero te vuelves a erguir. Lo da fuerza para seguir es la esperanza de que lograras herirlo. Vez que ahora si está distraído, tomas impulso, corres con fuerza. Sientes un líquido cálido sobre tus cuernos, abres los ojos, pues los cerraste al tratar de impactarlo. Vez la mirada perdida en el rostro de tu agresor, y es cuando te das cuenta de ello: ¡Lo has lastimado, sino es que matado! Ahora los rostros de aquellos humanos expresan terror, decepción, y pueden evitar salir corriendo ahí.
    Sientes como varios más te lanzan un dardo tranquilizante para poder tratar de salvar a su semejante. Ya no hay esperanza para ti, morirás lentamente desangrado, pero al menos con la satisfacción que lograste herir de muerte a uno de los tantos que se deleitan matando a tus hermanos.

    Eres un Tauros de Lidia, un animal criado para morir en el ruedo…
     
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    Gold

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    Drama
    Total de capítulos:
    7
     
    Palabras:
    343
    El regalo.​



    ¿Sabes?, nunca pensé que los humanos fueran tan materialistas, especialmente los niños.

    Pero, tú me hiciste ver que sí, que nosotros no somos más que regalos temporales, seres que tan sólo duran una navidad si acaso, luego nos avientan en algún rincón de la casa.

    Aquel día te emocionaste al verme, me abrazabas como si te fueran a alejar de mí. Después de todo yo era ese lindo peluche de Skitty que tanto querías para tu cumpleaños.

    Cuan equivocado estaba.

    Los primeros meses me traías de arriba abajo, era tu adoración. Me comprabas ropa, adornos, cepillos, platos de comida, etc. Me cepillas y me mimabas, hasta que llego de nuevo la navidad.

    Cuando viste el peluche de Glaceon, instantáneamente me arrojaste a un rincón de tu armario y empezaste a hacer con tu nuevo amigo todo lo que hacías conmigo.

    Hasta que él llego a donde yo estaba. Y cada año llegaban más huéspedes al pequeño rincón.

    Pero un día nos descubriste a todos, hiciste una mueca de desagrado, pues estábamos sucios y maltrechos, aunque, nos tomaste en tus manos. ¡Qué bien! ¡Jugarías con todos nosotros de nuevo!, pero en vez de eso nos metiste a una caja y se la entregaste a tu padre.

    Él nos llevo a uno de esos lugares donde los humanos se desasían de sus cosas permanentemente, le dio la caja a uno de los encargados, mantuvieron una pequeña charla y se fue.

    El hombre se nos quedo viendo.

    -Qué desperdicio, esto seguramente alegraría a un niño, pero ya que-Se dijo, mientras nos ponía en una barra móvil, donde nuestro final aguardaba.

    Ahora, mientras me estoy quemando en las llamas de este horno, viendo como mi cuerpo se pone más negro de lo que ya estaba tan sólo te digo:

    No pidas tantos regalos May, si de todos modos nos vas a calcinar cuando ya no te sirvamos.

    Lo escribí cuando salió Toy Story 3, so ahí porque se ve muuuuuuuuy similar. No me maten Dx
     
  8.  
    Gold

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    Miscélanea de recuerdos.
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    Drama
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    7
     
    Palabras:
    1859
    Miracle Water.​


    Libre, puro, transparente, rápido…

    Esas eran las cualidades de Suicune, sin embargo no siempre fue así , alguna vez Suicune fue un pokémon común y corriente, pecador de haber servido a los humanos, obedeciéndoles ciegamente, hasta que un día le abandonaron, lo que provoco que fuera adoptado por los monjes de la torre latón, lugar que se suponía era el santuario de Ho-Oh.

    Miles de años pasaron después de aquel suceso pero él aún recordaba su vida como Vaporeon en la torre, vida que de vez en cuando extrañaba. Allí conoció a los que en un futuro formarían el trío de perros legendarios de Jhoto, Entei y Raikou, convertidos en aquella época a su vez, en un Flareon y Jolteon respectivamente.

    Los tres recibían un entrenamiento especial por parte de los monjes, que consistía en protegen la torre en su ausencia, además de siempre estar atentos por si las campanas de cristal sonaban, ese suceso sucedía casi siempre, se podría decir que dos o tres días al mes, hasta que un día estas dejaron de sonar por mucho tiempo, alertando a los monjes.

    Tres meses después…

    Era veinticuatro de diciembre, un día antes de navidad, las tres evoluciones de Eevee especialmente Vaporeon, veían como los finos copos de nieve caían sobre las ventanas del templo, mismos que reflejaban un ambiente de tranquilidad y quietud, un día donde los monjes habían decidido suspender su entrenamiento para que pudieran disfrutar de las fiestas navideñas que estaban próximas.

    -Neh… que aburrido esta esto.-Musito Jolteon, siendo él un pokémon que necesitaba estar en constante movimiento, el comentario no sorprendió a sus compañeros.

    -Siempre de quejas Rai, que si es porque entrenamos muy temprano, que si nos suspendieron el entrenamiento, etc…-Alegó el Flareon con cierta burla, haciendo que Rai se le abalanzara a modo de juego, haciendo que ambos rodaran por el fino suelo de madera del templo.

    Mientras tanto Vaporeon seguía observado el paisaje que le proporcionaba aquel ventanal, aunque era hermoso tenía un mal presentimiento, pero no había señales de maldad a la vista por lo que dedujo que sus sentidos le estaban jugando una mala pasada.

    -¡He Kunsher, ven y ayúdame!-Gritó con euforia Rai-¡Hagámosle ver a Tao que no siempre tiene la razón!-

    El pokémon azulino hecho un último vistazo a la ventana, para después ir a jugar con sus compañeros, mismos que estaban por pasar de los empujones a los mordiscos, Kunsher decidió intervenir antes de que sus dos amigos se llegarán a lastimar, claro hasta que un monje hizo su aparición y regaño a los tres.

    -Deberían disfrutar sus vacaciones, esto no es para estar peleando.-Declaró con voz suave pero a la vez firme, haciendo que las tres eeveevoluciones salieran disparadas hacía otro lugar.

    La noche se ya había hecho acto de presencia en la Ciudad Iris, haciendo que su estilo oriental se viera soberbio en conjunto con las noches nocturnas, era obvio el porqué, como toda ciudad debía festejar a lo grande la llegada de la noche buena y por ende de la navidad.

    Aunque no todo era alegría en aquella gran fiesta, ya que un grupo de adolescentes rebeldes se acercaron a la torre latón con varias antorchas, una clara prueba de que sus intenciones eran malvadas.

    -A que no te atreves a quemar esta torresucha.-Dijo uno, tratando de sonar imponente, sabía que aquel edificio era un tesoro para toda la población y estaba claro de que si la dañaban podrían ser considerados como los más peligrosos de aquella ciudadela, lo que los haría prácticamente intocables.

    -¿Sólo tenemos que dañar la base, verdad?-Preguntó uno, esto hizo que el líder le arrebatará la antorcha y la arrojara bruscamente contra el edificio.

    -¡Claro que no!, ¡Esta construcción debe desaparecer!

    Los demás le imitaron, era obvio que tenían un resentimiento hacia los monjes de aquella torre, aunque aquel suceso era totalmente desconocido. Lentamente las llamas empezaron a consumir la torre, los habitantes de la cuidad apartaron a los muchachos tratando de apagar el incendio, siendo esto en vano.

    Muchos pokémon murieron en aquel acto vandálico, aunque los que más sufrieron fueron los tres pokémon elementales, ya que el fuego los tomó desprevenidos los que les causo la muerte sin estar consientes de eso, un dolor que de seguro les debió desgarrar el alma al no poder hacer nada en ese estado de reposo.

    Sin embargo en medio de todo el fuego infernal un ave fénix hizo su aparición, era nada más y nada menos que el ave arcoíris Ho-Oh, éste viendo la maldad en los humanos decidió cortar todo lazo con ellos, aunque antes de irse su mirada se poso en tres cadáveres consumidos por las llamas, sintiendo compasión en aquel momento dictaminó:

    -Romperé lazos con ustedes, seres viles de carne y hueso, pero si algún día mis tres guardianes deciden reunirse de nuevo en esta ciudad volveré, no obstante también tiene que haber despertado mi hermano Lugia, hasta pronto, seres terrenales.

    En ese mismo instante tres esferas del color azul, rojo y amarillo se elevaron por los aires, haciéndolo alusión a las tres eeveevoluciones fallecidas en el accidente, dispersándolas sobre los diferentes puntos de la tierra, la esfera roja hacia las tierras volcánicas, la amarilla hacia las tierras tormentosas y la azul hacia las tierras puras y acuáticas, una vez hecho esto desapareció.

    Dos mil años después, Cuidad Iris, veinticuatro de diciembre, 9:00 pm.



    Un extraño pokémon con apariencia felina y una corona hecha de hielo se acercaba lentamente hacía la cuidad, hace bastante tiempo que no visitaba su ciudad natal, era una experiencia gratificante pero a la vez nostálgica.

    Ahora él era un pokémon legendario codiciado por miles, “El Viento del Norte Suicune”, así que también tenía que tener ciertas precauciones al volver a su antiguo hogar, mismas que tenía que poner en práctica desde ahora ya que cada vez estaba más cerca de la ciudadela.

    Se detuvo al estar en las puertas de la metrópoli, le causaba cierta desconfianza el ambiente que se percibía en esos momentos, pues era de paz absoluta, sin carnavales ni nada, al pacer se había perdido esa euforia que los caracterizaba.

    -Veo que no quieres entrar, Suicune…-Dijo una voz a sus espaldas, la conocía bien, era el ave de los árticos; Articuno.

    -No es tan fácil después de lo que nos hicieron…-Se limitó a contestar al felino acuático.

    -Anda, que en estas fechas todos se encierran en sus casas, ya no se hacen carnavales ni esas cosas.

    Suicune decidió entrar después de aquellas palabras, además tenía a su favor el manto nocturno y la hora, misma en que se había dictaminado el toque de queda, sus azulinas patas pisaban con fervor la nieve que cubría las calles de la ciudad, haciéndole sentir dichoso porque Ho-Oh le regresó a la vida.

    El silencio era abrumador, ciertamente esa ciudad había perdido el gusto por las fiestas navideñas desde el incidente con lo de la torre de latón, ahora la torre quemada, sus ojos rojos veían con cierta desconfianza cada casa por la que pasaba, hasta que un pequeño llanto llamo su atención, haciendo que se parara en la casa de donde provenía, viendo atentamente por la ventana como una niña de cabello azul oscuro de aproximados cinco años lloraba sobre el hombro de su madre.

    -Eso es lo que dijo el doctor.-Comentó su progenitora, tratando de apaciguar su hija.

    -Pero papá no puede estar tan grave…-Decía entre sollozos la pequeña.

    La madre vio con ternura a su hija pero ella tenía que entender la cruel verdad, su padre estaba gravemente enfermo y dentro de poco moriría si no se encontraba una cura.

    -Cálmate Dawn, veras que pronto hallaran una cura…-Mintió, era algo imposible pues la enfermedad ya estaba demasiado avanzada.

    -Eso espero…-Finalizo la pequeña, su madre la había dejado sola después de aquello ya que tenía que cuidar de su esposo en sus últimos momentos de vida.

    Suicune se compadeció de la pequeña, aprovechando de que la ventana estaba abierta entró a su habitación, sorprendiendo a la infante.

    -Dime pequeña… ¿Quieres que tu padre viva?-Preguntó inmediatamente el legendario, una pregunta boba pero quería confirmar sus sospechas.

    -Sí… señor criatura extraña…-Dijo con algo de temor, viendo como el animal se acercaba a un vaso de agua y le tocaba con su hocico, haciendo que esta se volviera cristalina o bueno, más de lo que ya era.

    -Toma este vaso, dáselo a tu padre y has que beba de él.-Explico el pokémon azulino, viendo como la pequeña le sonreía sinceramente, ya había hecho una buena obra, ahora era tiempo de irse, antes de que descubrieran de que estaba en Ciudad Iris.

    -Señor…

    -¿Sí?

    -¿Puedo abrazarlo?

    Aquella petición fue algo sorpresiva para Suicune, aunque al ser la voluntad de una niña de corazón puro no podía negarse, así que se acerco para que Dawn abrazara su hocico, pues el legendario era más alto que ella. Una vez que termino el abrazo decidió irse, ese acto por parte de la niña seguramente era de gratitud por darle una cura a la enfermedad de su padre, también le hizo recordar el incidente donde murió, donde la maldad de los humanos era infinita pero a la vez al ver a aquella niña pensó que no todos podían ser tan malos y que algunos merecían verlo en persona.

    -Así que le hiciste un favor a una de los individuos de la raza que te mató… irónico ¿no?-Dijo el ave ártica al ver llegar a su amigo.

    -Sólo quise que esa niña pasara una buena navidad, nadie merece sufrir.-Contestó con algo de alegría, era cierto, nadie merecía sufrir, ni siquiera los humanos que le habían matado.

    -Feliz Navidad Suicune.-Articuno al decir aquello levantó vuelo, dejando a su amigo contemplar la ciudad, al parecer esa pequeña visita había acabado con el resentimiento que le guardaba a los humanos, una lección que el ave azulina debería aprender con el tiempo.

    -Tu también, Articuno.-Se echo a correr velozmente, al parecer esa sería la última visita a su ciudad natal, al menos hasta que el trío de “perros” decidiera volver a venir junto con su salvador para dar por fin el perdón a los humanos.
    Este es un OS que me gustó mucho escribir en su tiempo, pero tiene varias carencias, por lo que en estos días le haré un Remake para que se vea la diferencia entre el nuevo y el original.

    Escrito viejo, muy viejo, como del 2010 si no mal recuerdo. Fue para un intercambio de regalos y creanme, sufrí para sacar esas 1000 palabras que ahora salen en cuestión de 15 minutos si la inspiración es mucha y los dedos no se rompen en el proceso(?).

    Con esto terminamos la parte vieja de la colección, en unos días espero subir algo nuevo para poder mostrar la mejoría. Como Spoiler, será un remake de este escrito y otros dos de los perros legendarios; después de eso, creo que sean unos dos o tres OS más antes de cerrar.
     

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