Mi rosa artificial.

¡Oh clama pequeña iracunda rosa negra!

¿Acaso te has marchitado o es qué siempre estuviste tan horrible?. No puedo concebir como es que resultes tan codiciada, después de haberte usado y desusado, inútil y desfachatada creación del hombre, dicen que vas en contra del origen divino pues Dios no te ha creado, dicen que estas maldita y has de perecer como todo lo que el hombre toca, como todo lo que este pretende cambiar por sus ansias de grandeza y su fulana inteligencia racional.

Dale la vuelta al mundo e incrementa el odio hacia ti, el odio o el amor. Tienes seguidores, tantos que no es posible contarlos, están alrededor del globo terráqueo y cada día se incrementan en número y afición.

Todos se sienten atraídos por la ingeniería genética, pocos no están en contra; siempre me ha interesado y me encantas rosita extraña, eres tan delicada y no tan agraciada, pero me gustas porque eres única y aunque sean creadas miles como tú, seguirás siendo siempre la mía, la más perfecta aunque no la más hermosa, porque yo te creé... primero en mi imaginación y luego te traje al mundo, mi querida y soñada flor. Tu color es llamativo pero de una manera fúnebre y puede que hasta trágica, no para mí pero es la opinión general de quienes te ven, quieren comercializarte, quieren hacer un imperio de rosas negras para funerales, fiestas de disfrazes, rituales religiosos y el popular halloween que viene circundante; no es lo mío, solo una celebración estúpida más.

La verdad no sostengo esas creencias, pues tú no eres espeluznante, no para mí al menos. Ellos te han puesto por los suelos, pero no te he creado para su uso ni su poder, yo sólo quería una compañera, diferente a todas, sin embargo ¡te mostré!. Fue ese el peor error de mi vida, debí mantenerte oculta pero ya te hicieron maldita, ¡toda esa cantidad de gente errante! o quizás lo soy yo, por no querer mantenerte oculta, no me permití ser egoísta o quizás lo fui desde otra perspectiva; algo como tú necesitaba ser observado, eres magnífica, una revolución; pero, mis grandezas no son en vano, más mis deseos no son como el resto de los hombres en comparación a su magnitud, yo no ansió fama ni dinero, yo sólo quería reconocimiento, que se conozca al menos un poco de lo que soy capaz de hacer, no tener mis pensamientos al margen del silencio toda la vida y por primera vez, callar las bocas y las faenas reencarnadas de nuevo por el éxito de mis viejos compañeros. Lo logré, conseguir decir ante las caras expectantes de la audiencia empresarial, eso era lo que anhelaba desde muy joven.

Pero no es un logro del que hoy me sienta orgulloso, mi querida rosa; pues actué en respuesta del arremetimiento de otros a lo largo de mi vida y, ya estoy lo suficiente grandecito para no caer en provocaciones; por la tentación de nuestros deseos de vida, te mostré al odioso mundo, ahora todos andan detrás de tus ennegrecidos pétalos, dramáticos, enloquecedores y furtivos para sus poderes materiales; es que te escapas de esa denominación en especial, no eres un bien material, para mí representas... la vida.

No entiendo cómo es que muchos te tildan de desgracia mundial, no le causas daño a nadie, Dios te creo mediante mis manos y, mis años de estudio, sirvieron para ello. Sin embargo... lucharé para que te quedes conmigo, pues si ellos te tienen y descubriesen el secreto de tu creación, todo dejará de ser normal y el curso natural de la vida se deformará tras la llegada de nuevas ambiciones a sus pretenciosas cabezuelas, acercando más el exilio de nuestra raza en conformidad con las otras.