Fantasía Metalord Revolution [Completado]

Tema en 'Novelas Terminadas' iniciado por Sylar, 1 Enero 2016.

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  1. Threadmarks: CAPITULO 1 RE-NACIMIENTO
     
    Sylar

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    Metalord Revolution [Completado]
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    350
     
    Palabras:
    4748
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    GENERO: Acción, aventura y fantasía.
    SINOPSIS: Un hombre criado de manera funesta en su niñez de un insólito mundo habitado mayormente por Esper, se convierte en un traficante de armas gracias a su don de baja manipulación sobre metales con el cual las crea, viviendo clandestinamente en un país de personas normales que por ley ejecutan a todo Esper que se encuentre allí, logra alcanzar grandes fortunas gracias a su ilícito negocio. Hasta que un día es asesinado en plena calle por un hombre que blandía una de sus tantas creaciones vendidas. Al abrir sus ojos se da cuenta que había reencarnado como un joven llamado Rozuel Drayt en un mundo de magia y espadas, pero pronto descubrirá que no solo sus recuerdos y experiencia de su vida pasada será lo único en heredar en su nueva vida.



    CAPITULO 1 RE-NACIMIENTO


    Mi nombre es Stahl y llegue a este mundo en un determinado mes del año 2050, no tengo apellido porque nací en el abandono como un huérfano, mis primeros años fui criado junto a otros niños como yo en un orfanato de mala muerte, ¿por qué describo mi hogar de esta manera?, veamos por donde comenzar…

    Al cumplir tres años y medio de vida, fui forzado junto a otros de mi edad a realizar trabajos forzados en la elaboración clandestina de indumentaria que iban desde pantalones, camisas, zapatillas, ect, esa era la asqueante verdad de este “orfanato”, tomaban niños a los cuales “cuidaban” cuando estos cumplían la edad necesaria eran explotados, aquellos que se negaban no comían y para rematar eran castigados físicamente por su indulgencia, si para entonces su cuerpo había resistido el castigo, es decir no estaba fracturado o con un daño permanente que lo dejara invalido e inútil para los “amables términos” de esta institución “modelo”, vivían otro día y en caso contrario, tenían un método para deshacerse de los niños muertos y hacerlos desaparecer sin dejar rastro, dado que este sitio se encontraba en una ciudad tan corrompida hasta la medula, a nadie le importaba que uno o dos o cinco huérfanos desaparecieran de la faz de la tierra.

    Comíamos lo misma de siempre cada mañana que era un pedazo de pan acompañado de agua, teníamos suerte si nos alimentaban dos veces al día. Si alguien cometía un error en el trabajo era castigado de inmediato con una paliza (algunos murieron o quedaron “inútiles” de esta manera).

    Un día un escuadrón de agentes policiales allano el orfanato arrestando a los propietarios, resulta que ellos estaban bajo investigación secreta de una agencia de servicios sociales y cuando habían dado con la evidencia que se necesitaba, se tomaron las molestia de clausurar todo y arrestar de por vida a los responsable, el terror había terminado… por ahora.

    Cada niño fue llevado a diferentes hogares de adopción después de los hechos, yo caí bajo el cuidado de un sacerdote llamado Padre Eustolio en el orfanato “San Maria”, era un hombre cincuentón, calvo y largas cejas, a pesar de la amable sonrisa que siempre presumía a los niños que cuidaba, tenía su mitad podrida.

    — ¡Dios es todo, la vida, la muerte y la creación! –Exclamaba el padre mientras me daba con un látigo en la espalda.

    En el sótano, amarrado de pie y de espalda era castigado desnudo por el mismísimo padre con un numero de latigazo de acuerdo a mi “pecado” (como el los llamaba), ¿qué fue lo que hice?, el orfanato brindada educación obligatorio lo cual era normal, sin embargo a la hora de hablar sobre “el origen del hombre”, el creacionismo surgió como tema principal, sin embargo yo que había leído los pocos libros en mi anterior hogar para matar el aburrimiento o distraer mi frustración de lo que vivía en aquel entonces, uno de ellos se enfocaba en ese tema solo que con que el nombre de “la evolución”, al preguntar de ello el padre me miro con unos ojos que expresaban un desdén sin compasión, exclamo que de mis labios falacias profanas escupía y tachándome de “pecador” me llevo al sótano en donde fui azotado un par de veces para expirarme de mis “malos actos”.

    Pero la cosa no era solo allí, cada mañana debíamos recitar una oración a dios frente al padre, si alguien se equivocaba o se mal entonaba terminaba “pecando”, y eso era razón suficiente para ser llevado al sótano y cumplir su castigo, eran solo una de las tantas formas en que éramos “moldeados”, algunos cayeron redondos aceptando a dios tanto física como mentalmente ante el dolor y la desesperación, pero yo resistí, lo único que ese miserable lograba era intensificar mi odio sin fin hacia él y su mísera religión.

    A la edad de 8 años, un día fui descubierto por el padre escribiendo “te odio dios” en letras grandes sobre la pared, esta vez el látigo no era suficiente, tenía en mente hacerme unos estigmas en las manos con una daga en nombre de su señor (y no era su primera vez haciéndolo con alguien), primero iba a amarrarme a una cruz con una gruesa cuerda, pero yo esta vez no se lo permití, a la oportunidad de oro tome el látigo con el que tanto niños fueron azotado y lo use para propinarle su misma medicina en el rostro, cayo directo por el dolor al suelo y sin detenerme seguí dándole hasta que dejo de moverse.

    Mis manos temblaban y la cara del padre sangre brotaba, no sé si había muerto, pero tan pronto recobre la compostura, salí de allí y hui lejos de ese sitio para jamás volver. Huérfano y en la calle, no tenía donde ir hasta que en un callejón unos matones se me acercaron, intenta huir pero uno de ellos me detuvo al convertir sus dedos en unos largos hilos con los cuales me atrapo.

    — ¡Tenemos otro!, ¡llevémoslo rápido! –Ordeno el hombre de los dedos-hilos.

    Olvide mencionar un detalle de gran importancia, en este mundo existen Esper, personas con poderes sobrenaturales de naturaleza psíquica.

    Verán la existencia de los Esper data del año 2016 cuando un enorme meteorito cayó en una isla del pacífico, se descubrió que en el interior de este pedazo de roca espacial albergaban unas células inusuales de propiedades únicas, la ciencia como un gato curioso no se tardó en indagar a fondo sobre ella y pronto llevo el medio de implantarlo en el hombre, el resultado; la creación del primer Esper, un hombre volador.

    Años más tarde esta fórmula cayo de forma masiva en todo el mundo y con ello creo a hombres capaces de manipular elementos, superfuertes, velocistas, regeneradores a nivel celular, metamorfos, ect. La era de los Esper había comenzado.

    Para el año actual en el que vivía, el 95% del mundo era Esper ya sea de nacimiento o por medios artificiales, es más, la sociedad se adaptó enormemente a ellos originando por resultado una línea de indiferencia entre Esper y los “normales”, solo que los discriminados eran los que no tenían poderes.

    Incluso siendo un Esper, dependiendo de tu habilidad reflejaba tu trato en la sociedad. Si, tal y como suena, se había creado un “sistema de evaluación” en el que tu habilidad era categorizada en un nivel determinado:

    NIVEL S: Genio (El más alto).

    NIVEL A: Talentoso

    NIVEL B: Típico

    NIVEL C: Regular

    NIVEL D: Mediocre (El más bajo)

    ¿Recuerdan a los niños del orfanato, los propietarios del primer orfanato y las fuerzas policiales que allanaron el lugar?, todos ellos eran Espers (uno de los mismos dueños de ese orfanato desaparecía a los niños muertos o “inútiles” con su habilidad ESP), en cambio el padre Eustolio al cual herí era un “normal” (persona sin poderes), en cuanto a mí, yo soy un Esper pero con una habilidad tan miserable y mediocre que haya existido, dando la chance de recibir el peor tajo de la sociedad por tener un poder de bajo nivel.

    Volviendo a mi historia, había sido secuestrado por unos matones y llevado a terminar en otro sótano junto a otros niños de mi edad. Mientras estaba allí en ese oscuro lugar, me encontré con un tornillo en el suelo al cual agarre y para matar el rato manifesté mi poder, tenía la capacidad de manipular el metal que estaba en contacto conmigo, alterar su dureza o cambiar su estado de solido a líquido y viceversa, pero ojo tan solo podía hacerlo con pequeñas porciones de metal y aun así me llevaba tiempo ejercer mi habilidad dependiendo de la cantidad manipulada, además de que era una manipulación bastante baja a comparación de sujetos que lo hacían a distancia sin siquiera hacer contacto con este y desatando una que otro desastre si se lo propusiera.

    Cambie el estado del tornillo de solido a líquido y luego comencé a moldearlo, había olvidado aclarar que el metal que convertía a estado líquido podía darle una forma como si hiciera origami con un pedazo de papel, pero solo de acuerdo a la cantidad de masa empleada y un tornillo no tenía la cantidad necesaria para crear una estatua de esta (obviamente) y menos un cuchillo, termine convirtiéndolo en algo que concordara a la masa que tenía y eso fue un anillo y luego lo cambie a una aguja, la adopte de varios aspecto con el fin de distraerme de esta frustrante situación.

    Para el día siguiente los matones quienes se presentaron como miembros de una organizada red criminal (mafiosos para abreviar) evaluaron a los niños que tenían poderes por medio de un Esper que identificaba el tipo de poder que poseía y su “peligrosidad” para consiguiente colocarle un collar que inhibía sus habilidades, dado que los collares eran algo costoso y difícil de conseguir, a los niños Esper con poderes de baja categoría como yo, se le permitía estar sin uno dado que nuestras habilidades no representábamos una amenaza para ellos ni aunque lo intentáramos en conjunto.

    Éramos forzados a ser meras mulas de carga o realizar trabajos manuales de variados tipos, lo único bueno de esto era que la comida era mejor que en los anteriores lugares a los cuales vivía y si te esforzabas en tu labor eras recompensado con algo aún más sabroso, en cambio si cometías un error o provocabas a los mandamás más de la cuenta, ellos te hacían desaparecer en un instante, corría el rumor de que los desaparecido eran vendidos como esclavo sexuales a la peor calaña o que te extraían los órganos para venderlos en el mercado negro.

    A la edad de 13 y con arduo trabajo, comencé a caerles bien a algunos de los matones, de hecho cuando no había que hacer jugaba cartas con ellos cuando me lo permitían. En mis días libres (que comencé a tener hace poco) empecé a leer unos libros que tenía en el pequeño cuarto en el que vivía actualmente, ya que los encontraba interesante (y de esta manera mataba el rato), trataban sobre la historia de las armas tanto blanca como de fuego empleadas a través de los diferentes periodos de la humanidad.

    Desde tiempos feudales, coloniales y actuales, estos libros tenían tanta información sobre ellos, pero al ser resumida y pequeña, no era tan detallada y sé que había mucho más conocimiento de este tipo que aprender.

    Con los años pasando, de a poco logre volverme un miembro oficial de la organización criminal a la edad de 17 comenzando en el escalón más bajo, con el dinero que recolectaba empecé a ahorrar para tener mi propio departamento, después conseguí una computadora y como el internet estaba tan proliferado no me costaba conectarme a la red, el lugar donde vivía tenia Wifi.

    Comencé a estudiar más sobre las armas de fuego y aunque no lo parezca realmente estaba fascinado, primero por el hecho de que era la única cosa en la cabeza como “conocimiento” que se quedaba allí y no lo perdía, pese a conocer lo básico de la matemática, física, química, lengua, ect. El tema de las armas repercutía aún más a fondo de mi sien, podría llamarlo “obsesión” o “pasión”, pero tenía un apego indescriptible.

    A la edad de 18, surgió una idea en mi mente, me dirigí a una fábrica abandonada de un área ausente de personas, llevaba conmigo una bolsa repleta de diversos objetos de metal, al juntarla a todos use mi poder ESP para cambiarlo en estado líquido, obteniendo una inmensa cantidad de masa metálica en dicho estado, en mi mente repase los diversos diagramas que había leído sobre armas de fuego, su composición, estructura y funcionamiento. Literalmente me proponía a moldear y crear con mi poder de baja manipulación de metal mi primera arma de fuego, use como modelo uno de los rifles de asalto más usado del mundo, una AK-47.

    Me tomo tres horas y con paciencia había logrado forjar una autentica AK-47 con mi habilidad ESP, pase luego a crear la munición correspondiente de esta para probarla, me tomo solo 30 minutos crearla y cuando tenía listo un cargador estaba dispuesto a probarla, primero realice la recarga, jamás en mi vida había usado un arma, pese a que trabajaba para una organización criminal como un simple lacayo, mis labores consistían mayormente en cobrarle a pobres diablos armado con un bate de aluminio y de recadero entregando varios paquetes sospechosos sin complicaciones alguna.

    Para mi asombro, había recargado el arma por primera vez de manera tan profesional como si hubiera hecho esto de por vida, acto seguido apunte y dispare a unas latas dando todos en el blanco con una fina puntería a pesar de que tenía 15 metros de distancia y era primerizo en usar un arma de fuego, sobre todo una de asalto.

    El arma funcionaba, pese a estar hecho puramente de metal, las balas eran disparadas con normalidad, el cargador y la munición empleadas tampoco tenían defectos, en conclusión con mi mediocre habilidad había creado una autentica arma de asalto funcional, esta AK-47 a pesar de que era una imitación tenía todas las características de una original, haciendo a un lado su aspecto metálico esta “imitación” funcionaba con todos los prestigios y concepto que una verdadera, había hecho un descubrimiento de mi poder que marcaría para siempre mi vida.

    A la edad de 19 años fui ascendido para trabajar codo a codo con colegas de mayor rango en encargos más riesgosos y de mayor paga. Había sido asignado para formar parte de un grupo encargado de cerrar un negocio, llevábamos tres maletines para entregar y el lugar del intercambio era un muelle en el anochecer.

    Éramos alrededor de 19 miembros (incluyéndome) esperando a los hombres que recibirían las maletas y a cambio ellos nos entregarían un sobre con un contenido de valor incalculable, todos los presentes éramos Esper (aunque claro yo era el único “indefenso” en cuanto a habilidad ofensiva).

    Un auto negro lujoso se acerca al lugar bajándose de él tres enigmáticos hombres de traje, lentes oscuros y corbata marrón, ellos cargaban con una maleta más pequeña que cualquiera de las tres que nosotros llevábamos, abriendo dicha maleta dan a mostrar el presunto sobre acordado del intercambio.

    —Dile a tu jefe que aquí se encuentra listado “todo lo que necesita saber” sobre sus queridos amigos políticos –Dijo uno de los hombres de negro que llevaba el sobre.

    Se estaba por efectuar el trato de las maletas por el sobre hasta que de repente fuimos rodeados por un enorme número de agentes federales armados hasta los dientes, no faltaba agregar que todos eran Espers entrenados y armados con el mejor equipamiento anti-criminal a su disposición, como era de esperar se armó una “balacera” del tipo ESP, poderes de todo tipo eran empleados entre los bandos. Por mi parte pase a buscar cobertura, pese a que mi poder no era lo suficiente para defenderme me entregaron un revolver pero mi uso personal pero siendo honesto ni eso le haría un rasguño a las blindadas vestimentas que llevaban los oficiales de la ley.

    Pronto los agentes comenzaron a ganar terreno y mis compañeros a caer como mosca, no me quedaba otra opción más que huir y mientras buscaba una ruta de escape me topé con el cadáver de uno de los tres hombres de negros que llevaba el sobre, había sido abatido cerca de mí llevando consigo uno de las tres maletas, lo tome y en mi desesperación salí corriendo evadiendo llamas, relámpagos y variados proyectiles ESP disparados del cuerpo, me tire directo al agua y sumergiéndome en ella nade como nunca en mi vida, por suerte el punto de intercambio era un muelle y siendo de noche los helicópteros sobre volando el cielo a montón de los federales no se habían dado cuenta de mi escape.

    Al alejarme lo suficiente, termine varado en un barrio chino, no había gente a mi alrededor y eso incluía presencia policial, al encontrarme solo en un callejón abrí el maletín y casi babeo con su contenido, eran alrededor de 30 millones de dólares. Reformulando mi situación, el jefe sabrá que el intercambio fue un fracaso, si llegara a regresar con ellos aun con uno de los tres maletín intacto me matara haciéndome tomar la responsabilidad de todo y castigándome por haber perdido los otros maletines (su crueldad y nada de compasión era muy conocida), en cualquier caso si lo replanteo bien, en este momento para todos estoy “muerto” ya que nadie habría sobrevivido a esa atroz masacre.

    Con 30 millones de dólares en mis manos tome una decisión, forjar mi propio camino y mi primera meta era ir al país de Shanmatu ubicado en África, dicha nación había sido creado hace 10 años por el 5% de las persona “normales” o sin poderes. Este país tenía una estricta ley vigente de que ningún Esper puede poner un pie allí o sufriría la pena de muerte, eso significa que era una tierra para “normales” en el cual los Esper tenían prohibido ir.

    Ellos poseían medios tecnológicos para detectar Esper ilegales por medio de “detectores ESP” los cuales consistían en pulseras que al colocárselos a alguien estas se teñían de un color para identificar a un normal (azul) de un Esper (rojo).

    Muchos se preguntaran para que ir a un país el cual me asesinaría por poner un pie allí, pronto lo sabrán, pero primero debía buscar la manera de viajar hasta allí y por supuesto debía hacerlo de forma clandestina, gracias a mi vida como un criminal de menor importancia conocí a muchas personas en secretos dedicados a ciertos trabajos ilícitos. “Moisés” como se apodaba era uno de ellos, era un hombre en sus cuarenta que tenía sus contactos para llevarte a cualquier parte si tenías la pasta adecuada, yo había planificado esta ruta hace mucho pero necesitaba el dinero necesario para llevarlo a cabo (cosa que ahora lo tenía), al encontrarlo en el apartamento de siempre le practique del tema y del maletín, me costaría 29 de los 30 millones que había para los gastos del viaje y los pasaportes falsos para Shanmatu, sin dudar accedí y le entregue lo acordado.

    Al día siguiente preparo mi medio de partida, un barco que transportaba materiales primas hacia Shanmatu, en mi mano derecha llevaba mi pasaporte en el que figuraba mi nuevo nombre y en la otra mi millón restante para comenzar mi nueva vida.

    Viajaba junto a otras 5 personas a escondidas en una caja con rumbo a dicho país, era de esperar que no era el único Esper que tenía planes allí, el traslado duro alrededor de medio día y al llegar fuimos recibidos por un contacto de “Moisés” que nos dio la bienvenida dándonos vía libre hacia la ciudad Dahir, la capital de esta nación.

    Siendo aun de día en esta parte, me encamine hacia los lugares más turbio de esta zona urbana y allí di con el lugar perfecto que sería mi hogar, una fabrica abandonada, entre y curioseando me encontré con un amplio sótano, aunque polvoriento y hecho un desastre tenía arreglo. Invertí en el millón que me quedaba convirtiendo este sitio en mi guarida subterránea, medio millón fueron necesarios para contratar mano de obra discreta para armar mi hogar y el resto lo empeñaría en mi nuevo negocio.

    De esta manera comencé a crear armas de fuego, desde pistolas, subfusiles, rifles e incluso ametralladoras, desgraciadamente las armas explosivas estaba fuera de mis límites dado que solo podía modificar el metal para darle las forma deseadas de un arma, pero una granada pese a que creara una no tendría los componentes necesarias para explotar, en cambio una bala por el simple concepto de ser pequeños “trozos de metal” siendo disparados a una X velocidad por medio de un “instrumento” (el arma en sí) eran funcionales desde el momento en que son creados, siendo directo mi negocio me llevaría a convertirme en un traficante de armas. Verán como el mundo está habitado mayormente por Esper las armas de fuego quedaron en segundo lugar debido a la inferior potencia que tenían con habilidades ESP de nivel S, sin embargo en este país habitado mayormente por “normales” es al revés, las armas de fuego eran la “principal” potencia y yo iba a construir con esa causa.

    Comencé mi venta con pequeñas bandas, invirtiendo 5000 dólares para grandes cantidades de metal creaba tantas armas a las cuales vendía consiguiendo sumas de 50 mil verdes, gracias a mi económico precio no me fue difícil conseguir clientela interesada y para mantener mi seguridad, hacia mis negocios ocultando mi rostro bajo una máscara de metal y vistiendo una larga gabardina grisácea para darle vida a mi anónimo personaje “Metalord”. Al principio daba algo de vergüenza por las carcajadas a espaldas que recibía de mis compradores al verme “ridículo” usando este personaje para realizar mis tratos, pero pronto cambiaron su opinión hacia mí, viendo lo rentable y la buena calidad que ejercían mis productos.

    Pequeñas fortunas se volvieron inmensas, cuando entidades del bajo mundo más adineradas querían hacer negocio con “Metalord”. De esta manera con la cantidad que ganaba vivía con todos los lujos que disponía un clandestino ricachón como yo, gastando mi dinero en televisores plasma, consolas y la mejor computadora con la conexión “discreta” de internet más rápida que la pasta podía brindar.

    Seré honesto, cuando no trabajaba me dedicaba a enviciarme con las consolas y navegando internet para “ampliar” mi conocimiento sobre más armas, era adicto a los videojuegos de disparo o Shooter como generalmente se les conocía, aunque jugaba otros géneros también (séase RPG, puzzle, acción, ect), pero los shooter tenían un lugar en especial para mi sobre todo cuando se mezclaba con otros géneros. Tenía tanto dinero que me dedicaba más a mi ocio de matar el tiempo jugando juegos, leyendo novelas ligeras o mirando anime en la PC, televisión y entre otras cosillas, aunque claro eso no quería decir que no trabajaba, lo seguía haciendo pero con menos frecuencia, un solo trato bastaba para abastecerme económicamente con ganancias de varios años (y no exageraba).

    Los años pasaban y mi rutina nunca cambiaba, nunca me aburría, tenía videojuegos shooter esperando en consolas y los online en la PC, y cierto no olvido mi amplio “abastecimiento” de conocimiento armamentístico que con el tiempo adquiría. Era la vida perfecta, pensé que nada lo iba a cambiar, pero estaba equivocado.

    A la edad de 35 años en un día soleado, había salido de compras en el supermercado más caro de la ciudad, pasando en plena calle escucho disparos y al voltear soy testigo de cómo hombres armados con rifles de asalto y equipados a nivel militar abatían policías y civiles sin piedad en masas, había escuchado de una facción de “guerrilleros” con intenciones de derrocar el gobierno de este país, pero jamás creí que sería en este mismo día y momento.

    Hui para ponerme a salvo terminando en un callejón sin salida, pero uno de esos hombres me encuentra y sin vacilar me propina cinco disparos de su rifle, caigo al suelo malherido, mientras mi agresor ríe malévolamente saboreando mi sufrimiento, pero antes de que pudiese darme la bala final, es eliminado de un disparo en la cabeza. Enseguida a su cuerpo sin vida se acercan tres soldados pertenecientes al ejército de Shanmatu.

    — ¡Señor!, aquí hay un civil herido –Dijo uno de ellos.

    — ¡Olvídate de eso!, nuestro trabajo es eliminar a los rebeldes, que los civiles se las arreglen por su cuenta –Contesto el militar de mayor rango del grupo.

    Se habían retirado dejándome a mi suerte, estaba muriendo y en mis últimos momentos vi de cerca muy atentamente el arma con el que el guerrillero me hirió de fatalidad, su color metálico y las iniciales “ML” que estas tenían impresa confirmaron toda duda.

    Ese rifle que usaba, con el que dejo en este moribundo estado era de mi creación, de uno de mis tantos negocios, las letras “ML” eran de “Metalord” y tales iniciales las grababa a toda arma que creaba al venderla como una especie de “marca” comercial. Ahora que recuerdo en mi último negocio que fue hace un año, un misterioso hombre africano me pago cerca de 100 millones de dólares para crearle una dotación inmensa de armamento en el que abarcaban armas desde pistolas, escopetas, ametralladoras e incluso fusiles, jamás supe quién era o para que fueran destinados todas esas armas que me llevo más de un mes en realizar el encargo, solo sé que fue el trato más laborioso que haya tenido en toda mi carrera como traficante y ahora me doy cuenta que ese mismo negocio llevo a esto, un golpe de estado y yo a ser una de las tantas víctima olvidadas de por medio de ese evento.

    Todo este tiempo jamás sentí remordimiento alguno, aun sabiendo que las armas serian con el único propósito de matar, porque en mi excusa el mundo no me ofreció lo que yo quería, yo tuve que ofrecerle al mundo lo que podía con el fin de sobrevivir y el resultado fue este.

    —Entonces esto es lo que llaman Karma… irónica manera de morir... –Susurraba ante las continuas tos acompañada de sangre.

    Mis ojos se cerraban y mi fuerza abandonaba mi cuerpo, había muerto. Una infinita oscuridad me rodeo y aun cuando sentía que habría los ojos seguía en ese abismo sin fin carente de luz, ¿era esto el “más allá”?, supongo que me lo merezco, ¿no?, en una situación como esta me planteo, si mi vida hubiese sido diferente… ¿las cosas habrían sido diferente?.

    Una luz destella en mis ojos y al abrirlos esta vez la oscuridad desaparece, me encuentro en una sala desconocida dentro de lo que parece ser una cuna, no entendía lo que ocurría, sentía que mi cuerpo era más pequeño y mis brazos al verlos eran más cortos, ¿qué estaba sucediendo?.

    Al querer hablar mis palabras no salían, sino que en su lugar eran puros gimoteos, una mujer de larga cabellera marrón, ojos castaños y con un vestido azul me levanta con sus brazos acurrucándome en ellos como la madre que nunca tuve.

    —Alguien se despertó de mal humor –Decía ella de manera cariñosa besando mi frente.

    En un espejo que había cerca podía observar el reflejo de la mujer como de mí mismo y quede perplejo al ver que mi “yo” era un bebe.

    — ¿Por qué no vamos por aire fresco?, hoy hace un buen día –Dijo la mujer cargándome.

    Al cruzar la puerta y mirar hacia fuera, veía lo que parecía ser un pueblo de aspecto feudal con mujeres por doquier, algunas usaban sombreros puntiagudos pareciéndose a la típica imagen de una bruja, en medio de mi observación vi como algunas de ellas invocaban llamas de su mano y otras las acompañaban extrañas criaturas del tamaño de gatos o perros que volaban con pequeñas alas.

    —Oh, a alguien le gusta la magia, mama también puede usar magia.

    La mujer que me cargaba con una mano invoca una pequeña gota de agua en su palma la cual levita para transforme en una burbuja que vuela sobre mi nariz y se eleva reventándose en el aire.

    —Mi pequeño Rozuel, eres tan lindo –Me Dijo ella frotando su rostro contra mi mejilla.

    No me impresionaba el hecho de haber personas manipulando elementos ya que en mi mundo los había también, pero si el hecho de que se llamara “magia”, más aun habían cosas que nunca he visto, todo lo que me rodeaba sentía que era tan pero “TAN” diferente al anterior, como si fuera otro mundo.

    Continuara…
     
    Última edición: 18 Enero 2020
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  2. Threadmarks: CAPITULO 2 OTRO MUNDO
     
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    CAPITULO 2 OTRO MUNDO


    PERSPECTIVA: Rozuel Drayt

    [EDAD: 2 años]

    Habían pasado dos años desde que volví a nacer y en ese intervalo de tiempo aprendí bastantes acerca de este nuevo mundo al cual llegue. Para empezar el nombre de este mundo es Avalia, su periodo de tiempo se asemeja a la edad feudal, solo que añadiendo un toque que lo diferencia de manera notoria, la magia aquí era real.

    Y no me refiero a los típicos trucos ilusorios o la adivinación o las diversas artes de lo místico sobrexplotado en cada cultura, aquí la palabra magia se expresaba de manera literal, individuos capaces de convocar los poderes de los elementos, la voluntad de lo oculto, las fuerzas del mas allá y mucho más, quizás se asemeje bastante a los Esper, pero a diferencia de ellos, la magia tiene un enfoque más espiritual, mientras que los poderes ESP es más de carácter científico.

    En Avalia mi nombre es Rozuel Drayt, pese a que conservo los recuerdos de mi anterior vida, no puedo decir lo mismo de mis rasgos faciales, ahora tenía un corto cabello marrón y ojos grises, antes dichos rasgos eran diferentes (cabello largo negro y ojos fucsia). Aquí yo era el hijo de una bruja llamada Marian Drayt, no era broma, literalmente era una y vivía en el pueblo de Windaz, un poblado habitado exclusivamente por brujas.

    Casi todos aquí eran mujeres, de hecho los únicos hombres en su defecto eran los pocos adultos emparejado con alguna bruja, ya que cuando una de ellas tiene un hijo por naturaleza está determinado biológicamente a ser niña, sin embargo, yo hijo natural de una bruja, nací como varón lo que me convierte en un hecho “inusual” a los ojos de otros. Volviéndome el único niño varón de todo Windaz.

    — ¿Estás listo Roz? –Me pregunto mi madre de Avalia con su maternal sonrisa de siempre.

    Casi todo el día me lo pasaba en mi cuarto leyendo libros acerca de la cultura e historia de Avalia, hoy mi madre me ha llevado nuevamente a ver a una instructora de magia en su despacho de la escuela a la cual asistiré el año entrante, Naly Scheen, una madura mujer de capa azul oscuro, sombrero puntiagudo verde, fino cabello negro que reluce con su elocuente busto y sus juveniles ojos avellana. Con esta visita mucho se emocionarían pensando que esto sería el comienzo de un bello recorrido hacia las artes mágicas, pero la realidad tenía otros planes.

    —Eres tu Marian, ¿cuánta veces ya te lo dije?, sin importar el número de test mágico que se haga, el resultado será lo mismo –Dijo la instructora con un tono brusco.

    —Presiento que hoy será diferente –Opino con optimismo mi madre.

    —Ya que insistes… solo acabemos cuanto antes.

    Un especial brazalete blanco es puesto es mi muñeca con la finalidad de realizar el procedimiento llamado “Test Mágico”, dependiendo de entre uno de los dos colores (azul o gris) en que se tiña el brazalete determinara mi capacidad para la magia, azul era el color que representaba la capacitación con la magia, mientras que el gris lo contrario, el resultado podría variar llegando incluso a haber casos en que la mitad sea azul y otra gris lo que daría una capacitación mágica del 50% (y que puede desarrollarse con el pasar del tiempo), no muchos llegan a tener en su totalidad un azul completo en su test, la mayoría con porcentajes altos albergan pequeños indicios de un 2% a 3% de gris en el brazalete, es por eso que aquellos que consiguen una 100% son considerados genios natos para la magia.

    —Listo, ya tenemos el resultado –Dijo la instructora Naly retirándome el brazalete.

    Su color era un completo y total gris, otra vez.

    —Marian, volveré a decírtelo, los test mágicos se llevan a cabo a la edad de 1 año, y en el momento en que el primer resultado de 0%, nunca cambiara el resultado aun si se vuelve repetir el test las veces que quieras –Explico ella —Sin importar cuanto insistas, tu hijo nació sin talento para la magia, cosa natural dado que es varón y el poder de las brujas solo es ejercido por las mujeres, entiéndelo de una vez y no vuelvas a hacerme perder el tiempo en algo sin sentido.

    Esta era la triste verdad, no tenía talento como mago, pese a ello cuando volvíamos a casa, mi madre siempre mantenía su humilde sonrisa y nunca se entristecía, venia el lado positivo de las cosas, al contrario de mí que en mi mente solo frustración había

    —“Quizás la próxima vez haya mejor suerte” –Aseguro ella.

    Siempre repetía lo mismo, este era mi cuarto test mágico y desde el segundo estaba claro para mí que la magia y yo no estábamos destinados a compartir experiencias.

    —Se me antoja una sopa de calabaza, ¿qué dices Roz?, ¿quieres que mama te prepare una dulce sopa de calabaza?.

    Siempre tan amable, ignorando las duras miradas de indiferencia de la gente que nos ve pasar a distancia, todo por tener de hijo a un no mago, ¿por qué llegar a este punto conmigo?, no lo entendía.

    Lo único que podía hacer cada día era aprender sobre este mundo y descubrir detalles casi similares al mío, así como los Esper predominaban en la sociedad con un mayor estatus, los magos eran el equivalente en este y dependiendo de tu capacidad para ejercer la magia, cada mago estaba categorizado con un nivel determinado.

    NIVEL SS: Sabio (El más alto)

    NIVEL S: Genio

    NIVEL A: Talentoso

    NIVEL B: Típico

    NIVEL C: Regular

    NIVEL D: Mediocre (El más bajo)

    ¿Suena familiar?, era el mismo sistema de clasificación de mi mundo con los Esper, con el único detalle de que aquí existía un escalón más arriba del nivel S, aquellos considerados con un poder cercano a lo divino, los magos SS.

    Para los “no magos” destacar era difícil, pero si tenías el suficiente dinero o estudio para convertirte siquiera en un vendedor decente bastaba para sobrevivir a esta “sociedad”, pero yo no tenía talento alguno a lucir como un no mago promedio, poco de los conocimientos de mi anterior vida me serian útiles en esta, reencarnar me dio ventaja pues me hizo consciente antes de tiempo de lo duro que puede ser la vida en la adultez y más aún en Avalia, tenía la ventaja de anticiparme si me preparaba, debía hacerlo, ya que no era opcional.

    [EDAD: 3 años]

    Hoy es mi primer día en la escuela, me asombra el hecho de que en este periodo tan primitivo tengan un sistema de educación obligatoria (aunque a saber si solo es aquí o en toda Avalia), como no tenía actitud para mago las clases sobre magia estaban omitidas para mí, pero tenía permitido cursar el resto de las materias las cuales se encontraban enseñanzas sobre matemática, escritura, historia, ect.

    No había casilleros, ni tampoco mochilas, mis únicos utensilios era un libro vacío para escribir en él y una pluma mágica para plasmar las palabras de aprendizaje en ella, los pasillos que cruzaba para ir al salón correspondiente me recordaban a la institución que asistía en mis años en el segundo orfanato.

    Al llegar me encontré con que la mayoría había llegado, como era de esperar todas eran niñas, lo que me convertía en el centro de atención de todas, tome un asiento y esperando a que se iniciaran las clases ya podía oír los primeros chismes sobre mí, nada agradables.

    — “¿Es el?, el inútil hijo de una bruja”

    —“Me desagrada de solo verlo”.

    Variados comentarios de diferentes opiniones, pero todos tenían una cosa en común, su insistente intolerancia hacia mí.

    — ¡Aquí está, está llegando! –Anuncio una de las niñas brujas con júbilo.

    Quien cruzaba la puerta era la joven brujas más prometedora de Windaz, proveniente de un linaje reconocido y una belleza como ninguna, presumiendo su larga e inusual cabellera naranja se presentaba ante todos Riza Gramwind, apenas llego y me miró fijamente con unos ojos rebosantes de desdén.

    — ¿Qué es esto?, ¿qué hace el “no mago” aquí?, este lugar no es para sin talentos como tú –Dice ella con aire de altanera.

    Sus palabras eran apoyadas por el abucheo de los que las demás estudiantes.

    —Pues disculpe usted “majestad”, pues yo solo asisto a las clases “obligatorias” por obediencia a mi madre –Le conteste yo.

    —Y encima tiene una lengua mordaz, eres asqueroso.

    Tomo su asiento, no sin antes haber logrado sin dificultad poner a todo el salón contra mí, bueno en cualquier caso tener su respecto ya era un tema perdido.

    La profesora llega al salón, siendo nada menos que la instructora Naly Scheen, ella además de enseñar las clases sobre magia, también tenía maestría en las demás materias que tendríamos, de modo que todo el trabajo de la enseñanza a las jóvenes mentes de Windaz era dejado en sus manos y talento.

    Durante casi toda la clase, era hostigado, a mis espaldas fragmentos de papel hecho bolitas lanzado con magia de viento o frágiles rocas que se rompían al instante de impactar conmigo eran arrojados sobre mí, no dolían pero era molesto y para el colmo pese a que la profesora en una de tantas ocasiones pudo haberse dado cuenta, nada hizo, era como si ella lo ignorase a propósito, aunque esto último preferiría dejarlo a la duda y no llegar a conclusiones precipitadas.

    Entendía lo que pasaba, era bastante obvio, era el típico caso de bravuconería, me habían convertido en el marginado privilegiado de la clase, aunque comparado a ser el marginado del pueblo, lo sentía como una costumbre, una muy fastidiante costumbre.

    Las clases habían culminado por hoy, al menos para mí, lo último en ser enseñado en este día eran clases de magia y como no podía realizarla me dejaron marchar antes que el resto, de hecho podría jurar que insistieron en que lo hiciese, de camino a casa ignore las frías miradas de las brujas adultas, lo que más me molesta era que al darme cuenta y voltear para verles a la cara, ellos simplemente disimulan y miraban hacia otro lado para fingir de un modo tan patético que ni en palabras podía describir, solo para luego regresar sus miradas con desprecio mutuo cuando se encontraban fuera de mi campo visual, incluso oír sus murmurios ya era el colmo pero trataba de tolerarlo.

    —“No sé cómo Marian puede tener un hijo así, esa mujer avergüenza a este pueblo” –Oí salir tales palabras de la boca de una de ellas.

    Hasta mi propia madre, una bruja como todas era víctima del acoso verbal. Regresando a casa, soy recibido por ella quien se encontraba cosiendo un par de medias para mí.

    —Hola hijo, ¿cómo estuvo tu primer día de clases?, a que aprendiste mucho, ¿no es así?, que envidia… de recordar me hace volver a mis días como una pequeña niña con ansias de aprender.

    Siempre tan gentil, siempre tan amable, no había palabra tan mortal capaz de atravesarla como una bala, así como tampoco algo tan toxico como para envenenarla, siempre tiene un motivo que desconozco para mirar con la otra mejilla, feliz y alegre, era tan molesto.

    —No te entiendo… -Le dije yo —¡Simplemente no lo entiendo!.

    —¿Qué sucede hijo?, ¿paso algo malo?.

    — ¿Qué si paso algo?, ¿”ALGO”?, ¡tú sabes perfectamente lo que está pasando!, que estupidez… jejeje… ¡TODO ESTO ES UNA ESTUPIDEZ!.

    Sin pensarlo deje salir toda esa frustración que reprimía hacia ella.

    — ¿¡No te molesta el simple hecho de ser tratada de forma injusta por algo tan discriminante!?, ¿¡no sientes siquiera el más mínimo rencor por aquellos quienes fueron tus “amigas” y se han vuelto en tu contra!?, ¡es obvio que yo sí, realmente los desprecio tanto!, sería más fácil… si yo… solo desaparezco…

    Lagrimas de resentimiento me salían a montón, estaba sobre la puerta con la firme idea de irme y nunca jamás volver a poner un pie en este mísero pueblo de brujas.

    —Para cuando me vaya todo habrá vuelvo a la normalidad, je… incluso creo que festejarían eso –Dije yo con la mano en la manija —Bien, hasta n…

    Antes de que pudiese siquiera terminar las últimas palabras, me abrazo desde la espalda tan fuerte deteniéndome.

    — ¡Por favor no te vayas!, por favor no te vayas…

    Sus lágrimas caían a borbotones sobre mí, solo que a diferencias de las mías, las suyas expresaban tristeza, en todos los pocos años que viví, jamás la había visto llorar así

    —No me importa lo que piensen de mí, no me importa ser apedreada o escupida, ¡lo único que me importa es mi niño!, eres lo más preciado para mí -Manifestaba la mujer que me trajo a este mundo.

    Si algo aprendí de una vida entera, es nunca confiar demasiado en las personas, forcejeaba con el intento de liberarme de sus brazos, pero ella me lo hacía difícil insistiendo en seguir la naturaleza de sus caprichosos deseos, ¿qué clase de razonamiento ilógico inspira a esta mujer?, ¿tanto le vale el ser trataba como una miserable?, yo daría lo que fuera por escapar de aquí.

    — ¿Por qué?, a pesar de la forma asqueante en que te tratan, ¿¡porque insistes tanto en que siga contigo!? –Pregunte yo.

    — ¡Porque soy tu madre!, ¿¡qué clase de madre haría a un lado a su propio hijo!?.

    “Madre” esa palabra la había escuchado tanta veces que me parecía gastada, pero oírlo de su boca me hizo sentir algo en el pecho, era una sensación similar al dolor pero más cálido.

    —El día en que naciste y te sostuve en mis brazos, pude sentir con orgullo lo que es ser madre, mi pequeño Roz, aunque el mundo albergue toda su crueldad en tu contra, tu madre siempre estará contigo.

    Nunca entendí lo que era una madre realmente, habiendo visto a tantos niños caminar de manos con las suyas, sentía envidia pero no comprendía el porqué, ahora entiendo… ahora comprendo la desesperación y la alegría que un huérfano podía experimentar en años de soledad, la calidez de sentir y sujetar las manos de una “madre”.

    Yo había experimentado la felicidad de muchas maneras en mi vida anterior por medio de bienes materiales, carnal e incluso al ver como mis clientes probaban orgullosos mis productos sobre traidores amarrados frente a mis ojos solo para complacerme, pero esta felicidad era la primera vez que me brindaba un confort como ninguno.

    —Mis ojos…

    Lagrimas me salían nuevamente, pero ahora no estaban bajo el influyo de emociones negativas, me deje llevar por lo que sentía, con las manos a la cuales forcejeaba las use para abrazar a la mujer que me trajo a esta vida, no… más bien a mi madre quien me trajo a mi nueva vida y me dio otra oportunidad para comenzar de cero.

    —Vaya día, ¿qué tal si nos relajamos con algo dulce? -Propuso mi madre —Acabo de hacer un delicioso pastel con los ingredientes que compre hoy en la panadería, era una sorpresa para festejar tu primer día de clases.

    —Me parece bien… mama –Le respondí con una sonrisa.

    Regrese a mi cuarto para seguir con mi pasatiempo de leer acerca este mundo, mientras me sumergía en su contenido, me topé con un anillo en el suelo, ahora recuerdo a madre preguntando por dicho objeto que se le había caído hace unos dos días, lo correcto sería decirle que lo encontré y devolvérselo.

    —Aunque… no había apuro.

    Sujete el anillo con la palma de mi mano derecha, sentí nostalgia porque hacerlo de esta manera me recordaba a cuando lo hacía en mi mundo para usar mi poder de Esper de baja manipulación sobre el metal, ¿pero porque lo hacía ahora?, era como si sintiera ilusiones de que lo imposible sucediera.

    — ¿Eh?...

    Mi rostro denoto un sentir estupefacto al presenciar algo que no debía ser posible, aseguraba que mis ojos me estaban jugando una broma, pero habría jurado que el anillo se tambaleo un poco por su cuenta.

    —Hmmm… intentarlo no cuesta nada.

    Mire fijamente al anillo y con la palma abierta me concentre con intenciones de manifestar mi viejo don, se movía, no era un engaño o falsa sensación, con mis sentidos intacto podía ver con suma claridad que el anillo se movía. Al principio llegue a este mundo portando los recuerdos y experiencia de mi previa vida, pero ahora acabo de darme cuenta que también lo hizo mi habilidad Esper, su manifestar era más débil en Avalia pero sin duda alguna era mi poder, esto abre muchas puertas venideras.

    Continuara…
     
    Última edición: 22 Octubre 2016
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    Sylar

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    CAPITULO 3 HERENCIA DE METAL


    PERSPECTIVA: Rozuel Drayt


    Tras otro “agotador” día de clases de mucho aprendizaje y el cotidiano bullying, arregle mi camisa y pantalón en casa de todas las bromas en la que fui el centro de atención, además de tierra y viento, hoy decidieron experimentar con magia de agua sobre mi lanzándome una lluvia de microgotas por parte de las chicas y Riza Gramwind era quien de manera indirecta tiraba de los hilos.


    Usando un objeto de mi madre, una pequeña piedra mágica color rojo con una pequeña llama en su interior con esencia de fuego, la coloque encima de mi empapada vestimenta y el calor que emitía daba para ser usado de forma similar a una secadora sobre ropa mojada (y sin peligro de que se prenda fuego), logre quitarle lo húmedo en cuestión de minutos (creo que casi una hora).


    Las clases dan inicio a la mañana (8 AM) y culminan a la 2 de la tarde, aunque estas últimas dos horas son clase de magia, por lo que mi hora de retirarse seria a las 12 PM. Dejándome el resto de día para hacer lo que quiera, no iba a desperdiciar este tiempo valioso.


    Salí a explorar los alrededores de Windaz, el pueblo vivía rodeado de un bosque, tomando consejo de mí madre de no adentrarme tanto, me dirigí al este hasta encontrarme con una formación rocosa extensa, allí di con una entrada a una cueva subterránea bien escondido por unos arbustos.


    No era tan profunda y lo interesante es que a pesar de que la luz del sol no llegaba a este lugar, este sitio no estaba a oscuras, en esta cueva sobre ciertas paredes crece una extraña planta con aspecto de musgo y forma de hongo (no comestible) que brillaba en la oscuridad iluminando diversas zonas como si fuera un farol, estaba en casi todos lados y me sirvieron de guía para no caminar en oscuridad.


    Por fortuna este lugar seguía un camino lineal y al seguirlo me lleva hasta una amplia zona iluminada por varias musgos hongos con una bella cascada en ella, era un hermoso retrato de la naturaleza, pero mis ojos se habían centrado sobre otra cosa.


    A un lado me topé con una cantidad innumerables de rocas sospechosas color gris que llamaron mi atención, al acerarme y tocarlas sentí un tacto familiar sobre estas.


    —Esta sensación… dureza… ¡es metal!.


    Eran rocas metálicas en su estado puro disfrazados con la apariencia de unas ordinarias, con mis manos y mi vasta experiencia en diversos metales me ha dado la capacidad de reconocerlos al tacto, pese a ser un metal de Avalia, me alegra no haber perdido ese toque.


    Mi objetivo primordial consistía en dos metas; exploración de los alrededores para conocer la fauna y el hallazgo de objetos metálicos, pero siendo honesto lo segundo tenía más relevancia, con esto mis manos tenia los requisitos indispensable para llevar a cabo mi “proyecto”.


    Sin perder más tiempo, puse mi mano sobre una roca de tamaño mediana, acto seguido use mi habilidad Esper para alterarla y hacer que separara del resto como si la “cortara” con un instrumento, me llevo un buen rato (no tengo idea de cuánto) pero pude hacerlo, el problema era que era tan pesada que hasta un adulto tendría problema solo para cargarla y mi cuerpo de niño mucho no haría.


    —Hmmm… no hay problema.


    Pero nuevamente mi don me dio una gran mano, en contacto con la roca extraída comencé a alterar su tamaño para comprimir su peso temporalmente al reducirlo a la forma de una canica, realizar esta acción me llevo a concentrarme bastante, sin mencionar el tiempo invertido que fueron horas.


    Habiendo logrado mi cometido, tome un descanso tras quedarme bastante fatigado por usar por un extenso tiempo mi habilidad, con el aliento recuperado lleve mi metálico botín conmigo a la superficie, al salir y percatarme de lo bajo que estaba el sol me había dado cuenta que lleve bastante tiempo en esa cueva, pues ya casi estaba por anochecer.


    De regreso a casa fui regañado por mi madre debido a mi larga ausencia, me sermonea de lo preocupada que estaba al creer que algo malo me había pasado.


    — ¿Tienes idea de lo que preocupada que estaba? –Pregunto ella a casi romper llanto.


    —Perdona por hacer que te preocupara mama, pero me encontré con algo interesante y eso me hizo perder la noción del tiempo –Conteste enseñando por consiguiente la roca con tamaño comprimido que obtuve de la cueva.


    —Esto es “metalito”, ¿dónde lo conseguiste?.


    —En el bosque, ¿sabes lo que es mama?.


    Mi madre me explico que este “metalito” es un mineral de mucho valor, ya que su metal es útil para crear armas, armaduras y otros artículos poseen una alta compatibilidad en el encantamiento de objetos para posteriormente convertirse en artículos mágicos, saliendo de esto; espadas mágicas, escudos mágicos, brazaletes mágicos, ect.


    Me dirigí a mi habitación y allí me concentre sobre la roca para volverlo a su tamaño original, el proceso para revertir su estado me llevo menos de lo estimado, al no ser mi primera vez ejerciendo mi habilidad de esta manera, sabía que hacer sin pensármelo demasiado, pero como mi don es ejercido en un nuevo cuerpo de joven edad, me llevaría tiempo para acostumbrarlo y de esa manera fortalecer su uso.


    Tenía el metal que necesitaba y ahora podía iniciar la segunda fase de mi “proyecto”, la creación de un arma, dada mi edad debía pensar en un arma pequeña, ya que si creara un rifle de asalto o una escopeta, el retroceso de los disparos haría que esta me diera una paliza gloriosa, por eso lo primero en que pensé fue en una pistola, una Springfield XD 9mm.


    Tome una porción de la roca equivalente a la masa necesaria para la creación de la herramienta y la convertí en estado líquido, en mi mundo natal crear una pistola como esta me llevaría minutos, pero aquí en Avalia se ve que necesitare más tiempo, porque apenas he empezado y el metal liquido reacciona muy lento a mis órdenes mentales.


    El proceso de creación se lleva a cabo mediante la imaginación, la concentración y la energía ESP; la imaginación brinda la imagen de lo que deseo crear, la concentración moldea el metal líquido guiándose de la imagen imaginada y la energía ESP es por obviedad la energía vital por defecto necesaria para que el proceso se realice.


    Como un ex-traficante de armas, no me es difícil recordar los montones de diagramas sobre armas, de hecho las tengo recompiladas en mi mente como si una enciclopedia de armamentos reposara en mi cabeza. Con la fatiga aumentando, el proceso de creación se tuvo que detener por hoy, apenas había logrado darle forma en su exterior al arma, por lo que tardaría más de la cuenta para empezar a moldear su interior, el mecanismo es complejo pero su fabricación es simple para mí, el problema es que mi poder ESP se ve más limitada en Avalia y el cansancio frecuente es la causa principal, este proyecto mío me llevaría días o semanas en terminar a este paso.


    A la mañana comenzaba con las clases, soportaba las continuas bromas en los recesos de las chicas, sin importar cuantas cosas me arrojaran para lastimarme o empaparme, tenía un motivo para mantenerme en ánimo, esa tal Riza Gramwind quien era el “cerebro” de este descabellado intento de escarmiento bullying no parecía mostrar interés en involucrarse de manera directa, en su lugar prefería seguir tirando de los hilos y dejar de sus “marionetas” hagan el trabajo sucio, era patético pero no podía esperarse menos de una bruja de talento prestigioso, supongo que estaba esperando su momento o no quería “ensuciarse” las manos por cuenta propia por cuestiones de orgullo.


    De regreso a casa, continúe en la creación del arma, me asegure de guardar la roca metálica bajo mi cama y la pistola en fase de creación en el cajón del armario de ropa para que mi madre no la encontrara, de momento prefería mantener esto en secreto.


    Finalice por hoy hasta donde mi resistencia psíquica me lo permitía, con el caer de la noche me fui a dormir y al siguiente día el ciclo se repitió; clases, bullying constante, finalización de clases, regreso a casa, retorno al “proyecto”, anochecer, cansancio, pausa momentánea del “proyecto” y a dormir.


    Con el poco tiempo comencé levantar sospechosas sobre mi madre y ella empezó a preguntarse porque me quedaba en mi habitación casi todo los días, para excusarme mentí que se trataba de “tarea extra” para mejorar mi aprendizaje de matemática e incluso invente montones de tarea de acuerdo a los conceptos aprendidos en clases, no me costó convencerla de que era por razones de estudio, de esa manera la coartada funciono y me daría más tiempo hasta finalizar.


    Había pasado cerca de una semana y había logrado darle su forma externa a la pistola, ahora me encontraba moldeando su interior para darle forma a su “mecanismo” y hacerla utilizable, calculaba quizás que me tardaría una semana más, pero pronto crearía la primera arma de fuego en un mundo de espada y magia (al menos que hayan habido otras).


    Al día siguiente en clase, me encontraba haciendo tarea pendiente en el receso, al terminar me levante rápido para aprovechar el tiempo que quedaba para ir al baño a orinar, en el camino me percate de como las chicas se movían de manera sospechosa al alejarse de mi apenas me veían, no lo encontraría extraño de no ser que casi la mayoría parecía sonreír de una manera bastante malévola o eso creía ver en sus labios.


    En los pasillos me topo con Riza Gramwind quien en compañía de dos de sus amigas, les presumía de una vara mágica que en su mano izquierda sostenía.


    —Miren chicas, la vara que mi madre me regalo –Dijo la presumida bruja de pelo naranja.


    Ellas la elogiaban de una manera tan exagerada e infantil, que me daban ganas de chocar la palma de mi mano a la cara por vergüenza ante la patética forma de actuar.


    — ¿Debería probar lo eficiente que es? –Pregunto ella.


    Sus amigas respondieron animadas con un profundo “si”, y la bruja de larga cabellera naranja comenzó a canalizar su magia en la vara, de repente sus ojos se fijaron atento a mí.


    —Momento… ¿no ira a…? –Me Preguntaba a medias en mis pensamientos acerca de lo que planeaba.


    Lanzando su hechizo en dirección hacia mí, había invocado un proyectil contundente de viento, al cual enseguida su punta cambia hasta volverse como el de una flecha, sin lograr reaccionar mi hombro derecho es herido y soy derribado en el suelo con una herida sangrante causada.


    — ¡Maldición, se supone que no debía haber cambiado a una forma penetrante! –Dijo Riza responsable del acto con un rostro nervioso.


    La profesora llego a tiempo y me atendió de inmediato en su despacho, uso magia curativa y vendo mi herida para detener la hemorragia, pero aun ante todo su esfuerzo no podía curarla con su poder, eso era debido a que la magia de la familia Gramwind tenía una cualidad única en sus energías mágicas que ejercían en todo conjuro que realizaban. Era más bien una especie de “maldición” en el que todo aquello que sea herido por uno de sus ataques mágicos, la herida causada no pueda ser curada o atendida de manera satisfactoria por métodos ordinarios o mágicos, esta maldición denominada “Incura” quedaba marcada en la piel lastimada de las víctimas provocando que inhibiera o entorpecía todo medio curativo para ralentizar la recuperación del herido/a.


    — ¿Entonces estaré con esta herida para siempre? –Pregunte yo.


    —No, solo será hasta que la energía residual de la maldición se desvanezca del todo, hasta ese momento toda magia curativa y medicina que uses en la herida únicamente calmaran el dolor –Explico la profesora —Para la hemorragia hasta entonces debes usar vendas para evitarla y recomiendo el ungüento para el dolor que te vaya a afligir.


    En medio de todo, Riza llega con una cara triste y llorosa para explicar lo ocurrido.


    —Yo… estaba practicando con mi vara nueva cuando sin querer una de mis flechas de viento dio en Rozuel por accidente, ¡lo siento mucho! –Exclamaba ella.


    ¿¡Un accidente!?, maldita perra tú lo hiciste apropósito y encimas montas una escena tan sobreactuada, toleraba el bullying que me hacían siempre pero esto es pasarse de la raya.


    —Está bien Riza, a todos nos pasan, Rozuel entiende que esto fue un accidente y confía en que no volverá a ocurrir, ¿verdad Rozuel? –Me pregunto la maestra confiando ciegamente en las palabras de su estudiante favorita.


    Cuando la instructora no la tenía a la vista, Riza revela su verdadero rostro sonriendo orgullosamente con toda malicia como si me dijera a la cara “mira como me salgo con la mía”, eso me irrito bastante que explote verbalmente.


    — ¡Miserable!... ¿¡en verdad crees que esto va a quedar así!? –Le exclame señalándole con el dedo a la mísera bruja de cabello naranja.


    Ella pronto vuelve a su faceta de chica inocente y arrepentida cuando la instructora voltea a verla, exagerando aún más sus lágrimas.


    — ¡Rozuel, entiende que fue un accidente!, Riza en el fondo se siente mal por esto, ¿acaso no ves cómo llora? –Decía la profesora regañándome molesta.


    Quería que fueran solo dudas pero ahora era cierto, hasta la profesora era parte constante de este acoso escolar sin fin, no había nadie en quien confiar, incluso los mismos adultos de este pueblucho estaban podridos.


    Me permitieron retirarme temprano, incluso me dieron permiso para faltar un tiempo a clases con el fin de reposar y darle tiempo de sanar a mi herida, si bien la maldición “incura” vuelve inútil todo medio curativo que se aplique en mi herida, pero no inutiliza la regeneración natural de mi cuerpo, sino que la enlentece hasta el punto de demorar semanas en cicatrizar una pequeña parte. Y para empeorarlo, la energía residual de la maldición puede tardar días, semanas o meses en desaparecer, esa perra me la había jugado bastante bien y sin la más mínima consecuencia de sus actos.


    En casa, mi madre fue notificada del “accidente”, debido a su noble carácter y gentil personalidad fue engañada con facilidad, aunque ella no estuviera “podrida” como las demás, no me atrevía a involucrarla, esto era entre yo y esas zorras.


    —Mi pequeño Roz, ¿estás bien?, ¿te duele mucho? –Me pregunto ella mirando cuidosamente la herida vendada.


    Mi madre poseyendo una magia con afinidad al agua, poseía técnicas curativas implicadas en dicho elemento, por lo que en el pueblo trabajaba ejercía el oficio de curandera junto a otras brujas de dones curativos y prestaban un servicio similar a las enfermeras en mi mundo, pero pese a las habilidades de mi madre ninguna era capaz de repeler o disminuir la maldición que azotaba mi herida.


    —Iré a la alquimista y te conseguiré la mejor medicina para tratar el dolor, espera aquí hijo.


    La alquimista del pueblo, era una bruja que preparaba todo tipo de brebaje, sobre todo del tipo medicinal, algo similar a una farmacéutica de mi mundo, mientras mi madre partía hacia la tienda de la alquimista, yo me dirigí a mi cuarto para proseguir con mi trabajo.


    — ¡Duele… carajo… duele mucho!...


    Sin importar cuanto lo intentara, el dolor sometía a mi cuerpo en medio del procedimiento, aun cuando aguantase en un cuerpo de niño el dolor consumía todo mi ser, mi concentración se destruida en cuestión de segundos, esa desgraciada no solo logro herirme físicamente, sino psicológicamente al frustrarme de poner un obstáculo que me impidiera terminar con mi proyecto, maldita PERRA algún día juro que me la pagaras.


    Incapaz de continuar, espere hasta que madre llego con un frasco de vidrio que contenía un ungüento color verde, al aplicarse sobre las vendas la medicina traspasaba el vendaje para filtrarse a la herida, el dolor se había reducido de manera drástica, pero la herida aún persistía, esta medicina reducía la incomodidad y los dolores de manera temporal, de modo que podía continuar trabajando en mi proyecto sin problemas, tal y como la profesora dijo mientras perdure esta maldición solo se podrá calmar la dolencia con todo producto médico que use.


    La maldición “Incura” de los Gramwind era fuerte, pero no todopoderoso, tenía su debilidad y era que si se aplicaba una técnica curativa de mayor fuerza que la suya esta podía eliminarse, pero lo único cercano aquí que podía combatir contra tal malicia era una planta medicinal conocida como “hojas del hada roja” que llevaban su nombre por su apariencia de hojas color rojo que según relatan estas crecen en un árbol encantado por un hada de alas roja, tenían propiedades mágicas curativas de gran poder y para mi suerte en esta región sobre todo en el bosque que rodeaba a Windaz se encontraba esta planta, puede que esa alquimista tenga un poco, de ser posible con una medicina preparada de la hoja del hada roja debería bastar para curar este mal insoportable.


    Varios días después el proyecto avanzo, aunque más lento que antes, el ungüento era efectivo pero su duración no pasaban de 3 horas, además de que debía esperar 1 hora para volverse a aplicar para que su efecto se mantenga normal, a este paso los frascos no duraban más de 2 días y este era mi tercero en usar.


    Le explique a mi madre sobre la hoja del hada roja, aunque ella ya la conocía, según parece fue varias veces a la alquimista para preguntar si tenía un preparado medicinal creado a partir de esta planta, solo para ser su pedido rechazado al no poseerlo, excusándose la bruja encargada de producirlo con el pretexto de “es difícil de conseguir”.


    Hoy mi madre se dirigió de nuevo a ver a la alquimista, la seguí sin que se diera cuenta hasta llegar al establecimiento de esa bruja farmacéutica, su tienda aunque pequeña sí que era extravagante, ya desde afuera tenía adornos de hueso y marcas de pintada con tinte místico, parecía más el local de un adivino que de un alquimista, pero bueno si tomamos en cuenta que es una bruja supongo que venía al caso.


    —Ya se lo dije hace dos días, aun carecemos de los materiales necesario para prepararlo –Le respondió la bruja alquimista rechazando nuevamente la petición.


    —Entiendo… siento mucho volver a molestar –Se disculpa mi madre retirándose.


    Sin que me viera, me escondí hasta que ella salió de la tienda y se fue hasta perderse a la vista, colocándome al lado de la puerta aún abierta del establecimiento de la alquimista, escuche algo que más que asquearme, me harían sacar venas al rojo vivo de la frente.


    —Querida, ¿qué no hace días recolectaste algo de esa planta?, fácilmente podrías preparar esa medicina que quiere, además de que ella puede pagarlo –Pregunto el esposo de la bruja.


    —Sí lo sé, pero no pienso malgastar unos ingredientes tan valiosos para ese hijo suyo sin talento para la magia, otros que valgan la pena y pueden pagar más pueden necesitarlo –Contesto la propietaria con toda naturalidad.


    Me fui de allí aguantando la ira acumulaba de solo escucharla, incluso reprimir tal sentimiento estimula al dolor de mi herida, todo el pueblo estaba en mi contra (con excepción de mi madre), lo único que pude hacer es suprimir esta frustración y regresar a mi habitación.


    Días pasaron y lo único en que me concentre en seguir con la creación del arma, me detenía cuando mis fuerzas estaban agotados o el dolor me lo impedía. Habían pasado como dos semanas y media, mi proyecto finalmente había culminado, la pistola Springfield XD de 9mm había sido terminada, aun ante toda la desgracia que he pasado en estos últimos días no pude evitar dejar salir esa sonrisa de satisfacción al ver en mis manos la nostalgia de sostener un arma de fuego, un recuerdo latente de mi mundo natal.


    Lo único que quedaba era probarlo, crear la munición fue más sencillo, me tomo un día crear 1 cargador para la pistola, me dirigí hacia el bosque y me adentre a la cueva subterránea donde halle el metalito, llegue a la parte de la cascada en donde coloque en el suelo un frasco vacío del ungüento que usaba, tome distancia y apunte al recipiente para probar mi creación.


    Es raro, ya que sentía nervios en este momento vital a pesar de recordar que era en mi anterior vida, supongo que se debe por el tiempo transcurrido desde que pude sostener una de verdad y ahora que finalmente era un sueño hecho realidad, no debía vacilar, jale el gatillo y…


    ¡BANG!


    El disparo rompió el frasco de vidrio con suma facilidad, la potencia y precisión eran sin duda de una autentica pistola, incluso el retroceso el cual casi me empuja era perfectamente emulado, no había duda, ¡con total éxito yo Rozuel Drayt había creado la primera (quizás) arma de fuego en este mundo!.


    En el siguiente día de un miércoles, decidí regresar a la escuela, mi madre preocupada me pregunto si estaba seguro de mi decisión, yo con un rostro optimista asentí con un sí, no me fue difícil convérsela. Vistiéndome apropiadamente, guarde la pistola ya cargada en mi espalda sobre mi pantalón ocultándola con la camisa de la misma manera como lo haría un típico pandillero de calle y ya listo partí a clases.


    Nada más llegar al salón, mi presencia incomodo a las masas, podía escuchar claro sus quejidos murmurados en un tono no tan bajo, se nota que no tenían sentido alguno de ser discretas, pero eso no me desanimo, al contrario, me alentaba a un más de hacerlo, solo esperaba el momento ideal.


    Con el primer periodo de clases terminado comenzó el receso, me dirigí al patio para ponerme al día con las tareas, allí pude notar como un trio de chicas me miraban fijamente mientras hablaban entre sí en voz baja, planeando su jugada a mis espalas, fue entonces que una de ellas saco una varita y comenzó a armas una escena exclamando a sus compañeras “¡miren chicas, el nuevo truco que aprendí!”.


    —Así que ese era su plan, je, que predecible –Comente en mis pensamientos.


    Pensaban copiar la misma jugada de la bruja que me dejo esa herida en el hombro, podía incluso notar como se aguantaban las ganas de verme sufrir, estas sinvergüenzas no iban en dudar en usar esta oportunidad para herirme también con su magia, oh, pero ahora las cosas iban a ser diferente, estaba preparado y una de mis manos se deslizo lentamente hasta poner la palma sobre la culata de mi preciosa creación, esperando la oportunidad.


    Continuara…



    NOTAS FINALES:


    1: [PERSPECTIVA]: Significa que es relatado desde el punto de vista de dicho personaje, tengo en mente para futuros capítulos describirlo desde la perspectiva de otros personajes a medida que la historia avance.
     
    Última edición: 22 Octubre 2016
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    CAPITULO 4 PÓLVORA ESP


    PERSPECTIVA: Rozuel Drayt


    En pleno receso, en el patio de la escuela, tres brujas se preparan para montar una escena como la de Riza Gramwind, pero esta vez estaba preparado, los dedos de mi mano derecha estaban sobre la empuñadura de la pistola que guardaba en mi cintura a espaldas en el pantalón, ansiando el momento.

    Podía ver el mana (energía mágica) acumulándose en la vara que sostenía, no puede ser… ¿piensa atacarme con algo más fuerte que lo que uso esa perra de cabello naranja?, estaban a punto de lanzar su ataque y en el momento en que la tres voltearon al mismo tiempo mirándome con ojos maliciosos, desenfunde la pistola apuntándoles.

    ¡BANG!

    De un solo disparo las tres caen al suelo a la vez, el ruido seco de la bala resuena haciéndose oír en toda la escuela, mi objetivo desde el principio fue la vara y mi puntería fue tal que solo me basto ese disparo para darle justo en el blanco y destrozarla, en consecuencia el ataque fue anulado y las brujas abrumadas por el poder de algo que nunca han visto, miran con duda y temor lo que sostengo en la mano.

    Pude resistir el empuje del retroceso provocado por el disparo, pero eso no evito el dolor ocasionado en la herida del hombro, esta maldita herida incluso opaca mi uso del arma, aunque puedo aguantarlo no deja de ser tan molesto como si recibiera continuos piquetes de mosquitos.

    —¿¡Que paso aquí!?, ¿¡que fue ese ruido!?.

    La profesora Naly Scheen llega al lugar atraído por el disparo de la Springfield XD, mira de manera sospechosa al trio de brujas quienes aún estaban algo atónica con ojos hacia mí.

    — ¿Qué ocurrió aquí? –Dirigió su pregunta a mí.

    —Disculpe profesora, es que las chicas estaban practicando un conjuro con una vara y sentí curiosidad que les pedí que me dejaran observar, aunque parece… que la cosa fallo y provoco una pequeña explosión, pero todos estamos bien, ¿no chicas? –Brinde mi respuesta acompañado de una falsa sonrisa.

    Las chicas al oírme asintieron dando veracidad a mis palabras, aunque era evidente que lo hacían por inquietud, ellas me tenían miedo. En cuanto a la pistola la había ocultado nuevamente en mi cintura ante de que la profesora llegase.

    El resto de las clases fueron tranquilos, de hecho bastante, regrese a casa para darle una observación minuciosa a mi arma, me encerré en mi cuarto y saque la pistola dándole una mirada cercana, hasta ahora estaba bien, no tenía fallas, pero si dudas.

    Saque el cargador para tomar una de sus balas y posteriormente la desarme, el interior de esta munición estaba vacía, no había pólvora y mucho menos fulminante, de hecho toda munición que yo creaba incluso en mi anterior vida era así y a pesar de ello podía dispararse sin problemas, la pólvora almacenada en la bala brindaba la combustión necesaria para impulsarse en el momento del disparo y el fulminante era la base que causaba la deflagración de la misma, entonces; ¿cómo era posible que los disparos se efectuaran de todas formas si no había pólvora ni fulminante?, tenía una explicación o más bien una teoría.

    Las balas al ser creados por mi poder, parte de la energía ESP efectuada en su creación queda impregnada en está sustituyendo a la pólvora y también al fulminante, entonces con esta conclusión si parte de mi energía ESP es capaz de adoptar el rol de ambos elementos para toda munición que creaba, ¿podría ser capaz de hacer granadas explosivas y misiles para bazucas?, la respuesta era no.

    La munición de pistola o alguna otra arma similar utiliza ambos recursos para impulsar un proyectil, mientras que una granada para explotar, eso nos lleva a que la concentración de esta para las armas explosivas es aún mayor que lo empleado en las municiones de armas de fuego, y la “Pólvora ESP” nombre que le di a este fenómeno en que mi energía ESP la imita, es incapaz de generar la mayor cantidad necesaria para hacer accionar una granada o misil, de hecho lo intente varias veces en mi anterior mundo cuando llegue a esta idea y sin éxito alguno.

    PSI o energía ESP; es una forma de energía producida por las “células ESP” responsables principal del manifestar de la habilidad de un Esper, invisible para todo ojo (al menos por cierto medios), como energía su función se reserva únicamente en dar forma a las habilidades de acuerdo a las especificaciones de su poseedor, en mi caso la manipulación del metal, el concepto era algo similar a los magos que usan la energía mágica para emplear la magia e invocar elementos de la nada.

    Aunque he aquí lo extraño, el simple hecho de que el PSI en su estado de energía pura ejerza un efecto fuera de respaldar el don de su esper ya es un caso raro (aunque no único), ha habido usuarios capaces de manipular de manera voluntaria o inconsciente el PSI en dicho estado siendo capaces de generar barreras psíquicas o extensiones invisibles como si fueran telekinesis a pesar de que tales dotes eran ajeno a sus verdaderos poderes, en mi caso el PSI imita a la perfección tanto la pólvora como al fulminante, así como mi habilidad me permite crear imitaciones perfecta de armas de fuego, a este tipo de fenómeno se les conoce como MIP (Movimiento de Influjo Psionico).

    Incluso toda munición que ejercía la “Pólvora ESP” funcionaba de manera correcta en armas no creadas por mí, lo que confirmaba que tal fenómeno no se daba solo en mis creaciones, era capaz de efectuar el MIP sin tener idea de cómo, pero sabiendo como lo ejercía, lo que me da otra duda; ¿podría acaso mi habilidad haber “evolucionado”?, por mi parte lo creía no posible, tenía otras teorías como que el metal que modificaba con mi don portaba propiedades únicas ideales para la formación de la pólvora ESP, pero eran eso solo meras suposiciones hipotéticos.

    Para la mañana siguiente, prepare el arma y otro cargador lleno por si acaso, la escondí en mi uniforme preparado para ir a clases. Caminando por el pasillo noto como casi todas evitan verme a la cara y se alejan de mí en cuando no los tengo a la vista, en el salón incluso nadie me lanzaba cosas y toda charla susurrada entre ellas era tan bajo que apenas lo oía, pero el cambio más notable era que el receso no era acosado

    Por lo general yo hacía del típico “donnadie que ignoraba las malas críticas y susurros discriminativos hacia mi persona”, pues siendo sincero me importa un bledo lo que otros hablaran de mí, pero esta era una situación inesperada a la que nunca creí que llegaría (tan pronto), en la cara de algunos observaba una faceta conocido ¿temor?, ¿podría ser que lo ocurrido con esas tres brujas ayer haya causado la expansión masiva de un rumor que infunda miedo en ellas hacia mí?.


    —Jejeje…

    Una pequeña risa algo tétrica se apodera de mis labios, las brujas cercanas que lo notaron sintieron una incomodidad hasta el punto de alejarse aún más de mí, en mi mente exclamaba emocionado “¡Sí!, esto era lo que buscaba en tanto tiempo”, un poco de paz aun a costa de haberla ganado por ser temido, a lo lejos no podía evitar no darme cuenta de que la estudiante más sobresaliente, Riza Gramwind, me miraba con un rostro envuelto en indignación, pese a todo lo que me ha hecho hasta ahora, parecía no satisfacerle siquiera que tenga un momento de tranquilidad, es como si para ella el no verme sufrir lo considerara una injusticia, que perra más arrogante.

    Tanto el siguiente como el otro día en clases fueron tranquilos, el acoso físico había desaparecido en total, el verbal persistía pero eran sencillos de ignorar (ya que lo hacían en un tono muy bajo), exagerados rumores de que era un “demonio” con extraños artefactos mágicos peligrosos se hicieron sobre mi persona. Supongo que era un buen momento de hablar sobre los “artefactos mágicos”, para hacerlo simple eran objetos imbuido con magia, siendo ítem valiosos para los no-magos que les sirven como apoyo mágico al no contar con la capacidad de realizar magia propia, sin embargo mis creaciones no podían contar como “mágicos” por el simple hecho de que su naturaleza no es mágica (aunque era mejor que la gente pensara eso en vez de tener que decir la verdad de lo que es), nuevamente los ojos de la bruja de cabellera naranja siguen mostrando indignación.

    Estos días se convirtieron en un periodo de paz para mí y dos semanas después cumplí otro año de vida.

    [EDAD: 4 años]

    Había pasado una semana desde que cumplí 4 años, tras otro tranquilo día de clases regreso a casa de buen humor, empiezo a sentir un ligero dolor en la herida del hombro que aun persistía a causa de la maldición, lo que significa que era la hora de la medicina, el frasco de ungüento que tenía en la habitación estaba vacío y no sabía dónde estaba la reserva que se guardaba en caso de agotarse la que usaba, eso se debía a que cada vez que estaba cerca de acabarse una, mi madre me dejaba una nueva sin tener que tomarme la molestia de buscarla yo, pero ahora no lo había hecho, lo cual era raro pero no algo de lo que alarmarse.

    Me fui a su habitación ya que escuchaba sonidos viniendo de allí (y éramos los únicos que vivían en esta casa), la puerta estaba cerrada (lo cual ella nunca hace eso), al abrirla y entrar me encuentro con que se estaba curando unas heridas de moretones sobre su hombro izquierdo, ella al darse cuenta de mi pone un rostro de sumo asombro, como si esperara que no la descubriera.

    —Mama, ¿qué te paso? –Pregunto preocupado.

    —Oh hijo no te había oído venir… sobre esto… me tropecé por distraída en el trabajo lastimándome por accidente, algo tonto de mi parte –Respondió con un tono algo nervioso acompañada de su usual sonrisa optimista.

    Al acerarme más y ver detenidamente sus heridas, ella se cubre como si sintiera vergüenza o quisiera ocultarlo, no soy un experto en lastimados, pero en mi opinión esas hematomas eran demasiado intensas como para que una mera caída de tropiezo las hiciera, siendo sincero parecían más bien de un puñado de rocas lanzada con fuerza.

    —Por favor no te preocupes, mama está bien.

    Su gentileza me obliga a no interrogarla, no quería sofocarla o incomodarla más de la cuenta, me retiro dejándola a solas, curándose sus heridas con su magia curativa de agua.

    — ¿Pero porque tanto empeño en ocultarlo?, yo me he lastimado varias veces y no era algo tan grande como para guardarlo en secreto –Me plantee tal tema en mis pensamientos.

    De momento no podía sacar conclusiones acertadas. Después de que madre se ocupara de sus heridas, le pedí que me diera un frasco nuevo de ungüento, con otro en mi manos me la aplico en mi afectada parte, no sin antes cambiarme de vendas (la que tenía llevaba días).

    Una vez en mi habitación me concentraba en la idea de la siguiente arma que crearía, el éxito de la pistola me llevo a aspirar más, ¿crear otra igual quizás?, no, estaba pensando en algo más potente, algo que pudiera disparar proyectiles más fuerte o más seguido, me planteaba indeciso que sería lo próximo en construir, no debía ser algo pesado y menos con un retroceso tremendo, debía tener un peso liviano y con un poder de fuego mayor a la pistola.

    —¡Ya lo tengo!.

    Me puse manos a la obra tomando la cantidad del metalito necesaria que conservaba aun en mi habitación para mi siguiente creación, ¡seré el Frankenstein de las armas de fuego de este mundo!, convertiré mi debilidad de no-mago en mi mejor fortaleza, ese era mi objetivo actual.

    Siendo el siguiente un sábado, en la escuela enseñaban únicamente solo clases de magia por unas 3 horas a la mañana en estos días, como no era mago podía ausentarme, me centre en quedarme en mi cuarto y seguir con mi nuevo proyecto en pleno desarrollo, el entusiasmo de verlo terminado me hizo levantar tan temprano para seguir trabajando en él, si lo finalizaba con éxito sin duda iba a dar un gran paso a mi meta.

    Como mi madre a las mañana trabajaba de curandera en el pequeño hospital de Windaz, tenía la comodidad de no estar alerta de que entrara a mi cuarto para descubrir lo que hacía, aunque no dejo de preguntarme y a la vez preocupar sobre esas heridas de ayer que tenía, confiaba en que tarde o temprano daría con las respuesta a ese dilema.

    Cerca de dos horas escucho la puerta de la entrada ser abierta y cerrada rápidamente, ¿era mama que llegaba del trabajo?, es extraño, ya que apenas eran la 10 de la mañana y ella siempre llega a las 11 o un poco tarde los sábados, ¿hoy salió temprano?, otro punto a considerar es que siempre cuando volvía exclamaba “ya llegue” para avisar de su llegada, pero esta vez no lo hizo.

    Escucho atentamente que se dirige a su habitación, con cautela me muevo sigiloso hacia allí, la puerta estaba media abierta, era perfecto de esa manera no tendría que abrirla despacio y podría espiar desde la abertura que dejo, al acercarme y mirar me fijo para confirmar que era ella (menos mal que no era un ladrón), pronto comienza a quitarse la ropa lo que me puso incomodo ya que sería extraño desde mi punto de vista espiar a mi propia madre desnudándose, pero de repente mi rostro colmado de vergüenza cambia radicalmente a uno estupefacto.

    —No… -Decía en mi mente conteniendo lágrimas que anhelaban salir producto del impacto emocional de lo que veía.

    En su desnudes, sobre su espalda y hombros contemplaba moretones más marcados e incluso inflamados que lo de ayer, esto iba más allá de ser causado accidentalmente por la torpeza, era obvio que esto se lo hizo alguien… o algunos, mi madre en secreto mantenía escondido este pesar, incluso mientras se ocupaba de sus heridas no dejaba de sonreír, su noble carácter y gentileza le impedía mostrar el sufrimiento que padecía a ocultas en casa, con tal de no hacerme preocupar.

    Deje de observar y regrese a mi cuarto, lleno de ira cerré los puños y di un golpe en el suelo con ambas manos alzándome de frustración, me sentía lleno de rencor, un profundo odio que desencadenaba dolor en mi herida vendada, pero mi resentimiento siendo mayor a mi dolencia lo ignoraba.

    No les bastaba meterse conmigo, no les era suficiente discriminarme con palabras, ¡sino que ahora preferían meterse con mi madre, agredirla físicamente solo por el hecho de tener a un hijo no mago!, ¡el sentido moral y racional de este pueblo estaba para el carajo!, no sé quiénes entre ellos eran los principales responsables, pero a este punto para mí todos eran iguales, ¡podridos e miserables, infelices sin remordimiento, egoístas deseosos de saciar su desprecio en otros solo por ser lo que eran!.

    Tome la pistola escondiéndola y vistiendo mi ropa informal casual de siempre me fui a la escuela, al llegar al patio me oculte a una esquina viendo que las chicas seguían aun en clases de magia con la profesora Naly Scheen, quedaba poco para que culminaran las tres horas.

    Mi mente estaba cegado por la furia, mi sentido común se desvanecía gestando en mi interior un psicópata a punto de nacer, mi mano se acercaba poco a poco a la empuñadura del arma, por mi cabeza repasaba una y otra vez hipotéticos escenarios en que todos eran asesinado por mis balas, pensamientos imaginarios que tenía en mente hacer realidad.

    —“¡No!… no lo hagas, no caigas ante estos oscuros sentimientos” -Repercutía una voz de consciencia en mi cabeza

    —“Hazlo, se lo merecen, no les basta con meterse contigo y ahora van por tu madre, ¡son ellos o tu familia!, ¡no le des esa satisfacción!” –Contra-responde una segunda voz.

    Era una lucha entre dos voces llevándose a cabo en mi cabeza, debatiéndose entre ellos con discursos reflexivos, por un lado la “consciencia 1” me convencía de detenerme y la “consciencia 2” de empuñar el arma y asesinar a cuantos me satisficiese, la segunda llevaba ventaja en la elocuencia, el “perdón” y la “comprensión” no eran convincentes contra la “venganza” y el “rencor”, mi mano había tomado la empuñadura del arma y en el último momento la primera voz exclamo.

    —“¡Tu madre no sería feliz si hicieras esto, ella no querría que esta fuera la solución!”.

    Y me detuve en ese instante, reflexionando; “¿qué ganaría al final con esta masacre?”, a la mente se me vienen una clara idea de las consecuencias, en que todo el pueblo me vería como una amenaza y tendrían suficiente motivos para pasar del acoso al asesinato, y mi madre no quedaría al margen de esto, todo por mis acciones precipitadas influenciadas por mis emociones.

    Estaba a punto de marcharme cuando cierta bruja familiar fastidiosa que se había percatado de mi presencia, se acercó con un tono engreído a incordiarme.

    — ¿Qué estás haciendo aquí?, maldito no mago –Me interrogo Riza.

    —Nada que te incumba, me marcho –Le respondí dándole la espalda.

    — ¡No te pongas arrogante solo porque nadie quiere meterse contigo! –Comento ella —No sé qué hiciste para que todas sintieran miedo hacia ti, ¡pero tus artimañas no funcionaran contra una Gramwind!, conoce tu lugar, inútil sin talento.

    Cuanto más lo pensaba, mas quería darle un balazo en la cabeza, pero eso me llevaría al mismo resultado reflexionado anteriormente, entonces se me ocurrió, si no podía herirla de forma simple por miedo a represalias, entonces usarías a mi favor “las normas de la escuela” para lograr mi propósito.

    — ¡Cállate perra!, eres tan ruidosa que me arruinas el buen humor –Le dije en voz alta.

    — ¿¡Cómo me llamaste…!? –Contesta ella molesta con sus puños cerrados que acumulaban energía mágica con enfado.

    Estaba a punto de ponerse violenta, su orgullo le impedía dejar impune mis palabras ofensivas, tal y como planeaba, entonces levante mi dedo y señalándola le propuse…

    — ¡Yo Rozuel Drayt te desafío a ti Riza Gramwind, a un duelo de práctica, aun si no soy un mago, se puede hacer una excepción y validar un encuentro si estás de acuerdo!.

    Según el reglamento de la escuela, los estudiantes de 4 años o mayor pueden llevar a cabo enfrentamientos de práctica con magia entre ellos usando conjuros no letales, por supuesto que debía hacerse mediante la supervisión y previa autorización de un adulto encargado.

    Riza convirtió todo su enojo en una fuerte carcajada que llamo la atención de toda la clase presente.

    — ¿¡Me desafías a un duelo de practica!?, ¡jajajajaja!, ¡un chiste tan malo, como del herrero forjando una espada con lodo! –Manifiesta con burla la bruja de cabellera naranja.

    Todas las chicas que lo oyeron de forma inevitable se echaron a reír también, pues la sola idea de que un no-mago desafié a alguien con talento a la magia en un duelo de práctica mágico, era el colmo para ellos.

    — ¡Muy bien!, acepto el desafío.

    Con la aceptación de Riza y el inmediato permiso concedido de la profesora Naly, el duelo de práctica estaba decidido hacerse, se llevaría a cabo a las 5 de la tarde en el patio de la escuela, ahora solo quedaba prepararme.

    Continuara…
     
    Última edición: 18 Septiembre 2019
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  5. Threadmarks: CAPITULO 5 TALENTO MAGICO VS MEDIOCRIDAD PSIQUICA
     
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    CAPITULO 5 TALENTO MAGICO VS MEDIOCRIDAD PSIQUICA


    PERSPECTIVA: Rozuel Drayt


    Faltaba 15 minutos para que el encuentro se llevara a cabo y yo seguía recostado en cama esperando en mi cuarto, madre entra intentando otra vez convencerme de no hacerlo.


    —Hijo, te lo pido por favor, no lo hagas, ¡si algo te llegara a pasar…! –Expresaba su pesar emocional con un rostro melancólico.


    —No hay marcha atrás mama, simplemente no la hay, al menos que haga esto, nada va a cambiar para mejor, así de “justo” es nuestra vida –Conteste levantándome de cama —Así son las cosas.


    — ¡Pero aun así…!


    Madre aun con toda su gentileza no era ingenua, incluso ella sabe que este encuentro podría resultar fatal para mí, dicho de otra manera, aun si muriera en este duelo, se lo tomaría como un “accidente” y nada cambiaria, para este pueblo la muerte para alguien como yo sería un suspiro de enorme alivio, lo que si me preocupa es que lo que pasaría con madre si yo llegara a perecer ese destino, no estaría aquí para presenciar lo que podría ocurrir.


    Me encamine hacia la escuela quedando pocos minutos de comenzar el encuentro, tuve que ignorar las suplicas de madre, pese a sus buenas intenciones, tenía mis motivos para no parar, si fallo la muerte sería el único alivio a mi tropiezo, aun siendo un deseo egoísta.


    Como era de esperar, mucha gente del pueblo se había reunido en el patio, esta práctica parecía haberse convertido en un evento del siglo para Windaz, era como esas peleas de boxeo en el que el campeón actual se enfrentaba a un aspirante que anhela tomar su título, ya me imagino el posible titular que le pondría a esta pelea de ser así “La bruja prodigio VS el inútil no mago”.


    Incluso habían armado un cuadrilátero, o más bien pusieron una valla en sentido circular para aparentar una, se esmeraron demasiado por una duelo de práctica, aunque si somos honesto, esto no será una práctica, claro que no, aquí pedirán sangre, la mía sin duda.


    Riza esperaba con una fuerte mirada dentro del escenario en el que se llevaría nuestra lucha, en un duelo de practica la regla principal de victoria es lanzar magia no letales hasta desarmar a tu oponente o incapacitarlo (dejarlo inconsciente), dado que yo no tenía afinidad con la magia las condiciones de victoria para mi fueron modificados por la profesora Naly quien estaba a cargo como la “réferi” de esta competencia.


    Una mediocre espada y escudo de madera se me entrega a mano, para ganar debía ser capaz de tocar con la punta de la espada a Riza, mientras que para perder los objetos que me fueron entregados debían ser destruidos o también si quedo KO o me rindo a voluntad (lo cual no va a suceder).


    — ¡COMIENCEN! –Declaro la profesora Naly dando inicio al duelo.


    Muchos pensarían que sería una victoria fácil contra una chica de 4 años quien estaba armado únicamente con una vara, pero he ahí el detalle, no era ordinaria, era una bruja y aunque solo debía avanzar unos míseros metros y tocarla con una espada de madera para ganar, en el instante que corrí en dirección a Riza al dar inicio este encuentro, una muro de viento invocada por ella detiene mi avance y con mover hacia adelante su varita provoca un soplido que me hizo retroceder de manera violenta hasta darme de espalda contra la valla.


    — ¡Roz!...


    Podía escuchar los gritos de preocupación de mi madre mezclado entre el público, aunque ese golpe dolió aun podía ponerme de pie, para ser solo una niña era fuerte, era de esperarse de la prodigio proveniente de un linaje de brujas de renombre.


    — ¿Ya te das por vencido? –Pregunto mi rival con un rostro arrogante.


    —Ni en tus sueños –Replique su pregunta recobrando la postura.


    Un proyectil de viento es disparado por ella, logro evadirlo dado a su lentitud, al observar como esta golpea la valla ocasionando un daño notable me doy cuenta que con la fuerza del ataque que lanzo rayaba más allá de ser “no letal”, era de esperar, esta sería la oportunidad perfecta de provocarme todo el daño que quisiera.


    Riza es una usuaria del elemento viento, como una Gramwind su poder mezclado con la maldición “incura” la hacía letal. Los magos manifiestan su poder a través del mana, su fuente de energía mágica, dicha energía corre en todos los seres vivos y el medio que nos rodea casi como el mismo oxígeno, el uso de la magia implica dos principios; el “básico” y “avanzado”, el primero se centra en manipular el mana y el segundo en moldearlo para realizar los conjuros o hechizos, ¿pero cómo puede un no-mago como yo saber de esto si nunca ha asistido a una clase de magia?, bueno eso es porque no me quede de brazos cruzados y recurrí a indagar de otros medios para tener un conocimiento mínimo acerca de la magia en sí.


    — ¡Explosión de viento!


    La bruja cito su siguiente conjuro, desatando pequeñas burbujas de aire en el suelo cerca de mí, cada uno explotaba provocando fuertes vientos que me afligían leves daño contundente, manteniendo la distancia logre evitar la mayoría, enseguida veo venir otro de sus proyectiles elementales y sin manera de esquivarlo uso el escudo de madera que dispongo en mi mano izquierda, solo para que sea hecho pedazos en un suspiro y mi mano lastimarse.


    Pierdo el equilibrio cayendo al suelo y con un raspón en la palma de mi mano herida, el público gritaba eufóricos de tal suceso, ignorando que un niño de su propia patria había sido herido ante sus ojos, porque esta era la realidad, mi sufrimiento era un deleite de espectáculo tanto para otros niños, adolescentes y adultos del lugar.


    — ¡Jajaja, que fácil!, solo me falta la espada y habré ganando, pero… ¿para qué terminar esto tan pronto? –Resalta la bruja de cabellera naranja acompañada de una mirada siniestra.


    Sin importar lo que hiciera, era inútil, su magia fácilmente rechazaba todo movimiento que hiciese, porque esta era la cruel verdad, la magia era la auténtica cúspide de poder en este mundo.


    —En este duelo nunca tuve posibilidad…


    Puedes entrenar 10 años con la espada más reluciente para convertirte en un formidable espadachín y aun así ser asesinado por las llamas de un mago, puedes practicar 20 años con el arco para ser un hábil arquero y aun así ser atravesado en la cabeza con facilidad por un proyectil mágico, puedes fortalecer tu cuerpo con un riguroso entrenamiento de 30 años para esculpir los mejores músculos y pese a eso ser asesinado por una enorme roca invocada por un mago, esta era la realidad de Avalia para los que aspiraban fuerza sin magia.


    —Por eso…


    Yo era diferente a todos ellos, tal vez no sepa manejar una espada, usar un arco o tener el físico de un forzudo, pero yo contaba con algo que me hacía especial, mi preciado metal.


    —Tengo que cambiar de estrategia si quiero ganar –Dije en voz alta.


    La bruja reía de mis palabras creyendo que alardeaba con locura, respirando hondo me prepare para llevar este enfrentamiento a su clímax, comenzando por tirar al suelo la espada de madera de mi mano derecha.


    —Así que al fin te decides dar por vencido y reconocer la posición que te corresponde como no-mago, es lo lógico, que tipos como tu reconozcan la mediocridad de su existencia creyendo ser mejores que las brujas –Asevero con prepotencia la prodigio de cabello naranja.


    — ¡Cállate!, ¡hablas demasiado!, ¡voy a desplomar está sobrevalorada fachada de superioridad y dejar en claro que la magia no es la gran cosa! –Exclame con un gesto rebosante de confianza en mi rostro.


    Con mi mano derecha desenfunde mi as bajo la manga escondido en mi cintura, ante todos mostré la pistola Springfield XD con la que apunte a Riza, la bruja miraba con duda al igual que los espectadores el objeto en mi posesión sin tener la menor idea de la peligrosidad de su “poder”.


    Baje el cañón apuntando hacia sus piernas y dispare resistiendo el retrocedo junto al dolor de la herida maldita de mi hombro, la bala como calcule paso rozando su pierna izquierda causándole una herida superficial dolorosa.


    Muchos atónitos al ser testigos de tal inusual arma quedan sin habla, la profesora en especial quien reconocía ese sonido ya que era la segunda vez que oiga el disparo de la Springfield XD, pero ahora atestiguaba a primera mano con un rostro estupefacta el proceder de ese inquietante ruido que oyó con anterioridad y su cuerpo permanecía sin mover como una estatua viviente observando en silencio como los demás.


    Levante el cañón del arma y apunte hacia el frente, Riza quien antes denotaba la viva imagen del orgullo arrogante, se veía preocupada y en su respuesta ante la desconocida amenaza que enfrentaba, empezó a crear un escudo con su mana.


    ¡BANG!


    Era el sonido del arma siendo disparada otra vez, la prodigio aun con todo su nato talento en la magia, le resultaba imposible crear a su edad una defensa capaz de soportar una bala con la suficiente fuerza para atravesar la puerta de un auto, por ende su escudo mágico fue hecho añicos al instante en que el proyectil lo atravesó, para su fortuna calcule mi puntería para que esa bala fuera dirigida a su varita destrozándola y dado que más adelante había una pared a la cual impacto no hubo heridos en su trayectoria.


    Los papeles se invierten, ahora la bruja es quien pierde el equilibrio y cae al suelo, aprovecho la situación y tomando la espada de madera con mi izquierda, corro deprisa poniendo mi pie en su pecho para impedirle levantarse.


    Mirándola de frente, recordé todos esos momentos en que hizo miserable mi vida, sobre todo la nociva herida maldita que dejo en mi hombro, empecé a tentarme por los pensamientos de rencor y apunte el cañón a su rostro, incluso en mi boca una macabra sonrisa se expresaba por la emoción de querer hacerlo.


    —“Hazlo… sabes que lo deseas…” –Repercutía en mi mente la voz que me motivaba a tal decisión.


    —“No lo hagas… es suficiente…” –Replica una voz de misericordia para detener mis intenciones homicidas.


    ¡BANG! ¡BANG!


    Dos balas son disparadas fallando a propósito, me había arrepentido en el último momento dejando con vida a la Gramwind, con solo ver la cara de la arrogante bruja, de aquella mocosa que presumía su linaje y su talento, considerada como una dotada con futuro en las artes mágicas, yacía ante mi tiritando como un cachorrito con ojos lagrimeando del miedo.


    Decidí terminar con este absurdo show y toque con la punta de la espada de madera el cuello de Riza obteniendo mi victoria, el público empezó a hacer bullicio entre ellos inconformes con el resultado y aborrecido de sus protestas, aplaque sus quejidos disparando hacia la valla de madera el resto de las balas que quedaba en el arma vaciando el cargador, el inmenso daño provocada a las estructuras fueron más que suficiente para callarlos y permitirme decir algo.


    — ¡Ahora que tengo su atención, voy a dejar bien en claro un mensajito para que se lo graben en esa asqueante materia gris de cerebro que tienen!, ¡si quieren meterse conmigo, por mi háganlo, pero si alguien sin importar QUIEN SEA vuelve a herir de algún modo a mi madre, A MI FAMILIA, lo voy a dejar peor que a esa valla, lo que ven en mis manos no es el único “juguete” que tengo y créanme que no querrán verme enojado!, ¿¡SOY LO SUFICIENTE Y JODIDAMENTE CLARO!?.


    Nadie se atrevía a objetar, el silencio de todos ante la vulgar amenaza de un niño de 4 años con un arma que nunca han visto, había “acribillado” toda confianza en sí mismos para dar un paso en frente y decir algo al respecto.


    Sin nada más que hacer aquí, marche a casa para ir a mi habitación y recostar mi cabeza en la almohada, madre quien había llegado minutos después, se aparece en mi cuarto mirándome fijamente y conteniendo sus lágrimas.


    —Supongo que ahora quieres una explicación –Le dije yo.


    Pero ella fue directamente a abrazarme y llorar mientras frotaba con alivio su cara sobre mi mejilla, agradecía una y otra vez que me encontrara a salvo y pese a ello nunca me pregunto o dijo palabra alguna sobre la pistola.


    Los eventos del duelo mágico marcaron un “antes y después”, para los días venideros los tiempos de calma regresaron, ahora en la escuela ya nadie se acercaba a mí, incluso en el salón ninguna de las chicas quería ponerse a chismosear mientras estaba cerca, en cuanto a Riza quien antes con agallas se atrevía a plantarme cara, ahora se mantenía a distancia con un rostro de puro miedo como si reflejara un trauma en ella con solo verme.


    Pero ahí no quedaba la cosa, incluso caminando en el pueblo los mismo habitantes comenzaron a evitarme apenas me veían, había infundida un temor en todo Windaz hacia mi persona y todo se lo debía a mi “juguete” de metal.


    Unas semana después, madre volvió a su comportamiento habitual de siempre, aun así plantee una excusa de bañarnos juntos como una actividad familiar con el fin de aprovechar para verificar si no tenía alguna herida reciente, con sutileza di un vistazo rápido para confirmar que estaba bien, incluso sus viejas heridas ya eran cosa del pasado gracias a su magia curativa, dándonos el resto del momento para disfrutar la ducha como madre e hijo.


    Continúe con el proyecto de la nueva arma que estaba fabricando, ya me faltaba poco, ya casi lo tenía listo, con el buen tiempo corriendo ni la molesta herida del hombro alteraba mi buen humor.


    En un sábado, me dispongo a regresar a casa después de ir a la cueva subterránea por mas metalito, del anterior ya casi no me quedaba mucho tras haberlo usado bastante para finalizar la creación de mi nueva arma, ahora solo me quedaba crear la munición correspondiente y probarla, para eso necesitaba más “material”.


    Como siempre los aldeanos me evitaban, tanto mujeres adultas como adolecentes y niñas, incluso también los pocos hombres que había en el pueblo, otros simplemente evitaban mirarme como si de solo hacerlo creyeran que los mataría, era como sentirse el dictador de cierto país del norte caminando ante la plebe, que ridículo.


    — ¿Eh?, ¿y esto?...


    En el trayecto piso un pedazo de papel que llama mi atención, pero luego percibo algo sospechoso en él, un aura mágica que por reflejo me hizo retroceder y mi reacción fue correcta pues el papel pronto se prende fuego por sí solo y sus llamas moviéndose como si tuvieran voluntad propia se extienden formando un circulo sobre mí para encerrarme en una trampa.


    Los pocos aldeanos que estaban a mi alrededor habían desaparecido tras haber pisado aquel papel trampa, ¿coincidencia?, lo dudaba, sabía que tarde o temprano algo como esto ocurriría, ser asesinados por aquellos que solo ven a un “monstruo” a sus ojos era una de las muchas forma de influir del temor.


    Solo, sin habilidad, recurso o medio para salir de esta situación, me acercaba a los brazos de la muerte… otra vez, ¿qué sería de mi si volvía a morir?, ¿reencarnaría de nuevo?, son las cosas con la que mi mente me distraía mientras aguardaba mi inevitable fin.


    Continuara…
     
    Última edición: 30 Junio 2017
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  6. Threadmarks: CAPITULO 6 PELIGRO INMINENTE
     
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    CAPITULO 6 PELIGRO INMINENTE


    PERSPECTIVA: Rozuel Drayt

    La primera vez morí asesinado por un arma de fuego, ahora me encuentro otra vez al borde de la muerte a causa de infundir miedo a cierta gente discriminante por medio de un arma de fuego, ligando dos manera de morir en relación a estas, ¿causa y efecto?, ¿coincidencia o destino?, a la inmensa mayoría le daría igual la respuesta si estuviese sudando a lo loco y con un doloroso desenlace de quemaduras de tercer grado aguardando.


    —4 Años… no llegue a durar ni un cuarto de lo que viví en mi anterior mundo, ¿volvería a reencarnar otra vez?.


    De ser posible, aun a costa de perder mis recuerdos o mi habilidad ESP, me bastaría un mundo en el que tenga alguien con quien contar, como una madre.


    — ¡ROOOOOOZ!...


    Una voz familiar retumba en mis pensamientos, solo conocía a alguien que me nombrara con ese tono.


    — ¿¡Mama!?...


    Aparece de forma imprevista corriendo sin cesar, brinca de forma sobrehumana abriendo sus brazos para manifestar su magia de agua y crear con ella decenas de burbujas a las cuales envía en forma de veloces proyectiles a las llamas que me rodeaban, siguiendo la lógica de los elementos el agua apacigua el fuego y con ello resulta mi salvación.


    Me abraza aliviada de verme a salvo. Tras pasar el rato sentimental, le pregunte que hacia aquí y cómo fue que supo que estaba en peligro, al parecer madre mientras estaba en un momento de receso en su trabajo, escucho a escondidas algo inquietante charlado entre unas mujeres.


    “¿Creen que de verdad lo vaya a hacer?”


    “Ella corre el riesgo de que ese monstruo la mate si falla”


    “Tiene agallas, ni yo me atrevería a cruzar mirada con ese no-mago que derroto a la Gramwind”


    Un mal presagio fue lo que sintió al escuchar tal conversación, fue su acierto correcto que mi vida salvo en ese intento de quemarme vivo, madre parecía estar a punto de ponerse verbalmente frenética por lo sucedido, lo cual no era recomendable dado a la poca privacidad que tendríamos en donde estábamos.


    —Mama, vayamos a casa de momento.


    Al momento en que llegamos ella comenzó a opinar de lo ocurrido a toda voz como si fuera un volcán a punto de hacer erupción, trate de calmarla para que bajara el volumen de sus palabras pero era inútil, estaba tan furiosa que jamás la había vista así en los años que he vivido con ella, era una ira cegada con lágrimas de frustración.


    — ¡Con este vil acto cruzaron el límite, las normas de Windaz aclaran que si alguien del pueblo intenta matar a otro por razones absurdas como esta, es castigado con el exilio o la muerte!, ¡voy a hablar al respeto de esto con la Eldar!.


    La Eldar, era la “jefa” o “alcalde” encargada de gobernar Windaz, la bruja con el mayor poder político e incluso mágico de este poblado, ciertamente para un caso en que relaciones problemas de este tipo ella era la más indicaba, pero dada nuestra situación…


    — ¡No!, no sería lo más recomendable, mama –Proteste a su sugerencia —No hay certeza alguna de que la Eldar vaya a estar de tu lado, incluso aunque tuviéramos una idea sobre quién es la responsable, aun si presentas este problema ante ella, no hay pista, evidencia o testigo alguno para respaldar tales hecho lo que daría como resultado a que te traten como alguien histérica y con problemas mentales, empeorando las cosas.


    —Pero… es tan injusto –Dijo con desengaño.


    — ¿Recuerdas lo que te dije antes mama?, así de “justo” es nuestra vida.


    Ciertamente no vi a la Eldar aquel día en que dio el duelo de práctica, incluso mi suposición sobre ella podría ser errada pero no podía correr el riesgo y menos aún si involucra a madre, estábamos en un dilema delicado.


    —No queda otro remedio, si nadie aquí nos quiere solo podemos hacer una cosa –Decía ella mirando hacia fuera de la ventana —Debemos mudarnos.


    Mi rostro se torna perplejo ante la inesperada respuesta dada por mi madre, ella con una actitud tranquila toma esa solución como algo natural.


    — ¿Irnos de aquí?, ¡pero tu creciste aquí madre, tú tienes una vida hecha en este pueblo!, no puedes simplemente plantearte a la ligera esa respuesta –Opine sobre ello.


    —Es cierto, he vivido en Windaz desde que nací y fui criado por mi madre.


    Mi abuela Nora Drayt murió antes de que yo naciese, y como madre también fue criado únicamente por su figura maternal, nunca conocí a mi padre de Avalia así como ella tampoco conoció al suyo, pero nunca le di importancia a ese detalle, con madre era más que suficiente para ser feliz.


    — ¿Y qué hay de todas las amistades que has hecho? –Le pregunte.


    —Deje de considerar tener una solo amistad en este pueblo tras lo que ocurrió hoy, nadie que se atreva a hacerle daño a mi hijo puedo considerarla como tal, aquí ya no tengo a nadie, solo me queda mi pequeño Roz –Contesto abrazándome en medio de sus palabras.


    La decisión estaba tomada, mañana empacaríamos nuestras cosas y pasado mañana con el salir del sol nos iríamos de Windaz. Según madre conocía a alguien en un pueblo llamado Sota que podría rentarnos un cuarto para hospedarnos allí e instalarnos, y como ella tenía magia con habilidades curativas conseguir un empleo como sanadora estaba asegurado dado a que no había muchos que ejercían dicha profesión en ese lugar.


    Nos fuimos a dormir temprano ese día, para el amanecer yo me levante para dar un breve vistazo por ultima a Windaz, dado que no era seguro recorrer el pueblo para mí (desde el intento de rostizarme vivo), me conforme con darle un vistazo desde el techo de mi hogar, no tenía la mejor vista pero me bastaba incluso para ver el cielo cómodamente desde allí.


    —Desde el fondo, temía que algo como esto ocurriese, pero en esa visión era yo quien se marchaba buscando un nuevo comienzo.


    Con las distantes y molesta mirada de los pobladores, este momento no era gratificante, tras 4 años no podría decir que voy a extrañar este lugar cuando me vaya, aunque siendo honesto aquí la he pasado mejor que en todos los orfanatos a los que fui criado en mi previa vida.


    Tras un buen rato, baje del techo para encontrarme con madre empacando las cosas materiales livianas en morrales y el dinero que disponíamos en una bolsa de cuero, para nuestra desgracia tendríamos que dejar todos los muebles debido que no había manera de llevarla con nosotros sin una carreta para transportarla, literalmente comenzaríamos desde cero.


    Para cuando todo estaba listo el sol se había ocultado, los dos nos disponemos a comer la última cena en Windaz con una atmosfera de sumo silencio. En ese instante, bajo el manto nocturno alguien golpea la puerta de forma violenta como si tuviera apuro, madre abre para encontrar a una joven bruja con un comunicado importante para dar.


    — ¡Es una emergencia!, se ha reportado un enorme número de bandidos acercándose al pueblo, según parece pertenecen a los “Forajidos de Lars”, son saqueadores que conforman en sus filas a variados ex-soldados y ex-mercenarios experimentados con algunos talentosos a la magia, ¡deben ir al hospital, allí hay un refugio subterráneo aguardando!.


    Tras dar su aviso se retira con prisa para informar a otros, madre deja las pertenecías en el suelo y opta por ir al refugio lo más rápido posible tomando del hombro.


    — ¡Espera!, tengo que buscar algo en mi cuarto y te alcanzo enseguida, adelántate mientras tanto –Le dije.


    — ¡No hay tiempo!, ¡tenemos que ir al refugio cuanto antes! –Insiste madre rechazando mi petición.


    — ¡Por favor!, entiende que lo que voy a buscar es algo importancia, significa mucho para mí.


    —Entiendo, entonces te ayudare…


    — ¡No!, tú tienes que ir al refugio cuanto antes, yo te alcanzare enseguida, no te preocupes por mí, siendo pequeña llamare menos la atención y si algo peligroso se acerca tengo mi “juguete” para defenderme, por favor mama… confía en mí.


    Sus ojos denotaban preocupación, un amor incondicional por su hijo que le impedía separarse en momentos extremos, pero también no quería decepcionarlo, quería confiar y respetar la petición de su niño.


    —Entiendo… pero por favor, ¡ven cuanto antes! –Pidió con ojos intranquilos.


    —Lo se mama, no te preocupes –Le asegure con una confiable sonrisa.


    Tan pronto ella marcho al hospital, me dirigí a mi cuarto buscando mi preciado “algo”, no me demore mucho porque sabía dónde estaba, abrí el cajón del velador para recoger lo que en un principio lo había envuelto en una tela blanca a causa de la mudanza, pero ahora eso ya no tenía importancia.


    Desenvolviéndolo porte en mis manos mi más reciente creación, una uzi de 9mm con cuatro cargadores listo para usarse, por la duda en la espalda de mi cintura llevaba la pistola y con estos dos salí de casa pero no para ir al refugio, sino para probar esta belleza en un conflicto real apostando mi vida en ello.


    —Lo siento mama… voy a demorarme un poco más.


    Continuara…
     
    Última edición: 22 Octubre 2016
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  7. Threadmarks: CAPITULO 7 LA BALADA DEL UZI
     
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    CAPITULO 7 LA BALADA DEL UZI


    PERSPECTIVA: Rozuel Drayt

    En una noche el poblado estaba bajo alerta cuando un grupo de bandidos denominados “Forajidos de Lars” se acercaba a Windaz, según parece sus miembros no eran simples ladrones, sino experimentados hombres con talento de lucha y algunos hábiles magos en sus filas.


    Allí me encontraba en medio del pueblo trotando para buscar el punto ideal para darle uso a mi nueva creación, lo que me permitirá probar su funcionalidad en combate real y de paso resguardar la seguridad de mi madre de este lio imprevisto.


    En mis manos llevaba una uzi, mi más reciente fabricación, con cuatro cargadores de munición 9mm con capacidad de 32 balas cada una que llevaba en mi cintura, disponiendo de 128 proyectiles en total.


    A una esquina observo a un número concentrado de brujas tanto adolecentes como adultas, todas se dividen en grupos de tres dirigiendo uno al sur, otro al norte y el último al oeste, parecían ser grupos de brujas aptas para el combate y cada uno iba a cubrir un extremo del pueblo para defenderlo como un puesto.


    —¿Entonces nadie cubre el este?.


    Decidí encaminarme a esa dirección, llegando al extremo en donde Windaz tanto comenzaba como terminaba con la vista del bosque a unos cuantos metros al frente, pensando que estaría solo me topo con una joven veinteañera de cabellera negra y sombrero puntiagudo marrón haciendo guardia allí.


    — ¿Qué haces aquí niño?, ¡vete al refugio del hospital! –Me advirtió ella con un tono algo agresivo.


    —Mi seguridad es cosa mía –Le conteste con la misma intensidad verbal.


    —Haga lo que quiera entonces, si terminas herido me da igual.


    —¿Por qué este punto es el que menos se encuentra protegido?.


    —En verdad no sabes cómo hacemos las cosas en este aquelarre, ¿eh niño?.


    — ¿Me lo vas decir o simplemente vas a divagarme?, como sea es decisión tuya querer o no hacerlo.


    —Tsk… que molesto eres, la Eldar ha levantado una poderosas barrera protectora que envuelve a todo el pueblo, sin embargo esta barrera tiene sus limitaciones con cuatro lados vulnerables a causa de que no están cubierto.


    Ya lo entiendo, era como un “domo” invisible que protegía a Windaz, pero dicho “domo” tenía zonas abiertas ubicada en los cuatro puntos cardenales del pueblo y como estrategia concentraban en cada punto un numero de brujas hábiles para defender la zona, obligando a los invasores a tener que ir a uno de los cuatros puntos para entrar aquí.


    —Pero eso no explica la razón del porque esta parte esta tan poco protegido, ¿y si llegaran a atacar también el lado este?.


    —No te preocupes por eso, la Eldar notifico que este sería el único punto en que los bandidos no atacarían.


    —¿Cómo está tan segura?.


    —Su mano derecha “Naya” es alguien que posee la capacidad de sentir las presencias ajenas con intenciones hostiles a cierta distancia, detectando de esta manera varias concentraciones de los bandidos apostado en todos los lados del pueblo menos al este, aunque si bien la Eldar también tiene una buena percepción, pero dada a su condición no puede sostener la barrera y “sentir presencias” a la vez.


    —Pero el que tú estés aquí quiere decir…


    —Sí, Naya tiene una increíble habilidad perceptiva pero no es perfecta, es posible que si algunos de los “Forajidos de Lars” sean magos hábiles sean capaz de ocultarse con su magia de su capacidad para percibirlos.


    Tiene sentido, pero que solo una bruja defienda este lado me parecía que estaban subestimando a los bandidos o que confiaban en que ella era realmente fuerte.


    —Cambiando de tema, insisto en que un mocoso como tu deje de hacerse el valiente y se largue de aquí de una…


    Fue tan rápido o quizás por distracción que no lo vio venir ni menos yo, era una flecha que había acertado en su abdomen dejándola malherida en el suelo.


    — ¡Están aquí!...


    Mire en dirección hacia donde vino la flecha y el arquero se mostró sin intenciones de ocultarse, no estaba solo, atrás de el por arte de magia aparecieron cuatro docenas de los suyos, entre ellos destaco un mago encapuchado de un largo exhibiéndose al frente como el líder de tal grupo.


    —Ese sujeto… -Dijo la malherida bruja levantándose —¿¡Ese tipo fue capaz de ocultar a todos ellos con su magia!?, ¿¡tanto poder tiene!?.


    No era el único mago de ese grupo, pues había otros dos con pequeñas varas en mano, pero ciertamente el del bastón largo poseía una cantidad de energía mágica superior al resto, podía sentir las energías místicas aun sin poder manipularlas y aterra a veces presenciar tipos así sobre todo cuando sabes que van a matarte.


    El mago bandido ordeno a la mitad marchar hacia el frente, ellos levantan sus armas para abrirse a paso ligero como una estampida de barbaros.


    —No voy a morir… ¡no voy a morir aquí!...


    La malherida bruja luchaba con su condición manteniéndose de pie, pese a sus palabras su cara dejaba al descubierto todo su temor. Era el momento, de mi nueva arma y dependiendo de cómo la use saldríamos vivo o muertos de esta.


    Empecé por sostener con ambas manos la uzi y apoyarla con firmeza en mi hombro derecho para mayor comodidad al disparar (pese a que tenía allí la herida vendado maldita) y enfocando a mis blanco apreté del gatillo.


    El retroceso sobrepaso mis capacidades para resistirlo, al momento que los continuos disparos salieron del arma perdí control momentáneamente desatando una ráfaga desequilibrada vaciando así el primer cargador.


    Sin embargo había logrado darle a la mitad de lo que venían hiriéndolos y haciéndoles perder el equilibrio, en el pánico los demás se detuvieron y como el resto rostros confusos con cierta inquietud se hicieron sobre mí y la uzi.


    —¿Qué clase de magia es esa?.


    —¿Es alguna especie de arma mágica?.


    Mientras los forajidos se debatían en la duda, aproveche y recargue el arma lista para otra ronda, aprendiendo de mi anterior intento, apunto fijo resistiendo lo más posible el retroceso, manteniendo el equilibrio mientras presionaba en el hombro soportando el constante dolor de la herida, los disparos asestaban con mejor precisión a los blanco con un margen de fallo bastante reducido.


    Uno en vano intento con un escudo de madera cubrirse, solo para que esta terminara hecha añicos con facilidad y el atravesado por ese proyectil desde la boca, cese los disparos a casi terminar el segundo cargador y los pocos que sobrevivieron (unos 3) con el miedo tanto infundido por la uzi como la sangre salpicada de los suyos en sus vestimenta, retrocedieron hasta situarse en la parte más atrás de la fila de los bandidos restante que quedaban.


    Esa demostración bajo su moral para intentar otro asalto directo, pero su líder el mago no vacilo y apuntándome con su bastón me lanzo un proyectil mágico de energía, logre evadirlo a tiempo y contraatacar con la uzi para disparar las últimas tres balas restante del cargador, el bandido con su poderes crea en su defensa un escudo mágico que logra repeler las balas lo que me sorprende con sinceridad.


    Aun me quedaban dos cargadores con 64 balas en mi posesión, pero ese escudo parecía lo suficiente fuerte, quizás lograría soportar una carga completa o quizás no, pero se me ocurrió la mejor manera de eliminarle para evitar perder más munición de la necesaria, mire a la bruja herida a mi lado aun despavorida de la impresión por presenciar en primera fila el poder de un arma fuego.


    — ¡No te quedes ahí parada, usa tu magia y ataca al escudo de ese mago, deprisa! –Le pedí desesperadamente su apoyo.


    Eso la hizo volver en sí y mirando al frente con determinación, aun con la hemorragia de la herida en su abdomen, nada le impidió concentrar su poder mágico en su brazo diestro y crear de su mano una roca del tamaño de una cabeza humana a la cual arrojo hacia el mago, acto seguido la joven cae de rodillas jadeando para mantenerse consciente como si toda la fuerza que le quedaba la hubiera depositado en ese único ataque.


    La roca no logro destruir su barrera, peso si dañarla hasta envolverla de grietas, el rufián se concentró en repararla y tomando esa oportunidad recargue la uzi y le dispare. Había logrado reparar la mitad del daño de su defensa mágica lo que le permitió sobrevivir a los primeros proyectiles, pero el fuego continuo no le mostro piedad con el resto, aunque los primeros que repelió ya habían sentenciado su final al reducir drásticamente su barrera dañada, su único salvavidas se desploma como fragmentos de vidrios desapareciendo en su totalidad.


    Las balas arremeten contra el desprotegido bandido mago siendo acribillado en varios puntos desde sus extremidades, abdomen y cintura, hasta uno le había dado justo en el cuello comprometiendo su arteria carótida y provocando la salida de un fuerte chorro de sangre sobre su cuerpo ya carente de vida. Sin darme cuenta hasta que el mago murió, había usado las 32 balas para eliminar a un solo hombre, me deje llevar por la fuerte emoción de creer que podría haber muerto en manos de ese sujeto si no lo eliminaba con toda seguridad, no escatime la cantidad por el “miedo” de perder y en consecuencia solo me restaba un cargador contra dos docenas restantes de forajidos.


    — ¡L-lo mato… ese niño lo mato con tanta facilidad! –Comentaba horrorizado uno de los bandidos.


    —¡Y dejo su cuerpo hecho un desastre!, ¿¡qué clase de magia endemoniada es esa!?.


    — ¡Ese mocoso es un monstruo!...


    Las fuertes palabras saliendo de la quebrantada moral de los forajidos al ver a su “poderoso” mago abatido me hizo aprovechar la situación denotando una vil sonrisa en mi rostro que acompañe con la uzi al apuntarles una vez recargada, sus reacciones consecuente era más que obvio, estaban atemorizados tanto por la sádica expresión que exponía como del “juguete” con el que amenaza sus insignificantes vidas.


    Todos en ese instante emprendiendo la retirada de una forma tan desesperada y desorganizada, pero no me detuve allí, mientras huían decidí meter más leña a esta fogata de cobardes, use el ultimo cargador contra ellas, resistiendo el punzante dolor de la herida maldita de mi hombro a pesar de que la presión del retroceso de la uzi ya la había abierto tiñendo mis vendas con sangre que se seguía perdiendo en el proceso.


    Pese a la larga distancia las balas no perdían efectividad, los atravesaba como papel pasando sin problemas a través de sus atuendos defensivos, su retirada se había convertido en una masacre al vaciar cada bala contra ellos, solo dos habían logrado sobrevivir con leves heridas físicas pero seguramente con un daño psicológico irreparable.


    A los pocos minutos llegan a escena tres brujas dirigidas por una mujer adulta de piel morena de notable físico que enfundaba una larga espada en manos vistiendo un atuendo ligero.


    — ¡Señorita Naya! –Nombro la bruja malherida mirando atentamente a la morenaza de la espada.


    ¿Eso quiere decir que esa era la tal “Naya” la misma mano derecha de la Eldar?, su imagen aparentaba más para ser una guerrera que bruja.


    — Detecte la presencia repentina de varios enemigos en esta parte y vine lo más rápido posible con refuerzos –Manifestó la tal Naya —¿Qué paso con el enemigo?.


    La joven señalo al frente apuntando al montón de cadáveres que quedaban de la mayoría de ellos, a lo que con un rostro estupefacto la mano derecha de la Eldar pregunto “¿Qué demonios paso aquí?” y todas las miradas se enfocaron en mí.


    —No lo malinterpreten, no hice esto para salvar a este mísero pueblo –Asevere con una fría mirada hacia ellas —La única razón por la que lo hice, es por mi madre, nada más que eso.


    Habiendo acabado aquí, me retire enseguida tras comunicarle tales palabras.


    — ¡Espera!, ¿qué fue lo que hiciste? –Me pregunto la tal Naya.


    — ¿Acaso importa?, yo que tú me preocuparía más en atender a tu compañera herida –Le conteste siguiendo mi camino.


    Con la munición de la uzi agotada, el arma de momento me era inservible, nada podía hacer ya, además de que la pistola tan solo contaba con el cargador que llevaba puesto debido a que no podía cargar con más munición de la que podía llevar, no era un personaje de shooter como para hacer tal hazaña.


    De manera que solo quedaba dejar el resto en manos de la fuerza de Windaz, mientras que yo me dirigía hacia el hospital para reunirme con madre.


    — ¡ARGHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!...


    Un grito de exaltación puso en alerta mis sentidos, pues estaba cerca del lugar de origen, no podía ignorarlo, mi cuerpo actuaba sobre mi sentido de lógica con intención de indagar la causa sin importar los peligros a los que podría exponerme.


    Corro directamente hacia el sitio procedente del ruido tratándose de una casa y armado con la pistola me posiciono sobre la puerta como un típico agente armado a punto de entrar a una zona de riesgo, tras darle una patada a la entrada me encuentro con tres bandidos intentando secuestrar a dos niñas brujas, siendo una de ellas Riza Gramwind, en la escena se encontraba también la profesora Naly Scheen quien yacía en el suelo inconsciente.


    — ¡Ni se te ocurra moverte niño o le rebano el cuello! –Amenazo uno de ellos poniendo el filo de su arma sobre la yugular de Riza —Muy bien quietecito allí, al mínimo intento de querer huir o pedir ayuda y tú amiga se muere.


    Analizando detenidamente a los tres, dos de ellos llevaban espadas lo que los catalogaba como guerreros sin talento mágico, mientras que el tercero llevando una vara dejaba en evidencia que era mago, tal parece que pudieron colarse de alguna manera sobre la barrera y aprovechando el caos que había intentaban secuestrar cuanto pudieran algo de “botín”.


    Uno de ellos comenzó a acercarse a mí, confiado en que terminare como el resto de ellas, ignorando la herramienta de mis manos como si pensara sé que tratara de algún juguete, apunte al primer secuestrador fijando el cañón a la cabeza.


    — ¿Eh?, ¿qué estás haciendo mocoso de mierda?, ¿piensas hacerme algo con ese juguete raro?, ¡jajaja!, ¿es que quieres hacerte el héroe que rescata a las “doncellas” en apuro? –Reía el vándalo mofándose de mí junto a los suyos.


    —Nunca me agradaron los cuentos de hada y menos los de héroes “princesos”, pendejo.


    ¡BANG!


    Le había dado justo en la frente y antes de que su cuerpo cayera al suelo, apunte deprisa al que tenía como rehén a Riza y con el segundo disparo acabe con él de un tiro a la cabeza, quedando solamente el de la vara.


    — ¡E-espera, por favor no me lastimes, me rindo pero por favor no me mates! –Suplicaba el tercero por su vida.


    Pese a poseer magia reconocía que sus esfuerzos eran inútiles ante el poder de algo que nunca había visto, habiéndose rendido pensaría que no era una amenaza, pero prefería no correr riesgo alguno y le dispare dándole en el cuello.


    — ¿¡P-porque…!?


    Fueron sus últimas palabras mientras su sangre salía a montón muriendo en el acto, Riza me miró fijamente pero percibí que no me veía con la típica mirada de miedo de siempre, no le di importancia y me retire tras asegurarme de haber acabado con los tres, no sin antes atestiguar la llegada de algunas brujas que escucharon los disparos y se acercaron a investigar, pase al lado de ellas sin decir una sola palabra pues ya no tenía las ganas de hablar o hacer algo más.


    Sin más obstáculos o imprevistos eventos que me retrasaran me dirigí al refugio para encontrarme con madre, de seguro recibiré un molesto sermón suyo por lo que hice, pero siendo franco adoraba esa parte de ella, porque sé que lo hacía por aprecio a su único hijo.


    Continuara…
     
    Última edición: 22 Octubre 2016
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  8. Threadmarks: CAPITULO 8 EL GUANTELETE “MAGICO”
     
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    2845
    CAPITULO 8 EL GUANTELETE “MAGICO”


    PERSPECTIVA: Rozuel Drayt

    El refugio subterráneo del hospital resulto ser más grande de lo que esperaba, pese a la cantidad de gente que había aun tenía espacio para una buena cantidad más y contaba con iluminación mediante un amplio número de pequeños faroles encendidos con piedras mágicas de fuego.


    Como era de esperar me comí a todo oído un buen sermón por parte de madre y culmino con un abrazo materno. Habían pasado un buen par de horas desde el ataque perpetrados por los bandidos, otro llega al refugio pero no se trataba de un aldeano buscando un sitio seguro, sino que era la bruja de brazos fornidos de piel morena y larga espada que cargaba en su espalda, la mano derecha de la Eldar, Naya, quien estaba acercándose a mí.


    —La Eldar quiere hablar contigo, Rozuel Drayt, ¿vendrías conmigo un momento? –Comunico ella.


    Parece que la líder de todo el pueblo mando a su gorila a buscarme para tener una charla privada, normalmente la rechazaría, pero tratándose de la mandamás de Windaz tenía curiosidad sobre lo que quería decirme y acepte ir.


    — ¡Momento!... –Exclamo madre.


    Ella insistió en ir también y de no hacerlo no me permitiría ver a la Eldar, Naya no tuvo problemas para aceptar su condición y permitirle venir.


    El alba se acercaba y las calles de Windaz recobraba algo de tranquilidad tras el asalto de los bandidos, algunas brujas encargadas de defender el poblado seguían patrullando los alrededores atentas a cualquier amenaza, el número de ellas era menor comparado hace horas.


    Habíamos llegamos al lugar donde yacía la mandamás, una peculiar casa de dos pisos, aunque este no era su hogar, sino el edificio en donde llevaba a cabo sus funciones como una entidad política, algo así como un ayuntamiento, al entrar subimos por unas escaleras para encontrarnos con la Eldar en persona sentada sobre su escritorio en la sala donde administrada su autoridad, de cerca podía notar mejor sus rasgos físicos, una mujer de tez blanco en sus 30 o 40 años, cabello corto negro con una esbelta figura pero muy delgada casi al punto de parecer físicamente débil, vestía un ropaje color ocre similar a una chaqueta acompañado del típico sombrero puntiagudo y un collar blanco de perlas.


    —Es un placer conocerte, joven Rozuel, y me alegra volvernos a ver Marian –Saludo con una voz que infundía un natural tono amistoso —Me llamo Sara Dorbo.


    La imagen que tenía sobre su personalidad era todo lo opuesto, la imaginaba más como alguien de carácter gruñón similar a un corrupto político o con el temperamento de un mafioso, aunque ya la había visto en otras ocasiones esta era la primera vez que entablaba una conversación con ella.


    — ¿Qué razones tendría la gran Eldar para hablar con un no mago como yo? –Pregunte.


    —Lo de “gran” es algo innecesario, pese a mi puesto sigo siendo alguien ordinaria –Contesto ella acompañado de una terrible tos.


    — ¿Se encuentra bien mi señora?, ¿ha tomado su medicina? –Intervino preocupada su mano derecha.


    —Estoy bien… la tome hace un momento, disculpa por preocuparte.


    Me entero de que Sara se encontraba bajo la afección de una enfermedad pulmonar, combatiéndolo tanto con voluntad como con medicamentos administrado por la alquimista.


    —La razón del porque te pedí venir, es que necesito de tu ayuda –Hablo la Eldar.


    — ¿Ayuda?, ¿de un niño de 4 años sin talento para la magia?, ¿me pregunto qué puede esperar de mí? –Dije con un tono sobreactuada de ignorancia.


    —No te hagas el listo –Agrego Naya —Muchos se ha hablado de ti, un niño no mago que usa extraños artefactos mágicos capaz de hacer frente un mago y eventualmente lograste vencer solo a una cantidad destacables de bandidos pertenecientes a los forajidos de Lars, la bruja que estuvo allí presenciándolo todo me detallo de lo ocurrido, sonaba imposible de creer pero al ver los cuerpos… empecé a dejar mi incredulidad a un lado.


    De modo que esa joven bruja que estaba vigilando sola esa parte sobrevivió, veía venir que ella terminaría contando todo lo sucedido, llame la atención más de la necesaria.


    —Te lo suplico que nos prestes tu fuerza un momento, tras logras repeler con éxito a los bandidos, muchas brujas terminaron heridas y se encuentran en este momento siendo trasladados con urgencia al hospital, algunos sufrieron heridas tan graves que no lograron sobrevivir, nuestras fuerzas han mermado y si fuéramos atacados otra vez, quizás esta vez no tengamos oportunidad –Explico la Eldar.


    — ¡Me niego! –Respondí de inmediato.


    — ¡Miserable!, ¿¡cómo puedes decir eso después de que te lo ha pedido con toda humildad!? –Protesto Naya.


    —Esa es mi opinión, pero la respuesta final no depende de mí.


    Mire a madre al decir eso, deje que ella tuviera la última palabra de esta decisión, si aceptaba yo me quedaría a ayudar, de lo contrario nos iríamos como teníamos planeados desde ayer.


    —La respuesta es no, nos vamos de aquí Roz –Respondió ella por su parte.


    — ¡Espera!, se lo ruego… Windaz podría correr el riesgo de perecer –Suplico Sarán con sus manos juntas.


    —Y cuando mi hijo estuvo cerca de perecer también, ¿quién le ayudo?, ¡cuándo fue el centro del trato indiferente de todos!, ¿¡quién de este pueblo estuvo para darle una mano siquiera!? –Añadió mi madre conteniendo su rabia —Nunca en mi vida he despreciado a alguien, las enseñanzas y educación que recibí de mi madre no me lo permitían, pero estos últimos acontecimientos… ¡hicieron posible eso!, ¿sabes lo que es sentir tanto rencor e impotencia suprimida en años?, ¡cuando vi a mi Roz, a mi único hijo y razón de vivir soportar todo ese tormento y casi morir!, ¡no lo podía soportar!, ¡lo odio!, ¡odio a todos los que se atrevieron a hacerle daño a mi hijo!, ¡ODIO A TODO ESTE PUEBLO!.


    Ni Naya o la misma Sara tenían una respuesta para sofocar tanta frustración, sea que algunas de la dos esté al tanto o no sobre nuestras vidas, nada iba a cambiar la decisión de madre, al dejar en claro su punto nos dirigimos a la puerta.


    — ¡Preparare lo que necesiten para su mudanza! –Ofreció la Eldar —Marian, sé que tú y tu hijo están por mudarse, si me ayudan, prometo darles todo lo que precisen desde dinero o transporte para donde quieran ir, sé que a este punto es imposible convencerles de que se queden, estaba al tanto de lo que el joven Rozuel sufría pero aun así me negué a creerlo, no merezco ser perdonada, si es necesario me arrodillare y dejare que me golpees todo lo que quieras, pero por favor… ¡ayúdanos!, tanto tu poder curativo como la fuerza de tu hijo, ¡te lo ruego!.


    La Eldar se levantó de su escritorio y camino hacia mi madre poniéndose de rodillas justo a sus pies.


    — ¡Mi señora, no debería esforzarse…!.


    — ¡No!, lo merezco, es mi culpa que una de mis viejas amistades haya tomado esta decisión, mi ignorancia es el responsable, pero por favor… ¡no dejes que Windaz pague el precio de mi torpeza!, te lo suplico Marian.


    Mi madre miraba a la Eldar con ojos de indiferencia, parecían tener una historia de vieja amistad entre ambas, madre suspirando acepto con la condición de que yo estuviera de acuerdo y tras lo oído, me sentiría en el fondo con cierta “culpa” si lo rechazara una segunda vez, por lo que acepte por mi parte también.


    La Eldar entre lágrimas se levanta agradeciéndonos, vuelve a toser pero eso no le impide sonreír. Ahora que hemos aceptado quedarnos de momento hasta pasar el conflicto, me di cuenta de que con la pistola mucho no haría si fuéramos atacados por otro grupo numeroso, la uzi la única capaz de permitirme enfrentar una amenaza semejante pero requería munición, crearla en casa con el metalito que había no me costaba nada, pero ahora que mis armas se han vuelto el centro de atención para muchos debía revelar su origen bajo “ciertas condiciones”.


    —Necesito pedirte un favor –Le comunique a Naya —Reúne a las brujas restantes que están en condiciones de defender el pueblo en la plaza del centro, tengo algo que mostrarle.


    Luego partí a casa con el permiso de madre para buscar la pistola, la munición que tenia de esta y una cantidad necesaria de metalito para la eventual creación de municiones para la uzi, pero no sería aquí donde lo haría, comprimiendo el tamaño y peso de la cantidad del mineral que dispuse para llevarlo al lugar acordado con Naya.


    Mi plan consistía en mostrar como fue que hice estas armas, pero de hacerlo terminaría revelando mi naturaleza Esper, cosas que de momento quiero ocultar, ¿entonces cuál es la solución?.


    Mi respuesta nos lleva a que algún momento había planeado esto y desde entonces además de haber creado dos armas (la pistola y la Uzi), también había diseñado otra cosa, un guantelete metálico adornado con un pedazo de metalito en la parte dorsal de la palma para darle un toque místico, ¿pero qué relación tenía mi idea con esto?.


    Este guantelete seria la excusa perfecta para ocultar la naturaleza de mi verdadero poder, fingiendo que es un artefacto mágico que me permite manipular el metal para crear cualquier cosa a mí manejo, mi identidad Esper estaría asegurada. Cabe decir que a diferencia de la pistola o la uzi, crearlo me llevo mucho menos de lo esperado, quizás por ser menos complejo que un arma de fuego, pero lo que si me costó fue su diseño, lo pensaba tanto que casi me iba a dar por vencido.


    Me lo puse en el brazo derecho y me dirigí al centro del pueblo, allí se encontraba un extenso prado con una fuente en medio y árboles para darle ese toque natural al sitio, un lugar ideal para meditar.


    Al llegar estaban Naya y las brujas que disponían de la fuerza para defender su patria, habiendo alrededor de 3 docenas y media, evidentemente el número de bajas era atroz si lo comparamos con la anterior cantidad antes del primer asalto de los forajidos.


    —Estamos todas aquí, ¿qué es lo que quieres mostrarnos? –Pregunto Naya.


    Desenfunde la pistola a la vista de todos, algunas parecían conocerle dado a su claro gesto de temor a esta, incluso mostré la uzi también, acto seguido el metálico que había comprimido de tamaño lo altero a los ojos de todo tocándolo con el guantelete para regresarlo a su forma original.


    — ¡Esto es metalito!, ¿de dónde lo sacaste? –Pregunta Naya.


    —Eso no es lo importante, lo que importa es esto…


    A sus ojos ven como el metal se vuelve líquido y comienza a tomar forma de acuerdo a mis pensamientos, creando en cuestión de minutos una pequeña escultura que cabía en la palma de mi mano.


    —¿Cómo… haces eso?.


    Conteste su pregunta al dirigir su atención en el guantelete, explicando que era mágico y me lo encontré en una cueva subterránea junto al metalito, desde entonces soy capaz de manipular el metal mediante este artefacto y crear objetos a través de él usando metales como el recurso principal para moldearlo a la imagen que deseaba.


    — ¿Esto es un artefacto mágico?, no siento que emane algún aura o poder -Comento Naya examinando de cerca al guantelete.


    Incluso deje que algunas se lo pusieran para que intentaran probar su poder, pero nada hacía porque obviamente no tenía tales poderes, con esto idee la cuartada de que era el único capaz de usarlo.


    —Incluso ni mi madre es capaz de activar su habilidad, es como si al habérmelo puesto me convirtiera en su dueño legítimo, siendo el único capaz de hacerlo, al menos esa es mi teoría –Explique a todas las presentes.


    El guantelete les parecía sospechoso como artefacto mágico al no sentir energía mágica alguna fluir de esta, pero dado a que no encontraban otra explicación término por ser algo verídico para todas, en cuanto a cómo se me ocurrió crear tan inusuales armas, solo respondí...


    —Eso es un secreto.


    Naya aseguro que tales obras eran dignos de un genio, ya que nunca había visto algo similar con un poder así, las muchachas al escuchar que tales artefactos estarían usándose para defender al pueblo se sintieron algo tranquilizadas comparados al rostro que tenían cuando las vi al llegar.


    Con el tiempo que disponía me puse a crear las municiones para la uzi llevando el guantelete en el brazo, en un día pude hacer dos cargadores y por fortuna no atacaron Windaz. Al cabo de otros dos días una pequeña oleada de bandidos fue detectado al lado norte, todas las brujas y yo nos dispusimos a pelear contra ellos, si bien el número de enemigos era aún menos que la vez que invadieron el lado este. Con la magia de las brujas y el poder de la uzi vencerlos fue pan comido, algunos lograron escapar, pero después de ese último intento no supimos más de los forajidos de Lars.


    Windaz se recuperaba con amplia mejoría, la mayoría de los heridos se les fue dado de alta y casi todo los daños estructurales estaban reparado. Nosotros el grupo encargado de la defensa seguíamos vigilando por las dudas aunque el pronóstico parecía asegurar que el pueblo volvería a la calma en cuestión de poco tiempo, en estos últimos días las brujas con la cual colaborada se comportaban más amistosa de lo usual, de hecho eran las primeras en tratarme con semejanza desde mi madre, Naya o la Eldar.


    Una tranquila noche cae y mi turno de guardia culmina por hoy retirándome a casa, en el camino me topo con Naya y la Eldar quienes vinieron con algo importante para enseñarme, me pidieron que le siguieran hasta la capilla, el sitio en que los devotos religiosos le rezaban a su deidad llamada Astado.


    —Sabes que no soy una persona muy espiritual, nunca he asistido a una sola misa antes o después de que todos empezaban a verme de manera indiferente –Le dije yo.


    —Lo sé, pero la razón por la que te trajimos aquí es para enseñarte la razón del porque los forajidos de Lars nos atacaron, seguramente a este punto te habrás dado cuenta de que no fue por un simple saqueo –Manifestó la Eldar.


    Era cierto, si fueran bandidos particulares no me plantaría esa duda, sin embargo tratamos con un grupo de movimientos coordinados, con buen equipo y que cuenta con un número de miembros de guerreros experimentados en sus filas, estos forajidos liderados por ese tal Lars no eran meros ladrones, lo que sea que buscaban en Windaz, me parecía que era más allá de solo ser dinero, joyas o cualquier objeto material ordinario de valor, pareciera que había una razón mucho más grande, lo suficiente como para que su líder derroche las vidas de los suyos.


    —Honestamente, pedí a la Eldar no hacerlo ya que no era necesario –Opino Naya.


    —Pero nos ayudaste arriesgando tu propia vida para salvar a aquellos que te han tratado mal todo este tiempo –Asevero Sarán.


    —Sabes que nunca lo hice por ellos, sino por mi madre –Le aclare.


    —Lo sé y gracias a eso protegiste a Windaz también, quisiera agradecértelo compartiendo este secreto contigo, sé que no es nada comparado a lo que has hecho por nosotros…


    —¿¡Pero que dice mi señora!?, ¿¡”que es esto no es nada”!?, ¡este secreto juega algo de suma importancia para Windaz!, este mocoso debería estar agradecido de que se lo enseñe –Comento su mano derecha.


    —Está bien Naya, sé que el secreto es importante, pero la seguridad de los habitantes de Windaz lo es aún más para mí.


    —Mi señora…


    Sea lo que fuesen que vayan a mostrarse, sin duda era algo importante para ellos, el exterior de la capilla se veía como cualquier sitio oratorio de algún culto normal, cantidades numerosas de banquillos, decoraciones sagradas y el altar del sacerdote con la figura de la deidad colocada allí mimo.


    Astado, el dios que representa a las brujas, era mostrado como un bello hombre adulto semidesnudo con un par de cuernos de ciervo en su cabeza, llevando una larga capa hecha de hojas la cual envolvía su cuerpo cubriendo sus partes íntimas y en su mano derecha portaba un cetro de madera.


    Tanto la Eldar como Naya me llevaron al salón en donde la sacerdote preparaba su vestimenta para las misas que se llevaban, abriendo una entrada secreta a un sótano oculto, al bajar unas luces mágicas como flamas contenidas en pequeños faroles se enciende para iluminar una estrecha y vacía sala.


    — ¿Eh?, ¿qué se supone que hay aquí? –Pregunte en mi mente.


    La Eldar se acerca primero levantando una mano para deshacer una especie de barrera que ocultaba un pequeño pedestal en el que arriba se hallaba un huevo de oro del tamaño de una calabaza adornada con una piedra preciosa de color morado en la punta.


    —He aquí el mayor secreto de Windaz –Señalo Naya al huevo.


    ¿Qué secreto llevaba consigo este huevo dorado?, tenía el presentimiento de que alguna historia de fondo trascendía sobre este solido objeto de incalculable valor.


    Continuara…
     
    Última edición: 22 Octubre 2016
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    CAPITULO 9 RENCOR DEL CORAZÓN


    PERSPECTIVA: Rozuel Drayt

    El tiempo se remota a un siglo atrás, Windaz es atacado por una imparable abominación de varios metros de altura, ni el poder de la Eldar de aquel entonces y sus leales brujas podían hacer frente a tal amenaza, todo parecía estar perdido para el pueblo.


    Pronto una veloz figura pasa por encima de las brujas y con un solo ataque destruye al formidable monstruo, el responsable se muestra como un héroe de reluciente armadura mágica y una larga como ancha espada encantada, ante la Eldar se presentó como un mago de la espada procedente de tierras lejanas que imploro por su atención para pedir humildemente un importante favor, ante la demostración de sus extraordinarios poderes no dudo en escucharlo.


    Con su mano el héroe se atraviesa el pecho retirando de su interior un huevo dorado adornada con una piedra preciosa de color morado en la punta a la cual entrega a la Eldar.


    —“Por favor acepta este artefacto, protégelo, un enigmático poder duerme en su interior, algún día este poder traerá la salvación o la destrucción de este mundo” –Fueron sus últimas palabras.


    Su cuerpo empezó a partirse en cientos de fragmentos flotantes que desaparecen sin dejar rastro alguno de su existencia, la Eldar abraza con aprecio el regalo del héroe y promete cumplir su voluntad. Esa era la historia.


    La actual Eldar, Sara Dorbo, es la descendiente de la anterior, heredando la responsabilidad de proteger a su pueblo y la promesa del héroe que su antecesora conoció.


    —Este es el mayor secreto de Windaz que solo pocos conocen, si el mundo se enterara de su existencia quien sabe si las más viles figuras vendrían por el huevo dorado –Dijo la Eldar.


    —Si es un objeto muy importante y el asalto de los forajidos de Lars no es mera coincidencia, ¿dices que es posible que ellos estuvieran tras este artefacto? –Pregunte detenidamente.


    —Sí, es lo más posible.


    Tiene su lógica, incluso mirando detenidamente el objeto sentía una leve cantidad de poder mágico sobre esta, uno pensaría a simple vista que su auténtico valor vendría de su lado material, pero tratándose de un artefacto antiguo no me extrañaría que ocultara un tremendo poder capaz de desatar un desastre de proporciones bíblicas, en Avalia y con la magia todo era posible en mi criterio.


    — ¿Por qué confiar tal verdad en alguien como yo?, a alguien incapaz de empuñar la magia o que desiste en venerar a su dios –Manifesté yo.


    —Cada quien es dueño de creer o no en las doctrinas religiosas de Windaz, pero es obligatorio respetar las creencias del pueblo y no insultarla –Explico Naya —Sin embargo no puedo objetar mucho en el caso de la magia, Windaz nunca ha tenido habitantes no mago permanentes, todos con esa particularidad eran extranjero que llegaron aquí como visitantes, algunos tentados por brujas desesperadas por engendrar hijos y otros eran comerciantes ambulantes o aventureros que pasaron por aquí para reposar y marcharse al poco tiempo.


    — ¡Naya!, no deberías ser tan detallada con eso último, es solo un niño –Comento la bruja líder.


    —Conozco más de lo necesario acerca de la reproducción sexual, no necesitan ponerse quisquilloso conmigo –Opine haciendo que ambas se sonrojaran un poco —Mas importante, ¿tan impactante es un niño nacido del vientre de una bruja?.


    —En toda la larga historia de Windaz… eres el primero.


    Las brujas no les tienen mucha confianza a los forasteros, sobre todo a los hombres, pero ellos son necesarios para su sociedad con el fin de prevalecer su pueblo, por lo que incluso hay quienes tienen permitido vivir aquí en compañía de alguna bruja como su pareja y son aceptados por todas, sin embargo mi existencia es un fenómeno.


    Todo varón nacido de una bruja no hereda la magia, eso es un hecho, incluso si el padre es un mago el resultado es el mismo, fue entonces que cuando nací y este fue mi destino, a causa de mis rasgos era un extranjero a sus ojos, volviéndome en lo que más desconfiaban y al tenerme entre ellas no como un visitante sino como un habitante, no toleraban mí presencia, entonces una cuestión sencilla se formuló entre ellas; “¿Por qué debo tratarlo como a uno de los nuestros a ese extranjero?”.


    Ningún habitante de Windaz es un no mago, incluso los pocos hombres que hay pueden ejercerla aunque no al nivel de una bruja, pero basta para ser tratados como un habitante y no un forastero.


    —Varones nacidos de brujas… considerados forasteros, esa es la cruda explicación de lo que soy –Dije en voz alta poniéndome a reír con cierto tono histérico hasta calmarme —Perdón por eso, es que me parece una excusa tan estúpida y trillada, me recuerda a un relato infantil de un libro titulado “Grog el rojo”, trataba sobre un pueblo en el que habitaban personas de piel azul y un día en su comunidad nace alguien con piel roja llamado Grog y a consecuencia de su aspecto es tratado como un marginado, todo a causa de juzgarlo por ese superficial defecto. Como sea, si es todo entonces me retiro para irme a dormir, prometo no decir nada sobre el huevo.


    Lo que no le dije a la Eldar, fue el final del relato, Grog crece a consta de los incontables maltratos incluso de sus propios padres, fortaleció su cuerpo con intensos entrenamiento hasta volverme el más fuerte de todos y un día su pueblo fue invadido por sanguinarios guerreros que superaban en todo ámbito las fuerzas de cualquier piel azul, el muchacho de piel roja lucha contra ellos venciéndolos sin problema, pero lejos de terminar los invasores se preparaban para llevar a cabo un segundo ataque con todo lo que tenían, entonces Grog decide marcharse del pueblo siendo interrumpido por los ruegos de los pieles azules de no irse y quedarse para proteger a los suyos, él voltea y con una expresión rencorosa dice.


    —“¿Y cuándo me han considerado uno de los suyos?”


    Ignorando sus suplicas los deja a su suerte, eventualmente los guerreros masacran a todo el pueblo y nadie sobrevive salvo el piel roja quien aun en su partida sigue buscando un lugar al cual pertenecer.


    Volviendo a mi vida, otros dos días trascurrieron y el pueblo estaba lo suficiente estable para no precisar más mi ayuda, madre y yo estuvimos de acuerdo con que hoy seria nuestra última instancia en Windaz.


    De regreso a casa tras ir por algo de metalito, abro la puerta para encontrar a madre con una sonrisa jubilosa, con duda pregunto a qué se debe su tan buen humor en nuestro día de partida y ella me contesta señalando a la mesa, me fijo hasta darme cuenta de que habían varios obsequios acompañado de cartas.


    — ¿De dónde salió todo esto? –Pregunte.


    —De los habitantes –Respondió madre.


    Habiendo regalos comestibles y materiales el cual curiosamente todos estos eran de metal, diversas cartas de agradecimientos ponían en ellas “gracias por salvar al pueblo”, “muchas gracias por defender Windaz”, “por favor acepta mi ofrenda y gracias por todo” y un sinfín más.


    — ¿Qué dices Roz?, ¿probamos a quedarnos un tiempo más? –Pregunto madre.


    —Claro –Contesto devolviéndole la sonrisa.


    Antes de ir a mi cuarto me topo con un regalo que llamo mi atención, se trataba de un frasco de vidrio con el ungüento que uso sobre la herida maldita de mi brazo, esta venia con una carta anónima pegada encima que ponía “gracias por salvarme, por favor no te marches y acepta mi regalo para ti”, al fijarme en el frasco me asombro al ver que el color de la medicina no era verde como el resto del que suelo usar, sino que esta era de color rojo.


    —Un momento, este color…


    Era un preparado hecho con hojas del hada roja, aquella capaz de deshacer la maldición incura de mi herida. Lleve a mi cuarto el frasco pero en vez de usarlo, desistí de hacerlo al darme una evidente idea de quien pudo entregarme tal presente, por lo que lo envolví junto a la carta en una tela blanca.


    Al día siguiente de un día de semana, las clases se reanudan tras todo volver en calma, en mi camino a la escuela soy salúdalo por todos los habitantes con quienes me topo.


    — ¿Me habré golpeado la cabeza lo suficiente fuerte para terminar en una dimensión paralela o realmente me están dirigiendo la palabra? –Me planteaba a modo de broma tal duda.


    Una vez en el salón de clases, tome asiento y ninguna de las chicas de mi alrededor intentaban algo sino que me ignoraban como siempre, supongo que el trato habitual de antes no cambio del todo, o eso pensaba cuando llego el receso, mientras estaba sentado en el patio poniéndome al tanto con las tareas, soy enseguida rodeada por todas ellas.


    —D-d-disculpa… ¿podemos… acompañarte? –Pregunta una de ellas un “tanto” nerviosa.


    —Pueden hacer lo que quieran, ¿pero porque parece que te costara tanto hacer esa pregunta?, ¿y porque tus mejillas están tan roja?, ¿estás bien? –Respondí haciéndome el ingenuo.


    —S-si lo estoy… -Dice con una sonrisa.


    Lo que me llama la atención es que no era forzada, realmente sonreía con toda intención al igual las demás quienes con permiso se sientan cerca de mí, me sentí el centro de atención pero no como objeto de desprecio, sino de… ¿admiración?.


    Las clases de magia estaban por comenzar y dado que no formaba parte de la materia, me preparaba para retirarme a casa, algunas de las chicas me habían ofrecido que les acompañara para ver su destreza con la magia, pero me excuse con que tenía cosas que hacer por lo que entendieron y me dejaron ir.


    De camino por el pasillo de la escuela, en una esquina se encontraba Riza Gramwind con la mirada baja y una expresión de niña arrepentida, me costaba creer que esa era su verdadera cara, estaba allí como si me esperara, pero yo ignorándole seguí mi camino hasta que ella me detuvo al hablarme.


    — ¡Espera!, por casualidad… ¿tu… vas a irte de Windaz?.


    —De momento no, madre y yo decidimos quedarnos unos días para ver si podíamos encajar aquí.


    —Ya veo… es bueno oírlo.


    El tono arrogante habitual con el que siempre me hablaba, no había tal rastro verbal en la forma en que me hablaba ahora, incluso la manera en que se alegró sobre que me quedaría en el pueblo, ¿tan simple es ella?, porque yo no lo soy.


    —Dime, ¿tú eres quien me dio esto? –Le enseñe el ungüento rojo que desenvolví de la tela con la que lo traje.


    —Si… fui yo.


    — ¡Te la devuelvo! –Dije entregándosela en sus manos.


    — ¿Por qué?... es para ti, no tienes que devolvérmelo.


    — ¿No lo entiendes aun?, ¿¡en verdad crees que todo se puede resolver con una sonrisa, palabras de arrepentimiento y un regalo!?.


    —Yo… sé que lo hice estuvo mal, ¡es por eso que quiero hacer todo lo posible para compensar mis errores!, ¡perdóname por favor!, ¡en verdad lo siento por todo lo que te hice pasar!.


    —“Claro, te perdono”… o eso diría si fuera tan simple, ¡pero no lo es!.


    Recordaba cada momento y aspecto relacionado con ella, cada memoria que quebrantaba mi tranquilidad, esos agitados episodios en que la cordura y mi locura se debatían en mi interior mientras ponía mi mano sobre mi hombro herido repitiendo la frase “no lo es”.


    —Simplemente no puedo decir “Te perdono” y olvidar todo lo pasado, es un hecho que muchos en este pueblo me han tratado con miseria, pero entre todos solo una persona ha llegado a ser un dolor imborrable tanto físico como emocional en mi cabeza… ¡y ese eres tú!, ¡realmente te desprecio tanto, TANTO hasta el punto de asomárseme la ligera idea de matarte!, ¡¡de verdad nunca en todos mis años vivido había sentido tanto rencor, tanta frustración y odio hacia algo o alguien!!, ¿sabes porque?, ¡¡PORQUE EN VERDAD LO QUE SIENTO ES DESPRECIO TOTAL HACIA TI!!... eso es lo que mi corazón siente hacia ti… Riza Gramwind.


    La bruja de cabellera naranja ante mi declaración deja caer el ungüento, sus ojos se empañaban en lágrimas a punto de romper llanto.


    —Si de verdad quieres hacer lo posible para compensarlo, entonces nunca me vuelvas a hablar en todo lo que me queda de vida, agradecería ese detalle –Fue lo último que le dije.


    Voltee para seguir mi camino a casa, mientras que ella llora desconsoladamente echándose a correr con sus manos cubriendo su cara, por muy fuerte que haya sido lo que dije, era lo que verdad sentía.


    Continuara…
     
    Última edición: 8 Noviembre 2016
  10. Threadmarks: CAPITULO 10 RIZA GRAMWIND (Parte 1)
     
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    CAPITULO 10 RIZA GRAMWIND (Parte 1)


    PERSPECTIVA: Riza Gramwind

    La familia Gramwind ha sido una de los linajes más antiguos del aquelarre Windaz, Miha Gramwind es la actual cabecilla y mi madre, junto a mi hermana mayor somos en total los tres últimos vestigios de esta noble línea de brujas.


    Anteriormente éramos cuatro, solíamos ser tres hermanas, pero pereció cuando aún no había nacido junto a su padre, con esto he de aclarar que nuestras figuras paternales tanto de mi única hermana y yo son diferentes personas, madre se enamoró de un extranjero no mago quien se aprovechó de su corazón adolorido al perder a dos seres queridos, la sedujo con artimañas y el resultado final de esa relación nací yo.


    Poco después de ser engendrada el extranjero la abandono sin remordimiento o vergüenza alguna, nunca perdonare a ese hombre por tratar a mama de esa manera como si fuera un objeto al cual deshacerse después de usarlo, jamás confiare en los extranjeros, aborrezco llevar la sangre de ese miserable, pero no dudo sobre mi identidad, soy una Gramwind, mi cabello naranja es la herencia que trasciende en cada una junto al arte de la maldición incura y algún día seré reconocida, me convertiré en la mejor del linaje de esta generación y borrare todo rastro de ese despreciable hombre que albergue en mí.


    [EDAD: 3 años]


    Hoy es el primer día de clases, me preparaba en mi habitación cepillando mi larga cabellera y vistiendo el uniforme que constaba de un cómodo vestido marrón, recogí mi libro junto a la pluma mágica y marche a la escuela.


    De camino me reuní con unas amigas quienes me contaron sobre un chico que vive en nuestro pueblo.


    —Es un no mago, parece que es hijo de Marian Drayt, una de las curanderas de Windaz –Afirmo una de ellas.


    — El que una bruja haya tenido un hijo varón es extraño y escalofriante –Opino otra.


    —No, solo es un forastero –Comente por mi parte.


    Un hombre, un no mago, no es de los nuestros, me asquea de solo pensar que alguien así vive entre nosotras.


    Cruzando el pasillo llego al salón, soy recibido por las chicas que me admiran pero en mi camino mis ojos se cruzan con algo desagradable, en uno de los asientos lo encontraba ocupando un niño de nuestra edad, tenía corto cabello marrón y ojos grises, era él, el forastero.


    — ¿Qué es esto?, ¿qué hace el “no mago” aquí?, este lugar no es para alguien sin talento como tú –Dije mirándolo fijamente con desagradado.


    —Pues disculpe usted “majestad”, pues yo solo asisto a las clases “obligatorias” por obediencia a mi madre –Me contesta con impertinencia.


    —Y encima tiene una lengua mordaz, eres asqueroso.


    Tomo mi asiento alejándome lo más posible de él, es aberrante muy asqueante que alguien como él tenga permitido estudiar con auténticas brujas, su forma de hablar y tono al contestar me recordaban a ese desagradable hombre, ¡es imperdonable!.


    Logre que las chicas estuvieran de mi parte, tanto en clase como en el receso lo tratábamos como le correspondía arrojándole diversas cosas creadas por nuestra magia para provocarle dolor o estropear su ropa, ruego para que su cordura le falle lo más pronto posible y nos deshagamos de él.


    De regreso en casa me topo con madre, quien se encontraba con su pasatiempo de hacer té al volver de su trabajo en la biblioteca.


    —Hola Riza, ¿cómo estuvo tu primer día de clases? –Pregunto ella.


    —Todo iba bien hasta que me topé con “ese tipo” –Conteste.


    — ¿”Este tipo”?, oh, ¿hablas de Rozuel el hijo de Marian?, es un chico interesante.


    No puedo creer que madre diga eso y sostenga tal opinión con una sonrisa.


    — ¿Cómo puedes decir eso mama?, ¡es un niño, no es uno de los nuestros! –Objete yo.


    —No deberías juzgar a un libro por su apariencia mi niña –Me contesto mama —Además… al parecer le gusta mucho leer, últimamente su madre ha venido a mi biblioteca para pedir prestado algunos libros que su hijo le pidió con información sobre cultura, historia y fauna natural, para alguien de su edad leer tal material le seria aburrido, pero según Marian dice que su hijo esta tan sumergido en la lectura que a veces no le escucha ni cuando lo llama a comer, por eso creo que es un niño interesante.


    —Un forastero… siempre será un forastero –Dije en voz alta caminando a mi habitación.


    Me acosté en mi cama frustrando sobre las palaras de mi madre, ¿ese niño le parece interesante?, ¿acaso ha olvidado lo que resulta confiar en personas así?.


    Para los siguientes días continuamos con el plan de subyugar al extraño, lejos de arruinar su humor, un día vino a clases con altos ánimos a pesar de todo lo que le hemos hecho.


    — ¿Por qué esta tan contento como para ignorar todo lo que pasa? –Pensé ante la duda.


    Entonces decidí llevar las cosas a otro nivel comenzando por ser yo quien llevaría a cabo con mis propias manos la siguiente estrategia, madre hace poco me había regalado una vara para practicar mi magia, esta sería la herramienta primordial para mis planes.


    Hable con dos chicas sobre lo que tenía en mente y juntas nos preparamos para llevar a cabo este ansiosa idea al siguiente día.


    El lugar donde daría inicio es en el pasillo de la escuela, nos situamos allí en uno de los receso, notificamos a las chicas que no estaban involucrada en nuestros planes que no estuvieran presente a la hora en que íbamos a llevarlo a cabo, con el fin de que se mantuvieran al margen para hacer de esto menos sospechoso posible si llega a tener éxito.


    Oíamos unos pasos era él acercando, estaba llegando por el pasillo justo a la hora indicada, era momento de ejecutar nuestro plan.


    —Miren chicas, la vara que mi madre me regalo –Dije yo dándole inicio.


    Las chicas tomaban el rol de elogiarme mientras yo preparaba el acto principal.


    — ¿Debería probar lo eficiente que es? –Formule la pregunta clave.


    Ellas responden con animado y profundo “si”, comenzando a canalizar mi energía mágica en la vara.


    La idea era simple, una actuación en la que “enseñaba” a mis amigas un nuevo conjuro, este sería la excusa perfecta para un “accidente” y el resultado dejaría una marca imborrable en forma de una bella hematoma sobre el no-mago, gracias a la maldición incura transmitida de generación en generación en el poder emanado de los Gramwind, toda herida o lastimadura provocada por una de nosotros resultara imposible de sanar mientras esta perdure, la marca que posara en su cuerpo será casi eterna.


    Desate mí magia sobre él, lanzándole un proyectil de viento con forma contundente hacia su pecho, pero inesperado pronto la punta de esta se torna penetrante como una flecha y comienza a desviar su dirección.


    — ¡Maldición, se supone que no debía haber cambiado a una forma penetrante! – Dije en voz alta atónica a mi error


    El conjuro había fallado tornándose más letal de lo que esperaba, esto es malo, mi idea es hacerlo sufrir, algo como esto más que dejar un lastimado podría matarlo y de ocurrir no habría excusa que me salve de esta.


    La flecha asesta en su hombro derecho, cayendo al suelo con una hemorragia consiguiente, pronto la profesora Naly Scheen acude al lugar y lo lleva a su despacho para atenderle. Espero nervioso afuera, pensando en que decir, debía inventar una elocuente excusa, puse mi cara más triste y entre al despacho con ojos lagrimosos para darle autenticidad a mi actuación.


    —Disculpe… profesora…


    Le explique con todo lo ocurrido era un accidente y lo hice con la voz que mejor lástima podría aparentar, y el resultado fue mejor de lo que esperaba.


    —Está bien Riza, a todos nos pasan, Rozuel entiende que esto fue un accidente y confía en que no volverá a ocurrir, ¿verdad Rozuel? –Dijo la profesora sin reprimirme o sermonearme con dureza.


    No esperaba mejor resultado, estaba tan contenta que sin querer deje salir una pequeña mueca de la felicidad que contenía.


    — ¡Miserable!... ¿¡en verdad crees que esto va a quedar así!? –Me exclamo el no mago señalándome con su mísero dedo.


    — ¡Rozuel, entiende que fue un accidente!, Riza en el fondo se siente mal por esto, ¿acaso no ves cómo llora? –Le dice la profesora regañándole.


    A causa de la herida por hoy se retiró temprano y no acabo allí, sino que al siguiente y al que le seguía no había vuelto, debido al grado en que estaba herido y la maldición incura estropeando su recuperación faltaría un buen tiempo a clases, ¡estaba tan emocionada!, yo solo esperaba dejarle una herida moreteada en el pecho, ¡pero salió muchísimo mejor y como bono no veríamos su cara por un buen rato!, espero que incluso sea para siempre.


    De regreso a casa me topo con mama quien me miraba fijamente con un rostro de decepción y me pregunta lo mismo que el otro día.


    —Riza, hija… ¿realmente fue un accidente?.


    — ¡Mama!, ya te dije que sí, ¡fue un accidente!, admito que no me cae bien, pero tampoco llevaría mi desprecio tan lejos –Conteste yo — ¿Cómo puedes desconfiar de tu hija de esta manera haciéndome la misma pregunta día tras día?, en serio es ofensivo, entiendo que parezca sospechosa pero por favor mama.


    —Es solo… que pareces no verte tan apenada por lo que hiciste, aunque podría ser mi imaginación.


    —Si mama, puede que sea eso, deberías tomar uno de tus relajantes tés.


    —Si… quizás debería.


    Madre se retira dejándome con la razón, pero en el fondo sentía que ella sabía la verdad, al sentir su mirada indiferente cuando me interrogaba, ¡todo por un forastero!, calma… él ahora está sufriendo como debe, al final la victoria es para las brujas.


    Pronto me entero que incluso todo el pueblo estaba en su contra, su sola existencia viviendo en Windaz era un descaro para ellos, las cosas marchaban fenomenal y los días de clases se tornaron tranquilos con su ausencia, pero desgraciadamente no todo lo bueno dura para siempre.


    Un día él volvió al salón, su sola presencia opaco nuestra alegría inmensa, tomo asiento ignorándonos, pareciera como si planease algo entre manos, ¿pero que tanto puede hacer un no mago herido con un brazo maldecido para sanar?, me rio de solo pensarlo.


    En el receso me encontraba con la mayoría de las chicas planeando en cómo hacer de su “regreso” uno tan amargo y en medio de nuestra charla un fuerte ruido repentino silencia nuestras palabras.


    ¡BANG!


    Era como sonaba, fuerte y breve, venia del patio y allí nos dirigimos encontrándonos de paso con tres de nuestras compañeras quienes se nos acercan con rostros atónicos como si hubieran visto un demonio, ellas habían sido testigos de aquel efímero sonido que capto nuestra atención.


    — ¿Qué pasa?, ¿por qué esas caras?, ¿qué fue lo que vieron? –Le pregunte una tras otra.


    —Ese chico… ese no mago… aléjense de él, ¡es peligroso!, ¡muy peligroso! –Contesta con una histeria tanto en sus expresiones como oraciones.


    Al poco tiempo un rumor se difunde, que el no mago traía consigo un extraño artefacto mágico tan letal como la magia misma de las brujas.


    [EDAD: 4 años]


    El tiempo pasa y con el rumor haciendo más influyente, pronto provoca que las chicas comenzaron a acobardarse, por temor nadie se le acercaba, nadie se animaba a plantarle cara o hacerle algo, ese chico se convirtió en un símbolo de terror para todas ellas.


    —¿Qué está pasando?, ¿porque de pronto está ocurriendo esto?, miserable forastero, ¿¡que es lo que te traes entre mano!?.


    No podía dormir bien con la inquietud del radical cambio que todas percibían hacia él, ¿tenerle miedo a un despreciable niño sin magia?, ¡nosotras las brujas no le tememos a nada!, ¡llegare al fondo de esto y hare que ese maldito se arrepienta por haber arruinado el buen ambiente que teníamos antes de su llegada!.


    En un sábado teníamos tres horas de clase de magia a la mañana, mientras practicábamos nuestro manejo con el mana pedí permiso para ir al baño, al regresar me topé con ese sinvergüenza de Rozuel quien estaba observándonos de lejos, me puse firme y sin temer como debe una bruja le plante cara.


    — ¿Qué estás haciendo aquí?, maldito no mago.


    —Nada que te incumba, me marcho.


    — ¡No te pongas arrogante solo porque nadie quiere meterse contigo! –Le comento de mi parte —No sé qué hiciste para que todas sintieran miedo hacia ti, ¡pero tus artimañas no funcionaran contra una Gramwind!, conoce tu lugar, inútil sin talento.


    Me miraba con desdén, lo mismo lo hacía yo, ¿quién se cree que era para venir y fastidiarnos el sábado?, cuanta arrogancia viniendo de alguien que vive entre nosotros, ¡pero que no es considerado uno de los nuestros!


    — ¡Cállate perra!, eres tan ruidosa que me arruinas el buen humor –Exclama él en voz alta.


    — ¿¡Cómo me llamaste…!?


    ¿P-perra?, ¿¡acaba de llamarme perra!?, ¡está muerto!, ¡esta vez sí le voy a lanzar un conjuro y asegurarme de que no se levante!, que me hable de forma arrogante era una cosa, ¡pero insultarme, eso no tiene perdón!.


    — ¡Yo Rozuel Drayt te desafío a ti Riza Gramwind, a un duelo de práctica, aun si no soy un mago, se puede hacer una excepción y validar un encuentro si estás de acuerdo!.


    De repente me señala con el dedo desafiándome a un duelo de práctica, ¿¡a mí una bruja de fino linaje soy desafiada por una inmunda escoria sin magia!?, no podía evitar reírme con algo tan hilarante.


    — ¿¡Me desafías a un duelo de practica!?, ¡jajajajaja!, ¡un chiste tan malo, como del herrero forjando una espada con lodo!


    Toda la clase nos escuchó y se acercaron a nosotros habiendo oído lo que dije, con o sin temor hacia él la risa les llego igual, no dejaba de sonar como algo estúpido, era inevitable no carcajear con una cosa así.


    — ¡Muy bien!, acepto el desafío.


    No podía dejar pasar esta oportunidad, podría humillarlo y en público, ¡y si tengo suerte dejarlo aun peor para que nunca más vuelva a ponerse de pie!, el desafío se llevaría a cabo a las 5 de la tarde en el patio de la escuela, ahora solo quedaba prepararme, no… más bien esperar su inevitable derrota cuando nos encontremos allí.


    Continuara…


    NOTAS FINALES:


    1: [AQUELARRE]: En “Metalord Revolution” los aquelarres son el equivalente a clanes de brujas, cada aquelarre lleva un nombre consigo (Ejemplo; el aquelarre “Windaz”) y el poblado o lugar en donde residen puede o no llevar el mismo nombre de su clan (Ejemplo; el “pueblo de Windaz”).
     
    Última edición: 22 Octubre 2016
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    CAPITULO 11 RIZA GRAMWIND (Parte 2)


    PERSPECTIVA: Riza Gramwind

    Faltaban 15 minutos para que el encuentro se llevara a cabo, me miraba en el espejo de mi cuarto rebosante de confianza con la vara que usaría para el duelo, no habría duda alguna de mi victoria, contra un no mago no hay forma de que pierda.


    —Hija, ¿puedo pasar? –Era madre tocando la puerta.


    Otra vez tratando de convencerme de no seguir con esta pelea, que solo llevaría a arrepentirme de continuar, ¿¡yo arrepentirme!?, he esperado este momento ansiando demostrar la razón del porque las brujas somos la cúspide de Windaz, el corazón del aquelarre y ningún forastero va a cambiar eso.


    —Rozuel, a ese chico… ¿por qué lo odias tanto?, ¿por ser varón?, ¿por no ser una bruja?, ¿por ser un no mago?, o… ¿existe alguna razón más específica? –Me pregunta mama como si un interrogatorio se tratara.


    —Me retiro, tengo un duelo al cual acudir –Conteste ignorando cada una de sus cuestiones.


    Marche hacia la escuela, el patio en el cual se llevaría a cabo el encuentro había sido preparado, me adentro a la arena esperando a ese arrogante chico, muchos han venido aquí a presenciar este evento, la cantidad de habitantes presentes sobrepasaba mis expectativas, era perfecto para una humillación en público.


    —“¿por qué lo odias tanto?”


    La pregunta de mi madre se manifiesta como un eco en mi cabeza, ¿por qué me perseguía tal interrogante?, no tenía dudas para despreciar a ese chico, ¡su sola imagen me recuerda a él, a ese impetuoso hombre!.


    —Aquí esta…


    El no mago finalmente llega, por un momento tenía la ligera idea de que abandonaría, pero incluso él tiene razones para no ausentarse, cualquiera que sean sus motivos hoy los hare añico junto a toda esperanza que albergue.


    La profesora Naly Scheen se acerca explicando las reglas, dado que él no tenía magia, se le entrego una espada y un escudo ambos de madera, la condición de su victoria era que me tocase con la punta del arma de endeble estado a mí para ganar, mientras que yo con solo destruir ambos objetos o dejarlo inconsciente bastaba, oh, pero eso no será lo único que vaya a destruir.


    — ¡COMIENCEN! –Declaro la profesora Naly dando inicio al duelo de práctica.


    Confiado en sus condiciones para ganar, corre con fervor acercando su espada hacia mí, lo detengo invocando un muro de viento que impide su paso y lo golpea con fuerza enviándolo hacia atrás.


    — ¿Ya te das por vencido? –Le pregunte yo.


    —Ni en tus sueños –Replica el forastero levantándose.


    Disparo un proyectil de viento pero él logra esquivarlo y esta termina dando en la valla, le di demasiada potencia que su velocidad se redujo drásticamente, maldita sea, entonces es hora de pasar a otro nivel.


    — ¡Explosión de viento!.


    Mis palabras dictan mi siguiente ataque, creando pequeñas burbujas de aire que yacen en el suelo en cercanía del no mago, el explotar de cada uno desataba fuertes vientos breves que lo lastimaban, él rápidamente comprendió mi técnica y comenzó a tomar distancia con vista aguda a las burbujas que creaba, aprovecho esta oportunidad y le disparo otro proyectil de viento.


    La segunda logra darle, aunque destruyendo el escudo y lastimando de manera superficial su mano izquierda, cae al suelo siendo abochornado por todo el público, mientras que yo recibía su devoto apoyo, esto sin duda era un espectáculo para ellos y yo contribuiría a volverlo impecable.


    — ¡Jajaja, que fácil!, solo me falta la espada y habré ganando, pero… ¿para qué terminar esto tan pronto? –Resalto en voz alta con intención de bajar sus ánimos y moral.


    —En este duelo nunca tuve posibilidad… por eso yo… tengo que cambiar de estrategia si quiero ganar.


    Me rio de las locuras que su boca deleita, ¿ganar por cambiar de estrategia?, ¿y que se supone que me hará?, solo le queda esa mediocre espada de madera y yo aún no he usado ni la mitad de mis fuerzas, hare que trague sus palabras cuando sus piernas jamás vuelvan a caminar, pero antes de que pudiese hacer mi siguiente movimiento, aquel no mago deja caer la espada al suelo, ¿se rendirá así nada más?, que predecible.


    —Así que al fin te decides dar por vencido y reconocer la posición que te corresponde como no mago, es lo lógico, que tipos como tu reconozcan la mediocridad de su existencia creyendo ser mejores que las brujas.


    — ¡Cállate!, ¡hablas demasiado!, ¡voy a desplomar está sobrevalorada fachada de superioridad y dejar en claro que la magia no es la gran cosa! –Exclama de manera proponte con un tono arrogante que me enfada.


    Justo en ese instante de su cintura saca un extraño objeto jamás visto, ¿qué era eso?, noto como las chicas de mi clase quienes estaban presente entre el público se atemorizan de solo ver ese objeto, ¿acaso se tratara de aquel artefacto mágico del que hablan los rumores?, ¡ja, me rio de solo creerlo!, ¿de dónde sacaría un no mago un artefacto con gran poder?, eran puros cuentos de hadas.


    ¡BANG!


    Antes de darme cuenta, aquella extraña cosa había lanzado algo que replico ese ruido que llamo la atención de todas nosotras ese día y el rumor cobro origen, incluso había herido mi pierna izquierda como si algo filoso hubiera rozado en ella, no puede ser, ¿¡esa cosa realmente es un arma!?, sentía un dolor impresionante pese ser una herida insignificante.


    Apunto a mis pies a un principio, pero ahora levanta su arma dirigiéndola un poco más arriba, ¿planea en su siguiente ataque darme en la cara, brazos o el pecho?, ¿qué es lo que lanzaba esa cosa que fuera lo suficiente para provocar semejante daño?, calma, debo centrarme en repeler tal ataque, concentre mis energía mágica para crear un escudo que pudiera ante esa cosa.


    ¡BANG!


    Sin embargo era todo en vano, fácilmente lo que de esa arma salía tenía un poder mucho más grande que el de una flecha, hizo añicos mí escudo en un parpadeo y lo siguiente en terminar igual fue mi varita, pierdo el equilibrio y ahora soy yo quien se encuentra en una desastrosa situación.


    Antes de que pudiese recuperarme, él se adelanta y pone un pie sobre mí para impedirme levantarme, tenía la espada de madera en la mano izquierda y ese extraño artefacto en la derecha, parecía mi derrota, pero en ese instante observo atenta el cómo me apunta con esa arma a mi rostro.


    Tenía miedo, él quería matarme, intentaba que mi boca soltara palabras para pedirle detenerse, pero estaba tan aterrada que incluso mi hablar estaba congelado, esta sensación… la he sentido antes, cuando tenía 2 años de edad.


    —“Mama… hermana… ¿dónde están?”


    Me había adentrada demasiado al bosque por culpa de mi inmadura curiosidad, me perdí con el anochecer acercándose, estaba temblando pero no de frio sino de un inmenso miedo a la soledad que me rodeaba y llorando en la desesperación un lobo hambriento se aparece mirándome con ojos sanguinarios.


    Sin importar cuanto rogara o suplicase, el feroz animal se acercaba lentamente hasta tomar velocidad y abrir su boca para clavar sus letales fauces sobre mí, todo parecía perdido.


    —“¡Riza!”


    Una voz familiar pronuncia mi nombre en la incertidumbre y un fuerte viento sacude a la bestia hambrienta embistiéndolo hasta un árbol dejándole herido, en su reacción gime adolorido huyendo lejos.


    —“Riza, ¿estás bien?”.


    Mi única hermana había acudido en mi ayuda, en sus brazos a salvo me encontraba y sin reprocharme acaricia mi pelo llevándome de regreso a casa.


    Pero ella ya no estaba en Windaz, al cumplir 10 años se marchó del pueblo para expandir su conocimiento y poder mágico, desde entonces jure hacerme fuerte también y enorgullecer al linaje Gramwind.


    Sin embargo aquel traumático miedo había retornado, esa extraña arma, de solo ser apuntado con ella me recordaba al hocico de la bestia esperando el momento de asesinarme, ¡mi hermana no estaba para protégeme, sintiéndome inútil e indefensa!, he decepcionado a la línea de sangre a la que pertenezco, mis ojos se cierran esperando el inevitable final.


    ¡BANG! ¡BANG!


    Había escuchado dos de esos “bang”, abrí los ojos y aun me encontraba respirando, temerosa pero viva, el no mago tras dejarme vivir aleja su extraña arma y pone sobre mi cuello la espada de madera, habiendo perdido el duelo de práctica, no podía expresar disconformidad o rabia, lo único que mi cuerpo transmitía era miedo mismo en su mayor esplendor.


    Escuchaba las quejas conformándose de aquellos a nuestro alrededor, todas son calladas cuando él usa sobre la valla su artefacto mágico hasta dejar de hacer “bang”.


    — ¡Ahora que tengo su atención, voy a dejar bien en claro un mensajito para que se lo graben en esa asqueante materia gris de cerebro que tienen!, ¡si quieren meterse conmigo, por mi háganlo, pero si alguien sin importar QUIEN SEA vuelve a herir de algún modo a mi madre, A MI FAMILIA, lo voy a dejar peor que a esa valla, lo que ven en mis manos no es el único “juguete” que tengo y créanme que no querrán verme enojado!, ¿¡SOY LO SUFICIENTE Y JODIDAMENTE CLARO!?.


    Fueron sus palabras acompañadas de una fuerte mirada amenazante, se retira hasta perderse a la vista y yo ante la derrota aun devorada por el miedo, pierdo la consciencia.


    No sé cuánto tiempo paso, para cuando desperté me encuentro en la cama de mi habitación con mi madre sirviéndome un té.


    — ¿Te encuentras bien hija? –Pregunta ella al verme despierta.


    Conteste su pregunta abrazando su regazo como lo hacía hace dos años.


    —Tenía miedo… aun lo tengo… tengo tanto miedo… mama.


    Mama acariciaba mi cabello sin preguntar o comentar algo referente al duelo, para los siguientes días, todo sentimiento de odio que albergue alguna vez sobre ese chico, ahora se había convertido en terror, de solo verle mi mente lo imaginaba con esa extraña arma en manos apuntando a mi frente, con un rostro de proporciones demoniacas y riendo malévolamente mientras me asesinaba una y otra vez.


    Ahora comprendía por qué las chicas lo llamaban “demonio”, desde entonces todas hemos tomado distancia de él, alguien capaz de vencer a una bruja no era un humano ordinario, ¿qué clase de persona es ese no mago?, era como si pareciera de otro mundo.


    Más de una semana ha trascurrido y en medio de la noche en la residencia Gramwind alguien golpea la puerta con sumo apuro, mama atiende al llamado y al abrirla se encuentra con una bruja que comunicaba un aviso urgente.


    —Se ha reportado un enorme número de bandidos acercándose al pueblo, según creemos pertenecen a los “Forajidos de Lars”, saqueadores mercenarios y ex-soldados experimentados, incluso con talentosos magos en sus filas, ¡vayan pronto al hospital, allí hay un refugio subterráneo aguardando!.


    Tan pronto termino de comunicarlo, te retira a avisar a otros, mama y yo marchamos al hospital, al llegar allí fuimos llevado al refugio subterráneo que tenían, pero en ese instante ella se separa de mi explicando que debía ayudar a las otras brujas a defender el pueblo, insistí en acompañarla pero ella negó toda mi ayuda, por ser muy joven y preocuparse demasiado de su hija.


    Madre marcho dejándome en el refugio, más tarde que nunca llegan mis compañeras de clases, postradas contra la pared nos vimos preocupada porque la mayoría de nuestras madres había marchado a defender Windaz.


    Con el pasar de un buen rato, noto que faltaba alguien, era Laida, ¿por qué aún no había llegado al refugio?, ella fue una de las primeras amigas en hacer, me preocupe al no verla entre nosotras, pregunte a las chicas si la habían visto, pero todas dijeron que no.


    — ¿Podría ser que algo la haya atrasado?, ¿le habrá pasado algo malo?.


    Tales interrogantes me causaban inquietud sobre mi buena amiga Laida, no pude continuar esperándola y salí del refugio ignorando el aviso de las brujas adultas que custodiaban el lugar, marchando firme con toda prisa rumbo a su casa.


    Al llegar a su hogar, abro la puerta para encontrar a una depresiva Laida llorando con ansiedad.


    —¡Laida!, ¿¡qué haces aquí!?, es peligroso quedarse en este sitio, debemos ir al refugio del hospital –Le hable mirándola a los ojos.


    — ¡Mama!, ¡no encuentro a mama!, ¡me dijeron que fuera al hospital pero no he visto a mama desde hace horas!, ¡creo que ella…!


    Un ruido sospechoso alerta mis sentidos, los fuerte lloriqueos de Laida pudieron haber atraído a algunos de esos forajidos que parecen haber logrado adentrarse al pueblo, trate de callarla hasta que uno de ellos se muestra abriendo la puerta violentamente armado con una espada en manos.


    Intente hacerle frente pero inesperado un segundo aparece a mis espaldas sorprendiéndonos a ambas, el filo de su arma amenazó con rebanar mi cuello de intentar algo y Laida ante su miedo mezclado con la timidez tampoco era capaz de actuar, nos habían atrapado a las dos.


    —Oh, que pequeñas brujitas tan bonitas, ¿cuánto crees que nos den en el mercado de esclavos por ellas? –Pregunto uno de los bandidos.


    —Jejeje, bastante diría yo, las brujas sobre todo las muy jóvenes valen mucho, ¡y mayor es el precio si son virgen! –Le responde su compañera.


    Esas eran sus intenciones desde un principio, ¿acaso nuestro fin culminaría con nosotras convertidas en esclavas para quien sabe qué tipo de sujeto?, el temor volvía a apoderarse de mí de tan solo imaginarlo.


    — ¡No se muevan! –Ordena una voz a los dos forajidos.


    Se trataba de la profesora Naly Scheen, había llegado justo a tiempo apuntando a los bandidos con su mano dominante concentrada de su energía mágica, uno solo de sus ataques bastaría para matar a esos dos, pero los maleantes no pensaban rendirse tan fácil, amenazaron con matarnos si hacia algo sobre ellos.


    —Como si fuera a dejar que lastimaran a mis preciadas estudiantes, malditos bandi…


    Algo golpea por la retaguardia de la profesora, se trataba de un ataque mágico que la había dejado inconsciente, su atacante era un tercer forajido que llevaba una varita consigo, un mago de ágil talento, para haber tomado por sorpresa a la profesora debe de haber lanzado un ataque ofensivo lo bastante silencioso para no ser detectado y lo bastante fuerte para vencerla sin matarla, un mago de nivel C o B tal vez.


    Nuevamente nos encontramos en peligro, nuestra profesora ahora era víctima también y los tres charlaban de manera obscena sobre el valor incalculable que tenía incluso ella, ¿entonces este es nuestro destino?, ¿vivir en la esclavitud?, estaba temblando en desesperación atormentado de solo imaginarme en tal situación, pero Laida era quien peor la pasaba.


    — ¡ARGHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!...


    Un fuerte grito sale de su boca, pronto es callada por uno de los bandidos de una bofetada, por reacción intente moverme para ayudarla pero la espada de uno de ellos seguía sobre mí, haciéndome sentir impotente como para actuar.


    —Se acabó… es el fin… -Dije en mis pensamientos — ¿Sera este el resultado de todo lo que he hecho?, entonces… ¿es un castigo por mis actos?, no quiero que esto termina así… mama, ayúdame… hermana, ayúdame… alguien, por favor ayuda… te lo suplico…


    La puerta es nuevamente golpeada con fuerza, entrando esta vez un cuarto al lugar, no se trataba de un forajido o una bruja, sino del no mago, a aquel que considere como un forastero desde la primera vez que nos vimos, Rozuel.


    En su mano llevaba la extraña arma que uso contra mí en el duelo, con ella apunto a los bandidos que nos tenían a merced.


    — ¡Ni se te ocurra moverte niño o le rebano el cuello! –Amenazo uno de ellos poniendo el filo de su arma sobre mi yugular —Muy bien quietecito allí, al mínimo intento de querer huir o pedir ayuda y tú amiga se muere.


    ¿”Amiga”?, él me odia, ¿por qué se molestia en salvar a alguien como yo después de cómo lo trate?, está bien… al menos si muero, me alegrara saber que esos tres también tendrán el mismo destino.


    ¡BANG!


    Su arma es accionada eliminando en un instante a uno de los bandidos que le acercaba, acto seguido elimino a otro siendo aquel que me tenía como rehén ante su espada, yo… había sido salvada por él, ¡la persona a la que tanto odie y temía me salvo la vida!.


    — ¡E-espera, por favor no me lastimes, me rindo pero por favor no me mates! –Suplicaba el tercer bandido restante siendo el mago que dejo inconsciente a la profesora.


    Sin vacilar mato también a ese forajido, ¿cómo es que es tan fuerte?, a su edad y siendo capaz de hacer frente ante tales individuos peligrosos sin siquiera temblar, mientras yo me revolcaba en el miedo al momento en que me encontraba pisando esta casa en busca de mi amiga, ¡era tan débil!.


    Él se retira tras haber acabado con el trio de bandidos, unas brujas llegan a la casa tras escuchar esos “bang” encontrando con asombro la escena que yacía ante sus ojos, nos preguntaron sobre lo que paso, Laida estaba demasiada aterrada como para decir algo, por lo que yo hable con ellas, les explique todo lo que ocurrió y la manera en que todo termino así.


    La profesora Naly Scheen despierta recuperándose del ataque sorpresa que recibió, por fortuna se encontraba bien y no tenía heridas serias, según parece ella me vio a lo lejos corriendo cuando marchaba a la casa de Laida a buscarla y decidió seguirme. La profesora pronto se entera de lo que ocurrió tras perder el conocimiento y se quedó sin palabras ante tales detalles.


    Con el peligro pasado, ella nos escolta al refugio, Laida encuentra a su madre al llegar allí quien también la buscaba con desesperación. Pronto me entero que mi propia madre fue herida en la lucha pero ya se encontraba en el hospital siendo atendida por las curanderas, no corría el riesgo de morir pero necesitaba descanso para recuperar las heridas que padecía, me sentía aliviada de saber que estaría bien.


    El tiempo restante me quede en el refugio esperando junto a las chicas a que todo pasara, allí vi a Rozuel junto a su madre, es extraño… a pesar de que lo tenía en frente ya no sentía temor alguno de solo verle, incluso sentía como si quisiera acerarme para decirle “Gracias”, pero me negaba a hacerlo, ¿pero aun así por qué sentía este raro malestar como una sensación punzante en el pecho?.


    Me mantuve en mi lugar quieta por horas tratando de ignorarlo, cuando me encontraba profundamente dormida soñaba con todos los momentos vividos en que él aparecía, en especial cuando me salvo de ese trio de forajidos.


    Desperté tras una larga siesta, mirando detenidamente Rozuel y su madre ya no estaban en el refugio, ¿se habrán ido?. Con oídos atentos escucho los murmullos de las brujas adultas a mí alrededor.


    —“Escuche que ese chico hizo frente a un gran número de bandidos el solo”


    —“Si, dicen que uso otro de esos extraños artefactos mágicos y con eso acabo fácilmente con esos bandidos”


    —“Y pensar que alguien a quien tan mal ha sido tratado por nosotras, se tomaría la molestia de arriesgar su vida por Windaz”


    —“¿Crees que nos guarde rencor aun?”


    —“Yo lo estaría, para alguien de su edad haber vivido todo eso y no haber perdido la cordura… es admirable, yo nunca habría resistido semejante situación”


    Todas las veces que lo he insultado, que lo he discriminado y he lastimado, tuvo más de una oportunidad de arrebatar mi vida y aun así no lo hizo, yo en cambio habría hecho lo contrario al haber tenido la más leve chance, esa sensación punzante en el pecho de solo pensar en él y todas las cosas que hice, ¿qué es lo que siento?.


    Varios días trascurren desde el asalto de los bandidos, Windaz recupera poco a poco su calma y prosperidad, me encontraba en casa esperando a madre quien recibiría de alta hoy, recostada en cama con mi cabeza sumergida en la almohada, continuo confuso ante lo que sentía.


    —¡Hija!, ¿¡estás aquí!?.


    Escucho la llegada de madre llamándome, le contesto con un claro “si” y ella llega a mi cuarto contenta sintiéndose revitalizada tras su recuperación, al verme en tal decaído ánimo, se sienta a mi lado preguntando que me ocurría.


    —No lo sé…


    —Vamos hija, trata y dile a tu madre que ocurre realmente, confía en mí.


    No podía negar tal petición, sentía la necesidad de decírselo a alguien y creo que mama era la más indicada. Explique parte por parte mi sentir desde el duelo que tuve con él, el fuerte miedo que sentí al poco tiempo sobre él y la vez que salvo mi vida, ahora sentía un inquieto malestar que ni la magia curativa o las pociones de la alquimista podían revolver.


    —Lo que sientes mi querida niña, tan solo puede curarse de una forma, dime; ¿qué sientes ahora por Rozuel? –Pregunta mama.


    —Yo… no lo sé…


    —¿Sientes desprecio hacia él?.


    —No…


    —¿Lo odias aun?.


    —No…


    —¿Te agrada tal vez?.


    —Yo… no lo sé…


    —Pero quieres agradecerle por salvar tu vida, ¿o me equivoco?.


    —Yo...


    Era cierto, mama tenía razón, quería decírselo, ¡quería decirle y agradecerle por haber salvado mi vida pese a la forma en que siempre lo trate!.


    —Ahora sé lo que debo hacer, ¡gracias mama!.


    Sabía lo que debía hacer pero no bastaría con solo unas palabras, para eso acudí a ver a alguien que me ayudaría en mi cometido, fui a su local para ser atendido por una mujer de voluminosa cadera, gran busto y pañuelo en la cabeza, era la alquimista.


    —Oh, ¿qué trae por aquí a la joven bruja de la familia Gramwind? –Pregunto ella.


    Le explique sobre lo que quería hacer, sobre como quería agradecerla a alguien que salvo mi vida y lo único que le di por mi parte fue dolor, con mencionarle una herida que yacía en su hombro derecho ella lo entendió.


    —Has venido justo a tiempo –Manifestó la alquimista.


    Me entrego un frasco de vidrio que contenía en su interior un ungüento color rojo, esta medicina era la ideal para disipar la maldición incura que provoque en él, justamente iba a encargarla para que la hiciera pero fui sorprendida ya que ella empezó a prepararla hace unos días cuando Windaz recupero algo de calma tras el ataque de los forajidos de Lars.


    —Te agradecería si se lo entregas, descuida que es gratis, es lo menos que puedo hacer después de lo que hice… -Dice ella con un rostro melancólico —Pero te sugiero darte prisa.


    —¿Por qué?.


    —Pronto él y su madre se irán de Windaz, para siempre.


    — ¿Irse…? –Pregunte con una fuerte inquietud en el pecho.


    —No de extrañar que lo hagan, el muchacho expuso su vida para defender Windaz a pesar de cómo fue tratado por todos en el pueblo… incluyéndome –Explico la alquimista —Incluso su madre fue objeto de represalias y para rematar me entere de alguien que intento asesinar al chico pero Marian logro llegar a tiempo para salvarlo, tienen todo la razón del mundo para despreciarnos… sin duda la tienen.


    Podía sentir como la alquimista expresaba en sus palabras un evidente pesar anímico, a este punto creo que ella y yo no seriamos los únicos en todo el pueblo en sentir lo mismo.


    Prepare el regalo pegando una nota encima en ella que ponía “gracias por salvarme, por favor no te marches y acepta mi regalo para ti”. Llego a su casa siendo atendido por su madre, Marian, para haber pasado por mucho se encontraba de buen ánimo, sin distraerme entregue mi regalo y pedí por favor ver a Rozuel.


    —Lo siento querida, Rozuel en este momento no se encuentra.


    —Entiendo… ¿podría entonces solo entregarle este regalo?, se lo agradecería.


    —Claro, no hay problema.


    Me despedí tras entregarlo, aunque su madre parece feliz, tenía mis dudas sobre como estaría él, ¿estaría contento o aun habría represalias emocionales de por medio?, solo quedaba esperar, mañana las clases volverían a reanudarse, aprovecharía entonces para hablar con el allí.


    Finalmente llego el día, me prepare, me despedí de mama y me fui a la escuela, no tuve el valor para hablarle en el salón durante las clases, creí que las chicas seguirían ignorándolo como siempre cuando vi que nadie se le acercaba o hablaba en la clase, pero en el receso todas incluyendo a algunas brujas de otros grados superiores le rodearon pidiendo permiso tener su tiempo con él, ¿también les llego aquel sentimiento?.


    Espere y tuve mi oportunidad a la hora de las clases de magia, Rozuel en ese periodo se retiraría a casa, lo espere en el pasillo con cierto nervios, lo vi venir, nuestras miradas se entrecruzaron pero él decidió ignorarme, sabía que no iba a dirigirme la palabra, entonces seria yo quien daría inicio a esta conversación.


    — ¡Espera!, por casualidad… ¿tu… vas a irte de Windaz?.


    —De momento no, madre y yo decidimos quedarnos unos días para ver si podíamos encajar aquí.


    —Ya veo… es bueno oírlo.


    Me sentía aliviada, aun habría tiempo para arreglar las cosas entre nosotros y de ser posible, convencerlo de que quedara en Windaz para siempre.


    —Dime, ¿tú eres quien me dio esto? –Me pregunta enseñándome el ungüento rojo que le regale envuelto en una tela.


    —Si… fui yo.


    — ¡Te la devuelvo! –Dice entregándome el ungüento en las manos.


    — ¿Por qué?... es para ti, no tienes que devolvérmelo.


    — ¿No lo entiendes aun?, ¿¡en verdad crees que todo se puede resolver con una sonrisa, palabras de arrepentimiento y un regalo!?.


    —Yo… sé que lo hice estuvo mal, ¡es por eso que quiero hacer todo lo posible para compensar mis errores!, ¡perdóname por favor!, ¡en verdad lo siento por todo lo que te hice pasar!.


    —“Claro, te perdono”… o eso diría si fuera tan simple, ¡pero no lo es!.


    Esta sensación de intranquilidad… sentía que lo peor estaba por venir.


    —Simplemente no puedo decir “Te perdono” y olvidar todo lo pasado, es un hecho que muchos en este pueblo me han tratado con miseria, pero entre todos solo una sola persona ha llegado a ser un dolor imborrable tanto físico como emocional en mi cabeza… ¡y ese eres tú!, ¡realmente te desprecio tanto, TANTO hasta el punto de asomárseme la ligera idea de matarte!, ¡¡de verdad nunca en todos mis años vivido había sentido tanto rencor, tanta frustración y odio hacia algo o alguien!!, ¿sabes porque?, ¡¡PORQUE EN VERDAD LO QUE SIENTO ES DESPRECIO TOTAL HACIA TI!!... eso es lo que mi corazón siente hacia ti… Riza Gramwind.


    Esas palabras, esa forma en que se expresaban, esa mirada desbordante de repulsión, la había visto en alguna parte, claro… era yo, era como verme a un espejo.


    —“Eres un forastero, tu sola presencia desvanece toda felicidad y tranquilidad en Windaz, te detesto por ser lo que eres, ¡siente este rencor dirigido hacia ti con todo mi alma!”


    Era como lo imaginaba, fue en ese punto que me di cuenta que yo me convertí en lo que más detestaba, cuánto más negaba a ese hombre, convenciéndome de no ser como él, era cuando más me parecía a él, toda mi frustración desembocada como excusas en una sola persona por mi rectitud, ahora lo entiendo, mama tenía razón cuando dijo que me arrepentiría de continuar con esto, ¡porque resulta que todo este tiempo yo era la que se comportaba como una forastera!.


    Inevitablemente ante la declaración de Rozuel, deje caer el ungüento y mis ojos se empañaron de lágrimas, sé que lo merecía, pero esta verdad me dolía en el fondo.


    —Si de verdad quieres hacer lo posible para compensarlo, entonces nunca me vuelvas a hablar en todo lo que me queda de vida, agradecería ese detalle –Fue lo último en decirme para luego voltear e irse.


    Corrí entre lágrimas a casa, a estas alturas no me importaba faltar a la clase de magia, lo único que quería era ir a casa y apenas llegue me fui a mi habitación, hundiendo mi cara en la almohada y ni eso podía calmar este deprimente sentir, porque a quien tanto despreciaba ahora, era a mí misma.


    —Lo siento tanto… de verdad lo siento tanto…


    Daba igual las veces que me disculpara en voz alta, era obvio que su perdón jamás la tendría aunque se lo dijera mil veces, nada igualara el daño que le provoque.


    —Daño… igualar… -Replicaba tales palabras surgiéndome una idea a la mente —Eso es… “daño”… “igualar”…


    Me levante de cama y seque mis lágrimas, camine deprisa hacia la habitación de madre para buscar en su armario una pequeña caja de madera, en ella albergaba una reliquia familiar de los Gramwind, una daga de plata con empuñadura dorada cuyo hoja filosa rebosaba la maldición más potente de nuestro linaje.


    Por suerte madre aún se encontraba trabajando en la biblioteca, para cuando regresara ya todo habrá acabado.


    Continuara…
     
    Última edición: 30 Junio 2017
  12. Threadmarks: CAPITULO 12 NUEVO COMIENZO
     
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    CAPITULO 12 NUEVO COMIENZO


    PERSPECTIVA: Rozuel Drayt

    Regrese a casa tras las clases, tanto ha cambiado desde el asalto de los forajidos, ¿realmente todos en Windaz nos han aceptado?, podre ser incrédulo, pero es difícil confiar en alguien, sobre todo en un pueblo entero cuando en una ocasión han intentado matarte asándote vivo.


    Estando en mi habitación empiezo la planificación de mi siguiente “obra” por crear, actualmente tenía una pistola (Springfield XD) y un subfusil (Uzi), por lo que es momento de pasar a un nuevo nivel, tenía en mente un lanzagranadas pero era obvio que estaba fuera de mis capacidades, entonces lo otro que se me ocurrió es un fusil, me debatía entre uno de combate o asalto.


    ¿Qué diferencia hay entre un fusil de asalto y un fusil de combate?, en mi criterio la diferencia entre ambos es el calibre y la distancia, un fusil de combate tiene el cañón más largo para proveer disparos de mayor precisión y distancia alrededor de 700 metros o más (conllevando la desventaja del retroceso y peso de por medio), mientras que uno de asalto es más ligero en cuanto a peso usando calibres más pequeños teniendo la ventaja de la maniobrabilidad, siendo ideales para combates a distancias menores a los 700 metros en donde un fusil de combate perdería su ventaja al encontrarse contra uno de asalto a esta distancia. De momento no tengo en mente emplear un arma de tan larga distancia y menos si su retroceso es mayor, por lo que mi elección decanta por un fusil de asalto.


    Dado que recibí muchos regalos metálicos desde barajita decorativa para el hogar o accesorios para el cuerpo, sería ideal usarlo y no malgastar el metalito de momento, un mineral de gran valor no crece en los árboles y la cueva subterránea no tiene provisiones infinitas de esta.


    Alguien golpea la puerta interrumpiendo mi trabajo, como madre aún no estaba en casa decidí ir a atender a la visita, abriendo la puerta me encuentro con una desaminada Riza Gramwind de frente. Estaba a dos segundos de cerrársela a la cara, cuando noto en su mano derecha llevar una daga de empuñadura dorada, pero lo que más llamo atención de esa arma era un aura mágico a su alrededor, ¿un arma mágica?.


    —Riza… ¿qué estás haciendo con esa cosa en manos? –Le pregunte a la bruja de cabellera naranja.


    No respondía, se mantenía en un constante silencio lo que me intranquilizaba, por fortuna tenia escondida en mi cintura la pistola, dado a la forma en que actuaba puse una mano en la empuñadura del arma por si acaso.


    —Riza… ¿qué carajos haces con esa maldita daga en las manos? –Vuelvo a preguntarle.


    Con lo único que respondió fue volteando la mirada hacia abajo y dar un suspiro.


    —¡¡Responde!!


    Era el tercer aviso, me estaba sacando de mis cacillas haciéndome sostener la empuñadura de la pistola con más fuerza.


    —Tienes razón… no puedo deshacer todo el daño que te hice –Dice Riza levantando la vista —Pero al menos, podre igualarlo.


    Tras declarar dichas palabras, levanto en alto la daga que blandía y se apuñala a sí misma en el hombro izquierdo.


    — ¿¡Que estás haciendo grandísima estúpida!? –Exclame anonado por su idiotez.


    Reaccione a tiempo para poner mis manos sobre la daga y quitársela, cada segundo desperdiciado había hundía más el filo del arma en su carne, tras retirársela un frenético sangrado se desato, puse mis manos con el fin de contenerla, alguien cercano presencia lo ocurrido y fue por ayuda.


    — ¿Con esto… estamos iguales? –Pregunta Riza con una forzada sonrisa en su agonizante estado.


    Perdió el conocimiento, pero por fortuna brujas con habilidades curativas llegaron a tiempo, mientras retenían la hemorragia con su magia era trasladada al hospital, allí comenzó el tratamiento para estabilizar su condición, surgiendo un resultado bueno y malo, el bueno es que vivirá, pero el malo es que la daga con la cual se hirió, estaba encantada con una maldición incura mucho más potente que el yo tenía sobre mi herida.


    Riza es ambidiestra, aunque tiene una mano más hábil por un margen menor siendo la izquierda, es decir originalmente era zurda, por eso mismo se apuñalo en el hombro izquierdo.


    Miha Gramwind, madre de Riza llega al hospital tras enterarse lo de su hija, es recibida por mi madre quien le notifica los detalles de su condición, mientras yo continuaba aquí esperando sentado en la sala de espera dado a que ella aún estaba inconsciente como para recibir visitas.


    —Tú eres Rozuel, ¿no? –Pregunta Miha sentándose a un lado mío —Es la primera vez que nos vemos, aunque ya te conocía por tu madre.


    —Lo sé, usted trabaja en la biblioteca del pueblo –Dije yo — ¿Y bien?, ¿no dirá nada?


    —¿Sobre qué?.


    — ¿No está enojada?, de manera indirecta provoque que su hija terminara en esta forma, aun así no voy a pedir disculpas, mis decisiones no las tomo a la ligera.


    —Está bien, no estoy enojada o guardo algún resentimiento.


    — ¿Y eso es porque…?


    —Se por todo lo que has pasado, Rozuel, soportaste momentos difíciles impropios para alguien de tu edad y lograste mantenerte firme ante todo, no exagero al decir que es admirable y si soy sincera, pienso que para ser solo un niño tiene una asombrosa madurez semejante a la de un hombre adulto.


    Es fácil cuando tienes el cuerpo de un niño de 4 y la mente de un hombre superior a los 30.


    —Lo cierto es, que quiero darte las gracias –Comenta la madre de Riza.


    — ¿Darme las gracias?, ¿por qué? –Consulto ante la duda.


    —Es gracias a ti, que mi hija ha logrado madurar.


    — ¿Madurar?, ¿en qué sentido?, no le veo en que forma alguien madura después de apuñalarse a sí mismo con una daga encantada.


    —Se llama convicción, presiento que Riza ahora será más segura de lo que siente.


    —¿Y eso que significa?.


    —Hmmm… cosas de mujeres.


    La madre de Riza se despide de mí con esa última frase, pronto se le he concedido el permiso de parte de las curanderas de verla en donde esta internada al ser un familiar, quedarme aquí ya no tendría sentido de momento, pero regresaría cuando fuera posible hablar con ella.


    Con el pasar de los días, madre me conto que en el hospital todos los días Riza era frecuentemente visitada por parte de sus amigas, incluso lo de apuñalarse a sí mismo fue el tema favorito en boca de todas en la escuela, algunos lo veían como un acto de “coraje” y otros lo llevaban como algo “pasional”, tratando de mujeres no iba a debatir su forma de interpretar las cosas, simplemente pase de largo e hice oídos sordos.


    Con las clases de magia dando inicio, me preparo para ir a casa hasta que en el pasillo soy llamado por una joven bruja de nombre Laida quien dice ser una amiga cercana de Riza, me comunica que ella ha despertado y ahora puede recibir visitas en donde está reposando.


    —Gracias por el aviso, pero entiendes que por hacerlo estas faltando a la clase de magia, ¿por qué te tomas la molestia? –Pregunte yo.


    —Jeje, cosas de mujeres –Contesto ella retirándose para regresar a la dicha clase.


    Me fui directo al hospital siendo recibido por madre quien estaba en su turno y las demás curanderas que la acompañaban, desde allí fui llevado a una amplia sala en donde se encuentran todos los internados del lugar, estando allí mismo la bruja malherida de cabellera naranja quien llevaba extensas vendas sobre su hombro izquierdo acompañado de ungüentos para el dolor y otros medios curativos empleados para detener la hemorragia, debido a que incura evitaba sanar la herida, solo se podía cubrir la hemorragia hasta el momento en que la maldición vaya disminuyendo su efecto.


    —Viniste –Dice ella leyendo un libro sobre magia con su mano derecha.


    —No tenía mucho para hacer –Dije tomando asiento en la silla cercana a su cama —En verdad estas locas, ¿lo sabes?.


    —Si… pero al menos, pude igualar las cosas, ¿no?.


    — ¿”Igualar”?, yo diría que te llevaste el doble de porción, a diferencia tuya, la herida que me dejaste hubiera sanado en una semanas más, pero gracias al ungüento hecho con las hojas del hada roja ya me encuentro curado completamente, sin embargo la maldición incura en tu herida es mayor, hasta el punto en que incluso el ungüento rojo que me diste es incapaz de disipar tal grado de maldición, según las curanderas estiman que estarás así como alrededor de 16 a 18 meses.


    —Está bien, es lo menos que merezco después de lo que te hice, a propósito, aun no respondiste a mi pregunta.


    —¿Cuál pregunta?.


    —No eres bueno recordando, ¿verdad?.


    Revisando en mis memorias, me detengo en ese fragmento de recuerdo en el momento exacto en que retiro la daga sobre Riza y ella herida seriamente pregunta mientras sostiene una forzada sonrisa “¿Con esto… estamos iguales?”.


    —Sí, estamos igual.


    Nos quedamos hasta tarde charlando, en el trascurso me conto la razón del porque tenía ese obsesivo desprecio sobre mí, jamás iba a sospechar que se trataría de un trauma en relación con su padre al cual nunca conoció, me pregunto si muchas brujan terminan con un trastorno similar a causa de eso.


    Para cuando salí del hospital ya era de noche, me dirigía a casa pero justo en la salida me encuentro con Naya.


    — ¿Tendrías un momento?, la Eldar quiere verte, es importante –Comenta ella.


    Siendo escoltado por la bruja morena de la larga espada, llegamos a la sala donde se encontraba sentada sobre su escritorio la mismísima líder del pueblo y no estaba sola, allí también estaba la profesora Naly Scheen quien se veía angustiada.


    — ¿Qué es tan importante como para llamarme? –Pregunte.


    — ¿Recuerdas el día en que casi fuiste asesinado por una trampa mágica de fuego? –Manifestó la Eldar como el tema principal.


    —¿Qué hay con eso?.


    —Encontramos a la responsable, no… es más correcto decir que ella se entregó.


    Tanto la bruja líder como Naya miraban fijamente a la profesora, entonces comprendí.


    — ¿Así que fue usted? –Le pregunte mirándola a los ojos.


    —Si… yo lo hice –Confiesa con sinceridad.


    —¿Por qué?.


    —El día en que venciste a Riza en el duelo de práctica, no tolere que un no mago fuera capaz de vencer a una de mis estudiantes, entonces… me deje llevar por mis emociones y ese fue el resultado.


    — ¿Por qué confesaste?, por como lo veo jamás te habrían descubierto.


    —Después de lo que hiciste por Windaz a pesar de la manera en haber sido tratado, no podía sentirme tranquila sabiendo lo que hice.


    Ya entiendo, es alguien que siente remordimientos, una persona emocionalmente así es susceptible a confesar tarde o temprano, porque para ellos es la única salida para los males que la mente le juega, en mi anterior vida he conocido a sujetos así que asesinaron con armas que yo mismo les he proporcionado y el peso de la cordura por ensuciarse las manos con sangre fue mayor a lo que pudieron soportar, degenerando con el pasar del tiempo a la locura, algunos encontraron la salvación confesando sus actos y otros siguieron resistiendo, suprimiendo por cualquier medio ese pensar con finales fatales.


    —A pesar de haber sido tu profesora, ¡por mi negligencia solo te cause dolor!, puedo entender si nunca llegara a tener tu perdón… -Decía con amargura emocional.


    —Naly, ¿sabes cuáles son las consecuencias de atentar contra la vida de alguien del pueblo? –Le pregunta con seriedad la Eldar.


    —Lo se… estoy preparada para mi castigo.


    El crimen por el intento de homicidio a alguien en Windaz es la muerte, la Eldar había dejado ese veredicto a mi decisión, mi arma quien aún seguía en mi cintura, estaba al tope de munición, solo con una bala bastaría para culminar tal acto, pero cuando más lo pensaba, menos valía la pena poner la mano en la empuñadura de la pistola.


    —No voy a matarte, sigo vivo y con eso me basta, pero tienes razón en algo, no voy a perdonarte por haber intentado asesinarme –Aclare yo.


    —Entiendo…–Fue lo último que oí de ella.


    Al habérsele perdonado la vida, el castigo consecuente es la expulsión, le Eldar declaro sin dudar a Naly Scheen oficialmente expulsada de Windaz, a ella se le fue permitido llevar algunas de sus pertenencias y previamente marcharse del pueblo bajo el manto de la noche para siempre. Es curioso, lo último que vi en su rostro al irse no fue miseria o tristeza, sino una mueca sonriente bañada de sus lágrimas.


    Vuelvo a reflexionar sobre aquella pregunta que me hice hace días; “¿realmente todos en Windaz nos han aceptado?”, siempre me he mantenido incrédulo en cuanto a confianza se trata, pero quizás esta vez, pueda darme la certeza de ser algo crédulo y creer, que este es un nuevo comienzo.


    Continuara…
     
    Última edición: 22 Octubre 2016
  13. Threadmarks: CAPITULO 13 EL MERCADER EXTRANJERO
     
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    CAPITULO 13 EL MERCADER EXTRANJERO


    PERSPECTIVA: Rozuel Drayt


    [EDAD: 5 años]


    Volvía a casa después de practicar un poco de tiro al blanco con la pistola y la uzi, entre los estudios y la creación de mi nueva arma, casi deje en el olvido a mis primeras obras y salí al bosque para pulir mí puntería con ambas, además es la excusa perfecta para darle tiempo a madre.


    Hoy era mi cumpleaños y como todos los años, madre preparaba un pastel para festejarlo, con el tiempo que estuve afuera ya debe de haberlo terminado, ya me imagino como será, apenas entre gritara sorpresa con el pastel justo en la mesa. Estaba frente a la puerta de mi hogar, sin hacerla esperar más, la abrí y realmente me encontré con una inesperada sorpresa.


    —¡¡SOPRESA, FELIZ CUMPLEAÑOS ROZUEL!!


    Era la unísono exclamación a todo volumen no de una persona sino de varias, resulta que madre no era la única en casa, varios habitantes del pueblo (incluidos los pocos hombres), tanto adultos como niños habían llegado a nuestra casa para hacer los preparativos y armar una fiesta de cumpleaños para mí con muchos bocadillos servidos y un pastel con el triple de tamaño que las que madre hace para estos días.


    Era la primera vez que tenía una fiesta de cumpleaños de esta magnitud, y lo digo literalmente, ni en mi otra vida me vi reunido de tantas personas para festejar que me he hecho un año más viejo, ni cuando era huérfano ni menos un traficante de armas, aquellos días la pasaba a solos con videojuegos y comiendo helado, oh y en el orfanato simplemente lo disfrutaba solo.


    No tenía idea de cómo reaccionar ante algo así, trataba de sonreír pero era difícil porque no se me daba bien las falsas muecas.


    —Relájate, parece como si nunca hubieras estado en una festividad –Dijo cierta bruja de cabellera naranja apareciendo a mis espaldas.


    Paso un tiempo, aún tenía el brazo muy vendado, pero ahora podía disfrutar de estar fuera del hospital siempre y cuando no haga algo imprudente que le obligue a hacer esfuerzo físico de más a su miembro lastimado por la maldición.


    —Eso es porque ciertamente NUNCA he estado en una –Le comente yo.


    —Cierto… había olvidado ese detalle, lo siento.


    Una de pocas veces habla de más, pero al menos si la comparo con la Riza de antes, era como si aquella bruja arrogante nunca hubiera existido, su cambio había dado un giro radical de 180 grados.


    Por otro lado me asombra el hecho de que incluso en una época tan primitiva de un mundo diferente existan las festividades de cumpleaños tan iguales como los de mi procedencia natal, parece que su origen viene de décadas atrás, quizás un siglo, no hay detalles precisos pero se remonta a que una nación extranjera inicio esta moda y otras empezaron a imitarla teniendo un gran impacto cultural a nivel global por todo Avalia hasta los días de hoy.


    Era molesto tener que charlas con las chicas, más bien aburrido, pero en el fondo se sentía bien, era agradable entablar una relación social que no tenga que ver con negocios, estar solo tenía sus ventajas pero también el no estarlo tenía las suyas.


    Llegamos a la parte de los obsequios, habiendo desde mucha vestimenta, presentes metálicos y preparados alquímicos de fragancia (si, incluso los perfumes ya existían en Avalia), pero entre los más destacados, estaba un anillo regalado por un hombre barbudo cuarentón quien trabajaba como un herrero en Windaz (además de ser el esposo de la bruja alquimista).


    No era un anillo cualquiera, el hombre me explico que su talento mágico radicaba en los encantamientos, de modo que este objeto metálico estaba encantado y al colocármelo en el dedo índice sentí una breve sensación indescriptible al ponérmelo.


    —Me siento… más fuerte –Dije en voz alta.


    El encantamiento del anillo me brindaba mayor fortaleza física, dicho de otra manera siendo un niño de 5 años ahora tendría la fuerza de uno de 10. Comprobé su efectividad yendo al patio y usando unas botellas vacía de vino como blancos, saque la pistola y disparando a unos cuantos, me percaté de que resistía el retroceso sin problema alguno.


    — ¿Realmente soy más fuerte? –Me preguntaba de forma incrédula en mi cabeza.


    Probé con la uzi sobre lo que quedaba de botellas vacías y resistía el retroceso como si mi cuerpo tuviera el balance físico de alguien mayor a lo que soy, este obsequio me venía literalmente como anillo al dedo.


    Los invitados a mí alrededor aplaudían emocionados disfrutando del espectáculo que les brindaba el verme usar las armas de fuego, alguna vez tenían la reacción opuesta, las cosas sí que han cambiado bastante.


    Eso me recuerda a una anécdota de hace unas semanas atrás en que la Eldar me llamo una vez para hablar sobre un asunto en relación a las armas de fuego que había creado, me propuso como idea originada de su mano derecha Naya, el crear una dotación de estas para el pueblo, con tal armamento en manos creen que sin duda estarían mejor preparadas para futuros ataques venideros.


    — ¡Me niego! –Exclame yo ante su pedido —Tengo mis razones para que estas armas sean solo empleadas por mí, lo siento, pero mi respuesta es no y así se mantendrá.


    —Entiendo, disculpa por pedirte algo tan egoísta de mi parte –Dice la Eldar agachando la cabeza con humildad.


    — ¡Mi señora!, yo soy la de la idea, yo debería ser quien se disculpe –Manifiesta Naya sintiéndose avergonzada.


    No hubo resentimientos, ambas aceptaron con toda sinceridad mi decisión, Windaz comenzaba a volverse poco a poco el hogar que deseaba, por lo que no podía permitirme el aun proliferar las armas de fuego que creaba para otros, tenía la idea de que aunque al principio las razones sean buenas, las consecuencias a futuros podrían ser desastrosas.


    En cuanto a la fiesta, término acabando para la noche, después ayude a madre con la limpieza con ayuda de algunas chicas de mi clase y al finalizar me fui a cama tras despedirme de ellas, hoy sin duda fue un día entretenido, pero tenía la sensación de que más cosas inesperadas aún estaban por desenvolverse en mi vida.


    Para el siguiente día tuvimos clases normales como siempre, es un buen momento para aclarar que desde el exilio de la profesora Naly Scheen, otra bruja más joven ocupo su lugar con gran profesionalismo, tras llegar la hora de las clases de magia, antes de que pudiera retirarme a casa, Naya llega al salón de clase buscándome.


    Me llevo al patio de la escuela en donde estaban las chicas realizando su practica con la magia junto a la profesora, claro que mantuvimos una buena distancia de ellas, pero me vino a la duda; ¿porque me llamo aquí y que era esa cosa que cargaba en una mano envuelto en una tela blanca?, mi segunda pregunta fue contestada al instante cuando la desenvolvió para relucir una pequeña espada ligera la cual lanzo en cercanía a mis pies.


    —Levántala, desde hoy seré tu instructora en el manejo de la espada –Comunico Naya respondiendo a la primera cuestión.


    — ¿Vas a enseñarme a usar la espada? –Pregunte.


    —Sí, aunque esas “armas de fuego” que has creado son realmente poderosas, siguen teniendo la misma debilidad que un arco sin flechas, entonces hazte la siguiente pregunta, en el momento en que te quedes sin “flechas”, ¿cómo te defenderás cuando tu vida corra peligro?.


    Ciertamente las armas de fuego me confieren una buena ventaja en este mundo, pero si llegara a toparme con una situación en que me encontrara escaso o sin munición en plena batalla o cualquier conflicto que peligre mi vida, me toparía en una desventaja inmensa, aprender a usar un cuchillo no bastaría cuando tu enemigo es un mago de alto nivel o un espadachín profesional, entonces si aprendiera a usar la espada, contaría con un medio secundaria de defensa para situaciones en que mi “primera línea de fuego” (mis armas de fuego) quedaran momentáneamente indisponible.


    —Sin duda el aprender a ejercer la espada desde una temprana edad me resultaría una eficaz ventaja para más adelante, bien, entonces que así sea –Dije tomando la espada del suelo.


    —Así se habla –Comenta Naya de buen humor —Considera esto el regalo de cumpleaños de la Eldar y mío, aunque fue mi señora quien lo pensó, yo solo decidí contribuir a la causa.


    A partir de hoy cada día en la escuela recibía en las correspondientes horas de clases de magia, mi propia clase obligatorio sobre el manejo de la espada, el primer día fue aplastante cuando Naya me obligo a luchar contra ella usando la espada que me dio y la bruja sin drama pudo vencerme sin tener que blandir la suya, no pude siquiera rozarle, pero eso no me desanimo, así se empieza al principio.


    De regreso a casa tras una exhausta práctica, me encuentro con que madre se encontraba en el salón de visitas con compañía, era un hombre de su edad de cabellera corto negro y prendas de aldeano algo finos, junto a un joven de unos quince años.


    El adulto se presenta como Walter Bargus, un mercader y el chico a su lado era su aprendiz de nombre Euber al cual adopto desde muy pequeño. El mercader y su aprendiz era no magos como yo, y a pesar de que eran forasteros, ambos eran muy bien tratados por Windaz tomando en cuenta que Walter lleva una década comerciando con el pueblo, ¿por qué será el buen trato a pesar de sus rasgos?.


    El comercio juega un papel crucial en la economía de Windaz, de hecho es una parte esencial para esta, las brujas necesitan del comercio para que su poblado subsista, de comerciar obtienen productos necesarios que les imposible conseguir sin salir del pueblo.


    Todo se remonda a que las brujas tienen una reputación siniestra en las sociedades de Avalia, son vistas como “magos de mal augurio” por lo que para ella intentar vivir fuera de los aquelarre es de por sí difícil debido a la fuerte discriminación que sufren, es por eso que habiendo un comerciante en Windaz tienen garantizado la supervivencia de su poblado.


    No hace falta decir lo difícil que fue para Windaz conseguir un comerciante, debido a la reputación mencionada de las brujas casi nadie se ofrece a comerciar con ellas y menos cuando el pueblo lo rodea un bosque peligroso, para ellas la llegada de Walter fue una bendición y mientras el aquelarre le ofrecía protección en su ruta (debido a lo costoso que era para él contratar un mercenario guardaespaldas) el hombre pudo llevar a cabo su profesión en el pueblo junto a su aprendiz en estos años.


    —Tú debes ser Rozuel, tu madre me conto muchas cosas interesantes de ti –Me hablo el comerciante con una confiable carisma —Un placer conocerte, ¡vamos Euber salúdalo también que no estas hecho de piedra!.


    —S-sí, un placer conocerlo –Dice su aprendiz con algo de timidez.


    Eran amistosos, y por lo visto se llevaba bastante bien con madre, de hecho “demasiado” bien, no era la primera vez que los veo juntos, en otras ocasiones los he visto charlar en el pueblo, ¿podría ser que los dos lleven alguna relación especial?.


    Los días trascurrían y el mercader comenzó a visitar con mayor frecuencia a madre, era más que obvio que los dos se traían algo entre ellos, fue en una tarde mientras su aprendiz se encontraba en la posada de Windaz que los dos llevaron su relación a otro nivel, mientras trataba de dormir en mi habitación a alta horas de la noche los dos comenzaron a ponerse ruidosos en la habitación de madre, ¿en serio pensaron que un niño no escucharía sus “tiernos momento mutuo”?, si no tuviera la mentalidad de un adulto esto me traumaría de seguro, aunque no deja de perturbarme a cierta manera.


    Pasado algunas semanas mientras continuaba produciendo mi nueva arma, madre me llamo para notificarme de una noticia importante en compañía de Walter y su aprendiz.


    —Rozuel, pronto tendrás un hermanito –Comunico madre.


    Era más que obvio con lo “activo” que estaban en esos días, de igual forma no pude evitar asombrarme y felicite a madre por ello. En cuanto a Walter tanto él y su aprendiz pronto vivirían con nosotros, originalmente residían en una aldea llamada Argoh, luego pasaron a mudarse en el pueblo de Sota cuando empezaron su comercio con Windaz.


    En consecuencia a esto, se contrató mano de obra para construir una habitación a la que el nuevo integrante de la familia viviría una vez haya nacido, en cuanto a Walter el dormiría en la habitación con madre y Euber compartiría cuarto conmigo. Al principio resultaba incomodo concentrarme en mis trabajo con las armas con él cerca pero luego me acostumbre, claro que estuve que estar con el guantelete todo el tiempo en mano para ocultar la identidad de mi habilidad ESP.


    Nos adaptamos rápido en nuestras vidas cotidianas junto a Walter, Euber y mi futuro hermano o hermana por venir, madre estaba en su trabajo como curandera, Walter y su aprendiz habían salido de Windaz para vender los productos exportado del pueblo y regresar con nueva mercancía, en cuanto yo me encontraba en el bosque de una tarde de un miércoles practicando con la pistola para no oxidar mi puntería, usaba como objetivo un blanco que talle en un árbol similar a los usado en los juegos de lanzar dardos.


    ¡BANG! ¡BANG!


    El sonido de las balas disparadas me reconfortaba, con cada disparo exhalaba sintiéndome aliviado como si esto fuera mi yoga personal.


    — ¡Oh!, tienes unos juguetes llamativos ahí –Me habla una mujer a mis espaldas.


    Al voltear frente a mí se encontraba una joven de edad adolecente, por su sombrero puntiagudo deducía una bruja y por su cabellera naranja, se me hizo otra idea.


    —Ese cabello… ¿guardas alguna relación con Riza Gramwind? –Pregunte a la bruja desconocida.


    —Sí, soy su querida hermanita mayor –Contesto ella con un tono algo infantil.


    A diferencia de Riza, su cabello era más corto, tenía entendido que tenía hermanas pero jamás la había visto en el pueblo, se nota que ha estado afuera por vario tiempo.


    — ¿Qué hace la hermana mayor de Riza aquí en el bosque? –Pregunte.


    —Tenia curiosidad por conocerte, parece que en mi ausencia cosas interesante ocurrieron entre mi hermana y tú.


    Sus palabras me pusieron algo nervioso, ¿vería ella con mal o buena intención lo de Riza y yo?, ella era solo una amiga, pero charlas como estas son abiertas las malinterpretaciones.


    —Sí, muchas cosas pasaron.


    —Entiendo, y… ¿la detestas aun?.


    —Claro que no, eso ya es cosa del pasado, aunque si me lo hubieras preguntado hace dos años atrás quizás habría tenido una respuesta diferente, ¿por qué esa pregunta?.


    —Nada en particular, solo quería llegar a una conclusión.


    —¿Qué clase de conclusión?.


    —La conclusión… ¡de que realmente eres interesante!.


    Tenía una conducta muy sociable y hablaba con mucha humildad, todo lo opuesto a la vieja Riza, habría sido interesante haberla conocido en esos primeros años en Windaz. Pronto su hermana llega corriendo del cansancio como si hubiera estado buscando a su hermana desde un buen rato.


    — ¡Hermana!, ¿¡sabes cuánto llevo buscándote!?, ¡tan pronto me entere de que llegaste hace unas horas al pueblo fui a casa para verte y descubro que no estás ahí!, por suerte te vieron venir por aquí, de todos modos, ¿qué estás haciendo aquí en el bosque con Roz?.


    —También es un placer volver a verte hermanita –Dijo ella ignorando a su pregunta.


    — ¡No cambies de tema! –Responde su hermana algo molesta —No nos vemos en años y cuando finalmente regresas a Windaz tengo que ser yo quien te busca para reencontrarnos.


    —Perdona por eso hermanita, es que tenía curiosidad por conocer a tu novio.


    — ¿¡N-no-no-no-novio!?...


    Al decir eso toda la cara de Riza se sonrojo, a pesar de que su hermana solo lo decía en broma, ella se lo tomo tan en serio que de una manera histérica y exagerada negó tal afirmación.


    — ¡Jajaja!, calma tan solo te tomaba el pelo, aunque pones una linda carita cuando te sonrojas –Dice ella pellizcando con ternura uno de los cachetes de Riza.


    —Ya basta, me pones en vergüenza frente a Roz.


    — ¿Y que hay con eso?, no son novios después de todo por lo que no veo razón para avergonzarse, y ya que aclaraste ese asunto, ¿no te importaría si lo vuelvo mi pareja verdad?.


    Esa pregunta hizo que se pusiera aún más sonrojada.


    — ¿C-c-como es que se te ocurre semejante pregunta? -Dice Riza entre nervios.


    —Es que lo encuentro tan interesante, que no me importaría tenerlo como novio, además es tan adorable también –Contesta la hermana mayor con un rostro de satisfacción.


    — ¡Me niego!, no tengo razones para sostener una relación de tal tipo –Conteste por mi parte cubriendo algo de ese sonrojar en mis cachetes.


    — ¡Qué tierno eres intentando ocultar el hecho de que estas abochornado! –Comenta la sociable bruja de cabello corto anaranjado hacia mi persona.


    Haciendo a un lado el bochornoso momento, la hermana mayor de Riza, Liha Gramwind, explica la razón de su retorno al pueblo. Si bien ella se marchó de Windaz a la edad de 10 tras finalizar su último año en la escuela a los 9, partió para ampliar sus conocimientos de magia y fortalecerse, estando afuera por 3 largos años y ahora a los 13 ha regresado a su sitio natal.


    Su retorno se debe porque pronto darán inicio a la “Competencia Juvenil entre aquelarre”, un evento realizado entre varios aquelarre que se da cada 5 años con el propósito de exhibir a las más talentosas y juveniles brujas.


    Cada aquelarre envía a tres de sus mejores y jóvenes miembros al lugar donde se llevara a cabo, la regla dictan que debe ser una bruja que no superen los 20 años, es decir con tener 21 ya no podrá participar en la competencia.


    Dicho evento trata principalmente de enfrentamientos entre diversos aquelarres donde participarían clanes pequeños como grandes, es básicamente un torneo de combates mágicos y todas ellas sobre brujas, por supuesto el grupo vencedor de esta competencia se llevaría un merecido premio en grandes cantidades de oro y el reconocimiento como las más jóvenes y fuertes brujas de la generación.


    Y ella no era la única, había visto a otras brujas de edades adolecentes que nunca antes note pese a que llevo ya 5 años en el pueblo, ¿también habrán venido del exterior tras una larga ausencia?, 3 serán escogidas para ese evento, no me cabía la menor duda de que la hermana de Riza podría ser una de ellas.


    Una campana se hizo sonar convocando a todos los habitantes hacia la capilla, allí la Eldar como toda una política emprendió un discurso acerca de la competencia de aquelarres y a las nominadas del pueblo para participar, siendo un total de 9 brujas que no superaban los 21 años y la más joven del grupo era Liha Gramwind.


    Se debatió la elección en combates de 1 VS 1 similar al duelo que tuve contra Riza hace tiempo, como costumbre las reglas eran dejar inconsciente a tu oponente sin matarlo, tras terminar los preparativos del escenario comenzaron los encuentros.


    Fuego, tierra y otros elementos eran lanzados entre las combatientes, círculos mágicos aparecían en el aire o delante de la palma de una bruja al apuntar a su rival desatando ataques mágicos de mayor poder destructivo comparado a aquellos realizados sin dichos círculos, había leído que los círculos mágicos solo aparecían en ciertos conjuros o cualquier movimiento mágico que poseen una mayor concentración de mana, en pocas palabras se estaban dando con sus mejores técnicas.


    Eventualmente los combates finalizaron dándose a conocer las tres brujas ganadoras; Talía Archan (17 años), Julia Rodra (15 Años) y Liha Gramwind (13 años), fueron las victoriosas elegidas por el aquelarre Windaz para participar en la competencia, me compadezco por la que se enfrentó a la hermana de Riza, la maldición incura en sus heridas le dolerán por días hasta que esta desaparezca, por fortuna no fueron lastimaduras serias, solo tenía algunos raspones y hematomas causadas por contundentes golpes de magia de viento, no es de negar que esa chica tiene un dominio de combate con su magia años a luz que su pequeña hermana.


    Poco después una celebración se llevó a cabo por las brujas ganadoras y al día siguiente se emprendió la partida del trio elegido hacia el destino del lugar en donde se llevara la competencia, en la puerta de la residencia Gramwind se encontraba Riza despidiéndose de su hermana mayor.


    — ¿Volverás a casa después de la competencia? –Le pregunto Riza.


    —Me temo… que no será posible –Contesta Liha con un gesto algo afligido.


    —Entonces… ¿no volveré a verte en mucho tiempo otra vez?.


    —No digas eso, puede que la distancia nos separe, pero el recuerdo nos mantendrá unidas, antes de irme quiero entregarte esto.


    El obsequio era un rosario de color blanco y negro que tenía incrustado en el centro una piedra preciosa roja con forma de lágrima, pareciendo en cierto modo místico a la vista.


    —Este objeto… ¿es un rosario de Lacrimosa? –Pregunta Riza.


    —Sí, la olvidada diosa Lacrimosa, aquella cuya leyenda decía que sus lágrimas eran capaz de curar cualquier cosa, incluso la misma muerte –Contesta ella poniendo el rosario a su hermana.


    —Pensé que el culto de Lacrimosa había desaparecido hace casi un siglo con todo artefacto procedente de ella, esto es algo de mucho valor, ¿por qué entregármelo?.


    —Que preguntas las tuyas, es un regalo de tu querida hermanita mayor, con ello recordarme será más fácil y además este preciado rosario te protegerá, como dicta la leyenda de la diosa.


    —Te echare de menos…


    —Yo también hermanita.


    Un abrazo entre hermanas es seguido de una emocionalmente dolorosa despedida, pero reconfortado por el lazo de su hermana, Riza sujeta con ambas manos el rosario como si rezara por el bienestar de Liha deseándole suerte en su viaje, desde entonces todos los días empezó a llevar el rosario en su cuello.


    Con el pasar de los meses el momento llego, el día en que mi hermana nació y vino a este mundo bautizado con el nombre de Laiza Drayt, resulto ser un parto normal sin complicaciones, Laiza era una adorable bebe con muchos rasgos heredado de madre tanto en lo físico como mágico y así la familia creció con el quinto reciente miembro.


    Continuara…
     
    Última edición: 22 Octubre 2016
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    CAPITULO 14 INNOVACIONES & TRAGEDIA


    PERSPECTIVA: Rozuel Drayt


    [EDAD: 8 años]


    Finalmente mi nueva creación esta lista, bueno de hecho la finalice hace dos años, pero le he añadido ciertas mejoras desde entonces. Primero que nada debo resaltar que arma he fabricado y optimizado hasta ahora.


    En mi anterior vida como traficante de armas, he fabricado tantas veces a esta belleza mortífera, de hecho con ella he logrado ventas record más de una vez, la apodan como “pequeña bastarda de destrucción masiva” por ser el arma más proliferara del mundo en toda la historia de la humanidad desde su invención, hablo del rifle de asalto AK-47.


    Desde su creación a manos de Mijaíl Kaláshnikov, este rifle ha sido un éxito constante al punto de ser incluso fabricado y utilizado por grupos criminales, llegando a ser empleado en conflictos bélicos tanto de pequeños como a grandes escala, la razón son varias.


    Primero por su baja manufacturación (su producción en masa es económico), además de tener una buena potencia e increíble resistencia al deterioro, un fusil AK-47 pocas veces se trabara aun si no tiene un buen mantenimiento o si el polvo la cubre, haciéndola tan fiable y de excelente elección para combates del tipo guerrilla, es por eso que grupos terroristas llevan usándola como arma predilecta por muchas décadas.


    Logre construir mi propia AK-47 a los seis años después de pasar por mucha revisiones, es increíble la cantidad de tiempo invertido tomando en cuenta el número de veces que hecho esta arma con anterioridad en mi anterior vida, supongo que mi nuevo cuerpo trata de asimilar el crear algo más complejo que una pistola o uzi.


    Entre sus nuevas mejoras con el paso del tiempo, primero incluí una mira telescópica que tome del cristal de aumento empleado en telescopios que conseguí gracias a mi padrastro Walter, la mira se asemeja a un monóculo el cual adherí a la parte superior del rifle al fundir los bordes con metal para crear el soporte de esta, lo segundo es la creación y utilización de un diferente tipo de munición.


    Verán con el pasar de los años y gracias a mi viejo con algunos de sus contactos de mercader, logre que me consiguiera una piedra mágica de fuego de esencia pura, las más económicos son las “esencia parciales” en el que albergan el elemento adentro (en el caso de una de fuego una pequeña llama) y la piedra sirve como sello para encerrar y emplear su poder, pero las piedras mágicas del tipo “esencia pura” fusionan tanto la magia del elemento como la piedra dando por resultado que todo el objeto sea un cristal puro envuelto en poder, en cambio en una de esencia parcial la piedra no tiene propiedades del elemento, tan solo invoca el poder del dicho elemento que yace en su interior hasta acabarse (en el caso de una de fuego hasta que la llama se extinga), mientras que una de esencia pura se acaba hasta que todo el cristal desaparezca.


    De aquí se me ocurrió una idea, extraer una diminuta porción de la piedra de esencia pura de fuego y colocarla dentro de una bala al fabricarla, el resultado es la creación de balas incendiarias, al impactar está en un objetivo, la inercia del choque provoca el estallido del fragmento desatando fuego en el blanco, lo que produciría además de la herida de la bala daño extra elemental de fuego mágico, esta fue mi teoría y cuando fabrique el primer cargador de munición incendiaria del AK-47 fue un éxito total.


    Pero no me detuve allí, a los 7 años mi viejo Walter consiguió una piedra de esencia pura de rayo, creando mi denominada “munición eléctrica”, claro que no podía darme el lujo de malgastar al montón, verán el costo de una piedra de esencia pura es cara, pero muy cara, y en mi poder tan solo albergaba una de fuego y otra de rayo que me fue regalada en mi cumpleaños por Walter, de modo que calcule la producción de dicha munición con mucho cuidado obteniendo en total por una piedra entera tres cargadores enteros de cada uno.


    Aclaro que intente hacer lo mismo con una de esencia parcial, pero debido a que el cristal de estos no alberga la mismas propiedades que una pura me resulto imposible, además de que si una del tipo parcial se daña o se rompe saliéndosele el elemento de su interior sellado, esta pierde su magia porque el chiste es que es la fuente de su poder.


    Pero no me detengo allí, además del AK-47 y sus mejoras, también logre crear hace poco otro tipo de arma, una granada, no una explosiva sino de otro tipo, que conste que en esta no use fragmentos de piedras de esencia pura, sino otro material, se trataba de un gas (no inflamable) verde oscuro producido por plantas que crecen en cuevas subterráneas en donde todo el sitio está inundado de este compuesto gaseoso creando una atmosfera que sustenta la vida vegetal que crece en esas áreas, las plantas no tienen mucho valor pero si este verdoso gas.


    Este compuesto gaseoso de fétido aroma es comercializado como un poderoso repelente que se imbuye en las cosechas para no ser víctimas de insectos u otros depredadores herbívoros, su aroma letal no altera a las plantas al que se las coloca (de modo que son comibles una vez cosechadas), su obtención es algo complicado, muchos profesionales usan artilugios especializados que constan de esferas (u objetos con otras formas) de vidrios mágicos cuyo efecto es dejar que el gas pase a través del material pero no salir de esta, algo bastante útil, la única contra de este trabajo eran los medios para combatir su fétido olor durante la recolección, algunos se cubrían la nariz con algo aguantando la respiración lo más posible y otros usaban artefactos mágicos para cubrir sus fosas nasales acompañado de magia elemental de viento que les brindaba soporte de aire para respirar, eran los medios más empleado dado a que aún no existían mascaras anti-gas en este periodo.


    Originalmente Walter traía en recipientes de vidrio este material por petición de brujas encargados de grandes cosechas del pueblo, mi instinto de curiosidad me hizo asomarme para verlo más detalladamente, lo investigue y llegue a una conclusión.


    —“¿Y si lo usara como arma?”


    No he leído o indagado sobre que hayan usado este gas repelente como un medio bélico, entonces seria provechoso que yo le sacara partido a la situación, le pedí a Walter de ser posible conseguir un poco más de ese gas para mi uso personal, el cual no tuvo problemas para ello.


    Tome como referencia el diseño de una granada de fragmentación, solo que en vez de pólvora tendría en su interior este compuesto gaseoso y el objeto en si tiene como composición única puramente metal, aquí me complique bastante debatiéndome como sería posible lograr que la granada liberase el contenido de su interior, aunque podía crear dicho objeto con mi don de materialización no había un detonador ni nada por el estilo para llevar a cabo la función de “estallar”, fue entonces que se me ocurrió otra idea.


    ¿Y si en el anillo de seguridad al retirarla enviase una señal a la granada por medio de mi PSI para dar la orden de abrirse en una cuenta regresiva?, como mi poder es la manipulación del metal, estaría implementado dicha función en un efecto retardado, de hecho de lograrlo estaría nuevamente ejerciendo un MIP (Movimiento de Influjo Psionico).


    Lo creí imposible ya que siempre requería de tocar el metal para manipularlo, pero sucedió, primero use granadas vacías como practica y puse a prueba mi teoría, puse mis manos sobre el anillo de seguridad concentrándome en esa orden mental, lo que debería suceder es que cierta porción de mi PSI quede impregnado en esta, de esa manera al retirar el anillo se activaría un temporizador psíquico que en pocos segundos partiría la granada a la mitad.


    Los primeros intentos no hicieron nada, en el segundo la granada pareció moverse a los pocos segundos de quedar inmóvil en el suelo como si hubiera querido partirse, al tercer intento lo conseguí, la granada se abrió pero el tiempo estimado fue de 25 segundos, originalmente deseo que ese tiempo se reduzca a 5, ya que 25 es demasiado y si me encontrara en un combate real le estaría dando demasiado tiempo a mi enemigo de reaccionar a mi movimiento.


    No fue sino hasta el octavo intento en que conseguí un control estable y equilibrado del tiempo de su “detonación”, cree otras granadas de práctica iguales para poner a prueba el mismo resultado y funciono, cabe decir que para mayor comodidad al sostener una, altere el metal de esta haciéndola más ligeras a la mano, procurando no reducir drásticamente mucho de su peso ya que le quitaría bastante resistencia y si fuera demasiado liviana el viento podría afectar su trayectoria al lanzarla.


    Rellenar la granada fue algo difícil, cuando se usa este gas sobre plantaciones se la vierte con una botella de vidrio como si un líquido se tratase. En mi caso al crear una granada entera (vacía), le hago momentáneamente un agujero manipulando el metal y en ella deposito el pico de la botella hasta llenar el objeto, una vez hecho manipulo el mental nuevamente del material y cierro el agujero lo más pronto posible.


    Walter me trajo lo suficiente como para crear 9 granadas en total, una tarde en el bosque decidí usar una para probar su funcionamiento y ver resultados. Al retirar el anillo y lanzarla se inicia la cuenta de 5 segundos, pasado el tiempo se parte en dos liberando de forma masiva su contenido al exterior como una cortina de humo verdosa, no solo había creado un arma secundaria efectiva para entorpecer a aquellos inmersos en esta sino que además era excelente para obstaculizar la visión de otros que se encuentren fuera de rango para ser afectado, pues este gas era tan espeso para ver a través de ella y tarda un buen rato en desvanecerse por completo.


    —Hermano…


    Esa voz familiar, en medio del bosque se presenta una pequeña niña bruja de cabello marrón y ojos castaños.


    — ¿Otra vez probando tus extraños inventos? –Pregunto ella.


    Esa niñita era Laiza Drayt, mi pequeña hermana, había cumplido hace poco su tercer año, sus parentesco físicos se asemejaban bastante a madre, sin duda tomo mucho de su herencia.


    — ¿Qué puedo decir?, me gusta experimentar –Digo por mi parte —Me imagino que habrás hecho tu tarea antes de venir aquí.


    —Eso debería preguntarte yo, pasas la mayor parte del tiempo con tus raros artefactos que casi ni estas en casa, puede que papa, mama y Euber no lo noten… pero yo lo sé.


    Se ruborizaba de solo mencionarme ese detalle que parecía adorable, comprendí su punto y di mi respuesta.


    —Puede que tengas razón, ¿qué te parece si este fin de semana la pasamos todos en familia?, este sábado habrá una festividad para conmemorar otro año desde la fundación de Windaz, ¿cuántos años es que tiene el pueblo ahora?, creo que son…


    —125 Años es la edad de Windaz, este sábado cumplirá 126 desde su fundación, ¿te olvidas de algo tan básico?, eso es por prestarle demasiada atención a esos inventos tuyos.


    Pequeña e inteligente, tomo rasgos intelectuales a solo dos años de edad y a los tres fue catalogada como un poder mágico de nivel B, pero se estima que con practica puede ascender a ser una bruja de nivel A.


    — ¿Eso en tu hombro es una herida? –Pregunto ella al mirar fijamente mi hombro derecho.


    Tenía un pequeño golpe provocado accidentalmente al lanzar una de las granadas de practica y perder en el proceso el equilibrio hasta caer dándome en el hombro contra una roca dura en el suelo, no era algo alarmante pero siendo Laiza como es, no duda en hacer algo al respeto.


    Coloco una de sus manos sobre esta y la curo de inmediato al manifestar sobre la palma un poco de agua que recubrió el lastimado e hizo desaparecer todo rastro de este, cesando hasta el más mínimo dolor que emitía.


    —En verdad te pareces tanto a madre, algún día vas a ser una talentosa curandera –Le dije acariciando su cabeza.


    —Y-ya por favor, aún es pronto para alardear sobre mi poder mágico, aunque… gracias por el cumplido –Comenta ella sonrojándose.


    Culmino por hoy con mis artefactos retirándome del bosque junto a mi hermana, en el camino me encuentro con Riza quien en su hombro albergaba un pequeño animal de inusual aspecto de ardilla de ojos azules y un pelaje rojizo que emitía un aura en forma de diminutas chispas continuas y la punta de su cola tenía una flama.


    — ¡Oh!, ¿¡eso es un espíritu familiar!? –Dijo Laiza con asombro y maravilles al observar a tal criatura.


    —Sí, logre mi contracto hoy con este pequeñín al cual bautice como Pyr –Responde Riza acariciando la barbilla del mágico ser.


    Había leído sobre ellos, los espíranos o llamados comúnmente espíritus familiares, son seres provenientes su propio plano denominado Espiria, estas criaturas pueden pactar con cualquier mago que tenga afinidad con ellos.


    —Que adorable –Opina Laiza acariciando la cabeza del animal espíritu.


    ¿Se supone que esa cosa sea bella?, a simple vista uno se daría un buen susto al ver un animal así, pero viniendo de Avalia no me sorprende su concepto de belleza.


    —De modo que no soy el único en pulir nuevas experiencias.


    —Lo mismo digo –Comenta Riza mirando las granadas que realice — ¿Y qué hace tu nuevo “juguetito”?.


    —Hmmm… puede que pronto lo sepas, al menos claro que los malos olores no te traumen.


    —¿Qué significa eso?.


    El continuo ruido del habla unísono de mucha gente llama mi atención, todos miraban hacia un punto en específico y antes de acercarme por curiosidad para ver que se trataba, entre ellos se muestra alguien caminando con mucha prisa con una pierna cojeando, observando atentamente a ese individuo me doy cuenta que era nada menos que Euber.


    Estaba sucio, malherido y con la ropa estropeada, dirigiéndose a mí con una agitada respiración hasta alcanzarme y tomarme de la camisa para mantenerse de pie, parecía que en cualquier momento colapsaría y observándome con unos desesperados ojos me susurra al oído.


    —C-c-c-c-colina… iglesia… forajidos… d-d-de… Lars…


    Fueron sus únicas palabras antes de perder la consciencia. Al poco tiempo fue llevado al hospital donde comenzó su tratamiento, no sé cuántas horas pasaron pues ya era de noche y aun no había noticias de Euber, tanto mi hermana como yo seguíamos esperando alguna novedad.


    Una de las curanderas sale de la sala en donde se internan a los pacientes, me levanto preguntando por el estado de mi hermano, pero ella con una vista baja y demacrado rostro emocional se niega a dármela, por lo que decido entrar para verlo con mis propios ojos, pero ella me sujeta deteniéndome e insistía más de una vez de que no lo hiciera.


    De la desesperación me libre de ella al empujarla y aproveche para entrar, apenas llego vi a madre llorar intensamente sobre la cama en donde yacía Euber, con una sábana encima cubriéndole.


    —No… no puede ser…


    Me acerque retirándosela y tomando de sus hombros para despertarlo pero sin importar cuantas veces lo hiciera todo era en vano, sus ojos no expresaban signo de respuesta y su cuerpo estaba rígido, las curanderas del lugar me detuvieron alejándome de él para tratar de calmarme, tenía la mente de un adulto pero negaba la realidad y era que Euber estaba muerto. Laiza aprovechando la confusión entra y al verle a su hermanastro fallecido, rompe llanto también como madre.


    Lo que lo mato fue un veneno sumamente letal, antes de que pudieran tratarlo la toxina ya había alcanzado varios órganos vitales. Según en conclusión sacada por las autoridades del pueblo, la carreta de Walter fue asaltada por bandidos, la herida envenenada de Euber fue provocada por el impacto de una flecha en su espalda y con esa prueba estaban seguros.


    No podía llorar de tristeza, no podía gritar de la desesperación, porque lo que realmente sentía por dentro no era pena, era rabia, una descomunal acumulación de ira hacia los responsables de esto, ahora lo recuerdo, Euber lo dijo.


    —“Forajidos de Lars”…


    Pronto me entero de que la Eldar como Naya y las hábiles mujeres con experiencia en combate tenían en mente llevar a cabo un grupo de búsqueda para hallarlo, no solo Walter corría peligro sino también las dos escoltas que la acompañaban quienes era brujas del pueblo, dado a que se desconocía si ellos estaban vivos o muertos, estaban empeñados en encontrarlos.


    —Pido ir en ese grupo también –Solicite yo.


    —No, tienes que quedarte aquí y apoyar a tu madre y hermana, ellos te necesitan aún más ahora –Negó Naya mi petición.


    —Puedo hacer más ahí afuera que ser un soporte emocional aquí, ¡así que iré también!.


    — ¡No lo harás! –Dijo la Eldar tras escucharme —Puedo entender perfectamente tu pesar, pero marchar de forma imprudente con el frenesí de odio que sientes no hará más que traerte infortunio, déjanos esto a nosotras y ve con tu familia.


    —¡Me niego!, no pienso quedarme de brazos cruzados cuando el infeliz de mierda que mato a Euber sigue ahí afuera, ¡yo también iré!.


    — ¡La respuesta es no y es una orden de tu Eldar!, no me obligues a tomar medidas severas contigo, no quiero hacerlo pero lo hare con el fin de que no cometas una tontería.


    —Inténtelo si puede.


    Me marche del hospital tras ese intercambio agresivo de palabras entre yo y la Eldar. A diferencia de todas ellas, yo tenía una clara idea de donde podría estar Walter, las últimas palabras de Euber (“Colina” y “Iglesia”) nunca se las comente y antes de marchar me fui a casa a prepararme.


    Continuara…


    EPILOGO:


    PERSPECTIVA: Tercera persona…


    Caminando a altas horas de la noche en el bosque del pueblo se hallaba Rozuel que tras escabullirse de Windaz decide llevar a cabo su sendero de venganza, estaba armado con todo lo que su ingenio y don había creado, en su espalda llevaba su AK-47 sujeta con una correa para portar el fusil, sobre su cintura albergaba un cinturón marrón con varios bolsillos hecho por él para cargar la munición, las granadas y el resto de sus cosas preparado para ir a una guerra personal.


    En su camino su paso es bloqueado con la aparición de una bruja de rostro conocido que intenta impedir su cometido, era la misma muchacha de la vez en que el pueblo fue atacado y ella sola defendía el punto este.


    —Nos vemos de nuevo, mocoso –Saludo ella con un rostro serio.


    —No interfieras –Le responde Rozuel con la misma faceta.


    —La Eldar me lo conto todo, ¡estas cometiendo una estupidez!, ¡solo la desgracia acompañan a los ineptos que se dejan llevar por tales razones!.


    —No volveré a repetírtelo, apártate.


    —Lo siento, mocoso, pero de ser necesario te detendré por la fuerza, es por tu propio bien.


    —Como quieras, que así sea entonces.


    La bruja adopta una posición defensiva esperando cualquier movimiento por parte del muchacho, ella estaba al tanto de su peligrosidad y las herramientas con la que combatía a sus enemigos, no podía evitar sentirse nerviosa.


    Rozuel no uso su fusil, ni su pistola o uzi, sino que tomo una de las granadas que llevaba consigo y se la arrojo a la bruja, ella desconociendo tal artefacto miro al objeto con ojos fijos hasta que esta se abre liberando un pútrido gas verdoso que entorpece su respiración y comienza a afectar su consciencia.


    — ¡Este gas…!


    Corre deprisa desesperada por salir de la cortina maloliente y al conseguirlo respira con agites para recuperar el aliento perdido, fue en ese preciso momento en que su guardia bajo y el chico por su retaguardia la ataco dándole con la culata del AK-47 en la nuca dejándola inconsciente.


    —Nadie impidiera que consiga mi objetivo, ¡nadie!...


    La joven bruja despertó 30 minutos después, otras habían llegado al lugar pero ya era tarde, Rozuel para entonces lejos estaba de su alcance.


    Continuara…



    NOTAS FINALES:


    1: [EPILOGO]: Habrán capítulos que tendrán epílogos que narran pequeños fragmentos ya sean de otros personajes o por un narrador en tercera persona.
     
    Última edición: 22 Octubre 2016
  15. Threadmarks: CAPITULO 15 RUTA DE VENGANZA
     
    Sylar

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    CAPITULO 15 RUTA DE VENGANZA


    PERSPECTIVA: Rozuel Drayt


    Estaba muy cerca del lugar, unos minutos más de caminata y llegaría, pero no podía correr el riesgo de confrontarlos en medio de la noche, mi visión no es de la mejor en la oscuridad y puede que entre ellos haya hábiles magos adaptados a combates nocturnos que me lo hagan difícil con su magia.


    Debía ser paciente y me quede en medio del bosque para encender una fogata y reposar allí hasta el amanecer, estaba lo suficiente lejos como para que me percibieran, de hecho es imposible que lleguen a verme, conozco el lugar en donde estaban y la razón del porque no verían la luz del fuego a esta distancia.


    En mi mente se reproducen recuerdos de aquellos días, la primera vez que acompañe a mi padrastro Walter y Euber en su trabajo como comerciante, fue cuando tenía 6 años y estaba empezando la fabricación del AK-47.


    Era un espléndido día por el bosque, en la carreta además de los tres teníamos como compañía extra a dos brujas del pueblo en la parte trasera como escoltas de seguridad, ambas no pasaban de los 30 años y eran apta para el combate por lo que fueron las elegidas para asegurar el recorrido de mi viejo tanto ida y vuelta.


    — ¿Y a donde nos dirigimos primero? –Pregunte yo.


    —Comenzaremos con ir a Sota y después a la aldea de Argoh –Me contesto Euber.


    — ¿Argoh?, leí por ahí que ese poblado es el más popular de esta área.


    — ¡Jajaja!, y lo es –Comenta emocionado Walter —Allí está el gremio de comerciantes, pero lo que resalta su popularidad es que en ese lugar es donde se encuentra el gremio de aventureros más cercano.


    Aventurero, un oficio que consiste en variedades de trabajos en donde la mayoría de las ocasiones pones tu vida en juego, casi parecido a un típico RPG, desde cazar monstruos, búsqueda de objetos y otras variedades de misiones, solo que aquí todo es real, tanto el dolor, estrés, desangrarse, quedar lesionado de por vida y por supuesto morir, no hay segundas oportunidades, en mi caso una tercera.


    —Dime Rozuel, ¿qué harás cuando seas grande? –Me pregunto Walter.


    — ¿Qué hare?, Hmmm…


    No lo había pensado, a los 9 años culminaría mi educación en Windaz y el resto dependerá de mis cualidades para sobrevivir en el mundo, las únicas características con la que contaba era mi habilidad ESP y mis armas de fuego, obviamente volverme un traficante como en mi anterior vida no era lo que elegiría en esta ocasión.


    Se me fue concedida una segunda oportunidad, con una amorosa madre, una pequeña hermanita, un querido padre y un hermano algo aburrido pero buena persona, debía aprovechar esta vida y voltear el camino para elegir un destino acorde a mi estilo, algo que hiciera sentir con orgullo a mis seres queridos de Avalia por brindarme lo que en mi anterior mundo no tenia, por supuesto que lo que busco debería estar en mis facultades, ¿pero qué cosa seria?, ¿qué oficio destaca para alguien como yo con mis capacidades actuales?.


    —Si por casualidad quieres ser mercader, con mucho gusto puedo enseñarte todo lo que se de este oficio junto a Euber, así tú y él podrían juntos llevar el negocio cuando este cuerpo no pueda más, ¡como un equipo familiar!, ¡jajaja! –Dice con todo buen humor el viejo Walter.


    —Eres demasiado animado para alguien de tu edad –Opine yo.


    —El maestro Walter tiene un estricto código moral de siempre mantener un buen ánimo y una sonrisa aun en las peores situaciones –Agrego Euber.


    —Euber, sabes que ahora tienes que decir “papa” o “padre”, ya que somos todos una familia, ¡y como familia no hay mejor forma de pasarla entre padre e hijos que un día de honesto trabajo arduo, jajaja!.


    Normalmente hacer trabajar a menores de edad no lo catalogaría de “honesto”, pero dado que dicho concepto aún no existe en este mundo y considerando mi mentalidad adulta, no me importaba ayudar con el negocio, de hecho me sentía bien acompañarlos y charlar con ellos, ¿será esta la calidez que uno siente al tener un padre y un hermano?.


    La carreta seguía un particular camino por el bosque, al llegar a un cruce nos vimos detenidos por la presencia de 6 hombres armados con dagas y espadas con pinta de saqueadores, de hecho obviamente eran eso.


    — ¡Alto!, para pasar deben pagar un tributo para tomar este camino y “no hacerlo” no es opción –Nos comunicó uno de ellos como líder del grupo.


    —No recuerdo que por esta ruta se cobrara un peaje, he pasado tanta veces que es la primera vez que sucede esto –Dijo Walter.


    —Digamos que ahora este camino tiene dueño, ahora quiero ver esos Bals.


    Las brujas no iban a quedarse quietas pues en cualquier momento se echarían contra ellos con toda su fuerza, observe a los vulgares ladrones y no parecía haber algún mago entre ellos, aunque claro la mayoría de las veces es difíciles de percibir a uno si estos no usan o exponen algo de su magia para revelarse como tal, por lo que decidí involucrarme en esta situación.


    —Esperen un momento –Les pedí a las brujas no interferir aún —Dígame buen hombre, ¿cuánto es el coste del peaje?.


    —Se ve que eres un buen chico, iba a ser 20 Bals por cada persona, pero como me caes bien se los dejo en 15 –Notifica el hombre líder del grupo sabandija.


    —Que amable de su parte, permítame pagarle –Dije yo tomando por consiguiente la pistola Springfield XD de mi cintura.


    ¡BANG!


    Fue un disparo certero y justo en la frente, matándolo al instante.


    —Conserve el cambio, idiota.


    Los demás individuos al ver a su supuesto líder abatido fácilmente con un arma extraña, se dieron a la fuga con rostros demacrados de miedo, permitiéndonos seguir nuestro camino sin ningún problema.


    — ¡Eso fue increíble! –Opina Euber —Hermano, ¿no has pensado en vender tales artefactos mágicos?.


    —Euber, sabes que no hay que ser tan ambicioso, Rozuel tiene sus razones para no hacerlo, ¿no es así? –Dijo Walter por su parte.


    Mi padrastro estaba al tanto de mis creaciones y de su capacidad letal, pero nunca se le paso por la mente el preguntarme si tenía tal interés en ofrecer lo que creo a otros por cierta suma monetaria, pese a ser un comerciante, tenía una buena ética racional tanto en su oficio como ser humano.


    —Sí, padre –Conteste yo.


    Los acompañe varias veces en otras ocasiones, nunca jamás (incluso cuando no iba con ellos) se toparon con bandidos o personas de mal agüero en su camino, son y serán momentos inolvidables para mí.


    Regresaba al presente tras emerger de mis recuerdos con la vista en la fogata, justo un leve ruido se hace notar entre arbustos a mis espalda, era de esperar que no estaría a salvo estando solo en medio de un bosque en plena noche, supuse que se trataba de la salvaje fauna nocturna.


    Me mantenía fingiendo ignorar de tales ruidos y mientras lo hacía prepare mi AK-47 sosteniéndolo en mis manos, el rifle contaba con un selector de fuego entre “seguro”, “semiautomático” y “automático”.


    Estando en “Seguro” el arma era incapaz de ser utilizada (la balas no se disparan), en “automático” las armas son disparas a modo de ráfaga y la modalidad “semiautomático” estas son disparas de a uno, por mi seguridad y mayor confianza me dispuse a usarlo en modo automático.


    Algo salió entre las hojas dirigiéndose a paso rápido hacia mí, doy vuelta al instante y le propino unos disparos de mi rifle, la criatura es eliminada y mirando fijamente se trataba de un lobo.


    —Esto no es bueno, los lobos por lo general andan en…


    Cinco de ellos se me aparecen de frente, mantuve la calma y comencé a dispararle logrando acabar con dos, los tres restante tenían en mente rodearme tanto a mi izquierda, derecha y retaguardia, pero acabe de inmediato con los primeros dos quedándome únicamente el que iba a darme caza por la espalda.


    Me di vuelta para apuntarle pero el salvaje animal ya no estaba, ¿habrá huido del miedo al ver a sus compañeros morir?, me relaje de momento y sin previo aviso ese lupino me toma por sorpresa atacándome desde mi costado derecho, dio un amplio salto abriendo su mandíbula para darme un bocado mortal, calculando mis posibilidades seria tarde para mi lograr voltear y apuntarle con el rifle a tiempo.


    — ¿Voy a morir aquí entonces?, ¿devorado por un mísero lobo? –Me pregunte en mis pensamientos con frustración.


    Pero de la nada un inesperado milagro ocurre, un encapuchado de túnica marrón aparece de manera veloz propinándole un rodillazo a la bestia en el abdomen, el golpe impulsa al salvaje animal a cambiar su trayectoria y darse contra un árbol, sin embargo logra ponerse de pie pero huye del lugar algo atontado gimiendo del dolor.


    Mirando detenidamente al misterioso individuo que me salvo, su altura se asemejaba a la mía, solo superándome por unos centímetros, pero daba a entender que su edad podría o no ser como la mía, la túnica que portaba cubría completamente sus brazos y piernas, ni siquiera sus manos o pies eran visible, ya que usaba guantes y botas negras.


    —Tienes un arma bastante inusual, ¿qué es esa herramienta de color negro? –Me pregunto el individuo denotando una voz claramente femenina e infantil.


    Entonces estaba bastante claro que era alguien de una edad muy corta y se trataba de una chica, ¿pero porque el excesivo uso de vestimenta hasta el punto de no dejar ver nada de piel en ella?.


    — ¿Quién eres? –Pregunte yo.


    —¿Esa es tu forma de agradecer a las personas que te ayudan?.


    —Ciertamente estoy agradecido, pero cuando se trata de confianza y considerando el lugar en el que estoy, me es bastante difícil no sospechar de malas intenciones.


    —Hmmm… no eres uno de ellos.


    —¿uno de ”quien”?.


    —De los forajidos de Lars, los estoy buscando, ¿sabes quiénes son ellos?.


    —Sí, los conozco, ¿por qué molestarse en buscar a un peligroso grupo compuesto por mercenarios y ex-soldados con magos entre ellos?.


    —Hay alguien a quien tengo que encontrar y ellos la tienen cautiva, ¿qué hay de ti?, ¿qué hace alguien tan joven en medio del bosque a esta hora?.


    —También los estoy buscando, tienen a alguien a quien debo salvar.


    —Nuestros objetivos tienen mucho en común, oí que por esta zona se encuentra operando actualmente Lars y sus forajidos, pero… desconozco donde exactamente, ¿qué dices tú?, ¿tienes alguna idea de donde podría estar?.


    —Quizás.


    —¡Por favor, dímelo!.


    En el momento en que mencione la posibilidad de que supiera (cosa que se) sobre donde estarían escondido los forajidos de Lars, ella se acercó bastante a mí levantando la voz para rogar que se lo dijera.


    —Si te lo digo, ¿qué vas a hacer? –Le pregunte.


    —Ir tras ellos –Me contesto de inmediato.


    —Asaltarlo en medio de la noche no es la mejor de las ideas, es mejor esperar hasta que el amanecer.


    —La oscuridad no es un problema para mí, eso no me afecta en nada, así que por favor dímelo.


    — ¡Me niego!, puede que a ti no te afecta pero a mi si, si te digo la ubicación de donde están y los atacas de manera apresurada, una vez que acaben contigo de lo cual estoy seguro, estarán más alerta para cuando yo llegue a ellos y eso me complica las cosas, o en el peor de los casos corro el riesgo de que se marchen de allí y mi rescate se vaya al carajo, así que paso, no pienso bajo ninguna circunstancia decirte en donde están cuando soy yo quien más pierde.


    Mi decisión parecía haberla molestado, no podía saber con exactitud cuánto dado que sus expresiones faciales estaban oculta, aunque en caso de que intentara algo violento, mi AK-47 aún le quedaba la mitad de las balas del cargador que usaba (y dicho cargador era uno normal).


    —De acuerdo, te propongo esto, esperamos hasta el amanecer y me llevas contigo hacia donde están ellos, ¿te parece bien? –Me propuso ella.


    —Bien, pero no quiero que vayas a arruinarlo haciendo las cosas de manera precipitada, haremos esto a mi manera de una forma estratégica y no de manera suicida lanzándose al frente sin pensarlo, ¿de acuerdo?.


    —De acuerdo, que así sea entonces.


    Ella acerca su mano izquierda para estrecharla con mi derecha en señal de cerrar el acuerdo decidido, hago caso realizando el apretón para confirmar que aceptaba su compañía. Acabo de unir fuerza con una extraña aliada a la cual ni su rostro puedo ver, cuando intente preguntarle la razón del porque no dejaba ver su cara ella contesto mirando hacia otro lado.


    —Porque ya no confiarías totalmente en mí.


    Parecía haber tocado un tema sensible por lo que decidí olvidarlo, entonces ambos nos quedamos cerca de la fogata esperando el amanecer, no diré que me costó dormir considerando la enigmática compañía que tenía cerca de mí, pero lo que más me inquieta era la naturaleza de su fuerza.


    La manera en que repelió a ese lobo, cuando le dio ese rodillazo no sentí ni una pizca de magia en ella, es decir la fuerza que empleo para mandar a ese salvaje animal lejos no estaba fortalecido con poder mágico, había usado nada menos que su fuerza natural, ¿acaso es alguna especie de artista marcial?, por el tono de su voz claramente estaba sobre mi edad, quizás me superaba por uno o dos años, pero no quitaba el hecho de que aun sin magia tenía un poder físico bastante exagerado para alguien de su edad, lo que me hace la siguiente duda tomando en cuenta la forma en que viste, ¿es humana siquiera?.


    El resto de la noche se tornó tranquila pues no fuimos atacados por ningún otro animal salvaje, llegado el amanecer fui despertado por ella justo a tiempo con la luz del sol dándome en la cara, nos pusimos en marcha conmigo adelante para guiar el camino. El intercambio de palabras en el trascurso era inevitable.


    — ¿De dónde conseguiste tan extraña herramienta? –Pregunto ella.


    —No la conseguí, yo la fabrique mediante esto –Respondí yo señalando el guantelete “mágico” de mi mano derecha.


    —Esa arma… no es un artefacto mágico, ¿verdad?.


    —Así es, ahora me toca preguntar, ¿tienes algún nombre?, no creo que te agrade que te llames por “hey tú” o “chica misteriosa”.


    —Tayra, ¿y tú?.


    —Mi nombre es Rozuel, pero con Roz basta y sobra.


    —Roz, ¿tú eres un no mago?.


    —¿Y que si lo soy?.


    —Nada, solo quería confirmarlo.


    La charla ceso cuando llegamos a la “entrada” de la colina, era un extenso follaje de 40 pies de altura y también se extendía varios metros a su alrededor, de hecho la colina estaba cubierta de forma circular por este mismo follaje que actuaba como muro, pero era solo para aparentar, se podía cruzar ya que solo eran hojas y no tenía nada peligroso o molesto como espinas en ella, pasamos a través pisando en donde comenzaba la elevación de terreno.


    Caminamos con cuidados entre árboles y arbusto e hicimos contacto con el objetivo, sobre el centro de la colina resaltaba una enorme iglesia abandonada de quien sabe cuánto tiempo y no era una cualquiera, tenía tres pisos, si mal no recuerdo las previas visitas que hice en este lugar, el primer piso estaba la sala en donde se llevaba los eventos espirituales (séase misas), el segundo era en donde antes residían los habitantes de esta y el tercero daba con el campanario.


    Sobre la torre en donde yacía la oxidada campana habíamos avistado un sujeto con armadura ligera de cuero y cubriendo su cabeza con una capucha, en sus manos llevaba un arco, esto confirmaba que los forajidos de Lars estaban allí.


    No estaba solo, había otros dos arqueros vigilando en otras partes elevadas del edificio y sobre tierra unos cuantos (7 en total) habían salido a hacer su guardia, por obviedad más nos aguardaban adentro pero ya teníamos una idea de cómo empezar.


    Planifique con Tayra mi idea de cómo llevaríamos a cabo el ataque y una vez finalizado la planeación, dimos por iniciado el asalto. Tome dos de las granadas de gas repelente y le explique a ella sobre su funcionamiento.


    —Una vez que retire los anillos, lánzalas hacia el grupo de bandidos que vigilan fuera de la iglesia, yo me encargare de los arqueros –Le dije a Tayra.


    Retire los anillos de seguridad de las granadas y se los entregue a Tayra quien con una impecable fuerza acompañado de doña puntería los arroja cayendo justo encima de los blancos que le asigne, antes de que estos pudieran reaccionar a lo que cayó cerca de sus pies las granadas se abren liberando su pestilente gas que inunda buen parte del prado, generando la confusión.


    — ¡Ahora, vamos, vamos, vamos! –Exclame en voz baja a Tayra y ambos salimos de nuestro escondite.


    Continuara…



    EPILOGO:​


    PERSPECTIVA: Riza Gramwind (Muchas horas antes)…


    Era de noche y me encontraba frente a la casa de Roz, después de ser testigo de cómo la Eldar rechazaba a todo argumento de incluirle en el grupo de rescate, tenía la sospecha e inquietud de que él no se quedaría de brazos cruzados y acerté.


    En plena oscuridad él salió de su hogar, armado con todas las herramientas mortales que había creado y con la primera persona en toparse era yo.


    —Riza –Me nombro con cierto tono carente de emociones.


    —Sé a dónde te diriges –Le dije yo.


    —¿Vas a entrometerte en mi camino?.


    —No, vengo a pedirte que me dejes acompañarte.


    —Me niego.


    — ¿¡Porque no!?, me hecho lo suficiente fuerte y lo sabes, no seré una carga.


    —Lo serás y correrás el riesgo de morir.


    —¡Tú también corres el riesgo de morir!, ¿qué difiere eso?.


    —Que este es un asunto que no te concierne, ahora vete Riza y por favor olvida que me has visto.


    —No, insisto en que me dejes ir contigo.


    —Supuse que serias así de terca.


    Saco del cinturón que portaba un extraño objeto con forma de huevo y al retirar lo que parece ser un anillo de esta, me la arroja a mis pies, pronto se abre echando un horrible gas verdoso de fétido aroma, me hacía toser con intensidad y buscar con desesperación una salida de tal nauseabundo olor.


    Una vez que logre salir de esa maloliente gas, cuando esta se disipa Roz había desaparecido sin dejar rastro, con frustración caigo de rodillas al suelo pero no enojándome con él, sino conmigo misma.


    — ¿Soy… tan débil aun?.


    Continuara…



    NOTAS FINALES:


    1: [BALS]; Nombre de la moneda (o dinero) ejercida en la zona tanto en donde se encuentra Windaz como otros poblados de la región (Sota y la aldea Argoh por ejemplo), el Bals se presenta en monedas de oro (valor mayor), plata (valor medio) y cobre (valor mínimo).
     
    Última edición: 4 Abril 2017
  16. Threadmarks: CAPITULO 16 ASALTO A LOS FORAJIDOS DE LARS
     
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    CAPITULO 16 ASALTO A LOS FORAJIDOS DE LARS


    PERSPECTIVA: Rozuel Drayt


    Con una cortina de humo pestilente sobre un buen puñado de los forajidos en el prado, me centre en los arqueros que estaban en lo alto de la iglesia, corrí con cuidado subiendo la colina, desde aquí los arboles comenzaron a menguar en su número sobre el terreno elevado, elegí al que más cerca tenia para tomar cobertura antes de que mis enemigos notasen mi presencia y con el AK-47 en automático, di inicio a esta función.


    Apunte viendo a través de la mira telescópica que hice para el rifle, si bien el aumento no era tan grande comparado a las miras empleadas en mi mundo, pero brindaba el suficiente zoom (aumento) para una óptima precisión, apreté el gatillo y mi arma se hizo sentir ante mis enemigos, logre abatir a dos de ellos acribillando sus cuerpo, pero al tercero aquel que estaba sobre la campana, logro tomar coberturas atrás del instrumento recibiendo solo un disparo en su hombro izquierdo, lo había dejado herido solamente.


    —Maldición…


    Maldije el resultado debido a que la razón de mi falla al matar a ese último fue que se me habían acabado las balas, mi error yacía en mi descuido por olvidar que usaba el mismo cargador que emplee cuando me defendí de esos lobos, tenía tan solo la mitad de munición (15 de 30 balas), un error bastante estúpido sin lugar a duda.


    Tome cobertura y recargue el rifle con otro cargador del tipo normal, apunte hacia el campanario y dispare, las balas fácilmente podían travesar el metal oxidado de esa campaña por lo que ese arquero se confió demasiado al creer que podría eludir la potencia de mi arma con esa mediocre defensa.


    Pronto un creciente número de bandidos mayor a lo visto con anterioridad sobre el prado salen de la cortina pestilente antes de su tiempo para disiparse, dispare a alguno de ellos logrando acabar con un buen numero, sin embargo me veo obligado a tomar cobertura al ser atacado a distancia por alguno de ellos quienes emplean pequeñas ballestas desde sus muñecas y arrojándome cuchillos con punterías casi certera (de hecho uno casi me rebana media oreja).


    Me quedo sin balas y vuelvo a recargar, pero esta vez tengo en mente probar el nuevo tipo de munición, coloco en el rifle un cargador con munición incendiaria y decido probar su letalidad en un combate real, disparo y las primeras balas en atravesar carne y tejido dejan un daño extra en forma de ardor en llamas sobre mis enemigos.


    Aquella que impactan en los bandidos y se quedan en su cuerpo la tienen peor, pues desde adentro las balas se encienden como una pequeña antorcha quemándolos desde su interior, el agonizante gritos de las víctimas que lo padecía era prueba suficiente de cuanto sufrían antes de que la muerte calmara su agonía.


    Un mago de entre el grupo de bandidos logra repeler con éxito y suerte las tres últimas balas incendiarias del cargador con un escudo para defender a los suyos, aunque la última había logrado pasar su defensa atravesándole en su trayectoria el tobillo derecho lo que hizo perder su equilibrio y dificultando su efectividad de combate.


    —El siguiente…


    Use las balas incendiarias y ahora era el turno de la eléctrica, coloque el cargador en el rifle y dispare a matar teniendo cuidado de las flechas y cuchillas de mis enemigos, aquellas que impactaron en los bandidos y continuaron respirando, comenzaron a hacer padecer efecto repentino de la munición, los movimientos de su cuerpo se vieron entorpecido por la electricidad provocada de los proyectiles en su interior.


    Tayra sale de su escondite y al ver a sus enemigos en una desventaja tan oportuna, toma la chance de atacarlos en tal estados, demostrando nuevamente su increíble cualidades física más allá de la humana, con hábiles pasos salta sobre uno de ellos propinándole una patada en el cuello hasta rompérselo y matarle, al siguiente le arranca la nuez de adán con solo la mano y a su tercera víctima así como también la cuarta se coloca a espaldas de ellos sujetándose desde su cintura con las piernas para poner sus manos sobre su cabeza y eliminarlos por desnucamiento.


    Su forma de luchar me recordaba a las típicas películas de artes marciales en la que exagerada los movimientos con técnicas imposibles de realizar para un ser humano, todo era por vía efecto especiales, pero aquí soy testigo de cómo un individuo realizaba tales proezas con suma sencillez, era increíble.


    Para cuando el gas de la fétida granada se disipo, Tayra ya había eliminado a aquellos que deje afectados con la munición eléctrica, pero el enemigo siguió viniendo, un pequeño número (de 5) salieron de la iglesia como refuerzos y al ver a mi aliada en medio del campo con los cadáveres rodeando, sin miedo fueron tras ella, me disponía a apoyarle con fuego desde mi posición.


    Sin embargo soy sorprendido, mis ojos sobre el campanario captan movimiento sospechoso, mirando fijamente, era el arquero del hombro herido que se suponía había eliminado, para mi sorpresa estaba vivo y para el colmo descubro que es un mago, carga contra mi lanzando una flecha potenciada con magia, me cubro en el árbol tirándome cuerpo a tierra y mi cobertura es destruida de un impacto, esa flecha había derribado al árbol cuya madera era bastante gruesa a mi parecer al resistir numerosas flechas y cuchillas lanzadas por mis anteriores enemigos abatidos.


    No le doy la chance de lanzarme otra flecha, coloco un cargador incendiario y apunto contra el arquero mago disparando, el bandido de talentos mágicos se muestra hábil al situarse bajo las escaleras que dan con el resto de los pisos para buscar cobertura ante mis balas.


    —Forajido listillo –Comente algo molesto — ¡Tayra!, ¡vamos!.


    Ambos nos disponemos a avanzar a campo abierto hacia la iglesia, vigilo arriba en caso de que aquel mago del arco nos ataque, estábamos tan cerca de llegar y de inmediato más bandidos salen de allí dentro, sería una confrontación inevitable de la cual por el inmenso número de enemigos esto nos llevaría las de perder por desgaste, entonces para evitar luchar contra todos habría que pasar inadvertido sobre ellos y sabia como hacer eso.


    Tome una granada de gas pestilente y mirando cara a cara a Tayra asiento la cabeza a forma de señal que ella entiende haciendo lo mismo, quito el anillo y lo arrojo cerca de mí, acto seguido tanto yo como mi alidada nos cubrimos la nariz y tratamos de aguantar la respiración.


    La granada estalla liberando su fétido aroma que desconcentra a todo individuo cercano dentro de esta, ambos terminamos dentro de la cortina pero sacamos provecho de esta, aguantando el aliento avanzamos mientras los bandidos en medio de la confusión se centraban más en salir del espeso humo verdoso maloliente que en nosotros.


    Logramos salir de la cortina llegando a la entrada pero había otros sujetos armados esperándonos, sin embargo había previsto esto y de antemano había retirado el anillo de otra granada y arrojado sobre ellos, creo otra cortina de humo apestoso, habiendo tomado el suficiente aire volvimos a aguantar la respiración para repetir el procedimiento.


    Con esta última ya estábamos lo bastante adentro de la iglesia abandonada, en el pasillo donde se realizaban las ceremonias espirituales (piso 1), entre la confusión, poca visibilidad y los envolventes ruidos quejosos de los bandidos aprovechamos para entrar a una pequeña habitación que parece haber que era utilizado en el pasado como el vestidor personal del clérigo o cura para prepararse para las misas, el lugar no estaba tan olvidado, pues estaba bastante limpio y había un farol iluminando allí.


    Tayra tuvo un presentimiento alertándome de que alguien se acercaba y ambos terminamos escondiéndonos en un armario que teníamos cerca, dado a nuestra altura hubo espacio suficiente para los dos, pronto ingresa un bandido haciendo un chequeo rápido mirando a toda parte para buscarnos.


    — ¡No están aquí! –Notifica a los demás para después retirarse y cerrar la puerta.


    Salimos del armario al rato, de modo que todos los forajidos estaban en constante alerta y buscándonos, ya estábamos adentro del edificio ahora lo siguiente que seguía era buscar a las personas a quien hemos venido a rescatar.


    Los forajidos de Lars además de dedicarse al saqueo, también comerciaban con lo que robaban desde armas hasta incluso personas, su mejores ventas son como tratantes de esclavos y por ende deben de tener seguro un sitio en donde mantener encerrado a su más valiosa “mercancía”, Tayra con un agudo oído capto un extraño ruido que ella describió como un “leve soplido de viento”.


    Señalo que venía de un baúl que teníamos en frente, pero no comprendía el cómo era posible, hasta que ella lo movió revelando una parte del piso que tenía un color diferente al resto de la madera de la sala, descubrimos que era un pasadizo secreto que llevaba a dar con unas escaleras hasta un sótano bastante profundo, curioso que haya semejante construcción sobre una colina.


    Descendimos por las escaleras, el camino hacia abajo sí que era largo, no había duda de que si alguien llegara a caer, no habría posibilidades de que sobreviviera (al menos que por milagro lo salve alguna magia), tocamos fondo llegando a un pasillo iluminados por faroles mágicos, el lugar se asemejaba a una mina, pero evidente que aquí no había minerales, sino otra cosa de dudosa procedencia.


    Avanzamos hasta llegar al final del pasillo y terminar en una extensa sala llenas de viejos artilugios diseñados específicamente para la tortura.


    —Con que esta es “la otra cara” de la iglesia –Agregue yo en voz baja.


    Era de esperarse, siendo un mundo tipo medieval y con la religión como el poder máximo en la mayoría de las sociedades, las salas de torturas (sobre todo las ocultas) eran algo común en los edificios sacros de estos periodos, la adoración y el fanatismo excesivo venían de la mano junto a la inclemencia y la condena.


    Tayra advirtió oír los pasos de alguien acercándose, nos escondimos atrás de uno de los instrumento de tortura con semejanza a una doncella de hierro, el forajido se muestra vigilante mirando a todos lados, estaba armado con una espada y una ballesta integrada a su brazo izquierdo.


    — ¿Habrá sido mi imaginación?, creí haber escuchado algo por aquí –Dijo el bandido sin quitar la vista a su alrededor.


    En el momento en que se dio vuelta, pensé que era la mejor oportunidad para eliminarlo silenciosamente, sin embargo no contaba con el arma adecuada y no tenía la suficiente fuerza o sutileza para eliminarlo con sigilo, al menos por mi parte no contaba con tal cualidades, pero ella era otra la historia.


    Tayra con agilidad avanza a pasos sigilosos hacia el hombre y dando un gran salto cae sobre este tomándolo de la cintura con sus piernas y le sujeta con fuerza la cabeza inmediatamente con ambas manos quebrándole el cuello por consiguiente.


    —Recordare no hacerla enojar –Pensé yo tras verla matar a ese tipo.


    Continuamos por el único camino que nos ofrecía esta sala y pasando por otro pasillo llegamos a un calabozo con numerosas celdas, aquí eran confinados los presos de la iglesia para su eventual ejecución o previa tortuga para prolongar su sufrimiento antes de lo primero, mucha de ellos estaban siendo usadas por personas en deplorable estados higiénico, eran los esclavos de los forajidos de Lars y nosotros dimos con ellos.


    Por supuesto estaban bajo vigilancia, pero para nuestra fortuna eran solo 5, ser sigiloso aquí no era opción pues ellos ya habían percibido nuestra presencia, uno de los maleantes presentes era un mago, de su mano se preparaba para invocar rayos, pero antes de que lograra su cometido, le dispare con mi rifle y vacía el resto del cargador en él hasta matarlo.


    Tayra no se quedó quieta y ataca a dos de ellos con la espada que había tomado de su anterior víctima, mientras mantenía ocupado a un par, yo me ocupe de otro tras haber recargado, eventualmente logramos erradicar a los guardias aunque sentíamos que con todo el alboroto ocasionado era de esperar que de algún modo quizás ya hemos alertado a los demás, puede que en cualquier momento nos caigan encima todo el grupo y su líder.


    Los presos al ver como abatimos a sus carceleros, se dieron cuenta de que no pertenecíamos a los forajidos, suplicaban ayuda entre ruegos y lágrimas, busque entre los cuerpo de los bandidos eliminados y en uno de ellos halle lo que buscaba, un manojo de llaves para las celdas.


    — ¡Hey tú! –Me hablo una de las presas del lugar.


    Era una mujer adulta de ropas desgastadas como el resto, tenía piel morena con brazos fornidos, de hecho por tales rasgos me recordaba a alguien de Windaz, incluso su color de cabello era igual (cabellera negra), además de encerrada sobre sus brazos y piernas tenia colocado unos grilletes adherido a la pared, curioso, ya que había otros prisioneros que tenían lo mismo, pero no todos usaban grilletes, la mayoría estaban sin ellos.


    —Extraño joven, te pido humildemente que me liberes por favor, debo regresar con mi gente, te lo suplico.


    Era educaba y no mostraba desesperación como el resto, fue la primera celda que abrí y gracias a la variedad de llaves que portaba, los grilletes también eran posible retirarlos.


    —Te lo agradezco joven, ahora podre liberar mi magia que ha sido suprimido por estos horridos instrumentos –Comento ella señalando los grilletes.


    Ya veo, los grilletes eran herramientas que bloqueaban la magia de todo aquel que los llevara, muy útiles para prisioneros magos cuya finaliza es neutralizar sus poderes. La mujer morena tras habérsele retirado los suyos, emitió su magia en forma de un aura rodeando su cuerpo sintiéndose a gusto de volver a sentir su poder fluir nuevamente.


    —Esta sensación… -Reitere en mi mente.


    En el preciso momento en que ella manifestó su magia, sentí un flujo familiar en su poder mágico, era la “bendición de Astado”, la bendición con el que nace toda persona de un aquelarre, en pocas palabras era una bruja.


    —Tú… eres una bruja –Dije yo.


    —Sí, pertenezco al aquelarre “Wildsword”, ¿te repudia mi presencia? –Pregunto ella con toda tranquilidad.


    —No, también nací en un aquelarre.


    — ¿Qué?, pero eres un chico.


    —Que novedad –Comente sarcásticamente —Mira, mi madre es una bruja, no hay mucha ciencia.


    — ¿Entonces eres un “sangre de bruja”?.


    —¿Qué cosa?.


    La charla se ve interrumpida con el griterío de las personas que aún se encontraban encerradas y aclamaban de suplicas que le liberasen, uno a uno comencé a liberar al resto, les explique sobre no precipitarse e irse de inmediato a la salida, puesto que allí nos esperaban a todo los forajidos en el camino, por lo que necesitábamos prepararnos o buscar otro medio para huir de aquí, sin embargo aún tenía que buscar a mi padre.


    Había abierto cada celda en el que albergaba a un infortunado, no quedaba nadie más, lo que comenzó a preocuparme, la sala tenía mucha más celdas a fondo, la mayor parte vacía y otros albergaban prisioneros muertos, llegue hasta el final de donde culminaba el calabozo encontrándome con la última celda por revisar, mirando atentamente noto que se encontraba alguien sentado contra la pared.


    Se me hizo un nudo en la garganta, un fuerte golpe de angustia cuando al abrirla y acercarme resulta que aquel hombre solitario con los ojos cerrados era nada menos que Walter, su vestimenta estaba hecho jirones, así como la mayor parte de su cuerpo, lo tome de sus hombros para despertarlo, pero no había respuesta.


    —No… por favor… no… llegue tan lejos… por favor despierta Walter… ¡despierta!… ¡¡despierta!!... ¡por favor!... papa… te lo suplico… despierta…


    Poco a poco fui aceptando que toda palabra que saliese de mi boca era inútil, el ya no tenía pulso, ni aliento o reflejo, sobre su cuerpo sin vida con orgullo mantuvo en su rostro aquello a lo que siempre se aferró como un código, una reluciente sonrisa.


    —“El maestro Walter tiene un estricto código moral de siempre mantener un buen ánimo y una sonrisa aun en las peores situaciones” –Recordó Rozuel las palabras de su fallecido hermano Euber sobre su padre.


    Aun en manos de criminales, de la peor canalla, sin importar cuando dolor o sufrimiento padeció, aquel valiente hombre siguió pensando en sus seres queridos y en sus últimos momentos, con el fin de mantener en respecto sus palabras y aprecio por ello, como última voluntad dejo este mundo sonriendo a la muerta.


    Sujete con mis brazos a mi fallecido padre y derramando lágrimas a montón sobre él, deje salir todo ese reprimido sentimiento de aflicción.


    — ¡¡¡AAAAARGGH!!!!


    Continuara…



    EPILOGO:


    PERSPECTIVA: Tayra


    Había asegurado a mi querida hermana, le pedí que se pusiera a salvo mientras el peligro pasara, mientras me dirigí a donde estaba Rozuel para advertirle que no nos quedaba mucho tiempo.


    — ¡¡¡AAAAARGGH!!!!


    Escuche una fuerte exclamación de angustia, era su voz, corrí deprisa para llegar al final del calabozo, en la celda final allí se encontraba él sosteniendo en sus brazos a alguien, quizás su ser querido que para desgracia, no logro sobrevivir.


    Sin embargo a estas alturas, ya no podíamos darnos el lujo de seguir esperando, por mucho que fuera una falta de respeto, debíamos salir de aquí.


    —Rozuel, siento interrumpir, Lars y los suyos pronto estarán aquí, debemos hacer algo –Le comente yo.


    —Lo sé –Contesta él.


    Su lloriqueo cesa y dejando con cuidado el cuerpo sin vida del hombre en el suelo, coloca las manos del cadáver sobre su pecho y acto seguido toma su extraña arma a la que llama “rifle” emitiendo ese ruido que siempre hace cuando coloca otro de esos llamados “cargador”.


    —Vamos por ellos, Tayra.


    Cuando volteo y mire su rostro, de su fría mirada denotaba una increíble antipatía, una aversión como ninguna, esa expresión me recordaba a mí misma cuando mis padres murieron, pero en él, sentía que reflejaba una rabia maliciosa algo aterrador, pero me aliviaba de saber que no lo tenía como enemigo.


    Continuara…
     
    Última edición: 11 Febrero 2017
  17. Threadmarks: CAPITULO 17 LARS
     
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    CAPITULO 17 LARS


    PERSPECTIVA: Rozuel Drayt

    Deje el cuerpo de mi padre en el suelo con sus manos juntas en el pecho, más tarde cuando todo esto acabe volvería por él para llevarlo a Windaz, salí de la celda acompañado de Tayra para encontrarme con el resto de los esclavos liberados reunidos armando un ruidoso escándalo de desacuerdos verbal entre ellos, discutían sin cesar sobre cómo salir de aquí.


    —¡¡CALLENSE DE UNA MALDITA VEZ!! –Alce la voz al situarme en el centro de todos.


    Cada uno se calló enseguida teniendo la mirada fija de todos los presentes.


    —Les guste o no, todos estamos en esto y la única forma de salir nos lleva a tener que plantar cara contra los mismos forajidos y su líder.


    — ¿Qué tienes en mente? –Pregunto uno de los esclavos.


    — ¿No es obvio? –Conteste con mi arma en alto —La pregunta aquí es; “¿qué tienen ustedes en mente?”, por como lo veo solo tienen tres opciones; luchar, morir o la esclavitud.


    Dicho esto, me retire a la sala abandonada de tortura en donde me quede de momento pensando en mi siguiente paso, de alguna forma debía vencer a los forajidos de Lars, en mis bolsillos solo me restaban tres cargadores normales, una incendiaria y dos eléctrica, mientras que la pistola y la uzi tan solo tenían la respectiva munición de su cargador, dado al límite de peso, solo traje munición de reversa para el rifle.


    —El número de balas no me alcanzara para todos… que problemático –Pensé yo.


    Tenía mi enseñanza con la espada recibida por Naya, pero siendo realista con 3 años de entrenamiento y un cuerpo de niño, no tendría mucha oportunidad contra tipos que llevan más experiencia en este campo y sin mencionar que son o fueron ex-soldados y mercenarios que experimentaron batalla reales y sanguinarias, por no olvidarme si me topara contra un mago, mi única ventaja contra ellos era la AK-47, es más sin el rifle era homb… niño muerto.


    — ¿Por qué no solo te abres camino y huyes? –Me pregunta Tayra apareciendo al lugar.


    No estaba sola, lo acompañaba una pequeña, quizás de entre 4 o 5 años que al igual que ella la cubrían prendas para no ver una sola parte de su cuerpo, de seguro ha de ser la persona que buscaba.


    —Con la extraña arma que posees, fácilmente podría abrirte paso y escapar.


    —Tengo razones para no irme de este sitio así nada más –Le respondí.


    Antes de darme cuenta, el resto de los esclavos (incluido la bruja) vinieron a encontrarse con nosotros, parece que finalmente tomaron su decisión.


    —Tienes razón, luchar sería lo más idóneo –Dice la bruja —Sin embargo, no todos aquí tienen experiencia para luchar y menos aún desarmado.


    La mayoría de los prisioneros eran no magos, las pocas armas tomadas de los cuerpos sin vida de los bandidos que vigilaban el calabozo no bastaba, mire a mis alrededor en este abandonado y polvoriento lugar de tortura, allí vi un baúl bastante grande como un contenedor de basura, me acerque a él y al abrirlo me topé con numerosas herramientas que abarcaban desde látigos, tenazas metálicas lo suficiente grande para caber cabezas, garrotes de grueso madera, dagas de pinta ceremonial y entre otros.


    Estas cosas solo tenían un claro propósito, era degradante solo verlo pero era lo mejor que teníamos a nuestra disposición, se los enseñe a los demás y cada uno empezó a tomar al que más cómodo le resultaba para usar, seguíamos superados en número y calidad de equipo, pero estar desarmado ya no era un impedimento.


    Varios pasos venían del camino que llevaba a la salida, dicho ruido solo significaba una cosa.


    —Están aquí.


    Numerosos forajidos llenaron la sala formando una extensa fila con sus armas en alto y sus usuarios mágicos concentrando su poder en la palma de su mano dominante, por nuestra parte hicimos lo mismo, ambos bandos chocan miradas entre ellos.


    —Ve a esconderte y resguardarte en un lugar, tu hermana estará bien, no te preocupes –Le comunica Tayra a la pequeña que tenía cerca.


    Tan pronto la misteriosa pequeña se esconde, la lucha se desencadena, los forajidos tenaces con sus años de experiencia en combate fácilmente comenzaban a dominar la pelea acabando con alguno de los esclavos armados, los magos por sus partes centraban su lucha contra los enemigos que también poseían el don de la magia, entre los más destacados de nuestra parte estaban Tayra y aquella bruja del aquelarre Wildsword, esta última armado con una sola espada se movía con una destreza impresionante, desgarraba torso, brazos, piernas e incluso cabezas con una técnica profesional, me recordaba a la misma imagen de Naya quien también se especializaba con dicha arma.


    Apoye a distancia con mi AK-47, gracias a que los forajidos estaban demasiado ocupado en los demás, se percataban tarde de la verdadera amenaza a la que debían enterarse, lo primero en eliminar fue a los magos, gracias a lo distraído que estaban luchando contra otros, las balas atravesaban limpiamente su cráneo sin que alguna defensa lo respaldara a tiempo, cuando ya no percibía algún usuario de magia entre el bando enemigo, me encontré con otro problema.


    —Solo me quedan dos cargadores…


    Había utilizado varios cargadores, incluso el último de munición incendiaria y la eléctrica, solo me restaban dos normales y debía usarla con sumo cuidado, los forajidos aun nos superaban en número, pero con magos solo de nuestro lado, mas Tayra y la bruja de la espada, la lucha empezaba a igualarse, ambos lados tenían chances de 50% de ganar, si decidiera intervenir con la poca munición que me queda, nuestra victoria estaría asegurada y sabía muy bien que estas últimas balas estaban reservados para alguien en especial, Lars.


    Corrí alejándome lo más posible del conflicto, me asombre que nadie notase mi repentina huida y más aún después de haber acribillado a varios de los suyos con mi rifle, ¿será cuestión de suerte?, pude con facilidad llegar al pasillo que conducía a la escaleras y salir de ese sofocante sótano inmenso.


    Llegue a la habitación por donde entre y no me encontré con nadie, pero al salir y llegar al salón de las misas me topé con tres de ellos, forajidos no magos a los cuales abatí fácilmente con mi rifle (solo contaban con sus armas blancas y nada a distancia).


    —“No exageraban cuando hablaban de ti, un niño capaz de liquidar a varios de mis chicos fácilmente con un artefacto mágico extraños muy poderoso” –Asevero una voz a mis oídos.


    — ¿Quién eres? –Pregunte yo haciéndome una ligera idea de quien podría tratarse.


    Una pisada se oye como de alguien aterrizando suavemente en el suelo, mirando la dirección procedente de tal sonido, sobre el altar se encontraba un hombre mayor (calculo 50 o 60 años) vestía sobre su torso una cota de malla teñida de negro con varias correas sobre su pecho equipado con bolsillos que combinaba con un pantalón ligero largo del mismo color, tenía un largo cabello blanco acompañado de una barba completa del mismo tono.


    —Tú debes ser Lars –Le dije mirándolo a los ojos.


    —Muy perspicaz, estas en lo correcto, soy quien lidera a este grupo de forajidos a mi nombre, Lars Perwhiskyn, un placer conocerte, niño –Se presenta el líder de la banda criminal.


    Apunte con mi rifle a Lars, el inmediatamente manteniendo la calma levanta sus manos.


    —Espera un momento, chico, no hay prisa para que me dispares de esa letal y veloz munición metálica aun –Dijo él sorprendiéndome la forma en que describía a las balas del AK-47.


    —Estas algo bien informado de mi arma –Comente yo.


    A su lado aparece uno de sus forajidos, mirando la herida de su hombro izquierdo me percato de era aquel mago arquero que me atacaba desde el campanario de la iglesia y logro evitar ser eliminado por mis balas, sobre su mano sostenía una bala usada del AK-47, por lo aplanada que estaba debió de haber impactado lo suficiente cerca suyo en una superficie lo bastante gruesa para adherirse a esta, tenía sentido del como Lars tenía algo de conocimiento básico de mi rifle.


    —Muy ingenioso –Dice Lars mirando fijamente la munición usada en su mano —Que algo tan pequeño como esto pueda ser disparada de tal forma en un arma como esa que incluso en manos de un pequeño no mago se convierte en un instrumento mortífero, ¡qué cosa tan escalofriante y fascinante!, ¿de dónde conseguiste tal elaborado artefacto?, ¿quién es su creador?.


    —Eso no te importa.


    —¿Podría ser que el creador de tal sublime pieza mortal… este tan cerca de mí?.


    Al elaborar esa pregunta, Lars en un parpadeo había aparecido a un costado mío, reaccione y le apunte con mi rifle disparando, pero desaparece antes de que apretase del gatillo reapareciendo sobre el altar donde estaba al principio como si nada, eso confirmaba que él era un mago y tal habilidad era… ¿teletransportacion o súper velocidad?.


    —Jejeje, chico, no hay duda alguna, tu eres el inventor de ese artefacto, lo que me lleva a mi siguiente punto, quiero hacerte una propuesta –Manifiesta Lars con las manos en alto como si estuviera en una obra teatral.


    — ¿Propuesta? –Replique yo en duda.


    — ¡Trabaja para mí!, te aseguro una vida llena de riqueza, poder y cuando tengas edad mujeres, ¿qué dices?, con tu ingeniosos artefactos y mi influencia, no hay duda alguna de que seremos imparables, ¡piensa en las posibilidades!.


    Que proposición tan cliché, pero no sentía deseos de reírme con algo tan absurdo, porque este hombre no es alguien que me cause gracia, es alguien a quien anhelo matar sin remordimiento.


    —Matas a mi hermano, secuestras a mi viejo, lo torturas y eventualmente lo asesinas… ¿y tienes el descaro de ofrecerme trabajar para ti? –Le dije con ojos serios y frio.


    — ¿Viejo?, por casualidad, ¿guardas alguna relación con el mercader que atrapamos hace unos días y que estaba acompañado de dos brujas? –Pregunto Lars.


    El mismo Lars había participado en la captura de Walter, las dos brujas que le protegían resultaban oponentes tenaces para sus magos forajidos, pero para el líder de este vil grupo criminal, resulto apenas un reto, en medio del combate, Euber logró escapar gracias a las brujas quienes se sacrificaron para darle una ruta de escape, ellas quizás pensaron junto a mi padre; “esperemos que lo logre, todo depende de ti”.


    —De modo que ese mocoso que escapo lo logro, ¿y dices que esos dos eran tus familiares?, nada personal chico, son solo negocios –Contesta con una cara despreocupada.


    — ¡Voy a matarte! –Le exclame con la mira de mi rifle apuntando a su cabeza.


    —Entonces eso aclara como un “no” a mi pregunta, que decepcionante.


    El mago a su lado con rapidez había tomado el arco para disparar una flecha impregnada de su magia, le dispare con mi rifle matándolo antes de que lograra su cometido y cuando sigo con Lars, él ya había desaparecido, volvió a usar esa técnica otra vez.


    —“Sabes lo molesto que es tu respuesta, chico” –Escucho la voz de Lars acompañado de un suspiro —“Todo lo que tuve que perder, hombres, esclavos y entre otras mercancías, solo para poder conocerte y resulta que no tienes ambición alguna”.


    —En eso te equivocas, tengo una ambición, hacer que sufras –Le corrijo yo.


    —“Tienes una actitud bastante agradable, sin embargo no quita el hecho de que seas mi enemigo, para recuperar lo perdido tendré que tomar esos juguetitos tuyo y venderlo, aunque claro para que la venta sea más eficiente necesitare saber cómo funciona tal mecanismo y para ellos tendré que atraparte vivo, que fastidio”.


    —Como si fuera a dejártelo tan fa…


    Sin previo aviso, me sorprende apareciendo a mis espaldas, colocando una daga impregnada de magia sobre mi cuello.


    —No me tomes a la ligera, chico –Comenta Lars —No me compares a mis inútiles muchachos, todos ellos apenas eran magos de Nivel C, pero yo estoy a unos escalones más arriba, ¿lo entiendes?.


    Sobre su daga podía notar que el aura que lo recubría tenía un aspecto y leve sensación de viento, ¿magia de viento?, entonces eso explica una cosa.


    —Usas magia de viento para incrementar tu velocidad al punto de no ser percibido al ojo humano –Afirmo yo.


    —Que listillo, pese a ser un no mago puedes ver y sentir las auras mágicas, eso es una afinidad rara y como esclavo podría sacar mucho Bals por ti.


    —Sueña, si crees que vas a obtener un centavo de mí.


    —No estás posición de discutirme, chico, la única razón por la que no te he matado aun es porque de ti depende que recupere lo que me has hecho perder en este día, no te preocupes, por muy terco que seas tengo medios para que seas algo “cooperativo”.


    ¿Qué hago?, mis manos sostenían el rifle y no había chance alguna de que me diera tiempo para apuntarle, incluso menos para usar la pistola o uzi, me tenía donde quería, era un jaque mate sin solución.


    Un golpe, eso es lo que escuche a continuación, pero no era de Lars hacia mí, sino de alguien golpeando a el mismísimo líder forajido por su retaguardia, volteo y detenidamente observo que la responsable de salvar mi pellejo en este callejón sin salida fue Tayra.


    Le había dado un puñetazo con la fuerza necesario no para matarlo, pero si para dejarlo inconsciente.


    —Gracias, de no haber interferido, quizás no la contaba –Le dije a Tayra.


    — ¿Entonces todo acabo? –Pregunto ella.


    —No para mí.


    Con algunas cuerdas gruesa lo amarre y le quite todo objeto filoso que tuviera a su disposición, el muy desgraciado llevaba consigo un sinfín de dagas en sus bolsillo, se notaba que dichas armas conformaban su estilo principal para luchar junto a su magia, si los magos que le servían eran de Nivel C, ¿entonces a que categoría entraría este?, ¿Nivel B o… Nivel A?.


    Deje esos pensamientos a un lado y me centre en Lars quien comenzaba a recobrar la consciencia.


    —Jeje, ¿quién habría pensado que terminaría en esta situación? –Dice el forajido con una maliciosa sonrisa optimista.


    Intento en vano hacer algo con sus ataduras, pero tener las piernas, brazos, manos y pies con varios nudos sujetándole era algo que incluso para una persona hábil en escapismo era difícil de quitar, en eso pensó; “¿pero podrán hacer algo contra mi magia?”.


    Cuando intento utilizarla se percató de que no podía, “¿Por qué?” se preguntaba el líder de los forajidos y era que sobre su muñeca tenia puesto un grillete metálico, el mismo que usaban sus esclavos magos en las celdas para inhabilitar su magia, Tayra traía consigo una y fue bastante oportuno.


    Atrapado, usando su propia herramienta en su contra y con los pocos hombres que le quedaban siendo vencidos por los esclavos que tenía cautivo contra su voluntad, el pequeño imperio criminal de este ruin individuo llegaba a su desenlace.


    —Es tu fin, Lars –Le dije mirándolo a los ojos —Tayra, las cosas van a ponerse feas, te recomendaría no estar cerca, porque voy a perder el control en este momento.


    En mi mano sostenía una palanca (o Pie de cabra) que había creado recientemente mientras esperaba a que Lars despertara, su propósito era para hacer sufrir al hijo de puta que se atrevió a dañar a mi familia.


    Continuara…
     
    Última edición: 22 Octubre 2016
  18. Threadmarks: CAPITULO 18 MALICIA VIVIENTE
     
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    CAPITULO 18 MALICIA VIVIENTE


    PERSPECTIVA: Rozuel Drayt

    Lo único que podía oír, era el sonido del metal golpeando el cuerpo de Lars y su sangre escurriendo hacia el suelo y en su barba por su boca, con la palanca que había creado, cedi a mis impulsos humanos más básicos, la ira.


    Una y otra vez, brazos, piernas, hombro y torso eran los sitios donde mi fuerza alimentada por sentimientos reprimidos de rencor golpeaba sin compasión, ¿dije “compasión”?, para esta basura no existía tal palabra.


    — ¡Aaaah!... ¿¡porque no simplemente me matas!? –Pregunta el líder de los forajidos en torno al dolor.


    — ¿Por qué crees que no te he dado en la cabeza? –Le respondo yo con una pregunta —No, una muerte rápida sería demasiado misericordioso, el dolor, ¿lo sientes?, ¿es horrible?, ¿incomodo?, ¿te dan deseos de querer matar o provocarle el mismo pesar a quien te lo provoca?.


    —Mocoso de mierda…


    —Así es como TODOS y cada una de tus victima en tu “negocio” debieron sentirse, tanta frustración, tanta desesperación y pensar que la última cosa que paso por su mente, fue el deseo de que sufrieras la misma suerte –Le dije luego de propinarle otro golpe en el hombro.


    Agitando la palanca para propinarle una brutal lección, me sentía como el Joker apaliando a Jasón Todd, con una inmunda expresión de satisfacción en el rostro, ¿cómo reaccionaría alguien ante la escena de un niño de 8 años torturando a un hombre de la tercera edad?, a pesar de que Tayra estaba cerca observándome, no sentí importancia en lo que pensara sobre mí.


    — ¿No crees que es suficiente? –Pregunto Tayra tratando de intervenir.


    — ¿”Suficiente”?, cuando el secuestro a tu hermana con la intención de venderla como esclava, ¿fue “suficiente” con tal de saciar su avaricia?, ¿qué habrías hecho tú en mi lugar si cargaras en tus manos el frio cuerpo sin vida de lo que tanto te has esmerado en salvar? –Le pregunte sobre lo que haría si su hermana fuera el cadáver y no mi padre.


    —Yo… probablemente rompería su cráneo lentamente, para darle una muerte dolorosa y agonizante.


    Incluso mi enigmática aliada no era inmune a los impuros deseos de venganza, Tayra comprendió a su manera mi sentir, entendía que entrometerse era inútil, porque las emociones en su clímax eran más fuerte que el razonamiento.


    — ¡Por aquí! –Exclama una voz proviniendo de la entrada de la iglesia


    Se trataban de cuatro forajidos que aún seguían con vida, todos eran no magos armados con sus espadas y mediocres escudo de madera, al ver a su jefe en problemas no titubearon en querer salvarle, Tayra estaba por encargarse de ellos, pero le dije que se hiciera un lado y no interviniera, que yo me ocuparía.


    De los varios bolsillos de mi cinturón tome una pequeña esfera metálica del tamaño de una canica, a la cual enseguida empecé a manipular con mi poder ESP, dicha canica era un arma cuyo peso comprimí en tal forma para cargarla de manera más sencilla, al regresarla a su aspecto y peso normal volvió a ser lo que era en un principio, la pistola Springfield XD, mi primera creación.


    A una distancia menor de 15 metros fue fácil atinar con disparos a la cabeza acabando con la vida de dos de ellos, los otros restantes al ver como sus compañeros fueron abatidos toda su moral se derrumba de golpe perdiendo todo valor y determinación para salvar a su jefe, de hecho se volvieron tan sumisos que obedecieron la ordenes de tirar las armas y arrodillarse con las dos manos sobre la nuca.


    Ignore un rato a Lars y me acerque a ellos, que rostros tan lamentables parecía que iban a romper llanto, ¿por qué seguía manteniéndolos vivos?, son criminales, escorias, lacras capaz de matar a cualquier por una moneda de Bals, no había razón para que sobrevivieran, le dispare a uno de ellos en el cuello perforando su arteria carótida y muriendo en consecuencia, en cuanto al otro, al presenciar tal acto supo que el seria el siguiente y se levantó huyendo a toda prisa hacia la salida.


    Le dispare dándole en la pierna izquierda perdiendo este el equilibrio y frustrando su escape, herido y llorando, suplica clemencia mientras me acercaba con la punta de la pistola sobre su cabeza.


    — ¡Por favor, no me mates!… tengo familia, mi mujer Leticia pronto dará luz a mi hijo, ¡necesitaba dinero!, ¡lo necesitaba a toda costa para ambos! –Rogaba por vivir el forajido arrepentido —Nuestro pequeño al nacer si resulta varón lo bautizaríamos como Eric y de ser niña, María… ¡por favor!, tengo que volver junto a ella.


    —Oh, una familia que conmovedor, ¿en serio eso es lo mejor que se te ocurrió o tomaste esa mala excusa prestada quizás de una de tus tantas víctimas? –Le dije yo de modo indiferente —Supongo que por tu “familia” justifica el ser parte del asesinato y esclavización de cientos de inocentes solo por ellos, ¿no?, mires donde lo mires no dejas de ser la misma mierda que ellos.


    —No… piedad, por favor… ¡te daré los ahorros que tengo pero por favor no me mates!.


    —En verdad eres tan patético al igual que la mayoría de los tuyos, cuando están vencidos, desesperan escupiendo cualquier bazofia que se les ocurra con tal de vivir y a la mínima salirse con la suya, espero que le hayas dedicado unas últimas palabras conmovedora a tu querida “Leticia” la última vez que la viste.


    —¿P-p-porque lo dices?.


    Respondí su duda con un balazo en su sien que culmino con su vida, tan pronto me ocupe de ellos regrese con Lars y le puse el arma sobre su rostro.


    — ¡Adelante, acaba conmigo!, ¡¡hazlo!! –Exclamaba a todo pulmón el líder forajido.


    —No tan rápido escoria, hay una pregunta que quiero hacerte –Le precise yo —Hace unos 4 años atrás, los tuyos atacaron un pueblo habitado por brujas, Windaz, ¿por qué lo hicieron?, ¿por qué un grupo “no tan de poca monta” como el tuyo se arriesgaría a asaltar un pueblo habitado por brujas capaces de defenderse?, me parece extraño que busquen algo de valor allí arriesgando demasiado, ¿hubo quizás una razón en particular?.


    Lars ante mi pregunta empezó a reírse histéricamente, tanto que le siguió una terrible toz por hacerse el loco.


    —Ahora todo tiene sentido –Dice él —Recuerdo que algunos de mis muchachos que lograron salir vivo de allí, me relataron sobre un “niño” que acabo con todo su grupo usando un extraño artefacto mágico que resultó ser un arma mortífera, el cual incluso ni los propios magos que los acompañaban fueron rivales para él, obviamente lo tome como una mala broma y los asesine sin piedad por tu incompetencia, ahora entiendo que decían la verdad, ese niño eras tú, aunque claro no me arrepiento de haber matado a esos imbéciles, aun cuando lo que me dijeron fue cierto.


    —Respuesta equivocada, imbécil –Le dije seguido de un golpe de la culata del arma en su rostro.


    Le sujete cuello y lo levante poniendo el arma en su frente y haciéndole la misma pregunta, pero su respuesta fue para peor.


    —Púdrete –Me responde el sabandija escupiéndome saliva ensangrentada a la cara.


    —Que así sea entonces.


    Tras mis palabras, tome la palanca y sujetándola con el brazo que tenía el guantelete, manipule su metal, en cuestión de minutos termine transformándola en un par de pinzas al cual acerque a su ojo izquierdo.


    —Espera… ¿qué vas a hacerme? –Pregunta Lars muy inquieto.


    Con toda inútil resistencia de su parte, arranque con fría intenciones y sin remordimiento o duda su ojo izquierdo, la mórbida escena de su ojo siendo arrancado de su cuerpo de manera tan atroz, no me había afectado en lo absoluto pese a ser la primera vez que hacia algo semejante.


    — ¡Maldición!... ¡mi ojo restante! –Dice él en medio de sus agonizantes gemidos de dolor.


    —“¿Restante?” –Repito en mi cabeza esa última línea suya.


    Mirando su ojo derecho detenidamente, me doy cuenta de que era de cristal, una prótesis ocular barata bastante realista si no se lo mira bien de cerca, de modo que había dejado completamente ciego a este viejo ladrón.


    —Te he arrancado un ojo, golpeado hasta dejarte moretones por doquier, has perdido una considerable cantidad de sangre y te mantienes vivo como consciente, para ser un viejo de mierda, tienes una increíble vitalidad, muy admirable –Comente yo elogiándolo en cierta forma.


    — ¿Quién eres tú?... –Pregunta Lars con un tono abrumado — ¡No he visto a ningún mocoso de tu edad capaz de algo así!, ¡ningún niño normal tendría la suficiente sed de sangre y malicia como la tuya!, es… ¡como si por dentro fueras un asqueroso adulto corrompido en el cuerpo de un niño!.


    Que palabras tan exactas de un viejo forajido moribundo y ahora invidente para describir a alguien tan diferente como yo, ni me limite en responderle, tan solo tome la pinza que tenía en mis manos y la coloque sobre su oreja derecha, ahora el mismo líder del tal temido grupo criminal era quien suplicaba.


    Ignoraba toda su suplicaba, mientras poco a poco presionaba la pinza para arrancarle su oreja, una mueca maléfica se apoderaba de mi labio, de repente mis brazos se detienen, pero no por misericordia, sino por una extraña sensación que perturba a mi alrededor, Tayra con una pose muy a la defensiva trataba de advertírmelo, pero era como si mis oídos se hubieran desconectado de toda voz cercana.


    Mire hacia abajo sobre mis pies, una extraña niebla negra había aparecido, siguiendo el rastro de donde procedía fijo mi vista al frente, a unos míseros metros de mí se encontraba en medio del aire una grieta oscura la cual se extiende hasta tomar la forma de un pequeño portal con aspecto de ojo maligno, de esta sale una criatura de 4 metros de altura con la forma de una armadura viviente que gruñía como una bestia demoniaca, sobre el pecho del ser se distinguía un símbolo o dibujo grabado en su metálico cuerpo de una manzana teñido de oscuridad enredada con ramas espinosas.


    Las voces a mi alrededor vuelven a resonar, las primeras palabras en oír son las de Tayra.


    — ¡Es un Gaki!, ¡cuidado! –Me advierte ella sujetando mi ropa desde la espalda.


    Tirando hacia atrás, ella me salva de ser agarrado por la mano de tamaño descomunal de la criatura quien en mi lugar es Lars el atrapado.


    — ¡Ayuda! –Exclamaba el líder de los forajidos por alguien que lo salvase.


    Pero en vano fueron sus pedidos de ayuda, la criatura presiona con fuerza su mano apretando el cuerpo malherido del viejo criminal hasta matarlo y acto seguido devora su cuerpo entero sin vida con su monstruosa boca.


    El cuerpo de esa criatura irradiaba esa energía oscura, podía sentir cuan maligna era a pesar de ser la primera vez que veía algo así, Tayra dijo “Gaki”, había leído en libros que lo describían como “monstruos peligrosos” pero nunca una detallada descripción de cómo eran exactamente y ahora frente a mí, se encontraba esa respuesta haciéndome temblar los brazos.


    —No dejes que te toque el miasma o tu cuerpo y alma se corromperán –Advierte Tayra refiriéndose a la niebla oscura que emitía el ser malévolo.



    No podía dejar que el miedo y pánico se apoderará de mí, casi término como Lars al no reaccionar a tiempo y de no ser por la intervención de Tayra (otra vez), no se me ocurrió otra cosa que apuntar al Gaki y disparar del resto de la munición del rifle, su armadura era resistente, las mayoría de las balas rebotaron y solo le provocaron un daño leve.


    Recargue y sin pensarlo vacié el ultimo cargador sobre el monstruo, apenas lo había dañado, su armadura tenía varios agujeros pequeños pero no era una herida notable para este ser, el grosor de su armadura sobrenatural era impresionante, albergaba una resistencia considerable de blindado, balas ordinarios no eran suficientes.


    Incluso Tayra tenía sus dudas sobre lidiar contra esa cosa, un Gaki era realmente aterrador, solo me quedaban la pistola y la uzi como defensa, aunque era inútil intentarlo considerando que un rifle de asalto apenas le hizo poco daño, si tuviera quizás poder de fuego anti-blindaje podría tener una oportunidad.


    — ¡Ustedes dos aléjense! –Resonó una voz hacia nosotros.


    Acatamos la orden de su aviso y al alejarnos lo suficiente, la bruja del aquelarre Wildsword hizo su aparición, moviéndose con una velocidad sublime propina un corte tras un gran salto arrebatando el brazo izquierdo del Gaki.


    El oscuro ser crea miasma desde la mano de su único brazo hasta materializar de esta una inmensa espada de tres metros, con su larga arma ataca a la bruja pero ella con agilidad la evade y acto seguido libera su poder mágico transformando sus piernas hasta adoptar la forma de miembros felinos similares a la de un guepardo.


    La bruja vuelve a moverse y la diferencia en cuanto a su velocidad es notable, con sus piernas alteradas da grandes brincos revotando desde las paredes del techo y del costado con ellas, el Gaki mira para todos lados como si fuera a manearse tratando de seguir sus movimientos y en el momento justo, ella propina su último ataque imbuyendo su energía magia en el arma en forma de un aura.


    El Gaki es decapitado y con ella eliminado, incluso una bestia como esa podía ser matado por medios convencionales con el suficiente poder, es algo que había grabado en mi mente como material de enseñanza, los restos del cuerpo de la malévola criatura comienzan a desintegrarse como polvo oscuro en el aire hasta no dejar rastro alguno.


    —Tenemos suerte de que haya sido un Gaki de bajo nivel –Afirmo la bruja.


    — ¿Bajo nivel? –Repetí con dudas.


    —Cuanto más grande son, más poderoso son, si hubiera sido un Gaki de 10 metros o 15, habríamos tenido serios problemas, pero lo que me impresiona es el hecho de que uno apareciera aquí de la nada, debe de haber sido atraído por una increíble influencia maliciosa.


    Por lo que entiendo según de ellas, los Gaki son seres originados del “Miasma”, energía maliciosa, tanto odio, rencor, desprecio y cualquier emoción de pura malicia son el recipiente que alberga estas criaturas, su forma característica es la de una armadura viviente, cualquier individuo que haya sido alcanzado por el miasma puede llegar a corromperse y convertirse en uno de ellos, por lo que se sabe los Gaki viven en un plano diferente al nuestro, pero pueden venir a este por medio de portales impregnados de magia oscura.


    En cuanto a las palabras de la bruja “debe de haber sido atraído por una increíble influencia maliciosa”, no lo olvide, toda esa ira infundida en un frenesí de insana satisfacción, era cosa mía, Lars era una lacra sin duda alguna, pero supo controlar incluso su propia malicia hasta el punto de no tentar la atención de una de esas cosas.


    Costaba creer pero era una verdad indiscutible, mi propia malicia generada por mis emociones fue el que atrajo al Gaki, yo mismo me deje llegar por esta lúgubre sensación y pese a estar consciente de ello, aun ante los aviso de Tayra, me negué a dejarlo por el placer de su sentir.


    —“Entonces, ¿qué te hace tan diferente de mí?, chico” –Me pregunta una alucinación de Lars mostrándose brevemente a mi lado sentado con un rostro apático.


    Lo ignore, ignore todo lo relacionado con él, estaba muerto al igual que sus lacayos, lo habíamos logrado, era que me importaba ahora.


    —Por cierto, ¿y los demás? –Le pregunte a la bruja.


    —Después de acabar con los forajidos, les dije que esperaran allí y me dejaran comprobar si era seguro salir –Contesto ella.


    Con el Gaki muerto y los forajidos vencidos, eventualmente los esclavos liberados salieron a salvo con el aviso de la bruja, aunque solo la mitad logro llegar con vida a volver a ver la luz del sol, los que sobrevivieron no podían aguantar las ganas de llorar por la emoción de respirar el aroma a aire fresco.


    La pequeña hermana de Tayra fue la última en salir, al correr en brazos de ella, tropieza dejando caer toda la ropa que le cubría revelando su aspecto oculto, una humanoide animalesca cuyo cuerpo lo recubre un pelaje blanco, su hocico se asemejaba al de un felino, con orejas largas similar a las de un conejo sobre una cabellera albina, sobre bajo de sus ojos resaltaba una corta línea roja y poseía además una larga cola (rabo) a la cual enredaba en el abdomen para ocultarla mientras vestía ropaje humano.


    — ¡Es una Sargario! –Grita atemorizada una de las esclavas liberadas presentes.


    Todos repentinamente reaccionan de forma histérica aterrizándose de la pequeña, Tayra se acerca a ella poniéndola a sus espaldas para protegerla.


    —Lo sabía… se me hacía demasiado sospechoso –Dice la bruja mirando detenidamente a Tayra con ojos hostiles.


    La misma se quita la vestimenta con la cual ocultaba su identidad revelándose como la misma criatura que su hermana, ella con una mirada seria y atenta posaba su vista sobre la bruja detenidamente, los magos incluso aunque estaban aterrados mostraban indicios de querer atacar a ambas sin vacilar.


    — ¡Suficiente! –Exclame poniéndome al medio de todos — ¡Les recuerdo que ella me ayudo arriesgando su propia vida para salvar el culo de todos ustedes!, ¿¡y es así como se lo agradecen!?, ¡muestren un poco de maldita consideración, carajo!.


    —No tienes idea de lo que son ellos, ¿verdad? –Me pregunta la bruja.


    —Me importa un reverendo comino lo que sean, ¡yo no me fio de rumores o expectativas sin fundamentos de imbéciles para juzgar a alguien solo por lo que es! –Le conteste yo —Ahora les pediré amablemente, ¡que le bajen a su jodida hostilidad o me voy a empezar a arrepentir de haber abierto esas jaulas!, ¡ahora están a salvo!, ¿no?, ¿¡entonces para qué demonios andan buscando más problemas!?, ¡ya son libres, disfrutan de eso y dejen de fastidiar al prójimo por estupideces!.


    No si estaban asombrados o apenados por las palabras de un niño de 8 años sobre la gratitud y tolerancia o simplemente sorprendidos por mi vulgar lenguaje para alguien de mi edad, de cualquier manera fue más que suficiente para que dejasen a las hermanas en paz, no sé qué eran los Sargario o que reputación tenían sobre otras especies inteligentes, pero me daba igual eso, en lo que a mi respeta juzgo a Tayra como alguien valiente, pudo simplemente haber tomado a su hermana en medio de la confrontación y huir, pero en vez de eso, termino interviniendo más de lo que creía que se involucraría y me salvo la vida dos veces.


    —Gracias, Rozuel –Dice Tayra con agradecimiento.


    —Es menos de lo que podía hacer, al fin de cuentas nos ayudaste bastante –Contesto de mi parte.


    —Gracias, señor -Me agradece la pequeña hermanita de Tayra abrazando mi brazo con confianza.


    —Eutel, se ve que ya le caes bien –Opina la hermana Sargario mayor.


    —Mantente junto a tu hermana y no te separes de ella –Le dije a la pequeña acariciando su cabellera sintiendo una suave sensación al tacto.


    Al rato descubrimos que tras la iglesia se hallaba un inmenso almacén en donde los forajidos guardaban muchos de los bienes materiales que robaban recientemente, además de muchas carretas y caballos, quizás también robados y eventualmente usados en las operaciones clandestinas de estos.


    Las personas liberadas no podían sentir un mejor alivio que ir de regreso a sus hogares sobre una montura, pude obtener para mí una carreta con dos caballos a la cual pensaba usar para llevar a casa el cuerpo sin vida de mi padre.


    Tayra me hecho una mano con el traslado del cuerpo a la carreta, cubrí a padre con una manta blanca que halle adentro del lugar y estaba listo para partir.


    — ¿Era… tu padre? –Pregunto Tayra.


    —Si… -Le respondi.


    —Siento tu perdida, se lo que se siente perder a un ser querido, perdí a los míos hace unos años.


    —Gracias por todo Tayra… eso significa mucho para mí.


    Era la despedida, nuestras manos se estrechan nuevamente con confianza, pero no era un “adiós” sino “hasta un luego”. Tayra y su pequeña hermana Eutel siguieron su camino a pie ya que no estaban acostumbrada a las carretas, para ellas viajar caminando es el estilo de los Sargario.


    La bruja del aquelarre Wildsword antes de despedirse para volver a su hogar, se disculpó por su brusca reacción ante Tayra y marcho agradeciéndonos por haberla sacado de allí, sus últimas palabras antes de irse fueron “nunca olvidare este gesto” y siguió su camino.


    Por mi parte, me dirigí a Windaz, desde aquí conocía de memoria el camino a casa, el sol se ocultara en pocas horas, pronto llegare a casa junto a mi viejo y su optimista persona podrá descansar en paz en las tierras de su hogar.


    Continuara…


    EPILOGO:​


    PERSPECTIVA: Memorias de Lars Perwhiskyn.


    Fue hace 4 años, un extraño encapuchado vistiendo una inusual túnica mágica que le daba la apariencia de una sombra caminante en su ropaje, se presentó ante mí con un trabajo específico y una bolsa repleta de Bals en monedas de oro.


    —“Necesito que tu gente ataque un pueblo y rapte a su líder” –Fue su encargo.


    Me ofreció la mitad de la recompensa ahora y la otra después de finalizar el trabajo, Windaz era el nombre de nuestro objetivo y su líder una mujer.


    Tras el ataque resulto ser más de lo que mis hombres podían soportar, ese miserable sujeto no dijo que trataríamos con brujas, ese pueblo era un aquelarre, perdí a bastantes de mis forajidos, aunque el oro recompensaba las perdidas, aunque sí o sí necesitaba la otra mitad para obtener una buena ganancia.


    Sin embargo no se pudo lograr capturar a la líder, maldición, esas brujas eran demasiado fuerte, necesito la otra mitad de la recompensa, debo convencerle de alguna forma de que me lo de o asesinarlo en el proceso y tomarlo a la fuerza, pronto volvería a cruzar caras con él, ya que la fecha acordada para nuestros reencuentro se acercaba.


    Finalmente llego el día, aquel misterioso tipo volvió a mostrarse y para mi sorpresa fue mejor de lo esperado.


    —“Buen trabajo, aquí tienes el resto de tu recompensa” –Dijo él mientras dejaba sobre la mesa la bolsa con los Bals.


    La cantidad que había no era la mitad, sino mucho más que lo acordado, me había ofrecido una recompensa mayor de lo previsto y siquiera me dejo explicar los detalles de cómo resulto el trabajo, no entendía que estaba sucediendo.


    —“No debes entender nada, tus servicios ya no son requeridos y nunca jamás deberás mencionar una palabra sobre mi o de esto a alguien y aquí un incentivo para que mantengas tu promesa”


    Levanto su mano apuntándome con su palma y repentinamente sentí una breve sensación de intenso dolor en mi corazón, no era coincidencia, me había hecho algo, saque mis dagas y se las puse sobre su cuello amenazándole que me dijera lo que me hizo.


    —“Se llama “juramento del silencio”, si alguna vez mencionas en cualquier aspecto sobre lo de hoy o mi persona, tu corazón se retorcerá silenciando toda palabra de tu boca para matarte lenta y dolorosamente”


    Una maldición, uno impuesto sobre mi corazón para asesinarme en caso de mencionar a cualquiera sobre este trabajo o a este tipo, ¿por qué llegar a este punto?, ¿quién demonios es este sujeto?, un poder así no es ordinario.


    —“Disfruta tu bienes materiales y recuerda nuestro trato, procura llevar este secreto a la tumba, ya sea de viejo o siendo asesinado por otro”


    Un comentario bastante tétrico, pero bastaste acertado para alguien que ejerce mi oficio, nunca más volví a ver a ese tipo y espero nunca hacerlo, hasta el día de hoy me he mantenido callado sobre lo ocurrido de ese trabajo, los pocos hombres que sobrevivieron al ataque de ese pueblo de brujas, los tuve asesinar y reemplazarlo por nuevos subordinados para borrar todo rastro de aquel “secreto”, no quiero correr cualquier riesgo que me lleve a morir de un infarto maldecido, con la cantidad abrumante de Bals que obtuve mi “negocio” prospero bastante.


    Continuara…
     
    Última edición: 22 Octubre 2016
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    CAPITULO 19 RETORNO Y DECISIÓN


    PERSPECTIVA: Rozuel Drayt

    Apenas llegue fui recibido por las brujas encargadas de vigilar los perímetros de Windaz, tan pronto se dieron cuenta que era yo, fueron a comunicárselo a su líder, la Eldar.


    Lleve la carreta al centro del pueblo en donde madre y mi hermana estaban allí, era inevitable que rompieran a llanto al ver el cuerpo sin vida de Walter. Las ceremonias funerarias no eran tan diferentes al de mi mundo, en el cementerio se encontraban reunidos una multitud para despedir a mi padre y mi hermano Euber, los familiares (nosotros) teníamos el derecho de ser quienes más cerca estaban de las tumbas mientras se llevaba a cabo el entierro.


    Fue una trágica noche y una semana deprimente, incluso en el día en que Windaz cumplía otro año de existencia, no hubo espíritu festivo, la muerte de Walter desencadeno un impacto gradual de manera negativa, ¿recuerdan la importancia del comercio para Windaz?, sin él, el pueblo se encontraba en problemas.


    Aunque en el asunto de la comida, el agua y la seguridad eran algo que las brujas gozaban aun sin el comercio, privarse de este medio por un lapso mayor de tiempo resultaría que el poblado cayese en el estancamiento, mucha de las materias primas tanto de menor a mayor importancia precisan ser obtenida mediante esta actividad.


    Para una bruja buscar maneras de asegurar una ruta comercial con el pueblo suma un riesgo absoluto, primero dado a la reputación de las mismas (brujas) a causa del temor que se infunde hacia los demás dificultaría hallar a alguien de confianza que desees abrir un relación de comercio, sin olvidar mencionar la hostilidad hacia ellas lleva a desafortunados encuentros con cierto grupo de gente que están dispuesto a capturar viva a una para esclavizarla y venderla al mejor postor, una bruja fuera de su aquelarre puede ser visto con ojos indiferentes de desprecio o ambiciosos como un “producto” valioso, resulta complicado para todas hallar una solución.


    A los pocos días de enterrar a mi padre y del aniversario de Windaz, se llevó en el ayuntamiento una crucial reunión para debatir sobre el tema, claramente no fui invitado dado que era un tema a discutir entre “adultas”, pero poco me importaron sus requisitos para asistir, la Eldar me dio su permiso y tome asiento entre un circulo junto al resto, cerca de tres docenas de personas estaban allí.


    —Se prevé que Windaz comenzara a verse afectado en 10 meses si no encontramos una solución para comerciar con el exterior –Aclara una de las presentes.


    — ¡Entonces debemos enviar a alguien afuera, quedarnos aquí con los brazos cruzados no hará que un comerciante caiga del cielo como regalo!.


    — ¡Tonta!, ¿sabes el riesgo que afrontan las brujas fuera de sus aquelarre?, aunque enviáramos a dos o tres, no hay garantía alguna de que vuelvan sano y salva, estaríamos al principio del problema.


    — ¿¡Y que propones entonces!?, ¿¡esperar un milagro!?.


    —¡Calma a las dos, así no hallaremos sino más discusiones inútiles!.


    —¡Es fácil para ti decirlo cuando siquiera se te ocurra algo!.


    —¿¡Que dijiste!?, ¡dímelo a la cara si tienes algún problema conmigo!.


    No eran tan diferentes que los funcionarios de mi mundo a la hora de discutir en televisión abiertas cualquier idiotez sobre leyes y política, escucharla me daba dolor de cabeza, la Eldar era la única que se mantenía en calma sin opinar y escuchando solamente.


    — ¿Aburrido? –Me pregunto Naya ubicándose a mi lado.


    —Más bien molesto, discuten las personas pero no las ideas –Respondí yo.


    —¿Y a ti se te ocurra algo en mente?.


    —Quizás… no, más bien, si tengo algo en mente, una decisión.


    —¿”Decisión”?.


    Intente hablarles para que se callasen un momento y dejaran compartir lo que tenía por decir, pero ninguna de las brujas me escuchaba o prestaba atención, el griterío entre ella superaba en creces mi intento por tener su atención, la paciencia se me estaba por acabar y mi solución más “racional” era sacar la pistola y dar un disparo en el suelo, pero no hubo necesidad de hacerlo.


    Un fuerte aplauso se hace sonar en el lugar callando a todas, era la Eldar quien lo hacía.


    —Agradezco a todas por sus sugerencia, pero hay alguien que también quiere dar su opinión respecto al tema, Rozuel, ¿hay algo que quieres compartir con el resto? –Me pregunto la Eldar dándome la palabra.


    —Sí, gracias por su atención –Contesto levantándome de mi asiento.


    Me situó en medio del círculo, con todos los ojos de los presentes enfocados en mí, algunos pocos inconformes de dejar hablar a un niño de mi edad sobre un tema delicado.


    —Es complicado, ¿no?, deciden lidiar el problema con solo enviar a unos cuantos a su suerte, pero, ¿tan poco confían en que no lo lograrían? –Ese comienzo resulto con unos murmullos molestos por parte de algunas oyentes brujas —Iré al grano con la siguiente pregunta, ¿cómo es que alguien ajeno a un aquelarre puede percibir a una bruja?, la respuesta está en la “percepción”, los magos son capaces de sentir las energías mágicas a su alrededor y con ello “sentir” la bendición de Astado, incluso los no magos “afinados” tienen la misma capacidad, cuando una bruja manifieste algo de su poder es cuando deja salir a la luz la naturaleza de su magia e identidad, pero incluso se sabe de personas capaces de sentir la bendición de las brujas aun si ellas mantienen oculta su magia, hablamos de individuos con percepciones sensoriales ante el mana más avanzados y eso complicas aún más las cosas, ¿no?.


    — ¿A dónde quieres llegar con todo esto? –Pregunta una de ellas directamente.


    — ¿Y si alguien del aquelarre que no presentase “la bendición de Astado” fuera al exterior?, dicha persona no levantaría sospechas de venir de un poblado de brujas dado que sin importar cuando intenten “Sentir” sobre él, solo sería como otro tipo normal para ellos, al menos claro que revisaran sus recuerdos que eso ya sería otro problema aparte.


    Las brujas de inmediato entendieron mi punto, comprendieron de qué estaba hablando, se dieron cuenta sobre “quien” seria ese enviado al exterior, si bien había hombres viviendo en el pueblo, como yo no presentaban dicha bendición por lo que serían candidatos perfectos para este plan, pero había un detalle considerable, pese a que eran magos no eran guerreros, carecían de una necesaria experiencia de defensa personal (adiestramiento con un arma o talentos mágicos de lucha), incluso su poder mágico no era la gran cosa, no eran magos que pasaban de la categoría Nivel C (Regular), pero yo, aun siendo un no mago, contaba con armas que este mundo aun desconocía y ante magos era un instrumento mortal, incluso entre todas comprendían que a pesar de ser un niño, no era visto como alguien ordinarias a estas alturas


    —Rozuel… ¿realmente quieres ir allí afuera? –Me pregunta Naya.


    ¿Por qué razones tendría de hacerlo?, ¿por qué me arriesgaría?, son de seguro la mayoría de las dudas sostenida por las presentes, lo quiera o no, el problema me afecta también, incluso el comercio era la fuente más viable para conseguir cierto materiales específicos para mis creaciones, sin ella incluso yo me quedaría estancado en cuando a desarrollo de armas, mi solución era ir al exterior, explorar lo que hay más allá de Windaz podría ser una oportunidad de conocer a fondo estas tierras de Avalia.


    Sin embargo, no muchas parecían convencidas de dejar tal decisión en manos de un niño, aunque la discusión se llevó por dos bandos; el “a favor” y el “en contra”. Ante mi eventual regreso al pueblo al traer el cuerpo sin vida de mi padre, llego a oídos de la mayoría sobre mi “posible” confrontación con los mismos forajidos de Lars para lograrlo, lo que fomenta a la mitad en confiar en mí.


    Desde que llegue, la Eldar en ningún momento me pidió que le explicase que ocurrió desde mí huida hasta mi regreso, a pesar de que desobedecí una orden suya, no parecía mostrar indiferencia o represalias por mis acciones.


    La reunión termino inconclusa, ambas partes estaban igual, minutos después la Eldar y yo tuvimos nuestra propia reunión en privado en el segundo piso del edificio en donde estaba su escritorio.


    —Supongo que ahora es cuando quiere saber qué ocurrió allí –Le dije yo en relación a mi huida al desobedecer su orden.


    —No, no tengo intención de hablar del tema al respeto –Comenta ella.


    —Je, ¿de verdad?, a pesar de que desobedecí tus órdenes y ataque a una de las tuyas noqueándola para lograr mi propósito.


    —Es cierto, hiciste cosas cuestionables para el pueblo, sin embargo no te guardo rencor alguno, tuviste tus razones y lo más importante, volviste sano y salvo.


    El grupo de búsqueda no tuvo éxito hallando a Walter, pero encontró el cuerpo de las dos brujas que le protegían, de modo que si no era el tema que quería tratar conmigo, ya me daba una idea sobre lo que querría hablar.


    — ¿Tienes idea de lo que estas decidiendo por ti?, ¿verdad? –Me pregunta la Eldar.


    — ¿Qué?, ¿te estas preocupando por mí? –Conteste.


    — ¿Por qué no habría de hacerlo?, eres parte de este aquelarre, como todas nosotras.


    —Que conmovedor, pero insisto en que no deberías involucrarte en las decisiones de otros.


    —Lo que estas considerando va más allá de haber desobedecido mi orden y confrontar a los forajidos de Lars tu solo, ¿por qué haces esto?.


    —Porque es lo que decidí.


    —No, ¿por qué REALMENTE haces esto?.


    —Eldar, Eldar… ¿en verdad quiere jugar a la curandera psicóloga conmigo?, es cierto, tengo mis razones y no es una decisión que tome a la ligera, cuando me lo plantee, estuve al tanto al instante de lo que supone y sus consecuencias.


    —A veces realmente cuando hablo contigo, siento que estuviera hablando con un adulto en vez de un niño.


    —Je, que halagador, puedo asegurarle que me he SENTIDO tan adulto mayormente, a pesar de tener tan solo 8 años.


    —Tu madre y tu hermana, ¿saben de esto?.


    —No… aun no.


    Cuando regrese con el cuerpo de mi viejo, tras el funeral, madre me sermoneo con un mar de lágrimas junto a Laiza, ambas lloraron sobre mi hombro abrazándome al ver que había vuelto sano con ellas, es obvio que decirles lo que tengo planeado va a ser complicado dado a las fronteras emocionales a las que me atrevo a cruzar de hacerlo.


    Mi charla en privado con la Eldar termina, pero antes de irme, recuerdo las palabras de una bruja ajena a Windaz que menciono sobre mí persona y me quedo a la duda, decidí indagar de ello preguntándole a Sara, de que la mismísima líder del pueblo lo sepa o no, estaba por averiguarlo.


    —Acabo de recordar que hay algo que quisiera preguntarle, ¿alguna vez has oído del término “sangre de bruja”? –Pregunto haciendo que ella pusiera un gesto incomodo en el rostro


    —Vaya… no sé de dónde oíste eso, pero ese término es usado en varones nacidos biológicamente de brujas, es decir de individuos como tu Rozuel –Contesta Sara —Como sabes no eres el primer caso de una bruja teniendo un hijo varón, ha habido muchos en otros aquelarre, dado que no es una palabra muy popular, no es muy usada, la mayoría considera que este término suena demasiado… formal para ellos.


    —Entiendo, los “sangre de bruja” son una “mala hierba” para los aquelarre y lo que menos quieren es tratarlos con dignidad y esa palabra dicta lo contrario de sus métodos, pero en resumen, el termino existe y es aplicado de manera oficial para dirigirse a individuos como yo, jeje, nunca deja de impresionarme cuanta discrepancia conlleva en la larga historia de las brujas.


    —Mi madre nunca vio a los sangre de brujas como una “mala hierba”, y yo menos, siempre ha tenido la duda de que como serían las cosas si en su liderazgo hubiera nacido uno, supongo que tuve suerte de comprobar lo que tanto mi madre nunca pudo saber.


    —Espera… me estás diciendo que desde que Windaz fue fundado, yo soy…


    —El primer sangre de bruja nacido del pueblo y este aquelarre, hasta el momento.


    Cuanta novedad, Windaz tenía 126 años de vida, enterarme de ser el “primero” de mi tipo en el pueblo fue interesante, marche satisfecho con esta charla pensando en lo siguiente que hare cuando me encuentre con madre y mi pequeña hermana, a pesar de como estaban las cosas, no sentía nervio alguno en cuanto pensaba sobre que se los diría.


    Esa misma noche me encontraba en casa comiendo junto a ellas en la mesa, siendo el mejor escenario para decírselas, no titubee y confesé mis planes de manera directa.


    —Mama, Laiza, voy a irme del pueblo por un tiempo.


    Soltaron los cubiertos con rostros atónicos tras mi repentina confesión, sus ojos denotaban una profunda inquietud acompañado de las predecibles lágrimas, lo siguiente fue que todo se puso más ruidoso, ambas descontentas tomaban de mi brazo tratando de convencerme a todo volumen sobre que recapacitara a mi decisión.


    —Que ruidosas –Pensé al instante —Pero sé que lo hacen por aprecio, es parte de la familia preocuparse por los suyos.


    Madre ya sentía un inmenso golpe emocional tras la pérdida de Walter y Euber, lo mismo Laiza quien entre su lloriqueo repetía no querer perder a su “hermanito”, las abrazo tratando de consolarlas, nos pusimos a charlar de ello, fue como una reunión familiar bastante dramática, los primeros minutos fueron de intensos griteríos melodramáticos, pero es normal considerando la situación.


    Nos sentamos en el suelo de la sala tras una larga y ruidosa discusión.


    —No quiero perder a otro hermano… por favor… no te vayas –Repetía Laiza en un estado depresivo.


    — ¿Por qué quieres hacer algo tan peligroso?, Roz –Pregunta madre.


    —Madre, el año entrante será la última estancia en la escuela, ¿qué crees que hare después de eso? –Conteste con una pregunta aparte.


    —Bueno… ¿qué tienes en mente para tu futuro?.


    —No lo sé… no se me ocurre que hacer con mi vida más allá de finalizar la escuela, no tengo un rumbo fijo sobre que hare después.


    No tenía el talento para ejercer el mismo oficio de curandera como madre o la determinación de vendedor como mi padre, me sentía incompleto sobre que hare de mi futuro, aun quedándome un año para reflexionar de ello.


    Fuera de las cuestiones de que Windaz necesita urgente forjar una ruta de comercio para no estancar su sociedad, como excusa me planteaba, ¿podría este viaje albergar la respuesta a esta duda que marcaría una influencia vital en mi vida?.


    —Soy egoísta, pero honesto respeto a lo tengo pensado hacer, solo te digo que confíes en mí, ¿me imagino que decir esto me hace raro o alguien complicado? –Dije yo.


    — ¿P-pero volverás? –Me dice con duda mi pequeña hermana con ojos lagrimosos.


    —Obvio que sí, solo tengo un hogar y es aquí en Windaz.


    —Está bien, Confió en mi Roz –Dice madre abrazándonos a los dos, sonriendo y llorando —Me cuesta creer lo tanto que mi preciado hijo… ha crecido.


    —También te quiero, mama –Contesto aferrando a sus brazos y acostándome sobre su pecho.


    Sonara cursi pero atesore cada segundo de este momento como un recuerdo inolvidable, el piso nos pareció tan cómodo que nos quedamos dormimos así hasta el amanecer.


    Para este día, me fui a hablar con la Eldar para confirmar que todo estaba decidido, lleve mi propuesta nuevamente al grupo asistido y obtuve la aprobación de la mayoría, ahora quedaba únicamente prepararme, para los días posteriores recibí los recursos metálicos por parte del ayuntamiento de Windaz, con ello a mano empecé a la elaboración de mi suministro armamentístico.


    Tarde alrededor de 5 días en crear un total de 20 cargadores para el rifle de asalto y 5 para la uzi, dado a que era demasiado peso, tome 15 de la munición del AK-47 y 2 de la uzi para comprimirlas en formas de canicas y hacerlas livianas al cargar, cuando requiera usarlas, fácilmente podría volverla a su forma original como hice con la pistola aquella vez que confronte a los forajidos de Lars.


    ¿Y qué hay de la pistola?, ¿no hice munición para esta arma también?, de hecho lo hice, para unos 10 cargadores (me ahorre crear algunos usando los ya creados), pero esta arma no sería portado por mí. Al llegar madre a casa, le pedí un momento para hablar con ella de algo importante.


    —Mama, en mi partida, quiero que tengas esto –Le dije entregándole la pistola Springfield XD —Quiero que la uses en caso que sea necesario.


    Obviamente le enseñe a cómo usarla apropiadamente, desde sostenerla, apuntar, disparar y recargar, me llevo al menos unas horas explicarle y hacer que entendiera el mecanismo del arma, pero aprendió, supo cómo manejarla aun siendo alguien principiante en armas de fuego.


    Para la mañana del día siguiente me fui ver a la Eldar a su escritorio para notificarle que estaba listo, pero ella me comunica que el herrero (quien me regalo el anillo encantado en mi cumpleaños) quería verme para algo urgente, dado que solo conocía un lugar en todo el pueblo con una herrería, era fácil hallar en donde estaba.


    — ¡Allí esta chico! –Me saluda el herrero un hombre barbudo en sus cuarenta.


    Se encontraba martillando una espada en su yunque, la razón para llamarme fue para enseñarme algo que quería darme, me llevo hacia un sótano en donde almacenaba viejas creaciones polvorientas desde armaduras y espadas ya oxidadas, pero entre todo esos trastes, resaltaba un objeto en medio de la habitación colocada sobre un soporte de madera exclusivo para este.


    Era la una coraza negra muy magullada pero a la vista se sentía como si expidiera un extraño aura que llamara la atención.


    —Llamativo, ¿verdad? –Me dijo el herrero —Esta coraza me la entrego una aventurera como pago hace mucho tiempo, está encantada con una magia que desconozco, a veces me sigo preguntando, ¿por qué me dio algo tan valioso?, el metal de esta pieza desborda una cálida única y la magia que lo imbuye expide una esencia extraordinario pese nunca haber visto un encantamiento como este en todos mis años como mago herrero.


    El herrero mostraba un gran interés y aprecio por la armadura que yacía frente a nosotros, “y ahora es tuya” fueron sus siguientes palabras dejándome atónico.


    — ¿Por qué me entrega “inusual” armadura? –Pregunte yo.


    —Pese a que lo he tenido desde hace un buen tiempo, nunca me he atrevido a tocarla, sentía… que mis manos no tenían el talento necesario para manipular algo tan fascinante y bello –Me dijo él —Cuando me entere sobre tu partida, quería aportar mi granito de arena para contribuir con la causa, no soy un gran luchador, pero quiero que tengas esta armadura, aunque dado a la diferencia de tamaño no puedas usarlo, pero ya que ese guantelete tuyo es capaz de manipular el metal, estoy seguro de que podrás sacarle buen provecho.


    Cierto, aunque no tenía el tamaño adecuado para usar la armadura (era demasiado grande para mi), podría aprovechar su metal y las propiedades especiales de esta para futuras creaciones, puse mi mano sobre el objeto sintiendo aún más de cerca una naturaleza mágica provenir de su metálico material.


    —“Sssheila…”


    El susurro de una voz resonó en mi cabeza, solté la armadura creyendo ser la causa de lo que oí, volví a tocarla pero nada anormal volvió a escucharse en mis oídos, ¿habré imaginado aquella voz?.


    Tome la coraza comprimiendo su tamaño a la de una canica para cargarla con mayor facilidad y antes de retirarme el herrero me entrego a parte una espada acorde a mi tamaño la cual estaba encantada para tener mayor resistencia y ser ligera a mi mano al sostenerla.


    De regreso al ayuntamiento vuelvo con la Eldar comentando que todo estaba listo y no había nada pendiente por hacer, llevo mi rifle AK-47 conmigo, el cinturón con varios bolsillos en el que cargaba las municiones, la uzi (comprimida de tamaño), lo que me queda de las granadas pestilentes (que son 3 restantes), la armadura (con el tamaño comprimido) y sin olvidar mencionar mi fiel guantelete “mágico” de mi brazo derecho.


    Vestía con una chaqueta de cuero negra de mangas largas y pantalones que hacían juego con el color, no eran indumentaria ordinaria, habían sido creadas con una tela especial para resistir el fuego (incluso mi vestimenta era especial).


    —Por favor toma esto, no es mucho pero espero que pueda servirte –Dijo Sara la Eldar entregándome un morral con suministro.


    Dentro había alimentos y 200 Bals presentes en 10 monedas de cobre y dos de plata, tenían en mente proveerme más alimentos para el viaje, pero el tema del peso era la cuestión de problema, no era un fortachón para cargar tanto y aunque el anillo mágico que me dio el herrero hace unos años me brindaba mayor capacidad física, tenía sus límites. Me ofrecieron el usar la carreta (e incluso a alguien que me llevara en ella), pero negué tal ofrecimiento porque tenía mis razones para realizar el camino a pie, ya que había planificado mi ruta de antemano desde hace días.


    Ahora ya no quedaba más por esperar, eran cerca del mediodía, la Eldar me aconsejo que partiera temprano a la mañana, pero el tiempo era un elemento crucial y debía aprovechar su uso de manera adecuada, le asegure que “hoy” era el día ideal y proseguí mi camino despidiéndome de ella.


    Al salir del edificio de la líder de Windaz, soy recibido por una multitud de habitantes del pueblo quienes estaban informados sobre mi travesía y la razón del porque la emprendía, me reciben con elogios deseándome suerte en mi viaje, me despedí por última vez de mi madre y hermana.


    Llegando a los límites del pueblo, el camino que conectaba al bosque, allí me aguardaba Riza, esperándome.


    —Vas a irte de nuevo, ¿no es así? –Pregunto ella con un rostro algo decaído.


    —Si –Conteste con simpleza.


    — ¿Y supongo que no puedo acompañarte?.


    —El que una bruja me acompañe, arruinaría la razón principal del porque hago esto solo, lo siento, así son las cosas.


    — ¿¡Porque!?... ¿tan débil parezco?, ¿realmente sería una carga?.


    Podía sentir que esto se volvería una escena dramática, comprendía las buenas intenciones de Riza, pero ahora su ayuda era innecesaria, de solo venir conmigo le depararía lo peor y nuestras posibilidades de supervivencia disminuirían, aunque parecía una persona fría por resaltar tales cálculos, era lo mejor para ambos.


    —Riza, ¿tan poca confianza me tienes? –Le pregunte yo —En verdad debes creer que moriré como un perro, quizás por el hecho de ser un no mago.


    — ¡No, no es lo que trato de decir!, a lo que me refiero es… -Trataba ella de excusarse a medias siendo interrumpido por mí.


    —¡Contesta mi pregunta Riza!, ¿tan poca confianza me tienes?.


    —Yo… no… yo… yo creo en ti, Roz.


    —Entonces, ¿podrías confiar en mí y dejar esto en mis manos?, tus intenciones son buenas, lo entiendo, pero comprende que de venir conmigo, las cosas solo podrían complicarse, descuida, ten por seguro que planeo regresar vivo y puede que para la próxima, si pueda contar con tu ayuda.


    Con ojos lagrimosos responde bajo una sonrisa “de acuerdo”, se despide de mí, pero no sin antes entregarme una daga de plata con empuñadura dorada.


    —Momento… que esta daga, ¿¡no es una reliquia de tu familia!? –Dije asombrado —No puedo aceptar llevar algo tan valioso…


    —Dijiste que confiara en ti, entonces confía en mí, quiero que tengas esto, como muestra de nuestra mutua confianza.


    Entregarme algo tan valioso, era la prueba misma de que Riza tenia fe en mi retorno si culminaba con éxito esta tarea, la daga de la familia Gramwind era conocida por albergar en su hoja la maldición incura, sin duda resultaría útil, aunque me era incomodo llevar tan valioso conmigo, confiaba en que regresaría a Windaz nuevamente para entregarla a las manos de su auténtica dueña.


    —Gracias, Riza.


    Acepte la daga y cruzando nuestras miradas nos despedidos con una mueca de alegría, partí hacia el bosque mirando por última vez a la bruja de cabellera naranja quien agitaba su mano no como una señal de “adiós” sino “hasta luego”.


    Continuara…


    NOTAS FINALES:


    1: [AFINIDAD]: Se les llama personas con “Afinidad” a aquellos no-magos con la capacidad de percibir/sentir la magia o energías mágicas, también son llamados “observadores” pero este último término no es muy utilizado.


    EJEMPLO: Rozuel es un no-mago con “afinidad” por poder sentir la magia pese a no ser un mago.
     
    Última edición: 22 Octubre 2016
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    CAPITULO 20 LA INVESTIGADORA


    PERSPECTIVA: Rozuel Drayt

    Tomando el camino del bosque a pie, tenía unos 30 kilómetros para llegar a mi primer destino, el pueblo de Sota, mi decisión de no usar carreta se debe para evitar posibles encuentros sorpresas por este camino y andar en una llamaría demasiado la atención además de hacerme más vulnerable a emboscadas, en cambio yendo a pie tengo la confianza de ser más sigiloso con mis pasos.


    Como partí desde el mediodía, en cuestión de horas llegaría al pueblo antes de que se anocheciera por completo (o justo), mi idea es pasar la noche allí y continuar el camino apenas salga el sol, sinceramente aun no me atrevo a arriesgarme a continuar de noche (en caso de ser realmente necesario).


    Mi objetivo de momento es llegar a la aldea de Argoh, allí se encuentra un gremio de comerciantes, dado que la razón de este viaje es conseguir el apoyo de uno para crear una ruta comerciar con Windaz, por obviedad necesitaba llegar a ese lugar, ¿y cómo sabia de este gremio?, era simple, mi padre Walter me hablo de él y una vez lo visitamos cuando tenía 6 años.


    Siguiendo la ruta que transitaba con mi viejo hacia Sota, me encuentro con un evento inesperado, era una mujer (calculaba de 20 o 25 años) de una cabellera negra corta con un tono azulado, llevaba una especie de falda corta negra, una camisa de cuero marrón sin mangas, un collar de cuero adornada con una pequeña piedra preciosa color verde y un morral de larga correa que llevaba encima de uno de sus hombros.


    La joven se encontraba frente a 4 hombres armados, bandidos sin duda alguna, sin embargo la mujer conservaba la calma, de hecho estaba demasiada tranquila con una mueca confiada de optimismo en el rostro pese a su situación.


    —Señorita, parece que no entiende muy bien su situación –Le dice uno de los asaltantes.


    —En realidad lo entiendo perfectamente, ustedes tienen intención de arrebatarme mis cosas por la fuerza –Dijo ella con un tono bastante calmada.


    — ¿Y aun así tienes el valor de mostrarme muy simpática aun cuando entiendes que ocurre?, no sé si estás loca o intentas tomarnos el pelo.


    —Pero uno de ustedes es calvo, ¿cómo podría tomarle el pelo cuando no tiene nada de cabello en su cabeza?.


    — ¡Suficiente!, yo digo que golpeemos a esta mujerzuela y le quitemos todo lo que tiene, incluido su ropa.


    — ¿”Mujerzuela”?, pero si aún soy virgen, lamentablemente, mi trabajo no me da mucho tiempo para establecer ese tipo de relación con un hombre… o una mujer.


    Acercándome un poco más hice que los bandidos notasen mi presencia teniendo momentáneamente su atención sobre mí.


    — ¿Un niño?... no importa, espera tu turno y si eres un buen chico, nos entregaras todos por las buenas y quizás no tengamos que hacerte sufrir tanto –Me amenaza el mismo que dirige sus palabras a la mujer.


    —Oh no te preocupes, tengo en mente darte algo de lo que llevo conmigo –Le respondo yo para acto seguido apuntarle con el rifle de asalto.


    Disparo a su pierna izquierdo asestándole, el malhechor cae al suelo malherido gritando del suplicio, sus compañeros anonadados por la extraña arma que cargaba en mis brazos se dieron a la fuga cuando apunte sobre ellos, el saqueador lastimado se levanta resistiendo el dolor para ser el último en irse caminando a toda prisa como un chueco.


    —Gracias por ocuparte de ellos –Me dice la joven muchacha —Le ahorraste el trabajo a mi compañero.


    —¿”Compañero”?.


    Sentía algo sobre mi hombro derecho, al fijarme me percato de un pequeño zorro blanco con minúsculas alas negras y líneas rojas como marcas tribales sobre su rostro, el cual brinca levitando gracias a sus pequeñas extremidades hasta aterrizar sobre la cabeza de su dueña.


    —Najya Scheer, un placer –Se presenta ella saludando cortésmente.


    —Rozuel Drayt, pero con Roz basta –Hago lo mismo —En cualquier caso, viendo que eres una maga es de suponer que tenías la situación bajo control.


    —Sí, pero aun así agradezco tu ayuda, de hecho me siento intrigada, ¿qué clase de armas es esa cosa?, ¿en dónde conseguiste una?, el hecho de que no emita magia cuando la usaste deja en claro que no es un artefacto mágico y además es increíblemente fuerte, ¡esa cosa es una herramienta bastante inusual e interesante, sí que capto mi atención!.


    —Lo siento, tengo prisa, ya que las cosas están bien me retiro, adiós y tenga cuidado.


    — ¿Eh?, ¿y porque no me acompañas?, tomando en cuenta el camino por el que vas, diría que te diriges al pueblo de Sota, ¿o me equivoco?, es el mismo sitio al cual me dirijo, además… no todos los días puedo encontrarme con un sangre de bruja para charlar.


    Al escuchar decir esas últimas palabras mis pies se detuvieron, gire la cabeza lentamente mirando con ojos perplejos a la mujer.


    — ¿Cómo… sabes eso? –Pregunte seriamente.


    —Este pequeño amiguito es un espirano –Dice la tal Najya refiriéndose al pequeño zorro blanco de minúsculas alas —Una de sus habilidades es leer los recuerdos de las personas con la que hace contacto y mostrármelas, no tomo mucho recuerdos de ti, aunque si esa parte de lo que eres.


    Esa mujer parecía peligrosa, por muy simpática que fuera a simple vista sentía que escondía una contraparte inquietante, podría elegir la opción de apuntarle con el AK-47 y presionar el gatillo para acabar con todo este dilema, pero sentía por instinto que era la decisión más errónea, no por humanidad, sino por preocupación.


    — ¿Qué es lo que quieres? –Le pregunte.


    —Charlar contigo por supuesto, por lo que entiendo de parte de los pequeños fragmentos de recuerdos que mi compañero vio en ti, Sato es solo una parada y te diriges en realidad a la aldea de Argoh, ¿o no? –Me responde Najya.


    —Si…


    —Te propongo lo siguiente, si aceptas caminar conmigo hacia Sato y tener nuestra charla, te conseguiré que alguien del pueblo te lleve a Argoh, muchos comerciantes pasan por ahí y digamos que me deben favores, puedo hacer que te lleven para hacer de tu viaje más rápido hacia tu destino sin preguntas o interrupciones, ¿qué dices?, ¿aceptas mi propuesta?.


    Los comerciantes pasajeros de Sato que van hacia Argoh cuentan con esplendidos guardaespaldas, incluso viajan en caravanas, me plantee la idea de viajar a pie por el tema de la seguridad, pero el viajar con comerciantes que cuentan con medios seguros en su recorrido no era mala idea y considerando la prisa que tengo y que caminar hacia la aldea me llevaría muchos días hasta llegar, el aceptar su propuesta me ahorraría bastante tiempo.


    —De acuerdo –Acepte su propuesta.


    —Entonces es un trato –Dice ella estrechándome su mano para cerrar el acuerdo.


    Hago el mismo gesto y nuestras manos se dan un apretón para dar por zanjado el asunto de la propuesta, desde aquí partí hacia Sato en compañía de otra enigmática compañera (aunque Tayra era más confiable).


    —Y bien, ¿sobre qué será esta supuesta “charla”? –Le pregunte.


    —Sobre el pueblo en donde naciste, Windaz –Contesta Najya confirmando aún más el hecho de que vio sobre mis recuerdos —Veras yo soy una investigadora.


    — ¿Y que se supone que investigas?, ¿el que tu mascota hurgue la cabeza de otros sin permiso?.


    — ¡Jajaja!, claro que no, yo soy una investigadora de la historia y cultura, me encargo de recolectar información de diversas costumbres, ideas, creencias y conocimiento de todas las sociedades que existen y son desconocidas en su mayoría para el resto del mundo, para luego plasmarlo en mis libros, de seguro te habrás topado con alguna de mis grandes obras como “Crónicas de sociedades anónimas” y “Relato de tribus perdidas”.


    —No, ninguna me suena.


    —Bueno eres demasiado joven como para interesarse ese tipo de material, es comprensible que no admires el amplio conocimiento social que el mundo nos ofrece.


    Como si necesitara una clase se ciencia sociales de una hurga-mentes, sin embargo, me retumba la duda de “cuanto” de mis memorias leyó ese espíritu familiar suyo, que problemático solo espero que no haya tomado recuerdos ajenos a Avalia.


    —Ahora en cuanto a la charla sobre la que acordamos, dime como es vivir en un aquelarre, si hay algo a lo que casi nunca he tenido acceso, es al conocimiento del estilo de vida de uno –Menciona Najya —Quiero saberlo todo, ¿cuáles son sus creencias?, ¿su ideología y forma de ser como una sociedad?, ¡aaaah, que emocionante de solo saber que tengo ante mí a alguien de un aquelarre!.


    —Oye tómatelo con calma, para ser una adulta te emocionas con exageración como si fuera una niña.


    —Ya que lo mencionas técnicamente soy una adulta ya que casi voy rosando por los 30 años, aunque a vista de muchos tengo el candente cuerpo de alguien de 20 y los pechos de una quinceañera.


    —Oye, ¿estás bien que digas eso en voz alta frente a un menor?.


    —Como sea, solo comparte conmigo ese dulce, delicioso, suculento y sabroso conocimiento conmigo… por favor.


    — ¡Esta bien lo hare, lo hare!, solo dame espacio… y límpiate la baba que te sale de la boca.


    Compartí los detalles de mi vida y la forma en que Windaz se maneja, omitiendo por supuesto el mencionarle sobre las armas de fuego y mi época de mierda que pase en mis primeros años en el pueblo, solo fui por la parte que le interesaba, las creencias, costumbres y el cómo se organizan las brujas como individuos sociales.


    — ¡Interesante, muy interesante!, en especial su dios Astado, esa “bendición” que mencionas y les ofrece a las brujas es sin duda algo… increíble como curioso –Comenta ella.


    — ¿”Curioso”?, ¿en qué sentido? –Pregunte yo.


    —Mencionaste que desde los tres años las brujas ya son capaces de recibir educación, el recibir aprendizaje para impartirles conocimientos básicos, ¿sabes lo que eso significa?.


    — ¿Qué?, acaso me vas a decir que no es así en otros lados.


    — ¡Claro que no!, un niño de 3 años carece de la consciencia desarrollada necesaria para ser moldeado de tal forma a esa edad.


    —Espera, ¿me estás diciendo que no es lo mismo con otros niños en otras partes de Avalia?, ¿aunque sea en ciudades?.


    —No, un niño no tendría esa capacidad de razonar para aprender sino hasta los 5 o 6 años, ¡sin embargo por lo que entiendo de tus palabras, las brujas son capaces de adquirir una consciencia de sí mismas a tan temprana edad!, su intelecto es… brillante como aterrador.


    —¿Y qué tiene que ver Astado su deidad con todo esto?.


    —Esa “bendición de Astado”, para muchos no es más que una “marca” que todas las brujas llevan, para las mismas es el símbolo de su unión con su dios y su enlace a la magia, ¿pero y si dicha bendición ofreciera mucho más que solo el don de la magia?, ¿y si mejorara otras cualidades en ellas?.


    —Momento… ¿me estás diciendo que la misma bendición les otorga a las brujas una inteligencia mayor al del ser humano común?.


    —Piénsalo, veras no muchos lo saben, pero algunas de las grandes invenciones de Avalia en el pasado, tuvieron por origen de autor a una bruja, pero la historia reconoce que el crédito fue de otros quedando esta información como un mero rumor sin fundamento, como por ejemplo la creación de pociones medicinales o la sastrería mágica se dice que fueron al principio practicados por brujas, pero nuevamente la historia “oficial” hace mención con una versión de “magos” en vez de ellas.


    No negaba que fuese notable lo que mis oídos escuchaban, jamás pensaría que la “bendición de Astado” fuese más allá de solo una expresión, tenía mi idea de que la razón de que pudieran usar magia fuera por eso, pero nunca imaginaria tal hecho, ¿sonaría una locura a oídos de otros?, tal vez, por algo esta investigadora me lo cuenta sin dudar.


    —Pero he aquí otro hecho curioso –Notifica Najya —Si las brujas son lo que son gracias a la bendición de su deidad, ¿entonces cómo es posible que tú también tengas el mismo caso?, no eres uno de “ellos”, careces de dicha bendición, entonces… ¿cómo es que a tan temprana edad ya eres capaz de razonar al nivel de ellas y no de un niño normal?.


    Maldición, como no estaba al tanto de que otros niños en Avalia fueran así, llego a esa conclusión conmigo, obviamente no podía revelar la verdadera naturaleza de lo que soy, de momento preferiría mantener el secreto de reencarnado para mí.


    —Quien sabe… quizás como un sangre de bruja algo habrá de relación –Dije en mi excusa.


    —Hmmm… es posible, el mundo hila de formas misteriosas –Opina ella.


    Nuestra charla continúo a un ritmo normal (lo suficiente para no preocuparme), entre sus interrupciones de rata sabionda de biblioteca y sus orgasmos emocionales cuando llenaba cada hoja de lo que explicaba en un pequeño libro con una pluma, la noche cayó y al mismo tiempo llegamos al pueblo de Sato.


    Como siempre y cada vez que volvía recordaba a este sitio con el mismo aspecto de un pequeño poblado de época medieval, tanto en las estructuras de los edificios como en los aldeanos y sus herramientas de trabajo, Sato era un pueblo en crecimiento que albergaba de momento un estimado de 1000 habitantes (hace dos años eran 900). La mujer y yo nos acercamos al banquillo que estaba cerca de un viejo árbol como nuestra última parada.


    —Supongo que este es el adiós –Comenta ella acompañado de un suspiro deprimente.


    —Oh vamos, a saber cuánto páginas llenaste en ese libro con el que escribías cada palabra de lo que decía, ¿acaso no es suficiente? –Le pregunte.


    —Nunca es suficiente para una esplendorosa acumuladora de conocimiento como yo en plena flor de su juventud.


    —Más bien para una rata acaparadora de biblioteca en sus 30.


    —Disculpa estaba distraída y no te escuche, ¿me decías algo?.


    —Oh nada importante, solo… un gusto charlar.


    Nos despedimos desde aquí separándonos cada uno a lo suyo, pero no sin antes de que Najya me avisara sobre que mañana a unas horas después del amanecer alguien vendría a recogerme para ir en compañía de comerciantes hacia la aldea de Argoh, era el acuerdo que habíamos hecho y ella realmente parecía que iba a cumplirlo (espero que no sea una estafa).


    Me recomendó descansar en una posada (la única del pueblo), al llegar soy recibido por una niña de mi edad de larga cabellera café.


    —Hola forastero, ¿se te ofrece algo? –Pregunto ella.


    —Sí, una habitación por favor –Conteste a la niña.


    —¿Solo para ti?.


    —Eh… si, ¿ves alguien más conmigo?.


    —¿Estas solo acaso?, ¿y tus padres?.


    —Estoy solo, aun dado a mi edad, viajo solo.


    —Melany, ¿alguien busca? –Retumba la voz de una mujer adulta preguntando.


    —¡Si mama, es un niño que necesita una habitación!.


    La madre de la niña (llamada Melany) una mujer de ancho cuerpo (por no decir algo gorda) se vio incluso más sorprendida al ver que estaba solo, fuera de eso pude alquilar una habitación la cual me costó 10 Bals, incluso me ofrecieron comida sin cobrar (dado que el costo de la comida es aparte de la habitación), ¿habrán sentido lastima por mi acaso?, en cualquier caso no rechace tal generoso oferta.


    Para la mañana del siguiente día, Melany toco mi habitación para avisarme de un hombre que preguntaba por mí, supuse que era el que Najya menciono, tan pronto me levante y prepare, salí de la posada despidiéndome y agradeciendo a la madre e hija por su hospitalidad.


    Afuera del establecimiento me topé con un hombre delgado de bigote y sombrero puntiagudo.


    — ¿Eres tu Rozuel Drayt? –Pregunto él.


    —Sí, soy yo.


    —Najya me pidió que te llevara con nosotros a Argoh, ¿estas listos para partir?.


    —Seguro, vamos.


    Viajaría en una pequeña caravana de tres carretas, bien protegidos por escoltas magos bien equipados y fuertes en aspecto, parece que después de todo algo bueno salió de haber conocido a esa mujer, pero aun así persistía cierta inquietud en ella, como que ocultaba algo que me inquietaba, sea paranoia o no lo que siento, espero que nuestro reencuentro no sea lo más pronto posible.


    EPILOGO:​


    PERSPECTIVA: Perspectiva narrada en tercera persona…


    A varios metros lejos de Sota, la mujer Najya Scheer observaba al muchacho partir en la caravana, miraba sonriente deseando suerte al muchacho en su camino.


    — ¿Por qué no se lo preguntaste? –Le dice el pequeño zorro espíritu de minúsculas alas sobre su hombro revelando su capacidad de hablar —Sabes que no fue un “poco” lo que vi en sus memorias.


    —Calma mi pequeño, aún es pronto –Contesta su ama poniendo una mano en su cabeza.


    Sobre su mente se reproducen recuerdos ajenos a los suyos, eran de Roz, fragmentos de memoria de su vida pasada como traficante de armas.


    —Oh… que maravilla… recuerdos de una civilización… de otro mundo… que excitante –Dice la mujer en voz alta acompañado de un gesto excesivo de lujuria en su rostro —Suerte en tu viaje mi pequeño “Trotamundos”.


    Continuara…
     
    Última edición: 22 Octubre 2016
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