One-shot Mejor Amigo [Persona 5]

Ryuji podría ser un idiota sin remedio, podría ser un total descuidado y despistado, podría ser un bocón; pero aunque muchas de estas cualidades le daban el título de estúpido, lo cierto es que no lo era. Al menos no tanto.

Ryuji podía ser muy observador cuando quería, aunque muchas veces prefería no serlo para pasar por alto ciertos detalles que lo incomodaban. Ciertos detalles como el hecho de que Akira últimamente estaba pasando muchísimo más tiempo con Ann, o como solía ignorarlo casi siempre que le mandaba un mensaje; si se encontraban en el arcade, aunque pasaran “tiempo juntos” Akira no se despegaba de su celular, sonriendo como un idiota sin remedio pero sin compartir con él la causa de su felicidad.

Eran mejores amigos, pero cada vez sentía a Joker más lejano. Y sabía porque; no era idiota, recordaba esas charlas que solían con Yusuke sobre Ann cuando los tres se encontraban en las aguas termales; los ojos de Akira siempre tenían un brillo inusual, y no paraba de lanzar cumplidos hacia ella, a pesar de que no pudiera escucharlo. Ryuji entonces se burlaba de su buen gusto y farfullaba algún comentario sobre como a pesar de ser hermosa, Ann era demasiado mandona y a veces temperamental.

Lo cierto es que no la consideraba temperamental, quizás a veces un poco molesta, pero lo cierto es que Ann era demasiado dulce y linda, veía por el bienestar de todos y no quería que nadie resultara herido. Si alguno de sus amigos resultaba dañado, de la forma que fuera, ella era capaz de mover cielo, mar y tierra para hacer pagar al culpable.

Y a pesar de que él fuera un idiota con ella, un pervertido y un desconsiderado, Ann no dejaba de preocuparse por él, de tenderle la mano cuando era necesario.

Quizás por eso se enamoró de ella. Pero a estas alturas, no es como si aquello importara.

Se daba cuenta que ambos estaban saliendo, porque veía los sonrojos, los tartamudeos y a veces podía ver como se tomaban de las manos discretamente pensando que nadie más los estaba observando. Y le dolía, no solo porque nunca había tenido la oportunidad de confesarle sus sentimientos a Ann, sino también porque su supuesto mejor amigo parecía apartarlo cada vez de su vida, como si fuera una plaga o un desconocido.

Le dolía que no le tuvieran la confianza suficiente para guardar su secreto, aunque si era sincero consigo mismo, él tampoco se la tendría; era demasiado impulsivo y explosivo. En cualquier momento de euforia podía simplemente saltar y gritar a los cuatro vientos de su relación; y eso no sería bueno, no sólo por su trabajo como Phantom Thieves, sino porque afectaría también la sinergia del grupo.

Ann se volvería un blanco más fácil, y si llegaban a terminar habría demasiada tensión innecesaria, cada quién buscando un bando si la separación se daba en malos términos.

Y no quería eso.

Quería ver a su mejor amigo feliz, quería ver a la chica que le gustaba feliz, tragándose sus sentimientos y su dolor para verlos caminar juntos de la mano. Aún si él no formaba parte de sus vidas, de sus círculos, volviendo a ser ese conocido ruidoso del que no se podían deshacer por estar en el mismo grupo de amigos.

Volvería a ser el idiota de siempre, el estúpido que no se enteraba de nada, por que así, nadie sospecharía. Nadie preguntaría por sus ánimos bajos, por sus miradas ausentes, ni por el hecho de que ya no fuera tan vivaz como antes. No quería tener que dar explicaciones, no quería darles motivos.

Así que fingiría que no se enteraba de nada, se inventaría alguna excusa boba para quitarse a sus preocupados compañeros de encima.

No quería ser una carga más.