Comedia Media hora

Escribí este relato para celebrar el día del orgullo friki (también conocido como "el día de la toalla") tiempo atrás en la revista ¡No lo leas!. Y sí, media hora es el tiempo que tuve para poder escribir algo a tiempo haciendo referencia a toda clase de influencias populares.
¿Cuántas podréis reconocer vosotros?

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Media hora, ¡media hora! ¡No me queda tiempo! ¡Ríete de las peripecias de ese conejo blanco para satisfacer a su caprichosa reina! ¿¡Qué se puede hacer en media hora que suene como si lo hubiera estado escribiendo desde hacía tres días!?

¿Cómo decía el aforismo? Oh, ya me acuerdo: “El artista copia, el genio roba”. Vale, yo no soy un genio así que tendré que limitarme a copiar... decisiones, decisiones... ¿¡a quién carajo copio para tener todo esto listo a tiempo!?

Vamos, no hay que perder los papeles. Aún me quedan... oh, cachis, veinte minutos. Y sólo he escrito un par de párrafos. Si voy a copiar algo, que sea con gusto, de algo que siempre me ha agradado. Por ejemplo, algo que me viene a la mente ahora que tanto tiempo me falta: ¡Una máquina del tiempo con mucha clase! Claro que no me gusta mucho conducir. De hecho, aborrezco los coches, por muy dadores de tiempo que sean. Tampoco me sirve un armario azul. Qué carajo, ¿a que borracho se le ocurrió eso?

Vale, máquinas del tiempo molonas, fuera. Pensemos en otra cosa.

¿Mundos alternativos y paralelos? Ciertamente, allí sufriría mucho menos que en esta realidad. A menos que me encontrara con orcos con ganas de arrancarme la cabeza; lobos monstruosos; criaturas romboidales que corren como motos; guerras que nada tienen que ver conmigo... ¿por qué carajo en otras historias siempre hay una guerra en la que no quiero meterme? Leñe, si incluso mi gran referente hizo algo parecido, aunque fuese una gran guerra contra mis propias mentiras.

Nada, otra cosa.

Monstruos... ciertamente, hay muchos. Incluso yo he recreado alguno. Hombres lobo, seres invisibles, dobles personalidades, criaturas monstruosas en los bosques de Francia, muertos vivientes “made in laboratorio”, bebedores de purpurina... no, no, no. Debe ser algo menos tocado. Quiero decir, quiero copiar algo para facilitarme el trabajo, pero no quiero ser un grano de arena en una montaña. ¡Gran señor de la cerveza que nunca bebo, ilumíname!

Nada, decidirme por un monstruo me llevará más tiempo del que me queda... ay, madre: ¡Diez minutos!

Oriente. Sí, oriente está lleno de ideas que... convierten en simples excusas de peleas varias que no me van. Siempre igual: de una manera u otra, siempre meten una pelea o campeonato en todos los mangas que leo. Son raras excepciones los que no lo hacen, y aunque no lo hagan, los meten en extras para reír la gracia que ya no me hace tanta gracia. Pero, hey, no soy un aguafiestas. Que lo disfrute quien guste de ello. Que no voy a ser yo.

...claro que yo también lo he hecho. ¡Qué original me sentí entonces, haciendo lo que tantos otros autores antes que yo ya habían escrito, dibujado y animado! Nada, que de campeonatos de artes marciales basadas en la fritura de pescado o campeonatos de petanca que se lleven por delante media ciudad no voy a escribir.

¿Y un exceso? Que no, que el Gran señor de la cerveza que no bebo se guarda todos esos excesos para él.

¿Colecciones? No, hay demasiadas para elegir. Además, otra se encarga de ese tema.

¿Figuras? Ya, una del cara-pulpo para que todo el mundo vea una referencia tentacular más. No.

¿Superhéroes? The liar coyote! The most powerfull beast in the space-time tissue. Oh, don't make me write this garbage, shitty brain of mine!

¿Novelas? No puedo ni elegir una colección, ¿cómo voy a elegir una novela en la montaña que ya he leído?

¿Rol de dados? Si nunca jugué a nada más complejo que el parchís. ¿Cómo se supone que voy a hablar de ese tema sin quedar como un idiota? Aún le tengo un respeto al señor Gygax.

¿Videojuegos? Arriba, arriba, abajo, abajo, izquierda, derecha, izquierda, derecha, B, A. Ale, ahí tienes una linda referencia. Pero no un tema del que hablar.

¿Toallas? Mi espina clavada. Sí, siempre es mi plan leerlo pero nunca termino de decidirme... decir que la respuesta a todo es “42” no va a ayudarme en este trance.

La cultura popular, sí, es una ayuda para mis propósitos. ¡Pero en tanta que no hay forma de elegir algo que hacer! ¿Sobre qué podría escribir?

Dos minutos... vamos, cabeza mía, piensa algo, que para algo te doy glucosa de sobra todos los días, más de la que nunca podrás terminar de comer. ¿A qué cosa podría hacer referencia que todo el mundo conozca ya?

...y cuando el tiempo terminó, los deberes seguían sin estar terminados...