Mas allá del portal

Mire a todos lados, no supe como había terminado ahí. Solo sabia que en este preciso momento Kat, estaba frente de la chimenea, abrazándose así misma, totalmente azul, mientras murmuraba algo.
-Tengo frio…no puedo calentarme…-
- Kat...No te entiendo…- Le dije mientras me acercaba a ella, viendo hacia la ventana; como claramente había una tormenta de nieve. Coloque mi mano sobre su hombro, comprobando que estaba mas fría que un muerto y ese color azul no abandonaba su piel a pesar que estuviera lo mas cerca de la chimenea.
-…Lían…tengo frio...no puedo...calentarme…-Dijo mientras veía como acercaba sus manos congeladas hacia el fuego escarlata de la chimenea.
-… ¿Qué hago? ¿Como te ayudo?...-Dije alterado tratando de hacer mil y un cosas a la vez, mientras mi cuerpo no reaccionaba.
-…Lían…- Oía cada vez su voz mas lejos, mientras todo se empezaba a nublar, viendo detenidamente, como mi mejor amiga se nublaba de mi vista…
- ¡¿Qué hago?! ¡Por favor, dime!- Aunque no la viese ya, quería ayudar, no podía dejar que se quedar así…Solo oía detenidamente, entre tantas tinieblas como mi nombre resonaba por ella…”Lían” “Lían” “Lían” Cada vez mas despacio, cada vez mas lento, cada vez menos vivo, hasta que...
- ¡Lían! –Me grito la doctora Wiehls, mientras me zarandeaba para despertarme…Maldita sea…Odiaba las terapias de meditación con ese estúpido cronometro, no puedo creer lo fácil que es perderse en el, viéndolo detenidamente, solo con ese, tic, tac, tic, tac, tic, tac…- ¿Lían? – Maldición, me había vuelto a ir
- Estoy bien…-Murmure, mientras abría mis ojos azules, parpadeando un par de veces, para acostumbrarme a la luz y ver detenidamente todo…Ni tormenta, ni frio, ni Kat…Ni nada...O por lo menos hasta ahora…
- Estas bien…-Repitió la doctora, mientras se veía como una tranquilidad la llenaba al verme bien, claro, ya después de tantas reacciones repetidas que he tenido así cada vez que usamos este método, hasta yo me preocuparía por alguien que ni conozco.
- No se ni para que usamos este método, siempre termina igual…-Dije mientras desviaba la mirada algo enojado al ser verdad lo que decía, es que… ¡No sabia ni para que lo usábamos si lo terminaba teniendo estas especies de convulsiones! – No se ni por que estoy aquí…- Otra verdad, que al parecer la doctora no creí tan real.
- Tienes razón…-Dijo sonriéndome, mientras se paraba para guardar su reloj junto con unos libros.- No tienes problemas en la escuela, tus calificaciones están bien, tampoco eres problemático en casa, ni tienes problemas de tus padres a pesar que están divorciados.- Me dijo de espaldas mientras guardaba uno de sus libros.- Pero..- Para ese momento había volteado a mirarme con expresión mas seria.- Dijiste que la viste, y eso te afecto tanto física como mentalmente por mucho tiempo. Sabes perfectamente que eso no pa…
- ¡Si la vi! ¡No estoy loco! ¡Estaba justo enfrente de mí y a un lado de la chimenea tratando de calentarse! ¡Estaba ahí, no le mentí a nadie sobre eso! No estoy loco…- Grite interrumpiendo a la doctora, mientras me paraba de golpe, odiaba que me tacharan de loco… ¡Yo se lo que vi! Y lo que vi fue a mi mejor amiga tratando de tomar algo de color esa horrible tormenta…Aun recuerda el azul de su piel por el frio que transmitía su piel, el ruido del que hacia con sus dientes, temblando de frio; también recuerdo como salí corriendo por algo de ayuda y cuando regrese ya no estaba…
- Nadie nunca dijo que lo estabas…-Dijo la doctora calmadamente, sonriendo; mientras me empujaba levemente por los hombros insinuando para que volviera a sentar lo cual hice.- Pero, piénsalo Lían; Te encontraron desmayado en la nieve cuando dices que saliste a pedir ayuda para Kat, es obvio que todos íbamos a pensar que lo imaginaste o soñaste, a parte de que…- Vi como se detuvo, analizando bien si estaba bien o no decirme lo siguiente, que ya sabia perfectamente que era.
- ¿De que? – Dije sonriendo con algo de cinismo, incitando a la doctora para que terminara la frase.
- De que la encontraron muerta cuando la tormenta termino y la nieve se derritió, es imposible, tanto técnica como físicamente que estuviera en tu casa junto a la chimenea, no se puedo Lían, tu lo sabes…-Dijo negando con la cabeza y la mirada gacha.
- Entonces como ¿Explica todas las veces que la vi? ¿Todas las veces que oía mi nombre pronunciado por ella? Y sobre todo ¿como explica que la vi aun lado de su propia tumba en su funeral? –Dije mientras clavaba mi mirada en la doctora, no huiría de mis preguntas, de mi…Siempre todos traban de evadirlas…Bueno mas bien a mi, pero ella no huiría.- Explíquemelo doctora…
- La mente…Nuestra mente nos hace bromas…A veces muy pesadas, y de seguro tu tienes alguna clase de remordimiento por no haber podido ayudarla, piénsalo Lían.-Me dijo la doctora muy tranquilamente, mientras me sonreía y se sentaba; sin inmutarse ni un poco de como la miraba.- Tu mente te quiso hacer creer que Kat, aun seguía aquí con nosotros, por eso te la imaginas todo el tiempo…Lían me preocupas ya han pasado 4 años desde eso…Es muy obvio que te afecto eso por que en ese tiempo solo tenias 10 años, me da mucho miedo que vuelvas a tener otra recaída como la del año pasado, te tuvieron que internar dos meses en el hospital psiquiátrico…-
- Claro, encierren al loco…-Dije interrumpiendo a la doctora
- No estas loco, eso lo sabes y todos lo sabemos…Solo me preocupas, ya que se esta acercando la fecha y bueno...tu siempre cometes alguna locura por estos días.-
- No cometeré mas locuras si eso es lo que le preocupa…-Dije en tono monótono, mientras veía el reloj, suspire un poco tomando mi mochila, justo en el momento en el que timbre sonó; después de todo era terapias por la escuela y en la misma en escuela.
-…Tepes…-Me llamo por mi apellido deteniéndome antes de salir; ella sabia perfectamente que odiaba que me llamaran así y solo así conseguía mi atención por completo.
- ¿Si?-Dije mirándola de reojo.
- Por favor, no te desahogues con el maestro de artes, el ultimo invierno quedo traumatizado por tus dibujos, si quieres dibujar algo de eso; aquí conmigo ¿Esta bien?-Dijo mientras me sonreía amablemente y yo no pude evitar reír con algo de ironía.
- No reprima mi ingenio doctora…-Dije sonriendo socarronamente antes de salir de ahí, para dirigirme de una vez a mi casa. Tepes, Tepes, Tepes…y mas Tepes, es lo que pasaba por mi mente, como odiaba ese apellido. Y si, Tepes, como Vlad Tepes el “empalador”. De una u otra manera venia siendo descendiente lejano de él. Siempre pensé que por mera lógica la gente se iba alejar de mi por eso, pero… ¡No! Hubiera preferido eso mil veces, en vez de soportar a toda la bola de hipócritas que me rodean ¿Por qué me persiguen y por qué bola de hipócritas? Bueno, eso ni yo mismo lo se, pero bueno; admitámoslo. En esta era sean vuelto muy “populares” los supuestos “vampiros” y por ser descendiente de algo así como alguien que se creyó un vampiro o por lo menos inspiro para un libro de vampiro ósea ‘Drácula’ piensan que yo soy una especie de vampiro. A veces me sorprende la inteligencia humana... ¡No sé que pretenden esas niñas! ¿Que salgo con ellas en brazos por una ventana y que de ahí vivamos felices para siempre? Por favor, por mi pueden salir por la ventana cuando quieran y mas si es la del segundo piso.
Ya veía claramente mi casa desde lejos, y había llegado sin ninguna interrupción; vaya milagro. Caminaba por la húmeda calle, sin prestarle atención a lo de mí alrededor, de pronto; oyendo un claro crujido en el cielo. Instintivamente lleve mi mirada hacia arriba viendo, como había unas nubes se empezaban a juntar pero sin rastros de empezar a llover o nevar, para después oír como risas de niños y pisoteos de estos se oían a mi alrededor y sin poder evitar ese odioso tintineo.
-…Mocosos…-Fue lo único que dije al aire, mientras me acomodaba la mochila de lado y retomaba mi paso, ya estando frente a mi casa, me dispuse a abrir la reja, entrando al jardín, deteniendo mi paso un momento, cuando oía pequeñas pisadas alrededor de mi, sin olvidar esas risas molestas y otra vez ese ruido de tintineo.-…Niños déjenme decirles que mi casa no es el único camino para entrar hacia el bosque…-Dije mientras me volteaba viendo detenidamente el jardín tratando de encontrar a esos niños. Como odiaba que se metieran aquí, ya que al parecer el camino mas seguro para llegar al bosque que esta por aquí, es pasar alrededor de mi casa y a la vez a los mocosos de por aquí les encanta ir a explorar al bosque. Olvidándome de sus molestas risas y pisadas entre de una vez a mi casa, encontrándomela como siempre; vacía. Lo más probable es que mi papá estuviera aun en el trabajo, y bueno mi mamá en Nueva York con mi hermano. No se ni para que mi papá se molesto en comprar una casa tan grande, prácticamente era una mansión solo para nosotros dos; como sea. Subí las escaleras encerrándome en mi cuarto, poniéndome mis audífonos para escuchar música a todo lo que daba, era la única forma que me podía quedar dormido, y tenia que aprovechar todo el tiempo que tuviera ya que; en invierno ya desde los 4 años que pasaron después de la muerte de Kat, solía tener varias pesadillas que no me dejaban dormir, tenia que aprovechar; así poco a poco fui cayendo en los brazos de Morfeo. Oía la música, oía las risas de los niños y sus voces y ese tintineo que me hizo despertarme de golpe ¿Y que fue con lo que me encontré? ¡Con dos niños sobre mi cama, en MI habitación, en MI casa!
-…No se quienes son, ni como entraron a mi casa… ¡Pero mas les vale que salgan de aquí! –Dije mientras me sentaba de golpe en la cama, mirando a ambos niños detenidamente; un niño y una niña al parecer gemelos. Ninguno de los pasaba de los 8 años y no traían el uniforme con el que siempre veía pasar a los niños de por aquí, traían puestos ambos, un saco, pantalón y zapatos negros ambos. Lo único que los diferenciaba era que la niña tenia el cabello a media espalda y al niño le llegaban un poco arriba de los hombros como el mio. Ambos poseían unos grandes ojos miel y una tez pálida. Se formo una gran sonrisa en la boca del varón antes de que hablara.
- ¿Eres Tepes, verdad? –Dijo el mocoso, con una gran sonrisa de satisfacción en el rostro.
- ¿Quién quiere saberlo? –Bueno, era obvio que si ellos preguntaban quien era yo, yo hiciera lo mismo; tenia que descubrir, quienes eran, que querían y lo mas importante como sabían quien era yo.
- No podemos darte información, si no nos das tu ¿Eres o no eres Tepes? –Ahora hablo la niña con un tono mas serio, muy neutral mejor dicho; ya que su cara no expresaba nada.
-…Si…-Dudando en un principio, pero bueno ¿Qué me podían hacer dos mocosos de 8 años?- ¿Quiénes son ustedes? ¿Y que quieren?- Ambos sonriendo macabramente antes de levantarse de la cama y cada uno dirigirse a uno de mis oídos y hablarme casi en susurro.
- Nos conocen por muchos nombres...-Empezó hablar la niña a mi oído, haciendo que se erizara la piel.- Todos tratan de evitarnos, pero al final siempre caen en nosotros…-Me dijo en el mismo tono el gemelo, mientras yo me quedaba paralizado. Ese tono tan hueco y a la vez espeluznante de hablar, haciendo que se me erizara la piel, sintiendo que esa mirada y sonrisa maligna no había desaparecido de sus rostros… Me aterraba completamente ¿Quiénes eran ellos? ¿O…que eran?- ¿No has adivinado?- Dijeron ambos en una sincronía, perfectamente aterradora.- Somos los pecados de la humanidad, que han existido por siglos…-Me dijeron ambos sonriendo antes de separarse de mi con una gran sonrisa macabra; ya se les cayo su teatro.
- ¡Claro! ¡Claro! ¡Y yo soy Peter Pan! ¡Ahora volemos hacia nunca jamás! –Dije con obvio sarcasmo, enfatizando mis palabras mientras abría la ventana de mi cuarto dramáticamente. De seguro su padre era uno de los empleados que el mio despidió.- Le diré a mi padre que recontrate al suyo, si sale inmediatamente de mi habitación.-Dije en uno tono seco, mirando ambos niños que se veían entre si confundidos.
- No nos crees ¿Verdad? –Dijo la niña mirándome detenidamente con sus grandes ojos miel.- Créenos…Yo soy lujuria...-Dije volviendo a su expresión neutra mirándome detenidamente.- Y yo soy orgullo…-Dijo el niño sonriendo ampliamente. Suspire resignado tratando de entender a ese para ¿Cómo querían que les creyera?
- ¿Cómo pretenden que les crea? Para mi no son mas que dos mocosos, que entraron a mi casa sin permiso.- Para ese momento la sonrisa de la “Lujuria” ya había vuelto.
- Esperaba que preguntaras eso –Dijo sonriendo, viendo hacia una esquina de mi habitación.- Ya pueden salir… Aethelwine… Brucie…-Llamo el “Orgullo” emocionado. Para ese momento volví a caer sentado en la cama…Un duende… Una hada… ¡frente a mis ojos! El duende eran perfectamente como se les describía en los cuentos, pero este parecía mucho mas tímido que los engañosos que siempre describían, mientras que el hada era totalmente distinta a como se veían, como una mezcla entre humano e insecto, sin olvidar sus hermosas alas que cada vez que alentaban hacían una especie de…tintineo.
- Les creo, les creo...-Murmure saliendo de mi asombro, para ahora entrar a mis dudas.- ¿Qué hacen un hada, un duende y unos pecados juntos? Y no es por nada pero no parecen pecadores, ni por nada pecados…-Dije aun sin creerlo, si estaban ante mi era por algo.
- Necesitábamos en un guía en este mundo, así como si ellos lo necesitarían uno si fueran al infra mundo por así decirlos y si no parecemos es por que teníamos que pasar desapercibidos.-Dijo “Orgullo” despreocupadamente mientras jugaba con el hada.
-… ¿Qué quieren de mi?...-Dije tragando duro, ¿Era real o tan solo otra de mis alucinaciones o sueños?
- Oíste ese crujido en el cielo ¿Verdad? –Dijo lujuria, a lo que yo solo asentí.- Déjame decirte que no es una señal de tormenta, una guerra mas haya de lo que ustedes conocen está apunto de desatarse y tu eres el único que puede detenerla.
-..¿Yo? ¿Porqué yo? –Dije mas que confundido, un puberto de 14 años traumado deteniendo una guerra, eso si era mas imposible de creer que lo que tenia al frente.
-¿Tu?…–Repitió orgullo, acercándose a mí.- Tu eres el descendiente de alguien tan poderoso y conocido tanto aquí como en nuestro mundo.- Maldito apellido, hasta el infierno me seguiría ese nombre.- ¿Por qué? Porque tu fuiste capaz de matar a la descendiente de una la bruja mas poderosa de hace tanto siglos, te felicito.-Dijo sonriéndome ampliamente.
- ¿A quien se supone que mate? –Dije un tanto confundido de eso, el solo sonrió y pronuncio…
- Katherine Balanescu…-
Continuara….