Esa noche llovía, llovía mucho. Recuerdo que era un martes por la noche; uno de esos martes en los que no sucede nada interesante o fuera de lo común. Comenzó teniendo un amanecer y terminó con un anochecer, ¿qué pudo cambiar en tal monótono día? Bueno, creo que el hecho de que se me hayan quemado mis tostadas en el desayuno, o que olvidé echarle comida al gato, o de que llegué tarde al trabajo. Es decir, a mí generalmente no me suceden esas cosas… Los lunes tal vez, pero no los martes. No saben cuánto me gustaba la idea de hacer día a día la misma rutina; el mismo recorrido, para siempre tener el mismo resultado: un día normal. ¿Normal? Sí, normal. Para mí un día “normal” era salir de casa a tiempo, justo después de hacer lo que hago todas las mañanas, y volver a casa luego de terminar de hacer las mismas cosas que hago todos los días durante la tarde. ¿Aburrido? Sólo a veces. Sin embargo, esa noche algo fue diferente. No por el hecho de que llovía, o porque era martes por la noche. Me senté en el sillón y miré por la ventana: llovía a cantaros. Parecía como si el cielo fuese a desgarrarse por la fuerza del diluvio que se formaba afuera. En mi departamento lo único que podía escucharse era el repiqueteo de las gotas estrellándose sin compasión contra mi ventana, además de los truenos que acompañaban al mal tiempo y del poco tráfico que había en la ciudad. Me sentía confundido, no entendía que sucedía. Miraba a mi alrededor y estaba en el lugar de siempre, con todas las cosas en su lugar. No había olvidado hacer nada importante, ni tampoco me faltaba algo por hacer. El problema no era lo que sucedía a mi alrededor, sino dentro de mí. Ya era la segunda o tercera vez que me sucedía en los últimos días. Era como si de la nada se hubiese roto algo que no pudiese reparar; como si extrañamente se hubiese manchado un lienzo de un color blanco impecable, y yo me afané con todas mis fuerzas a querer dejarlo como nuevo utilizando solo mis manos. De un momento a otro, pasé de estar feliz a sentirme la persona más infeliz y despreciable del mundo. De pronto dejé de sentir hambre, sueño o sed. Simplemente me sentía infeliz y… vacío. Totalmente vacío. Me creí cansado, pero no tenía ganas de dormir. Quería distraerme con algo, pero a la vez no me apetecía moverme de donde estaba. Una sensación totalmente contradictoria y extraña, ¿no lo creen? Me sentí disperso, como si mi mente no estuviese ni aquí ni allá. Estaba pensando en algo, pero no estaba seguro en qué. En ese momento me limité a respirar y mirar un punto fijo en la ventana, sin saber que hacer o que sentir. Y entonces, en algún momento del martes por la noche, lo supe. Supe lo que sucedía; o más bien, lo que me provocaba tal sensación: estaba completamente solo. La soledad al fin se había hecho notar, y yo no pude evitar que se apoderara de mí.
Me gusta tu narración. Me recuerda a un cuento de niños, esos que están llenos de detalles y suspensos hasta llegar al desenlace final, obviamente lo digo como cosa buena. A veces hay personas así, viven su vida monótonamente porque quieren o les toca, y de repente un día algo hace click y comienzan a partir de allí, a golpearse con todas las cosas que dejaron pasar y perdieron. En fin, fue agradable reflexionar un poco sobre ello. Saludos.
Lo amé. La verdad es que la narración me gustó mucho, como ya dijeron tienes un estilo bastante peculiar, muy llamativo. Con tanta prolijidad y detalle has logrado que me imagine la situación perfectamente, incluso logré entender los sentimientos del personaje, hasta donde me permite mi condición humana, claro. El tema y el desarrollo son muy bellos, la ortografía impecable. La idea es conmovedora, así como el impacto que se lleva el lector. Espero que publiques algo cuando puedas... Quiero más.
Como dije, aquí estoy. Le mantuviste con misterio, algo que hace mucho no me encontraba en algún escrito. Tu narración muy exacta a como el Fic lo necesitaba. Los sentimientos del personaje bien plasmados... Me encantó. Mucho más porque no hay ni una falta de ortografía. Ninguna. Algo que en poca gente se ve. Felicidades. Es triste que ese día haya descubierto a la soledad encima de él. Aunque bueno, quizás varias personas entiendan al personaje. Sólo una cosilla. Si somos estrictos, es un One-Shot, ya que pasa las 500 palabras. Saludos, bella.~