Clock Tower [Mansión O'Donell] 2° Pasillo

Hanabi

Se apresuró fuera del comedor, y ya estaba en el pasillo cuando escuchó los llamados de Hiroshi. Se giró hacia él prácticamente sobre la marcha y le sonrió, indicándole con la mano que se apresurara. Cuando se volvió, notó la presencia de Kaede y se acercó a ella.

—¡Hola! ¿Qué haces? —exclamó, animada, e inmediatamente después alzó la vista hasta la sábana que parecía estar cubriendo algo—. ¿Hmm? ¿Qué será esto?

Estiró el brazo y tiró de la tela sin más, sin brindarle demasiada reflexión. Sólo tenía curiosidad.

 

Hiroshi Koizumi.

Tuvo que echar a correr para darle alcance a Hanabi y una vez en el pasillo, topó con Kaede también. Iba a acercarse a saludarla, pero las acciones de la niña de cabello negro lo distrajeron por completo de ello.

—¡Eh, espera, que si está cubierto es por algo! —Sin embargo, era demasiado tarde, apenas había iniciado la frase cuando Hanabi ya había tirado de la tela, revelando el objeto que pretendía cubrir.

Se acercó al espejo, mirando con detenimiento su superficie y dejó escapar un sonido de sorpresa.

 

Hanabi

Se inclinó profusamente hacia el espejo una vez fue revelado, y soltó una risa corta al ver su reflejo recortado de formas diversas en los diferentes fragmentos del cristal roto.

—¡Parezco de esos cuadros feos que tenía la Señorita Lincoln en su recámara! —recordó, haciendo mención a una de las criadas que trabajaban en el orfanato.

Luego de erguirse le echó un vistazo al resto del pasillo y frunció el ceño, indecisa. Había aún algunos objetos cubiertos por sábanas, pero seguramente serían espejos igual de aburridos que ese y no le despertaban interés. Mejor seguir con su plan original, ¿verdad?

—Oigan —llamó a sus hermanos, sonriéndoles—, ¿les parece seguir explorando? Deberíamos aprovechar hasta que vuelvan a llamarnos, además tenemos muuuucho por recorrer. ¡Esta casa es enorme! Creo que si trajéramos a todos los niños del orfanato podríamos vivir bien cómodos, ¡y sería muy divertido!

Había comenzado a caminar por el pasillo mientras hablaba, ligeramente abstraída en la repentina idea que se le había ocurrido. Recibir a todos sus hermanos allí, esos que habían quedado atrás, para crecer y ser felices juntos. Sonaba como a un gran plan, lástima... que no fuera posible, ¿verdad? Los adultos jamás lo aceptarían.

 

Hanabi

Giró el rostro hacia Kaede cuando la alcanzó, y le sonrió emocionada.

—¡Al patio! Me encanta estar afuera. Pero... —Le echó un vistazo a todas las puertas a su alrededor—. La verdad no estoy muy segura por dónde será.

Se rascó la nuca, riendo algo avergonzada, y decidió probar suerte con la única puerta que no daba hacia los costados, sino hacia adelante. Asomó la cabeza, y reconoció de inmediato el pasillo por el cual habían andado el día anterior. ¡Ahora recordaba!

—Por aquí podemos bajar, ¡ya debemos estar cerca! —avisó, apresurándose por la puerta hacia el primer pasillo.

 

Hiroshi Koizumi

Estaba distraído con el espejo cuando Kaede se acercó, así que escucharla de repente lo hizo dar un ligero respingo pero no tardó en sonreírle con energía.
Apenas y se estaba poniendo al corriente cuando Hanabi ya estaba echando a correr de nuevo, esta vez hacia otra puerta, buscando su camino hacia el patio.

Tomó aire quizás con demasiada fuerza y corrió, siguiéndole los pasos a la enérgica niña, pero antes de llegar a la puerta se detuvo de golpe, volviéndose hacia Kaede.

—¡Vamos, si esperamos mucho seguro le perdemos el paso! —No esperó su reacción y continuó tras Hanabi al primer pasillo.