Manos entrelazadas

Tema en 'One Piece' iniciado por SusanDMerry, 14 Septiembre 2013.

  1.  
    SusanDMerry

    SusanDMerry Entusiasta

    Aries
    Miembro desde:
    7 Mayo 2013
    Mensajes:
    87
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Manos entrelazadas
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Amistad
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    751
    Estaba asustada, aterrorizada. Sentía tanto miedo que mis dientes castañeaban produciendo extraños sonidos. Parecía como si canturrease y eso produjo que me tensara por unos instantes. Me encontré paralizada cuando Franky desapareció delante de mis narices. Pero no pude hacer nada cuando se dirigió a mi.

    Mis piernas temblaban como dos hojas agitadas por el viento y mi miraba se mantenía fija en aquel tipo. Se acercaba. Demasiado rápido y yo no podía escapar. Estaba justo en su punto de mira. Y entonces se abalanzó sobre mí. No puedo expresar lo que sentí en aquel instante porque mi cabeza estaba echa un lío. Parecía que explotaría de un momento a otro.

    "Ayuda" pensé y giré mi cabeza en busca de la única persona que sabía que vendría a por mi. Y efectivamente lo encontré corriendo en mi dirección con la mano estirada. Su cara expresaba tal angustia y desesperación que mi corazón se aceleró.

    "Solo tengo que..." susurraba estirando mi mano para encontrarme con la suya. Pero no fui lo suficientemente rápida. Antes de poder pedir ayuda sentí un escalofrío recorrer mi espalda y me desmayé.

    —¡Nami!- la cara de Luffy apareció frente a mí. Abrí los ojos sobresaltada pero allí no había nadie. Intenté levantarme, pero por alguna razón no podía. Mi cuerpo se encontraba inmóvil. Miré a ambos lados y solo veía nubes pasar a mi lado para luego desvanecerse. Me sentí muy cansada y cerré los ojos de nuevo.

    Noté una punzada en el corazón y una lágrima resbaló por mi cara cayendo al infinito que se encontraba bajo mío. Apreté los puños.
    —¿Dónde estoy?- pregunté. Pero no hubo respuesta.-Quiero oír tu voz.- Lloriquee como una niña pequeña. Intenté gritar pero las palabras no salían. Realmente estaba muy cansada.

    —Tengo sueño...- susurré sin pensar. ¿Cómo podía pensar en dormir en ese momento? Me regañaba a mi misma mientras me iba adormeciendo. Y al final inevitablemente caí dormida, notando la sensación de que una mano agarraba la mía. Una mano que antes no pudo llegar a salvarme.
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    La chica de cabellos anaranjados sonreía mientras cerraba la tapa del libro que se encontraba frente a ella. Depositó el boli a un lado y se levantó suspirando. Le echó otra mirada a aquel azulado objeto en el que se encontraban escritas innumerables aventuras de su tripulación.

    —Por fin conseguí escribirlo.- se pasó la mano por la frente como si estuviera sudando y asintió orgullosa.
    —¿Qué escribiste?- la chica se sobresalto al oír una voz detrás suya. El chico de cabellos azabache sonreía picaramente mientras se recolocaba el sombrero. Nami suspiró tranquila cuando vio que era él. El muchacho intrigado, volvió a preguntarle a su compañera pero esta en silencio se limitaba a observar la mano de su capitán que descansaba dejada caer a un lado.

    Recordó lo que acababa de escribir y soltó una risilla. La verdad es que hacía tiempo que no le cogía de la mano y en aquel momento le entraron unas ganas terribles de hacerlo. Decidida alargó la mano y cogió la otra. Sintió lo mismo que aquella vez cuando se encontraba volando por el cielo y aliviada sonrió.

    —Por cierto, la comida ya está.-anunció y la expresión de su acompañante cambió repentinamente de tranquila a desesperada. Se le iluminó la cara y sonrió ampliamente.
    —¡Por fin!- gritó alzando ambas manos, cuando se dio cuenta que una de ellas estaba ocupada por otra. Agarró bien la mano de Nami y estiró de ella para que lo siguiera mientras canturreaba una canción sobre la comida.

    La chica consiguió seguir su paso y se encaminaron juntos a la cocina. Miró al chico que miraba impaciente hacia el frente y luego depositó su mirada en sus manos cogidas.

    —Luffy, tu mano es más grande la mía.- susurró. El chico se paró de repente, la miró extrañado y luego miró a sus manos. Confuso empezó a meditar unos momentos y cuando pareció obtener la respuesta asintió alegremente. El joven comenzó a andar de nuevo mientras no paraba de sonreír y asentir.
    —Por supuesto, Nami. Si no, no podría sujetarte tan bien para no dejarte ir.- afirmó contento con su conclusión.

    Entrelazó en un movimiento rápido sus dedos con los de su navegante haciendo que esta se sonrojase y volvió a guiarla a la cocina.
    Después de todo, el capitán tenía razón.[​IMG]
     
    Última edición: 14 Septiembre 2013
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  2.  
    Shayury

    Shayury Guest

    Hola!
    Gracias por la invitación. Que puedo decirte que la parte de Nami y Luffy me ha encantado. *-* Y la primera parte era como si lo viera con mis ojos. Mi parte favorita ha sido la conclusión de Luffy, es decir, estas: "Por supuesto, Nami. Si no, no podría sujetarte tan bien para no dejarte ir". Me ha gustado bastante esta frase, ya que me ha parecido una conclusión infantil, pero al mismo tiempo tierna y adorable. Nami escribiendo las aventuras que ha tenido con sus compañeros, no se porque si alguna vez alguno de esa tripulación escribía un libro me imagino que lo haría Robín no Nami. xD Nose que decirte más, solo que me avises cuando publiques algo nuevo y con esto me despido.

    Adiós!! =)
     

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