Malentendidos [sasa]

Capítulo 1:


Por fin los tres juntos nuevamente, Sakura miraba a sus compañeros, ya empezaba a amanecer, Naruto sonreía mientras tenía los brazos por detrás de la cabeza, y Sasuke sonreía con aquella arrogancia que lo caracterizaba, aunque era una sonrisa cansada, lo podía notar, porque parecía que en cualquier momento, el Uchiha caería al suelo completamente rendido.


—¿Estás feliz ahora, Sakura? —Kakashi había llegado hasta su lado, y había apoyado una de sus manos en el hombro de ella para llamar su atención.


—Sí —ella no se veía tan feliz como decía, se abrazaba a sí misma, mientras los veía con nostalgia—, ellos están vivos, y juntos, sonriendo.


—Eso es bueno, me alegra que… —él dejó de hablar cuando el rubio se dirigió a ella.


—¡Sakura-chan, lo logramos! —gritó él entusiasmado, con aquella sonrisa zorruna que alegraba a cualquiera, pero esta vez, ella se quedó algo seria, cuando el pelinegro la miró—, ¿qué sucede, Sakura-chan?, ¿no hay abrazos por el buen trabajo?


El rubio abría los brazos, y se iba acercando hacia ella, pero ella dio unos cuantos pasos hacia atrás, dejando caer el brazo de Kakashi que aún seguía sobre ella, y alejándose sorpresivamente de su mejor amigo, lo cual confundió a los tres hombres del ex equipo siete.


—¡E-espera, Naruto! —ella puso su mano delante, esperando que no pasara de este—, creo que no es hacia mí, a donde debes dirigirte —Naruto no la entendía, levantó las cejas esperando que ella se lo aclarara mientras se había detenido frente a ella—, hay alguien a quien le debes tus esfuerzos y victorias, sé que sin ella, muchas cosas no hubiesen pasado como hasta ahora, ella te ha apoyado más de lo que yo como tu compañera tenía que…, deberías buscar a Hinata, y celebrar con ella, Naruto.


Él suspiró, y sonrió, estaba más tranquilo por lo que le había dicho su amiga, ya que por un momento se preocupó, y creyó que algo malo le había pasado; Kakashi sonrió bajo su máscara, también se había sorprendido, pero luego entendió lo que ella quería decir, y el pelinegro, relajó un poco su semblante.


—Creí que algo te había sucedido, Sakura-chan, me alegra saber que estás bien, y que eres la misma de siempre —ella pudo sonreírle al fin.


—¡Feliz cumpleaños, Naruto! —él ensanchó aún más su sonrisa, riendo nerviosamente, cuando se vio empujado por la patada que le acababa de dar el pelinegro.


—Ya vete de una vez, dobe —le ordenó con tranquilidad. Cuando bajó la pierna, mientras el rubio se iba, la pelirosa pudo notar un gesto de dolor en el rostro de él.


—Estás herido —afirmó ella, intentando acercarse un poco.


—Yo me marcho, creo que sobro aquí —dijo casi en un susurro, esfumándose, sin que sus alumnos lo notaran.


—… —ella ya estaba a su lado, emanó un poco de chakra verde, había recuperado una mínima cantidad, acercó su mano hacia la herida que él tenía en el pecho, pero él la detuvo, cogiendo su muñeca, y soltándola luego—, no lo hagas, no es grave, no lo necesito.


—Bien —ella sonó algo molesta, pero continuó observándolo—. Solo diré esto, aunque lo tomes a mal, o no te importe en lo absoluto, gracias por ayudarnos a ganar esta guerra.


Él iba a decir algo, ella tenía razón, el pelinegro no lo había hecho por ellos, y no le importaba que le agradecieran, pero cuando pensaba darle la razón, aunque tampoco estuviese en él hacer eso, ella se había dado media vuelta, y se había marchado, dejándolo solo. Sasuke pudo ver cómo su rubio amigo conversaba muy amenamente con la Hyuuga, quien se sonrojaba de solo estar cerca de él, y en cuanto a la pelirosa, la vio acercarse a la rubia, esa la que era su mejor amiga, así lo pensó, y la vio abrazarla, su amiga lloraba en su hombro, debía haberle pasado algo, eso creyó. Y por otra parte, sus otros tres compañeros, de Taka, se acercaron, y le comunicaron que se marcharían, buscarían sus propios caminos, y quien parecía menos afectada por aquello era la pelirroja, quien no parecía querer mirarlo a los ojos directamente, pero sí quiso decirle algo por última vez.


—Sasuke-kun —él la miró, y esperó a que continuara—, tu chakra… es tan brillante y cálido como el de él.


Siguió la vista de la chica, para otra vez, ver a Naruto riendo como siempre que estaba contento, lo cual lo hizo sonreír de lado; esta vez se quedó solo nuevamente, preguntándose si aquello era cierto, y si alguna vez podría enmendar los lazos que había echado a perder.


%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%


Todo aquel día, a pesar de las pérdidas de la guerra, los shinobis de las cinco potencias, se reubicaron hacia los campamentos, donde tenían agua y comida, además de medicina; toda la alianza celebró el cumpleaños de Naruto Uzumaki, sin duda el héroe, el pilar de muchos allí presentes. Sakura ya agotada, y habiendo pasado casi toda la tarde con Ino, consolándola por lo de su padre, y animándola, sintió que necesitaba de un baño para relajarse, por lo que le pidió a su amiga que la cubriera mientras entraba al río.


—Claro, frentezota, no dejaré que nadie espíe —la rubia le guiñó el ojo.


La pelirosa se alejó por el corto camino que la llevaba al río, mientras que con la rubia, ella abría los ojos desmesuradamente al ver quién se acercaba, era el pelinegro, el Uchiha para ser exactos, quien con su aspecto serio e intimidante, se detuvo frente a ella, sin llegar a atemorizarla, porque para atemorizar a Ino Yamanaka se necesitaba mucho más que una mirada como aquella.


—¿Dónde está Sakura? —preguntó sin más con aquella lúgubre voz, sorprendiendo a la rubia.


—Te lo diré si me dices para qué la quieres —él se lo pensó un momento, luego suspiró.


—Necesito que me cure, las demás enfermeras no logran controlarse cuando me tienen cerca —confesó fastidiado.


—Por allá —señaló la rubia en la dirección en que su amiga se había marchado, con una sonrisa de satisfacción plasmada en su rostro.


El Uchiha asintió hacia ella, caminando nuevamente hacia donde la rubia le había indicado, fue con cuidado y sin hacer mucho ruido, ya se había percatado del carácter que había adquirido su ex compañera durante todo aquel tiempo, y no quería ser el que la hiciera estallar; cuando llegó a ver la cabellera rosa mientras avanzaba con cautela, se percató de que ella no tenía la parte de arriba de su atuendo, pudo ver su espalda desnuda, estando seguro de que estaba igual por delante, además de que las botas ya no estaban en sus pies, y ahora se agachaba mientras se iba bajando el pequeño short, lo que llevaba encima, y lo que llevaba debajo, todo de una sola vez. La ojijade tenía un trasero firme, una piel que lo llamaba a tocarla, algunas pequeñas cicatrices quizás, una muy extraña en su hombro, la marca de alguna bestia, pero eso no era lo que más le llamaba la atención, sus piernas largas, y formadas, aquella estrecha cintura, por detrás se veía sublime, la vio caminar hacia el río, y meterse, dejándolo sin aquel hermoso paisaje; se dio media vuelta, y volvió sobre sus pasos, no podía quedarse en ese lugar por más tiempo, huir.


Ino lo vio llegar hasta su lado nuevamente, era obvio que la había visto, y quizás vio más de lo que debía, sus mejillas estaban con un muy leve, pero perceptible sonrojo que ella pudo notar, lo miró con algo de burla, él no le daba miedo, le alegraba que hubiera vuelto, todo sea por la felicidad de su amiga, y por su propio nuevo pasatiempo de fastidiarlos, y así distraerse de la tristeza que la invadía.


—¿Eres enfermera? —la cuestionó él.


—No —contestó seria, aunque claro que podía ayudarlo, pero no quiso—; y al parecer disfrutaste de la vista, Uchiha —él la miró, e hizo un gesto parecido a una sonrisa, luego se fue.


%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%


Los kages habían decidido que durante el regreso de sus shinobis a sus aldeas, al menos ellos, se quedarían por una semana en el país del Hierro, con el samurái como moderador, y en donde decidirían el destino de Sasuke Uchiha, claro que el primer día de ello, y los que siguieron, él estuvo presente, para defenderse así mismo, contando todo lo que sabía, y dejando en las manos de aquellos líderes su destino.


Al final de aquella semana, se llegó a la conclusión de que: primero, no podían matarlo, ya que con ello acabarían con el único sobreviviente del clan Uchiha, un clan muy importante; segundo, él era un niño cuando se marchó, influenciado por el odio equivocado que sentía hacia su hermano y el ofrecimiento de poder que Orochimaru se encargó de darle; y tercero, Konoha debía encargarse de su castigo.


%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%


De regreso a Konoha, después de aquella larga semana, la Hokage, el Uchiha, y Kakashi, quien había estado como guardián de Sasuke, fueron recibidos con mucho entusiasmo por toda la aldea, y no tanto por el pelinegro, sino por la líder que retornaba, a la cual aclamaban entusiasmados, Naruto y sus otros compañeros estaban presentes, Kakashi les informó que Sasuke al menos no fue condenado a muerte, y el rubio brilló de alegría, pero no vieron allí a la pelirosa, y eso les extrañó.


—¿Dónde está Sakura? —preguntó el peligris al rubio.


—Sakura-chan está en el hospital —contestó tranquilo, pero al darse cuenta de que su sensei lo había tomado equivocadamente, corrigió su respuesta—; ella no ha dejado de trabajar en el hospital desde que regresamos, aún hay demasiados heridos, y… ha estado algo extraña.


—Uhmmm… —el peligris se quedó pensativo—, eso no está muy bien, Sakura no sabe cuándo detenerse.


Tsunade a pesar de estar recibiendo los saludos de sus aldeanos y compañeros shinobis, no se había perdido la conversación, ya que por ser el rubio, su voz podía oírse aún desde el otro lado de la aldea; la ojimiel suspiró fastidiada, se acercó al grupo donde se encontraba Kakashi, y se decidió a hablar.


—Le daré una semana a Sakura para que descanse, debe estar agotada, se ha pasado toda la guerra curando y curando, y a la vez luchando, debe estar sobrecargada, Shizune le informará —dijo concluyendo respecto a Sakura—. Y en cuanto a ti, Uchiha, Kakashi y Sai se encargarán de vigilarte hasta que piense bien en tu castigo, se turnarán para hacerlo, aquello lo harán como anbus, y será quizás por una semana más, puedes tomar tu antiguo departamento, Naruto tiene las llaves, da gracias que no se destruyó con lo de Pain; además el ex equipo siete, será esta vez el equipo Kakashi, podrán entrenar desde mañana, por lo que Sai continuará como Anbu, junto con Yamato, aunque esperaremos a que se recupere antes.


Todos asintieron, Naruto no cabía en su felicidad, otra vez estarían en el mismo equipo, Tsunade se marchó hacia su despacho, mientras que Kakashi necesitaba descansar, y claro, le pidió a Sai que empezara con su misión de vigilar a Sasuke, como lo había ordenado la Hokage; el Uchiha no estaba muy contento con Sai a su lado, pero quería descansar, se fue al departamento del rubio primero, esperando por las llaves, y luego, se dirigió al suyo, al cual entró en silencio, con su sombra detrás, daba gracias que no le había dirigido la palabra hasta ahora, aunque tarde o temprano sucedería; caminó hacia su habitación, todo parecía igual, como si alguien hubiese estado viviendo en aquel lugar, pero no porque las cosas estuvieran removidas, sino porque todo seguía limpio, y en orden, tal y como lo había dejado hace aproximadamente cuatro años, y aquel portarretrato del equipo siete, de niños, era lo único diferente, estaba nuevamente levantado, en el lugar de siempre.


—La fea era menos fea de niña —soltó el anbu mientras miraba la fotografía.


—¿Fea? —aquello no le había gustado, y menos luego de verla desnudarse cerca del río al atardecer, por otro lado, no le agradaba la confianza que se tomaba el anbu con ella.


—Hablo de Sakura —contestó tranquilo.


Sasuke ya no dijo nada al respecto, no había razón para que la defendiera, o para que le hablara mal al muchacho, si había esa confianza con su compañera, era porque ella se la había dado.


—Ella vino aquí cuando regresamos a Konoha, a decir verdad, venía cada cierto tiempo a limpiar este lugar, tenía la esperanza de que volverías, y tendrías un lugar cómodo donde quedarte —Sasuke se enojó, no por lo que hacía la pelirosa, sino de que ese anbu supiera tanto de ella, lo detestaba.


—Quiero descansar —fue todo lo que dijo, a lo que Sai salió de la habitación, pero permaneció cerca, siempre atento al chakra del Uchiha.


%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%


Sakura ya había sido informada por Naruto de las decisiones de su maestra, y también de la semana libre que le estaba dando, pero si pensaba en ello, no era tan libre, tendría que entrenar con su equipo a partir de mañana, al menos eso entendió, por lo que, ya en su nuevo departamento, y con una pequeña compañía, se quedó dormida en su cómoda cama, dejando la ventana un poco abierta por el calor que hacía.


Al día siguiente, Kakashi y su equipo, -sin Sai-, estaban esperando a que Sakura llegara, era cuestión de tiempo, claro que ella usualmente no era impuntual, por lo que estaban algo preocupados, los tres, aunque uno de ellos tratara de no demostrarlo.


—Oi, Sasuke, ve por Sakura —ordenó el peligris; el pelinegro hizo un sonido de molestia, y volteó a mirarlo.


—¿Por qué yo?, que vaya el dobe —decía de brazos cruzados.


—E-es que Kakashi-sensei y yo tenemos que hablar de algo importante, y luego no habrá tiempo, así que te queda a ti hacerlo —el Uchiha lo fulminaba con la mirada.


—No puedo ir solo, debo estar vigilado —Kakashi le sonrió, reconociendo que el pelinegro no era nada estúpido.


—Tómatelo como un respiro, sé que volverás, me hago responsable —continuaba con aquella sonrisa tranquilizadora bajo la máscara.


—Como sea —se separó del árbol donde estaba apoyado, sabía dónde quedaba el departamento porque esa mañana, el rubio se lo había señalado cuando pasaron cerca de uno de los edificios.


Llegó hasta el lugar con fastidio, no quiso tocar, prefirió buscarla por la ventana de su habitación, saltando hacia un árbol de cerezo que se encontraba frente a esta; la vio a través de la ventana, aún estaba en su cama, dormía, saltó hacia su balcón con sigilo, no quería despertarla tan bruscamente, y cuando iba a tocar, la vio removerse en su sitio, y luego, algo más se movió allí, debajo de las sábanas, podía ser una mascota, pero una mata lila, salió y se subió encima de ella, era una pequeña, rondaría los dos o tres años, la niña volteó hacia la ventana, se sentía observada, ya que cruzó la mirada con el pelinegro, negro y jade, tenía los ojos igual a Sakura.


—Mami, mami —la pequeñita zarandeaba a la pelirosa, quien luego de oírla, se fue despertando, mientras que el Uchiha regresó al campo de entrenamiento algo agitado, y un gesto extraño en el rostro.


%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%


—Michi-chan —hablaba con pereza la pelirosa, viendo con ternura a la niña—, déjame dormir, estoy tan can…


—Un home allí —señalaba la ventana, pero cuando la pelirosa miró, no había nadie, y sonrió.


—No hay nadie, ya debemos irnos, ¿quieres ir a ver a papá? —la pelilila se emocionó y asintió—, bien, pero acompáñame a ver a mi equipo, ellos me están esperando, eso creo, y ya es tarde, les diré que no puedo entrenar, al menos por unos días.


La pelirosa se vistió, y luego vistió a la pequeña, las dos desayunaron algo ligero, y luego se marcharon de aquel lugar, tenían que llegar pronto, para que pudiera disculparse apropiadamente con su equipo, eso pensaba la mayor.


Cuando llegaron, los tres hombres que ya estaban entrenando, percibieron la llegada de la muchacha, se detuvieron y se acercaron, hasta que de la ojijade mayor, pasaron a observar a la ojijade menor, la que se escondió tras la pierna de la mayor, tras sentirse intimidada por la mirada de esos tres, mucho más por Sasuke a quien reconoció, aunque se calmó tras sentir la mano de la pelirosa sobre su cabeza.


—Hola, chicos, Kakashi-sensei —les saludó con una sonrisa—, siento no haber llegado a tiempo, pero sensei, igual pido que me excuse, al menos por unos tres o cuatro días, tengo que cuidar de Michi-chan, su padre está en el hospital.


La sonrisa de la ojijade mayor desapareció, los tres hombres la observaban expectantes, queriendo saber a qué se debía, quién era la pequeña que tanto se parecía a ella, y por qué la pequeña la llamó…


—Vamos, mami —la boca casi se le cae a Naruto. Sakura la tomó de la manito y le sonrió.


—Sí —le dijo, y volteó otra vez hacia los tres hombres—; nos tenemos que ir, Michiru quiere ver a su papá, así que, ya nos vemos después —parecía que ya se iba a ir, pero…—. Sasuke-kun, es bueno verte otra vez en Konoha.


Los tres vieron cómo se marcharon las dos, hubo un silencio muy incómodo por varios minutos, no sabían qué decir, cómo reaccionar ante aquella situación, y Sasuke confirmó mucho más sus teorías sobre la pequeña.


—E-entonces… ella es… —empezó el rubio.


—Sí —contestaba el peligris con pasividad—, ella es.


—Hmp —fue todo lo que dijo el Uchiha.


Y la sesión de entrenamiento ya no pudo continuar, el ánimo se había desvanecido, y sólo se preguntaban, ¿cómo y en qué momento sucedió?, ninguno de los tres estuvo presente cuando ella estuvo entrenando con Tsunade, obviamente algo debió pasar en aquel tiempo.


%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%


N/A: ¿Y bien?, ¿merece un comentario?, espero que sí, pero un me gusta también me hace feliz, ahora, ¿debo continuar?, depende de ustedes que la historia siga, aunque ya la tengo publicada en Fanfiction, con el mismo seudónimo XD


Atte.


Yuki \(^.^)/